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jueves, 23 de febrero de 2012

PARASHÁ TRUMÁ -UNA MORADA EN EL CORAZÓN- RAV GINSBURGH

      Meditación  1
La parashá de esta semana, parashá Trumá, discute la construcción del tabernáculo en el desierto. Es la primera morada de HaKadosh Baruj Hu, Hashem [Dios] en nuestro mundo físico. Después se convirtió en el Templo Sagrado de Ierushalaim, pero la morada original era el Tabernáculo, que se describe y se ordena en la porción de la lectura de la Torá para esta semana.
En el comienzo de la parashá dice: Veasu li mikdash veshajanti betojam . Deberán construir para Mí un santuario sagrado y entonces habitaré dentro de ellos. La palabra escrita betojam es “dentro de ellos”, no “dentro del santuario mismo, los sabios remarcan vetojó lo neemar , no dice que “la presencia Divina moraría en el santuario físico”, aunque obviamente esa sea la intención. Pero dice betojam , dentro de ellos, implicando que el propósito final del Templo, el santuario, el Tabernáculo, es que la presencia de Hashem [Dios] more dentro nuestro, en el pueblo judío, en el corazón de cada judío y de cada ser humano que va a adorar a Dios en el santuario, en Su santuario, veasu li mikdash veshajanti betojam .
Una manera de explicar que la presencia de Dios… ¿qué significa que experimentamos la presencia de Dios en el Templo físico, en nuestros corazones, en nuestras almas, en nuestro ser? El mundo fue creado con su orden natural, Bereshit bará Elokim et hashamaim veet haaretz , “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” y el Nombre de Dios que se utiliza es Elokim =86. Su guematria [valor numérico] equivale a “la naturaleza” =86. Significando que Dios creó la naturaleza, Dios creó las leyes de la naturaleza, y Dios desea que las leyes de la naturaleza se mantengan intactas y que gobiernen la realidad tal como la conocemos.
Pero al mismo tiempo, así como existe un orden natural, existe también un orden sobrenatural. El orden sobrenatural no debe negar a la naturaleza necesariamente. A veces lo hace pero en general no, es sólo que tenemos que saber que existe algo que transciende nuestra consciencia normal de la naturaleza per se. Y esto es lo sobrenatural, lo llamamos “milagros”. El principio de la creencia, de la fe en Dios, es creer en la existencia, la presencia, la posibilidad de los milagros, no tan sólo la posibilidad, es un hecho que continuamente experimentamos milagros todos los días de nuestras vidas.
Experimentar la presencia de Dios es experimentar el milagro de Dios. En el Templo, en el santuario, en el Tabernáculo, había tres niveles diferentes de milagros que ocurrían continuamente, y este es el significado simple de crear un santuario para Dios y que su presencia more en él y en nosotros. Es ser capaz de experimentar la dimensión milagrosa del mundo, del universo.
El primero, más grande y elevado milagro ocurrió en el Sagrado de los Sagrados, la cámara más interior del Templo, del Tabernáculo. Allí se encontraba el arca sagrada con los kerubim encima del arca. Y aunque midamos las medidas del arca de ambos lados dentro del sagrado de los sagrados, de la manera en que las medidas han sido mencionadas y especificadas exactamente en la Torá, de todas maneras, la experiencia fue tal que el arca misma con los kerubim arriba de ésta no ocupaban lugar [espacio], no ocupaban espacio físico.
De cierta manera estaban allí, presente, les podías ver, pero si toda la anchura del sagrado de los sagrados del Tabernáculo era de 10 codos, 5 codos de una pared a un costado del arca y 5 codos de la otra pared al otro costado del arca y el arca estaba allí 2.5 codos en el centro, pero ya tomamos los 10 codos, así que, esos 2.5 codos no estaban en el espacio. Estaba allí pero no estaban allí, a esto se le conoce como “makom ha'aron eino min hamidá”, que el lugar del Arón [el arca] con los kerubim arriba del arca no era parte de la medición física. Este era un milagro totalmente supra-racional, supra-lógico, irracional, ilógico que constantemente ocurría continuamente, un estado continuo dentro del Sagrado de los Sagrados.
Luego en el altar exterior del tabernáculo llevábamos fuego desde abajo llamado min haediot, nuestro fuego mundano, que traíamos para quemar los sacrificios en el altar. Pero al mismo tiempo que llevábamos fuego (al altar), el fuego Divino descendía del Cielo. Un fuego baja cuando cumplimos la voluntad de Hashem, ese fuego aparece en la forma de un león que baja para consumir nuestros sacrificios. Y esto era algo visible, que el fuego descendía desde el Cielo al tiempo que el fuego que trajimos asciende desde la tierra, sobre el altar.
Luego, en la Ética de Nuestros Padres, Pirkei Avot, se nos enseña que tuvieron lugar 10 milagros continuos. Estos fueron milagros como la lluvia que no apagaba el fuego del altar, serpientes y escorpiones no dañaron a nadie en la ciudad de Ierushalaim, nadie dijo que no tenía donde dormir en Ierushalaim. Este es un nivel diferente milagros.
¿Cómo entendemos estos tres niveles de milagros que son tres maneras diferentes de experimentar la presencia Divina de Hashem morando dentro de nosotros en el templo? Éstas corresponden a los entendimientos más básicos que conocemos como “el modelo del Baal Shem Tov;” la realidad tiene tres dimensiones generales, llamados MUNDOS, ALMAS Y DIVINIDAD, la esencia de la Divinidad.
El hecho de que la naturaleza, diríamos “se doblega” de cierta manera, y se adapta a quien muestre una cara placentera, luminosa, feliz y amigable con aquellas personas que vengan a celebrar y adorar a Hashem en el Templo, esos eran los diez milagros que tuvieron lugar.
Esto es lo sobrenatural que se vuelve parte de la propia naturaleza. La misma naturaleza auxiliaba, ayudaba, una vez más, por así decirlo, era amigable hacia todo lo que estaba ocurriendo en el contexto de la adoración a Hashem en el Templo.
El hecho de que nuestro fuego se dirige hacia arriba y luego un fuego Divino desciende, esa es la experiencia de lo sobrenatural, del milagro en nuestro servicio interior de nuestra alma. Que venimos a Dios con nuestro deseo y después sentimos que Dios desciende a nosotros con Su..., lo que es llamado "el sello de la verdad", que si amamos a Dios, Él nos dará la verdad, Su amor esencial, pero que desciende desde arriba en nuestro intento de amarle desde abajo. Esta es la manera descripta en Jasidut.
Pero finalmente la experiencia del Sagrado de los Sagrados, de que algo está en el espacio pero no está en el espacio, significa que estamos por encima de eso, es una experiencia por encima del tiempo y el espacio. Ese es un milagro a nivel de Divinidad pura.
Una vez más, se dice que Hashem quiere morar dentro de nosotros, y no sólo en el Templo, significa estos tres niveles de milagros sobrenaturales debemos experimentarlos en nuestras vidas. ¿Cómo lo experimentamos? Lo experimentamos en Torá, que es el estudio de la Torá y en la tefilá, nuestras oraciones a Hashem y en nuestro cumplimiento de mitzvot, de sus preceptos.
En Torá, la persona que es realmente devota y conectada en el estudio de la Torá y en la contemplación de los secretos de la Torá, está por encima del tiempo y del espacio; está en el nivel del arca, de las tablas del pacto, que son el origen de la Torá. En el arca también estaba el Sefer Torá [el Rollo de la Torá] que escribió Moshé Rabeinu. Entonces, el nivel de la Torá es la experiencia de trascender las limitaciones de espacio y tiempo, que es el milagro al nivel de la Divinidad pura, no esta al nivel del alma. La Torá y Hashem son Uno, y cuando nos volvemos uno con la Torá, nos volvemos Uno con Hashem.
El altar del sacrificio es nuestra plegaria a Hashem, como dijimos antes, en nuestra plegaria a Hashem encendemos el fuego de nuestra alma, en nuestro amor, en nuestra pasión por HaKadosh Baruj Hu [Dios], y Hashem nos responde haciendo esa pasión verdadera, ese es el fuego que desciende del Cielo. Esa es la experiencia de la plegaria.
Pero el hecho de que la propia naturaleza muestra su propia cara amistosa para ayudarnos en todo lo que hacemos en nuestras vidas, especialmente en nuestra voluntad de cumplir más mitzvot, buenas obras en nuestras vidas, este es el servicio de tariag, los 613 preceptos de la Torá, que nos fueron dadas para servir a HaKadosh Baruj Hu cada momento de nuestras vidas, y la Torá nos promete que si servimos a Hashem, Im Bejukotai teleju, [“Si seguirás Mis leyes…] vendrá la lluvia y todas las cosas físicas, todas las cosas de la naturaleza servirán, nos servirán para el propósito y la meta de servir a Hashem.
Y así, estos son los tres niveles de los milagros, de lo sobrenatural que traemos a nuestro interior al construir el santuario para HaKadosh Baruj Hu en la tierra.
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PARASHÁ TRUMÁ - VENCER AL OCULTO; RAV GINSBURGH

