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domingo, 31 de marzo de 2024

5784 Shemini

 BS"D




SHEMINI     שְּׁמִינִי

 Parashat Hajodesh

 Levítico 9:1 - 11:47      Haftara: II Samuel 6:1-19


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PARASHÁ SHEMINÍ Y SHABAT HAJODESH

ESTE SHABAT QUE BENDECIMOS EL MES DE NISÁN

que comienza el martes 9 de Abril


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Parashá Sheminí - Hajodesh

 

 

PARASHAT SHEMINÍ

 ALIÁ POR ALIÁ

 

 

 

 

 

PRIMERA LECTURA:

EL SIGNIFICADO DEL NUMERO OCHO

 

וַיְהִי֙ בַּיּ֣וֹם הַשְּׁמִינִ֔י (שמיני ט, א)

“En el octavo día”

(Levítico 9:1)

 

 

El número ocho representa la integración de la inspiración divina en nuestras almas. El octavo día de la inauguración del Tabernáculo fue el primer día del mes hebreo de Nisán. Este es el día en que Aarón y sus hijos comenzaron su servicio en el Tabernáculo. Es el día en que la Shejiná comenzó a residir entre el pueblo judío.

 

Un Número y un Nombre

El número ocho se enfatiza como el nombre de esta porción de la Torá, Shemini, que significa "Octavo." Es la única porción de la Torá cuyo nombre es un número. En determinados años,[1] fuera de la Tierra de Israel, leemos de esta porción un total de ocho veces.[2] Un dicho popular destaca la similitud entre las tres palabras hebreas, “Shemini, Ocho – gordo, sheminí, shmona, shmena (שְׁמִינִי, שְׁמוֹנָה - שְׁמֵנָה).” Citando este juego de palabras lingüístico, el Rebe de Lubavitch, el Rebe Menajem Mendel Schneersohn, dijo que un año en el que esta porción se lea ocho veces será un año "gordo", es decir, un año bendecido con prosperidad material y espiritual.[3]

Los números no son simplemente valores arbitrarios. Cada número tiene un significado, no solo como cantidad, sino como una expresión única de calidad. Los números son los ladrillos que construyen nuestro mundo. Son uno de los fundamentos más importantes del pensamiento humano. La Cabalá a menudo se ocupa de los misterios cualitativos que se encuentran en las equivalencias numéricas de las palabras.

La porción de la Torá de Shemini se lee en Shabat antes o después de Pesaj. Esto nos recuerda el poema cantado al final del Seder de Pesaj, “¿Quién sabe uno?” ¿Cómo se coló [se introdujo a hurtadillas] este poema sobre los números en la Hagadá?

La Hagadá es el texto que leemos para cumplir con el mandato de la Torá de relatar la historia de nuestro Éxodo de Egipto a nuestros hijos. En el Seder, el niño hace preguntas y el padre responde. Esta es una excelente oportunidad para transmitir al niño (y también a nosotros mismos) una visión del mundo de santidad." ¿Quién sabe uno?" infunde en la mente una asociación natural con "Uno es Hashem." Lo mismo es cierto para cada número y su significado único. En el judaísmo, los números están asociados con un contenido significativo.

¿Cuál es entonces el significado del número ocho?

En la Torá, el ocho a menudo aparece en conjunción con el número siete, como en el versículo de Eclesiastés, “Da una porción a siete y también a ocho.”[4] Ocho a menudo refleja la culminación de una serie de siete. La festividad de Shemini Atzeret sigue a los siete días de Sucot; Shavuot sigue a las siete semanas de la Cuenta del Omer; y el año de jubileo sigue a los siete ciclos del año sabático. En la porción de la Torá de Shemini, hay un significado especial para el octavo día de la inauguración del Tabernáculo.

 

Séptimos y Octavos

El número seis representa los seis extremos de la dimensión espacial; el número siete representa el espacio que llena esos extremos. Shabat, el séptimo día de la semana, sigue a los seis días laborables. Así como el alma que permea el cuerpo, así la conciencia superior del descanso penetra los días de la semana. Seis representa el mundo inanimado que nos rodea. El número siete le infunde vida.

El número ocho representa la luz Divina que rodea todos los mundos. Es el nivel milagroso de existencia que se encuentra más allá de la naturaleza. Cuando se revela, inspira al mundo natural a revelar la Divinidad. En el poema, "¿Quién sabe uno?" la respuesta a "¿Quién sabe ocho?" es "Ocho son los días de la circuncisión." Un niño judío es circuncidado al octavo día después del nacimiento. Esto manifiesta la capacidad judía para conectarse y revelar una dimensión superior de conciencia. A nivel nacional, esto se manifestó en el milagro que ocurrió al octavo día de la inauguración del Tabernáculo. La revelación de la Divinidad está más allá de los serenos ciclos de la naturaleza. El momento en que la luz Divina se infunde en el reino finito de la realidad es un evento intensamente inspirador. Cuando Moisés y Aarón bendijeron a la nación, descendió un fuego del cielo sobre el altar y toda la nación “se postró sobre sus rostros”[5] ante la revelación de la Presencia Divina.

El mandamiento de circuncidar a un niño judío al octavo día después del nacimiento aparece en la parashat Tazria, la porción de la Torá que sigue a Shemini. Esta es otra indicación que “Shemini, Ocho – gordo, (שְׁמִינִי, שְׁמוֹנָה - שְׁמֵנָה). Un año en que Shemini se lee ocho veces es propicio para que una mujer se vuelva “gorda” con un embarazo. Entonces ella amerita cumplir el mandamiento: “Cuando una mujer conciba y dé a luz un varón… al octavo día se le circuncidará el prepucio.”[6]

 

De Moisés a Aarón, siete a ocho

Durante la inauguración del Tabernáculo, Moisés sirvió como Sumo Sacerdote. Durante siete días, interpretó el papel protagonista. Moisés tiene una relación única con el número siete. Él es la séptima generación desde Abraham (Abraham, Itzjak, Iacob, Levi, Kehat, Amram y Moisés). Con respecto a Moisés, los sabios afirman que "Todos los séptimos son queridos." El Midrash explica que inmediatamente después de la creación, la Shejiná (la Presencia Divina) flotaba justo por encima de la realidad mundana. Todo lo que se requería para manifestar lo sobrenatural en el mundo natural era que el hombre se refinara guardando el único mandamiento de no comer del Árbol del Conocimiento. Pero Adam y Javá pecaron, y la Shejiná se trasladó al primer cielo por encima de la realidad mundana. Después de cada pecado sucesivo de la humanidad, se fue alejando más hasta llegar al séptimo cielo. Abraham lo bajó al sexto cielo, Itzjak al quinto, Iaacob al cuarto y así sucesivamente, hasta que Moisés, “el séptimo querido”, erigió el Tabernáculo y devolvió la Shejiná al nivel del suelo en el séptimo día.

En el octavo día de la inauguración, Aarón reemplazó a Moisés. Llegó a ser el Sumo Sacerdote y el antecedente de todos los Sumos Sacerdotes futuros. Al igual que su hermano menor, Moisés, Aarón también es la séptima generación desde Abraham. En términos de traer la Shejiná al mundo, él es la “octava generación.” Completó la obra de la séptima generación. Moisés es el "héroe" de la generación que recibió la Torá. El octavo día de la inauguración fue el día de Aarón. La conexión de Aarón con el número ocho se manifiesta en las ocho vestiduras que usa el Sumo Sacerdote.

El valor numérico de Aaron (אַהֲרֹן) es 256, que es el producto de 32 y 8. Una permutación de Aaron (אַהֲרֹן) significa “ha aparecido”, nirá (נִרְאָה) Esta palabra aparece en la frase que sigue a la inauguración del Tabernáculo, "Porque en este día, Di-s se te ha aparecido.”[7] Las nubes de gloria que rodearon a la nación en el desierto fueron por mérito de Aarón. El nombre de Aarón alude claramente a ver la Shejiná, que se manifestó en el fuego que descendió sobre el altar, y en la nube que apareció a la entrada de la Tienda de Reunión

Técnicamente hablando, los hijos de Aarón eran la octava generación desde Abraham. También juegan un papel principal en esta porción de la Torá. Dos de los hijos de Aarón, Nadav y Avihu, murieron en su ferviente servicio a Di-s. Otro hijo, Elazar, sucedió a su padre como Sumo Sacerdote mientras Moisés aún vivía. Él y su hermano Itamar, el cuarto hijo de Aarón, finalmente merecieron ingresar a Tierra Santa para revelar completamente la Shejiná allí.

