BS"D
ITRÓ יִתְרוֹ
Éxodo 18:1 - 20:23 Haftara: Isaias 6:1-13
DE GAL EINAI
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Y un Mensaje de Torat HaNefesh
¡Hola a todos!,
Hemos estado en esta guerra durante más de 3 meses y una de
las mayores dificultades es lidiar con las emociones y pensamientos que a
menudo nos abruman.
Nos hacen sentir que los problemas son más grandes de lo que
somos capaces de resistir y que no podremos arreglarnos solos.
La forma de afrontar esta sensación de “falta de control”
se encuentra en la parashá de esta semana Itró en el versículo: “No hay
ningún recipiente para recibir la bendición para Israel sino la Paz -shalom”.
¿Qué tiene que ver la paz con todo esto?
Cuando hacemos las paces y creamos una conexión real con
nosotros mismos, con nuestras relaciones y en especial con nuestras parejas,
entonces también cuando estemos abrumados habrá alguien con el cual uno pueda
conversar y compartir nuestros sentimientos.
En el Midrash de nuestra parashat Itró se explica que el
significado del versículo “Recuerden el día de Shabat para santificarlo”,
es recordar la promesa hecha por Dios de que Shabat fue el único día de la
Creación que quedó sin su “pareja”, ya que recién en el futuro iba a tener su
pareja con la creación del Pueblo de Israel.
¿Por qué Shabat necesita una pareja? Porque un día bendito y
una bendición es un flujo de abundancia Divina que llega a un recipiente y se
desborda, por lo tanto, es necesario que haya una “pareja” que la pueda recibir
y absorber.
Entonces entendemos por qué el socio requerido para
Shabat es precisamente el pueblo de Israel, del cual está dicho “en Su
pensamiento precedió al mundo” y por lo tanto también puede contener
abundancia infinita.
Pero, ¿Quién quitará de nosotros la carga de encima cuando
nuestro “recipiente”, y nuestra capacidad de absorción ya no soporte el peso de
la carga?
Aquí es cuando viene la Paz – Shalom.
Nuestra tarea es crear una conexión verdadera y profunda
de tal manera que sea un “recipiente capaz de sostener la bendición”, que pueda
contener todas las energías, tanto positivas como negativas, incluso cuando mis
capacidades solas no podrían contenerlas.
Aprendamos a ser un recipiente de contención, de él a
ella y de ella a él.
Escuela de Psicología Jasídica
RESPETA A TU PADRE Y A TU MADRE
Cabed et avija veimeja
כַּבֵּד אֶת אָבִיךְ וְאִמֶּךָ
¡Hola niños!
¡En Shabat, todos nos pondremos de pie mientras leemos la
Torá en el momento que escuchamos del lector ¡los Diez Mandamientos!
Supongamos que a medida que se acerca tu cumpleaños, un
compañero de clase, que también es miembro del comité estudiantil, se acerca a
ti y te pregunta cuál es tu preferencia para el regalo en común de la clase -
"Tienes dos o tres opciones para ofrecer". Tiene sentido que esas
opciones que presentes sean las que más importantes para ti. Por supuesto,
también podría completar una lista de veinte opciones - pero si solo se
asignaran dos o tres, elegiría las cosas que son más queridas para mi corazón.
Continúen con mi línea de pensamiento: En la Torá se nos
ordena en los 613 mandamientos, tariag mitzvot, cada uno de los cuales
expresa la Voluntad de Dios. Sin embargo, en la exaltada ocasión de la entrega
de la Torá, cuando Hashem Itbaraj Se revela con voces y relámpagos
frente a toda el pueblo, Él elige pronunciar solo diez mandamientos para
nosotros. Esto me dice que esas diez cosas que ocuparon su lugar en la parte
superior de la lista tienen un estatus único. El resto de las 613 mitzvot
en realidad se "pliegan" dentro de ellas.
Entre ellas, la mitzvá que quería que analizásemos esta vez es
la mitzvá de Honrar de los Padres, mitzvat kivud horim,
מִצְוַת כִּבּוּד הוֹרִים, que fue elegida en
el quinto lugar entre las diez primeros.
Gratitud
¿Alguna vez has intentado despertarte en
medio de la noche, a las 2:47? Creo que solo conozco esta hora en la noche en
vela de Shavuot u Hoshana Rabá. Para mantenerme despierto a esa
hora, tengo que tomar café solo (de todos modos, ¡¿desde cuándo los niños beben
bebidas amargas como esta?) y ocuparme de todo tipo de patentes diferentes y
cambiantes. Pero, ¿despertarse a esta hora y levantarse de la cama caliente? Es
una operación única.
No hay una cantidad recordada, pero la madre de
todos y cada uno de nosotros hizo esta acción no una ni dos veces. Docenas de
veces, si no cientos, en el primer período de nuestras vidas, y estoy hablando
a veces de un año entero, ella se levanta todas las noches al menos dos veces
para amamantarnos, y no es que por la mañana ella se desentienda ... ¿Qué pasa
con el cambio de pañales, lavar la ropa, cocinar y la limpieza? Dimos todo esto
por sentado. Obviamente, es así. Así que recordemos: para el "así son las
cosas" alguien aquí trabajó duro y se esforzó, así que está claro que merece
gratitud.
De hecho, de mi mamá y mi papá obtuve lo mejor
que pude haber obtenido: ¡mi vida! Después de todo, sin ellos nunca habría
venido al mundo. Aparte de esto, desde el momento en que nací hasta el día de
hoy, no descansan ni un momento, e invierten toda su energía para hacerme lo
mejor posible. Esto podemos olvidarlo. Precisamente porque es tan evidente, se
convierte en algo sencillo a nuestros ojos, como una hoja que se mueve en el
viento. Nos concentramos principalmente en lo que estamos viviendo, aquí y ahora.
La mitzvá de honrar a los padres nos la dicta
el sentido común: Los padres y su inversión en su hijo no es algo liviano que
se evapora. Es pesado y serio. El gran peso que debemos darle a la dedicación
de los padres es la mitzvá del respeto de los padres. Quien sabe agradecer a
los padres, también sabrá agradecer a quien dijo y fue el mundo – Hashem
Itbaraj.
La cadena de la Torá
¿Quién dijo que hay que lavarse las manos por la mañana?
Obviamente así está escrito en todos los libros de halajá. Pero espera
un momento, ¿a qué edad aprendí a leer? La mayoría de los niños hacen esto
hasta los seis o siete años, y hay quienes lo hacen uno o dos años antes, pero
un niño de tres años también hace netilat iadaim por la mañana. ¿Cómo lo
sabe? ¿Quién le enseñó? ¿Y cómo sé que recibimos la Torá en el Monte Sinaí? Por
supuesto, todo esto lo aprendemos de nuestros padres.
Recibimos la Torá en el Sinaí y desde entonces se ha
transmitido de boca en boca, de padres a hijos, de generación en generación. No
sólo la Torá oral pasa por este camino, sino también la Torá escrita. Evidentemente,
¿Quién me dijo que el libro más sagrado del mundo es la Torá? ¿Quién deseaba
que cada momento libre que tuviera lo usara para reflexionar sobre ello? Mi
padre, el que sudaba mientras me montaba sobre sus hombros en las hakafot
de Simjat Torá, Y mi madre, quien me proporcionó motivación con una
bolsa abundante de caramelos.