Meditación 2


La Porción de esta semana es la parashá Trumá. Y está escrito "VeasúLi Mikdash veshajanti vetojam", “Y Me harán un Santuario y moraré dentro de ellos”. Y es conocida la precisión, que no está dicho “dentro suyo”, sino “dentro de ellos, dentro del corazón de cada uno y uno del pueblo de Israel”. Hay una explicación más interior-profunda, de acuerdo con la Cabalá, acerca de “dentro de él no está dicho, sino dentro de ellos”, la intención es dentro de la ם , mem stumá, la letra mem cerrada. La mem final de vetojam, “dentro de ellos”, se llama mem cerrada. La mem cerrada simboliza la rectificación completa de la Creación del Mundo.
El mundo fue creado con la letra bet, ב , y los sabios dicen que en la bet, el “viento del norte” [ruaj hatzfonit], que es la parte izquierda de la letra bet abierta, por allí puede ingresar el Iétzer Hará, el ”instinto del mal”, uno de cuyos nombres es tzfoní , y el Mashíaj viene para cerrar, para sellar el viento del norte, y de esa manera completar el Maasé Bereshit, el “Acto de la Creación”. Sobre esto está dicho lemarvé hamisrá uleshalom ein ketz, “para la enorme tarea y para la paz no hay límite”. Este es un verso que se dice al rey Mashíaj, y donde está la única palabra en todo el Tana”j, donde está escrita le letra ם , mem cerrada dentro de una palabra: lemarvé, “a la gran”. La mem de לםרבה , lemarvé es una mem cerrada dentro de la palabra. “Lemarvé hamisrá (la gran tarea que cae sobre las espaldas del rey Mashíaj) uleshalom ein ketz, (y para la paz no hay límite)”. Cerrar esta mem hace que se produzca una expansión infinita del Shalom en todo el mundo, en todo el universo.
Entonces, “dentro de ellos”, significa que “Harán un santuario y moraré dentro de ellos”, que tenga éxito todo el pueblo de Israel, que cada judío tiene una chispa del Mashíaj, y que está el Mashíaj general. Que pueda cerrar el “viento del norte”, ruaj tzfoní, generar una realidad de la mem cerrada, ya que la ם , la mem cerrada es como un Tabernáculo, un santuario que nos rodea con santidad, la kedushá de HaKadosh barujHu por todos lados, por todas las direcciones, y entonces se va a cumplir “y moraré dentro de ellos”.
Ahora, el verso donde al instinto del mal se lo llama tzfoní, en el profeta Ioel, donde está escrito veet hatzfoní arjik mealeijem, “y el [viento] norteño alejaré de vosotros”. En la continuación del verso está escrito: “et panaiv el haiam hakadmoní veet sofó el haiam ajarón”, que los sabios interpretan que él es el que destruye el primer Templo que se llama “et panav el haiam hakadmoní ”, y él es el que destruye el segundo Templo al final “el haiam ajarón”. Ki igdil laasot, es el final del verso, que se engrandeció haciendo maldad, que destruyó el Templo Sagrado. Entonces vemos claramente, que el profeta conecta este tzfoní con el Beit Hamikdash, que es la fuerza que destruye el Beit Hamikdash.
Y así como el tzfoní destruye el Beit Hamikdash, que podamos con la ayuda de Dios y con nuestro esfuerzo cerrar este ruaj hatzfoní y de esta manera sacarlo, alejarlo y que con eso se cumpla “que el tzfoní alejaré de ustedes”, y entonces lograremos el Tercer Beit Hamikdash eterno. Como está escrito también en la Halajá, que los dos Templos que hubo, todavía no es lo que debería. De acuerdo al Rogatchover todavía no cumplieron con “y harán un santuario y moraré dentro de ellos”. Y sólo cuando alejemos al tzfoní, entonces se cerrará la mem cerrada, entonces se va a cumplir el verso “y Me harán un santuario y moraré dentro de ellos”.
Ahora, los sabios de bendita memoria, explican todo esto, estudian todo esto como parte o la terminación de un tema en la Guemará, que el iétzer hará, el instinto del mal tiene 7 nombres. Dentro de los 7, el séptimo que es el más terrible, es el tzfoní. Pero para comprender todo esto hay que ver los 7 nombres del iétzer hará.
Primero HaKadosh BarujHu. Cada nombre lo dio alguien diferente. EL primer nombre del Ietzer hará lo dio Dios mismo, y lo llamó IÉTZER HARA, יצר רע , “el instinto del mal”, “El Instinto del corazón del hombre es malvado desde su juventud”. Esto dice HaKadosh Baruj Hu. Hashem dice que el instinto es malo, es lo que hay malo en el mundo. Por supuesto que el mal comienza con el “Árbol del Conocimiento del bien y del Mal”, del pecado original de Adam y Javá, que comieron del árbol del conocimiento. Trajeron el mal, mezclaron el mal con el bien, y ahora en todo el mundo hay bueno y malo, hay iétzer hará en todas las cosas. ¿Qué es el iétzer hará? La mala inclinación, que a continuación explicaremos un poco mejor.
Luego vino Moshé Rabeinu. Moshé Rabeinu llamó al instinto del mal AREL, ערל , “incircunciso”. “Y circuncidarán el prepucio de vuestros corazones”. Que está incircunciso.
Luego vino David y llamó al instinto del mal: TAMÉ, טמא , “impuro”. “El espíritu de impureza eliminaré de la tierra”, es en el futuro por venir. Pero cómo sabemos que el rey David lo llamó? ¿Que es llamar? Se relaciono, entendió, experimentó el iétzer hará como algo impuro. ¿Cómo sabemos esto? El rey David le reza a Hashem: “Un corazón puro creó para mí Elokim, y un espíritu correcto renovó en mí interior”. Haber pedido un corazón puro, es una señal de que lo que lo molesta es lo impuro.
Luego vino su hijo, el rey Shlomó, que llamó al ietzer: SONÉ , שונא , “el que odia”. “Si hambriento está quien te odia, etc…” Que el que más odia al hombre es su instinto del mal. Así captó y experimentó el rey Shlomó.