Moisés, el Octavo Tono

A pesar del papel principal de Aarón en la porción de Shemini de la Torá, no se puede separar de Moisés. Traer la Shejiná al mundo solo puede ser logrado por ambos juntos. Esto se enfatiza en los versos. Después de todos los sacrificios que ofreció Aarón, la Shejiná no apareció hasta que Moisés y Aarón entraron juntos en el Tabernáculo y bendijeron a la congregación a su salida.

Siete es la culminación del mundo natural, como un alma que impregna un cuerpo y lo anima. El número ocho es la perfección sobrenatural. En Jasidut, estos dos niveles se relacionan respectivamente con la "luz inmanente" que impregna la realidad y la "luz circundante" que se cierne sobre la realidad. La intensa luz de lo sobrenatural parece carecer de la capacidad de infiltrar verdaderamente la realidad mundana sin romperla. Sin embargo, el objetivo final es unir las dos formas de luz. La mayor, luz circundante, debe ser atraída por completo a nuestra realidad. Debe integrarse constantemente en nosotros hasta que potencie nuestra psique.

Esta unión se logra por las fuerzas combinadas de Moisés y Aarón. Aarón atrae la luz circundante hasta nuestro nivel en las brillantes Nubes de Gloria, mientras que Moisés absorbe la luz y la integra dentro de nosotros. Como el estudio de la Torá que es captado por la mente hasta convertirse en parte de nuestro ser; como el maná que cayó en mérito de Moisés y fue absorbido por nuestros cuerpos, así también la Shejiná es absorbida por nuestro ser - “Y habitaré entre ellos - dentro de todos y cada uno de los individuos judíos.”

Se aclara un nuevo significado sobre el número ocho. Primero, vimos que el número siete expresa un ciclo completo de la naturaleza. El número ocho es un salto cuántico por encima de la naturaleza. Esto nos lleva a una nueva dimensión. Pero, de hecho, el ocho nos eleva a una nueva primicia. Como una espiral siempre ascendente, volvemos al nivel inicial para contemplarlo desde un reino superior.

La escala musical regular se compone de siete notas. La nota que sigue a la séptima nos lleva a la siguiente, la octava más alta. Este proceso es infinito. La nota especial del octavo día cuando la Shejiná reside entre el pueblo judío trae la más elevada luz Divina a nuestra conciencia y la integra en lo más profundo de cada alma judía.

 

 

 

 

 

 

SEGUNDA LECTURA:

 LUCHANDO HASTA EL FINAL

 

וְהוַיָּבֹ֨א מֹשֶׁ֤ה וְאַהֲרֹן֙ אֶל־אֹ֣הֶל מוֹעֵ֔ד וַיֵּ֣צְא֔וּ וַֽיְבָרֲכ֖וּ אֶת־הָעָ֑ם וַיֵּרָ֥א כְבוֹד י־הוה אֶל־כָּל־הָעָֽם

(שמיני ט, כג)

“Moisés y Aarón dentro de la Tienda del Encuentro. Cuando salieron, bendijeron al pueblo; y la Presencia de Havaiá apareció a todo el pueblo”

(Levítico 9:23)

 

La picadura de la serpiente al cumplirse el mandamiento

En esta segunda lectura aprendemos de las acciones finales prescritas por Di-s para el octavo día de inauguración del Tabernáculo y la ordenación de los Sacerdotes. Al final de todo, el propósito se logra: “Y la gloria de Di-s apareció a todo el pueblo”.[8] De hecho, hay una brecha entre completar una tarea y cumplir su propósito. Como explican los Sabios, no todo salió bien.

El momento en que una tarea llega a su fin es un momento de lucha y requiere superación. La razón de esto es que el individuo que ha llegado al final de la tarea se siente bien por haber cumplido con su obligación, este sentimiento de autosatisfacción es crear una crisis. El Baal Shem Tov enseñó que la serpiente golpea a una persona en su talón, simbolizando la terminación de una buena acción, como dice con respecto a la maldición dada a la serpiente en el Jardín del Edén:

“Y picarás su talón [del hombre]”[9]

Veatá teshufenu akev

וְאַתָּה תְּשׁוּפֶנּוּ עָקֵב

 

Cuando somos capaces de manejarnos adecuadamente, debemos vencer a la serpiente cuando nos acercamos a la culminación de una acción positiva. Vencer a la serpiente significa minimizar los sentimientos de autosatisfacción que podríamos recibir por haber realizado con éxito la acción. Cuando se pone freno a la autosatisfacción, se puede alcanzar el verdadero propósito de realizar una buena acción - revelar la gloria de Di-s. Si no podemos controlar nuestros sentimientos de autosatisfacción, entonces es la serpiente la que nos ha mordido provocando que nos llenemos de satisfacción al completar con éxito la acción.

La autosatisfacción tiene su origen en el atributo de poder, que ya al comienzo de la Creación sirvió para ocultar la omnipresencia de Di-s, dando espacio a la existencia humana. Como tal, separa la existencia del individuo de la existencia absoluta de Di-s, haciéndolo sentir como una entidad separada de Di-s. Por lo tanto, cuando estamos llenos de autosatisfacción al completar nuestra tarea, impedimos que se cumpla el verdadero propósito de cada buena acción - revelar la Divinidad.

Cómo vencer a la serpiente con un corazón roto

Cuando llegó la inauguración del Tabernáculo, al concluir todas las acciones, se produjo una crisis antes de que se pudiera cumplirse el objetivo de “Y la gloria de Di-s se mostró a todo el pueblo”.

Cuando Aarón vio que se habían hecho todas las ofrendas y se habían completado todas las acciones, pero que la Shejiná (Presencia Divina) no había descendido sobre Israel, se angustió y dijo: “Sé que el Santo Bendito está enojado conmigo, y por mi culpa la Shejiná no ha descendido sobre Israel”. Le dijo a Moisés: Moisés, hermano mío, ¿es esto lo que me has hecho, que entre y me avergüence? Inmediatamente, Moisés entró con él, oraron por la misericordia de Di-s y la Shejiná descendió sobre Israel.

Como acompañante nupcial,[10] los sentimientos de Aarón reflejaban los sentimientos de todo el pueblo antes de los acontecimientos del día. Como relatan los sabios,

Porque durante los siete días de la inauguración, durante los cuales Moisés montó el Tabernáculo diariamente, sirvió en él y lo desarmó, la Shejiná no descansó sobre él. Los israelitas se avergonzaron y le dijeron a Moisés: “Moisés nuestro maestro, todo el esfuerzo que hemos invertido fue para que la Shejiná habite entre nosotros y sepamos que hemos sido perdonados por el pecado del Becerro de Oro”.

Siguiendo las palabras del pueblo a Moisés y su anticipación de que la Presencia Divina habitará entre ellos, en el octavo día, se enfatizó que “Aarón había entrado [al Tabernáculo] según el mandato directo de Di-s”, y que su altura era más elevada que la de Moisés:

Por lo tanto, dijo: “Esto es lo que Di-s os ha ordenado que hagáis, y la gloria de Di-s se os presentará”. Aarón, mi hermano, es más digno y estimado que yo, porque a través de sus ofrendas y su servicio, la Shejiná habitará entre vosotros, y sabréis que Di-s le ha elegido.

Por lo tanto, se enfatiza aquí que cada uno de los colaboradores en el Tabernáculo - el pueblo, Moisés y Aarón - deben alcanzar un sentimiento de corazón quebrantado y reconocer su propia deficiencia al completar su tarea, para ser salvados de la mordedura de la serpiente, la mordedura de la autosatisfacción al final de cada acción.

La raíz de la bendición

Después de completar todas las acciones, Aarón bendijo al pueblo con la Bendición Sacerdotal, una bendición de bondad (que representa una expansión y extensión de la energía Divina en el mundo), pero la Shejiná aún no fue revelada. Sólo después de que Aarón alcanzó un estado de corazón quebrantado, sintiendo que su servicio no produjo la revelación de la Shejiná, y buscó misericordia con Moisés su hermano, la Shejiná descansó sobre sus obras. La raíz de la bendición compartida que Moisés y Aarón otorgaron al pueblo asciende por encima de bondad (Jesed), a entendimiento (biná), que es la raíz de poder (guevurá). “Ellos [Moisés y Aarón] dijeron: 'Que el favor de Havaiá nuestro Di-s sea sobre nosotros'[11]; que Él, la Divina Presencia, repose en vuestra obra”[12] (se sabe que “favor”, noam [נֹעַם] está asociado con la sefirá de entendimiento). Según otra interpretación, Moisés entró con Aarón para enseñarle sobre el acto de quemar el incienso, que también implica un aspecto de juicio y destrucción, como se revela más adelante.

