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viernes, 15 de septiembre de 2017

Hacemos Teshuvá

INSTITUTO GAL EINAI
LA DIMENSIÓN INTERIOR DE LA TORÁ
Jasidut en Castellano - www.galeinai.org
Hacemos Teshuvá
Fe - Arrepentimiento – Curación - Redención
Mensaje del rabino Itzkak Ginsburgh shlita
a través de la Radio Red Kan Moreshet de Israel

2 de Elul – Parashat Shoftim - Kfar Jabad
Primera parte
Shalom a todos. Estamos realmente en la generación de la teshuvá, el arrepentimiento y retorno. Bendito sea Dios, observamos un fenómeno de “buscar”. Teshuvá es buscar, buscar la verdad, buscar lo quién soy, por qué estoy aquí. Hay dos fenómenos relacionados entre sí: la búsqueda de Dios -el arrepentimiento- y la búsqueda que realizan hoy muchas personas de diferentes métodos de curación. Y aquí hay una conexión muy estrecha entre el arrepentimiento y la medicina. Dicen los sabios de bendita memoria “grande es la teshuvá que trae curación al mundo”. [Rabi Jama bar Janina] Si deseamos curarnos, debemos saber "Porque yo Havaiá tu curador”, [Éxodo 15:26] Dios es “el médico de toda la carne y que hace prodigios" [Shulján Aruj, Oraj Jaim 6-1, oraciones de la mañana] o buscamos una medicina, la forma de curarnos –como exlicaremos en particular y en general- es retornar a nuestras raíces, a Hashem.
La gente siente cierto vacío existencial, no le halla sentido a la vida, y por lo tanto se ponen a buscar. Hay muchos judíos, en especial israelíes que van a la India (y otros lugares) después del ejército etc, y buscan, y Gracias a Dios hay muchos que encuentran a Dios, por eso hay allí toda clase de casas que los acogen, los reciben y les explican. Y justamente allí, en un lugar lejano fuera de su ámbito natural, piensa más, busca más y encuentra.
Como la teshuvá-retorno está relacionada con la refuá-curación, como dijeron los sabios de bendita memoria, nosotros creemos que también la gueulá-redención está próxima a venir. Sabemos que también la teshuvá y la gueulá dependen una de la otra, como está dicho “Si el Pueblo de Israel hace teshuvá son redimidos”. Hay un dicho del Rebe anterior de Jabad: lealter leteshuvá lealter legueulá, “inmediatamente que hacen teshuvá son redimidos”. Entonces tenemos ya 3 conceptos que se relacionan , teshuvá- arrepentimiento y retorno, refuá-curación, gueulá-redención.
Para completar agregaremos otro concepto: es imposible hacer teshuva, comenzar el proceso, si no hay emuná, fe. La fe es en realidad el fundamento de los fundamentos, como escribe el Rambam en el comienzo de su obra “el fundamento de los fundamentos, y el pilar de la sabiduría es saber que hay una existencia primera”. La Existencia primera es Hashem, Boré Olam, el Creador del Mundo. Es posible que al principio tenga una sensación interior de que hay algo que no puedo definir, incluso al principio es difícil a veces decir la palabra Hashem o Elokim. Pero como dijimos, buscamos un sentido, para qué estoy aquí. Y si la vida tiene un sentido significa que hay alguien que le da un sentido, que quiere algo de mi. Buscamos lo desconocido, pero eso desconocido al final resulta ser Elokim, Hashem. Sin fe no hay hada, la persona vive una vida netamente natural y no se diferencia de cualquier otra critatura.
Así, en realidad hay cuatro cosas aquí, si las ordenamos: en primer lugar debe haber fe. La fe es la cauda de que estoy buscando algo que me falta. Sin una fe básica de que tal vez puede haber algo que buscar (incluso este "tal vez" ya es una chispa de la fe. El signo zodiacal de este mes de Elul es es virgo, betulá, בתולה, de guematria אולי יש אלהים, ulai iesh Elokim, “quizás hay Dios”. De la fe surge el retorno, y del retorno la curación, "la teshuvá trae la refuá”. Cuando sanamos, viene la redención. El primer propósito de nuestra primera redención, la redención de Egipto, fue recibir la Torá en el Sinaí, y está escrito que antes de la redención todos los judíos fueron sanados.
Dios da la Torá cuando todos estamos fuertes, sanos y felices. Y también la nueva Torá que se revelará cuando venga el Mashíaj -la redención es la revelación de una nueva Torá, "una nueva Torá saldrá de Mí"- y para que todos podamos recibir esa Torá del rey Mashíaj necesitamos estar sanos, física y psíquicamente. En el Monte Sinaí no había ciegos ni sordos, todos estaban perfectamente sanos y completos. Para que podamos ser saludables para recibir la nueva Torá, la revelación de la gran luz de la redención, debemos hacer teshuvá. El comienzo de la teshuvá es fortalecer nuestra fe, fe en que hay Dios, fe en la Torá de Dios, es decir que Hashem se comunica con los seres humanos, y por lo tanto fe que yo estoy aquí para algo y hay un sentido en la vida.
Hay un fenómeno muy interesante que está escrito sobre las cuatro cosas que hemos dicho - fe, arrepentimiento, curación, redención- que todo el mundo añade otra palabra, שלמה, shelemá, “completa”.