Luego vino Ieshaiahu y llamó al instinto del mal: MIJSHOL, מכשול , “obstáculo”. “Eliminen los obstáculos del camino de Mi pueblo”. Es el principal obstáculo frente a nuestro servicio a Dios. Se pone frente nuestro, nos impide, nos evita de cumplir, de progresar en el camino, en el camino de Hashem. En el camino que sube a Beit E-l. Entonces es un obstáculo.
Luego viene Iejezkel, y llamó al iétzer hará EVEN, אבן , “piedra”. “Y removí el corazón de piedra de sus carnes, y les di un corazón de carne”. Entonces ¿qué es el ietzar hará? Es “una piedra”, un “corazón de piedra”.
Y luego de todos estos 6 nombres, viene Ioel. Y Ioel dio este nombre último al instinto del mal: HATZFONÍ, הצפוני , “el norteño”. Y este verso “y el viento norteño alejaré de ustedes”.
Entonces, en resumen, hay que saber que el iétzer hará tiene todos esos nombres. E incluso está escrito en Jasidut, que en cada generación hay algo que se renueva en él, que recibe cierto nombre o faceta, cierta revelación nueva del instinto. También para confundirnos, que no lo reconozcamos de generación en generación, que cada vez se inviste, cambia de forma y viste una forma diferente.
De todas maneras, esos son los 7 generales, y el peor de todos es el tzfoní, de la palabra matzpún, [conciencia], tzafún, “escondido” en el corazón del hombre, y no lo reconocemos, está en el inconciente. Todos los demás en relación son concientes, pero este tzfoní es el mal escondido, según jasidut. No es conciente, está oculto. Está tan oculto que puede parecer como una fuerza positiva, como algo bueno, pero en esencia es el padre de los padres de toda impureza.
Ahora un rápido resumen. El hecho de que el iétzer hará es “malo”, el primer nombre, el significado es que arrastra al hombre hacia abajo. Del mal, dice el Maguid, es la atracción hacia abajo, como algo pesado. No le permite al espíritu del hombre subir hacia arriba, sólo hace al hombre, le da al hombre, arraiga en el hombre el “espíritu animal” que baja hacia abajo a la tierra. Esto es el mal.
¿Qué es “arel”, incircunciso? Que oculta el pacto. Hay un pacto y una conexión con Hashem. Hay algo que lo tapa, y no puedo revelar mi corona. La corona es que todo Israel son reyes e hijos de reyes. Porque todos estamos conectados con el corazón y el alma a HaKadosh BarujHu. Hay algo que lo cubre, y esto se llama arel. Entonces es arel, incircunciso.
Luego es “tamé”, “impuro”. ¿Qué es impuro? Tamé es también timtum , “torpeza”, y es atzvut , “depresión”. Siendo que la impureza es el contacto con lo contrario de la vida, con el muerto. Entonces si hay tristeza en la psiquis y a veces llega hasta la depresión y la desesperanza, es impuro, es el ietzar hará que es impuro.
¿Qué es “soné”, “odia”? Que en esencia me odia. A veces, está escrito en Jasidut, que este odio se viste de vestimentas de amante, pero en realidad el amante es el que odia, y también introduce dentro mio el odio hacia el prójimo. Como él me odia a mí, si experimento odio respecto a alguien, eso es el iétzer hará, el instinto del mal, el que odia, el soné.
¿Qué es “mijshol”, “obstáculo”? El obstáculo no me deja avanzar, me frena, no puedo seguir adelante. “No pondrás obstáculo frente a un ciego”, está escrito. Yo soy el ciego, y el iétzer hará pone delante de mí un obstáculo en el cual caigo, y si no caigo tampoco puedo avanzar. Entonces si la persona se siente paralizado en la vida, que llega a cierto lugar en el servicio a Dios, a todas las empresas importantes que se propuso en la vida, y no puede avanzar más, es el iétzer hará que lo detiene, es el obstáculo.
Luego está el “corazón de piedra”. ¿Qué es corazón de piedra? Que no sólo que no siente, que no tiene un corazón de carne, tampoco tiene ninguna sensibilidad respecto al prójimo. Es una piedra, duro. El un pésimo iétzer hará.
Pero el peor de todos, que, nuevamente, es la raíz del mal oculto de todo, es “hatzfoní “, “el norteño”. El tzfoní tiene que ver incluso con un concepto que se promueve hoy en el musar, la ética, se dice como si fuera es algo bueno que la persona tenga matzpún, “conciencia”. Pero si ese sentimiento de conciencia viene del ego, siento que algo no es adecuado a un ego , incluso si es algo no bueno, siento que no es adecuado para mí por mi conciencia, esa conciencia no es del lado de la kedushá , de lo sagrado. Hay quien dice que este tzfoní recibió un nombre en las últimas generaciones: “coaj hamedamé”, “el poder de la imaginación”. Hay quien dice que después de este nombre, “el poder de la imaginación”, recibió otro nombre: “ieshut”, “egoísmo”. En Jasidut Jabad el nombre principal del iétzer hará es el ieshut, el ego, que está conectado con el mal escondido, el tzfoní.
Nuevamente, para construir el Templo Sagrado a nuevo, es imprescindible que este verso “y el viento [espíritu] norteño [oculto] se aleje de sobre ustedes”, se cumpla completamente. Y luego está escrito “No temas tierra, revélame y alégrame porque se engrandeció Hashem en sus acciones”. La tierra es la tierra sagrada del Templo Sagrado. “Revélame y alégrame porque se engrandeció Hashem al hacer”, como este tzfoní se “engrandeció al hacer” el mal, de la misma manera ameritemos pronto en nuestros días que venga HaKadosh BarujHu, y se cumpla “No temas tierra, revélame y alégrame porque se engrandeció Hashem al hacer”.