 

(de Amudeha Shiva, Vaikra, págs. 57-58)

 

TERCERA LECTURA:

 LA CARRERA Y EL REGRESO DE LAS EXPERIENCIAS ESPIRITUALES

 

וַתֵּ֤צֵא אֵשׁ֙ מִלִּפְנֵ֣י יְהוָ֔ה וַתֹּ֙אכַל֙ עַל־הַמִּזְבֵּ֔חַ אֶת־הָעֹלָ֖ה וְאֶת־הַחֲלָבִ֑ים וַיַּ֤רְא כָּל־הָעָם֙ וַיָּרֹ֔נּוּ וַֽיִּפְּל֖וּ עַל־פְּנֵיהֶֽם

(ויקרא ט, כד)

" Salió fuego de ante de Di-s y consumió el holocausto y las grasas que estaban sobre el altar. Y todo el pueblo lo vio y gritó y cayó sobre sus rostros."

(Levítico 9:24)

 

"Itzjak reirá alegremente"

El Zohar abre su estudio sobre Parashat Shemini con lo siguiente:

“Y sucedió al octavo día”. Rabi Itzjak comenzó con: “Cuando las estrellas de la mañana cantaban juntas, y todos los hijos de Di-s gritaban de alegría”[13] (בְּרָן יַחַד כּוֹכְבֵי בֹקֶר וַיָּרִיעוּ כָּל בְּנֵי אֱ־לֹהִים).

El padre del Rebe de Lubavitch, Rabi Levi Itzjak, vincula el versículo con el que abre el Zohar con un versículo que aparece más adelante en la porción:

“Y salió un fuego de delante de Di-s, y consumió sobre el altar el holocausto y las grasas; y cuando todo el pueblo lo vio, gritaron y cayeron de bruces”[14]

וַתֵּצֵא אֵשׁ מִלִּפְנֵי י־הוה וַתֹּאכַל עַל הַמִּזְבֵּחַ

אֶת הָעֹלָה וְאֶת הַחֲלָבִים וַיַּרְא כָּל הָעָם וַיָּרֹנּוּ וַיִּפְּלוּ עַל פְּנֵיהֶם

Explica que el vínculo entre los dos versos está en las palabras “cantaron”, beran (בְּרָן) del verso citado por el Zohar “y gritaron”, vaiaronu (וַיָּרֹנּוּ) en el verso de nuestra tercera lectura, que provienen de la misma raíz: רנן; de ahora en adelante nos referiremos a esto como riná. Rabi Itzjak, cuyas palabras cita el Zohar, está relacionado con el riná, como decimos en Shabat Amidá de la tarde, “Itzjak cantará”, Itzjak ieranen (יִצְחָק יְרַנֵּן). De paso, observemos que una posible fuente de esta frase y conexión entre Itzjak y el canto se puede encontrar en el versículo: “Servid a Di-s con alegría, venid ante Él con cánticos”[15] (עִבְדוּ אֶת י־הוה בְּשִׂמְחָה בֹּאוּ לְפָנָיו בִּרְנָנָה) donde la primera mitad se refiere a Itzjak cuyo nombre significa risa y alegría y la segunda mitad habla de canto. Tenga en cuenta también que el valor de “con canto” (בִּרְנָנָה) es el mismo que el de “Rivka” (רבקה), la esposa de Itzjak.

Hebreo y arameo como correr y regresar

¿Cuál es el significado de “gritaron” (וַיָּרֹנּוּ), según nuestra lectura? Rashi escribe “como su traducción”, refiriéndose a la traducción aramea de la Torá de Onkelos. Por lo general, cuando Rashi nos envía a mirar en los Onkelos, lo cita y lo explica. Pero en raras ocasiones, como aquí, escribe sólo “como traducción” y nada más. Si miramos en Onkelos, encontraremos que él escribe: “[y toda la gente vio] veshabaju” (וְשַׁבָּחוּ). Esta palabra, veshabaju, es una palabra común a varios conceptos de alabanza y canto y, como tal, parecería que Rashi no ha aportado mucho a nuestra comprensión. Esto es especialmente cierto porque la palabra hebrea original, “gritaron” (וַיָּרֹנּוּ), parece indicar una excitación mayor que la que acompañaría a un simple elogio; parece indicar una excitación tan grande que les hizo caer de bruces.

Por lo tanto, nos lleva a inferir que al referirnos a Onkelos (“como su traducción”, y nada más), Rashi está insinuando que aquí, específicamente, el texto hebreo de la Torá y la traducción aramea deben estar unificados. Normalmente, la relación entre el hebreo de la Torá y el arameo de Onkelos se describe como “cara y espalda”, panim veajor (פָּנִים וְאָחוֹר), lo que también corresponde a una relación de “correr y regresar”. Como tal, la traducción aramea actúa para “asentar” (es decir, devolver) el asombro y la emoción inferidos en el hebreo original.[16] La traducción aramea es, por tanto, como una salvaguardia contra una realidad en la que la emoción del momento y la experiencia provocan una carrera sin retorno, una emoción que no tiene un recipiente psicológico que la contenga.

Podemos vincular esto con la muerte de Nadav y Avihu, los hijos de Aarón descritos en el siguiente versículo.[17] Nadav y Avihu trajeron un fuego (de incienso) no autorizado ante Di-s. Este fue un acto de excitación espiritual - un correr sin retorno - sin el recipiente requerido, es decir, el mandato de Di-s. Como resultado, “Y salió fuego de ante de Di-s y les consumió”[18]. Por lo tanto, ciertamente encajaría que la “carrera sin retorno” de Nadav y Avihu, su sobreexcitación evolucionó a partir del “y el pueblo vio, gritaron y cayeron de bruces” al ver cómo “salía fuego de delante de Di-s y se consumía sobre el altar”. Tenga en cuenta que exactamente las mismas palabras, “un fuego salió de delante de Di-s y consumió” (וַתֵּצֵא אֵשׁ מִלִּפְנֵי י־הוה וַתֹּאכַל) describen la muerte de Nadav y Avihu.

Guematría alrededor del 63

En Cabalá, el relleno del Nombre esencial de Di-s, Havaiá, cuyo valor es 63 (יוד הי ואו הי), se conoce como el Nombre Sag (סג). Sag es el nombre asociado con la destrucción, la elevación y la emoción. El desmoronamiento está ilustrado en el verso traído por el Zohar, la elevación corresponde a la reacción de los israelitas ante el fuego consumidor que descendió de Di-s sobre el altar, y la excitación está asociada con el despertar causado por sentir un gran amor por Di-s como en “Amarás a Havaiá tu Di-s con todas tus… fuerzas.”[19] En el esquema de los cuatro rellenos más importantes de Havaiá, Sag es el que corresponde a la sefirá de entendimiento (biná) y al nombre de nuestro parashá, Shemini, ya que la comprensión es la octava sefirá desde abajo.

Ahora bien, el valor de todo el versículo citado por el Zohar contiene ocho palabras: “Cuando las estrellas de la mañana cantaron juntas y todos los hijos de Di-s gritaron de alegría” (בְּרָן יַחַד כּוֹכְבֵי בֹקֶר וַיָּרִיעוּ כָּל בְּנֵי אֱ־לֹהִים) es 18 veces 63 o Sag. También es lo mismo que el producto de “David” (דָּוִד) y “Nadav y Avihu” (נָדָב אָבִיהוּא). Sorprendentemente, el valor de sólo las letras iniciales del verso (ביכבוכבא) es 63, Sag. Si elevamos al cuadrado el valor de cada una de las primeras tres letras iniciales – ביכ - su suma es igual al valor de las primeras tres palabras de nuestra parashá, “Y aconteció en el octavo día”[20] (וַיְהִי בַּיּוֹם הַשְּׁמִינִי). Además, ¡el valor de sólo la primera palabra del versículo de los Salmos, “Cuando cantaban…” (בְּרָן) es 4 veces 63!

