BS"D
METZORÁ מְּצֹרָע
Levítico 14:1 -
15:33
Haftará: 2 Reyes
7:3-20
MATERIAL DE ESTUDIO
DE GAL EINAI
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o
"LA JOJMÁ
SE ENCONTRARÁ DEL ÁIN ('NADA')"
QUÉ ES EL AMOR VERDADERO
Estudio de Jasidut:
Epístola Sagrada – Igueret haKodesh
Carta 17 clase 2
Este es el significado de la enseñanza de nuestros Sabios:
"En el futuro los justos serán loados como santos", [como Di-s es
alabado ahora]. Pues "santo" significa separación, que no está en el
rango de captación y conocimiento, pues trasciende por mucho la sabiduría y el
conocimiento logrables en Gan Edén. Pues las Escrituras afirman: "La jojmá
se encontrará del áin ('nada')". Esto se refiere al Kéter Supremo que, en
el sagrado Zohar, es denominado áin; y la concesión de su resplandor es
manifiesta [—es decir, su esencia es captada—] sólo cuando, después de la
Resurrección, el alma es investida en un cuerpo puro y claro, porque "Su
comienzo [es decir, su nivel inicial más excelso] está enclavado en su
fin". Asimismo, como es sabido, "La acción final fue primera en el
pensamiento...". Mas es imposible alcanzar este nivel sin haber estado
primero en Gan Edén, para captar un grado de Jojmá Suprema (etc.) [quizás deba
decir: cada uno] conforme su medida, y el rocío de la Torá lo revive. [Después
de ello,] "Cuando despiertes, ella te hará hablar...". Esto bastará a
los que disciernen.
SHABAT HAGADOL Y LA
PSICOLOGÍA DEL BAAL SHEM TOV
Hola amigos,
Muchas veces, quizás demasiadas veces, nuestra
fe no logra hacernos hacer el cambio que tanto deseamos hacer.
Queremos mejorar nuestra relación de pareja, o
mejorar nuestros ingresos económicos… creemos que es completamente posible y
que será bueno para nosotros, pero estos deseos siguen por mucho tiempo atascados
en el mismo lugar...
¿Por qué nos pasa esto?
No es porque no tengamos fe, sino que pasa porque
nuestra fe no es lo suficientemente grande.
¿Qué significa esto?
A medida que la fe (emuná) crece y se
desarrolla, adquiere una nueva forma: confianza (bitajón).
Cuando no sólo creemos que Dios nos SUPERVISA
y que nos AYUDARÁ a mejorar nuestra relación o nuestro sustento
económico, sino que estamos SEGUROS de que sucederá, entonces nos
pasa algo interesante:
Nuestro estado pasivo se transforma en un
estado activo. Es por ejemplo, como si “esperaran a los actores de la obra que
salgan al escenario”. ¡Llegó la hora de actuar!
La confianza nos hace avanzar, nos da fuerza para levantarnos y actuar por
cuenta propia.
Según la psicología Jasídica, este es el
secreto del próximo Shabat: Shabat Hagadol, “El gran Shabat”.
Este es el Shabat en el que la fe aumenta, se desarrolla y se transforma en una
confianza absoluta.
El pueblo de Israel en Egipto trabajó duro para
los egipcios, y espiritualmente estuvo inmerso en idolatría y asuntos paganos.
Y no es que no el pueblo de Israel no tuviera
fe...
De hecho está escrito que "Y el pueblo
creyó", incluso cuando estaban esclavizados en Egipto.
Pero lo que Shabat Hagadol le hizo al
pueblo de Israel no tuvo precedentes.
En este Shabat, el pueblo se convirtió en un
socio activo en el juego.
Como está escrito: "Adelante, vayan y tomen un
cordero". Tomaron el cordero, el ídolo de los egipcios, los ataron a una
cama y se prepararon para su faenado ritual (shejitá) en Pesaj.
Por esto nuestros sabios de bendita memoria
dicen:
"Aléjate de la idolatría y apégate a la
mitzvá".
En este Shabat, el pueblo de Israel logró realizar
el cambio de levantarse y pasar completamente desde la idolatría al servicio de
Hashem.
Por eso se llama “EL GRAN SHABAT”.
Cada Shabat nos enseña fe, ya que dejamos de lado el trabajo de los seis días
de la creación y descansamos un día entero, tal como Hashem lo hizo en
Bereshit. Pero en este Shabat aprendemos a tener confianza, nos llenamos por
completo de nuevas fuerzas para levantarnos, actuar y lograr el cambio que
tanto deseamos.
En el mes de Nisán el mundo, la naturaleza y el
alma se renuevan.
En Shabat Hagadol escuchamos la voz que nos
dice: “Tienes la fuerza para levantarte y dar tú mismo el paso a la renovación.
Shabat Shalom.
TORAT HANEFESH - Escuela de Psicología Jasídica
Gal Einai español
PARASHAT METZORÁ
ALIÁ POR ALIÁ
PRIMERA LECTURA:
TZARAT COMO CIERRE
זֹ֤את
תִּֽהְיֶה֙ תּוֹרַ֣ת הַמְּצֹרָ֔ע
בְּי֖וֹם טָהֳרָת֑וֹ וְהוּבָ֖א
אֶל־הַכֹּהֵֽן
(מצורע יד, ב)
“Este será el ritual para los afligidos con tzara'at en el
día de su purificación; será llevado al sacerdote.”
(Levítico 14:2)
Nuestra porción analiza la curación de tzara’at y su
purificación. Onkelos traduce tzara’at como “cierre”, sgiru (סְגִירוּ).[1]
Esta traducción indica que la raíz espiritual de tzara’at está
relacionada con el cierre negativo. Sin embargo, es sabido por los sabios que
la impureza de la metzorá - el individuo afectado por tzara'at -
es precisamente lo contrario. Los sabios[2]
identifican su afección con la apertura y la exposición excesiva que se expresa
a través del habla negativa sobre los demás, así como su difamación.
Así, según los sabios, parece que la metzora es una
persona que está completamente abierta, de principio a fin, una condición
completamente opuesta a estar cerrada. Entonces, ¿cómo se puede entender que tzara’at
está relacionado o causado por el “cierre”? Podríamos argumentar que la
traducción de “cierre” indica que el bloqueo del habla del individuo afectado
es la cura para el tzara’at, sin embargo, según Onkelos, este es el
nombre dado a la enfermedad en sí, no a su cura.
Para resolver esta aparente contradicción, comencemos
explicando que el cierre provocado por el habla en negativo puede atribuirse a
diferentes niveles de la psicología de la persona. En un nivel simple, el
cierre del metzorá se entiende como el ofuscamiento del corazón[3],
timtum halev (טִמְטוּם הַלֵּב) y la mente.[4]
Las malas palabras causan bloqueo y embotamiento en el corazón y la mente de
una persona. Además, una persona que dice palabras vanas y negativas adopta una
mentalidad negativa, un proceso psicológico que se alimenta a sí mismo y le
impide cambiar. El mecanismo subyacente implica, entre otras cosas, la conexión
entre el habla y la mente. Así como la sangre circula por el cuerpo, existe un
ciclo espiritual que circula entre el habla y el pensamiento. Cuando una
persona pronuncia palabras vanas, éstas regresan a su cabeza como pensamientos
vacíos y vanos,[5] lo
que alimenta un espíritu de locura (el espíritu de pecado), que luego reaparece
exteriormente en forma de palabras más vanas y cínicas, etc. en un círculo
vicioso.
Podemos utilizar el entendimiento de este mecanismo
psicológico para comprender mejor cómo la apertura negativa - manifestado por
el mal hablar desenfrenado del individuo - crea un marco negativo que sella la
psique de la persona y le captura dentro de sí misma. Esta secuencia causal
puede verse no sólo como un castigo o daño causado por las malas palabras, sino
como un simple mecanismo de defensa: cuando una persona desenfrena su espíritu
y no lo refrena, esta apertura negativa hará que la psique se cierre en sí
misma de modo para que su esencia no se pierda y sea arrastrada por la precipitación
de la apertura negativa.
Una idea similar se explica en el pensamiento jasídico[6]
respecto a mancillar el pacto (incorrección sexual), que hace que la integridad
de la persona se retraiga en sí misma. Cuando el poder más esencial de la
psique y del alma - el poder de procreación que puede revelar la propia esencia
del alma a través de la descendencia – es mancillado y dañado, arriesgándose
así a su desperdicio y degradación, entonces la psique retare la esencia hacia el
interior y la obliga a desaparecer y encerrarse en el alma.[7]
El resultado es que el individuo pierde su integridad personal y ya no puede
sentir la libertad de actuar para cumplir su misión en la vida.
