INSTITUTO GAL EINAI
LA
DIMENSIÓN INTERIOR DE LA TORÁ
Jasidut en Castellano - www.galeinai.org
Hacemos Teshuvá
Hacemos Teshuvá
Fe - Arrepentimiento – Curación - Redención
Mensaje del rabino Itzkak Ginsburgh shlita
2 de Elul – Parashat Shoftim - Kfar Jabad
Primera parte
Shalom a todos. Estamos realmente en la generación de la teshuvá, el arrepentimiento y retorno. Bendito sea Dios, observamos un fenómeno de “buscar”. Teshuvá es buscar, buscar la verdad, buscar lo quién soy, por qué estoy aquí. Hay dos fenómenos relacionados entre sí: la búsqueda de Dios -el arrepentimiento- y la búsqueda que realizan hoy muchas personas de diferentes métodos de curación. Y aquí hay una conexión muy estrecha entre el arrepentimiento y la medicina. Dicen los sabios de bendita memoria “grande es la teshuvá que trae curación al mundo”. [Rabi Jama bar Janina] Si deseamos curarnos, debemos saber "Porque yo Havaiá tu curador”, [Éxodo 15:26] Dios es “el médico de toda la carne y que hace prodigios" [Shulján Aruj, Oraj Jaim 6-1, oraciones de la mañana] o buscamos una medicina, la forma de curarnos –como exlicaremos en particular y en general- es retornar a nuestras raíces, a Hashem.
La gente siente cierto vacío existencial, no le halla sentido a la vida, y por lo tanto se ponen a buscar. Hay muchos judíos, en especial israelíes que van a la India (y otros lugares) después del ejército etc, y buscan, y Gracias a Dios hay muchos que encuentran a Dios, por eso hay allí toda clase de casas que los acogen, los reciben y les explican. Y justamente allí, en un lugar lejano fuera de su ámbito natural, piensa más, busca más y encuentra.
Como la teshuvá-retorno está relacionada con la refuá-curación, como dijeron los sabios de bendita memoria, nosotros creemos que también la gueulá-redención está próxima a venir. Sabemos que también la teshuvá y la gueulá dependen una de la otra, como está dicho “Si el Pueblo de Israel hace teshuvá son redimidos”. Hay un dicho del Rebe anterior de Jabad: lealter leteshuvá lealter legueulá, “inmediatamente que hacen teshuvá son redimidos”. Entonces tenemos ya 3 conceptos que se relacionan , teshuvá- arrepentimiento y retorno, refuá-curación, gueulá-redención.
Para completar agregaremos otro concepto: es imposible hacer teshuva, comenzar el proceso, si no hay emuná, fe. La fe es en realidad el fundamento de los fundamentos, como escribe el Rambam en el comienzo de su obra “el fundamento de los fundamentos, y el pilar de la sabiduría es saber que hay una existencia primera”. La Existencia primera es Hashem, Boré Olam, el Creador del Mundo. Es posible que al principio tenga una sensación interior de que hay algo que no puedo definir, incluso al principio es difícil a veces decir la palabra Hashem o Elokim. Pero como dijimos, buscamos un sentido, para qué estoy aquí. Y si la vida tiene un sentido significa que hay alguien que le da un sentido, que quiere algo de mi. Buscamos lo desconocido, pero eso desconocido al final resulta ser Elokim, Hashem. Sin fe no hay hada, la persona vive una vida netamente natural y no se diferencia de cualquier otra critatura.
Así, en realidad hay cuatro cosas aquí, si las ordenamos: en primer lugar debe haber fe. La fe es la cauda de que estoy buscando algo que me falta. Sin una fe básica de que tal vez puede haber algo que buscar (incluso este "tal vez" ya es una chispa de la fe. El signo zodiacal de este mes de Elul es es virgo, betulá, בתולה, de guematria אולי יש אלהים, ulai iesh Elokim, “quizás hay Dios”. De la fe surge el retorno, y del retorno la curación, "la teshuvá trae la refuá”. Cuando sanamos, viene la redención. El primer propósito de nuestra primera redención, la redención de Egipto, fue recibir la Torá en el Sinaí, y está escrito que antes de la redención todos los judíos fueron sanados.
