Seguidores

domingo, 29 de junio de 2014


RECTIFICACIÓN DEL ESTADO DE ISRAEL - PARTE 2
         
DEGEL
En nuestro artículo anterior, hemos sentado las bases iniciales para rectificar el estado de Israel en los niveles supra conscientes y a nivel consciente de la psique el intelecto. Con la primera parte en mente, ahora podemos recurrir a las implicaciones prácticas del programa para la creación de un Estado judío.
____________________________________________
Pero antes, lee esto
Iaar 5774 – Mayo 2014
DECLARACIÓN DEL RABINO ITZJAK GISNBURGH
“En respuesta a varios reportes de la prensa y las acusaciones sin fundamento me gustaría (una vez más) afirmar que en modo alguno he alentado o ayudado a organizar los fenómenos en curso denominado "tag mejir" ("etiqueta de precio"). Aunque entiendo la gran frustración entre ciertos jóvenes frente a las políticas actuales del gobierno injustas e inmorales, yo enseño que la respuesta apropiada en estos casos es a través de las palabras y no con hechos. La verdadera fuerza del pueblo judío está en nuestra capacidad para expresar claramente nuestras opiniones y de ese modo influir en los demás para el bien. En este sentido, creo que a través de la educación y la fuerte identificación con la tradición judía de moral y ética, que podemos crear cambios muy necesarios en la dirección del Estado de Israel.”
________________________________________
Asentamiento en la Tierra de Israel - Bondad
El primero de los atributos del corazón de acuerdo a la Cabalá es la sefirá de jesed (bondad). Al igual que la mano derecha que ofrece y distribuye el bien y la bendición a todos, este atributo está motivado también por el amor. La personalidad arquetípica de esta propiedad es Abraham, el primer judío, el gran creyente y el hombre de bondad, como dice la frase de la Torá: "La bondad de Abraham".1
En el ámbito público, la principal relación del pueblo judío con la Tierra de Israel es el amor, "Los grandes sabios besaban las fronteras de la Tierra de Israel y besaban sus piedras y rodaban en el polvo, como está dicho: 'Porque Tus siervos desean sus piedras y su polvo han privilegiado’2".3 Como un novio que ama a su novia, este amor produce una poderosa fuerza de atracción, que supera como un imán grandes extensiones de tiempo y espacio.
Ese mismo amor por cuyo poder hemos vuelto a nuestra Tierra (no sólo porque estábamos buscando un "refugio seguro ") debe ser confirmado por una consumación de amor formal, declarando la soberanía judía en todo el país, como un derecho natural. También debemos destacar que este amor no es sólo un amor natural por la patria, sino un amor que abarca el conjunto completo de amar a Dios ("Ama a Havaiá tu Dios"4), amar al pueblo judío ("Amarás a tu prójimo como a ti mismo" es una gran regla de la Torá"5) y amar la Torá, porque este triplete fundamental sólo puede manifestarse en su totalidad en la Tierra de Israel.
Se debe emitir una declaración clara para afirmar el hecho de que el origen de nuestro derecho a la tierra de Israel es la promesa que Dios nos hizo a nosotros en la Torá (como millones de gentiles de todo el mundo también lo creen), y que el éxito del restablecimiento del pueblo judío en su tierra es sólo a través de la ayuda de Dios. La Torá nos advierte que una vez que nos hemos instalado en la Tierra de Israel no debemos decir: "Mi poder y la fuerza de mi mano me ha dado este triunfo", en cambio debemos "recordar que Havaiá tu Dios es el que te ha dado el poder para tener éxito".6 Se sugiere que después de leer estas líneas, se relea la declaración de la independencia del estado de Israel para incluir estos principios básicos del pueblo judío en su retorno a su tierra.
