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sábado, 15 de junio de 2013

Introd. Clase 7: 2 Shevat 5770 - 20 de Enero 2010



 
“[La dificultad persiste, pues aunque] “La Torá y el Santo, bendito sea, son uno" y todas las almas generales que son sus ramificaciones..."



Las 600.000 almas se refiere a los hombres entre 20 y 60 años que se encontraban frente al monte Sinaí, y se refiere a los que son aptos para salir a la guerra, se refiere a las 600.000 almas generales de Israel que estaban allí y junto con ellos estaban todos los menores de veinte años, los mayores de sesenta años, las mujeres, los niños y dicen los jajamim, que el total de personas que habían salido de Egipto, debía rondar los tres millones de personas. Por un lado cada persona tiene sus dificultades para entender, y cada una de estas almas. De cada una de estas almas salieron ramificaciones, es decir, como habíamos hablado alguna vez las almas de todas las generaciones que existieron provienen de Adam HaRishón, siendo el alma general.
Y esas almas se fueron subdividiendo a través de las generaciones hasta llegar a estos millones de almas que había en aquella época, y se fueron subdividiendo hasta los días de hoy, y especialmente están investidas en las almas del pueblo de Israel y de las personas con afinidad o cercanas con el pueblo de Israel, algunas almas judías en cuerpo no judío, almas
“casi” judías que están cerca y tienen una afinidad magnética y que en algún momento se produce el cambio cuántico de pasar a ser judíos.


LOS MEJORES AÑOS DE LA VIDA

 
– 16 de Diciembre 2007  de Tevet 5768  -

"PARASHÁ VAIEJÍ - "  Y vivió"

La parashá de esta semana concluye el libro de Bereshit y el relato de la Torá de la vida de Iaacov donde describe sus últimos diecisiete años de su vida en Egipto. 17 es el valor de la
palabra “bueno” ( ??? , tov ) y por cierto estos fueron los 17 mejores años de la vida de Iaacov. De hecho, la guematria del nombre de la parashá, Vaiejí ( ???? ) es 34, también múltiplo de 17.
¿Cómo es posible que Iaacov haya pasado sus mejores años en el exilio de Egipto? Después de todo fue forzado a abandonar la Tierra Santa para ir a Egipto, el lugar más impuro, la tierra donde fueron esclavizados sus hijos. ¿Cómo puede ser que viviera los mejores años de su vida allí, habiendo tantos otros lugares?
1
La respuesta que se da generalmente es que al final de su muy dura vida Iaacov tuvo la alegría de ver a su familia unida, con amor y fraternidad entre Iosef y sus hermanos. Éste ciertamente no fue el caso cuando vivían en la Tierra Santa; parecería implicar, como escribió Najmánides
en su epístola desde la Tierra Santa: “Cuanto más sagrado, más se destruye”, la rivalidad y el ímpetu por pelear y discutir era mucho más fuerte en la Tierra Santa que en Egipto.
 