Dios da la Torá cuando todos estamos fuertes, sanos y felices. Y también la nueva Torá que se revelará cuando venga el Mashíaj -la redención es la revelación de una nueva Torá, "una nueva Torá saldrá de Mí"- y para que todos podamos recibir esa Torá del rey Mashíaj necesitamos estar sanos, física y psíquicamente. En el Monte Sinaí no había ciegos ni sordos, todos estaban perfectamente sanos y completos. Para que podamos ser saludables para recibir la nueva Torá, la revelación de la gran luz de la redención, debemos hacer teshuvá. El comienzo de la teshuvá es fortalecer nuestra fe, fe en que hay Dios, fe en la Torá de Dios, es decir que Hashem se comunica con los seres humanos, y por lo tanto fe que yo estoy aquí para algo y hay un sentido en la vida.
Hay un fenómeno muy interesante que está escrito sobre las cuatro cosas que hemos dicho - fe, arrepentimiento, curación, redención- que todo el mundo añade otra palabra, שלמה, shelemá, “completa”.
Fe Emuná
אמונה
Retorno Teshuvá תשובה
Curación Refuá רפואה
Redención Gueulá
גאולה
Completo Shalem שלם
Todas estas
expresiones o deseos se encuentran en el sidur, el libro de oraciones: está
escrito “emuná shlemá”, "fe completa". El “Yo Creo con fe completa"
en los Trece Principios de Fe del Rambam, de los cuales quizás el más conocido
es “yo creo con fe completa en la llegada del Mashíaj”. Pero así es para los
trece, quien acostumbra recitar los principios de fe al final de la plegaria
diara tal como está impreso en los sidurim, todos los principios comienzan con
“yo creo con fe completa”. Entonces, significa que la fe puede ser incompleta o
completa. Es una fórmula aceptada por el pueblo e Israel, “emuná shlemá”.
También respecto a
la teshuvá, decimos tres veces al día el shemoná esré, la plegaria silenciosa:
"Haznos retornar con arrepentimiento completo ante Ti”. Le pedimos a Dios
-señal de que la verdadera teshuvá no es sólo por mi propia fuerza, sino que
debemos orar a Dios “haznos retornar”, a mi como individuo y a nosotros como un
todo, como explicaremos. Que Hashem nos haga retornar con “teshuvá shlemá”.
Más adelante en la
plegaria silenciosa decimos “y concedenos remedio y curación completa a todas
nuestras heridas”, refuá shlemá. Respecto a la gueulá, en la versión sefaradí y
otras “y redímenos con redencion completa pronto en nuestros días”. Vemos que
los sabios de bendita memoria agregaron a todas esas palabras “shlemá”,
completa.
Primero
acostumbramos hacer un simán, “señal”, como dijeron los sabios “señales hizo”.
Simán, en este caso es tomar las iniciales de las palabras para ver qué otra
palabra se forma, y así que se grabe en el corazón. ¿Qué es una señal? Dijimos
que el proceso psicológico es de la fe al retorno, la curación y la redención.
Las iniciales de estas palabras:
אמונה תשובה רפואה גאולה – אתרֹג
Alef tav reish guimel es etrog, citrón. La culminación del servicio del retorno y arrepentimiento, que en esencia comienza en estos días del mes de Elul, y finaliza con el “retorno con alegría”en el tiempo de nuestra alegría en Sucot, en que tomamos el etrog (con la mano izquierda, que en general aleja, “smol dojá”, pero en ese momento, por el poder del arrepentimiento y retorno con alegría, se transforma en “izquierda acerca”, más todavía de lo que en su
momento “la derecha acerca”.)
El etrog es algo
físico, un objeto bastante caro que llega a costar mucho dinero. Pero en
realidad es una señal de todo el trabajo espiritual que hice en estos días,
desde Elul a Rosh Hashaná, Iom Kipur y hasta Sucot (y en realidad, el comienzo
de la fe, la fe en la llegada del Mashíaj, es en el 9 de Av cuando nace el
Mashíaj, y de esta manera es cuando nace la fe en el Mashían en el corazón de
todo judío, según el secreto de “…si tiendo mi lecho en la sepultura, allí
estás”. [Salmos 139:8] Y así el final [la redención] está incerta en el
principio [la fe], literalmente. Todo dentro del etrog, la fe, el retorno, la
curación y la redención. Todo tiene que ser completo y perfecto, por cierto la
condición más importante para el etrog es que esté completo, shalem, que no le
falte nada, completo y adornado, shalem y mehudar, tal como es llamado en la
Torá: pri etz hadar.