Es cierto que, a una edad más avanzada, en el Talmud Torá
o en la escuela y más tarde en la ieshivá, aprendemos Torá
principalmente de nuestros rabinos, quienes también aprendieron de sus rabinos,
pero el papel de los padres en la transferencia de la Torá es insustituible.
Con la ayuda de Di-s, cuando crezca me casaré, y con los niños que me nacerán,
continuaré la cadena y también les transmitiré el mismo mensaje. De hecho,
nuestros padres son nuestros rabinos a esta edad, por lo que la cadena de
transmisión de la Torá de generación en generación pasa a través de vosotros.
El respeto a los padres tiene la intención de dar peso e importancia a su papel
en la transmisión de la Torá.
El tercer socio
Más allá de la Torá y las mitzvot que los padres se
esmeran en inculcarnos a nosotros, los hijos, hacen otra cosa muy importante, a
la que ni siquiera ellos siempre prestan atención. Uno de los eventos más
emotivos que conozco es la posición de la jupá al comienzo de cada boda.
Se puede sentir realmente una tensión eléctrica en el aire, especialmente en el
momento en que se detiene la interpretación de “Arba Bavot” y se hace el
silencio en toda la extensión de la celebración. Esta tensión y emoción apuntan
a algo muy misterioso. ¿qué es? "El tercer socio".
En cada encuentro nupcial entre el novio y la novia envuelve
la Shejiná. Hashem Itbaraj toma el papel de casamentero y los
conecta. Para nosotros los hijos, los padres sirven de ejemplo vivo para que Hashem
Itbaraj, dispuesto a inspirar Su Shejiná dentro de nosotros. Una
pareja que se casa seguirá teniendo hijos, que crecerán y también tendrán
hijos, y así hasta el infinito. ¿Cómo es posible que un hombre limitado realice
una acción infinita, que nunca termina? Este es el poder infinito del
"tercer socio": ¡Hashem Itbaraj!
De acuerdo con esta explicación, la mitzvá de honrar a los
padres tiene un nuevo sabor: la honra paternal es en realidad la honra a
Dios. Cuando trato a mis padres, padre o madre con respeto, invito a Dios a
que venga y habite en nuestra familia.
"Sobre tres cosas se sostiene el mundo..."¿Quién no
conoce el comienzo de Pirkei Avot? Estos son los tres pilares sobre los
que se asienta el mundo. Gratitud a los padres pertenecientes a las buenas
acciones, gmilut jasadim; El papel de los padres en la
transmisión de la Torá pertenece, por supuesto, al pilar de la Torá, amud
haTorá; el ejemplo de vida que los padres nos sirven para inspirar la
presencia Divina pertenece al pilar del servicio a Hashem, avodat
Hashem, del iehudí, quien se pone de pie y se derrama en oración ante
Dios.
¡Que
tengamos el mérito de honrar a los padres e inspirados por la presencia Divina
dentro de nosotros!
¡Shabat Shalom y bendiciones!
Parashat Itró:
UNIDOS FRENTE AL MONTE SINÁI
Frente a la montaña
La parashá Ytró describe la entrega de la Torá en el monte
Sinaí. Cuando el pueblo judío llegó ante el Monte Sinaí, la Torá dice: [Éxodo 19:1-2]
“Al tercer mes de su éxodo de la tierra de Egipto, en
este día, llegaron al desierto del Sinaí. viajaron desde Refidim, entraron al
desierto del Sinaí, acamparon en el desierto; Israel acampó allí frente a la
montaña.”
En la frase final, "Israel acampó allí frente a la
montaña", la Torá usa la forma singular del verbo "acampar", vaiján
(וַיִּחַן), aunque unas pocas palabras antes usaron
la forma plural más natural, "acamparon", vaiajanu (וַיַּחֲנוּ). Los sabios explican que, a diferencia de
todos sus otros campamentos, esta vez el pueblo judío estaba unido como un solo
individuo con un solo corazón (es decir, un propósito singular). Por esta
razón, esta frase siempre se cita como símbolo de la unidad judía.[1]
La raíz de dos letras del verbo "acampar" es חן, que en hebreo significa “gracia”, jen
(חֵן). Esta palabra también significa
"simetría". En una figura simétrica, los dos lados están uno frente
al otro.
Egipto Unido
La unidad que experimentó el pueblo frente a la montaña en
la que se entregaría la Torá vino a rectificar una situación similar en la que
se enfrentaban a los egipcios en el mar. Allí, la Torá también utiliza el
singular, “Y he aquí, Egipto los perseguía…” No “los egipcios”, sino “Egipto”,
lo que indica que los egipcios también, en su intento de capturar al pueblo
judío, estaban unidos como un solo individuo con un solo corazón. En el Talmud,
los sabios nos enseñan que “la reunión (unidad) de los malvados es mala para
ellos y terrible para el resto del mundo, mientras que la reunión de los justos
(tzadikim) es beneficiosa para ellos y un beneficio para todo el mundo.”
Mente y corazón
¿Cómo podemos diferenciar entre la unidad de los malvados y
la unidad de los justos? Respecto a los malvados, está dicho que su unidad es
“con un solo corazón, como un solo hombre”. El corazón precede al hombre, es
decir, la mente, el intelecto. Los malvados se unen para seguir su corazón,
para lograr lo que su corazón desea. El corazón es la morada natural del alma
animal y de todos sus anhelos (como se explica en Tania). Pero, acerca
de la unidad de los justos, dice que se reúnen, “como un solo hombre, con un
solo corazón”. Su mente, su intelecto y alma Divina, precede y guía su corazón,
sus inclinaciones naturales.
Además, los egipcios - que representaban a los malvados -
lograron la unidad durante su impulsiva persecución del pueblo judío. El pueblo
judío - que representa a los justos - alcanzó un estado de unidad cuando se
encontraba en un período de descanso apacible en su campamento (después de
haber regresado a Dios en sus corazones, como explica Rashi en su
comentario al verso anterior). El campamento, que vimos antes, proviene de la
raíz de dos letras que significa “gracia” o “favor” (חֵן)
da a entender que la unidad de los justos se basa en que favorezcan mutuamente.
En otras palabras, simplemente disfrutan el uno del otro y de su compañía. Pero
los malvados no pueden unirse sin un impulso que les conduzca a lograr alguna
meta. Incluso cuando avanzan juntos, no sienten amor el uno por el otro.
Del reposo al
movimiento
Aun así, una vez que los justos han logrado la unidad en su
reposado estado de “campamento” (וַיִּחַן),
tienen que comenzar a moverse y perseguir una meta juntos. Las dos letras de la
raíz de dos letras de "acampar" (חֵן)
son las iniciales de estas dos palabras, "campamento" (חַנַיָה) y
"movimiento", nesiá (נְסִיעָה). También son las iniciales de las dos
raíces de las palabras jasid (חָסִיד) y mitnagued (מִתְנַגֵד), el discípulo del Ba’al Shem Tov y el
judío que todavía se opone (en cualquier medida) al camino del Ba’al Shem Tov.
Por lo tanto, estos dos están destinados a encontrar favor, a encontrar gracia
a los ojos del otro.
Análisis matemático
Veamos algunas guematriot respecto a esta notable
última frase.