La declaración de la soberanía sobre todas las partes del país que están en nuestro poder, es lo "mejor” que le puede pasar a los judíos y una reacción necesaria de nuestra parte ante la revelación de bondad Divina en nuestra época. Esto no se refiere a una declaración política vacía de contenido, sino una declaración que se acompaña de acciones, ya que las acciones hablan más que las palabras, como dice la Mishná: "Habla poco y haz mucho".7 Debemos apoyar de todo corazón el asentamiento en todo el país, aprovechando bien la tierra y desarrollando la agricultura y los medios de vida, mientras nos dirigimos hacia la independencia financiera, inculcando una cultura que se resista a la persecución de lujos, y siendo defensores de vivir modesta y frugalmente: "¿Quién es rico? Quien es feliz con su parte."8 “Cuando comes del esfuerzo de tu parte, eres bienaventurado y es bueno para ti".9 Se debe poner un énfasis especial en el fomento y la preferencia del trabajo judío y la aumentar el prestigio del trabajador judío a través del amor fraternal, como dice el versículo: "Y tu hermano vivirá contigo".10
El Brazo Firme de Israel – Poder
De la sefirá de jesed (bondad), llegamos a la sefirá de guevurá (poder), que se deriva de la emoción interna de temor, el atributo especial de Itzjak, "El temor de Itzjak".11 Poder equilibra la sefirá de bondad, controlándola y guardando de sus límites, "la mano izquierda aleja mientras que la mano derecha acerca",12 como los dos polos opuestos y complementarios de un imán.
En cuanto a la rectificación del estado, el poder sale a la palestra en el concepto de la ley judía conocida como "el brazo firme de Israel".13 El poder militar no es un objetivo en sí mismo, y los profetas judíos fueron los que dotaron al mundo con una visión de paz: "y fundirán sus espadas en arados".14 Sin embargo, después de tantas generaciones bajo la dominación extranjera, Dios nos ha vuelto nuestro poder para usar la fuerza política y militar en contra de nuestros enemigos (si sólo deseáramos hacerlo).
Poder proviene de bondad. Además de nuestro amor por el pueblo judío y nuestro amor por la tierra, invocamos el coraje de luchar contra el enemigo sin ningún tipo de ilusiones erróneas de alcanzar la paz a través de la rendición. Éstos son algunos de los lineamientos básicos de una política de defensa correcta de acuerdo a la Torá:
En primer lugar, no hay que tener miedo de nuestra propia sombra. El miedo excesivo se debe a una falta de fe y confianza en Dios, como se expresa en la frase: "teman a Tzión, oh pecadores".15 Antes de morir, el anciano padre del Baal Shem Tov le dijo a su pequeño hijo, "Ama a cada judío y no temas a nadie más que a Dios." Así como este testamento final debe ser la base de la educación de cada niño judío, también debe guiar nuestra vida pública. Debemos pararnos firmes y decididamente en el ámbito internacional abogando por el derecho a defendernos con la información adecuada. Nunca deberíamos atar de manos a las fuerzas de defensa debido a una política exterior ineficaz.
Debemos combatir contra los enemigos del pueblo judío de forma decidida e intransigente.  Uno de los componentes esenciales de la defensa nacional es la disuasión. No debemos conformarnos con la acción defensiva, sino que debemos anticiparnos al enemigo y superarlos antes de que lleven a cabo sus atentados. También son eficaces las tácticas de represalia contra los ataques terroristas. Este es el lado positivo de la venganza, que nos ayuda a permanecer de pié, mostrando que nuestra sangre no está en venta. El uso de la fuerza sólo debe provenir de un sentido de justicia.
De hecho, debido a que por naturaleza no somos violentos y agresivos, mientras dudemos de nuestros derechos a la Tierra de Israel, nos falta la justificación interior para luchar resueltamente contra el enemigo. Esta es la raíz de nuestra debilidad actual con respecto a Judea y Samaria, y la misma frase, " territorios ocupados " desmiente la simple verdad de que estas son partes de la tierra que nos pertenece na menos que las fronteras anteriores al '67. Dado que el atributo de la bondad es la que motiva al de poder, nuestra relación positiva de amar a la Tierra de Israel nos da el valor necesario para luchar por ella.
