BS"D
BESHALAJ בְּשַׁלַּח
Éxodo 13:17 - 17:16
Haftara: Jueces 4:4 - 5:31
MATERIAL DE ESTUDIO
DE GAL EINAI
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MENSAJE
DE LA PARASHÁ
TORAT
HANEFESH
PARASHÁ
BESHALAJ
¿CÓMO ENFRENTAMOS LOS DESAFÍOS DE
LA VIDA?
🔹 Relaciones de pareja que se estancan una y
otra vez...
🔹 Una hija adolescente que es un verdadero
desafío...
🔹 Dificultades económicas que parecen no tener
fin...
🔹 Un estado emocional inestable y confuso...
💭 "¡Ya no puedo más!"
No siempre la vida nos sonríe.
Nos enfrentamos a obstáculos y desafíos,
pero a veces sentimos que hemos llegado al límite,
como si el Creador se hubiera equivocado de dirección... 📍
Como si nos pusiera a prueba con algo imposible de soportar.
❓
Entonces, ¿cómo enfrentamos esto?
Uno de los mayores factores de sufrimiento es la sensación de que las
dificultades *nos caen de repente*, sin que tengamos control sobre ellas. Nos
cuesta comprender cómo es posible que Hashem nos haya puesto en una realidad
tan difícil.
Pero el *Jasidut* nos enseña una idea clave que debemos internalizar:
✨ "No
existe el mal que descienda de lo alto; todo es bueno"✨
✅ Todo lo que Hashem hace con nosotros es *bien
absoluto*.
🔄 Lo que experimentamos como *malo* en nuestra
percepción, en su raíz es un *bien profundo* que aún no se ha revelado.
📖 Como enseñó el Maguid de Mezritch, la
palabra "ra" (mal) en arameo ("milerá") significa
"hacia abajo". Es decir, lo que percibimos como malo es un bien que,
en nuestro nivel de realidad inferior, se manifiesta de forma dolorosa.
¿QUÉ HACEMOS CON ESTO?
💡 Cuando nos enfrentamos a un desafío en la
vida, debemos recordar que es un bien enviado por Hashem, una oportunidad de
crecimiento y superación.
🌀 Esta mentalidad cambia nuestra forma de ver
las dificultades:
En lugar de un obstáculo que quisiéramos evitar, lo vemos como un desafío
positivo que nos ayudará a avanzar y fortalecernos.
🔹 Así ocurrió en la Torá, después de la
apertura del Mar Rojo:
"Y llegaron a Mara, y no pudieron beber el agua, porque era amarga"
(Shemot 15:23).
📌 El pueblo se encuentra con un desafío y
siente que no puede superarlo.
Pero la Torá nos da una pista:
"Porque eran amargos" – La amargura no estaba en el agua, sino en la
percepción de las personas.
Cuando entendemos que Hashem solo nos envía bien, somos capaces de endulzar la experiencia amarga y superar la prueba.
🪵
¿Cuál fue la solución que Hashem dio a Moshé?
"Y Hashem le mostró un árbol, y lo arrojó al agua, y el agua
se endulzó."
🌱 El árbol representa la sabiduría y la
perspectiva correcta, un consejo atemporal para afrontar cualquier desafío en la vida.
💪 Que tengamos la fuerza de ver el bien en
cada situación y transformar las dificultades en crecimiento.
🌿¡Shabat Shalom y que sea con éxito en todas
las pruebas de la vida! 💖
CASA DE ESTUDIOS
OD IOSEF JAI
DEL
RABINO ITZJAK GINSBURGH
LA APERTURA DEL MAR ROJO
Hashem
Nos Da un Lugar en la Realidad
📖 Jasidut sobre la Parashá Beshalaj con el Rabino Itzjak Shapira
🔹 ¿Qué cambió con la apertura del Mar Rojo?
🔹 ¿Por qué la Canción del Mar fue
dicha con tanta alegría?
🔹 ¿Por qué esta canción es la mejor
preparación para la oración?