La frase completa que describe el campamento ante el monte
Sinaí dice: “Israel acampó allí, frente a la montaña” (וַיִּחַן שָׁם יִשְׂרָאֵל נֶגֶד הָהָר). La guematria
de estas palabras es 1222, o dos veces 611, la guematria de u “Torá” (תוֹרָה), lo que implica la unificación de la Torá
escrita con la Torá oral. 1222 es también el producto de 26 y 47, o Havaia
(י־הוה) y Havaia Ekié (י־הוה א־היה), una hermosa unificación de estos dos
Nombres de Dios.
Las dos primeras palabras, “acampado allí” (וַיִּחַן שָׁם)
es igual a 414 o el doble del valor de “luz”, (אוֹר),
207. 414 es también, por tanto, el valor de “la luz infinita”, or ein sof
(אוֹר אֵין סוֹף), ya que “luz” (אוֹר) es igual a “el infinito” (אֵין סוֹף). Es también el valor de la frase “fuente
de vida”, makor jaim (מְקוֹר חַיִים)
y la palabra “Y amarás” (וְאָהַבְתָּ),
con las que comienza el primer párrafo del Shemá.[2]
Sólo las palabras, “frente a la montaña”, negued haHar
(נֶגֶד הָהָר) son igual a 267, o “carroza”, merkabá
(מֶרְכָּבָה), aludiendo al secreto de la Carroza
Divina.
Juntos 414 y 267 (וַיִּחַן שָׁם
נֶגֶד הָהָר) son igual a 681, o 3 veces “bendición”, berajá (בְּרָכָה), en alusión a la triple bendición de la
Torá, la Bendición Sacerdotal. Además, 681 es el valor del “soplido de trompeta
[o shofar]”, teruá (תְרוּעָה),
inherente al cual es el poder de unificación - el sonido del shofar y la
trompeta hace que nuestro apego a lo material y mundano se haga añicos, como en
el versículo: “Tocad la trompeta por Havaiá, por toda la tierra.”
Finalmente, la guematria de la primera, media y
última letra de la frase “Israel acampó allí, de cara a la montaña” (וַיִּחַן שָׁם יִשְׂרָאֵל
נֶגֶד הָהָר) es 406, o 28 (léase: el triángulo de 28,
la suma de números enteros desde el 1 al 28). 406 es también 7 veces “gracia” (חן), en alusión a los 7 tipos de tzadikim
que acogerán a la Presencia Divina.[3]
(basado en la conferencia dada el 11 de Shevat de
5769)
[1]
Véase nuestro artículo Liderazgo: del Amor a la Unidad (anexo1)
[2]
Véase nuestro artículo: AMOR Y TEMOR: Un Estudio de
Guematria Intermedia (anexo 2)
[3] Véase Vaikrá Rabá 30:2
LIDERAZGO: DEL AMOR A LA UNIDAD
Cierto jasid dijo una vez que escuchó de boca de Rab Dunin,
de bendita memoria, un Jabadnik famoso en Eretz Israel (la Tierra
de Israel), que por mucho tiempo creyó que la meta de todo judío era
el Ahavat Israel, el amor por cada judío. Pero, cuando pasó el
tiempo –sin que nada indique que se hallara envuelto un proceso psicológico de
maduración– entendió que la meta es alcanzar Ajdut Israel (la
Unión de Israel) y que Ahavat Israel es solo el medio para
alcanzar esta meta final. Permitámonos expandir este punto.
Existe una gran diferencia entre ambos conceptos. Todos
estamos obligados a cumplir la mitzvá de Ahavat
Israel y, como dice el Alter Rebe en el Tania[1] “Tanto
si uno tiene éxito o no en acercar a una persona a la Torá y a servir a Dios,
aun tiene el mérito de amar a su prójimo judío". Pero cuando llega
al Ajdut Israel, la unión del pueblo judío, tiene que haber un
punto primordial, un punto central alrededor del cual gira todo. En otras
palabras, la unidad puede ser alcanzada sólo cuando existe alguna luz, alguna
idea acerca de qué gente está unida.
Meditando sobre el monoteísmo
Esto lo vemos en la forma en que se entiende la palabra
"uno" (אֶחָד), la palabra final y
la meta del Shemá, la aseveración esencial de la fe judía. Se da por entendido
que las letras de esta palabra aluden a la unidad de Dios: que Él es uno, esto
constituye la primera letra א cuyo valor es 1; en
los siete firmamentos y la tierra, constituye la segunda letra, ח , cuyo valor es 8; y que Él es uno en los 4 puntos cardinales,
constituye la cuarta letra y final, ד
, cuyo valor es 4. Incluso el estado de unidad más global y absoluto que es la
unicidad de Dios, aún para que esto nos capture, debemos llenarlo con algo de
contenido.
Una lección acerca al amor de Abraham
Lo que queremos explicar es que el amor simplemente no es
suficiente. Observemos por ejemplo a Abraham. Sabemos que dedicó su vida a
difundir el monoteísmo – la fe en la unidad, que Dios es uno. Para esto abrió
su tienda a todo viajero, lo que constituye un tremendo amor por la humanidad
sin ninguna medida. En realidad, la conducta de Abraham es el mayor ejemplo del
amor por el hombre que jamás se haya visto. Daba a los viajantes todo lo que
pudiese necesitar, comida, una cama para descansar, incluso dinero para el
viaje.
Pero había un propósito para todo esto. Al final de la
comida, Abraham pedía a sus huéspedes que bendigan al Todopoderoso, y si su
invitado se rehusaba, por la razón que fuere, Abraham se comportaba contra su
propia naturaleza amorosa diciendo "Si tú no bendices al Dios único, la
fuente de todo lo que recibiste, deberás pagarme por mi hospitalidad".
Esto es buscar la unidad; así es como Abraham trabajaba en pos de la unidad
humana bajo la fe en un sólo Dios.
Esto es lo que separaba a aquellos que veían a Abraham
simplemente como individuo amable y caritativo, y aquellos que querían bendecir
a Dios, juntarse a él, y uniéndose a él en derredor del punto focal central de
la unicidad de Dios. Estos más tarde se transformarían en conversos, que la
Torá los describe como "la almas que ellos [Abraham y Sará] hicieron en
Jarán". Ciertamente el mensaje es claro. El punto inicial es el amor, pero
la meta es alcanzar la unidad, basada en una fe rectificada.
La Unidad Judía Requiere un Rey
Ahora, yendo un paso adelante, no es suficiente solo tener
alguna idea o algún contenido como punto focal. Para lograr la unidad
verdaderamente debe haber alguien que establezca el contenido que servirá como
punto focal. En otras palabras, es necesario un rey. En la tercera parte de su
Guía de los Perplejos, Maimónides trata acerca de las varias razones lógicas
que hay detrás de las mitzvot de la Torá. Se ocupa del motivo
de que la Torá no establece explícitamente que el Templo Sagrado deba ser
construido en el Monte Moriá, aunque su ubicación era bien conocida por Moshé
Rabeinu y los otros líderes de otras generaciones, como el lugar donde Abraham
llevó a Itzjak para ser sacrificado.
Escribe que la razón más fuerte para dejar implícita la
ubicación en el Pentateuco era prevenir que las tribus discutieran y se
dividieran por la posesión del Monte Moriá. Consecuentemente, escribe
Maimónides, "la orden de construir el Templo Sagrado está condicionada a
que primero designen un rey, así el poder estaría en manos de un sólo individuo
y de esa manera no habría guerra entre hermanos, como cuando fue establecido el
sacerdocio[2]".
Maimónides dice que sólo gracias al rey puede haber unidad y paz entre los
judíos. Esto puede sonar como algo simple y obvio, pero aparentemente hay que
ser un gran filósofo como Maimónides para establecerlo.