Fe               Emuná      אמונה
Retorno     Teshuvá   תשובה
Curación   Refuá        רפואה
Redención Gueulá      גאולה
Completo   Shalem       שלם
Todas estas expresiones o deseos se encuentran en el sidur, el libro de oraciones: está escrito “emuná shlemá”, "fe completa". El “Yo Creo con fe completa" en los Trece Principios de Fe del Rambam, de los cuales quizás el más conocido es “yo creo con fe completa en la llegada del Mashíaj”. Pero así es para los trece, quien acostumbra recitar los principios de fe al final de la plegaria diara tal como está impreso en los sidurim, todos los principios comienzan con “yo creo con fe completa”. Entonces, significa que la fe puede ser incompleta o completa. Es una fórmula aceptada por el pueblo e Israel, “emuná shlemá”.
También respecto a la teshuvá, decimos tres veces al día el shemoná esré, la plegaria silenciosa: "Haznos retornar con arrepentimiento completo ante Ti”. Le pedimos a Dios -señal de que la verdadera teshuvá no es sólo por mi propia fuerza, sino que debemos orar a Dios “haznos retornar”, a mi como individuo y a nosotros como un todo, como explicaremos. Que Hashem nos haga retornar con “teshuvá shlemá”.
Más adelante en la plegaria silenciosa decimos “y concedenos remedio y curación completa a todas nuestras heridas”, refuá shlemá. Respecto a la gueulá, en la versión sefaradí y otras “y redímenos con redencion completa pronto en nuestros días”. Vemos que los sabios de bendita memoria agregaron a todas esas palabras “shlemá”, completa.
Primero acostumbramos hacer un simán, “señal”, como dijeron los sabios “señales hizo”. Simán, en este caso es tomar las iniciales de las palabras para ver qué otra palabra se forma, y así que se grabe en el corazón. ¿Qué es una señal? Dijimos que el proceso psicológico es de la fe al retorno, la curación y la redención. Las iniciales de estas palabras:


אמונה תשובה רפואה גאולה – אתרֹג

Alef tav reish guimel es etrog, citrón. La culminación del servicio del retorno y arrepentimiento, que en esencia comienza en estos días del mes de Elul, y finaliza con el “retorno con alegría”en el tiempo de nuestra alegría en Sucot, en que tomamos el etrog (con la mano izquierda, que en general aleja, “smol dojá”, pero en ese momento, por el poder del arrepentimiento y retorno con alegría, se transforma en “izquierda acerca”, más todavía de lo que en su momento “la derecha acerca”.)
El etrog es algo físico, un objeto bastante caro que llega a costar mucho dinero. Pero en realidad es una señal de todo el trabajo espiritual que hice en estos días, desde Elul a Rosh Hashaná, Iom Kipur y hasta Sucot (y en realidad, el comienzo de la fe, la fe en la llegada del Mashíaj, es en el 9 de Av cuando nace el Mashíaj, y de esta manera es cuando nace la fe en el Mashían en el corazón de todo judío, según el secreto de “…si tiendo mi lecho en la sepultura, allí estás”. [Salmos 139:8] Y así el final [la redención] está incerta en el principio [la fe], literalmente. Todo dentro del etrog, la fe, el retorno, la curación y la redención. Todo tiene que ser completo y perfecto, por cierto la condición más importante para el etrog es que esté completo, shalem, que no le falte nada, completo y adornado, shalem y mehudar, tal como es llamado en la Torá: pri etz hadar.