El valor de la frase que hemos estado estudiando en profundidad: “Y todo el pueblo lo vio, y gritaron, y cayeron sobre sus rostros” (וַיַּרְא כָּל הָעָם וַיָּרֹנּוּ וַיִּפְּלוּ עַל פְּנֵיהֶם), es 17, o “bueno” (טוֹב) veces 63. Pero como el valor de todo el versículo, “Cuando cantaban juntas las estrellas de la mañana, y todos los hijos de Di-s gritaban de alegría” era 18 veces 63, y las iniciales eran iguales a 63, eso significa que el valor del resto de las letras (בְּרָן יַחַד כּוֹכְבֵי בֹקֶר וַיָּרִיעוּ כָּל בְּנֵי אֱ־לֹהִים) es el mismo.

El valor de las primeras tres palabras de nuestra parashá, “Y aconteció en el octavo día” (וַיְהִי בַּיּוֹם הַשְּׁמִינִי) es 8, ¡en alusión a Shemini (el octavo) veces 63!

El canto de los ángeles después del canto de las álmas

Rabí Levi Itzjak interpreta “y todos los hijos de Di-s gritaron de alegría” según el Zohar, en el sentido de quebrantar. Sin embargo, el Rebe señala que el significado claro del versículo es que los ángeles (“los hijos de Di-s”) no pueden cantar su canción arriba hasta que los hijos de Israel (que son comparados con las estrellas[21]) canten desde abajo. Tenga en cuenta que el valor de todo el verso es 3 veces jashmal (חַשְׁמַל), una clara indicación a aquellos ángeles que guardan silencio [jash] para que escuchen el cántico de Israel y solo entonces hablen [mal].

Como se mencionó, esto expresa la idea de que, aunque las palabras del pueblo judío de abajo necesitan ser elevadas por los ángeles, su cántico está por encima del cántico de los ángeles, y los ángeles lo necesitan. Podemos ir más allá y decir que la razón por la que los ángeles gritan en la mañana -gritando como una especie de destrozo - es porque cuando escuchan el cántico de Israel, se dan cuenta de que no pueden cantar como ellos, sus corazones se rompen dentro de ellos, y desde un corazón roto, cantan su propia canción.

Se puede traer una analogía de los asuntos humanos. A veces la gente es testigo de una persona extraordinaria y de cómo alaba a Di-s. Sus corazones se rompen al reconocer sus propias habilidades inferiores, en comparación. Al experimentar el corazón quebrantado, llegan a elevar su propia alabanza a Di-s. Ahora bien, los ángeles, incluso después de quebrarse al escuchar el cántico de Israel, permanecen en un nivel inferior al cántico de las almas. Sin embargo, entre los humanos, a veces, el canto de una persona que canta desde un corazón quebrantado es más querido que el canto de una persona cuya alabanza suena y parece más elevada, porque no hay nada más íntegro que un corazón quebrantado.

 

 

 CUARTA LECTURA:

 ENCONTRAR LA ETERNIDAD

 

וַאֲכַלְתֶּ֤ם אֹתָהּ֙ בְּמָק֣וֹם קָדֹ֔שׁ כִּ֣י חָקְךָ֤ וְחָק בָּנֶ֙יךָ֙ הִ֔וא מֵאִשֵּׁ֖י י־הוה כִּיכֵ֖ן צֻוֵּֽיתִי

 (שמיני י, יג)

Debes comerlo en un lugar sagrado, porque es tu porción y la porción de tus hijos de las ofrendas quemadas a Di-s, porque así me lo han ordenado.

(Levítico 10:13)

 

Un hijo es la pierna de su padre

Al comienzo de la cuarta lectura de nuestra Parashá se menciona que Elazar e Itamar son los “hijos restantes” de Aarón. La expresión “hijos restantes” es una asociación directa con la sefirá de victoria/eternidad (netzaj). El Talmud escribe que cada hijo se describe en sentido figurado como “la pierna de su padre”, porque es la continuación y eternización del padre, y esto se señala claramente en el versículo como los “hijos restantes”, que continúan existiendo después de su padre hasta darle continuidad. De ello se deduce que, dado que el versículo menciona sólo a Elazar e Itamar como los hijos restantes de Aarón, podemos deducir que Nadav y Avihu, sus dos hijos mayores que murieron el octavo día de la inauguración del Tabernáculo, no fueron considerados las “piernas” de su padre. Más bien, estaban al mismo nivel que su padre Aarón o incluso superiores a él, como dijo Moisés, "son más grandes que tú y yo". Además, así como no continuaron con su padre, no estaban casados y no tenían continuación propia.

El versículo luego continúa diciendo "toma la ofrenda de cereal restante". Rashi comenta que “esta fue la ofrenda de grano del octavo día y la ofrenda de grano de Najshon”. Numéricamente, el valor de las dos frases, “la ofrenda de grano del octavo día, la ofrenda de grano de Najshon” (מִנְחַת שְׁמִינִי מִנְחַת נַחְשׁוֹן) es 1820, ¡el número de veces que el Nombre esencial de Di-s, Havaiá, aparece en el Pentateuco!

Por lo tanto, se puede decir que la “ofrenda de grano restante”, que en realidad se refiere a dos ofrendas de grano, alude a Elazar e Itamar “los” hijos restantes. Más adelante, en la quinta lectura, encontramos la misma frase, “los hijos restantes de Aharon” (בְּנֵי אַהֲרֹן הַנּוֹתָרִם) pero sin la letra iud necesaria para completar la forma plural. Esto pretende sugerir que los hijos restantes son uno solo.

La alusión numérica que conecta a los hijos con las ofrendas de grano es que 2 veces “hijo” (בֵּן) es igual a “ofrenda de grano” (מִנְחָה), más el 1 inclusivo, el llamado kolel. “Ofrenda de grano” (מִנְחָה) también es igual numéricamente a “hijos” (בָּנִים) más el 1 inclusivo.

Estatutos eternos

Hacia el final de la cuarta lectura, encontramos la frase “porque son vuestras porciones y la porción de vuestros hijos” repetida dos veces en dos versos consecutivos.[22] El concepto de algo que es “debido” generalmente indica permanencia y eternidad, especialmente cuando la Torá lo menciona cerca de la frase “un derecho eterno” (חֹק עוֹלָם), como lo hace al final de la cuarta lectura.

Además, la palabra “debido” (חֹק) es la raíz de dos letras asociada con la sefirá de victoria/eternidad (netzaj) en el modelo de la transformación Albam[23] de letras del hebreo. La palabra “debido” (חֹק) aparece 5 veces en el lapso de tres versos.

El valor de las dos palabras, “debido” y “eterno” (חֹק נֶצַח) es 256, el mismo valor que “Aharon (אַהֲרֹן). Aunque generalmente Moisés está asociado con la sefirá de “eternidad” (netzaj), mientras que Aharón está asociado con la sefirá de reconocimiento (hod), claramente la naturaleza eterna del sacerdocio surge de la sefirá de eternidad (netzaj).

 

(de Amudeha Shivá, Shemini)

 

 

 

 QUINTA LECTURA:

 ADMITIR LOS PROPIOS ERRORES

 

וַיִּשְׁמַ֣ע מֹשֶׁ֔ה וַיִּיטַ֖ב בְּעֵינָֽיו

(ויקרא י, כ)

Moisés oyó y le agradó

(Levítico 10:20)

 

El error de Moisés

Hemos estado hablando del número 956, que es la suma de los nombres de los novios. Ya hemos visto algunas frases y versos que tienen este mismo valor. Ahora pasemos a un versículo de la parashat Shemini, “Moisés escuchó y le agradó” (וַיִּשְׁמַע מֹשֶׁה וַיִּיטַב בְּעֵינָיו), cuyo valor también es 956.

Vimos anteriormente que 956 también es igual a “Moshé Torá” (מֹשֶׁה תּוֹרָה). Se deduce entonces que dado que tenemos la palabra “Moisés” (מֹשֶׁה), 345, en nuestro versículo, el resto de las palabras, “escuchó, y le agradó” (וַיִּשְׁמַע וַיִּיטַב בְּעֵינָיו) es igual a “Torá”, (תּוֹרָה), 611.

