Ponente moré Dr. Jaim Frim
"A
partir de hoy comenzamos el estudio de la siguiente parte del libro
de Tania. Ustedes saben que el Tania consta de cinco partes. Nosotros
ya estudiamos la segunda parte que se llama Sáar
HaIjud VeHaEmuná, que
significa,
El Portal para la Unificación y la Fe, la
cual consta de doce capítulos. Estuvimos más de un año para
estudiarlo. B”H, profundizamos y nos extendimos en muchos conceptos
tales como la unificación, la creencia en el Dios Único, la
creencia de que todo en este mundo en donde vivimos es Uno con Dios,
que la creación es Una con Dios y que Dios es Uno, y que todas Sus
maravillas fueron hechas para Su propia alabanza, para Su propio
placer. También, estudiamos que nuestro trabajo en este mundo es el
de jardinero, el mismo trabajo que HaKadosh Baruj Hu planeó para
Adam haRishom al principio de la creación. El trabajo de jardinero,
el de cuidador del Gan Eden, cuidador de ese lugar donde Él quiso
vivir desde un principio. Porque como está dicho, la Shejiná
itá ricar tagtanin,
la esencia de la presencia de Dios quiere estar revelada en este
mundo inferior material. Y fue en el Gan Eden donde HaKadosh Baruj Hu
puso a la Shejiná
cuando hablaba cara a cara con Adam haRishom. A través de las
generaciones, todo eso se perdió, todo eso se ocultó. Esa conexión
interior, esa espiritualidad, esa unión, todo lo anterior, fue
ocultado por el pecado de Adam haRishom, y por el pecado de las
generaciones consiguientes.
Las
siete primeras generaciones separaron (istalek)
la Presencia Divina de este mundo, pues explican nuestros sabios y
dice la Torá, que la Shejiná
se elevó al primer firmamento por causa del primer pecado de Adam
haRishom. Luego, con el pecado de Caín y Hebel (Abel), la Shejiná
fue
alejada al segundo firmamento, es decir, subió del primer al segundo
firmamento. La Shejiná
fue alejada del segundo al tercer firmamento, por la generación de
Nosh, una generación malvada previa a la generación del diluvio,
generación ésta que elevó la Presencia Divina del tercero al
cuarto firmamento. Después de la generación del diluvio, vino la
generación de la torre de Babel - cada uno con su pecado - y la
Shejiná subió al quinto firmamento. Es decir, cada vez en mayor
medida, la revelación y la Presencia Divina fue alejándose,
podríamos decir, hasta fuera de la creación.
Luego
vino la generación de Sedom. Ustedes ya conocen los pecados de esa
generación pero vamos a hacer una pequeña reseña como
recordatorio.
Dice
el “Avot”
que hay cuatro formas de relacionarse con el prójimo. La humanidad
adopta generalmente la forma de “lo
mío es mío, y lo tuyo es tuyo”.
Es la cualidad de un intermedio, y dicen que esa es la cualidad de
Sedom. “Lo
mío es mío, y lo tuyo es tuyo”
quiere decir que no hay unidad porque a pesar de que yo no tomo nada
de lo tuyo, tampoco doy de lo mío. No hay amor, no hay ahavat
Israel.
Con esta generación, la
Shejiná,
la Presencia Divina se elevó del quinto al sexto firmamento. Y la
Shejiná fue alejada al séptimo firmamento (el último firmamento)
por la generación de Egipto. No por el Egipto que asociamos con el
exilio del pueblo judío (el Egipto de la esclavización), sino por
los pecados del Egipto, [en
el tiempo]
en que Abraham Avinu lo visitó por primera vez. Tenemos todos los
nombres de los firmamentos mencionados en nuestra web. En este
momento no quiero extenderme en ello. Cuenta la Torá que cuando la
Shejiná
se alejó al séptimo cielo, Abraham Avinu viajó a Egipto con su
esposa y comenzó a realizar su principal tarea: hacer
descender la Presencia Divina de nuevo a este mundo.
Con
su trabajo, Abaham Avinu hizo descender la Presencia Divina del
séptimo al sexto cielo. Luego Itzjak la hizo descender al quinto
cielo. Posteriormente, fue Iacoob, el hijo de Itzjak, quien la hizo
descender hasta el cuarto cielo. Para hacer descender a la Shejiná
del cuarto al tercer cielo, [y
consecutivamente del tercero al segundo y posteriormente al primero]
vinieron tres descendientes de Iacoob. Uno era Leví, otro era Kehat
y el otro era Amram. De Leví hijo de Iaacob, surgió su hijo Kehat,
y de la tribu de Kehat hijo de Leví, surgió Amram, y de Amram que
era hijo de Kehat, surgió alguien que es muy conocido. Amram bajó
la Presencia Divina al primer cielo, y el hijo de Amram, bajó la
Presencia Divina del primer cielo a la tierra. ¿Y quién fue él?