De hecho, “el pacto de la lengua”, una connotación para un
poder rectificado del habla, es paralelo al “pacto del órgano procreador”[8]
y el efecto de las palabras vanas y negativas pronunciadas (o, podría decirse, vertidas)
por la lengua, es paralelo al efecto de la energía vana o vacía vertida a
través del órgano procreador.[9]
Para reparar el daño causado al mancillar la alianza, no
basta con detener la “fuga” negativa del alma y recoger todas las chispas que
han escapado. El esfuerzo principal debe centrarse en liberar y sacar a la luz
de nuevo la auto-integridad esencial del alma que ha retrocedido y se ha encerrado
en lo más profundo de la persona. Sin esta liberación de su reclusión de la
facultad esencial de expresión creativa del alma, no se restablece la auto-integridad.
Un significado aún más profundo del estado de cierre de la
persona afectada por tzara'at se describe en el Zohar, al
reflexionar sobre el verso: “Me sentí azotado por el silencio; me quedé
callado, no tuve consuelo y mi dolor se agravó[10]
(נֶאֱלַמְתִּי דוּמִיָּה הֶחֱשֵׁיתִי מִטּוֹב וּכְאֵבִי
נֶעְכָּר). ּBasado en este versículo, el
Zohar afirma que tzara'at no es un castigo sólo por hablar mal, sino
también por abstenerse de decir cosas buenas.[11]
Si uno es castigado por no decir, eso significa que el castigo es por el cierre
en si - la incapacidad para hablar positivamente y expresar la propia esencia a
través del habla. Por lo tanto, la traducción de Onkelos de tzara’at
como “cierre” puede entenderse como la incapacidad de decir aquellas cosas que
es necesario decir. A esta idea se alude en el versículo “el desierto se ha
cerrado sobre ellos”[12]
(סָגַר עֲלֵיהֶם הַמִּדְבָּר), donde la palabra “desierto”, midbar
(מִּדְבָּר), es afín a la palabra “hablante”, medaber
(מְדַבֵּר). Eso es, desde el encierro interior, una
persona llega al habla negativa y dañina.
Cuando miramos más de cerca esta palabra, “cerrado” (סָגַר), vemos que sugiere que el metzora
ha hablado mal de alguien, habiendo “comprometido”, lehasguir (לְהַסְגִּיר)
así su privacidad. Comprometer a alguien puede significar también traicionarle
y entregarle a sus enemigos, calumniándole. Más internamente, como mencionamos,
hablar mal de los demás encierra al hablante en un marco negativo[13],
misgueret (מִסְגֶּרֶת) en la psique - un lugar que consolida sus rasgos
negativos y les dificulta cambiar o lograr cualquier tipo de progreso. Todas
estas palabras están relacionadas con la traducción aramea de tzara'at, סְגִירוּ.
Sanación con cierre
La noción de que tzara’at está relacionada con el
cierre de la psique aparece una vez más cuando consideramos el proceso de
curación prescrito por la Torá.
La curación de tzara’at no es un proceso
natural-humano, sino una curación Divina facilitada por un Cohen. Como
se describe en otra parte,[14]
Dios sana mediante un proceso que los sabios llaman “semejante con semejante”, domé
bedomé (דּוֹמֶה בְּדוֹמֶה).[15]
Es por eso que el proceso de curación que sufre el metzorá comienza con
“y el sacerdote le aislará”[16],
vehisguiru hacohen (וְהִסְגִּירוּ הַכֹהֵן),
donde la palabra para “aislar” y “cierre” proviene de la misma raíz.
El aislamiento del metzorá es un estado intermedio
entre el inicio de la enfermedad, en la que todavía se considera puro, y la
impureza completa del definitivo metzorá. Aun así, es un método
utilizado por el Cohen para intentar curar al que está afligido por el
"cierre" con "cierre", curando "lo similar con lo
similar". Además, el acto de aislamiento supone que, si es un Cohen el que
aísla al metzorá, más tarde, cuando llegue el momento, también será un Cohen
quien podrá liberarlo de su aislamiento y de su estado de clausura espiritual.
Sangre y agua
Examinemos tzara'at desde otra perspectiva, el
aspecto físico. Profundizar en el contenido interno del aspecto físico puede
enseñarnos mejor sobre el significado del cierre que se está analizando. Los
sabios[17]
enseñan que en el cuerpo humano se debe mantener un equilibrio entre el agua y
la sangre, y la alteración de este equilibrio provoca enfermedades. Un exceso
de sangre sobre el agua es lo que conduce a tzara’at.
A primera vista, tzara’at parece ser la eliminación
de sangre de partes del cuerpo, creando lesiones blancas, de ahí surge la
pregunta, ¿cómo es causado por un exceso de sangre? Debe entenderse que un
exceso de sangre en el sistema en realidad conduce a la obstrucción y bloqueo del
flujo sanguíneo regular a todas las partes del cuerpo, ya que la función del
agua en el cuerpo es facilitar y acelerar el flujo sanguíneo relativamente
viscoso.[18] Por
lo tanto, en la antigüedad, la sangría se practicaba para curar, reducir la
carga de sangre en el cuerpo y facilitar el flujo sanguíneo.
Desde la perspectiva de la dimensión interior de la Torá, la
sangre y el agua simbolizan el poder (guevurá) y la bondad (jesed).
La guevurá de sangre denota moderación. Una adecuada contención facilita
la vitalidad y la frescura en la vida, evitando ser arrastrados
indiscriminadamente; facilita mantener una dirección definida y controlada,
avanzando con la fuerza de la guevurá necesaria para superar la
inclinación al mal. Por el contrario, el jesed del agua significa
expansión y flujo natural, un movimiento hacia adelante más abierto acompañado
de una sensación de satisfacción con el desarrollo de los acontecimientos, sin
críticas punzantes sobre cada detalle.
Equilibrar el agua y la sangre es crucial para crear un
flujo saludable de fuerza vital y vida que tenga un rumbo, pero que no esté
demasiado obstruido por la constricción y el bloqueo de los caminos debido a una
crítica excesiva. Un exceso de sangre representa un aumento en juicio,
moderación y meticulosidad, obstaculizando el flujo de la vida, convirtiéndose
la sangre en un bloqueo-tzara'at,[19]
impidiendo que su propia circulación llegue a todas las partes del cuerpo
humano.
En verdad, una persona necesita dirigir la crítica asociada
con la sangre hacia sí misma, para darle fuerza y dirección a su vida. Cuando
la crítica se dirige también a los demás, expresa un exceso de sangre que va
más allá de sus límites para bloquear el flujo de vida y la capacidad de
integrarse en la realidad.
Por el contrario, el carácter expansivo del agua debe
dirigirse hacia los demás, como el agua que corre de lo alto a lo bajo[20],
de la propia persona a todos los que están fuera de ella. Dirigir el flujo de
nuestro aspecto “agua”, nuestra bondad, hacia afuera debería generar una
sensación de poder fluir con la realidad sin criticarla constantemente y
debería darnos el poder necesario para extendernos constantemente incluso
cuando nos enfrentamos a obstáculos que impiden nuestro progreso. En cambio,
cuando no tenemos suficiente “agua” en nuestro carácter, nos cuesta expresarnos
positivamente, impidiéndonos sacar la energía positiva que llevamos dentro; nos
sentimos cerrados por dentro y no podemos acceder a la realidad que nos rodea
de una manera positiva.
El vínculo de amor y conexión entre las almas de Israel se
asemeja[21]
a la sangre en el sistema circulatorio, conectando los diferentes órganos y
convirtiéndolos en un solo cuerpo. Cuando una persona habla contra otra, con
críticas negativas y dañinas, impide que la sangre fluya hacia ese órgano
particular del cuerpo colectivo del pueblo de Israel.
Correr y regresar
En Cabalá,[22]
se dice que tzara’at surge de la retirada de la luz de la sabiduría de
una persona. Jasidut[23]
explica que la sabiduría (jojmá) y el entendimiento (biná) son la
raíz de la dinámica de “correr y regresar”[24]
en el alma. El entendimiento nos hace elevarnos por encima de la realidad, que
se describe como "correr" (ratzo) hacia Di-s, y la sabiduría,
que es más elevada que el entendimiento, nos hace "retornar" (shov)
hacia la realidad. Elevarse por encima de la realidad sin un retorno
complementario y equilibrado causa la muerte espiritual - definida como perder
el nivel espiritual - como se alude en el versículo “mueren, pero no con
sabiduría”[25] (יָמוּתוּ וְלֹא בְחָכְמָה), es decir, sin
sabiduría hay muerte (espiritual), pero que, con sabiduría, es decir, con un
retorno adecuado a la realidad, no hay pérdida del nivel espiritual anterior.
