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jueves, 15 de mayo de 2014



Instituto Gal Einai

La Dimensión Interior La Universidad de la Torá

CURSOS INTERACTIVOS DE CABALÁ Y JASIDUT

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בס"ד
חמישים שערי בינה
Los 50 Portales del Entendimiento HaRav Itzjak Ginsburgh, שליט"א

Clase 1 - Introducción: La Meditación para la verdadera Elevación Espiritual
13 de Iiar 5774 13 de Mayo 2014


Esta es una breve introducción al tema de la meditación en general. Se trata de una aplicación práctica de los principios que discutiremos en relación al בטול (bitul, anulación), la expresión interna de la devoción a Hashem asociada con חכמה (jojmá, sabiduría), necesaria para introducirse en la meditación de בינה , biná, entendimientoy sus 50 portales de la manera más pura y consciente.
Muchas personas regresan al judaísmo después de haber explorado otros sistemas espirituales y técnicas de meditación. En la medida en que tales experiencias despertaron el deseo en el judío de explorar su religión nativa, en esa medida han servido, por Providencia Divina de Hashem han tenido una función positiva en la vida de la persona.

El siguiente paso, sin embargo, si uno desea seriamente aprender las verdades profundas de la tradición judía, es la necesidad de מבטל (anular) absolutamente las propias nociones preconcebidas acerca de la religión, la meditación y el desarrollo espiritual. En vez de esto, las personas se aferran a sus filosofías no judías, imaginando paralelismos donde no los hay y distorsionando el judaísmo para satisfacer sus concepciones falsas y extranjeras de las cosas.
Visto a nivel groso y superficial, sí existen similitudes entre el judaísmo y otros sistemas espirituales, pero a un nivel sutil hay diferencias importantes con implicaciones prácticas importantes. Desafortunadamente, el cambio y la transformación del trabajo espiritual ocurren en realidad en estas dimensiones sutiles, por lo tanto sobre todo aquí es donde se requiere un mayor grado de pureza. Incluso un pequeño desequilibrio a este nivel tendrá un efecto enormemente amplificado en el comportamiento externo de la persona. De la misma manera que un cohete, si está sólo medio grado desviado de su meta en el despegue, se va a desviar cientos de kilómetros de su destino previsto, y por el tiempo que voló ya debería haber llegado a su meta.
Dentro de un marco de la Torá, la intención y el objetivo de la meditación siempre deben estar encaminados a Hashem mismo, lo que implica la anulación de cualquier experiencia de sí mismo, tanto al nivel de la personalidad, como al nivel más elevado del (Divino) yo superior. En la meditación no judía y la psicología, está la idea de que la identificación con un estado superior del "ser" puede dar lugar a la anulación de nuestra naturaleza inferior. Pero la intención de la meditación judía es sustituir el pequeña ego de la personalidad con un yo más puro que esté en armonía con el pulso del universo y de ese modo unificarse con la Voluntad de Hashem.

En el judaísmo la Voluntad de Hashem ha sido revelada en el nivel consciente de nuestras almas en la forma de la Torá y las Mitzvot. El alma Divina en el judío reside dentro de él (como decimos en las oraciones de la mañana "נשמה שנתת בי טהורה היא ", "El alma que me has dado en mi interior es pura", mientras que en el caso del no-judío, su superego espiritual sobrevuelapor encima de suyo, por así decirlo, y por lo tanto necesita ascender por   encima de su yo inferior con el fin de identificarse con su yo superior. La manifestación del alma Divina en el judío es a través de conectar su pensamiento, palabra y acción de la Torá y las Mitzvot: 1) ir pensamiento por pensamiento a través de la meditación en la oración - el servicio del corazón para llegar a ponerse en contacto con Hashem; 2) de palabra en palabra "פה אל פה " en el estudio de la Torá; 3) de acción en acción en el cumplimiento de las Mitzvot. El nivel inmanente del alma Divina está conectado arriba a su nivel más trascendente como una cuerda, cuando el extremo inferior se mueve lo mismo ocurre con la parte superior. La raíz trascendente del alma se manifiesta totalmente en el acto de מסירת
נפש , mesirut nefesh, la entrega absoluta a Hashem.
Para fortalecernos en el servicio a Hashem es importante identificarnos con nuestra alma Divina, en el sentido de darnos cuenta de que yo, como judío, soy un hijo de Hashem y por lo tanto poseo el poder y el don esencial entregado por mi Padre para ir en todos Sus caminos y superar todos los obstáculos aparentes que parecen impedir mi camino en la vida y tratar de lograr la unidad con Él (tanto objetiva -por afuera, como subjetiva por dentro).
No es así para el בינוני , benoni, el hombre intermediodel Tania (el nivel de servicio a Hashem que está al alcance de todo judío, a diferencia del de צדיק , tzadik, justo, que es sólo para los elegidos), nuestro estado continuo de auto-conciencia el "Yo"- es del alma animal humana, que tiene su propio super-ego y de su objetivo no es el servicio Divino. Mientras que el alma Divina se revela dentro de nuestra conciencia constantemente en la forma de la Torá y las Mitzvot como se explicó anteriormente.
La presencia del alma Divina judía en el estado externo de la conciencia del alma animal humana y el cuerpo físico, pretende estar en un estado de verdadera unidad, como la de masculino y femenino, como se explicará con la ayuda de Dios. El no judío no posee esta unidad interior, y por lo tanto busca la trascendencia a un estado superior de sí mismo -que en realidad no es más que un estado superior de frustración- porque siempre permanece en estado de femenino, sin la unión del "masculino", porque ser trascendente también es sólo el super-ego del alma animal humana.
Cuando el no-judío acepta los 7 mandamientos de los hijos de Noé, como viniendo de la máxima autoridad de la Torá de Moshé (según ha explicado el Rambam), entonces -por primera vez- su naturaleza femenina es capaz de experimentar unión. De lo contrario, todo su "servicio" está auto limitado en la experiencia de la satisfacción del yo superior, o como en muchas religiones extranjeras, perdiéndose por completo en la nada.

