Como el punto inicial de la meditación es “te busco con todo mi corazón”, esta puede ser comprendida como “el servicio del corazón”. Sin embargo, nuestros sabios se refieren a la plegaria como “el servicio del corazón”, por lo que vemos así la relación intrínseca entre la meditación y la plegaria.
Ciertamente la plegaria es la culminación o la expresión consumada de la meditación. Veremos que la plegaria refleja la experiencia interior del que medita, englobado por la conciencia de vivir en el espacio Divino. Como explicaremos, la plegaria es el afán del alma por transformar la línea de la meditación en un área completa, o en otras palabras metamorfosear nuestra estado limitado de autoconciencia. La plegaria, que es el punto interior de las seis direcciones del espacio Divino, convierte el “entorno” meditativo, la periferia relativa de la conciencia en un “área” Divina palpitante y viviente. El punto inicial de la meditación crea una estructura Divina; el punto final interior –la plegaria- crea para el meditador una extensa y completa vida Divina.
Centro de difusión de Cabalá y Jasidísmo del Rabino Itzjak Guinsburgh Shlita
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