Las democracias pueden ser amorosas y pluralistas, pero la
unidad necesita designar un rey. Al observar estas dos palabras, “amor” (אהבה, ahavá) y unidad (אחדות, ajdut) numéricamente,
hallaremos que su promedio es 216, el valor de "miedo" o
"temor" ( יראה , irá).
Podemos interpretar esto como que el común denominador del amor y la unidad es
el temor. Cuando al Torá nos ordena nombrar un rey, estipula que el rey debe
ser tratado de tal manera que tengamos temor y miedo de él. Aun así, como
exploraremos en un próximo artículo, el rey está capacitado para producir el
mensaje unificador para el pueblo judío sólo debido a su propio tremendo amor
por cada judío. Analizaremos este tema más adelante en un próximo artículo.
Democracia en Israel
El sistema político que adoptó el moderno estado de Israel
es la democracia, y esta es la razón por la que todo se desmorona y
absolutamente no hay unidad, porque al final no hay un rey ni liderazgo, y
consecuentemente no hay un contenido real en el que todos podamos concentrarnos
y unificarnos en torno suyo. El Baal Shem Tov dice muy severamente que cada
comunidad debe nombrar un líder, alguien que los conduzca. Y si no lo hace,
entonces Dios libre, el samej mem (la inclinación al mal)
mismo se convierte en su cabeza.
En definitiva, el amor y la unidad deben venir en juntos.
Esto es similar a la unificación que experimenta la persona cuando estudia
Torá, en donde la Torá lo rodea y lo llena al mismo tiempo[3].
Amor es el medio ambiente, la atmósfera que nos envuelve. La gente naturalmente
se dirige y es atraída por una atmósfera de amor. Y entonces esas mismas
personas están unidas cuando encuentran el punto focal alrededor del cual
pueden unirse.
De esta manera, podemos decir también que el amor es como
todos los preceptos (incluyendo el estudio de la Torá). Todas las mitzvot están
descriptas en la Cabalá como una luz abarcadora. Pero, la unidad es como
entender verdaderamente la dimensión interior de la Torá, encontrar el punto
central en derredor del cual todos podemos unirnos.
(Basado en un farbrengen efectuado en Shabbat, Rosh Jodesh Shevat, 5767 – Ramat Aviv)
[1]
Capítulo 32
[2]
Guía para los Perplejos III: 45
[3] Véase Tania, capítulo 5
AMOR Y TEMOR: Un Estudio de Guematria Intermedia
Los Números Figurativos
Uno de los conceptos más importantes en guematria es el de los números figurativos. Cada número entero tiene una o más figuras geométricas característica que nos permite darles una visualización formal. Por ejemplo, la serie de los números cuadrados: 12 = 1, 22 = 4, 32 = 9, … pueden ser dibujados como cuadrados de 1 punto, 4 puntos, 9 puntos, etc., como vemos a continuación:
Lo mismo es cierto para la serie de los números triangulares: 1, 3, 6, 10, … donde cada número de la serie es una suma de enteros. 1 es por supuesto la suma de 1; 3 es la suma de 1 y 2; 6 es la suma de 1, 2 y 3; 10 es la suma de 1, 2, 3 y 4 y así en adelante. Los números triangulares se pueden visualizar de la siguiente manera:
Obviamente hay muchas otras figuras regulares que pueden ser utilizadas para bosquejar visualmente los números enteros. Cada figura regular tiene su significado místico en Cabalá, pero este tema está más allá del objetivo de este artículo. Utilizando las figuras geométricas para graficar los números enteros también crea un sistema de correspondencias entre números que normalmente no están relacionados aparentemente. Por ejemplo, todos los números triangulares son congruentes entre sí.
La
mentalidad y el método de análisis cabalístico está basado en encontrar
correspondencias entre las cosas. Utilizando los números figurativos podemos
encontrar relaciones entre las palabras y los versos basados en su
representación geométrica. Este artículo, que discute la relación entre los dos
pasajes más importantes de la Torá, está basado exactamente en ese análisis
utilizando los números figurativos.
Dibujando los Versos
Los dos
pasajes más importantes de la Torá son los Diez Mandamientos que se recibieron
en el monte Sinai y el Shemá, donde se establece la creencia fundamental
del judaísmo que es la creencia en la unicidad de Dios. Los primeros dos
mandamientos "Yo soy Dios, tu Dios…" y "No tendrás dioses
extraños ante Mi", los escuchamos directamente de la “Boca del Poder”,
directamente del Todopoderoso (Talmud Bavli, Makot 24a)
Los Diez
Mandamientos aparecen dos veces en la Torá, la primera en la parashá Itró
(Éxodo 20:2-14) y
luego en la porción Vaetjanán (Deuteronomio 5:6-18). Los primeros dos
versículos en las dos versiones son exactamente iguales, letra por letra (la
primera diferencia aparece en el tercer tercero). En estos dos versos hay
exactamente 64 o 82 letras:
אָנֹכִי י־הוה אֱ־לֹהֶיךָ אֲשֶׁר הוֹצֵאתִיךָ מֵאֶרֶץ מִצְרַיִם מִבֵּית
עֲבָדִים. לֹא־יִהְיֶה לְךָ אֱ־לֹהִים אֲחֵרִים עַל־פָּנָי.
Anojí Havaiá Elokeja asher hotzitija meeretz
Mitzraim mibeit avadim.
Lo ihié lejá Elokim ajerim al panai
Es
interesante notar que el mismo fenómeno puede ser encontrado en la porción del Shemá,
(que aparece en la Torá en la continuación de Vaetjanán, (Deuteronomio
6:4-9), con la "Shejiná
["la Divina Presencia"] hablando por la boca de Moisés" [Zohar
III, 232]). En los
primeros dos versos, "Oye, Oh Israel…" y "Y amarás a Dios, tu
Dios…" también hay 64 o 82 letras:
שְׁמַע יִשְׂרָאֵל י־הוה אֱ־לֹהֵינוּ י־הוה אֶחָד. וְאָהַבְתָּ אֵת
י־הוה אֱלֹהֶיךָ בְּכָל־לְבָבְךָ וּבְכָל־נַפְשְׁךָ וּבְכָל־מְאדֶךָ.
Shemá Israel
Havaiá Elokeinu Havaiá Ejad.
Veahavta et Havaiá
Elokeja bejol levavjá uvejol nafshejá uvejol meodeja
Como cada
par de versos tiene 64 letras, podemos organizarlos gráficamente cada uno en
una matriz cuadrada de 8 x 8 de la siguiente manera:
Análisis Geométrico
Lo primero
que notamos es que cada cuadrado contiene en la primera línea 8 letras,
correspondientes a las dos primeras palabras de la porción, siendo el valor
numérico promedio de las dos líneas 529 o 232.
Más
importante aún, encontramos que las letras en los cuatro vértices del primer
cuadrado (Anojí…) forman la palabra יראה, irá,
"temor". Dicen los sabios que estos dos mandamientos fueron dichos
por pi haguevurá, la “Boca del Poder”, aludiendo al Todopoderoso. En
hebreo guevurá, גבורה, = 216 suma igual que irá. Respecto a la entrega de la
Torá también dicen los sabios: "Igual que allí [en el Sinaí donde fue
entregada la Torá] fue entregada con terror, temor, estremecimiento y temblor,
también aquí [al aceptar nuevamente la Torá cada día] con terror, temor,
estremecimiento y temblor" [Talmud Bavlí, Brajot
22a]).