¿Qué otorga la sabiduría que previene esta muerte
espiritual? La dimensión interior de la sabiduría es la autoanulación,
refiriéndose a la anulación a la Voluntad de Di-s. La autoanulación se traduce
en un compromiso de hacer a Él una morada en los reinos inferiores,[26]
que se logra mediante el cumplimiento de los mandamientos prácticos en nuestra
realidad física. Tal anulación es la raíz del movimiento de “retorno” (shov),
que desplaza el enfoque de la persona de su propia elevación personal a la
necesidad de cumplir la Voluntad de Di-s.[27]
Tzara’at también se considera una forma de muerte
espiritual,[28] y
también surge de un movimiento de correr sin retorno.[29]
Un movimiento de “correr” distorsionado que carece de
“retorno” conduce a un cierre hacia la realidad. Una persona que sólo piensa en
la elevación personal no considera a los demás. En cambio, les dirige críticas
condescendientes y desea distanciarse de ellos. Al centrarse únicamente en
“correr” hacia lo supremo, la actitud de uno hacia la realidad se llena de
juicios duros e irritación. Esto es producto de que “correr” esté asociado con
la sefirá de entendimiento, sobre la cual está dicho: “de ella, surgen
juicios severos”.[30]
Volviendo a nuestra discusión sobre el agua y la sangre, cuando solo hay un
“correr” hacia lo supremo, el flujo de agua descendente - es decir, la bondad,
similar a un movimiento de "retorno" de lo supremo a lo mundano y el
compromiso de cumplir la Voluntad de Di-s aquí abajo - se interrumpe
nuevamente, haciendo que el individuo sea incapaz de abrirse a la realidad e
infundirle un contenido positivo desde su interior.
Otro efecto causado por la retirada de la luz de la
sabiduría y los juicios y críticas negativos resultantes es un aumento en la
cantidad de palabras vanas, malvadas y negativas (como desechos que se derraman
desde la raíz de los juicios). La sabiduría es la raíz de la que surge la
capacidad de una persona para expresar letras - ya sean las letras que componen
nuestro habla o las que forman nuestros pensamientos. Estas letras, o pepitas
de la mente, son la culminación del trabajo interno de “correr” que una persona
ha realizado. Pero, en ausencia de la intención de “retorno” del trabajo interior,
las letras sagradas que han sido producidas se retiran y, en su lugar, aparecen
otras pepitas que son como las lesiones de tzara'at. Estas letras de tzara’at
expresan una actitud indiferente o crítica en forma de bromas vanas o palabras
malvadas.
Una vez que el pensamiento y el habla negativos se vuelven
abundantes, no basta con simplemente renovar el flujo de la luz de la
sabiduría. Primero hay que anular las lesiones y las letras negativas que ya
han aparecido. En otras palabras, el cierre de una persona hacia la realidad y
su evitación de iluminarla con buenas palabras, creó una apertura alternativa,
negativa y superficial que impide que la fuente interior más profunda de
apertura positiva se exprese. Para lograr la apertura deseada, primero hay que
detener y cerrar la fuga de negatividad, que adopta la forma física de lesiones
en la piel. Sólo entonces puede renovarse el correr y el retorno del alma, pero
esta vez bajo la supervisión de un Cohen (sacerdote), quien asegura que el
correr se origine en un sentido de humildad interior que anima al individuo a
regresar con humildad a la realidad y a expresar un discurso positivo.
El pájaro libre
Nuestra conclusión es entonces que la rectificación de la metzorá
no puede lograrse mediante un ta'anit dibur (abstenerse de hablar
durante un tiempo limitado, un “ayuno” de habla, por así decirlo), que lo
aislaría aún más, sino que debería fomentar el uso correcto del habla. El habla
debe servir a la santidad mejorando y acercando los corazones con buenas
palabras en lugar de separarlos con malas palabras. Una gran cantidad de letras
sagradas que ayudan al metzorá a corregir conversaciones vanas surge de
la restauración de la luz de la sabiduría - es decir, la anulación a la Voluntad
de Di-s - en el alma. Esto el metzorá puede conseguirlo reevaluando su
necesidad de “retorno” que inspirará a su mente y boca a aumentar la cantidad
de positividad natural que expresan.
La alusión numérica que se esconde en el trasfondo aquí es
que el valor de “taanit dibur” (תַּעֲנִית דִּבוּר) es 2 veces el valor del verso, “un
corazón sabio inspirará su boca”[31]
(לֵב חָכָם יַשְׂכִּיל פִּיהוּ). La instrucción del versículo es que abstenerse de hablar
puede sanar el estado espiritual de uno sólo cuando su propósito es restaurar e
incluso duplicar la iluminación de la sabiduría en el corazón - “un corazón
sabio” (לֵב חָכָם) – con el fin de hacer
la boca sabia para incrementar el buen hablar.
De hecho, este es un proceso cíclico que puede llevarse a
cabo a través de la autodisciplina, incluso antes de que la luz de la sabiduría
y la autoanulación se renueve en una persona. Así como hablar palabras vanas
cerró a la persona en un ciclo guiado por un espíritu de locura, ruaj shtut
(רוּחַ שְׁטוּת) que bloqueó el poder de renovación de su
energía sagrada, así también, una abundancia de letras sagradas emitidas a
través del habla reabrirá los canales bloqueados de la sabiduría y le permitirá
innovar pensamientos de santidad y novedades de Torá y expresarlos.
Aquí también encontramos una hermosa alusión numérica en el
fondo. La rectificación del “espíritu de locura” (רוּחַ
שְׁטוּת) es a través de la abundante recitación de las letras escritas
de los 929 (תתקכט) capítulos de la
Biblia.[32]
929 es también el valor de “Tú [Dios] abres Tu mano”[33]
(פּוֹתֵחַ אֶת יָדֶךָ), insinuando el poder
especial para abrir el alma que poseen las palabras de la Biblia. La
rectificación del metzorá se logra, deteniendo el espíritu de locura de
toda charla vana y vacía y, reemplazándolo, con la pronunciación proactiva,
deliberada y disciplinada de palabras sagradas.
De hecho, en Jasidut[34]
se explica que la rectificación definitiva del metzorá radica en la
verdadera apertura, la liberación de toda restricción e inhibición y el retorno
a la capacidad natural de charlar positivamente. Acerca de la charla en
general, los sabios dijeron: “Toda charla es negativa, pero la charla de Torá
es buena”.[35] Esta
rectificación está simbolizada por el gorrión (un ave salvaje) que el metzorá
libera en el campo. Con sus chirridos,[36]
el gorrión simboliza la libertad sanada del metzorá para hablar de forma
natural y abierta, sin restricciones sobre libros o temas específicos, todo con
la confianza de que todas sus palabras están inspiradas por el espíritu de
santidad interior.
(de Ma'aian Ganim, Metzorá)
SEGUNDA LECTURA:
LA UBICACIÓN IMPLÍCITA
וְשָׁחַ֣ט
אֶת־הַכֶּ֗בֶשׂ בִּ֠מְקוֹם אֲשֶׁ֨ר
יִשְׁחַ֧ט אֶת־הַֽחַטָּ֛את וְאֶת־הָעֹלָ֖ה בִּמְק֣וֹם
הַקֹּ֑דֶשׁ
(מצורע יד, יג)
“El cordero se sacrificará en el lugar donde se ofrenda el
sacrificio por el pecado y la ofrenda quemada, en el área sagrada”
(Levítico 14:13)
Es en la segunda lectura donde leemos sobre el proceso real
de purificación al que se somete el metzorá. Dado que las siete lecturas
de cada parashá corresponden a las siete sefirot emotivas, la
segunda lectura ilustra aspectos de la sefirá de poder (guevurá).
En este caso, el acto de poder es el sacrificio ritual de la ofrenda del metzorá:
"Y sacrificará el cordero en el lugar donde se ofrenda el sacrificio por
el pecado y la ofrenda quemada "[37].