El judío, aunque en un estado de unión, no obstante nunca se encuentra "satisfecho" con yo, porque el sentido Divino interior del judío está en sintonía con el objetivo último de la creación -דירה בתחתונים , dirá betajtonim (una morada verdadera y completa para Hashem aquí abajo en este mundo), y en tanto que este propósito no se haya cumplido, el judío está siempre en un estado de ansiedad existencial ("לבו דואג בקרבו ", livó doeg bekirvó, su coracón está ansioso en su interior). Esto no impide la posibilidad de experimentar la mayor alegría en el cumplimiento de la Voluntad de Hashem abajo, siendo este el único camino que conduce a la finalidad última de דירה בתחתונים :
El Zohar dice que las tradiciones espirituales distintas de la Torá son impotentes ( אל אחר
אסתרים ), y no pueden engendrar un verdadero estado de unificación. En un intento por compensar esta condición estéril, enfatizan "una experiencia elevada". La idea es "elevarse"  
abstrayendo el yo inferior y divirtiéndose en un nivel elevado del ser, pero aunque aparentemente están más cerca de Hashem, no está todavía unidos a Él.

Cuando Iaakov y Lavan estaban negociando el reparto de los bienes, tratando de ponerse de acuerdo sobre cómo dividir el ganado, Iaakov decidió llevar el ganado manchado, aquellos con puntos y rayas y otras extrañas marcas. Así, los animales "normales" se quedarían con Labán, mientras que los "no convencionales" se convertirían en judíos. Después de este acuerdo, Iaakov expuso a los rebaños a estacas que fueron peladas y rayadas con un patrón particular. Los sabios (חז"ל ) dicen que esas ovejas que "podían calentarse en su propia piel", no se aparean, se mantenían normales [sin manchas], y no daban descendencia mancha. Éstos se quedaron con Labán. Aquellos que necesitaba de la unión, que no podían existir sin la unión de masculino-femenino, daban a luz progenie manchada y pasaban a ser propiedad de Iaakov.
Esta es la parábola de la diferencia entre los sistemas de meditación y el desarrollo espiritual judío y no judío. Dentro de un marco no-judío, lo ideal es "trascender" la necesidad existencial de la unión, "calentarse a uno mismo en la propia piel", por así decirlo, sintonizando una frecuencia más alta de la conciencia y superando así el deseo de la asociación y las relaciones matrimoniales. Por el contrario el judaísmo insiste en la plenitud del matrimonio y la familia, que es la máxima expresión de la unión de Hashem y la Congregación de Israel, כנסת ישראל , como un componente necesario del desarrollo espiritual. La necesidad de קשר (kesher, unión en relación), tanto en el sentido espiritual como físico, es la verdadera marca de un judío.
Cualquier intento de desarrollarse espiritualmente sintonizándose con un ser superior y con ello anular el inferior es totalmente ilusorio y en última instancia contraproducente. Esto se debe a que la potenciación de cualquier nivel del ser, ya sea superior o inferior, refuerza lo que en última instancia nos separa de Hashem. El judaísmo enseña que el verdadero yo, el
נפש אלוקית , nefesh elokit, alma Divina, sólo se revela en toda su pureza a través de un acto de unión. La máxima expresión de esta unión (ya sea espiritual o personal) es el secreto del Shabat, porque el poder anulador de ese día permite la completa aniquilación del ser, así como cualquier cosa que contradiga la unidad absoluta y experiencial de Hashem.

1 comentario:

  1. Que Hashem nos continue bendiciendo con su sabiduria y sus sabios

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