Debemos seguir la ética de combate establecida en la Torá. "La Torá nos ha enseñado: ‘Si alguien viene a matarte, levántate antes para matarlo primero." Esta declaración no podría ser más cierta en cuanto se refiere a aquellos que nos atacan, matando y asesinando e intentando expulsarnos de nuestro propio país. Debe hacerse una reevaluación completa de las normas existentes sobre abrir fuego, que atan las manos de nuestros soldados y ponen en peligro sus vidas. Esto incluye una nueva definición del término "pureza de las armas", tal como se interpreta hoy en el país. Como sabemos, las naciones gentiles (incluso las más esclarecidas de ellas) no siguen estas normas –lo que está permitido por el derecho internacional- sin embargo, cuando se trata de Israel las naciones del mundo hacen exigencias imposibles, esperando que siempre pongamos la otra mejilla.
En conclusión, las concesiones animan al enemigo. El poder espiritual que nutre al enemigo es su esperanza de obtener logros, y si nuestra respuesta a la guerra y el terrorismo es hablar de regalar la tierra, o incluso retirarnos de los florecientes asentamientos judíos, así nosotros mismos estamos invitando al próximo ataque terrorista, Dios no lo quiera. Tal vez el acto más grave es la liberación de terroristas asesinos cuyas manos están llenas de invalorable sangre judía (denominándolo ridículamente como "gestos"). Se trata de una política de "puerta giratoria" insoportable, cuya amarga lección está escrita con sangre judía, y sin embargo este disparate continúa. ¿No está claro que estos asesinos deben ser castigados con todo el rigor de la ley? ¿No es obvio que recompensar su brutalidad nunca podrá conducir a una paz verdadera? Lo único que puede restaurar la política de defensa israelí y devolverla a su sendero correcto, es restableciéndola bajo sus bases correctas, y esto proviene de la "Torá Viviente”.
La Ley Judía – Belleza
Después de las sefirot de jesed (bondad) y guevurá (poder) viene la sefirá de Tiferet (belleza), que se atribuye a Iaacov, quien es llamado "La belleza de Israel".16 La belleza es la mezcla ideal de bondades y juicios, tan armoniosa como una magnífica mezcla de colores. El atributo interno de la belleza es la compasión –empatizando con los demás tal como son, a través de la elección consciente, el respeto y la atención. Mientras que la bondad y el rigor corresponden a las manos derecha e izquierda respectivamente, la belleza corresponde al torso (que está en el eje central de las sefirot). Esto se refiere a nuestra más profunda identidad: la cualidad de los judíos es que son "Hijos compasivos del Uno Compasivo"17
Con referencia a la rectificación del estado de Israel, esto nos lleva a la ley judía. En contraste con el nivel de belleza, a la bondad y el poder les importa principalmente aquellas acciones externas, esos aspectos más físicos y manifiestos de un estado que se considera rectificado. Pero a nivel de la belleza nos preguntamos: ¿Con qué derecho puede el Estado ser llamado verdaderamente un estado judío? La raíz de la palabra “estado” (מְדִינָה , mediná) se deriva del concepto de “juicio” (דִין , din). Y la definición más significativa de una esfera pública es el sistema legal que ejecuta.
El estado actual de las cosas -en la que los tribunales de justicia rabínicas tienen una autoridad limitada y cero poder de aplicación de la ley, mientras que el sistema legal estatal se basa en una combinación de los remanentes de la ley otomana y británica- tiene la necesidad de una reforma. El pueblo judío tiene un sistema de derecho propio, "Y estas son las leyes que pondrás frente a ellos"18 que abarca desde el derecho civil hasta la ley penal. Obviamente, se requiere un conjunto actualizado de estatutos y reglamentos para cubrir todos los aspectos de la vida moderna, incluidas las empresas de la bolsa de valores, o un código de tráfico- pero todo debe estar bajo el paraguas de las leyes de la Torá. La ley de la Torá no tiende a la compasión sensiblera, ni a la venganza brutal. En cambio, es la revelación del atributo de compasión para todos. De hecho, el Zohar equipara la ley con la compasión.