De todas maneras, estas
cuatro cosas van junto con la palabra "shlemá". La palabra "shlemá"
significa, como acabamos de decir, que puede faltarle, puede ser mitad y puede
ser completa. Está escrito en jasidut que una cosa completa siempre tiene dos
dimensiones, que en el lenguaje de la Cabalá y el Jasidut se llaman externas e
internas. Shlemá es de la expresión shalom, paz, toda cosa completa hace la paz
entre dos dimensiones. Si no están las dos dimensiones juntas, interior y
exterior, la cosa no está completa. Por eso así con la fe, el retorno, la
curación y también la redención, tenemos que meditar en cada una cuál es su
prefección. Hoy este es nuestro tema principal.
Hablamos de la
teshuvá y hacemos teshuvá, pero hay que saber que esta puede ser exterior e interior,
jitzoniut y pnimiut. En Jasidut, y en especial jasidut Jabad, la palabra más
importante es pnimiut, “interior”. Todo fenómeno, toda experiencia psíquica
tiene que ser interior, no sólo exterior. Hay un versículo muy importante
interpretado por el Jasidut: “no desea el necio lo que le dicta la
inteligencia, sino lo que surge de su corazón” [Proverbios 18:2] El necio
también busca pero una vivencia personal, un viaje corto. Muchos viajan a la
India para esto, pero si Hashem ayuda al final les abre los ojos para que
comprendan que lo principal es lo interno y no lo externo, pnimiut y no
jitzoniut. La inteligencia verdadera, y no solo el aparente diversión, la
satisfacción y la experiencias superficiales, incluso si me parecen que
experiencias místicas o similares.
Nuevamente, el
principio básico es que todo tiene que ser completo, y en especial esas cuatro
cosas sobre las que está escrito explícitamente el adejetivo “shlemá”,
completa. No dejamos de lado lo externo, por el contrario, decimos que se necesitan
las dos dimensiones. También lo externo es importante cuando va unido a lo
interior y se subordina a lo interior.
En este mundo el
cuerpo debe subordinarse al alma, recibir de ella, pero en el Mundo por Venir
está escrito que “el alma se alimentará del cuerpo”, la abundancia Divina
fluirá precisamente del cuerpo hacia el alma. Y esta es la revelación de la Or
Ein Sof HaSovev Kol Almin, la Luz Infinita que rodea todos los mundos, que
ilumina primero en la dimensión externa de la realidad, el cuerpo. Incluso en
relación al Nombre Havaiá, bendito sea (el Nombre Propio o Esencial de Hashem
que es un nombre particular y explícito) י-ה-ו-ה, dicen los sabios “el Nombre no
está completo” mientras esté Amalek, que es la “duda” (el Baal Shem Tov dice
que עמלק, Amalek,
nuestro enemigo jurado, del pueblo de Israel, es de guematria ספק, safek, “duda”.) Mientras haya
duda en el corazón el Nombre de Hashem, י-ה-ו-ה no está completo, está dividido en dos. ¿De dónde aprendemos
esto? Está escrito en Éxodo 17:16:
[Dijo Moshé]: “La
Mano está sobre el Trono de Dios, [jurando] guerra Hashem contra Amalek en
todas las generaciones”.
וַיֹּ֗אמֶר כִּי־יָד֙
עַל־כֵּ֣ס יָ֔הּ מִלְחָמָ֥ה לַֽיהֹוָ֖ה בַּֽעֲמָלֵ֑ק מִדֹּ֖ר דֹּֽר
Trono se escribe כסא, kisé, pero en el
versículo le falta la alef, dando a entender que mientras haya duda en
el corazón, de guematria Amalek, el Nombre de Dios está incompleto, y entonces
hay que hacer “guerra de Hashem contra Amalek en todas las generaciones”.