Al describir el lugar donde la ofrenda por culpa debe ser
sacrificada, la Torá utiliza lo que parece ser un muy engorroso lenguaje: “Sacrificara
el cordero en el lugar donde sacrifica la ofrenda por pecado y la ofrenda
quemada”, (וְשָׁחַט אֶת הַכֶּבֶשׂ בִּמְקוֹם אֲשֶׁר
יִשְׁחַט אֶת הַֽחַטָּאת וְאֶת הָעֹלָה). Implícitamente, la Torá describe el área
al norte del altar del atrio, y podría haber dicho simplemente: "sacrificará
el cordero en el norte" (וְשָׁחַט אֶת הַכֶּבֶשׂ בצפון). Usando la redacción
que tiene, ¡la Torá alarga la descripción en 18 letras![38]
El lado norte del altar, que está implícito, está asociado también
con el poder (guevurá). Al utilizar una redacción larga, la Torá está
enfatizando la afinidad entre la ofrenda por culpa y la ofrenda por el pecado
mencionado en la quinta lectura de la parashat Vaikrá. Este vínculo
entre ambos lecturas, la segunda de Metzorá y la quinta de Vaikrá,
que corresponde a la sefirá de reconocimiento (hod) alude al
secreto de la conexión entre estas dos sefirot, que se encuentran una
debajo de la otra en el eje izquierdo.
TERCERA LECTURA:
CINCO MANERAS MESIÁNICAS DE
BENEFICIAR A LOS EMPOBRECIDOS
וְאִם־דַּל הוּא
וְאֵין יָדוֹ מַשֶּׂגֶת
(מצרע יד, כא)
" Si está empobrecido y sin medios suficientes..."
(Levítico 14:21)
El Metzorá y el Mashíaj
Acerca del Mashíaj está dicho: “He aquí, mi siervo
prosperará, será exaltado, engrandecido y enaltecido en gran manera”[39]
(הִנֵּה יַשְׂכִּיל עַבְדִּי יָרוּם וְנִשָּׂא וְגָבַהּ
מְאֹד). Este versículo describe cinco ascensos del Mashíaj, quien es
el singular todo-inclusivo (la iejidá) de todas las almas del pueblo
judío. Algunos conectan este versículo con las cinco etapas de la venida del
Mashíaj descritas por Maimónides.[40]
Ahora, este versículo conecta específicamente al Mashíaj con
la famosa declaración de que él es designado como “el metzorá de la Casa
del Rebe”[41] (חִוָּרָא דְּבֵי רַבִּי), refiriéndose a la
casa real de Rabí Iehuda el Príncipe, porque el valor de metzorá
(מצרע), alguien que está afligido con tzara'at
es el mismo que “aquel que prospera”, maskil (מַשְׂכִּיל) o, alguien que tiene éxito intelectual o meditado,
similar al primer ascenso del Mashíaj, “Mi siervo prosperará [en lo reflexivo
]”, iaskil (יַשְׂכִּיל).
Uno de los ejemplos más famosos de “alguien que prospera [en
reflexión]” (מַשְׂכִּיל) se puede encontrar
en el versículo “Dichoso el que piensa en los empobrecidos”[42]
(אַשְׁרֵי מַשְׂכִּיל אֶל דָּל). En la parashat Metzorá,
en la tercera lectura, encontramos el primer uso de la palabra “empobrecido”, dal
(דָּל) en el Pentateuco, en su forma nominal más
simple. Esto está en el versículo, “Si está empobrecido y sin medios
suficientes” (וְאִם דַּל הוּא וְאֵין יָדוֹ מַשֶּׂגֶת).
Exploremos más a fondo estas conexiones.
Hay otra hermosa alusión numérica asociada a este vínculo.
Las iniciales de las palabras, “consciente de los empobrecidos” (מַשְׂכִּיל אֶל דָּל)
forma la palabra “muy”, meod (מְאֹד),
donde “muy” es la última palabra en el versículo sobre Mashíaj con el que
comenzamos.
Pensando en los empobrecidos
La palabra “empobrecido” (דָּל)
tiene dos significados diferentes. O significa alguien que es
"pobre" o se refiere a alguien que está "enfermo".
En total, veremos que hay cinco explicaciones diferentes de las palabras
“alguien que piensa en los pobres” (אַשְׁרֵי מַשְׂכִּיל
אֶל דָּל). Cada vez la palabra “pensativo” (מַשְׂכִּיל)
se entiende de manera diferente. Hay tres explicaciones de lo que es la toma de
conciencia cuando se trata de pobres, y hay dos explicaciones de su significado
cuando el objeto de la reflexión (מַשְׂכִּיל)
es alguien que está enfermo.
Lo que es importante señalar es que el hecho de que se
describa al Mashíaj como el verdadero y absoluto “aquel que piensa en los
pobres” significa que las cinco interpretaciones son relevantes para el
Mashíaj. Hay individuos particulares que están empobrecidos, pero también hay
un pueblo entero que está empobrecido, específicamente en lo que respecta al
estudio de la Torá. Por eso lo primero que aprendemos sobre el Mashíaj de
Maimónides es que estudia la Torá con diligencia, como su antepasado David.
Esto es lo que le da el poder de obligar agradablemente a todo Israel a seguir
la Torá y asegurar su integridad.
El pueblo tiene sed de la palabra de Dios. Al mismo tiempo,
la gente está empobrecida en lo que respecta a la Torá en general y al
conocimiento de Dios más específicamente (el producto de dedicarse a aprender
la dimensión interior de la Torá) y el Mashíaj viene y reflexiona sobre su
estado de empobrecimiento y lo remedia.
Pensando en los pobres “empobrecidos”
La primera explicación es que considerar a los
empobrecidos es tener compasión por los pobres. Piensa, es decir, anticipa,
siendo compasivo con él. Esto contrasta con aquellos que ignoran a los pobres,
que miran hacia otro lado porque les resulta difícil desprenderse de su dinero.
Saben que, si ven al pobre, sentirán compasión por él.
Una segunda explicación, un poco más profunda, afirma
que el que es reflexivo no sólo tiene compasión por el empobrecido - que es el
fundamento del asunto - sino que también es reflexivo sobre la manera en que
dará caridad al empobrecido para que éste no se sienta avergonzado. Entonces,
el primer elemento para tener una “cabeza judía” es ser compasivo. Sin
compasión, incluso si eres una persona muy sabia, en última instancia eres
malvado. Pero más allá de eso es cuando alguien utiliza su capacidad intelectual
para averiguar la mejor manera de dar caridad a los pobres, de una manera que
no se avergüencen.
Una tercera explicación de la “toma de conciencia” al
considerar a los pobres es que significa considerar la vida de los empobrecidos
y darse cuenta de que está llena de la Providencia de Di-s. La historia de la
vida de una persona pobre ilustra poderosamente la Providencia Divina. Pase lo
que pase con los empobrecidos es milagroso. El corolario es que, si uno es
rico, su riqueza enmascara la Providencia Divina. La Providencia Divina
explícita en la vida del individuo empobrecido se menciona en la continuación
del versículo, “en un mal día, Di-s lo guardará del daño” (בְּיוֹם רָעָה יְמַלְּטֵהוּ הוי).
Este tipo de actitud aparentemente convierte a quien piensa
en los empobrecidos en un observador, alguien que observa, pero no participa.
Pero un judío no puede limitarse a permanecer como observador, sino que debe
ser un participante. ¿Cómo puedo entonces yo, que observo la vida de los
empobrecidos, contribuir a ello? Hay una anécdota muy conocida de Rabi Pinjás
de Koritz, discípulo del Ba'al Shem Tov, de que cuando ves a alguien
empobrecido, en cierto sentido debes ignorar tu dependencia de Dios y alimentarlo
tú mismo; no puedes sustituir tu responsabilidad de ayudarles con tu confianza
en Dios. Esta es una manifestación positiva e incluso santa de “incredulidad” -
no tener fe en que Dios sostendrá a los pobres, sino que ese es mi deber.
Estos dos puntos se unen. Cuando me doy cuenta de cuánta
Providencia Divina personal se puede ver en la vida del individuo empobrecido,
me doy cuenta de que Di-s, por así decirlo, está haciendo todo lo posible para
ayudarle. Yo también debería imitar a Dios y seguir Sus caminos asegurándome de
que todos vean que se está cuidando a esta persona pobre.
La estructura cabalística
El empobrecido como alguien que es pobre se asocia con la sefirá
de reinado, sobre la cual está dicho que “no tiene nada propio”. Aquel que
piensa en ello corresponde a la sefirá de belleza (tiferet). La
belleza tiene tres partes: su tercio intelectual, su tercio emocional y su
tercio conductual. Estos corresponden a los tres tipos de toma en consideración
que acabamos de ver.
El tercio conductual significa que siempre que veo a alguien
empobrecido, debo apoyarle, echarle una mano. Ser aún más solidario significa
pensar en cómo no avergonzarle cuando le doy lo que necesita. Pero el
pensamiento más profundo que tiene la “belleza” es darse cuenta de hasta que
punto Di-s está en este preciso momento revelando Su Providencia Divina a
través de esta persona empobrecida. Significa ver cuánto ama Dios a este pobre
y utilizar esa comprensión para ayudarle yo.