En la práctica, hay que recordar que, como regla general, la ley judía prohíbe iniciar una acción judicial en cortes de justicia que no estén comprometidas con la ley de la Torá (salvo en casos específicos). Siempre debemos hacer uso de los tribunales de justicia de la Torá, en lo sea posible, y debemos fijar nuestro objetivo de poner a la ley judía en el lugar que merece en nuestro estado judío, que es relevante para los  poderes judicial, legislativo y también ejecutivo. Una vez que el sistema legal se rectifique, será posible regocijarse y estar orgulloso del hecho de que somos ciudadanos de un Estado que sigue el sendero de la justicia y la honestidad, y la considerarán como la concreción de la profecía:19
"Y restauraré a tus jueces como al principio, y a tus consejeros como al comienzo,
 entonces serás llamada la Ciudad de la Justicia, la Ciudad Fiel.
 Porque Tzión será redimida con justicia y su arrepentido con rectitud".
CONTINUARÁ
1 Mijá 7:2.
2 Salmos 102:15.
3 Maimónides, Leyes de Reyes 5:1.
4 Deuteronomio 6:5.
5 Levítico 19:18; Rashi ad loc.
6 Deuteronomio 8:17-18.
7 Avot 1:14.
8 Ibid 4:1.
9 Salmos 128:2.
10 Levítico 25:36.
11 Génesis 31:42.
12 Sanhedrin 107b.
13 Véase, por ejemplo: Ketubot 26b; Maimónides Leyes de idolatría 10:6.
14 Isaías 2:4.
15 Isaías 33:14. Ver también Berajot 60a.
16 Lamentaciones 2:1.
17 Véase la 79a Ievamot.
18 Éxodo 21:1.
19 Isaías 1:26-27.
El Mes de Sivan




UN CAMINO CONFIADO Y HONESTO
De los 12 sentidos que describe la Cabalá, al mes de Sivan le corresponde el “חוש ההילוך ”, jush hahiluj, el sentido de “caminar”.
¿Qué es el sentido de andar? Está claro que no significa sólo caminar con el cuerpo, algo que toda persona sana desarrolla de forma natural. Más bien se refiere al movimiento interior, poder caminar y avanzar en un sentido espiritual. La persona que tiene un desarrollado sentido de andar está siempre en movimiento, pensando constantemente en todo lo que todavía puede crecer y desarrollarse. Desarrollo no es sólo perfeccionar nuestros talentos o progresar en nuestra carrera laboral, sino también y por sobre todo madurar mental y espiritualmente. El deseo de ser mejor, más verdadero, estar más cerca de ese yo íntimo y elevado que tenemos dentro.
Así como los médicos recomiendan salir a caminar diariamente, también la salud mental depende de ir constante hacia lo superior y lo mejor. Frente a la tendencia de andar a la deriva llevados por la corriente de la vida, o la otra alternativa, frenar y quedarnos en nuestra burbuja conservadora, nuestro sentido de la marcha nos llama a despegar los pies del suelo y marchar hacia adelante, incluso en contra de la corriente.
Nos estamos refiriendo a un sentido especialmente judío. La primera orden dada al primer hebreo fue caminar: “Y dijo Dios a Avram, lej lejá, vete para ti, de tu tierra y de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré” [Génesis 12:1]. Al contrario de Noaj, que estaba cómodo [noaj en hebreo] con su situación, Abraham escuchó el llamado a alejarse de lo conocido, y justamente así llegar hasta sí mismo (así explican la orden “ve para ti”, ve hacia quien eres en verdad). De hecho esta orden es lo que convirtió a Abraham en ivrí, “hebreo”, es decir alguien que quiere cruzar siempre hacia el otro lado [ever] de la realidad actual.
