A
continuación del período de bein hametzarim, las tres semanas de
"retribución" en las cuales nos acongojamos por la destrucción de los Templos,
comienzan las siete semanas de "consolaciones" hasta Rosh HaShaná del
nuevo año.
El shabat siguiente a Tishá
BeAv, el primero de las "consolaciones", es llamado Shabat Najamú, el
"Shabat de Consolación", según el primer versículo de la Haftará:
"'Consuela, consuela a Mi Pueblo', dice tu Di-s" (Isaías
40:1).
Vemos que el profeta expresa una
doble consolación: "consuela, consuela a mi pueblo". Los sabios explican que así
como Israel realizó un "pecado doble" (Jerusalem has pecado un
pecado", Lamentaciones 1:8) y fueron castigados con un "castigo doble"
("Porque ella ha recibido el doble por todos sus pecados de la mano de
Di-s", Isaías 40:2), también fueron consolados de "doble" manera, como dice el
versículo que estamos estudiando.
Además, los sabios aseveran que
así como Israel pecó con la palabra iesh, que denota "algo" de
existencia independiente ("¿Está Di-s aquí [presente] entre nosotros o no?"
Éxodo 17:7) y fueron mortificados con la palabra iesh (¿Existe
acaso un dolor como mi dolor?", Lamentaciones 1:12), también fueron consolados
con la palabra iesh ("Tengo algo para heredar a aquellos que Me
aman y por cierto llenaré sus bodegas", Proverbios 8:21).
Los sabios explican en el
versículo de Job 11:6: "El te revelará recovecos ocultos de sabiduría, porque Su
salvación es doble, y sabe que Di-s exige de ti menos que lo que merece tu
iniquidad", que Di-s consoló a Moisés después que rompió las primeras tablas que
contenían los Diez Mandamientos, con las siguientes palabras:
No sientas dolor por las
primeras tablas que no contenían más que los Diez Mandamientos, porque en las
segundas que te doy encontrarás un compendio de leyes, interpretaciones
homiléticas y leyendas. Por eso está escrito: "El te revelará recovecos ocultos
de sabiduría, porque Su salvación es doble". Más aún, ahora estás recibiendo la
buena noticia de que te he perdonado tu error (de romper las tablas), como está
dicho: "y sabe que Di-s exige de ti menos que lo que merece tu
iniquidad".
Las tablas fueron rotas el 17 de
Tamuz, el primer día de las tres semanas de retribución. El consuelo
antes citado para Moisés está conectado con la porción de la Torá
Vaetjanán, donde los Diez Mandamientos aparecen por segunda vez en la
Torá –"Porque Su salvación es doble". Esta porción siempre se lee en el
"Shabat de Consuelo", en la primera de las siete semanas de
consuelo.
En el versículo antes mencionado,
las palabras tushía, "salvación" y iashe, "exactas", constituyen
un hermoso juego de palabras. La palabra tushía connota dos nociones
contradictorias: ieshut que implica una fuerza vigorosa y tashut,
debilidad y olvido, como está explicado por los comentaristas. Consecuentemente,
la frase "una salvación doble" apunta tanto al pecado -que pecaron con el
iesh y de "doble manera"- como también a la rectificación y consolación
–ellos son consolados con iesh y también de "doble
manera".
El Proceso del
Arrepentimiento
En jasidut está explicado con
referencia al trabajo y crecimiento espiritual, que la "doble salvación" es el
proceso del arrepentimiento o retorno. Notemos que el fundador del Jasidut
Jabad, Rabi Shneur Zalman de Liadi escribe en su Epístola del
Arrepentimiento (Cap. 9):
"En Tania Dvai Eliahu
encontramos: "Un hombre comete un pecado y es pasible de morir ante el
Todopoderoso. ¿Qué puede hacer para vivir? ¿Si estaba acostumbrado a estudiar
una página, debe estudiar dos, si estudiaba un capítulo, debe estudiar dos?".
Esto se compara con el ejemplo de la cuerda cercenada y vuelta a unir con un
nudo, el lugar donde está el nudo es mucho más grueso (y firme) que el resto no
afectado. Así es con la "cuerda" de Su posesión (Israel)".
Cuando una persona peca es porque
siente que es un "algo", distinto y apartado de Di-s que lo creó, le da vida y
lo sustenta cada segundo y segundo.
Esta sensación de ser una
existencia separada es llamada por el Santo Zohar "la fortaleza del cuerpo", que
indica la existencia de una "debilidad en el alma".