📜 La Apertura del Mar Rojo:
El Milagro que Dio Lugar a Am Israel
Cuando Am Israel salió de Egipto, ya no estaba
sometido a Faraón. Entonces, ¿por qué era necesario abrir el mar? La clave está
en el estado de conciencia del pueblo en ese momento.
Egipto representaba una mentalidad
materialista, donde solo existía la realidad física. A través de las Diez
Plagas, Hashem mostró Su poder sobre la naturaleza y enseñó a Israel que Él es
el Único y que no hay nada fuera de Él. Sin embargo, esto trajo un nuevo
dilema:
Si Hashem lo es todo, ¿qué lugar nos queda a
nosotros en la existencia?
🛤️ La apertura del mar fue la respuesta: Hashem otorga a Su pueblo un
lugar dentro de Su unicidad. Mientras que los egipcios, que se opusieron a Él,
fueron tragados por las aguas, Israel pasó "en lo seco dentro del
mar", revelando que es posible anularse ante Hashem y, aun así,
recibir un lugar en Su realidad.
Esto es similar a la enseñanza de los escritos
del Arizal sobre la contracción del infinito divino (tzimtzum): antes de
la creación, la luz de Hashem llenaba toda la existencia, y no había espacio
para nada más. Por eso, Hashem contrajo Su luz y creó un
"espacio" donde el mundo pudiera existir.
Sin la apertura del mar, solo habría dos
opciones:
1️⃣ Quedar atrapados en la materialidad, como pensaba Faraón.
2️⃣ Ser completamente anulados en la grandeza de Hashem, sin existencia
propia.
🌊 Pero la apertura del mar reveló una tercera posibilidad:
➡️ Podemos anularnos ante Hashem y,
al mismo tiempo, recibir de Él un lugar en Su creación.
🎶 ¡Por eso la Canción del Mar fue dicha con
tanta alegría!
La mayor alegría es saber que Hashem nos da
existencia y un propósito en el mundo.
La Canción del Mar y la Oración
🕊️ Cada día mencionamos la Canción del Mar en la tefilá tres veces:
1️⃣ Completamente en Pesukei Dezimrá
(Shajarit).
2️⃣ En un versículo en la bendición
"Gaal Israel" en Shajarit.
3️⃣ Otra vez en "Gaal Israel"
en Arvit.
🔗 Los sabios nos enseñan que la redención debe estar unida a la
oración:
"Todo aquel que une la redención con la oración es digno del Mundo
Venidero" (Berajot 16b).
✨ Esto significa que la Canción del Mar nos prepara para rezar.
📍 ¿Por qué?
Porque la verdadera existencia del ser humano es su capacidad de expresar su
voluntad y orar. Hashem nos da un lugar en Su realidad cuando nos muestra
que le interesa escuchar nuestra voluntad y nuestra tefilá.
📜 Como dicen nuestros sabios:
"El justo decreta y Hashem lo cumple; Hashem decreta y el justo puede
anularlo" (Moed Katán 16b).
🔹 Por eso, antes de la Amidá, decimos la Canción del Mar:
➡️ Primero reconocemos que Hashem
es el único existente y que, por sí mismos, no tenemos existencia propia.
➡️ Pero luego entendemos que Hashem
nos quiere en Su mundo y desea que expresemos nuestras necesidades en la
tefilá.
Hashem Reina con Nuestro
Consentimiento
👑 En la bendición de "Gaal Israel", que precede a la Amidá,
decimos:
"Hashem reinará por siempre".
Los sabios explican que sobre las naciones
Hashem es un gobernante (moshel), pero sobre Israel es un rey (melej):
🔹 "Porque de Hashem es la
realeza, y Él gobierna sobre las naciones" (Tehilim 22:29).
📌 ¿Cuál es la diferencia?
▪️ Gobernante (moshel): Impone su dominio por la fuerza.
▪️ Rey (melej): Gobierna con el consentimiento de su pueblo ("No
hay rey sin pueblo").
👑 La apertura del mar reveló que Hashem no quiere solo ser un
gobernante sobre nosotros, sino un rey aceptado por nuestro libre albedrío.