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domingo, 19 de febrero de 2012

MENSAJES DE LA PARASHÁ DE LA SEMANA - Rav Ginsburgh (traducido al español)

http://www.dimensiones.org/canales/vidmodrn/mensajevideo/parashavideo.htm



Las Emanaciones Divinas : LAS ENSEÑANZAS DE LOS PATRIARCAS

La Torá comienza en el libro de Bereshit . Este es diferente a los otros cuatro libros del Pentateuco puesto que contiene sólo un puñado de los preceptos y se compone sobre todo de historias de los Patriarcas. Sin embargo, constituye la primera quinta parte de la Torá, indicando que antes de pasar a los otros cuatro libros del Pentateuco, antes de recibir la Torá y sus preceptos, primero tenemos que incorporar las lecciones del Génesis. Sin esto no nos podemos fijar un sendero correcto de servicio a Dios. ¿Cuáles son las principales lecciones que aprendemos de los Patriarcas?

En este artículo, vamos a estudiar acerca de tres diferentes modelos cabalísticos basados en l os cual es podremos entender la relación entre los Patriarcas Abraham, Itzjak y Iaakov. De cada uno de estos modelos, ganaremos una visión, comprensión y una nueva conciencia que podemos incorporar a la vida espiritual.

Los Patriarcas como Arquetipos


En la Biblia, el Libro de Bereshit se le conoce como el “ Sefer Ha i ashar” –que literalmente significa “ El Libro R ecto” , en honor a los Patriarcas que iban en un camino recto y honesto con Dios. Al ir en un sendero rect o hacia la voluntad de Dios, los Patriarcas iban directamente hacia la esencia de Dios. Cuando la Torá describe el viaje de Abraham a través de la Tierra de Israel dice: “Abraham viajó a lo largo y ancho d el sur” . El jasidut explica que el sur simboliza la luz Infinita de Dios.

De las acciones de cada uno de los tres Patriarcas, aprendemos un aspecto diferente para el servi cio al Todopoderoso, d ebido a que cada uno de el los ilumina de una manera característica que debemos tratar de incorporar a nuestras propias vidas. Los sabios afirman esta idea citando frecuentemente las siguientes palabras: “ Sólo tres son llamados padres, Abraham, Itzjak y Iaakov ” . Para comprender el arquetipo que representa cada Patriarca necesitamos primero entender su esencia inter ior, ya que e l estudio de la esencia de los Patriarcas es uno de los pilares del pensamiento cabalístico. Como descendientes de Abraham, Itzjak y Iaakov, seguimos su legado , debemos tratar de emular sus acciones, como dicen los sabios: “ La persona debe preguntarse a sí mismo : ‘¿Cuándo mis acciones se asemej arán a las de mis antepasados Abraham , Itzjak y Iaakov ”.

Balance


El primer principio que aprendemos en Cabalá es que los tres Patriarcas son almas arquetípicas. Como tales , entre las Sefirot –emanaciones a través de las cuales Dios crea la realidad (en cada momento) y Se revela en ellas– los Patriarcas corresponden a bondad, poder y belleza. Abraham representa a la dimensión derecha de la realidad , que se manifiesta en la sefiráh de la bondad. Itzjak representa la dimensión izquierda y a la sefiráh de la rigor o poder . Iaakov representa la dimensión media, la sefiráh de la belleza. Las dimensiones derecha, izquierda, y media son descri p tas en la introducción a l Tikunei Zohar como “ una larga, una corta, y una intermedia ” , respectivamente. Esta es una de las afirmaciones más fundamentales de la Cabalá, que fue revelada por el profeta Eliahu, y provee el marco para ordenar las sefirot en torno a tres ejes: derecho, izquierdo y centro.

El orden amiento de las sefirot en torno a los tres ejes sugiere una estructura equilibrada, representativa del estado rectificado y estable en el que los poderes representados por cada una de las sefirot están equilibrados. De hecho, en el Zohar el “equilibrio” es considerado el símbolo de la realidad rectificada , y siempre que bus que mos el equilibrio, debemos tener los tres elementos. Rabí Abraham Abulafia, uno de los primeros cabalistas medievales lo demostró al señalar que el valor numérico de la primera palabra de la Torá: “ En el principio ” ( בְּרֵאשִׁית , bereshit ) es igual al valor de la frase, “ tres cosas juntas ” ( שְׁלֹשַָׁה דְבָרִים יַחַד , shloshá Devarim iajad ) . Además, la columna vertebral, por así decirlo, del primer versículo de la Torá forma la palabra “tres” ( שְׁלֹשָׁה , shloshá ). Esto indica que la tríada –especialmente su habilidad característica de ser equilibrada– es la piedra angular en la Torá.

Tesis, antítesis, síntesis


La relación entre los tres Patriarcas se puede entender en términos de otra conocida tríada:

• Tesis

• Síntesis

• Antítesis

Abraham nos provee la tesis , la bondad , Itzjak sugiere la antítesis a la tesis de Abraham , el rigor, y Iaakov, descrito como el selecto de los patriarcas, representa su síntesis, la síntesis del amor y del poder, que en la C a bal á se llama misericordia o compasión. Vamos a ver esta estructura básica.

La tesis representa la primera afirmación respecto de un tópico determinado , la primera aproximación a la conclusión final a la que habremos de arribar . La tesis tiene que ser simple y fácil de entender y tiene que cubrir tanto terreno como sea posible. Cuando se trata del camino espiritual de los Patriarcas, la tesis debe asemejarse a la manera en que Dios creó el mundo en el principio. Todo comienza en el lado derecho, incluyendo la creación del mundo. Dios creó el mundo por amor y debido a Su amor. Como se afirma en la tradición cabalística, Dios creó el mundo porque “ la naturaleza del B ien [Dios] es hacer el bien ” . La Torá también fue entregada desde el lado derecho de Dios. Teniendo en cuenta todo esto, es muy apropiado que la tesis de Abraham sea la bondad y su motivación inter ior , el amor. La primera sefiráh que podemos reconocer p ertenece al lado derecho.

La noción de que Abraham representa la tesis, el punto de partida, se ilustra en el segundo relato de la creación, que comienza con las palabras: “ Esta es la historia de los cielos y de la tierra cuando fueron creados... .” . Las letras de la palabra ( בְּהִבָּרְאָם , behibaram ) , “ cuando fueron creados, " permutan para formar la palabra ( בְּאַבְרָהָם , beAbraham ) “con Abraham” , lo que sugiere que los cielos y la tierra fueron creados con la bondad de Abraham.

