Cada parashá en el Pentateuco está separada de la anterior por un espacio. En el rollo de la Torá la separación está destacada con un espacio en blanco que separa las dos parashot. La única excepción está en nuestra parashá Vaieji que no está separada de Vaigash.
En su comentario, Rashi da dos razones para esta falta de separación, escribe “'Y Iaacov vivió…' ¿Por qué esta parashá es cerrada, es decir, no hay una interrupción entre ella y la anterior? Porque cuando Iaacov falleció los ojos del pueblo judío y sus corazones se cerraron debido al sufrimiento de la esclavitud a la que empezaron a ser sometidos. Otra explicación, Iaacov quiso revelar el fin de los tiempos a sus hijos, pero esto le fue cerrado.”
Uno de los modelos más importantes del Baal Shem Tov para entender y analizar la relación entre diferentes explicaciones es el de sumisión, separación y dulcificación. Cuando los sabios dan diferentes respuestas a la misma pregunta, cada una refleja un aspecto particular de este modelo.
Las dos respuestas ofrecidas por Rashi corresponden claramente a sumisión y separación. La primera respuesta que cita, el fallecimiento de Iaacov, refleja la sumisión en la actitud del pueblo judío causada por la pérdida de su patriarca, haciéndoles susceptibles a la esclavitud. La segunda respuesta refleja separación, que está siempre ligada a un cambio de conciencia, como dicen los sabios: “si no hay conciencia, no hay capacidad para separar (distinguir)”. Aunque Iaacov quiso revelar el secreto del final de los días, Dios lo cerró-separó de su conciencia (preservándolo en el supraconsciente de Iaacov, transferido a nosotros. Este es otro significado de “Iaacov nunca muere”).
Complementando las dos explicaciones de Rashi hay una tercera explicación basada en todo lo que hemos discutido, que representa la dulcificación. Las dos parashot Vaigash y Vaieji no están separadas porque: “Iaacov vivió en la tierra de Egipto” y allí pudo disfrutar de los mejores años de su vida; esto fue una consecuencia directa de cómo “Israel se asentó en la tierra de Egipto, en la tierra de Goshen y ellos se establecieron y fueron fructíferos y se multiplicaron grandemente”. Los años finales de Iaacov en Egipto fueron dulcificados por la habilidad de Iosef de recolectar las chispas que llevaron a que todos sus hijos prosperen juntos con unión, siguiendo sus sendas con integridad.
Centro de difusión de Cabalá y Jasidísmo del Rabino Itzjak Guinsburgh
Importado de: www.dimensiones.org
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