De todas maneras, estas cuatro cosas van junto con la palabra "shlemá". La palabra "shlemá" significa, como acabamos de decir, que puede faltarle, puede ser mitad y puede ser completa. Está escrito en jasidut que una cosa completa siempre tiene dos dimensiones, que en el lenguaje de la Cabalá y el Jasidut se llaman externas e internas. Shlemá es de la expresión shalom, paz, toda cosa completa hace la paz entre dos dimensiones. Si no están las dos dimensiones juntas, interior y exterior, la cosa no está completa. Por eso así con la fe, el retorno, la curación y también la redención, tenemos que meditar en cada una cuál es su prefección. Hoy este es nuestro tema principal.
Hablamos de la teshuvá y hacemos teshuvá, pero hay que saber que esta puede ser exterior e interior, jitzoniut y pnimiut. En Jasidut, y en especial jasidut Jabad, la palabra más importante es pnimiut, “interior”. Todo fenómeno, toda experiencia psíquica tiene que ser interior, no sólo exterior. Hay un versículo muy importante interpretado por el Jasidut: “no desea el necio lo que le dicta la inteligencia, sino lo que surge de su corazón” [Proverbios 18:2] El necio también busca pero una vivencia personal, un viaje corto. Muchos viajan a la India para esto, pero si Hashem ayuda al final les abre los ojos para que comprendan que lo principal es lo interno y no lo externo, pnimiut y no jitzoniut. La inteligencia verdadera, y no solo el aparente diversión, la satisfacción y la experiencias superficiales, incluso si me parecen que experiencias místicas o similares.
Nuevamente, el principio básico es que todo tiene que ser completo, y en especial esas cuatro cosas sobre las que está escrito explícitamente el adejetivo “shlemá”, completa. No dejamos de lado lo externo, por el contrario, decimos que se necesitan las dos dimensiones. También lo externo es importante cuando va unido a lo interior y se subordina a lo interior.
En este mundo el cuerpo debe subordinarse al alma, recibir de ella, pero en el Mundo por Venir está escrito que “el alma se alimentará del cuerpo”, la abundancia Divina fluirá precisamente del cuerpo hacia el alma. Y esta es la revelación de la Or Ein Sof HaSovev Kol Almin, la Luz Infinita que rodea todos los mundos, que ilumina primero en la dimensión externa de la realidad, el cuerpo. Incluso en relación al Nombre Havaiá, bendito sea (el Nombre Propio o Esencial de Hashem que es un nombre particular y explícito) י-ה-ו-ה, dicen los sabios “el Nombre no está completo” mientras esté Amalek, que es la “duda” (el Baal Shem Tov dice que עמלק, Amalek, nuestro enemigo jurado, del pueblo de Israel, es de guematria ספק, safek, “duda”.) Mientras haya duda en el corazón el Nombre de Hashem, י-ה-ו-ה no está completo, está dividido en dos. ¿De dónde aprendemos esto? Está escrito en Éxodo 17:16:
[Dijo Moshé]: “La Mano está sobre el Trono de Dios, [jurando] guerra Hashem contra Amalek en todas las generaciones”.
וַיֹּ֗אמֶר כִּי־יָד֙ עַל־כֵּ֣ס יָ֔הּ מִלְחָמָ֥ה לַֽיהֹוָ֖ה בַּֽעֲמָלֵ֑ק מִדֹּ֖ר דֹּֽר
Trono se escribe כסא, kisé, pero en el versículo le falta la alef, dando a entender que mientras haya duda en el corazón, de guematria Amalek, el Nombre de Dios está incompleto, y entonces hay que hacer “guerra de Hashem contra Amalek en todas las generaciones”. Iud-Hei, י-ה es un Nombre sagrado de Dios (de los Nombres sagrados de Dios que no se pueden borrar), pero no está completo, es la mitad, justamente la mitad interior, “Las cosas ocultas son para Hashem”, sin la parte exterior. Vav–Hei es la parte revelada, correspondiendo al cuerpo, “y las cosas reveladas son para nosotros y nuestros hijos por siempre”. Las cosas ocultas son sólo la dimensión oculta, pero solo no está completo, se necesita י-ה y también ו-ה. Así todo tiene que estar completo, con su interior, la parte oculta, junto con lo exterior, la parte revelada.