M a s la tesis no es suficiente. El mundo no puede sustenta rse sólo con amor. Para mantener el equilibrio se necesita cierta cantidad de rigor , poder o juicio. El juicio no es contrario al amor. No necesitamos imaginar que el amor y el juicio están en una lucha a muerte. El juicio no se opone a la esencia interior y a la luz inherente en el amor; es la crítica constructiva con respecto a las manifestaciones exter iores del amor. Motivado por el temor de que las energías positivas de l amor caigan en manos equivocadas, el juicio ayuda al amor limit ándolo .

En general, la mejor manera de definir antítesis es como una revisión crítica de la tesis –no des acredita a la tesis, sino que la refina. Y así , el juicio, poder o fuerza , que es la antítesis introducida por Itzjak, sirve para limitar los efectos del amor, de modo que este no se tambalee completamente fuera de control. El amor es una fuerza muy fuerte que tiene la tendencia a anular la realidad. Esto puede sonar extraño al principio, pero ya lo explicaremos con más profundidad en breve. El juicio y el poder sirven para equilibrar al amor y prevenir que se conv ierta en una fuerza tumultuosa, transformándol o eventualmente en compasión, la esencia interior de Iaakov.

El amor tiene una tendencia a extenderse hacia donde no debería. La sefiráh de bondad, cuya m otivación interior es e l amor, se describe mejor como una fuerza atractiva y expansiva . Atrae fácilmente a la muchedumbre equivocada, por así decirlo, y su radio de acción tiende a extenderse sin límites, incluso en aplicaciones impropias.

Uno de los mejores ejemplos de esto es el amor propio o amor egocéntrico, que invariablemente se traduce en la adoración a sí mismo. En Proverbios se dice: “ El amor oculta todos los defectos ” . Aunque esto es cierto cuando se trata del amor por los demás, es doblemente cierto con respecto al amor propio. Puesto que el amor propio es tan natural, la mayoría de las personas no pueden ver sus propias faltas o pecados. El Zohar afirma que, “ No hay adoración como la adoración motivada por el amor .” Pero, por supuesto, el culto y el servicio deben ser para Dios, no para uno mismo. Mediante la adición de la crítica antitética del juicio y del poder, que es la esencia del sendero Divin o de Itzjak, el amor puede mantenerse sin desviarse por el camino y dirigirse hacia el Todopoderoso.

Una vez más, no hay conflicto entre ellos, tal y como no había conflicto entre Abraham y su amado hijo Itzjak. Abraham e Itzjak se amaban y se complementaban a la perfección. La cima de su unión fue alcanzad a en la atadura de Itzjak , que el Zohar explica que se le llama “ la atadura ” y no “ el sacrificio ” , porque éste acto ató a Abraham e Itzjak a un nivel existencial, resultando en una plena inter-inclusión de sus esencias. El amor a Dios rectificado de Itzjak per se le motivó a estirar su cuello sobre el altar, permitiéndole a Abraham sacrificarle. De este modo, Itzjak es un ejemplo de la instrucción dada por Moisés posteriormente al pueblo judío: “Amarás a Dios con todo tu corazón y con toda tu vida ...” que los sabios explican que significa que debes amar a Dios, incluso si Él está a punto de tomar tu vida. La nueva dimensión de Abraham de rigor y temor a Dios, fueron pronunciadas sucintamente por el ángel de Dios que dijo: “ Porque ahora sé que temes a Dios ” .

La síntesis entre el amor y el juicio se encuentra en la compasión o misericordia, la esencia de Iaakov y el poder interior que motiva a la sefiráh de belleza. Debido a que la compasión es la forma verdaderamente equilibrada de la vida, a Iaakov se lo conoce como “ el elegido de los patriarcas .” Analizándolo cabalísticamente, el estatus de Iaakov es el resultado de la síntesis de las cualidades de su padre y de su abuelo a quienes él representa. Abraham representa el deseo de dar, de otorgar, pero relativamente a ciegas y sin límites.

Eventualmente, el deseo ciego de dar se motiva por el amor propio y el egoísmo. Ya no importa donde se esté dando. El otorgante bloquea todo juicio respecto el mérito del objetivo que está favoreciendo. Al final, la meta deja de tener importancia, lo único que importa es que él ha dado y que su nombre es engrandecido (públicamente –como el benefactor de tal o cual causa– o privadamente, en los círculos apropiados). Por esta razón, la persona necesita sentir temor –el temor a equivocarse, de dirigir su energía al lugar equivocado. Cuando una persona teme a Dios, Dios le guía al lugar adecuado y puro dónde su generosidad será de beneficio tanto para el receptor como para sí mismo. Dios le ayudará a dar de manera que no cause destrucción.

El temor, la antítesis del amor, el verdadero fundamento del mundo, asegura que el amor no esté mal dirigido y que no caiga en las falacias de lo mundano, en lo que respecta a nuestros objetivos y motivaciones personales para amar y dar. Al ayudarnos a seguir siendo críticos, el temor nos protege de actuar por interés propio y ego. Dicho de otra manera, el miedo agrega sensibilidad a nuestros actos de bondad.

Podrías pensar que ya todo está en equilibrio puesto que ahora sé que debo dar y a la vez soy cuidadoso de dar por razones equivocadas y a un lugar inadecuado. Pero hay una tercera y última fase sin la cual el amor y el temor todavía están incompletos , y que la podemos aprender de Iaakov, el alma arquetípica de la belleza y la compasión.

La verdad es que no importa la cantidad de auto-crítica que yo pueda tener, nunca puedo estar cien por ciento seguro de que mis actos de bondad, de caridad, están debidamente motivados y son realizados sin ningún tipo de interés propio. Del mismo modo, no puedo esperar que la persona o la causa a la que estoy dando sea cien por ciento perfecta, pues ningún ser humano es perfecto, así como no consciente de que yo mismo no soy perfecto. Sin embargo, no debo abstenerme de dar. De este modo mi generosidad puede llevarse a cabo solamente si siento compasión, compasión que proviene de una base sólida y veraz de afecto hacia los demás. Aunque pudiese estar tentado a pensar que puesto que el mundo y las personas son imperfectas, es mejor no dar, se nos dice que Dios otorgó la verdad a Iaakov. La verdad duradera hasta el final, la verdad que resiste a la prueba del tiempo, solamente se puede encontrar en la cualidad esencial de compasión de Iaakov –la síntesis del amor de Abraham y temor de Itzjak.

De Iaakov aprendemos a saltar por encima de nuestr as fallas y l a s de los demás. Que puede ser que al final estoy dando por razones equivocadas y quien recibe de mí es también imperfecto. Sin embargo, la compasión nos permite superar esos miedos. Los sabios nos dicen que uno de los rasgos característicos del judío es la compasión. Los judíos son los hijos compasivos de nuestros compasivos patriarcas , en concreto, todos somos hijos de Iaakov.