 
LAS CHISPAS RECOLECTADAS AGREGAN VIDA
Desde una perspectiva interior, si observamos el último verso de la parashá de esta semana:
“Israel se asentó en la tierra de Egipto, en la tierra de Goshen, y se establecieron allí y fueron fructíferos y se multiplicaron grandemente”, 2 encontramos que su valor numérico es 2794 = 11 . 254. Entonces, como el verso contiene exactamente 11 palabras, el valor promedio de cada palabra es 254, el valor exacto de la frase principal de la parashá: ”¡Iosef aún vive!” 3 ( ??? ???? ?? , od Iosef Jai ) Las palabras exclamadas por Iaacov cuando recibió por primera vez noticias de su hijo después de 22 años.
Interpretadas superficialmente las palabras “Iosef aún vive” se refieren a que Iosef “todavía”
vive físicamente, pero interiormente se refiere a que Iosef “aún” ( ??? , od ). En hebreo esta palabra tiene varios significados, de los cuales el más importante para nuestro propósito es “más”. Con estas palabras Iaacov estaba aludiendo a las chispas que Iosef había recolectado, el “más” que él había agregado a la divinidad durante su estancia en Egipto. Iosef tiene la habilidad especial de identificar, recolectar y elevar las chispas de divinidad que estaban atrapadas incluso en Egipto, la tierra más impura de todas. Y las había recolectado en una cantidad increíble, como los granos de arena de la playa.
La elevación de las chispas que realizó Iosef en Egipto fue la concreción de la profecía hecha por su madre Rajel cuando él nació. En su visión profética Rajel lo llamó Iosef, explicando
“Dios me otorgará otro hijo” 4. El poder de Iosef es otorgar a su madre Rajel, un símbolo de la esfera de lo sagrado, “un hijo adicional” colectando lo que previamente había sido devorado por el “otro lado” de la santidad - sitra ájara - (el sentimiento de que uno es otro, que uno está desconectado del Todo, de Dios) y las llevó hacia el lado de la santidad. Iosef siempre logró “extraer lo precioso de aquello que lo había devorado” 5, tomando al otro que está distante de la divinidad y transformándolo en “un hijo adicional”. Más aún, la extraordinaria fertilidad de los hijos de Israel en Egipto fue el resultado y la consecuencia de que Iosef había recolectado las chispas de divinidad en Egipto. Por cierto, como está escrito en la Tora “estos son los descendientes de Iaacov, Iosef…” 6 o sea que todos los descendientes de Iaacov a través de las
generaciones son debidos a Iosef.
 
 
 

La Vaca Perfectamente Roja de Moisés

En el principio de esta porción de la Toráh, Di-s le ordena a Moisés "…y el pueblo judío tomará para ti una vaca completamente roja". Explican nuestros sabios que todas las vacas rojas que se prepararon estaban relacionadas directamente con Moisés.

De todas maneras esta vaca es una paradoja: purifica al impuro e impurifica al puro. El rey Salomón, quien fue el más sabio de todos los hombres, llegó a comprender la razón espiritual profunda de todos los mandamientos, excepto la paradoja de la vaca roja. En Eclesiastés escribe sobre esto: "Pensé que era sabio, pero veo que la sabiduría está lejos de mi".

Moisés fue la única persona que sí la comprendió. Di-s en un acto de gracia, le reveló este secreto exclusivamente a él, haciendo que esta ordenanza se relacione con Moisés más que con cualquier otra figura, por eso también es llamada la vaca de Moisés.


(La palabra hebrea para "vaca", paráh, también significa ser fructifero y multiplicarse. Más que cualquier otro animal, la vaca se relaciona con la procreación.)


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La Vaca Completamente Roja y Eva



La vaca roja es la potente esencia de vida que viene a purificar el contacto espiritual y físico con la muerte. Por eso se asocia con Eva (Javáh), quien fue la responsable de traer la muerte al mundo.

El nombre que tenía que haber tenido Eva era Jaiah, que se escribe jet (letra que representa la pulsación de la vida), iud y hei. Jaiah significa "alma viviente" y representa la vida eterna. Luego del pecado, Adam la llamó Javáh, jet-vav-hei, que significa "madre de la vida mortal". (La vav en Eva alude a la serpiente, llamada jivia en arameo.)

El color rojo es el de la sangre y de la vida misma. La vaca completamente roja representa la vida y la procreación eternas y consumadas. La forma femenina de la palabra hebrea para "roja" utilizada en aquí es adumáh. Estas letras forman la palabra Adam más una hei al final que denota femineidad, el alma gemela femenina de Adam, Eva.

Cuando meditamos acerca del rojo de esta vaca, nos conectamos con el alma de Eva antes del pecado original, cuando aún se llamaba Jaiah, En el futuro, cuando el mundo sea purificado del toque de la muerte, el nombre de Javáh será nuevamente Jaiah.

 
 
 




La Vaca Completamente Roja y Saráh

El pecado más severo de la historia del pueblo judío fue el pecado del Becerro de Oro. Explican nuestros sabios que la vaca roja es el único mandamiento que expía por él.

La imagen de la vaca roja es la de la vaca madre que viene a limpiar la suciedad que dejó el pecado y la impureza de su becerro dorado. A este respecto, la vaca roja es asociada con la maternidad, representada por las matriarcas, y en particular se relaciona con la más grande de ellas, Saráh.