Por otra parte, el sentido de la marcha es en gran medida lo que nos hace humanos. Hablar, escribir, dibujar e incluso amar, son acciones naturales para nosotros, como todos los actos de un animal. Sólo cuando nos esforzamos por salir de nuestro ámbito conocido y natural estamos dando expresión a nuestra imagen Divina. Nuestro inconformismo con la situación actual incluso nos eleva sobre los ángeles, descriptos en la Torá como “parados”, es decir detenidos en un nivel espiritual, en cambio a los seres humanos se los describe como “caminantes”, es decir que pueden elevarse más y más.
De hecho, el sentido de caminar es tan sublime que, como si fuera, es capaz de sorprender incluso a Dios. Cuándo Abraham tenía 99 años, después de toda una vida de ir por los senderos de Dios, este se le reveló y le dijo (junto con la orden de circuncidarse): “Hitalej lefanai”, "Ve delante de mí". Después de sobrepasar a todos los ángeles y llegar a nuestra esencia exclusiva, la cima del caminar es comenzar a andar antes de Dios, por así decirlo, llevarlo a lugares nuevos e inesperados.
La Tribu de los Comerciantes
De acuerdo con el Libro de la Formación, al mes de Siván le corresponde la tribu de Zebulún. ¿Qué relación tiene Zebulún con el sentido de caminar? Ante todo, la tribu de Zebulún es conocida como una tribu de comerciantes [sojarim]. Los comerciantes andan por todo el mundo, y de allí su denominación hebrea “sjor-sjor”, “gira-gira”. Efectivamente, un sinónimo tanájico de  comerciante es rojel, (“voceador”) que proviene de la palabra roguel, es decir “que va a pie” (reguel).
Pero la tribu de Zebulún no va por el mundo meramente buscando mercaderías y clientes. Se cuenta que tenía una sociedad especial con la tribu de Isajar: vieron que no podían repartir su tiempo entre el sustento y el estudio de la Torá, entonces llegaron a un acuerdo, los bnei Isajar se asentaron en la tierra y estudiaron Torá, y los bnei Zebulún se dedicaron al comercio y los mantuvieron, repartiendo entre ambos el mérito de estudiar Torá.
A primera vista un acuerdo como este suena bastante dudoso: ¿Es correcto que la tribu de Isajar evolucione espiritualmente y la tribu de Zebulún se hunda en el materialismo terrenal? Aparentemente no, pero en verdad Zebulún e Isajar no compartieron sólo el mérito de estudiar Torá, sino también de accionar para asegurar la existencia misma de la Torá.
Es verdad, la tribu de Isajar se ocupó de estudiar las leyes de la Torá, pero en cuanto a la vida cotidiana, sólo la podía cumplir en forma limitada. En cambio, justamente la tribu de Zebulún, una tribu errante y mercantilista, se enfrentaba todos los días y a cada momento con el desafío de infundir la fe en este mundo, transformando la halajá, la ley teórica en la halijá, una conducta práctica con los pies en la tierra. Comportarse en forma recta y justa con los compañeros y la familia es algo relativamente sencillo, pero hacer esto teniendo que afrontar la dirección de una empresa, dinero, comerciantes, clientes, ya es algo completamente diferente.
La grandeza del comercio honesto se refleja claramente en el Talmud. La primera pregunta que se le hace a la persona cuando se va al otro mundo es “¿tomaste y diste con fidelidad?” Es decir: ¿te has conducido en tus empresas (negociaste) con rectitud y honestidad? ¡Esta es la primera pregunta con la que se evalúa al hombre antes de preguntar cuánta Torá estudió y cuánta sabiduría adquirió! Esta pregunta no sólo es valedera para los comerciantes. La palabra para “comercio”, que se utiliza en la historia original de Zebulún es “prakmatia”, de la cual deriva “pragmatismo”, es decir los actos en general. En la medida en que somos personas de acción, todos somos Bnei Zebulún, con el poder de tomar los principios de nuestra fe y darles una ‘cubierta’ práctica, transformar estos conceptos teóricos en un comportamiento de vida práctico y una conducta en la vida.