El propio Iaakov aprendió a superar el miedo gracias a la fuerza su padre Itzjak. Dios le dijo a Abraham: “ Pues en Itzjak estar á tu descendencia ” . Los sabios explican que las palabras “ en Itzjak ” implica que sólo algunos de los descendientes de Itzjak serán –es decir Iaakov, pero no Esa v – considerados descendientes de Abraham. En otras palabras, la compasión de Iaakov refleja con más fuerza el amor y bondad de Abraham que el poder de Itzjak. Por esta razón, aunque la sefiráh de la belleza se encuentra en el eje central, se considera que se inclina hacia la derecha.

Así que nuestro modelo de tesis-antítesis-síntesis comenzó con una predisposición a otorgar, fue templado por una visión crítica del otorgante y del beneficiario, finalmente terminando con un renovado compromiso a otorgar. Aunque Dios creó el mundo con bondad amorosa, no creó un mundo perfecto, obligándonos a ejercer temor y compasión para alcanzar un estado de equilibrio. Cuando ejercitamos esta fundamental lección de los Patriarcas, la realidad nos trata de la misma manera , porque significa que hemos aceptado el hecho de que nadie es perfecto y que tenemos que poner una tapa de compasión a l juzgar la realidad. Al final, la compasión como síntesis del amor y el criticismo, ejemplifica mejor el propósito de Dios en la creación del mundo en beneficio de Sus cr iaturas . L a compasión nos guiará a entrar a los tiempos mesiánicos y a l cumplimiento de la intención de Dios: “ El mundo estará basado en el amor y la bondad ”.

Los Patriarcas y el proceso de creación


Ya que tenemos algo de experiencia con los Patriarcas y de la relación entre ellos, vamos a usar estas ideas para mirar un tema un poco más amplio: el proceso de creación.

El texto cabalista más importante después del Zohar es el t ratado del rabino Itzjak Luria (el Arizal), “ Etz Jaim” (literalmente, “ Árbol de la Vida ”). El Arizal vivió y enseñó en Safed tras la muerte del más grande cabalista de la generación anterior, el rabino Moshé Cordovero (el Ramac). Juntos, el Ramac y el Arizal son los dos pilares de la Cabalá revel ada en Safed .

En el Etz Jaim , el Arizal describe que el proceso de creación se compone de tres etapas principales:

• Etapa 1: la luz Infinita de Dios lo permea todo sin dejar lugar a la creación.

• Etapa 2: Para generar un espacio a una consciencia que sea independiente de la Suya, Dios contra e Su luz Infinita y crea un vacío.

• Etapa 3: La emanación de un rayo de luz Infinita que entra en el vacío y en el en torno donde se crea la realidad.

Son necesarias unas cuantas palabras explicando esta descripción. Podría p arecer q ue estas etapas siguen un orden lógico y necesario. Dado que la expresión de Dios (la luz) lo llena todo, con el fin de crear a un ser autónomo, parec ería necesario que Dios contraiga (es decir, limit e y elimin e ) Su luz. En otras palabras, la contracción parece ser una fase lógicamente necesaria. Pero la verdad es que Dios es absolutamente libre, eso incluye la elección de un número infinito de opciones para hacer cumplir Su voluntad –pero sin duda estas opciones, aunque posibles, nos dejan perplejos. El hecho de que escogió un proceso lógico, que podemos entender, nos dice que Dios está interesado que comprendamos el proceso creativo de manera que cuando lleguemos a crearnos a nosotros mismos, emulemos Sus acciones.

Otro punto importante es que el Arizal no está describiendo a la creación de la misma manera que un científico describe una reacción química en e l diario de su laboratorio. El Arizal está utilizando una metáfora (geométrica). En realidad, la expresión y la Presencia de Dios no faltan de ninguna manera en el vacío . Desde el punto de vista infinito de Dios, nada ha cambiado en Su Presencia, ni nada ha sido modificado, excepto por el hecho que Él hizo posible la existencia de un punto de vista que niega Su realidad exclusiva y Su Presencia.

Por último, aunque el rayo (conocido como kav ) que entró en el vacío es de la luz Infinita de Dios, es tá limitad o y no se extiende para llenar el vacío en forma complet a . Si fuera así, todo el motivo d el proceso creativo, la creación de la conciencia autónoma, no tendría lugar.

En la terminología cabalística, estas tres fases se describen en resumen como:

• la luz infinita


• contracción

• el rayo

Y se corresponden directamente con la esencia de los tres Patriarcas, de la siguiente manera:

Abraham La luz infinita
Itzjak La contracción
Iaakov El rayo

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Sirviendo a Dios con una Túnica Blanca - El Mes de Adar