Rashi explica que “Él [Moisés] aceptó y no se avergonzó [y no intentó justificarse] diciendo: 'No escuché'”. Rashi está citando el Talmud, que tiene una interesante continuación: “reconoció y no se avergonzó” [y no intentó justificarse] diciendo: 'No escuché', sino que dijo: 'Escuché y lo olvidé'”.[24] Aparentemente, esto es diferente de lo que Rashi explicó, casi lo contrario.

¿Qué paso ahí? Aarón y sus hijos quemaron el macho cabrío de la ofrenda por el pecado para Rosh Jodesh (el primero del mes), que es un sacrificio que se ofrece a perpetuidad y Moisés se molestó con ellos. Él cuestionó su decisión de quemar el sacrificio por completo a pesar de encontrarse en un estado pre-entierro de sus familiares (Nadav y Avihu) - un estado en el que una persona no está obligada por los mandamientos porque su mente debe concentrarse en enterrar a su pariente. Moisés sostuvo que, dado que Aarón era un Sumo Sacerdote, se le permitía continuar su servicio en el Tabernáculo sin interrupciones.

El punto de discordia entre Moisés y Aarón se refería al estatus de los sacrificios ofrecidos a perpetuidad y aquellos que eran ad hoc debido a la inauguración del Tabernáculo y el sacerdocio. Esto se puede resumir como una distinción entre la concepción y la conexión con el tiempo de Moisés y Aarón. Moisés, cuya conciencia trasciende el tiempo, no distingue entre algo que es ad hoc y algo que es para perpetuidad. Los sabios a veces se refieren a esta distinción como la diferencia entre “vida momentánea” (חַיֵּי שָׁעָה) y “vida eterna” (חַיֵּי עוֹלָם). La oración se considera "vida momentánea", mientras que el aprendizaje de la Torá se considera "vida eterna". Pero para Moisés son equivalentes, porque trasciende el tiempo.

Sin embargo, Aarón vive dentro de las limitaciones del tiempo y, por lo tanto, distinguió entre los dos, razón por la cual aparentemente no comió la ofrenda perpetua para el Nuevo Mes. Su razonamiento aparentemente fue, que las otras dos ofrendas por el pecado sacrificadas en el octavo día de la inauguración del Tabernáculo y el Sacerdocio eran de carácter excepcional, porque sólo se traían ese día y para esa ocasión y, por lo tanto, debían comerse. Cuando Moisés escuchó a su hermano explicar la diferencia temporal entre los dos tipos de ofrendas por el pecado, admitió que ésta era la manera en que la mayoría de la gente experimentaba la realidad, diferenciando entre acciones ocasionales y perpetuas.

El ciclo de la ira y el error

Los sabios añaden algo más que Rashi no menciona en su comentario. La traducción de la Torá al arameo conocida como Targum Ionatan agrega que Moisés declaró durante todo el campamento: “Me equivoqué”, para que todos supieran que había cometido un error. ¿Por qué se equivoca Moisés? ¡Porque estaba enojado con Aarón y sus hijos!

Los sabios nos dicen que “cuando uno se enoja, se equivoca”[25] (בָּא לִכְלַל כַּעַס בָּא לִכְלַל טָעוּת). El punto interesante de la declaración de los sabios es que la ira hace que uno se equivoque, esa es la explicación habitual de la relación entre la ira y los errores. Sin embargo, aquí señalan ambos lados de la relación: “porque estaba enojado se equivocó” y “porque se equivocó, se enojó”. Errar primero es un error del intelecto. El intelecto debe ser recto. Si hay algún error de juicio o en la propia mentalidad, el error hará que se enoje con otra persona. Es un círculo vicioso, porque cuanto más te enojas, más errores cometes y el ciclo continúa.

Si una persona se encuentra en un círculo vicioso de esta naturaleza, ¿qué debe hacer?, ¿cómo romperlo? En cuanto a los errores de juicio, son difíciles de ver y, por lo tanto, es posible que no podamos corregirlos. Pero podemos detener nuestra ira, nuestra irritación.

Entonces, alguien que quiera romper el ciclo debe decidir que nunca se enojará con un amigo, mucho menos con nuestro cónyuge, entonces no cometeremos errores.

Aunque Moisés cometió errores, dice que Mashíaj no los cometerá. Aparentemente, será aún más tranquilo y paciente que Moisés - nunca se enojará ni se irritará con nadie. Si podemos decidir no enojarnos nunca (especialmente si decidimos hacerlo en Rosh HaShaná), suavizaremos todos los duros juicios que se oponen al pueblo judío. Di-s no se enojará con nosotros, sin importar la situación, porque hay un principio importante enseñado por el Maguid de Mezritch, que “Di-s es tu sombra a tu derecha”[26], lo que significa que Di-s sigue tu ejemplo; como actúes, Di-s actúa igual contigo. Esta es la moraleja que se debe aprender del versículo: “Moisés oyó y le agradó”.

La alegría de admitir un error

¿Qué más aprendemos de este versículo? A pesar de toda la irritación y el error que experimentó Moisés, sigue siendo el más humilde de todos los hombres. Una vez que escucha una explicación que lo satisface, que lo convence de que Aaron estaba justificado en sus acciones, inmediatamente admite su error e incluso lo publicita. De hecho, le gusta admitir en público que se equivocó - para que todos sepan que incluso Moisés puede equivocarse. Acerca de Moisés dice: “Le has hecho poco menos que Divino”[27] (וַתְּחַסְּרֵהוּ מְּעַט מֵאֱ-לֹהִים). La palabra traducida como “Divino”, es el Nombre de Di-s, Elokim (אֱ-לֹהִים), cuyo valor es 86. Hay un principio bien establecido que establece que el mínimo de un plural es 2, y si hacemos el Nombre Elokim “menos” por 2, obtenemos el valor de la palabra “errado” (טָעָה). El valor de la frase “Moisés nuestro maestro se equivocó” (מֹשֶׁה רַבֵּינוּ טָעָה) es el mismo que “la esencia en forma física”, atzmut beguf (עַצְמוּת בְּגוּף). Puedes ser Moisés e incluso ser descrito como un poco menos que Divino y aun así errar.

Hay personas para quienes admitir que cometieron un error es muy difícil, pero hay personas como Moisés, cuya humildad les hace agradable admitir sus errores. De hecho, la capacidad de hacerlo es señal de un verdadero Rebe, un verdadero líder espiritual y revela que el individuo es “la extensión de Moisés en cada generación”.

Escuchar en profundidad

En el pensamiento jasídico, escuchar, es decir, "Moisés escuchó", es indicativo de lo que se conoce como "audición interna", que en yidish es llamado derher - se refiere a ser capaz de escuchar el significado interno de un tema y conectarse con la profundidad de su significado. Derher, la audición interior, es en cierto modo más poderoso que la vista, para conectar a una persona.

Acerca de Moisés se dice: “Moisés ameritó entendimiento”. El entendimiento se corresponde con el oído y la Sabiduría con la vista. Entonces, aunque dice que “Moisés ve lo que Di-s ve”[28] (וּתְמֻנַת הוי' יַבִּיט), en este versículo merece escuchar. Aunque Moisés escuchó, al final “le agradó”, lo cual está escrito usando una expresión, que literalmente significa “fue bueno ante sus ojos”.

En realidad, las tres sefirot intelectuales estaban involucradas. Ya mencionamos el oído y la vista (bueno a sus ojos), y el hecho de que fueran “buenos” corresponde a la sefirá de conocimiento (daat). Cuando algo espiritual es absolutamente claro, es como verlo con los ojos, tal como decimos acerca de "ver la creación desde la nada en cada momento". Ésta es la visión espiritual de la sabiduría. Pero cuando escuchas algo y te sienta bien, estos son los ojos del conocimiento. El conocimiento también tiene “ojos” según la Cabalá. Los dos ojos son los cinco aspectos de la bondad y los cinco aspectos del poder en la sefirá de conocimiento.

 

(de un Kabalat Panim, 23 Elul, 5777)

 

 

 

 

 SEXTA LECTURA:

RECTIFICAR A LA SERPIENTE Y AL CERDO

 

כֹּל֩ הוֹלֵ֨ךְ עַל־גָּח֜וֹן

(שמיני יא, מב)

 

Cualquier cosa que se arrastre sobre su vientre

(Levítico 11:42)

 

El Talmud relata que,[29]

 

Los primeros Sabios fueron llamados “Aquellos que cuentan”, porque contaban todas las letras de la Torá, ya que decían que la letra vav en la palabra “vientre [גָּחוֹן][30] es el punto medio de las letras en una Rollo de la Torá…. De manera similar, en la expresión: “El jabalí fuera del bosque [מיער] lo devasta”,[31] la ayin en la palabra "madera" [יער] es el punto medio de los Salmos….

