La meditación que presentamos en estas páginas es verdaderamente básica en la vida espiritual judía. Como veremos, contiene muchas de las enseñanzas fundamentales del judaísmo y además puede servir como un filtro a través del cual podemos virtualmente procesar todos los aspectos de la realidad. Como tal, es un ejemplo de primera clase del propósito de la meditación judía como ya se explicó.
Esta meditación está centrada en las seis mitzvot (“mandamientos”) continuas de la Torá. Los 613 mandamientos de la Torá se pueden clasificar de varias maneras:
1. positivas (hacer, que son 248) y negativas (no hacer, que son 365);
2. a quién se aplican (p.ej: todos o sólo el rey, los sacerdotes, etc.);
3. cuándo se deben realizar (en todo momento o sólo cuando el Templo está en pie, etc.);
4. dónde se deben realizar (en todo lugar o sólo en la tierra de Israel, sólo en el Templo, etc).
Implícitamente, en el plano espiritual todos los mandamientos de la Torá se aplican a cada uno de los judíos en todo tiempo y lugar, como fue enseñado por el Baal Shem Tov. Sin embargo, explícitamente, en el plano físico, sólo seis de las 613 mitzvot se aplican a todos los judíos en todo tiempo y lugar, en vista de que son “obligaciones del corazón”:
1. Creer en la existencia y la providencia de Di-s.
2. No creer que existen otros dioses.
3. Creer que Di-s es una unidad absoluta, no compuesta y todo abarcadora.
4. Amar a Di-s.
5. Temer –de manera reverencial- a Di-s.
6. Proteger nuestras mentes de pensamientos negativos.
Centro de difusión de Cabalá y Jasidísmo del Rabino Itzjak Guinsburgh Shlita
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