Moshé.
Moshé
fue quien recibió la Torá en el monte Sinai. Esta semana y como
preparación de Matan Torá, estamos estudiando en la “perashát
Itró”
la reparación por las plagas, la salida de Egipto y los milagros del
cruce del mar. Este periodo duró los 50 días que debían
transcurrir desde la salida de Egipto hasta el día 6 de Sivan, día
en que la
Presencia Divina se reveló frente a los ojos del pueblo de Israel
que estaba parado frente al Monte. Éste es el recorrido desde la
creación del mundo hasta la entrega de la Torá.
Dicen los sabios que
todo el proceso de la creación del mundo fue para que el pueblo de
Israel recibiera la Torá. Según nuestro Rebe, es a consecuencia de
esto que se completa la tarea de refinamiento del mundo porque
estamos al final del exilio último y en el principio de la
redención, siendo todo el objetivo llegar a los días en donde nos
hallamos.
Nunca
antes hubo una revelación de la parte interior de la Torá como
ahora. En estos días que estamos viviendo, vemos un florecimiento,
un revelación espiritual como nunca antes hubo en toda la humanidad.
Probablemente, la mayoría de las personas no conocían la existencia
de un pueblo llamado Israel, y probablemente, desconocían también
que ese pueblo tenía que llevar Su palabra, Su enseñanza, a todas
las Naciones. Esta es la razón por la que Dios llevó a los judíos
al exilio. En aquella época, los judíos tuvieron que esparcirse por
todo el mundo porque no disponían de internet, ni de radio, ni de
televisión, y era la forma de difundir el conocimiento de Dios a
todos los pueblos. Esa dispersión, ese exilio supremo del pueblo de
Israel, hizo que llegara el día en que no existiera lugar en el
mundo donde no se hubiera escuchado el nombre de Mashiaj,
y que no existiera lugar en el mundo donde no se hubiera escuchado
que existe la Torá.
Actualmente, todo el mundo sabe que existe el pueblo de Israel, que
existen normas que la gente tiene que seguir para cumplir con la
voluntad de Dios, que existen 7 Leyes que los pueblos tienen que
seguir, y en general, todas las cosas que estudiamos constantemente
en nuestras clases. "
"...
Tenemos
que decir que en verdad [lo
oculto y revelado]son
las dos caras de la misma moneda. Tanto el Jasidut y la Cabalá como
la parte revelada oral y escrita, ambas fueron dadas en el Matán
Torá. Con el tiempo, se fue revelando la Torá escrita, y después
se fue ocultando la parte revelada, lo que llamamos Cabalá y
Jasidut. Pero lo importante es que, Jasidut no sólo se ocupa de la
parte revelada tal cual, sino que une aquello que está separado.
Como dicen los sabios, por ejemplo, Rabí Shimón y Rabí Akiva:
“unir la parte escrita revelando en ella lo oculto que es lo
espiritual y que es el origen de todas las cosas.”
Jasidut viene a reparar un gran problema que vemos a menudo en esa
generación en la cual se separa la Torá escrita de la Cabalá que
es el conocimiento de lo oculto. Para que Jasidut pueda reparlo debe
ocuparse de los cuatro niveles del PaRDéS que son: Pshat, Reméz,
Drash y Sod.
Los dos primero son la parte revelada, Pshat quiere decir, la parte
textual, literal; Reméz es la parte que está insinuada. El Drush y
el Sod son las avadot, son las explicaciones de los sabios. El Sod es
es secreto, es decir, la Cabalá oculta que nosotros conocemos.
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J A S I D U T<><> > <><> >
Parte revelada
Pshat
Parte texual; literal<><> > <><> >
Reméz
Parte insinuada<><> > <><> >
Explicaciones de los sabios /avadot
Drush
Explicaciones de los sabios <><> >
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Sod
El secreto. La Cabalá.
La
tarea de Jasidut es unir todos los aspectos de la creación, unir a
Dios con la creación y unir a todas la personas, para mostrar que en
realidad todo es Uno, Todo es Dios, y Dios es Todo. Jasidut se halla
por encima de estos lo cuatro niveles del PaRDeS ya que para unir
algo hay que ponerse por encima."
"...
Quiero terminar la clase agradeciéndole a ustedes, agradeciéndole
al Rebe, a Rav Guinsburgh, y a toda la gente, que hagan posible que
estemos aquí disfrutando de lo que tanta felicidad y alegría nos
da. Terminaremos con un nigún de alegría y de palmas de Rav
Guinsburgh que se llama nigún Akafot. Los invito a ustedes, y
terminamos con uno de los libros del Tania; con la figura de Admur
HazaKen.
Lejaim! Lejaim!
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