Cabalá y Vida Moderna- Viviendo con el Tiempo

El Mes de Adar

por el Rabino Itzjak Guinsburgh

Editado por Moshe Genut – basado en un farbrenguen brindado en un sheva brajot en honor a la boda de la hija del rabino Ginsburgh – 22 de Adar, 5766- 22 de Marzo, 2006-04-02
El 23 de Adar es el primero de los siete días de preparación, llamado de miluim en hebreo, siete días en que se preparó y ensayó todos los procedimientos a llevarse a cabo luego de la consagración del Tabernáculo del desierto recién construido, a inaugurar el 1 de Nisán.
Así se cumplió por primera vez el mandamiento de hacer un Templo para el Todopoderoso: veasu li mikdash veshajanti betojam – "y Me harán un santuario y moraré dentro de ellos" (Éxodo 25:8).
Como el hogar judío es considerado un Templo espiritual, el 23 de Adar también se relaciona con la alegría del casamiento del jatán (novio) y la kalá (novia).
Durante los siete días de la inauguración Moshe Rabeinu actuó como Sumo Sacerdote, pero a diferencia de los otros Sumo Sacerdotes que le siguieron, no vistió las ocho vestimentas especiales correspondientes a tal grado sino que sirvió al Todopoderoso simplemente con un túnica blanca. (Rashi en Levítico 8:28, basado en Taanit 11b.). Esto es algo notable, ya que si un sacerdote de la familia de Aarón sirve en el Tabernáculo o en el Templo sin estas prendas sacerdotales especiales entonces su servicio es descalificado.
La túnica blanca con la que sirvió Moshé alude a la que se refiere el Zohar como la "túnica de los sabios", jaluka derabanán (Zohar I, 66ª. Pardés Rimonim Shaar 31, cap.5). La túnica de los sabios es el cuerpo espiritual que todo tzadik está destinado a vestir en el Mundo por Venir. Es por y a través de estaprenda que las almas de los justos son privilegiadas con el regalo de captar la esencia del Todopoderoso (como se explica en otro lado, todas las revelaciones de las luces de la sefirá de keter, se vivencian a través de esta túnica.).
Se explica en jasidut que en el futuro todo jasid se convertirá en Rebe, o sea que incluso la gente simple será capaz de participar del entendimiento y la experiencia de la esencia de Dios junto con los tzadikim. De esto se desprende que para poder llegar a algo así necesitamos la vivencia de vestir la túnica de los sabios, o en todo caso, experimentar indirectamente el trabajo de Moshé Rabeinu como Sumo Sacerdote durante estos siete días en el Tabernáculo, sirviendo en su túnica blanca.
Como siempre, para experimentar una realidad particular descripta en la Torá, o en nuestro caso el servicio de Moshé dentro del túnica blanca, debemos meditar e incorporar las enseñanzas de la Torá y especialmente las enseñanzas de su dimensión interior, compuesta por la Cabalá y el Jasidut, en nuestra comprensión y en nuestras vidas diarias.
El Baal Shem Tov nos enseñó que cada aspecto de la Torá, los relatos de las historias o de los mandamientos, aunque no lo parezca, son relevantes para todas las personas en toda época y lugar.
La clave para unirnos con la Torá y vivir todos sus aspectos como una parte integral de nuestra vida diaria, es revelar el significado profundo latente en su interior.
Tratemos entonces de comprender el significado del servicio especial de Moshé dentro del túnica blanca durante estos siete días tal como está descripto en la Torá.
Explica el Tania (cap. 1)que todo judío posee dos almas: un alma Divina y un alma animal. El versículo de la Biblia que describe mejor el alma Divina es el que dice: "...una porción de Dios en lo alto..." (Job 31:2) La palabra "porción" en hebreo, jelek, se relaciona con la palabra "túnica", jaluk. Por ende podemos inferir que el alma Divina en sí misma alude a la túnica de los justos y a la de Moshé. En otras palabras, vivenciar a Moshé sirviendo con un túnica blanca es como a vivir la experiencia de nuestra alma Divina.
La Novia es como el Alma Divina
Notamos más arriba que la consagración del templo es la raíz espiritual de la construcción de un hogar judío, esto es, de una pareja que se une en matrimonio. Toda pareja que se casa y vive en santidad crea una morada para la Presencia Divina, la Shejiná, en sus hogares ("un hombre y una mujer que lo merecen, la Presencia Divina mora entre ellos", Sotá 17a), así como los es el Templo para la Presencia Divina de Dios.
Si avanzamos más allá con esta correspondencia, podemos preguntarnos ¿cuál es el paralelo entre Moshé sirviendo con un túnica blanca y la consagración de nuestra casa, es decir, al contraer matrimonio o al reintroducir al Todopoderoso en nuestro matrimonio ya existente?
La respuesta es que en relación al hombre, su novia o esposa representa su alma Divina. Es como decir que la mujer es el túnica blanca, ya que esta es como ya explicamos una de las manifestaciones del Alma Divina.
Ya hemos mencionado que el Cohen Gadol, el Sumo Sacerdote de la familia de Aarón, debía vestir ocho prendas; todos los demás, llamados cohen hediot, vestían cuatro. Pero una vez al año, en Iom Kipur, el Sumo Sacerdote debía también vestir sólo cuatro prendas, todas blancas. Por lo tanto hay en total tres números diferentes de vestimentas que un sacerdote debe llevar puestas al servir en el Templo: 1, 4 y 8.
Estos tres números son los valores de las tres letras que componen la palabra "uno" –ejad: alef-jet-dalet– en el Shemá, la declaración de nuestra fe monoteísta por excelencia: "Oye Israel, Havaiá es nuestro Dios, Havaiá es Uno". (Deuteronomio 6:4)
La primera letra, la alef, es igual a uno y esto corresponde al túnica blanca de Moshé.
La segunda, la jet, es igual a ocho y de tal manera corresponde a las ocho prendas especiales del Sumo Sacerdote.
La tercera letra, la dalet, es igual a cuatro, correspondiendo de esta manera a las cuatro vestimentas del sacerdote simple o a las del Sumo Sacerdote en Iom Kipur. Como en el rollo de la Torá la palabra ejad figura escrita con un dalet grande, inferimos que esta letra simboliza específicamente a las vestimentas del Cohen Gadol más que al cohen simple.
Vistiendo la Túnica del Alma Divina
Demos una mirada más profunda a lo que simboliza servir con un túnica blanca. Ya hablamos de la estrecha relación que hay entre la consagración del Templo y la del matrimonio. Vimos también que el túnica blanca a la simboliza a la mujer y al alma Divina. Lo que debemos comprender más plenamente es la noción del servicio.
"He Sido Creado"
Una Mishná (dicho de los sabios) que al Rebe le gustaba mucho y repitió en muchas ocasiones es: "He sido creado para servir a Dios" (Mishná Kidushín 4:14) La connotación particular de "el Todopoderoso" utilizado en esta frase es "koní", que significa "mi Dueño", refiriéndose a Dios como a quien pertenecen todas las cosas de este mundo. En el lenguaje de los sabios, este apelativo también describe a Dios como el marido simbólico de toda la creación. La palabra hebrea para "servir" utilizada aquí es leshamesh, cuya traducción literaria sería "asistir". Es también la palabra utilizada para describir las relaciones matrimoniales en el idioma de los sabios.
¿Cómo se relaciona todo esto con los tres conjuntos de prendas mencionados?
Cuando recitamos el Shemá en voz alta, la palabra "uno", ejad, se pronuncia de tal manera que la alef es corta, la jet se extiende un poco y la dalet se arrastra más.
Jasidut explica esto de la siguiente manera:
La alef alude al alma antes de su descenso para entrar al cuerpo. A este nivel ella está completamente unificada con el Todopoderoso (insinuado por el valor numérico de la alef, 1).
La jet se refiere al descenso del alma desde el cielo hasta la tierra, donde se incorpora a un cuerpo físico; el valor numérico de la jet, 8, representa a los siete cielos y la tierra por los que transita el alma en su viaje desde su unidad con Dios hasta el cuerpo que le corresponde.
La dalet representa la tarea que le fue asignada al alma para que lleve a cabo durante su vida terrenal; su valor numérico, 4, representa los cuatro puntos cardinales de la tierra, el espacio en donde cumplimos con nuestra misión Divina en la vida, por eso la pronunciamos durante más tiempo.