💙 Por eso, después de la apertura del mar, Am Israel aceptó el reinado
de Hashem con su propio deseo: "y Su reino fue recibido con voluntad sobre
ellos".
💡 Reflexión final:
La apertura del
Mar Rojo no solo fue un evento físico, sino un cambio de conciencia: Hashem
nos dio un lugar en Su mundo y quiere que usemos ese lugar para acercarnos a Él
con nuestra propia voluntad.
🙌 Que podamos aceptar el reinado de Hashem con alegría y acercarnos a
Él con nuestras oraciones!
✨ ¡Shabat Shalom! ✨
📖 Beit
HaMidrash "Od Yosef Jai".
MATERIA
ETÉREA CUYA ESENCIA ES ENERGÍA
Una
persona de fe vive en una tensión constante entre lo espiritual y lo material, entre
la inclinación del cuerpo a sumergirse en el mundo físico y el anhelo del alma
de elevarse hacia la espiritualidad y unirse a Hashem. En nuestra experiencia
inicial y natural, la materia parece tangible, con masa y estabilidad, mientras
que la espiritualidad parece etérea, intangible e inalcanzable. Esta situación
genera la lucha interna de quien cree: entre aferrarse a lo concreto o elevarse
hacia lo abstracto, lo sublime y lo oculto.
Curiosamente,
el desarrollo científico de los últimos siglos ha contribuido
significativamente a esta lucha, revelando en diversas etapas cuán etérea y
abstracta es en realidad la materia que en apariencia parece tan estable,
sólida y con masa.
La
primera etapa: El descubrimiento del átomo
Se
descubrió que toda la materia está compuesta por los mismos elementos
fundamentales: protones, neutrones y electrones, que juntos forman la
estructura del átomo, con un núcleo rodeado por una “cáscara” de electrones. Se
reveló que el núcleo del átomo es diminuto en comparación con el volumen total
del átomo, y que la gran mayoría del volumen atómico es… ¡vacío! Lo que parecía
sólido y tangible a simple vista resultó estar mayormente lleno de espacio
vacío. Además, el hecho de que los electrones giren constantemente alrededor
del núcleo nos enseñó que incluso los objetos inanimados están en continuo
movimiento y no son estáticos o “muertos”.
La
segunda etapa: La mecánica cuántica
Aun
así, se pensaba que el núcleo del átomo, la parte más densa y pesada, era
materia tangible con masa. Sin embargo, la mecánica cuántica reveló que el
núcleo atómico es sostenido por la “fuerza nuclear fuerte”, que mantiene unidos
a protones y neutrones. De hecho, la gran mayoría de la masa del núcleo atómico
proviene de esta fuerza, más que del peso de sus propios componentes. Este
hallazgo supuso un cambio radical: la materia y la masa resultaron ser
energía, y no una sustancia tangible.
La
tercera etapa: El descubrimiento del bosón de Higgs
Este
descubrimiento demostró que la masa no es una propiedad intrínseca de las
partículas, sino que les es otorgada por el bosón de Higgs. En
otras palabras, ¡incluso las partículas subatómicas que componen los protones y
neutrones no poseen masa por sí mismas!
Refinamiento
de la percepción humana y apertura al Creador
Este
es un maravilloso ejemplo de cómo la investigación científica puede servir como
una reflexión jasídica: profundizar en la esencia de la realidad nos
revela hasta qué punto no tiene solidez, y cómo todo está compuesto de energía
y vitalidad, más que de materia estática e inerte.
Podemos
ver esto como un refinamiento de la percepción humana: en lugar de una visión
tosca, física y materialista, la ciencia nos está llevando hacia una
comprensión más espiritual y abstracta.
En
un nivel más profundo, cuando se cuestiona la estabilidad y solidez de la
realidad, surge la necesidad de un verdadero punto de referencia estable: el
Creador del mundo, que lo sustenta y gobierna con una sabiduría
asombrosa. Si la realidad creada no es absoluta ni fija, es lógico
concluir que existe un factor estable y eterno que la mantiene en existencia:
Hashem.