A la luz de esta introducción, hemos obtenido una comprensión que nos permite profundizar en los cuatro términos nombrados. Nuestro objetivo es concentrarnos en la teshuvá.
Comencemos con la emuná, la fe. ¿Cuáles son las dimensiones de la fe? Después de la partición del Mar Rojo está escrito: [Shemot 14:31] “Y creyeron en Hashem y en Moshé su siervo”. Dijimos que según el Rambam hay 13 Principios de Fe, pero si queremos resumirlos en 2 columnas centrales, pordemos decir que la fe del pueblo de Israel es que hay un Dios y hay un profeta verdadero y la Torá con la cual Hashem se comunica con nosotros.
La Torá nos fue entregada por medio del profeta de la verdad, Moshé, el siervo fiel del Creador, como está dicho: [Devarim 33:4] “La Torá que nos ordenó Moshé es una herencia de la Congregación de Iaacov.” Es el primer versículo que el padre le enseña a su pequeño hijo con el cual comienza a hablar la lengua sagrada.
Para creer en Hashem hay que identificar a Moshé Rabeinu, y está escrito que en cada generación hay un Moshé en el cual hay que creer. Es el merecedor de ser el Mashíaj en esa generación, si esta lo merece. ¿Cuándo lo merece? Cuando se hace teshuvá, entonces el Moshé de la generación se revela como Mashíaj de la generación, el Mashíaj para todos, que mereceremos pronto. De todas maneras vemos aquí dos columnas centrales de fe.
Surge la pregunta ¿Cuál es la dimensión revelada de la fe y cuál la oculta? Porque dijimos la definición de toda cosa completa es que tiene tanto el aspecto revelado o externo y el oculto o interno, pnimiut y jitzoniut.
Se puede pensar que Hashem en sí mismo quizás es la dimensión interior. Que creo en la existencia de Dios y además lo experimento y lo siento en mi vida, con la Providencia Divina particular, “Por Hashem son los pasos del hombre son firmes, su camino Él aprobará.” [Tehilim 37:23]. En cada paso que doy en la vida siento que Alguien me guía. Y por otro lado, en la fe que Hashem tiene un profeta, nos conecta con Moshé rabeinu y hay que creer en él. Así por providencia Divina leemos en la parashá Shoftim de esta semana, que en toda generación hay un profeta en el cual hay que creer. Esto sería lo externo, jitzoniut.
Lo que dijimos es correcto, pero como dicen los sabios “70 facetas tiene la Torá”. Y hay una interpretación jasídica que es justamente al revés. Que “[Y creyeron en Havaiá] y en Moshé su siervo”, no es que creemos en que hay un Moshé en cada generación que nos enseña a ir por los caminos de Hashem, sino que hay uno en la generación que tiene el poder de revelar una dimensión más oculta e interior en nuestra fe en Hashem, más aún que la que heredamos por naturaleza de los patriarcas sagrados, que somos creyentes hijos de creyentes. “Y creyeron en Hashem”, y si queremos apuntar a lo profundo de esta fe hay que conectarse con ese enviado de Hashem que nos enseña Torá en cada generación, y en particular el interior de la Torá, pnimiut Hatorá que es la Torá jadashá, “Torá nueva”, la Torá del Mashíaj que nos lleva a conocer más profundamente nuestra fe en Hashem.
En este mes, que queremos despertar nuestra teshuvá tenemos la costumbre de tocar el Shofar cada día. En Rosh Hashaná es una mitzvá, una orden de la Torá tocar el shofar, pero cada día de Elul hacemos sonar el shofar para despertarnos de nuestra somnoliencia.
¿Qué es la teshuvá? Despertar, y para eso tocamos (en hebreo tokim) el shofar. Hay una hermosa alusión numérica:
ויאמינו בהוי' ובמשה עבדו = שופר