Inocencia y Confianza
Si el avance espiritual se compara con caminar, entonces debería ser igual, progresar paso a paso, con ritmo constante y un equilibrio entre la izquierda y la derecha. ¿Pero cuáles son las 'piernas' de la psiquis que generan su andar?
Según el sistema cabalístico de las Sefirot, las dos que representan a las 'piernas' de la espiritualidad humana son Netzaj y Hod, Victoria y Reconocimiento. Victoria, Netzaj, es la pierna derecha, que reflejar en cierto sentido nuestra voluntad de conquistar la realidad y triunfar [Lenatzeaj] en la realización de nuestras ambiciones, y Reconocimiento, Hod, es la pierna izquierda, que expresa nuestra disposición a perder y admitir [Lehodot] nuestras limitaciones (e incluso expresar gratitud por ellas). Si meditas acerca de nuestro tema a la luz de estos conceptos, es evidente que el caminar espiritual es un movimiento de ir y venir, correr y retornar entre el deseo de triunfar y la obligación de admitir el fracaso.
A un nivel más profundo, las sefirot de Netzaj y Hod expresan Confianza e Inocencia respectivamente. El deseo de poder expresar autoconfianza en las fuerzas que se nos ha conferido, y la confesión reconociendo plenamente nuestras limitaciones, expresando la fe sincera en que todo es para bien (que es en cierto sentido confianza, la confianza en Dios). En consecuencia, el caminante espiritual oscila entre la satisfacción de sentir confianza en sí mismo, por tener las fuerzas necesarias para triunfar en todos sus emprendimientos y por otro lado eleva los ojos a lo alto reconociendo con inocencia y humildad que nada es suyo, todo es del Cielo.
Cada una de estas cualidades son imprescindibles, y cada una de ellas es peligrosa sin la otra. Cada vez que alcanzamos la cima de un lado, tenemos que trasladar nuestro peso hacia el otro y así sucesivamente. Así se camina espiritualmente.
¡(Izquierda) Derecha Izquierda!
Finalicemos con una pregunta. ¿Con qué pie debemos comenzar, de qué lado de la cama debemos levantarnos a la mañana? El sentido común dice que primero con el pie derecho, el pie de la victoria y la confianza, y sólo cuando esto falla y fracasamos activar el pie del reconocimiento y la inocencia. Efectivamente, de acuerdo a la ley judía tenemos que comenzar todo con el pie derecho, tal vez para acostumbrarnos a esa forma de pensar. Por otro lado, hay un versó que se ocupa de caminar y nos aconseja “Quien va con inocencia irá confiado.” (Proverbios 1:9). Primero hay que ir por el camino con inocencia, y luego con confianza.
¿Cuál es la respuesta? Pues bien, un examen de la ley revela que también según ella hay un ‘paso’ encubierto que hay que dar antes de poner el pie derecho sobre el suelo: decir en la cama enseguida que nos despertamos: “Reconozco ante Ti, rey viviente y eterno, que me has devuelto el alma dentro de mí con compasión, grande es tu lealtad”. Este reconocimiento susurrado es comenzar del día a nivel psíquico con el pie izquierdo de Hod, el recordatorio de que en el alma también la confianza en uno mismo tiene que estar basada en la inocencia y la honestidad.
Y de paso descubrimos la interpretación cabalística de un secreto militar muy bien guardado, por qué el ejército marcha “¡Izquierda, derecha, Izquierda!”
Jodesh Tov
Basado en las enseñanzas de la Cabalá y el Jasidut del rabino Itzjak Ginsburgh Shlita, Instituto Gal Einai de Israel.