Pensando en los enfermos “empobrecidos”
Ahora veamos dos explicaciones de ser “pensativo” (מַשְׂכִּיל) cuando el empobrecido se refiere a
alguien que está enfermo.
Cuando alguien está enfermo indica un estado de pobreza en conocimiento,
pobreza específicamente en entendimiento. El valor de “enfermo”, jolé
(חוֹלֶה) es 49, uno menos que 50, lo que indica
que le falta el Portal 50 del Entendimiento. Esta es una idea sorprendente,
pero bien establecida, de que a alguien que está enfermo le falta algo en su
aprendizaje de la Torá.
Hay otro versículo que conecta entre el empobrecimiento y la
falta de entendimiento espiritual. Este versículo dice: “¿Por qué estáis tan
empobrecidos”[43] (מַדּוּעַ אַתָּה כָּכָה דַּל). La palabra
traducida como “así”, caja (כָּכָה)
es un acrónimo de “corona de todas las coronas” (כֶּתֶר כָּל הַכְּתָרִים), según el Baal Shem
Tov. Se refiere al aspecto interior de corona, el esplendor en el esplendor, hod
shebehod (הוֹד שֶׁבְּהוֹד). El Arizal
explica que este es el versículo a tener en cuenta al visitar a los enfermos.
Al igual que la persona afectada por tzara'at, la
enfermedad arquetípica de la Torá, el individuo enfermo corresponde a la sefirá
de entendimiento a la que le falta algún aspecto de sabiduría que se remedia
visitándole. El Arizal señala que las palabras “lecho de enfermedad” (עֶרֶשׂ דְּוַי) pueden permutar para formar la palabra
“diez”, eser (עֶשֶׂר) e iud (יוֹד), cuyo valor es 10, ambas en clara alusión
a la sefirá de sabiduría, que es lo que la persona que visita a los
enfermos puede darles.
Para visitar adecuadamente a los enfermos, se necesita mucha
más consideración que cuando se piensa en los que están materialmente
empobrecidos. Cuando veo a una persona pobre, puedo simplemente darle un regalo
monetario que le permita mantenerse por sí mismo. Pero cuando se trata de
alguien que está enfermo, si yo soy el médico, entonces tal vez pueda usar mis
pensamientos para recetarle algún medicamento que le ayude.
Pero si no soy médico, necesito mucha sabiduría, no sólo
simpatía emocional. Ésta es la esencia de la mitzvá de visitar a los
enfermos. Va más allá de simplemente amarles y sentir compasión por ellos.
Realmente necesito aplicarme en pensar en lo que puedo hacer para ayudar a la
persona enfermo. La sabiduría aparece como una inspiración repentina. Dar
caridad a alguien que es pobre no requiere inspiración, pero brindarle a
alguien que está enfermo lo que realmente puede ayudarle, sí.
Una segunda explicación de lo que significa ser reflexivo al
atender a alguien que está enfermo surge de un significado alternativo de las
palabras “visitar a los enfermos”, bikur jolim (בִּקּוּר
חוֹלִים). Este significado al principio suena duro, pero “visitar”
también significa realizar una revisión profunda de la situación, bikoret
(בִּקֹּרֶת).
La pregunta que uno debe hacerse respecto del enfermo
empobrecido es: ¿por qué enfermaste? Toda enfermedad comienza con alguna
decisión inadecuada tomada por el individuo y cada persona que está enferma
tiene alguna responsabilidad por su situación. “Dios hizo al hombre recto”,
pero debido a que el hombre tiene muchas maquinaciones, enferma. Como dicen los
sabios, “no hay enfermedad ni padecimiento sin pecado”.
Así, el sabio que visita a los enfermos tiene un ojo
crítico, todo por compasión por supuesto, y busca llegar a la raíz del
problema, la causa espiritual de la enfermedad. En la dimensión física, el
enfermo consulta a un médico con la esperanza de encontrar la causa de su
enfermedad. Del mismo modo, un judío que tiene fe busca consultar con un Rebe
quien, esperemos, verá la raíz espiritual de su enfermedad.
Realizar esta profunda revisión espiritual es una sabiduría
muy elevada, que realmente requiere un Rebe. El contexto del versículo citado
anteriormente “¿Por qué estáis tan empobrecidos?” (מַדּוּעַ
אַתָּה כָּכָה דַּל) es que Amnón, uno de los hijos del rey
David, anhelaba estar con Tamar, una de sus hijas. Tenía un amigo, Ionadav, que
vio su mal de amor y actuó como su sabio consejero. Por supuesto, él fue la
encarnación de “ellos son sabios para hacer el mal”[44]
(חֲכָמִים הֵמָּה לְהָרַע), pero su consejo
funcionó. Sugirió que fingiera estar enfermo y lo usaría como pretexto para
invitar a Tamar a sus habitaciones para que le cuidara.
Aun así, a veces este tipo de revisión profunda de la
enfermedad es cierta. Al enfermo hay que decirle que su enfermedad es
psicosomática y que está causada por un deseo oculto, encubierto, de algo que
no ha podido obtener, como el abominable anhelo de Amnón por su hermana.
Evidentemente es necesario profundizar más en este análisis.
La estructura cabalística
Las dos explicaciones de “consideración” con el empobrecido
en el contexto de alguien que está enfermo corresponden a los aspectos del
Principio de Padre (Aba) conocidos como sus aspectos de bondad, jasadim
deaba (חֲסָדִים דְּאַבָּא) y sus aspectos de
juicio, guevurot deaba (גְּבוּרוֹת דְּאַבָּא).
Pensar en cómo ayudar al enfermo corresponde a lo primero y realizar una
revisión profunda del motivo del mal corresponde a lo segundo.
Podemos imaginar las cinco explicaciones de “ser
considerados con los empobrecidos” en un modelo cabalístico. Las primeras tres
interpretaciones gobiernan la relación entre la vav en Havaiá y
la hei inferior en Havaiá. La persona empobrecida como pobre está
simbolizada por la hei inferior, que corresponde a la sefirá de
reinado que no tiene nada propio. La vav, que corresponde a belleza (tiferet),
satisface sus necesidades, como vimos, de tres maneras diferentes
correspondientes a los tres tercios de tiferet.
Las dos últimas interpretaciones de “ser considerado con los
empobrecidos” reflejan esa relación entre la iud en Havaiá,
sabiduría, y la primera hei en Havaiá, correspondiente a entendimiento.
Aquí la influencia de sabiduría sobre entendimiento se da ya sea con sus
aspectos de bondad o con sus aspectos de juicio.
(del Farbrenguen para Lag Ba’Omer de 5768)
[1]
Véase, por ejemplo, Onkelos en Levítico 13:2.
[2]
“La Torá del metzorá…, la Torá relacionada con el que difama a otros” (Arajin 15b).
[3]
Véase Sefat Emet, Tazria 5636, s.v. “Bapasuk, nega tzara'at”
y en otros lugares
[4]
Ver el ma’amar Katonti 5717 (Torat Menajem vol. 17, pág. 219).
[5]
Torá Or Vaieji 102c-d. Véase Ibíd. Besalaj 64a: las letras del
habla (y del pensamiento) se comparan con caballos. Los que inventan palabras y
pensamientos malvados, se asemejan a yeguas que arrastran tras de sí
sementales, letras de vanas palabras vacías y cinismo
[6]
Torat Shalom, (Yidish), pág, 172 y ss.
[7]
Véase Zohar Jadash Shir HaShirim y Sha’arei Ora 5:6, que explican
que mientras Abraham no estaba circuncidado, no podía producir semilla de
santidad para engendrar su descendencia, pues mientras exista el temor de que
lo sagrado sea secuestrado por las fuerzas de la impureza, la santidad de una
persona se encierre en sí misma
[8]
Sefer Ietzirá 1:3
[9]
Veáse Reishit Jojmá Sha’ar HaKedushá cap. 11 (167a ss.)
[10]
Salmos 39:2
[11]
Asimismo, no se debe abstenerse, ni actuar ascéticamente y no casarse ni tener
hijos. Uno debe hacer todo lo posible para cumplir el primer mandamiento de la
Torá, ser fructífero y multiplicarse
[12]
Éxodo 14:3
[13]
Marco es otra palabra que proviene de la misma raíz que "cierre".
[14]
Véase Wonders, número 93, págs. 10-11.
[15]
Shemot Rabá 50:3: “El Santo Bendito Es, con lo que Él aflige, Él sana”.