Y creyeron en Hashem y en Moshé su siervo = shofar
¿Cuando tomo el shofar para tocarlo es bueno que piense que antes aun que la teshuvá, ese despertar que se siente en el corazón, se necesita fe, y la fe tiene que ser doble, porque toda cosa completa es doble. O que la fe en Hashem es lo interior y que tiene un siervo fiel en cada generación es lo externo, o al revés, que tengo fe en que soy judío, y que pertenezco a un pueblo catalogado como “creyentes hijos de creyentes”, que reciben su fe desde el jardín de infantes desde Abraham Avinu, el primer creyente, como está dicho en Bereshit 15:6: “[Avram] creyó en Dios, y Él lo consideró como rectitud.”
¿Entonces si creemos para qué necesitamos a Moshé? ¿Para qué hace falta la Torá? Suficiente que crea en el corazón, “Hashem quiere el corazón”!! Pero hay que descubrir esa fe del corazón para que se pueda revelar, e incluso una vez revelada tiene infinitos niveles y matices. Para poder profundizar cada vez más en la fe, aferrándonos a Hashem, se necesita el Moshé de la generación. Entonces, de acuerdo a las dos interpretaciones quie dijimos encontramos dos dimensiones de la fe: “Y creyeron en Hashem y en Moshé su siervo”.
¿Qué hay respecto a la teshuvá, retornar? Muy simple, porque los sabios de bendita memoria definieron dos clases de teshuva: por temor y por amor, irá y ahavá. Uno se pregunta ¿hay que hacer teshuvá porque tengo miedo de algo? ¿Tengo miedo del infierno, del castigo? Aunque este es un motivo es completamente externo, superficial. Está escrito que el temor por el castigo no es ni uno por ciento del lado de lo sagrado, la kedushá, es una mezcla del bien y el mal.
En Cabalá está el concepto de klipat noga, cáscara que brilla. Puede motivarnos a cosas buenas pero no es del lado de lo sagrado, no es solo para Dios (si está del lado sagrado es “Exclusivo solo para Hashem”) porque Hashem es la esencia de lo bueno. De todas maneras, hay niveles de temor y de la teshuvá por temor, que no son por el temor al castigo sino por temor del lado totalmente de la kedushá, como el temor al pecado (el temor a separarme del Creador, no lo permita, por un pecado), el temor por la majestad, el temor por vergüenza.
Se puede hacer teshuvá por temor, y de esta manera los pecados por mala voluntad se transforman en pecados sin intención. Hice algo intencionalmente pero se considera como una equivocación, un error, un descuido. Gracias a Dios es sólo un error sin intención, pero no transforma el pecado en sí en algo bueno.
Pero cuando hacemos teshuvá a otro nivel, más excelasa, por amor, está escrito que “los pecados se transforman en méritos”. Como si hubiera hecho una transgresión y se convierte en una mitzvá, un precepto de Hashem. Es algo maravilloso que no se puede entender con la mente. Ante todo la teshuvá regresa a mi pasado y transforma lo malo que hice en algo bueno, la oscuridad en luz, lo amargo en dulce.
Entonces hay dos dimensiones de la teshuvá, en las palabras de los sabios teshuvá por temor y teshuvá por amor. En nuestra generación no necesitamos el temor al castigo, hay personas que son impulsadas por eso pero no es el llamado y el mensaje de nuestra generación. Nosotros nos dirigimos a nuestra generación y le decimos (en realidad es Hashem que se dirige a nuestra generación y le dice, según el secreto de los Trece Atributos de Misericordia del mes de Elul) que hay que despertarse en teshuvá, pero la que está totalmente del lado de la santidad, y lo principal, en particular en nuestra generación, teshuvá meahavá, arrepentimiento y retorno por amor.

Continua en la parte II

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