 

Así, después de que el Talmud marca la letra vav de “vientre” (גָּחוֹן) como el centro de la Torá, señala que el centro de los Salmos es la letra colgante ayin en el verso “el jabalí que sale del bosque lo devasta” (יְכַרְסְמֶנָּה חֲזִיר מִיָּעַר). No hay ninguna referencia en la literatura rabínica a los centros de los otros libros de la Biblia. Podemos así deducir que existe una conexión intrínseca entre el centro de la Torá y el centro de los Salmos.

El Pentateuco y los Salmos

Un indicio de la estrecha relación entre la Torá y los Salmos se puede encontrar en su división interna: así como la Torá está dividida en cinco libros de Moisés, también el Libro de los Salmos está dividido en cinco libros. En la tradición de Israel, los libros más familiares de la Biblia, que incluso los judíos simples dominaban, son la Torá y el Libro de los Salmos. Específicamente, la relación entre la Torá y los Salmos es como la relación entre la Torá y la oración.

La Torá es una revelación Divina absoluta, que brilla de arriba abajo - desde Di-s al hombre. En contraste, el Libro de los Salmos es el llamado del hombre a Di-s, lleno de la emoción humana de “las oraciones de David hijo de Ishai”[32] (כָּלּוּ תְפִלּוֹת דָּוִד בֶּן יִשָׁי) desde abajo hacia arriba - éste es el "libro de oraciones" dentro de la Biblia. En otras palabras: la Torá y los Salmos engloban en sí la totalidad de las relaciones recíprocas entre el judío y el Santo Bendito Es - las instrucciones de Di-s al hombre y las plegarias del hombre a Dios.

La serpiente y el jabalí

En relación con los puntos centrales de la Torá y los Salmos, surge una cuestión fascinante: el centro de la Torá está asociado con una serpiente (según la interpretación rabínica de que "va sobre su vientre" se refiere a una serpiente, donde se dice “sobre tu vientre andarás”), y el centro de los Salmos está relacionado con un cerdo: “el jabalí del bosque”. Estos dos animales son símbolos en la tradición de Israel de la fuente de toda impureza y abominación - la antigua serpiente es la raíz del pecado (que introdujo la muerte en el mundo, el padre de toda impureza), y el cerdo es un símbolo de repugnancia y abominación, cuya diferenciación de él es una separación principal de Israel de las naciones.

La aparición de las singulares letras intermedias de la Torá y el Libro de los Salmos - la abundante vav y la ayin colgante - nos revelan el poder de la Torá y la oración para detener la inmundicia de la serpiente y debilitar la fuerza del cerdo. La relación entre la serpiente y el cerdo es como la que existe entre el orgullo y la arrogancia: la serpiente trajo al mundo una exagerada conciencia de si misma, mientras que el cerdo extiende sus pezuñas y se jacta diciendo: "Soy puro".

Este orgullo sumamente detestable, porque es la raíz de todos los males (y una persona llena de ego despierta odio), mientras que la jactancia causa repugnancia (pues, ¿qué hay más repulsivo que alguien que conoce su propia inutilidad, pero finge ser algo que no es, con un espectáculo superficial). La revelación de la Torá desde el Cielo (desde una fuente suprema que somete al hombre) desvía su atención de sí mismo hacia la Torá de Di-s - llevándole de la autoconciencia a la conciencia Divina - y por lo tanto rompe la mancha esencial de la serpiente.

El trabajo de la oración, en el que una persona reconoce su vacío interior y su necesidad de Di-s, supera el orgullo, que intenta presentar una fachada exterior de confianza y autosuficiencia. Sin embargo, tanto el cerdo como la serpiente están destinados a ser elevados y rectificados.

 

(de Ma'aian Ganin, Vaikra, Shemini)



[1] Esto ocurre en años cuyo siman es הכז, lo que significa que el año comienza (Rosh Hashana es) un jueves, hei (ה), los meses de Jeshvan y Kislev son "normales" kesidrah (כְּסִדְרָהּ) – es decir, Jeshvan tiene 29 días y Kislev 30 -y el primer día de Pesaj es en Shabat (ז). El último año ה"כז fue el 5778 y el próximo será el 5789.

 [2] Minjá de Shabat Hagadol (1), el lunes (2) y jueves (3) de la semana anterior a Pesaj, Minjá de Shabat que es el primer día de Pesaj (4), Minjá de Shabat que es el último día de Pesaj (5), el lunes (6) y jueves (7) de la semana después de Pesaj, y Shabbat Shemini (8).

 [3] Sijá de Shabat Shemini 5751.

[4] Eclesiastés 11:2.

[5] Levítico 9:24

[6] Ibíd. 12:2

[7] Ibíd. 9:4

[8] Levítico 9:23

[9] Génesis 3:15

[10] Zohar 3:20a

[11] Salmos 90:17

[12] Véase Rabi Moisés Cordovero, Pardes Rimonim 23:14

[13] Iob 38:7

[14] Levítico 9:24

[15] Salmos 100:2

[16] De hecho, las primeras tres letras de la traducción aramea en este caso (וְשַׁבָּחוּ) deletrean la palabra “retorno” (שׁוֹב).

[17] Levítico 10:1

[18] Ibid.v. 2.

[19] Deuteronomio 6:5

[20] Levítico 9:1

[21] Es decir, son las “estrellas de la mañana” mencionadas en el versículo.

[22] Levítico 10:13 y 14.

[23] En la transformación Albam, alef se vuelve lamed (אל), beit se convierte en mem (בם), y así sucesivamente. Jet se convierte en kuf (חק).

[24] Zevajim 111a

[25] Rashi sobre Números 31:21. Sifrei 157:9.

[26] Salmos 121:5

[27] Salmos 8:6

[28] Números 12:8

[29] Kidushim 30a

[30] Levítico 11:42

[31] Salmos 80:14

[32] Salmos 72:20


La Universidad de la Torá: Psicología Jasídica

 

DISCUTIR EN NUESTRO CAMINO HACIA EL AMOR

 

Todos coinciden en que ahora más que nunca necesitamos unidad. Pero, ¿cómo pasamos de la lucha y la desunión - basadas en profundos desacuerdos y avivadas por sentimientos de un peligro inminente, discriminación y amenaza - a la paz y el amor fraternal?

Así como creemos en Di-s, debemos creer en cada judío, en su buena voluntad y en el amor escondido en él - su amor a Di-s y su amor al prójimo. Precisamente cuando discutimos sentimos cuán urgentemente necesitamos un poco de amor fraternal. El deseo de amar al otro y la expectativa-aspiración interior de recibir amor de él son una señal clara de que ha llegado el momento de la reconciliación.

Podemos pensar que para hacer la paz y unirnos tenemos que difuminar las diferencias entre nosotros y dar vuelta la página. Sin embargo, en última instancia las diferencias no desaparecerán y reprimir sólo ayudará a corto plazo.

El verdadero camino hacia la reconciliación -cuyo propósito es restaurar verdaderamente el amor- pasa específicamente por la discusión y la reprimenda, donde cada persona pone sobre la mesa las cuestiones que le duelen. Cuando permitimos que los problemas salgan a la superficie con un deseo de reconciliación, el camino hacia la rectificación está allanado.

En una discusión veraz cada parte comprende la aprensión de la otra, puede incluso admitir que hay algo de justicia en sus afirmaciones y puede aclarar y rectificar la cuestión. En primer lugar, se desinfla el globo incandescente del odio y el conflicto. Entendemos que la sospecha de que el otro actúa para enojarme “a propósito” no es más que una imaginación. A veces, sucede que en realidad nunca hubo realmente ningún problema y otras veces no se trataba de ideología o un deseo de enojarme, sino simplemente la inclinación al mal que yo también tengo no menos que él... Después de haber reprendido a alguien por sus defectos también puedo soportarlo y perdonarlo, y entonces replantear lo que parecía dirigido a mí. Cuando tiene lugar una discusión verdadera y abierta el amor que se crea después de la discusión también es franco y verdadero.

