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domingo, 4 de marzo de 2012

Cabalá, Purim y el Libro de Ester; meditación de Rav Ginsburgh

En Jerusalem, ciudad que tenía una muralla que la rodeaba ya desde los días de la conquista de la Tierra de Israel por medio de Ioshúa, Purim es celebrado un día más tarde, el 15, como lo fue originalmente en Shushán, la ciudad donde vivían Mordejai y la Reina Ester en Persia(1). Como este año el día 15 cae en Shabat, en Jerusalem se celebra Purim también el viernes y el domingo; esta circunstancia especial hace que este año sea de un "Purim Meshulash ", "un Purim triple".
Todos, ya sea en Jerusalem o en cualquier otra parte del mundo, estaremos leyendo el Libro de Ester el jueves a la noche y el viernes a la mañana. Este libro relata los eventos que ocurrieron en Persia durante aquellos 12 años y el milagro de salvación que allí ocurrió. Hay una conexión especial entre el Libro de Ester y la Cabalá como la revelación de las partes profundas y ocultas de la Torá. Revelando Tu Ser Oculto El nombre hebreo del Libro de Ester es Meguilat Ester, que significa literalmente "el rollo o manifiesto de Ester".
Curiosamente, estas dos palabras implican una intrigante contradicción. En hebreo, la palabra meguilá proviene de la raíz que significa "revelar", mientras que el nombre hebreo Ester es fonéticamente (e incluso gramaticalmente) cercano a la palabra que significa "ocultar". En jasidut se explica que esto da a entender que el propósito principal de este texto es revelar lo que está oculto en él. Poner de manifiesto lo que está oculto juega un rol central en la festividad de Purim, cuando es leído el libro de Ester. Los sabios explican que el vino bebido ese día "revela los secretos ocultos" (2) que están escondidos en el alma judía.
La costumbre de disfrazarse también pretende facilitar la revelación del ser interior escondido al ocultar el ser exterior revelado. Revelando la Presencia Oculta de Dios A simple vista, el Libro de Ester narra cómo los judíos de Persia del siglo V a.e.c. fueron salvados de la exterminación gracias a la intervención de la Reina Ester, una joven mujer que ocultó su judaísmo cuando fue secuestrada por el rey y luego coronada por este. Rica en significados implícitos e insinuaciones, la narrativa es una crónica de intrincadas conspiraciones que transforma, lo que podría haber sido una oscura tragedia, en alegría y luz.
No nos debería sorprender, entonces, que este libro abunde en términos que son centrales para el discurso cabalístico. La protagonista de la historia es la Reina Ester. Habiendo sido llamada al nacer con el nombre hebreo Hadasa, adoptó su nombre persa Ester con el objeto de ocultar su identidad judía. De acuerdo con el talmud (3), el nombre Ester, que es fonéticamente similar a la palabra hebrea "ocultamiento", como ya se señaló, alude a una de las profecías de Moisés sobre el final de los días, cuando Dios proclama: "Por cierto ocultaré Mi rostro en ese día" (4).
Como veremos, este versículo tiene una especial relevancia para el Libro de Ester y los eventos que se describen en él. La similitud fonética señalada entre Ester y "ocultamiento" pone de relieve la naturaleza críptica de la existencia de la reina y, por asociación, la de los judíos en el exilio. El destierro de los judíos de su antigua tierra natal, menos de una centuria antes de los sucesos acontecidos en el libro de Ester por un lado, y el ocultamiento del "rostro" de Dios , representado por la destrucción del Templo, por el otro, obligaron a los judíos a comprometerse en una lucha del bien contra el mal en un lugar extraño, donde los límites entre estas dos fuerzas eran a su vez turbios.