Por otro
lado, en el cuadrado interior de la segunda matriz formada por los dos versos
del Shemá, "Oye Oh Israel…" y "Y amarás…" (que Moisés
pronunció en primera persona, de quien está dicho "Moisés amaba a
Israel" [Talmud Bavlí, Menajot 65a], se lee la palabra אהבה,
ahavá, "amor", reafirmando que el sublime sitio espiritual
para declarar y penetrar en el Shemá está en la suprema "Cámara del
Amor", como está explicado en Cabalá).
Un Temor Sabio
Respecto al
efecto de la entrega de la Torá en el Sinaí dice la propia Torá: "para que
el temor a Él esté sobre sus rostros" (Éxodo 20:17), los sabios comentan que el
aspecto particular del temor que se está hablando aquí es la vergüenza, בושה,
bushá (Talmud Bavlí, Nedarim
20a). En Cabalá está
explicado que este temor, el temor de la vergüenza, irá boshet, ירא בשת,
es una de las tantas permutaciones de la palabra בראשית, bereshit, "En el
principio"; aludiendo al verso "el principio de la sabiduría es el
temor a Dios". (Salmos 111:10)
Explica el
Jasidut que es el temor a Dios que se traduce como vergüenza es un producto de
la auto anulación de la propia existencia que fluye de la sefirá de
sabiduría. Esta sefirá representa el conocimiento y el compromiso en la
Torá, porque "la Torá surge de la sabiduría" (Zohar
II, 62a, 85a, y 121a)
iluminando el rostro de la persona, porque allí es donde se revela su
naturaleza íntima, como está dicho: "La Sabiduría de un hombre brilla en
su rostro" (Eclesiastés 8:1).
La palabra
"rostro", פנים, panim, está relacionada con "esquina", פינה,
piná. Se dice del sacerdote colocando los sacrificios en el altar que
“Asciende la rampa [del altar] y gira hacia el borde que lo rodea" [Mishná
Zevajim 5:3]). Está explicado en Jasidut que la habilidad de girar realmente, que
implica cambiar el curso de una dirección a otra se adquiere a través del poder
de la esquina, que sirve como una metáfora visual de la “nulidad”, es decir, la
auto anulación del alma que halla su fuente en la sabiduría, como dijimos
antes. Esta es la razón de que, en los dos primeros mandamientos, cuyo
propósito fue traer “temor a nuestros rostros”, la palabra irá, יראה,
está escrita en las esquinas.
La Revelación del Amor
Los dos
pares de 4 letras que forman el corazón geométrico de ambos cuadrados forman
las palabras “el poder del amor”, עצמת אהבה, otzmat avahá,
haciendo del amor el corazón compartido o la raíz del poder inherente en los
Diez Mandamientos y en el Shemá. El valor numérico de esta frase עצמת אהבה,
“el poder del amor”, es 613, el número de preceptos de la Torá, observación que
requiere mayor explicación.
Los 613
preceptos se dividen en 248 requerimientos positivos y 365 prohibitivos.
Además, “el [sentimiento de] amor por el Todopoderoso es la fuente de los 248,
y el temor al Todopoderoso es la fuente de los 365 prohibitivos”. (Tania,
capítulo 4) Como el
precepto negativo de temer a Dios –“a Dios, tu Dios, temerás” (Deuteronomio
6:13)- es en sí mismo
un mandamiento positivo, o sea que como ya explicamos debe estar motivado por
el amor, podemos concluir que el amor es a la postre la fuente de todos los
preceptos, positivos y negativos.
Una
observación relacionada con esto es que el valor numérico de la suma los dos
pares de 8 letras de la última línea de los cuadrados ר י ם ע ל פ נ י ו ב כ ל מ א ד ך, es también 613, aludiendo al hecho que los 613
preceptos están representados en estos dos pasajes seminales de la Torá.
Veamos
ahora los dos grupos de las cuatro esquinas, que llamamos el rostro de cada
cuadrado. Las 8 letras son: י ר א ה ש ל ו ך, cuya guematria es 572 =
13 x 44, o “amor” (אֲהַבָה ,
13) x 44, aludiendo nuevamente al hecho que la raíz de toda la Torá es por
cierto el amor. (44 es el valor numérico de uno de los “rellenos
de letras” alternativo del Nombre esencial de Dios, Havaiá. Ver en el
“curso de guematria”).
Finalizamos
notando que el amor penetra totalmente estos dos versos, porque la suma de las
128 letras que los componen es 5953, cuyo punto medio es 2977, que es igual a
13 x 229. Ya sabemos que 13 es “amor”, y 229 es la suma de los valores de
“amor” y “temor”. Tenemos así amor multiplicado por la suma de amor y temor:
2977 = אֲהַבָה · יִרְאָה
אֲהַבָה!
UNIVERSIDAD DE LA TORÁ: Ciencias Políticas
LIDERAZGO PARA ISRAEL. ¿UN TZADIK O UN REY?
¿Cómo imaginamos al líder del pueblo judío? El Tikunei
Zohar escribe que los Hijos de Israel fueron llamados por diez nombres
diferentes: sabios, profetas, maestros de la Torá y más, que son paralelos al
orden de las sefirot. El pueblo judío se compone de diez tipos
arquetípicos diferentes. Además, esta es una descripción viva de la historia de
la Nación de Israel: en nuestra historia, tenemos una era de profetas, una era
de sabios, etc. Centrémonos en dos de estos tipos: los tzadikim (personas
piadosas) y los reyes.
Claramente, la “era de los tzadikim” fue en los
últimos trescientos años, desde la aparición del Baal Shem Tov fundador del
movimiento jasídico. No es coincidencia que el nombre espiritual de aquellas
personas que dirigieron el Jasidut sea “Tzadikim.” En las enseñanzas del
Jasidut, el tzadik no se separa del mundo. Casi siempre es la
personalidad de un líder y guía espiritual, un tzadik con
características de realeza. Paralelamente a los tzadikim en la
enseñanza jasídica, existen otras figuras prominentes, como los “maestros de la
Torá”. Estas personalidades también han sido notables durante los últimos
trescientos años. Sin embargo, es el Jasidut el que caracteriza el espíritu de
esta era en la historia de la Nación de Israel.
Ahora nos acercamos a nuestro destino final, la era del
Mashíaj. Por lo tanto, la próxima era será la era de los reyes. Esto también
encaja con el orden cabalístico: los tzadikim son paralelos a
la sefirá de iesod (fundamento - “Y el tzadik es
el fundamento del mundo”) y el rey es paralelo a la sefirá de
reinado.
¿Dónde estamos exactamente en la cronología? Hay que admitir
que es difícil revitalizar la grandeza especial de los tzadikim del
Jasidut de las generaciones anteriores. Es hora de una nueva era, la era del
reino de Israel. En este momento, nos encontramos en una etapa de transición
entre los tzadikim y los reyes, lo que puede darnos la
sensación de que nos faltan en ambos extremos.
En nuestra lejana historia, algunos de los reyes no fueron
exactamente justos. ¿Significa esto que vamos a volver a un liderazgo injusto? En
absoluto. El Rey Mashíaj es un gran tzadik. También es jasid y
profeta, como escribe el Rambam. El Mashíaj incluye todas las diferentes figuras.
