Casi inmediatamente tras la muerte del Ramak, Rabi Isaac Luria, quien nació en el año 5294 desde la creación del mundo (1534 CE), llamado popularmente el Arí (las iniciales de elokí Rabí Itzjak) o el Arizal (agregando las iniciales de zijronó librajá, ("sea su recuerdo para bendición"), comenzó el siguiente paso en la revelación de la Cabalá. El Arí nació en Jerusalem pero muy joven fue llevado a Egipto donde rápidamente se estableció como un prodigio del Talmud. Introducido en los secretos de la Cabalá por uno de sus mentores, a menudo pasaba largos periodos de aislamiento en meditación. Durante una de sus experiencias visionarias, el Ari fue instruido por el Profeta Eliahu a regresar a la Tierra de Israel, donde, en la ciudad de Safed, encontraría a quien estaba destinado a ser su principal discípulo y exponente.
De acuerdo a la tradición, el Arí llegó a Safed el mismo día del funeral del Ramak. Uniéndose a la procesión, tuvo la visión de un pilar de fuego sobre el féretro del Ramak, una señal, de acuerdo a la Cabalá, de que se merece heredar el manto de liderazgo del muerto.
El Arí esperó pacientemente por un año y medio, sin mostrarse en forma directa, hasta el momento en que su discípulo destinado, Rabí Jaim Vital, quien nació en el año 5303 desde la creación del mundo (1543 CE), se presentó por sí mismo para ser instruido. El Arí solo vivió por otros dos años (murió a la edad de 38), pero en ese corto período de tiempo logro revelar un sendero completamente nuevo y profundo en el estudio de Cabalá. Tan cruciales fueron sus revelaciones que hasta el día de hoy el estudio de Cabalá es virtualmente un sinónimo del estudio de los escritos del Arí.
El meollo del sistema del Ari es una descripción nueva de la evolución de la realidad. A diferencia del Ramak, quien vio fuerzas autónomas promoviendo linealmente la evolución de la creación, el Arí vio una constelación de fuerzas en dialogo activo una con la otra en cada etapa de esa evolución. Describió a las sefirot no como puntos unidimensionales sino como partzufim, (" personajes") interactuando compleja y dinámicamente con un carácter simbólicamente similar al humano.
De acuerdo con el Arí, las fuerzas creativas continúan interactuando con la realidad, respondiendo continuamente a la forma en que los seres humanos manejan el perenne conflicto entre el bien y el mal. De esta forma, el impacto de las acciones humanas sobre las sefirot —que canalizan la energía Divina hacia el mundo– pueden tanto facilitar o impedir el avance de la creación hacia su deseado estado de perfección.
Centro de difusión de Cabalá y Jasidísmo del Rabino Itzjak Guinsburgh Shlita
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