Rashi explica que en la inauguración del Tabernáculo, los príncipes de cada tribu trajeron sacrificios de vacas, carneros y ovejas. Las vacas corresponden a Abraham, los carneros a Itzjak y las ovejas a Iacov. Por eso Saráh, la esposa de Abraham y alma gemela, también corresponde a la vaca y representa la rectificación del pecado del becerro de oro.

El pecado original de Adán y Eva es como el pecado colectivo del pueblo judío con el becerro de oro. Como tal, cuando rectifica el pecado del becerro, Saráh esta rectificando el modelo original de la madre de toda la humanidad, Eva.

La palabra hebrea para "consumado" es temimah. Los patriarcas iban con sinceridad consumada, temimut, con Dios. El valor numérico de esta palabra es 495, y el de Sarah es 505, juntos suman 1000, que es el número más perfecto y consumado.

La conexión Interior de Sarah con la Vaca Roja

Una hermosa historia ilustra esta conexión. Rabí Najum de Chernobil fue uno de los grandes tzadikim que vivieron hace aproximadamente 250 años, el autor del libro "Maor Einaim". Fue discípulo del Baal Shem Tov y de su sucesor el Maguid de Meseritch. El Rebe de Lubavitch cita una frase de su libro donde afirma que todo judío tiene una chispa del Mashíaj, una chispa de vida eterna.

Dedicó una gran parte del trabajo de su vida a redimir prisioneros judíos. En aquellos días, si un judío no podía pagar sus deudas al señor del lugar, a menudo era arrojado sin misericordia al calabozo o a un pozo, a veces hasta con su familia entera. Rabí Nojum colectaba dinero para redimir a estos infortunados, salvándolos de una muerte segura.

Nuestros sabios dicen que hay dos mandamientos que son llamados "mitzvot grandes". El primero es el de procrear, y el segundo el de redimir al judío en prisión. Cuando lo redime, salvando su vida, es como si diera nacimiento a su alma.

Llego a suceder que rabí Nojum también fue apresado. Cada día debía sobornar a su guardia para que lo deje salir del pozo por un corto tiempo para rezar y sumergirse en la mikveh.

Un día, sucedió que no soborno al carcelero. Explico que no necesitaba hacerlo porque ese mismo día iba a ser liberado. Cuando le preguntaron cómo lo supo, contó que esa noche Saráh había venido a él en un sueño.

Le pregunto a Saráh que había hecho para merecer ser arrojado a un pozo, a lo que esta le respondió que era porque se había dedicado toda su vida a redimir cautivos. Era necesario que experimentara el sabor amargo del cautiverio para que pueda comprender en forma consumada la situación y entonces dedicarse a esa mitzváh de una manera aún más perfecta.

Cuando una persona comprende por qué Di-s lo ha colocado en una situación determinada, esto lo libera de la situación. Entonces, tan pronto como Rabí Najum comprendió la razón de su encarcelamiento, supo que iba a ser liberado ese mismo día.

Fue especialmente Saráh la que apareció en el sueño; ella está relacionada esencialmente con la importante lección que quiso impartir al tzadik: para poder hacer algo de una manera consumada, uno debe probarlo. Este es el secreto de la existencia de la muerte en el mundo y por qué la figura materna de la vaca roja viene a purificar de su contacto.

El propósito del pueblo judío es rectificar el pecado original, redimiendo de la muerte a toda la humanidad. Saráh nos enseña que para rectificar la muerte, primero debemos probarla. La propia Saráh fue la primera persona judía que experimentó la muerte, cuando se enteró que iban a sacrificar a Itzjak. Al rectificar a Eva, su propósito en la vida es purificar y rectificar la muerte y transformarla en vida eterna.

Si el pueblo judío no hubiera pecado con el becerro del oro, hubiera merecido la vida eterna. Saráh, quien simboliza la vida perfecta y consumada, el rojo de la vaca, rectifica ese pecado con el 1000 consumado de su nombre con temimah.

Así como Moisés recibió las 1000 luces consumadas de la Toráh en el Monte Sinai, también Saráh lo hizo a través del secreto de rectificar el toque de la muerte, dotando a sus hijos con la vida eterna.

 

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