Para tener adecuadamente una discusión que finalmente termine en el perdón, la reconciliación y la restauración del amor profundo, tenemos que superar algo. Necesitamos pasar de un estado de conciencia contraída a un estado de conciencia expandida. Una persona en un estado de conciencia contraída puede ser demasiado emocional y no puede mantener una discusión tranquila. Su corazón aspira a la unidad, pero tan pronto como comienza la discusión, se agita, se ofende y se enoja.

Por el contrario, una persona que se encuentra en un estado de conciencia expandida puede meditar y discutir las cuestiones con madurez, sin implicarse emocionalmente en exceso. Entonces puede ver el punto de vista del otro y explicarse con calma y claridad. Puede llevar el desacuerdo a acciones efectivas - acciones que, en última instancia, engendrarán perdón y comprensión. Las dos partes pueden incluso entender que los puntos de vista en conflicto en realidad se complementan y son necesarios para avanzar juntos hacia los próximos objetivos de la Nación de Israel.

Hoy en día todos sentimos un despertar y un deseo de amor - tanto por la experiencia del daño que nos ha causado el conflicto como por los sentimientos de responsabilidad mutua y entrega que despiertan durante una guerra. Ahora debemos superar el conflicto. Tenemos que decir de todo corazón: “Seamos maduros, dejemos de comportarnos como niños pequeños”. Entonces podremos debatir desde el aprecio al otro y desde una perspectiva positiva. Desarrollaremos nuestro amor por el prójimo y un profundo sentido de unidad. Cuando seamos capaces de lograr una verdadera paz entre nosotros, se allanará el camino para la reconciliación con nuestro Padre Celestial. Un debate en un estado de conciencia expandida incluye incluso la posibilidad de una discusión abierta, conciliadora, una transformación desde la discordia del exilio al amor de la redención.

 

 

 


EL ALEGRE RABI SHIMÓN 

 

Rabi Shimón Bar Iojai fue un rebe lleno de alegría. Estaba tan pleno de alegría que, aunque vivió en los tiempos de la destrucción del Templo, en lo que a él concernía el Templo no fue destruido. La alegría de Rabi Shimón llega hasta nuestros días. Su libro, el sagrado Zóhar sacará al pueblo judío del exilio: "Por el mérito de que el pueblo de Israel pruebe del árbol de la vida, el Zóhar, saldrán del exilio con misericordia".



https://youtube.com/shorts/-bBeSzSb0hI

 

VERDADERO RETORNO

 

El Regreso a Tzión tiene que ser acompañado por un proceso de regreso a Dios.

 


https://youtube.com/shorts/Gpcf3Nu-hDw

 

 

 

EL RABINO GINSBURGH RESPONDE

 

AGREGAR UN ESTUDIANTE NO JUDÍO A ESTUDIAR

Pregunta:

Un estudiante de Jerusalén que se inscribió en nuestro programa 'Jabad en el campus' pidió unir también a un conocido suyo, un estudiante gentil suizo muy interesado en el judaísmo.

En otro caso, un estudiante que se unió al programa preguntó si una amiga de su universidad, una estudiante árabe, también podría unirse al estudio. Según él, ella se identifica mucho con el pueblo de Israel [y no le gusta el comportamiento de los árabes para con Israel] y está muy interesada en aprender Torá y judaísmo.

¿Cómo debo responder a estas solicitudes?

 

Respuesta:

En tales casos, es útil invitar a los estudiantes no judíos a una conversación introductoria en profundidad.

Si después de la conversación la sensación es que existe un deseo real y honesto de aprender y acercarse al judaísmo y efectivamente existe una posibilidad práctica de hacerlo, puedes invitarlos a participar en la actividad.

Hay un aspecto de tu actividad en el que debes ser como jueces de conversión, conocer en profundidad al candidato y comprender su alma.

 

VIVENCIA O CONTENIDO DE LA ACTIVIDAD

 

Pregunta:

Algunas de nuestras actividades en 'Jabad on Campus' están dirigidas al público en general y tienen como objetivo una exposición básica acerca de nosotros y de la actividad. La naturaleza de tales actividades es que siguen siendo más "generales" o superficiales y brindan menos una visión pnimi o interior en profundidad. [a diferencia de las actividades para estudiantes inscritos en el programa]

Muchas veces la impresión que queda en los participantes de estas actividades es principalmente la experiencia social y la comida del evento.

Estamos debatiendo si es correcto dejar la naturaleza de estas actividades como está o cambiar nuestro enfoque y centrarnos más en el contenido y menos en la atmósfera y la comida en las actividades extensivas.

Gracias por el consejo del rabino.

 

Respuesta:

Esta es una pregunta a la que se enfrentan casi todos los Beit Jabad. De hecho, no se debe excluir la comida y el ambiente agradable en la actividad, pero por supuesto no son lo principal: solo deben ser una introducción al contenido interior y profundo.


Depende de ti. Si tienes mucho pnimiut la gente lo sentirá. Deberías traer también muchos conferencistas invitados para quienes el punto interior sea dominante y tratar de que en cada evento el énfasis esté en el contenido interior y la comida, etc. ... sean sólo un caparazón.



 

EL NUEVO JASID DEL BAAL SHEM TOV

 

Un día, cuando estaba sentado “La Luz de Israel”, el santo Baal-Shem-Tov en compañía de sus santos discípulos, “Sarfei Kodesh”, “Serafim Sagrados”, se dirigió a ellos: "¿Conocéis a fulano de tal el gran sabio?"

Los seguidores asintieron con la cabeza; El estudiante de Torá en cuestión vivía no lejos de la residencia del Baal-Shem-Tov. Era un genio y extremadamente inteligente, aunque se sabía que se oponía al Baal Shem Tov y su camino.

Los estudiantes se sorprendieron que su rabino sacó a relucir su recuerdo, pero antes de que el asombro aflorara en sus labios quedaron atónitos al escuchar a su rabino pedir: "Quiero que vayan con él".

Es sabido que los estudiantes siempre cumplían las palabras de su rabino, incluso cuando les parecieran desconcertantes. Los jasidim emprendieron la misión que se les había asignado hasta llegar a la morada del sabio.

Se sorprendió mucho cuando acudieron a él, pero pronto se produjo una animada conversación entre ellos. Llegó a saber que eran personas llenas de Torá y temor al Cielo.

Su muro fortificado de resistencia se fue agrietando ligeramente y después de que le rogaron que fuera con ellos a ver a su maestro y rabino y encontrarse con él cara a cara, un pensamiento entró en su corazón: "¿Podría realmente haber algo en el plan de los jasídicos que yo no sepa, algo que podría ser bueno para mí?

Después de pensarlo tuvo intención de seguirlos. Los rostros de los hombres expresaron satisfacción: he aquí que pudieron cumplir la misión de su rabino.

En la santa casa de Mezhibuzh desde donde su luz sale al mundo entero, se encuentra el rabino Israel Baal Shem Tov. Se oyen golpes en la puerta y fue a abrir. Frente al sabio se encuentra el ilustre tzadik y le extiende la mano para saludarlo. No tenía ninguna duda de que el Baal Shem Tov estaba feliz de recibirlo en su casa y por eso lo trajeron con gran honor.

Pero, para su sorpresa, el Baal Shem Tov no mostró signos de admiración por su llegada. Su mano extendida quedó suspendida en el aire; El tzadik ni siquiera levantó la mano para responder a su saludo...

Como era importante y respetado y no estaba acostumbrado a recibir este tipo de recepción, el exaltado sabio no sabía qué hacer de vergüenza. Pero a pesar del trato que recibió no llegó desesperarse. En lo más profundo de su corazón palpitaba la esperanza, porque su venida no podría ser en vano.

 

Esperó un poco e intentó por segunda vez entrar al interior de la casa. Pero esta vez también chocó contra un muro impenetrable. Una sensación de insulto llenó todo su ser y las lágrimas subieron por su garganta.

Durante un rato permaneció así, humillado y avergonzado. Entonces juntó valentía y decidió volver a entrar; tal vez esta vez recibiría una bienvenida más cordial. Nada, porque el Baal Shem Tov no cambió nada en su actitud hacia él.

Esta vez no pudo detenerse, su corazón se rompió dentro de él y estalló en llanto: "¡Rebe! ¡¿Por qué no obtengo ningún acercamiento de tu parte?!" En ese momento la expresión del tzadik cambió y se vistió de compasión y misericordia. Lo recibió en su casa con afecto y entabló con él una larga conversación durante la cual sació su alma sedienta del pozo del Jasidismo y le enseñó cómo es el camino para alcanzar la dulzura y la belleza de la Torá y el servicio a Dios.