Adicionalmente, en el exilio, los judíos estaban privados de la revelación profética, por lo que su mundo aparentaba estar regido por acontecimientos arbitrarios, como estaba ejemplificado por el sorteo de loterías (en persa, purim) con el cual se decidió la fecha de su aniquilación. Fue un tiempo oscuro. Dios aparentaba estar ausente un sentimiento enfatizado por el hecho de que el Nombre de Dios no aparece siquiera una vez en todo el Libro de Ester.
Pero sin embargo, el mensaje final de la historia es que la Providencia Divina y la atención de Dios operan en todo momento y en todo lugar, incluso cuando está completamente oculto, para asegurar la supervivencia y la redención definitiva del pueblo judío. Aquí es donde se entrelazan el libro de Ester y la Cabalá.
El objetivo de la concienciación cabalística es iluminar y revelar el elemento encubierto de gracia Divina que está inherente en la creación, a pesar del retiro aparente de Dios de nuestro plano inmediato de la experiencia.
Notas
1. Esther 9:18.
2. Eiruvin 65a; Sanhedrin 38a.
3. Julin 139b.
4. Deuteronomio 31:18.
Cabalá, Purim y el Libro de Ester (parte 2)
La Estructura Lógica de la Lengua Hebrea
El texto del Libro de Ester también está conectado especialmente con la Cabalá. Para entender esta conexión debemos decir primero algunas palabras acerca del significado de las palabras en hebreo. A diferencia de muchos lenguajes modernos, el hebreo, el lenguaje de los profetas, está estructurado lógicamente.
Las 22 letras del alfabeto forman 231 shearim , literalmente "portales" de parejas de dos letras, que son la base de los shorashim o "raíces" de tres letras, de los cuales se forman todos los verbos. Al estar estructurado lógicamente, el significado subyacente y las connotaciones implícitas de las palabras en hebreo pueden ser descubiertas encontrando la raíz de tres letras de cada palabra. El Significado Bíblico de la palabra Cabalá En el caso de la palabra hebrea "Cabalá", la palabra más usada para describir las enseñanzas esotéricas y místicas de la Torá, la raíz está compuesta por las letras kuf-beit-lamed.
En el hebreo moderno, Cabalá es usada siempre en el sentido de "recepción". Por ejemplo, un recibo de compra o de impuestos se llama con esta palabra. En los Cinco Libros de Moisés, sin embargo, la raíz kuf-beit-lamed es usada solamente para connotar "correspondencia". Sólo en las últimas partes de la Biblia -los Profetas y los Escritos- que aparece como "recepción". Por supuesto, la palabra Cabalá, en tanto enseñanza esotérica de la Torá, puede ser interpretada usando ambos significados. "Como "recepción", alude a esas enseñanzas de la "tradición recibida".
Como "correspondencia", se refiere a la metodología más importante mediante la cual estas enseñanzas han de ser estudiadas. En el Libro de Ester, el uso de esta raíz, kuf-beit-lamed, revela un matiz importante del significado de la Cabalá como "tradición recibida". Cabalá en el Libro de Ester Dicha raíz aparece en el libro de Ester en tres versos, que nos revelarán un matiz específico de la palabra Cabalá. Procederemos a examinar los dos últimos.
“Y los judíos aceptaron lo que ya habían comenzado a cumplir,
y según Mordejai les había escrito.” (1)
“Los judíos recibieron y aceptaron sobre ellos y sobre su simiente y sobre todos los que se unieran a ellos, de manera tal que no se interrumpa, la observancia de estos dos días de acuerdo con lo que se les había escrito, y cada año en la fecha señalada.” (2)
Estos dos versos son lo bastante similares como para dar a entender la existencia de un principio único del cual derivan ambos. Los dos se refieren a que los judíos se comprometieron a una conmemoración continua del gran milagro y la victoria de que fueron testigos. No obstante, difieren en los términos del contexto en que se expresó ese compromiso. El primer verso enfatiza el hecho de que el compromiso de los judíos en ese momento fue una continuación de lo "que habían comenzado a hacer" antes.
