Seguidores

sábado, 24 de noviembre de 2012

El Judío se Pregunta

Así como los efectos limitantes del juicio son relativamente “izquierda”, mientras que la bondad amorosa fluye libremente de la “derecha”, así el poder penetrante de la fe en la “derecha” se equilibra con los límites y fronteras de la inteligencia en la “izquierda” (la “izquierda” se refiere aquí a la parte izquierda de la santidad y no a la “izquierda” negativa).
En este contexto, Hilel, el hombre de la bondad y la fe, tiene su socio “izquierdista” en Shamai, que es más crítico y también tiene una mente aguda, como dice el Talmud que los discípulos de Shamai eran “más agudos” que los de Hilel (no obstante la ley se determina de acuerdo a Beit Hilel porque era “indulgente y modesto”). Hilel a la derecha y Shamai a la izquierda.
Con esta nueva percepción, ahora nos encontramos con que desde un punto de vista espiritual Abraham constantemente estaba yendo y viniendo entre su “intelecto” y su “fe”. Obviamente, Abraham actuó sobre la base de un gran intelecto, comenzando su servicio de Dios con una curiosidad intelectual que le llevó a darse cuenta de que hay un Creador del mundo, como dice Maimónides muy claramente: “empezó a preguntar ya desde joven acerca del día y la noche… y su mente cuestionaba y razonaba hasta llegar al camino de la verdad y comprender la línea de justicia por sí mismo. Hasta darse cuenta de que hay un solo Dios”.
El intelecto de Abraham le llevó a alcanzar la fe, un estado de conciencia que ya no se rige solamente por el intelecto. A pesar de la profundidad de la inteligencia humana y su gran capacidad de expansión sigue siendo limitada, mientras que la fe en Dios no conoce límites. La fe toca la esencia, la esencia misma de la materia que está por encima de la mente. Como vemos en la Cábala, que la corona súper-consciente (la fuente de la fe en el alma) está por encima de todos los poderes concientes incluido el intelecto. Abraham dejó a un lado todos los conocimientos que había adquirido a través de su intelecto en la comprensión de que a pesar de todo lo que sabemos, en realidad no sabemos nada. Por encima de mi conocimiento está mi fe simple y sincera.
Esto no fue un acto aislado por parte de Abraham, sino un proceso constante de avance desde la inteligencia hacia la fe. Abraham no permaneció inactivo ni un momento y dedicó permanentemente su mente y conocimiento al entendimiento de la Divinidad, tanto es así que se abrían ante él nuevos horizontes de conocimiento cada día. Lo que sabe de Dios hoy es más de lo que sabía ayer, trayendo consigo una nueva “izquierda” que le obliga a moverse aún más hacia la “derecha”, elevándose de lo que a él le parece que hoy es la fe que está por encima de su intelecto, hasta que eso también es entendido dando lugar al nacimiento de un nuevo nivel de fe. Abraham viajó “atrás y adelante” del intelecto hacia la fe, a un nuevo intelecto y una más nueva fe.
 

Las Maravillas de tu Torá

Blog del Rabino Itzjak Ginsburgh

No hay comentarios:

Publicar un comentario