DECLARACIÓN SOBRE EL RAPTO
DE LOS JÓVENES DE ITZHAR

fggb 


del Rabino  Itzjak Ginsburgh

Con la ayuda de Dios, 18 de sivan 5774
"Todos los judíos son responsables uno del otro", y cuando los judíos son secuestrados por un enemigo cruel es un "tiempo de angustia para Iaacov", es decir, para todo el Pueblo de Israel, y con la ayuda de Dios pronto seremos redimidos de ella. En un momento como este, se despierta la naturaleza judía del amor a Israel junto con plegarias de corazón suplicando a Dios. Todos nos asociamos en nuestro clamor de que Dios cuide y proteja a los cautivos y los traiga de vuelta a casa sanos y salvos, como dice el verso “Y volverán los hijos a sus fronteras."
"Arrepentimiento, oración y caridad, elimina el mal decreto."  Cada uno de nosotros debemos aumentar en caridad y buenas acciones, rezando por el bienestar de los cautivos y el éxito de aquellos que se ocupan de rescatarlos, arrepintiéndose de aquello que tienen que rectificar. Pero, cada uno de nosotros somos también parte del Pueblo de Israel en general, y por lo tanto también debemos arrepentirnos a nivel público, comenzando por poner en claro la opinión de la Torá acerca de los asuntos públicos y manifestarla con claridad, hasta establecer un liderazgo rectificado que actúe de acuerdo con la Torá. Nuestras plegarias también tienen que estar acompañadas de arrepentimiento y haciendo esfuerzos para rectificar la situación a nivel pactico.
La rectificación fundamental de la seguridad del pueblo de Israel en la Tierra Sagrada comienza reconociendo nuestro derecho a la Tierra. Un gobierno judío rectificado tiene que, ante todo, aplicar la total soberanía judía sobre los territorios de la Tierra Sagrada que están actualmente en nuestras manos. Proclamar nuestro derecho a la Tierra es la expresión más profunda de amor al Pueblo de Israel y de amor a la Tierra de Israel, y además expresa nuestra gratitud a Dios por la buena tierra que nos ha dado. La proclamación de la soberanía nos permitirá mantenernos erguidos, junto con nuestro sentido de la justicia y resolución mientras luchamos contra los enemigos del pueblo judío. Esta debe ser una guerra decidida e intransigente contra los terroristas y contra los que los envían, de acuerdo con la moralidad judía, con todo el poder que Dios nos ha dado para disolver las falsas esperanzas del enemigo por completo, esperanzas que alientan el terrorismo.
Duele decir esto, pero no podemos permanecer en silencio: la política de defensa israelí gravemente defectuosa, como la liberación imprudente de los terroristas o las negociaciones con tendencia a rendirnos o entregarnos a nuestros enemigos, debilitando nuestra capacidad para luchar con éxito contra cada terrorista blandiendo un cuchillo. Estos terroristas actúan con el estímulo y como agentes de los líderes enemigos con los que el gobierno lleva a cabo las negociaciones; dejándonos con la dolorosa sensación de que nuestras oraciones son elevadas contra un muro de hierro, Dios no lo quiera. Por el contrario, en los momentos en que el pueblo judío se mantuvo firme contra el enemigo y no se sometió a los líderes terroristas, fuimos bendecidos con una asistencia increíble del cielo, y Dios ha respondido a nuestras oraciones y llevado al éxito a nuestros esfuerzos.
Que Dios permita que el espíritu de fortaleza y auto-sacrificio que late en el corazón de la nación se incremente y se vuelva cada vez más fuerte, y entonces veremos el cumplimiento del verso: "Porque Havaiá tu Dios, te acompaña para pelear por ti contra tus enemigos para redimirte". Amén.
En estos momentos, es bueno añadir los siguientes capítulos de Salmos a nuestras oraciones: 17, 20, 23, 113, 121, 130 y 150.