[16]
Levítico 13:5
[17]
Tanjumá Tazría 6. Vaikrá Rabá 15:2.
[18]
Véase Shabat 41a: "Si uno come sin beber, ha consumido
sangre".
[19]
En hebreo, estas dos palabras, "bloqueo", matzor (מַעְצוֹר)
y "tzara'at", (צָרַעַת) proceden de dos verbos que son una
permutación del otro.
[20]
Taanit 7a
[21]
Tania Igueret HaKodesh 31. Ver también Derej Mitzvoteja, Mitzvat
Ahavat Israel.
[22]
Etz Jaim 37:7
[23]
Véase Likutei Torá Vaikra 24c, s.v. "Zot Tihié Torá HaMetzora”.
[24]
Ezequiel 1:14
[25]
Iob 4:21
[26]
Tanjumá Nasó 16
[27]
El principal ejemplo de la Torá de correr sin retorno es la muerte de Nadav y
Avihu, los dos hijos mayores de Aharón el Cohen Gadol.
[28]
Veáse Rashi en Números 12:12. Sifrei Bamidbar 105
[29]
Véase Likutei Torá loc. cit. Derej Mitzvoteja 100a y ss.
[30]
Zohar 2:175b. Etz Jaim 13:8 y 14:2
[31]
Proverbios 16:23
[32]
Las tres partes de la Biblia, Torá, Profetas y Escritos, corresponden a las
tres vestiduras del alma: pensamiento, habla y acción. Puesto que los Profetas
corresponden al habla, ésta es la parte de la Biblia más crucial para la
curación individual de la tzara'at.
[33]
Salmos 145:16
[34]
Mei HaShilo'aj s.v., "Zot Tihie Torat HaMetzora".
[35]
Talmud de Jerusalén Berajot, final. Ver el Sefer Jareidim allí,
que este parloteo se refiere al sonido hecho por los pájaros.
[36]
Sifra 5:14. Vaikrá Rabá 16:7.
[37]
De la conclusión de la primera lectura, podríamos haber sentido que la ofrenda
ya fue sacrificada. Pero como el sacrificio es sólo descrito en nuestra segunda
lectura, en retrospectiva, el acto descrito como "lo presentará como
ofrenda por una culpa" (וְהִקְרִיב אֹתוֹ לְאָשָם) resulta haberse
referido a llevar la ofrenda, el literal significado de “presentarlo” (וְהִקְרִיב),
que también podría significar, “él sacrificará”.
[38]
Véase Pesajim 3a
[39]
Isaías 52:13
[40]
Hiljot Melajim 11:4
[41]
Sanhedrin 98b
[42]
Salmos 41:2
[43]
II Samuel 13:4
[44]
Jeremías 4:22
SHABAT HAGADOL Y LA
PSICOLOGÍA DEL BAAL SHEM TOV
Hola amigos,
Muchas veces, quizás demasiadas veces, nuestra
fe no logra hacernos hacer el cambio que tanto deseamos hacer.
Queremos mejorar nuestra relación de pareja, o
mejorar nuestros ingresos económicos… creemos que es completamente posible y
que será bueno para nosotros, pero estos deseos siguen por mucho tiempo atascados
en el mismo lugar...
¿Por qué nos pasa esto?
No es porque no tengamos fe, sino que pasa porque
nuestra fe no es lo suficientemente grande.
¿Qué significa esto?
A medida que la fe (emuná) crece y se
desarrolla, adquiere una nueva forma: confianza (bitajón).
Cuando no sólo creemos que Dios nos SUPERVISA
y que nos AYUDARÁ a mejorar nuestra relación o nuestro sustento
económico, sino que estamos SEGUROS de que sucederá, entonces nos
pasa algo interesante:
Nuestro estado pasivo se transforma en un
estado activo. Es por ejemplo, como si “esperaran a los actores de la obra que
salgan al escenario”. ¡Llegó la hora de actuar!
La confianza nos hace avanzar, nos da fuerza para levantarnos y actuar por
cuenta propia.
Según la psicología Jasídica, este es el
secreto del próximo Shabat: Shabat Hagadol, “El gran Shabat”.
Este es el Shabat en el que la fe aumenta, se desarrolla y se transforma en una
confianza absoluta.
El pueblo de Israel en Egipto trabajó duro para
los egipcios, y espiritualmente estuvo inmerso en idolatría y asuntos paganos.
Y no es que no el pueblo de Israel no tuviera
fe...
De hecho está escrito que "Y el pueblo
creyó", incluso cuando estaban esclavizados en Egipto.
Pero lo que Shabat Hagadol le hizo al
pueblo de Israel no tuvo precedentes.
En este Shabat, el pueblo se convirtió en un
socio activo en el juego.
Como está escrito: "Adelante, vayan y tomen un
cordero". Tomaron el cordero, el ídolo de los egipcios, los ataron a una
cama y se prepararon para su faenado ritual (shejitá) en Pesaj.
Por esto nuestros sabios de bendita memoria
dicen:
"Aléjate de la idolatría y apégate a la
mitzvá".
En este Shabat, el pueblo de Israel logró realizar
el cambio de levantarse y pasar completamente desde la idolatría al servicio de
Hashem.
Por eso se llama “EL GRAN SHABAT”.
Cada Shabat nos enseña fe, ya que dejamos de lado el trabajo de los seis días
de la creación y descansamos un día entero, tal como Hashem lo hizo en
Bereshit. Pero en este Shabat aprendemos a tener confianza, nos llenamos por
completo de nuevas fuerzas para levantarnos, actuar y lograr el cambio que
tanto deseamos.
En el mes de Nisán el mundo, la naturaleza y el
alma se renuevan.
En Shabat Hagadol escuchamos la voz que nos
dice: “Tienes la fuerza para levantarte y dar tú mismo el paso a la renovación.
Shabat Shalom.
TORAT HANEFESH - Escuela de Psicología Jasídica
Gal Einai español
LECTURA METZORÁ 5784:
MASHÍAJ EL LEPROSO PURO EN UN MUNDO IMPURO
Y LA FABRICACIÓN DE MATZOT HECHAS A MANO
LECTURA DE LA TORÁ Y MEDITACIÓN JASÍDICA
Esta será la ley del metzorá
El día de su purificación y viene al cohen
Rabino Jaim Frim
Levítico Capítulo 14
1 Dios le habló a Moshé, diciendo:
2 Ésta es la ley concerniente al leproso cuando es
purificado y puesto bajo la jurisdicción del sacerdote.
3 El sacerdote saldrá del campamento, donde examinará al
leproso para determinar que la marca leprosa haya sanado.
ESTUDIO DE JUDAÍSMO
PARASHÁ METZORÁ Y JAG HAPESAJ 5784
FIEBRE DE PESAJ POR LA NOCHE
con el rabino Jaim Frim
“Y en el primer mes,
el dia catorce del mes será Pesaj para el Hashem”.
וּבַחֹדֶשׁ הָרִאשׁוֹן בְּאַרְבָּעָה עָשָׂר יוֹם לַחֹדֶשׁ פֶּסַח לַה'”
“Ubajodesh
harishón, bearbaá asar iom lajodesh pesaj laHavaiá”
Pesaj da inicio al ciclo de festividades en la Torá, cada
día festivo-jag tiene un sacrificio-korván agregado-musaf
especial. Pero el primer verso citado se refiere al korván Pesaj, el
sacrificio de Pesaj (el catorce de Nisan) que no pertenece al grupo de korvanot
de los musafim (los sacrificios suplementarios o musafim
comienzan el quince de Nisan). Si es así ¿por qué se menciona aquí la ofrenda
de Pesaj? Pesaj es el fundamento y el comienzo del pueblo de Israel, como la
circuncisión que se realiza en los primeros días de vida del judío (y en vano
existe una conexión especial en la Halajá entre el Brit Milá y el
Korván Pesaj). Toda la continuación se basa en este pilar, y por
lo tanto antes de ocuparnos de las festividades y los sacrificios
suplementarios mencionamos el Korban Pesaj.
LECTURA METZORÁ 5784:
MASHÍAJ EL LEPROSO PURO EN UN MUNDO IMPURO
Y LA FABRICACIÓN DE MATZOT HECHAS A MANO
5 Nisan 5784
POR LA VICTORIA
Y LA VIDA DE LOS BRAVOS SOLDADOS DE ISRAEL
POR EL REGRESO
DE LOS CAUTIVOS SANOS Y SALVOS A ISRAEL
Es costumbre
contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov todos los Motzaei Shabat,
la salida del Shabat por la noche en una comida de Melavé Malká, acompañar a la
novia (el Shabat).