Iud-Hei, י-ה es un Nombre
sagrado de Dios (de los Nombres sagrados de Dios que no se pueden borrar), pero
no está completo, es la mitad, justamente la mitad interior, “Las cosas ocultas
son para Hashem”, sin la parte exterior. Vav–Hei es la parte revelada,
correspondiendo al cuerpo, “y las cosas reveladas son para nosotros y nuestros
hijos por siempre”. Las cosas ocultas son sólo la dimensión oculta, pero solo
no está completo, se necesita י-ה y también ו-ה. Así todo tiene que estar completo, con su interior, la parte
oculta, junto con lo exterior, la parte revelada.
A la luz de esta
introducción, hemos obtenido una comprensión que nos permite profundizar en los
cuatro términos nombrados. Nuestro objetivo es concentrarnos en la teshuvá.
Comencemos con la
emuná, la fe. ¿Cuáles son las dimensiones de la fe? Después de la partición del
Mar Rojo está escrito: [Shemot 14:31] “Y creyeron en Hashem y en Moshé su
siervo”. Dijimos que según el Rambam hay 13 Principios de Fe, pero si queremos
resumirlos en 2 columnas centrales, pordemos decir que la fe del pueblo de
Israel es que hay un Dios y hay un profeta verdadero y la Torá con la cual
Hashem se comunica con nosotros.
La Torá nos fue
entregada por medio del profeta de la verdad, Moshé, el siervo fiel del
Creador, como está dicho: [Devarim 33:4] “La Torá que nos ordenó Moshé es una
herencia de la Congregación de Iaacov.” Es el primer versículo que el padre le
enseña a su pequeño hijo con el cual comienza a hablar la lengua sagrada.
Para creer en
Hashem hay que identificar a Moshé Rabeinu, y está escrito que en cada
generación hay un Moshé en el cual hay que creer. Es el merecedor de ser el
Mashíaj en esa generación, si esta lo merece. ¿Cuándo lo merece? Cuando se hace
teshuvá, entonces el Moshé de la generación se revela como Mashíaj de la
generación, el Mashíaj para todos, que mereceremos pronto. De todas maneras
vemos aquí dos columnas centrales de fe.
Surge la pregunta
¿Cuál es la dimensión revelada de la fe y cuál la oculta? Porque dijimos la
definición de toda cosa completa es que tiene tanto el aspecto revelado o
externo y el oculto o interno, pnimiut y jitzoniut.
Se puede pensar que
Hashem en sí mismo quizás es la dimensión interior. Que creo en la existencia
de Dios y además lo experimento y lo siento en mi vida, con la Providencia
Divina particular, “Por Hashem son los pasos del hombre son firmes, su camino
Él aprobará.” [Tehilim 37:23]. En cada paso que doy en la vida siento que
Alguien me guía. Y por otro lado, en la fe que Hashem tiene un profeta, nos
conecta con Moshé rabeinu y hay que creer en él. Así por providencia Divina
leemos en la parashá Shoftim de esta semana, que en toda generación hay un
profeta en el cual hay que creer. Esto sería lo externo, jitzoniut.
Lo que dijimos es
correcto, pero como dicen los sabios “70 facetas tiene la Torá”. Y hay una
interpretación jasídica que es justamente al revés. Que “[Y creyeron en Havaiá]
y en Moshé su siervo”, no es que creemos en que hay un Moshé en cada generación
que nos enseña a ir por los caminos de Hashem, sino que hay uno en la
generación que tiene el poder de revelar una dimensión más oculta e interior en
nuestra fe en Hashem, más aún que la que heredamos por naturaleza de los
patriarcas sagrados, que somos creyentes hijos de creyentes. “Y creyeron en
Hashem”, y si queremos apuntar a lo profundo de esta fe hay que conectarse con
ese enviado de Hashem que nos enseña Torá en cada generación, y en particular
el interior de la Torá, pnimiut Hatorá que es la Torá jadashá, “Torá nueva”, la
Torá del Mashíaj que nos lleva a conocer más profundamente nuestra fe en
Hashem.