Los sabios interpretan esto como una referencia a la observancia de los preceptos de la Torá recibidos en Sinaí, enfocando así el verso en el pasado distante (3). El segundo verso, por el otro lado, genera un contexto de futuro remarcando que se entendía el compromiso como vinculante para todas las generaciones futuras, y también para todo prosélito que elija unir su destino al del pueblo judío. De estos versos, se infiere que los judíos de la época establecieron que los compromisos que hicieron en el momento de la revelación del Sinaí habrían de constituir un vínculo perpetuo.
Al referirse constantemente a la revelación en el Monte Sinaí como "la entrega de la Torá", ( matan Torá ) en vez de" la recepción de la Torá" ( Cabalat haTorá ), los sabios parecen sugerir que el acto del monte Sinaí estaría mejor caracterizado por la fuerza de la iniciativa de Dios que por la temerosa recepción de Israel. La formulación misma de tal respuesta como "haremos y escucharemos" enfatiza la acción (el cumplimiento de los preceptos) sobre la recepción (escuchar, en el sentido de recibir, como ya se discutió).
En otras palabras, como explica la sensitiva lectura de los sabios de la descripción en la Torá de la revelación del monte Sinaí, Dios literalmente obligó al pueblo judío a recibir la Torá en ese momento (4). La naturaleza coercitiva de esta entrega, que fue motivada por una aparente falta de recepción por parte de los judíos, es lo que la aceptación descripta en el libro de Ester viene a compensar. Más aún, en el tiempo de la entrega de la Torá, Moisés subió solo al monte Sinaí, mientras el resto del pueblo se quedó en la base de la montaña.
Al no haber ascendido al mismo nivel de su líder, el pueblo se encontró luego vulnerable a la ofuscación y la ilusión, como está expresado por su caída en la idolatría del becerro de oro (5). Pero casi un milenio más tarde, en el tiempo de la Reina Ester, todos los judíos ascendieron la montaña proverbial y vivenciaron juntos el mismo sentimiento de Cabalá, de "aceptación", que tuvo previamente Moisés. (6)
Estos significativos acontecimientos afectaron no sólo la tradición revelada de la ley y la práctica de la Torá, sino también la tradición esotérica. Por ello, el Libro de Ester revela que "Cabalá" no significa simplemente una "aceptación" calculada, de mente fría y hasta coercitiva, sino más bien una real y sincera voluntad de absorber y subsecuentemente desarrollar internamente el maravilloso regalo de la sabiduría interior ofrecida por el Todopoderoso.
Una vez que la recepción de la Torá completa fue realizada con la comprensión apropiada, con una habilidad de "oír" y "aceptar" claramente su sabiduría interior, fue abierta la puerta a esta sabiduría. No es sorprendente, en consecuencia, otro aspecto de la sabiduría oculta que es revelada dentro del texto del Libro de Ester, sus numerosas alusiones a conceptos y términos que en generaciones subsecuentes devinieron en conceptos y términos básicos en el diccionario de la Cabalá.
El Libro de Ester es único entre los libros de la Biblia por la riqueza incomparable de lenguaje cabalístico. Específicamente, en lo que se refiere a los nombre de las sefirot, las emanaciones de luz y energía Divina que son las fuerzas básicas de la creación, todas menos una aparecen explícitamente en este libro. Ningún otro texto bíblico exhibe tal densidad de terminología cabalística. La palabra "sefirá" misma, posiblemente la más básica en el lexicón de la tradición cabalística, encuentra frecuente en el Libro de Ester.
Notas
1. Ester 9:23.
2. Ester 9:27.
3. Shabat 88a.
4. Avodá Zará 2b.
5. Exodo, cap. 32.
6. De la experiencia de Moisés en el monte Sinaí, la Mishná dice: "Moisés recibió [ kibel , de la raíz kuf-beit-lamed ] la Torá de Sinaí" (Avot 1:1).

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