Pero, en última instancia, es un rey y las otras figuras se reflejan en su
forma de liderazgo.
Aspiramos a encontrar la conexión entre las figuras
del tzadik y el rey, para que la transición entre estas dos
eras sea suave y lo más consistente posible. No hay duda de que la figura del
Rebe de Lubavitch en nuestra generación fue un ejemplo vivo de la conexión
entre un tzadik jasídico y un líder real.
El mes de Shevat alude a una conexión consumada entre el
tzadik y el rey. La letra de este mes es la tzadik. ¡El valor numérico
de tzadik es melej (rey)! Además, si cambiamos los puntos vocales
de la palabra Shevat, se leerá “shevet”, que significa
“gobernante” o “rey”, como en los versos: “El shevet (cetro) no se
apartará de Iehudá, ni la vara de gobernante de entre sus pies…[1] “Una estrella saldrá de Iaacov y un shevet
(cetro) se levantará desde Israel…”[2]
Estos versículos se refieren al Rey Mashíaj, que venga
pronto en nuestros días, amén.
[1]
Génesis 49:10
[2]
Números 24:17
EITAN RELATA UNA INCREIBLE HISTORIA DEL SABIO
CABALISTA SHALOM SHARABI
Una importante enseñanza para nuestras vidas.
HISTORIAS JASÍDICAS
Rebe Menajem Mendel de Kotzk
y Rebe Leibele Eiger:
AFILANDO CUCHILLOS PARA LA ORACIÓN
Para el Baal Shem Tov y sus discípulos, la preparación para el cumplimiento de una mitzvá es la forma principal de servicio a Dios. Lo que viene después, ya sea frescura o aridez, es estrictamente un regalo del Cielo. Entonces, ¿cómo nos preparamos para el servicio del corazón?
Rabi Menajem Mendel Morgenstern, conocido como
el “saraf” (ángel de fuego) de Kotzk, nació en 5547 (1787) siendo su padre, Rabi
Iehuda Leibush, quien era un opositor al Jasidut. En su juventud, fue enviado a
la ieshivá en Zmoshtz. En 5567 (1807), Rabi Menajem Mendel se casó con Glickel,
la hija de una de las personas importantes de Tomshov. Después de su
matrimonio, Rabi Menajem Mendel fue a estudiar bajo la tutela del Vidente de
Lublin y luego se conectó con su discípulo, el Santo Judío de Pshisja. Después
del fallecimiento del Santo Judío, se convirtió en el discípulo preeminente del
sucesor del Santo Judío, Rabí Simja Bunim de Pshisja.
Cuando Rebe Simja Bunim falleció en 5587 (1827), la mayoría
de los jasidim eligieron a Rebe Menajem Mendel como su nuevo líder.
Inicialmente se establecieron en Tomshov, pero debido a desacuerdos de
opiniones y costumbres con la gente del pueblo, se mudaron a Kotzk. Después de
Sucot 5600 (1840), el discípulo del Rebe de Kotzk, Rebe Mordejai Iosef de
Izhbitza, lo dejó, junto con muchos jasidim. Como resultado, el Rebe de Kotzk
cortó casi toda su conexión con sus jasidim y permaneció encerrado en su
habitación durante veinte años, hasta su fallecimiento. Durante estos años
apenas salía de su casa y a muy pocas personas se les permitía entrar en su
habitación. No obstante, muchos jasidim continuaron yendo a Kotzk. Rebe Menajem
Mendel de Kotzk falleció el 22 de Shevat de 5619 (1859) y fue enterrado en
Kotzk. Antes de su muerte dijo: “Quien ponga su cabeza en la Torá (estudio), le
garantizo que algo saldrá de él en este mundo y en el próximo”.
Rabi Iehuda Leib Eiger de Lublin
nació en 5675 siendo su padre Rabi Shlomo Eiger, un rabino de Kalish y Pozna,
que era hijo del ilustre Rabi Akiva Eiger. Rabi Iehuda Leib se casó con la hija
e Rabi Azriel Gertstein de Lublin y contó con el apoyo de su suegro durante
varios años. Originalmente, Reb Leibele, como se le conocía cariñosamente, se
oponía al Jasidut. Más tarde, los jasidim de Lublin influyeron en él para
convertirse en jasid del Rebe de Kotzk. Cuando Rabi Mordejai Iosef de Izhbitza
dejó al Rebe de Kotzk, Rebe Leibele lo siguió y se convirtió en su discípulo
principal. Cuando murió el Rebe de Izhbitza, los jasidim nombraron a Rebe
Leibele su Rebe, el Rebe de Lublin, donde sirvió hasta su fallecimiento el 22
de Shevat de 5648 (1888).
La primera vez que Reb Leibeleh Eiger viajó
a casa después de haberse vinculado con el Rebe de Kotzk, entró en la
habitación de su Rebe para recibir su bendición y le preguntó: “¿Qué debo decir
cuando me preguntan por qué transgredes lo que está escrito en el Código de Ley
Judía y rezar después del tiempo prescrito? Mi padre es un gran rabino y mi
abuelo es un rabino aún mayor. ¿Qué les diré?
El Rebe de Kotzk, que también fue un gran
erudito de la Torá, respondió lo siguiente: Hay una ley relativa a un
trabajador contratado, que dice que, si tiene que preparar herramientas, afilar
su cuchillo o su hacha, la preparación de las herramientas es a expensas del
tiempo de la persona que ordenó su trabajo. Para orar, tenemos que afilar
nuestros cuchillos, porque, como dicen los sabios, “el tiempo de la oración es
el tiempo de la batalla”. Y eso requiere tiempo. Ese tiempo es a expensas del
Santo, Bendito Sea. Entonces, según la dimensión revelada de la Torá, está
justificado posponer las oraciones hasta que todas las herramientas estén
preparadas.”
El servicio de preparación para el cumplimiento de las mitzvot
es el objeto principal del servicio a Dios para el Baal Shem Tov y sus
discípulos. Cualquier cosa que venga después - ya sea vitalidad en el servicio
a Dios o aridez - es estrictamente un regalo del Cielo. ¿Cómo nos preparamos
para el servicio del corazón?
Mientras que otros tzadikim veían el corazón como un
instrumento musical que necesitaba ser afinado, Rebe Menajem Mendel de Kotzk lo
veía como un hacha afilada. Para el Kotzker, la oración es una guerra, una
batalla contra todas aquellas partes de la personalidad que se niegan a presentarse
honestamente ante Dios. Él y sus discípulos se dedicaban a afilar
constantemente sus herramientas. Todos los comentarios y aforismos que
surgieron de la sala de estudio del Kotzker fueron suaves y afilados,
perforando montañas enteras con una sola palabra.
El Rebe de Kotzk no aprobó el enfoque intermedio, que no
contempla qué es lo que Dios quiere de una persona en una situación particular.
En uno de sus famosos aforismos, el Kotzker dijo: “La gente camina al costado
de la carretera. La mitad del camino es para los caballos…” Un camino en el
servicio a Dios que parece extremo es en realidad el resultado de una verdadera
adhesión a Dios. El camino que es cómodo para todos probablemente no sea más
que seguir tontamente a la multitud. Una persona que quiere ser fiel a sí misma
debe estar dispuesta a llegar al extremo y orar a Dios para que llegue al
extremo correcto.