En este mes, que
queremos despertar nuestra teshuvá tenemos la costumbre de tocar el Shofar cada
día. En Rosh Hashaná es una mitzvá, una orden de la Torá tocar el shofar, pero
cada día de Elul hacemos sonar el shofar para despertarnos de nuestra
somnoliencia.
¿Qué es la teshuvá?
Despertar, y para eso tocamos (en hebreo tokim) el shofar. Hay una hermosa
alusión numérica:
ויאמינו בהוי' ובמשה עבדו = שופר
¿Cuando tomo el
shofar para tocarlo es bueno que piense que antes aun que la teshuvá, ese
despertar que se siente en el corazón, se necesita fe, y la fe tiene que ser
doble, porque toda cosa completa es doble. O que la fe en Hashem es lo interior
y que tiene un siervo fiel en cada generación es lo externo, o al revés, que
tengo fe en que soy judío, y que pertenezco a un pueblo catalogado como
“creyentes hijos de creyentes”, que reciben su fe desde el jardín de infantes
desde Abraham Avinu, el primer creyente, como está dicho en Bereshit 15:6: “[Avram]
creyó en Dios, y Él lo consideró como rectitud.”
¿Entonces si
creemos para qué necesitamos a Moshé? ¿Para qué hace falta la Torá? Suficiente
que crea en el corazón, “Hashem quiere el corazón”!! Pero hay que descubrir esa
fe del corazón para que se pueda revelar, e incluso una vez revelada tiene
infinitos niveles y matices. Para poder profundizar cada vez más en la fe,
aferrándonos a Hashem, se necesita el Moshé de la generación. Entonces, de
acuerdo a las dos interpretaciones quie dijimos encontramos dos dimensiones de
la fe: “Y creyeron en Hashem y en Moshé su siervo”.
¿Qué hay respecto a
la teshuvá, retornar? Muy simple, porque los sabios de bendita memoria
definieron dos clases de teshuva: por temor y por amor, irá y ahavá. Uno se
pregunta ¿hay que hacer teshuvá porque tengo miedo de algo? ¿Tengo miedo del
infierno, del castigo? Aunque este es un motivo es completamente externo,
superficial. Está escrito que el temor por el castigo no es ni uno por ciento
del lado de lo sagrado, la kedushá, es una mezcla del bien y el mal.
En Cabalá está el
concepto de klipat noga, cáscara que brilla. Puede motivarnos a cosas buenas
pero no es del lado de lo sagrado, no es solo para Dios (si está del lado
sagrado es “Exclusivo solo para Hashem”) porque Hashem es la esencia de lo
bueno. De todas maneras, hay niveles de temor y de la teshuvá por temor, que no
son por el temor al castigo sino por temor del lado totalmente de la kedushá,
como el temor al pecado (el temor a separarme del Creador, no lo permita, por
un pecado), el temor por la majestad, el temor por vergüenza.
Se puede hacer
teshuvá por temor, y de esta manera los pecados por mala voluntad se
transforman en pecados sin intención. Hice algo intencionalmente pero se
considera como una equivocación, un error, un descuido. Gracias a Dios es sólo
un error sin intención, pero no transforma el pecado en sí en algo bueno.
Pero cuando hacemos
teshuvá a otro nivel, más excelasa, por amor, está escrito que “los pecados se
transforman en méritos”. Como si hubiera hecho una transgresión y se convierte
en una mitzvá, un precepto de Hashem. Es algo maravilloso que no se puede entender
con la mente. Ante todo la teshuvá regresa a mi pasado y transforma lo malo que
hice en algo bueno, la oscuridad en luz, lo amargo en dulce.
Entonces hay dos
dimensiones de la teshuvá, en las palabras de los sabios teshuvá por temor y
teshuvá por amor. En nuestra generación no necesitamos el temor al castigo, hay
personas que son impulsadas por eso pero no es el llamado y el mensaje de
nuestra generación. Nosotros nos dirigimos a nuestra generación y le decimos
(en realidad es Hashem que se dirige a nuestra generación y le dice, según el
secreto de los Trece Atributos de Misericordia del mes de Elul) que hay que
despertarse en teshuvá, pero la que está totalmente del lado de la santidad, y
lo principal, en particular en nuestra generación, teshuvá meahavá,
arrepentimiento y retorno por amor.
Continua en la parte II
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