El proceso de rectificación
implica entonces la anulación del sentido ególatra de ser "algo", lo que es
llamado la "debilidad del cuerpo".
Los esfuerzos sinceros por anular
la conciencia del ego como una entidad separada y diferente de la voluntad de
Di-s, en y por si misma, eleva automáticamente el poder del alma de apegarse a
Di-s, reflejando el estado de la "fortaleza del alma".
Sin embargo, este no es el
objetivo final del proceso de arrepentimiento. Más bien, la máxima aspiración
del arrepentimiento es alcanzar el nivel de conciencia del "Algo Verdadero". Al
aferrarse a Di-s y Su Torá el ser creado refleja por si mismo la esencia de Di-s
(en hebreo, esencia y fuerza, etzem y otzem, son palabras que se
relacionan), el único "Algo Verdadero".
En este estado la "fortaleza del
alma" y la "fortaleza del cuerpo" son uno y se los posee al mismo tiempo, ya que
el cuerpo ha sido purificado y rectificado completamente.
Este es el significado profundo e
interior de "Consuela, consuela a Mi Pueblo". El primero "consuela", a través de
la anulación del ego, es aún "algo separado" de la "nada" Divina que nos permite
existir. El segundo "consuela" transforma al ser humano, el "algo creado",
llevándolo a un nivel donde uno verdaderamente refleja la Divinidad, el único
"Algo Verdadero".
Consuelo – La Transformación
del Pensamiento
La palabra nejamá, que
significa consuelo o consolación, denota un "cambio en nuestro pensamiento" de
un polo al otro opuesto, o como lo expuso el Radak, Rabí Moisés
Cordobero: "esta es toda la idea del remordimiento".
Encontramos que, en su deseo de
asemejarse al ser humano que creó a Su imagen y semejanza, Di-s cambió Su
actitud de favorable a desfavorable ("y Di-s se lamentó de haber creado al
hombre", Génesis 5:6) y viceversa ("Y Di-s se lamentó del mal que pensó hacer a
Su pueblo", Éxodo 32:14). También encontramos que Di-s, quien "no es un hombre",
no muestra el más mínimo remordimiento o arrepentimiento ("Y también el Eterno
de Israel no mentirá, no se arrepentirá, porque El no es un hombre, que pueda
arrepentirse", I Samuel 15:29)
Luego de descender "desde el cenit
hasta el nadir" de Tishá Beav, tiene que haber necesariamente un cambio
de dirección, de propósito, un cambio de actitud, de forma de pensar. Hemos
alcanzado el punto más bajo posible, no hay otro lugar a donde ir sino hacia
arriba, "descenso en aras de un ascenso". El nuevo pensamiento, en oposición al
anterior, gira alrededor del entendimiento de que todo el propósito del descenso
era justamente para ascender. El descenso en si mismo es una parte del proceso
de crecimiento espiritual y el progreso.
El comprender esto es justamente
un "consuelo", una respuesta a la pregunta "¿Por qué tenemos que pasar por la
experiencia de Tishá BeAv?" Pero "uno debe estar toda la vida en un
estado de arrepentimiento" (Talmud Bavli, Shabat 153ª). Cada día debemos
hacer teshuvá (en hebreo "arrepentimiento" o "retorno" es similar a
"respuesta") desde el nivel relativamente bajo de percepción Divina y servicio
que teníamos ayer hacia una conciencia nueva y más elevada de
Divinidad.
¿Cómo podemos entonces comprender
el segundo nivel de "consuelo" en comparación con el primero? El primer
"consuelo" es que "el descenso fue en aras de un ascenso". Sin embargo el
segundo consuelo, más profundo, es –en contraposición a lo que comprendimos con
el primero- "que el ascenso fue justamente en aras del
descenso!"
Esto significa que la intención
verdadera de la creación no es que la persona progrese a un estado de
completa auto anulación, hasta el punto de perder su existencia física (como
ocurrió con Ben Azai en la historia de "los cuatro que entraron en el
huerto [paraíso]" en el Talmud Bavlí, Jaguigá 14b). Más bien, el
propósito final es "crear una morada para Di-s en este plano físico inferior"
(Midrash Tanjuma, Nasó 7), para revelar la esencia de Di-s en medio mismo
del materialismo de este mundo.
Entonces, los dos "consuelos", el
"doble alivio", son por cierto dos niveles diferentes en la rectificación de la
existencia material, "una salvación doble". Primero está la anulación de la
existencia física al estado de "la nada". Luego sigue la purificación del "algo
creado" (física, materialmente) para que refleje al "Verdadero Algo", llamado el
Santo, Bendito Sea.
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