En este dicho, como en muchos otros, el Rebe de Kotzk divide
la realidad en dos y sugiere una elección: ¿Quieres ser “una persona”, fiel a
ti misma? Levántate y empieza a trabajar. Encuentra tu camino y llega al
extremo. ¿Prefieres ser un caballo? Quédate en el medio del camino con todos
los demás.
Junto con su demanda de verdad y pensamiento independientes,
el Rebe de Kotzk dirigió a sus jasidim como un general del ejército.
Exigió obediencia absoluta y plena colaboración entre ellos. Sus severas
exigencias se centraron en borrar cualquier atisbo de honor y eliminar
cualquier autoengaño. Quien no cumpliera con estos altos estándares era rechazado
del círculo de discípulos del Kotzker. El Rebe también exigió que sus jasidim
renunciaran a cualquier adquisición personal. Inicialmente, cuando los jasidim
llegaron a vivir a Kotzk, vivían en una especie de comuna jasídica de unos
pocos cientos de personas. Con amor y muy pocos medios, con rechazo
intencionado a las tentaciones del mundo, la comunidad vivió bien durante mucho
tiempo.
Rebe Leibele Eiger, nieto de Rabi Akiva Eiger, fue uno de
los jasidim más destacados del Rebe de Kotzk. En su deseo de ser “una
persona”, fiel a sí mismo tal como lo define el Rebe, Rebe Leibele se negó a
recorrer el camino recorrido por su padre y su abuelo, y sufrió por ello. Su
familia quedó asombrada y consternada por el hecho de que se hubiera unido a
los jasidim, y casi se vio obligado a divorciarse de su esposa. Adoptó
la verdad al estilo Kotzk y la adhesión a Dios durante toda su vida, incluso
después de dejar Kotzk y emprender su propio camino.
Cuando Rebe Leibeleh Eiger se convirtió en Rebe, decía las
oraciones de la mañana muy tarde, a veces cerca del anochecer. Si se celebraba
una circuncisión en su salón de estudio, hacía largos preparativos
espirituales. Esto a menudo significaba que la circuncisión en sí no se
realizaba hasta cerca del final del día. Los grandes rabinos opuestos al
Jasidut criticaron duramente a Rebe Leibele por esto. Después de todo, los
sabios dicen con respecto a la circuncisión que “aquellos que actúan con
presteza son los primeros en cumplir las mitzvot”. ¿Por qué Rebe Leibele
retrasaría específicamente la mitzvá de la circuncisión? La disputa fue
muy acalorada y Rebe Itzjak de Worki, el Jidushei Harim de Gur y otros tzadikim
salieron en su defensa. Claramente, no hay parábola más apropiada para la mitzvá
de la circuncisión que la parábola del cuchillo afilado.
Rebe Leibele fue uno de los dirigentes de los que se unieron al Rebe de Izhbitze cuando dejó Kotzk. Cuando el Izhbitzer falleció en 5614 (1854), el Rebe de Kotzk todavía estaba vivo y Rebe Leibele consideró regresar con él. Los jasidim veteranos de Kotzk, que dirigieron el tribunal jasídico durante los años que el Kotzker estuvo encerrado en su habitación, acordaron aceptar a Rebe Leibeleh con la condición de que borrara los catorce años que había sido jasid de Izhbitzer. Rebe Leibele no estuvo de acuerdo y se convirtió en Rebe de Lublin. No obstante, Rebe Leibele falleció el día en que falleció el Rebe de Kotzk, su primer Rebe. Finalmente, sin abandonar su propio camino, Rebe Leibele regresó a Kotzk.
EL VÍNCULO DEL PADRE Y EL HIJO
Epístola Sagrada – Igueret haKodesh
Carta 15 clase 5
La categoría de iesod es, a modo de ejemplo, el vínculo mediante el cual el padre liga su intelecto al intelecto de su hijo mientras le enseña con amor y buena disposición, pues desea que su hijo entienda. Sin éste [vínculo], aun si el hijo escuchara las mismísimas palabras de boca de su padre [como habla y estudia para sí. En la sagrada escritura del Tzemaj Tzedek - sea su memoria bendición - (en el Discurso titulado Ki Iedaatív, secc. 14, donde se cita este párrafo,) estas palabras no figuran], no [las] entendería tan bien como ahora, cuando su padre liga su intelecto a él y le habla cara a cara con amor y deseo, porque desea enormemente que su hijo entienda. Y cuanto más grande sea el deseo y deleite del padre, tanto más grande es la influencia y el aprendizaje, porque entonces el hijo puede absorber más y el padre comunica más [proporcionalmente].
A Punto de volar a Argentina, pensamos sobre Itró, los huesos de Iosef y los ministros de guerra
https://youtu.be/wcx5A2xCF7A
¿CÓMO HAGO A LA CABALÁ Y EL JASIDUT PARTE DE MI VIDA DIARIA?
La dimensión interior de la Torá es una parte integral de la Torá y sus preceptos. Es por cierto uno de los aspectos de la Torá, el cuerpo es la Ley y el alma es la Cabalá. Por eso, idealmente los estudiantes serios estudian tanto la ley como la Cabalá simultáneamente.Un cuerpo no puede vivir sin el alma. El alma es enviada desde lo Alto para entrar en el cuerpo, para apegarse al cuerpo unidos, en el misterio de la vida. En Cabalá, la unión del cuerpo y el alma es llamada Maasé Mercavá , “Las Acciones de la Carroza”, y es considerado el misterio más profundo de la Torá. Para poder acceder a este mayor secreto de los secretos uno tiene que estudiar el alma y el cuerpo de la Torá.Hay períodos de la vida, por supuesto, cuando uno da más énfasis a uno o a otro. Hay asuntos personales y particulares para los cuales no se pueden definir reglas. En general, para todo debe haber equilibrio, balance y unión. Debemos dedicarnos al estudio de las leyes de la Torá y a la sabiduría y motivos que hay detrás de las leyes. Simultáneamente, para poder encontrarse con Dios, el Dador de la Leyes, debemos estudiar Cabalá.El estudio de la Torá reestructura nuestro proceso de pensamiento de acuerdo a la lógica entregada por Dios inherente en la Torá. Los patrones de razonamiento innatos y los marcos de referencia de la Torá, se asimilan en nuestro intelecto y se reflejan en nuestra vida.En vez de proceder con un estilo linear como se acostumbra en la cultura Occidental, el estudio de la Torá y la Cabalá actúan con un estilo circular. Uno estudia y luego repasa una y otra vez, cada vez agregando un estrato más profundo de conocimiento.Con esta manera de estudiar, la Torá Escrita, el Talmud, los códigos de la ley judía y la Cabalá, son vistos como un todo único y abarcador. No se puede hacer separación entre el estudio y la práctica de la dimensión legal de la Torá, la Halajá (“el sendero” o “el método”), y su contrapartida mística espiritual.Los textos de la ley talmúdica están unidos intrínsecamente con las enseñanzas místicas de la Cabalá. Similarmente, la Cabalá no puede ser estudiada sin dedicarse al Talmud, sus comentarios y los códigos legales.Por eso, un estudiante de la ley de la Torá debe comprender que existe una dimensión interior mística en el más minúsculo aspecto de la observancia de la Torá. Inversamente, un estudiante excitado por el poder de las enseñanzas místicas de la Cabalá debe comprender que la expresión más completa de estas enseñanzas provienen de la observancia diaria de la ley de la Torá.