Una segulá
para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de ellos, para
una vida buena y larga y para salud
🍷
SHAVUA TOV – BRAJA VESIMJA🍷
🕯🌿BUENA
SEMANA DE BENDICIÓN Y ALEGRÍA🌿🕯
EL ZEIDE DE MISHPOLI
Cuando el Baal Shem Tov estaba en sus días de juventud, un
"justo oculto", tzadik nistar, apenas se ganaba la vida con su
trabajo como carretero. Tenía un caballo débil enganchado a un carro en el que
transportaba alquitrán o arcilla en una ración para venderlo en la ciudad. Era
un trabajo arduo que apenas mantenía al Baal Shem Tov y su esposa. Su esposa lo
ayudaba todo lo que podía y lo acompañaba en sus viajes.
En cuanto al caballo, a decir verdad, no era uno de los más
jóvenes; Nunca había recibido comida suficiente, y esto no debería sorprender,
porque apenas cargaba con el pesado recorrido del carro lleno de alquitrán y
arena. El corazón del Baal Shem Tov se llenó de compasión por la miserable
criatura, pero no tenía dinero para comprar un caballo nuevo. Por eso, solía
bajarse del carro y "ayudar" un poco al caballo empujando el carro. Así,
mientras empujaba el desvencijado carro, una vez el Baal Shem Tov llegó al
pueblo donde vivía un rico judío que era conocido como un gran benefactor.
El nombre del hombre era Rabi Baruj y el nombre de su justa
esposa era Rajel. Rabi Baruj era el administrador de las propiedades de Fritz,
quien era el dueño el terrateniente y dueño de la comarca, y tenía una vida
fácil y placentera. Él rabino y su esposa distribuían caridad con mano abierta.
Construyeron un edificio especial para la recepción de invitados y cada pobre
que terminaba allí recibía alojamiento, comida y una suma de dinero que le
entregaban de manera amistosa.
Cuando el Baal Shem Tov llegó al pueblo, Rabí Baruj lo
recibió con suma cordialidad, como era su costumbre con los pobres. Cuando vio
el caballo, que no era más que un sufrimiento para el animal grande y
miserable, el rabino Baruj llevó al huésped al establo, donde sólo había
caballos que ya no eran aptos para trabajar en un suelo duro.
"Por favor, deja tu caballo aquí, rabino judío y elige
otro caballo para ti" - dijo Rabi Baruj bendiciendo al Baal Shem Tov.
"No podrán labrar la tierra, pero todavía tienen fuerza
en la cintura para llevar un carro como el suyo" - añadió y dijo.
El Baal Shem Tov se alegró por el hermoso regalo y decidió
pasar el Shabat en lo de Rabi Baruj, quien recibió al invitado. Para las
comidas de Shabat, el Baal Shem Tov fue invitado a la mesa del rabino Baruj.
Después de la melavé malká, la comida para despedir al Shabat, el Baal Shem Tov
se fue a su habitación y el dueño de casa se fue a dormir. Sin embargo, a Rabi
Baruj no pudo conciliar el sueño. En mitad de la noche vio de repente por la
ventana que una gran luz salía de la habitación donde había alojado al pobre
huésped. Pensando que se había producido un incendio, Rabi Baruj saltó de su
cama, se vistió rápidamente y bajó las escaleras para ver qué pasaba. Cuando
llegó a la puerta de la habitación de donde provenía la gran luz escuchó un
sonido de llanto desgarrador.
Por la rendija de la puerta, Rev Baruj vio al huésped
sentado en el suelo, con cenizas en la cabeza y rezando el tikún Jatzot, la
plegaria de la media noche, llorando por la destrucción del Templo y doliente
por el exilio de la Shejiná, la Presencia Divina. Junto a él estaba un judío
alto, con una larga barba blanca, vestido con ropas blancas. De esta persona,
cuyo el rostro parecía de un ángel, salía el gran rayo de luz. Un gran temor se
apoderó de Rabí Baruj y cayó desmayado. Cuando se recuperó de su desmayo se
encontró en la cama del pobre huésped. El anciano del que salía la luz se había
ido y no estaba.
Sobre una pequeña mesa había una lámpara que proyectaba una
larga sombra sobre la habitación. Poco a poco Rabí Baruj comprendió lo que
estaba pasando. Estaba conciente para saber que el huésped pobre no era un
simple judío después de todo, sino un tzadik nistar. Entre lágrimas
pidió perdón al Baal Shem Tov, porque hasta ahora no le había dado el honor que
merecía.
El Baal Shem Tov lo calmó y le ordenó que no contara a nadie
lo que sus ojos habían visto en esa habitación.
"¿Quién es el hombre que brillaba en la oscuridad de la
noche?" - Rabí Baruj preguntó al Baal Shem Tov, y el este le respondió:
"Ya que tuviste el privilegio de verlo tengo derecho a
revelarte el secreto. Era el Maharal de Praga. Ellos saben que os nacerá un
hijo que tendrá el espíritu del Maharal. Puesto que tú y tu esposa son
temerosos del Cielo y hacen muchas buenas obras y puesto que son de la familia
del Maharal, han sido bendecidos con un hijo con un alma tan elevada.
Llamaron al niño Arie-Leib en honor a Maharal de Praga.
Y yo, si Dios quiere, estaré en el pacto y bendeciré al
niño.
Sin embargo, nadie tiene que saber todo lo que te he
revelado ahora.'
Al día siguiente, el Baal Shem Tov partió desde allí en su
carro enganchado al nuevo caballo, que recibió como regalo de Rabi Baruj. Grande
fue la alegría de Rabí Baruj y su esposa, cuando se cumplió la bendición del
Baal Shem Tov y al final del año les nació un niño para buena suerte. El rabino
Baruj anunció en todos los pueblos de los alrededores que invitarán a todos los
pobres a venir y tomar parte en la alegría de la mitzvá. Y, en efecto, hubo una
afluencia de invitados, tanto pobres como propietarios de casas, de todos los
pueblos de los alrededores.
Rabi Baruj esperó con gran expectación la llegada del Baal
Shem Tov. Miró bien a cada uno de los invitados pobres, pero no vio al justo
oculto entre ellos. Sin embargo, estaba convencido de que el Baal Shem Tov
cumpliría su palabra. Por la mañana, la gente oró la plegaria de shajarit
con toda la gente y después de la oración celebraron el brit milá.
El niño recibió el nombre de Arie Leib y rabi Baruj pidió a
los invitados que se alinearan en dos filas y bendijeran al recién nacido
mientras lo pasaban entre las filas. Cuando le llegó el turno a uno de los
pobres llamado a bendecir al bebé, los presentes escucharon una extraña
bendición. El pobre puso su mano derecha sobre el bebé y dijo:
"Mi padre de bendita memoria, dijo una vez, porque el
propósito de entrar en el pacto de Abraham nuestro padre es para esto:
Está escrito “Y Abraham era anciano”, “ab” significa
padre, y anciano (también) significa abuelo… y esto significa, que Abraham
nuestro padre fue el abuelo de toda la congregación de Israel.
Que Dios conceda - alzó la voz el invitado – que tú seas el
abuelo de Israel.”
La bendición del pobre, cuyo aspecto era el de un simple
judío, provocó una sonrisa entre los presentes. Pero el rabino Baruj no se río.
La bendición del Altísimo sonó todo el tiempo en los oídos de los padres que
comenzaron a llamar al niño "Zeidele" (abuelito). Cuando
alguien se encontraba con los bienaventurados padres, era costumbre
preguntarles:
"Bueno, ¿a qué se dedica vuestro zeidele?"
Y así quedó el nombre "Zeide" para el niño
durante todos los días de su vida.
Cuando el niño creció y se convirtió en hombre, fue
publicado como un hombre justo y un obrador de maravillas con el nombre de Rabi
Leib de Shpoli, o "el Zeide Mishpoli".
____________________
KIMJA DEPISJA – HARINA PARA PESAJ
¡¡En una semana llega Pesaj!!
En Gal Einai acompañamos a decenas de familias durante todo
el año, en procesos de apoyo, acompañamiento y crecimiento. Al llegar Pesaj,
cuando aumentan los gastos, estas familias reciben una asistencia especial, y
hay otro amplio círculo de familias que 'aguantan' todo el año, pero para
superar las festividades con éxito necesitan ayuda.
