“Aguardo su llegada cada día”
20 de Nisán 5748
7 de abril de 1988
“En la ley judía, cuando alguien se convierte al judaísmo, es llamado: “un converso que se convirtió”. En la ley judía hay otros cambios de condición personal, -“un menor vuelto adulto” o “un esclavo que fue liberado”.
Pero cuando se trata de un converso, la ley judía no lo describe como “un gentil que se convierte”, sino como “un converso que se convierte”. La pregunta es obvia: antes de convertirse, no era un “converso” ¡En ese momento, todavía pertenecía a una nación no-judía!.
Los comentaristas explican: Una vez que la persona se convierte, ello demuestra que siempre tenía una chispa judía, pero debía pasar por el proceso de conversión para ingresar al redil judío, y para ganar la responsabilidad y mérito de la Torá y Mitzvot – pero, todo el tiempo, era un converso con una chispa judía.
Cuando se convierte es considerado como un “recién nacido”, pero incluso antes de ello tenía una conexión con la Torá, similar a cómo a cada judío, un ángel le enseña toda la Torá en el vientre [de su madre] antes de nacer.
Este principio es válido asimismo para todos los judíos –en muchas otras áreas. Cuando uno pretende motivar a su semejante judío en una dirección positiva, por ejemplo a estar genuinamente preocupado y anhelar: “¿Ad Matái – cuando vendrá por fin el Mashiaj?”, un anhelo sincero por Mashiaj, como lo describe Maimónides: “Cada día aguardo su venida”.
Uno añora y suplica a D”s “Haz que rápidamente florezca el retoño de David, Tu sirviente”.
El judío podría, a veces, precisar ser motivado o alentado, o persuadido, para comenzar a pensar seriamente acerca de la Redención y disfrutar de ello. Pero la verdad es que cada judío es un “converso que se convierte” en cuanto a ello. No se trata de algo nuevo o que les es ajeno.
La creencia en la venida del Mashiaj, es uno de los Trece Principios de la Fe; imploramos a D”s tres veces al día, en nuestras oraciones, que envíe al Mashiaj, y cada vez que recitamos las Gracias después de la comida. Indudablemente entonces, cada judío ya es un “converso” en este sentido. Sólo precisa ser asistido por los pasos necesarios –de manera suave, pero con convicción- para hacerlo aflorar. Y cuando resulte evidente que siempre lo ha tenido dentro de sí y en la medida en que “más que lo que el benefactor hace por el pobre, hace el pobre por el benefactor”, el judío al que uno inspirará, a su vez, [inspira] a uno mismo.
Hay quienes se sientes aprensivos: ¿Es correcto entrometerse en las cuestiones de otro judío?
Si estuviéramos tratando al menos con una de las prohibiciones u obligaciones de la Torá, él no tendría alternativa, debería acercarse y explicar: “Mira, la Torá me ordena ayudarte a crecer en judaísmo” “reprender a mi semejante judío” y “amar a mi prójimo”, reprender con amor; “acercar con la mano derecha” y sólo después suavemente, “reprender con la izquierda”.
Pero esto es algo que “él nunca vio de su padre”. Jamás oyó de su padre, y por cierto no de su abuelo, que se debía hacer campaña o anunciar en la sinagoga: “Compañeros judíos: proclamen “Ad Matái” ¡ Necesitamos al Mashiaj!”
¿Cómo lo sé? Porque tampoco lo escuche de mi padre, y ciertamente no de mi abuelo… incluso yo mismo, antes de arribar a los Estados Unidos, tampoco lo pronuncié. Por qué comencé, quien sabe.. pero así es como es.
Pero dado que se comenzó, probablemente ya ha rendido buenos frutos, hay suficiente gente que no está contenta con ello, ¿pero hay alguien de quien todos estén contentos?
Es naturaleza humana tener diferencias de opinión, por lo que una vez que involucra a una persona, una segunda persona, y una tercera, y al padre de uno, y a su abuelo, y a su rabino, la naturaleza humana dicta que ¡alguien debe protestar!
Pero valen la pena las objeciones cuando miro a mi alrededor y veo a los niños pequeños exclamando: “Daloi Golus” ¡Basta de exilio! Cuanto más, cuando también hay adultos que claman igualmente no necesariamente “Daloi Golus” en ruso, sino en idish o en hebreo, cualesquiera que sean las palabras exactas pero expresando el mismo anhelo e idéntico deseo.
Transcripción del video del Rebe de Lubavitch colgado en youtube
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