18 shevat 5784
POR LA VICTORIA
Y LA VIDA DE LOS BRAVOS SOLDADOS DE ISRAEL
POR EL REGRESO
DE LOS CAUTIVOS SANOS Y SALVOS A ISRAEL
Es costumbre
contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov todos los Motzaei Shabat,
la salida del Shabat por la noche en una comida de Melavé Malká, acompañar a la
novia (el Shabat).
Una segulá para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de ellos, para una vida buena y larga y para salud
El sidur del Baal Shem Tov
Una vez, el sidur, libro de oraciones, de Rabi Israel
Baal Shem Tov se gastó y dejó de usarse. Sus seguidores fueron a buscarle otro
sidur. Fueron de casa en casa hasta llegar a la del pastor de ovejas del
pueblo. El pastor se alegró por la visita de los sabios a su casa y preguntó el
motivo de su visita. Le dijeron que estaban buscando un sidur para su rabino,
cuyo viejo sidur ya no era apto para su uso.
El pastor les dijo: Tengo un sidur, y es una herencia de mi
abuelo de bendita memoria, quien fue un predicador importante en uno de los
pueblos.
Incluso heredó el sidur de su padre, que era un rabino muy
conocido de su comunidad, y su padre de su padre,
hasta nuestro bisabuelo nuestro maestro el rabino Mintz de
bendita y justa memoria, de quien se dice que escribió el sidur con sus propias
manos.
Pero yo, no sé rezar en absoluto...
Los jasidim se dijeron unos a otros: este judío ni siquiera
sabe leer ni escribir; y el sidur que posee es seguramente digno de ser
utilizado por nuestro Rabino el Baal Shem Tov en su oración. Se pararon y convencieron al pastor para que
dejara el sidur en sus manos. Los jasidim se regocijaron por el tesoro que les
tocó y se apresuraron a ir a la casa de su rabino. Tomaron el sidur viejo que
estaba sobre la mesa de oración del Baal Shem Tov, lo guardaron y colocaron el
nuevo sidur en reemplazo.
Cuando llegó el momento de la oración, el Baal Shem Tov fue
a su mesa de oración y vio el nuevo sidur. Lo miró durante mucho tiempo. Finalmente
ordenó al sheliaj tzibur, el oficiante que comenzara la oración. Cuando
el Baal Shem Tov llegó a la oración de pie, todos los fieles vieron que algo le
estaba sucediendo a su rabino. De repente vieron en su rostro gestos de enojo y
toda su frente se llenó de manchas. Su rostro se puso más blanco y un temblor
se apoderó de sus labios. A medida que continuaba la oración, su rostro
empeoraba cada vez más y el temblor se extendía por todo su cuerpo. Un sudor
frío empezó a gotear de su frente y estuvo a punto de desmayarse. Todos los
fieles se miraron unos a otros y esperaron aterrorizados a que el rabino
terminara su oración.
Tan pronto como el Baal Shem Tov terminó la oración, gritó
en voz alta: ¡Ya mismo, inmediatamente devuelvan al “roé baal tefilá”,
el pastor experto en la plegaria su sidur! ¡No hay oración tan hermosa como la
oración del pastor baal tefilá!
Todos los jasidim temblaron e inmediatamente tomaron el
sidur, corrieron a la casa del pastor y le devolvieron el sidur. Los fieles se
preguntaban unos a otros sobre las palabras de su Rabino:
¿Cuál es la oración del sencillo pastor, que tanto elogió
nuestro Rabino?
Entraron silenciosamente a la casa del pastor y se
escondieron en un rincón de la casa. Cuando llegó el momento de la oración, el
pastor entró en su casa. Tomó el sidur y lo colocó en la mesa de oración que
estaba allí. El pastor se envolvió en su talit, se puso los tefilín y se acercó
a la mesa de oración. Abrió el sidur en su lugar, el pastor cerró los ojos y
empezó a mecer su cuerpo hacia adelante y hacia atrás. Mientras continuaba con
su oración, sus movimientos se hacían más y más fuertes, hacia adelante y hacia
atrás, hasta que todo su cuerpo tembló de un lado a otro. Así permaneció el
pastor durante mucho tiempo, con los ojos cerrados, la boca sellada y el cuerpo
moviéndose violentamente. Cuando el pastor terminó, cerró el sidur, se sacó sus
tefilín, se quitó el talit y se fue. Los seguidores se sonrieron entre ellos:
¿Y esto es una oración? ¡Si el pastor no pronunció ni una
sola palabra!
E inmediatamente regresaron desconcertados:
¿Y por qué el Baal Shem Tov elogió a Shem Tov con tal
"oración"?
Durante una larga hora permanecieron desconcertados.
Cuando su asombro aumentó dijeron: Llamemos al pastor y
pidamos una explicación de su propia boca.
El pastor les dijo: En verdad soy un hombre sencillo, pastor
de ovejas y vacas, pero sé que tengo una virtud, que soy hijo de grandes
rabinos y recuerdo bien los tiempos cuando aún era niño y yo seguía a mi
abuelo, la paz sea con él, a la sinagoga. Entonces me parecía un verdadero
ángel, envuelto en un talit y coronado con sus tefilín, y su
sidur en la mano. Recuerdo cómo me paraba detrás de él cuando él estaba en
oración, mirándolo y maravillándose. ¡Con qué dveikut, apego a Hashem
elevaba su oración a lo Alto! Su cuerpo se movía hacia adelante y hacia atrás y
un hilo de bondad recorría su rostro y sus ojos cerrados. Una vibración de santidad pasaba a través de
mí en este momento, ¡y me prometí a mí mismo que cuando sea mayor oraría como
él!
Pero mi destino no me favoreció y me convertí en un simple
pastor. Y ni siquiera sé leer las letras escritas en el precioso sidur que
heredé de mi abuelo fallecido. ¡Pero todavía recuerdo esas santas oraciones! ¿Entonces
qué hago?
Mientras toda la comunidad se reúne en las sinagogas y yo me
quedo en casa, tomo el sidur y lo pongo en la mesa de oración de mi abuelo. Entonces
cierro los ojos y, sin palabras, sacudo mi cuerpo como vi a mi abuelo en ese
momento. En mi corazón me dirijo al Soberano de los mundos para que considere
mis acciones como una oración completa. El pastor terminó su historia y los
jasidim regresaron a la casa de su rabino. Vieron que el Baal Shem Tov los
esperaba en la puerta de la casa sonriendo.
El Baal Shem Tov les dijo:
Sé que estáis desconcertados por la oración del pastor,
porque él no sabe orar en absoluto, y sólo conoce los movimientos de la
oración; ¿Y qué valor tienen los movimientos de la oración sin las palabras
mismas de la oración? Pero díganme realmente, ¿existe alguna persona en el
mundo a quien le gustaría decir de sí mismo que sabe orar? El Baal Shem Tov
añadió y dijo:
"Y nosotros, aunque no sepamos cómo servir a
Hashem".
Sin embargo, tenemos la seguridad de que si hacemos todo lo
que podemos, incluso si no logramos alcanzar la perfección, Dios aun vendrá y
posará Su Shejiná en las obras de nuestras manos...
LA ETERNIDAD DE
ISRAEL NO MENTIRÁ NO SE APIADARÁ
¡¡¡AM ISRAEL
JAI!!! EL PUEBLO DE ISRAEL VIVE
❣️SHAVÚA
TOV❣️*
Que tengas una
hermosa y bendecida semana
💎💎
para elevación del alma de 💎💎
Los soldados de Israel caídos al Kidush Hashem
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