❣️Que
tengas una buena y bendecida semana❣️
☀️Que tengas una buena preparación
para Pesaj☀️
HISTORIAS JASÍDICAS
Maestros espirituales
El Rebe de Lubavitch:
HONRA A TU MADRE
Rabi Menajem Mendel Schneerson de Lubavitch nació el 11 de
Nisán de 5662 siendo su padre, Rabi Levi Itzjak Schneerson, la quinta
generación desde el ADMOR (Gran Rabi) Tzemaj Tzedek, el tercer ADMOR de Jabad.
Su madre fue la Rebetzin Jana, hija de Rabi Meir Shlomo Yanovsky. A la edad de
siete años, la familia se mudó a Yekaterinoslav, donde su padre fue nombrado
rabino. En Yekaterinoslav, recibió tutoría privada de Rabi Shneur Zalman
Vilenkin. Además de su diligencia y profundidad tanto en los aspectos revelados
como en los místicos de la Torá, el Rebe también destacó en matemáticas y
geometría. En 1923, conoció a su futuro suegro y mentor, el sexto Rebe de
Lubavitch, el Rebe Raiatz, y el 14 de Kislev de 1928, se casó con la hija del
Rebe Raiatz, la Rebetzin Jaia Mushka.
Después de su matrimonio, el Rebe se mudó a Berlín, donde
estudió matemáticas, física y filosofía en la universidad y recibió la
ordenación rabínica del autor de "Seridei Eish". En 1933 se trasladó
a París y estudió ingeniería eléctrica en la Sorbona. En 1941, el Rebe y la
Rebetzin huyeron de la Europa en llamas. El Rebe se reunió con su suegro en el
barrio Crown Heights de Brooklyn y comenzó a dirigir las instituciones de
Jabad.
El 10 de Shevat de 1950 falleció el Rebe Raiatz, y un año
después, el 10 de Shevat de 1951, Rabí Menajem Mendel fue coronado como ADMOR.
El 22 de Shevat de 1988, la Rebetzin Jaia Mushka falleció y el Rebe se refirió
a su fallecimiento como el fin de una era y la preparación para una nueva era
hacia la llegada del Mashíaj. El 27 de Adar alef de 1992, mientras oraba ante
la tumba de su suegro, el Rebe sufrió un derrame cerebral y dejó de hablar.
Esta condición continuó hasta la noche del sábado, víspera del 3 de Tamuz de
1994, día en que "el sol se detuvo en Giv'on y la luna en el Valle de Aialón".
Hace unos cuarenta años, una joven que
creció en California sintió el impulso de regresar a su fe. Aunque ella era
judía, sus padres no tenían ningún vínculo con el judaísmo. Su padre respetó el
paso que ella dio, pero a su madre le impactó en lo más profundo del alma
(aunque no sabía qué era un alma…) que su hija eligiera un camino diferente. Su
madre se opuso vehementemente a la fe recién descubierta de su hija y le amargó
la vida. Cuando la joven cumplió dieciocho años y fue legalmente independiente,
estaba decidida a encontrar un lugar donde pudiera vivir como judía religiosa.
Finalmente, se produjo un incidente en el que su madre arremetió terriblemente
contra ella y, enojada, la hija replicó: "¡Tú no eres mi madre!". y
se fue de casa.
De allí, la joven se dirigió a Nueva York y
se matriculó en una escuela para recién observantes. Al cabo de varios años,
alcanzó la edad para casarse, pero no encontró pareja. Alguien le aconsejó que
fuera con Rabi Menajem Mendel Schneerson, el Rebe de Lubavitch, consultara con
él y le pidiera su bendición.
La Iejidut (audiencia privada) estaba
programada para el sábado por la noche, a las cuatro de la mañana. La joven acudió
a la sede de Jabad durante todo el Shabat. Era la primera vez que ella estaba
en el 770 y fue testigo de lo que allí sucedía y del respeto y anulación de los
jasidim hacia el Rebe. Cuando llegó el momento de la Iejidut, la
joven entregó su nota y el Rebe la leyó. El Rebe se volvió hacia ella y le
dijo: "¿Estuviste aquí en Shabat? ¿Viste los honores de realeza que me rinden?"
Fue extraño que el Rebe hablara así. "Sí", respondió ella.
(Aparentemente, ella había quedado muy impresionada y el Rebe lo percibió). El
Rebe comenzó a explicar el gran honor que se le había otorgado. Luego se volvió
hacia ella y le dijo: "Renunciaría a todo esto por completo - por media
hora con mi madre" (La historia ocurrió después del fallecimiento de la
Rebetzin Jana, la madre del Rebe).
Con eso, la Iejidut terminó, y la
joven compendió el mensaje. Inmediatamente el domingo por la mañana, tomó un
vuelo a California y regresó a casa después de varios años de ausencia. Pidió
perdón a su madre, su madre le pidió perdón y poco después, por Providencia
Divina, encontró una pareja excelente, se casó y estableció un hogar jasídico.
El Rebe, como es bien sabido, fue muy meticuloso acerca de
honrar a su madre. Cuando visitaba a su madre, se aseguraba de salir caminando
hacia atrás, sin darle la espalda. Intentaba disimularlo, encontrando diversas
"excusas" para su forma de caminar: ajustar el mantel, mover una
silla o colocar algo sobre la mesa mientras avanzaba hacia la puerta. Una vez
alguien vio esto, y al darse cuenta de lo que motivaba el inusual modo de caminar
del Rebe, se lo mencionó con asombro a la Rebetzin. La Rebetzin respondió con
una sonrisa: "¿Por qué estás asombrado? ¡Desde su Bar Mitzvá, no le he
visto la espalda!".
¿Qué movimiento interior expresa el hecho de mirar hacia
delante, especialmente al distanciarse y caminar hacia atrás?
El Alter Rebe responde a esta misma pregunta en un discurso
que comienza con el versículo: "Caminaré (ethalej) ante de Di-s en
la tierra de los vivientes". Al contrario de 'caminar' (elej), dice
el Alter Rebe, 'ethalej' significa 'correr y regresar', acercarse y
distanciarse. Cada persona tiene momentos de conciencia expandida, en los que
se acerca y asciende en el servicio a Di-s. Pero también todo el mundo tiene
momentos en los que cae, se distancia y queda en un estado de conciencia
contraída.
El rey David dice que en cada estado de “ethalej”, ya
sea de aproximación o de alejamiento, la persona está “ante de Di-s”. Obviamente,
al acercarse, su rostro se vuelve hacia Dios. Pero incluso cuando cae, sigue
pensando sin cesar en el lugar del que se ha distanciado. Lo mismo ocurre con
los padres: cada persona, incluso la más respetuosa y cariñosa, deja el hogar
de sus padres y sigue su propio camino. Sin embargo, como el Rebe le transmitió
a la joven de la historia, este distanciamiento no tiene por qué incluir la
ruptura de lazos… Es posible y necesario, dice el Rebe, distanciarse y
acercarse simultáneamente, manteniendo el corazón y el rostro siempre
conectados con el lugar del que procedemos.
“Con la Corona con que le coronó su Madre”
Ciertamente, el Rebe fue meticuloso en honrar a sus padres.
Sin embargo, si, por Providencia Divina, esta historia se refiere
específicamente a su madre, sin duda debe tener algún significado. Se cuenta
que antes de casarse con la Rebetzin Jaia Mushka, la Rebetzin Jana insinuó que
el matrimonio se hacía con la condición de que el Rebe fuera el sucesor de su
suegro. A esto, el Rebe Raiatz respondió: “Los Jasidim tienen intelecto,
y sabrán elegir a quién sea el adecuado…”. La Rebetzin Jana tomó esto como un
acuerdo a su pedido, y el emparejamiento se realizó. Por lo tanto, en gran
medida, fue la Rebetzin Jana quien aseguró que el Rebe fuera coronado con la
corona del liderazgo (ya que ella seguramente reconoció su virtud y conexión
con el liderazgo).
De esto se desprende que es específicamente la madre quien
cuida la “corona” de su hijo. Ella es incluso más sensible que su padre a su
gran potencial y se asegura de que él pueda realizar plenamente la misión de su
vida. Esto también queda patente en un verso en concreto del Cantar de los
Cantares: “Con la corona con la que su madre le coronó el día de su boda” (como
ocurrió en la boda del Rebe). Desde el momento en que fue consciente, el Rebe
reconoció a su madre por ello, asegurándose siempre de mantener una relación
cara a cara con ella y recibiendo su inspiración para el cumplimiento de su regio
cometido. A la luz de esta explicación, la aseveración del Rebe al comienzo de
la historia es aún más significativa: Todo el estatus, la corona y el honor no
significan nada para mí. La conexión intrínseca con mi madre pesa más que todo.
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Ver también:
https://galeinai.org/2023/07/08/aunque-sea-media-hora-estar-con-mi-mama/
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