El Baal Shem Tov concluyó la conversación con estas palabras: "Sabe que surgirá una gran oposición contra ti y debes estar bien preparado para eso. Al principio sólo los miembros de su familia se interpondrán en tu camino, pero luego verás que tus vecinos, la gente de tu ciudad y el mundo entero también estarán actuando en tu contra de forma similar, hasta que hasta los pájaros te perturban en tu trabajo"...

El sabio quedó estupefacto ante estas palabras, pero las grabó bien en su corazón. Se despidió del justo y regresó a su casa. Sus familiares pronto notaron que otro espíritu había con él; Por sus acciones entendieron que el fuego del jasidismo estaba encendido en su alma. Y según las palabras del Baal Shem Tov, así fue, aunque antes era admirado y amado por todos, ahora comenzó a surgir una fuerte oposición de su familia y, más tarde, incluso de sus vecinos.

Después de mucho tiempo se encontró aislado, como un muro oculto que lo separaba de todos sus conocidos. Sin embargo, a pesar de ello, no se desvió de su camino. No quería renunciar al placer supremo que había empezado a sentir por servir a su Creador desde que regresó de su visita al Baal Shem Tov.

Un día, mientras estaba orando fervientemente con gran devoción, pasó un pavo. De repente el ave saltó hacia él y empezó a gritar muy fuerte con movimientos amenazantes...

El sabio lo apartó y continuó su oración. Pero el animal alado no se calmó, se acercó nuevamente a él y comenzó a picotearle la ropa. El sabio nuevamente agitó la mano para ahuyentar al problemático pavo, pero este regresó y se abalanzó sobre él como si le declarara la guerra...

La rabia llenó su corazón ante el insolente gallo y tomó un hacha, la blandió con toda furia, listo y dispuesto a cortarle la cabeza.

Pero de repente se detuvo; las palabras del tzadik destellaron en su memoria: "Hasta los pájaros te molestarán"... Si es así, esto también es parte de las pruebas que debe atravesar en su acercamiento a Dios...

Y en un momento olvidó su enojo.

 

 






HISTORIAS JASÍDICAS

 

Rebe Elimelej de Lizhensk:

JUTZPÁ DE SANTIDAD

 

El Rebe Elimelej de Lizhensk, autor de "Noam Elimelej", era hermano del Rebe Zusha de Anipoli. Rebe Elimelej fue hijo de Eliezer Lipa y su madre Mirel naciendo en 5477 (1717). Siguiendo los pasos de su hermano, Rabi Zusha, Rebe Elimelej se convirtió en uno de los más grandes discípulos del Maguid de Mezritch. Su libro era conocido como "el libro de los justos" y el mismo Rebe Elimelej era llamado "el pequeño Ba'al Shem Tov". De muchas maneras, el Rebe Elimelej modeló los senderos jasídicos de Polonia en su totalidad, delineando la personalidad del tzadik y la forma de conectarse con él. Sus discípulos fueron los maestros jasídicos de la siguiente generación. Rabi Elimelej falleció el 21 de Adar de 5547 (1787) en Lizhensk. Su hijo, Rabi Eliezer, sirvió como Rabi después del fallecimiento de su padre, pero no asumió el cargo de Rebe.

 

Uno de los más importantes cabalistas de Alemania fue Rabi Nathan Adler. Él fue el Rabi del Jatam Sofer, el último juez de la ley judía cuyas decisiones fueron aceptadas por toda la nación judía.

Una vez, el Jatam Sofer contó una historia sobre su mentor, Rabi Nathan Adler, quien, aunque nunca conoció al Ba'al Shem Tov ni a sus discípulos, tenía una conexión espiritual con ellos (similar a la conexión entre el Ba'al Shem Tov y el santo Or HaJaim):

Rabi Noson dijo una vez que hay una razón por la cual se dice que los jasidim polacos no tienen derej eretz (modales apropiados). Y la prueba es: todos los días cuando asciendo al Jardín del Edén veo a los dos queridos hermanos Rebe Elimelej y Rebe Zusha. Una vez llegué un poco temprano al Jardín del Edén y las puertas todavía estaban cerradas. Yo fui el primero en la fila para entrar. Esperé hasta que abrieron las puertas y entré inmediatamente cuando se abrieron las puertas. ¿Y a quién vi allí? ¡Los dos hermanos, Rebe Elimelej y Rebe Zusha! No tengo idea de cómo llegaron allí antes de que se abrieran las puertas. Lo único que sé es que no tienen derej eretz

 

Los sabios explicaron el versículo “Y Él llamó a Moisés” que “Un erudito de la Torá que no tiene derej eretz - un cadáver es mejor que él”.[1] Del mismo modo que Moisés esperó a ser llamado, así se requiere de todo erudito de la Torá que tenga compostura, buen comportamiento y derej eretz. Los dos santos hermanos, sin embargo, parecen ser una excepción a esta regla. ¿Cuál fue su poder para desafiar una auténtica norma como “el derej eretz antecedió a la Torá”?[2] Si la Torá está en la sefirá de sabiduría, y derej eretz está en la sefirá de corona, que es más elevada que sabiduría, entonces la osadía de santidad, que es aún más elevada, está enraizada en la dimensión interna de la corona, Radla (la Cabeza Incognoscible). Radla es la fuente de la fe simple y del autosacrificio judío. Cuando brilla, no hay lugar para consideraciones como los buenos modales.

Los sabios dicen que en la generación de los pasos del Mashíaj, habrá una gran jutzpá, un gran descaro y “el rostro de la generación es como el rostro de un perro”.[3] Esto parece una descripción negativa. A Amalek también se le compara con un perro insolente que ataca al pueblo judío justo después del Éxodo de Egipto. En Jasidut, por supuesto, también explicamos estas expresiones desde una perspectiva positiva: cuando la jutzpá se activa en el momento y lugar adecuado, puede ser útil e incluso sagrada. No es una coincidencia que caracterice a la generación de los pasos del Mashíaj - ¡es la jutzpá la que finalmente lo traerá!

La historia de Rabi Nathan sobre los justos que esperan (o no...) a las puertas del Jardín del Edén recuerda las historias talmúdicas sobre los sabios que ascendieron "al trono", es decir, al liderazgo de la academia. Algunos sabios esperaron pacientemente su turno e incluso lo declinaron, y otros ascendieron al cargo inmediatamente cuando se les ofreció. ¿Por qué hay tzadikim que desean gobernar?

Cada persona, no importa cuán rica sea, tiene una capacidad muy limitada para influir positivamente en el mundo. Pero en el tesoro del rey no falta de nada. Los tzadikim, deseosos de seguir aportando bienes y bendiciones infinitas a la nación judía y al mundo, irrumpieron en el Jardín del Edén para acceder a sus tesoros y llevárselos a los necesitados. Esto es similar a la parábola jasídica sobre el atributo de victoria del rey que le impulsa a derrochar sus tesoros en la guerra. Así también, los tzadikim luchan contra todos aquellos que les impiden traer sólo el bien a la Nación judía y al mundo.

La jutzpá que trae a su paso la monarquía rectificada es la rectificación del perro insolente y atrevido, de la que se ocupó Rabi Elimelej; y no sólo él. Uno de los nietos de Rebe Elimelej, Rebe Naftali de Lizhensk, también participó en esta rectificación:

 

Cuando Rabi Naftali hacía Kidush (la bendición sobre el vino en la víspera y la mañana de Shabat) y Havdalá (la ceremonia al final de Shabat que separa Shabat de los días de la semana), un pequeño perro negro entraba a su casa, se paraba sobre sus patas traseras. y escuchaba atentamente. Una vez, el hijo de Rebe Naftali tomó la vela de Havdalá y chamuscó las cejas del perro. El perro no reaccionó. Lo aceptó con amor y permaneció erguido sobre dos patas hasta el final de la Havdalá. A la semana siguiente, el perro no volvió a acercarse a casa. Su rectificación, al parecer, ya estaba completada.

 

Imagen por Vegard Henriksen desde Pixabay

 



[1] Vaikrá Rabá 1:1

[2] Bereshit Rabá 3:24

[3] Sanhedrín 96a