Entonces, aunque nuestra meditación mística durante el recitado del Shemá la iniciamos desde nuestro origen en el Todopoderoso continuando luego con el descenso hasta encarnarnos en un cuerpo, el sentimiento principal y final debe ser que hemos sido encomendados con un propósito Divino para desarrollar y llevar a cabo durante nuestras vidas.
O en otras palabras, que somos emisarios del Todopoderoso en la tierra y a través de nuestra unión con el líder de la generación, el Rebe, podemos cumplir con nuestro propósito.
Ahora, tomando esta correspondencia particular de la palabra "ejad" e integrándola con los tres conjuntos de vestimentas sacerdotales encontramos que:
- La túnica blanca de Moshé simboliza nuestra alma tal como era cuando era uno con Dios.
- Las ocho vestimentas del Sumo Sacerdote simboliza el descenso del alma desde Dios a nuestro cuerpo. El servicio del Sumo Sacerdote en sus ocho prendas evoca en la conciencia del pueblo judío el recuerdo de nuestra alma descendiendo "desde la cumbre más alta hasta el abismo más profundo". En las palabras de los sabios este recuerdo y despertar de la conciencia es descripto como: "sabe de donde has venido". Entre el origen del alma en lo alto y su estado presente en la realidad material existe un contraste enorme que es insinuado por el hecho de que cuatro de las ocho vestimentas del Sumo Sacerdote eran blancas (el origen) y las otras cuatro eran coloreadas (la realidad).
- Las cuatro vestimentas blancas del sacerdote común, inspiradas por las cuatro vestimentas especiales blancas del Sumo Sacerdote cuando entra al Sancta Sanctorum en Iom Kipur, corresponde al cumplimiento de nuestra alma de su tarea Divina durante su vida.
Para comprender esto notemos que una de las diferencias entre el Sumo Sacerdote y un sacerdote común es que el primero nunca puede abandonar los terrenos sagrados del Templo, (Levítico 21:12) no así los demás.
Al salir y entrar al reino de lo aparentemente mundano, debemos recibir inspiración desde el Sancta Sanctorum del servicio especial del Cohen Gadol, cuya unión conciente con Dios nunca es cercenada, a través del servicio Divino del sacerdote común, quien al concluir su servicio en el Templo abandona el reino de la santidad para entrar a la realidad del mundo –todo en aras del cumplimiento de su tarea en la tierra.
En cierto sentido es al sacerdote simple a quien se le confía el rol de esparcir las enseñanzas de la Torá a todo el pueblo, cada uno en su propio lugar. Y por esta razón el pueblo judío es llamado "una nación de sacerdotes" (Éxodo 19:6)
Entonces ahora podemos entendemos que servir en una túnica blanca como Moshé rabeinu, es algo así como traer la memoria de nuestra alma Divina tal como era cuando estaba en unión absoluta con Dios, y así utilizar ese sentimiento para motivar nuestra dedicación y compromiso para cumplir con nuestra tarea, que es servir al Todopoderoso aquí en la tierra, en nuestra vida presente y en nuestra realidad actual.
"No Fui Creado"
Sin embargo, la declaración de los sabios: "He sido creado para servir a mi Dueño", tiene otra lectura alternativa que dice: "no he sido creado sino para servir a mi Dueño".
Esencialmente, ambas parecen decir la misma cosa, pero en realidad son muy diferentes y llevan a una interpretación diferente de lo que significa servir al Todopoderoso en una túnica blanca como Moshé rabeinu.
La primera versión comienza con el sentimiento existencial de que "yo fui creado", el segundo lo hace con una declaración de auto anulación: "yo no fui creado".
A pesar de que eventualmente la doble negación (provocada por el la voz "sino") de la segunda lectura lleva a la misma conclusión que la primera, este es un hermoso ejemplo de cómo la doble negación no es exactamente lo mismo que decir algo positivamente. (vemos otro ejemplo de esto en el farbrenguen de Purim de este año, ver....
Si comenzamos viendo con humildad nuestro rol individual en la vida, con auto anulación (bitul), nos vamos acercando al significado simple del símbolismo de la túnica blanca de Moshé rabeinu durante su servicio en el Tabernáculo.
El alma Divina y el mismo Moshé personifican la cualidad de auto negación (lo que está de acuerdo con la frase de Moshé "Y nosotros qué...," como se explica en otro lugar). Más todavía ahora que hemos visto que la propia túnica blanca, una simple prenda usada durante el servicio en el Tabernáculo, representa el estado en que el alma está púramente en unión absoluta con el Todopoderoso, y aún no ha tenido, ni en apariencia, una existencia independiente.
Para comenzar a pensar acerca de nuestro verdadero rol en la vida se debería empezar idealmente con un sentimiento de abnegación.
En el idioma del jasidut, la primera forma de la frase refleja la noción de que "la realidad es algo permanente, mientras que la Divinidad es la novedad". La segunda por su lado nos presenta lo opuesto: "La Divinidad es permanente, mientras que la realidad es recreada contínuamente".
En esencia, ambas nociones pueden ser la base de la creación de una morada en este mundo físico para el Todopoderoso.
Individualidad y Comunidad
Estas dos modalidades están fuertemente reflejadas en la doble lectura semanal de la Torá Vaiakhel y Pekudei (ver las dos ultimas perashot del libro Shemot en Vivir con el Tiempo).
Vaiakhel refleja el sentido de "No fui creado sino para servir a mi Dueño", mientras que Pekudei refleja el sentido de "fui creado para servir a mi Dueño".
Vaiakhel significa "reunir al pueblo", como explicó el Rebe de Lubavitch, reflejando la negación de lo individual, dándole un lugar y una presencia como parte de lo colectivo, "no fui creado sino..." .
Pekudei proviene de la palabra que significa "censo"; cada individuo se cuenta por separado y cada uno se coloca en su lugar particular, reflejando la noción de "yo fui creado..."
Ambas se juntan (y esta es la primera ocasión al leer la Torá durante el año en que dos porciones se leen juntas) para reflejar que estas dos formasopuestas corresponden que vayan juntas, al contrario de lo que parecería.
En esencia, esta unión de Vaiakhel y Pekudei simboliza la unión del hombre y la mujer en matrimonio. Jasidut explica que el estado rectificado del hombre es la autoanulación, mientras que el de la mujer es la individualidad. El hombre refleja el estado del alma tal como está unidad con el Infinito en lo alto, mientras que la mujer representa el estado del alma dentro del cuerpo ocupada con su tarea y su misión en la tierra. La unión de estos dos modos de existencia es necesaria para crear un individuo completo.
De paso, observemos que Vaiakhel es la porción de la Torá número 22 desde Bereshit, Pekudei es la 23, sumando 45, el valor numérico de "hombre", adam, alef-dalet-mem, un ser completo que surge de la unión del hombre y la mujer, como se explicita en la historia de la creación.
El Balanceo del Matrimonio
Que el estado rectificado de la mujer sea la individualidad parece contradecir el significado simple de la palabra "novia", calá en hebreo, que proviene de la palabra clot, que significa "final o conclusión", como se explica en jasidut que la novia simboliza el estado de culminación del alma, clot hanefesh. El jatán en cambio se describe generalmente como alguien con su individualidad propia que infunde un sentido similar en su esposa.
La explicación es que el estado original del ser del jatán es espiritual y esto requiere de él descender en busca de individualidad para crear una relación con su esposa. Pero en definitiva el motivo de su descenso es volver a ascender a un lugar más elevado aún. En la literatura talmúdica esto es llamado: "Descenso en aras del ascenso", ieridá tzorej aliá.
La conjunción de ambos vectores de fuerza produce la unión rectificada entre los aspectos femenino y masculino de cada pareja.

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