📖 Basado en el libro “Roim Shakuf” de
Shlomi Kaduri, artículo sobre la Parashá Beshalaj (págs. 78-81).
LECTURA DE LA TORÁ BESHALAJ - Y ENVIÓ 5785_2
EL DESEO Y PLACER DE DI-S ES HACER LUZ LA OSCURIDAD Y DULCE LO AMARGO
Shemot CAP 14
12 ¿No te dijimos en Egipto que nos dejaras en paz y nos
dejaras trabajar para los egipcios? ¡Hubiera sido mejor ser esclavos en Egipto
que morir [aquí] en el desierto!”.
13 “No tengan miedo –le replicó Moshé al pueblo–.
Manténganse firmes y verán lo que hará Dios para rescatarlos hoy. Pueden estar
viendo a los egipcios hoy, pero no los volverán a ver jamás.
14 Dios peleará por ustedes, pero deben guardar silencio”.
JASIDUT
PARASHA
BESHALAJ
Partzuf : MIRIAM LA
PROFETISA
Al final
del Cántico del Mar encontramos por primera vez en la Torá el nombre de la
hermana de Moisés: Miriam. La Torá dice: “Entonces Miriam la profetisa, hermana
de Aarón, tomó un tamboril, y todas las mujeres salieron tras ella danzando con
tamboriles. Miriam entonó para ellas: ‘Canten a Havaia, pues se ha
elevado triunfalmente; al caballo y al jinete lanzó al mar’”.[1]
Aunque este es el primer
momento en que la Torá menciona explícitamente el nombre de Miriam, los sabios
la identifican con una de las dos parteras que aparecen en el primer capítulo
de Éxodo, específicamente con Púa.[2]
Además, Miriam es mencionada
de forma anónima en el episodio en el que Moisés fue colocado en una canasta en
el Nilo.
La vida de Miriam
Enfoquémonos
en los episodios principales de la vida de Miriam en el orden en que aparecen
en la Torá. Aunque preferimos usar un orden establecido de elementos en nuestro
partzuf cuando los correspondemos a un modelo cabalístico, esto no
siempre es posible. A veces, como en este caso, está claro que los elementos
del partzuf—en este caso, los episodios de la vida de Miriam - no siguen
el mismo orden que el modelo cabalístico. Por lo tanto, después de cada
episodio, identificaremos la sefirá a la que corresponde.
Nuestro
primer encuentro con Miriam es como una de las parteras judías en Egipto. Allí
su nombre es Púa. La Torá nos dice que, porque las parteras temían a Dios y
salvaron a los niños del decreto del faraón, “Él les estableció hogares".[3]
Así, el fundamento de la vida
y conducta de Miriam es su temor a Dios. Como dice el rey Salomón: “Una mujer
que teme a Dios, esa será alabada ".[4]
El temor a Dios no se trata
solo de emociones; guía la conducta de la persona. Cuando alguien teme a Dios,
se puede confiar en que hará lo correcto, incluso cuando, como Miriam y su
madre, se vean obligadas a desobedecer al faraón y arriesgar sus propias vidas.
Evidentemente, este episodio y el carácter de Miriam revelado a través de él
corresponden a la sefirá de guevurá (fortaleza), cuya experiencia
interna es de temor o reverencia.
Consejo y Profecía
La próxima
vez que encontramos a Miriam, ella parece ser mayor. Este episodio solo está
insinuado en la Torá con las palabras: “Un hombre de la casa de Leví fue y tomó
por esposa a una hija de Leví.”[5]
Aunque este versículo parece contar los orígenes de Moisés, no encaja del todo
con los hechos, ya que Moisés no era el primogénito de esa pareja, sino el
hermano menor de Miriam y Aarón. Los sabios explican el contexto detrás de este
versículo.
Después de que las parteras desobedecieron al faraón, él decretó que los mismos
egipcios asesinaran a todos los niños judíos ahogándolos en el Nilo. Ante esta
situación desesperada, Amram, el futuro padre de Moisés, se separó de su
esposa, Yojéved, convencido de que no había escapatoria. Como líder del pueblo
judío en Egipto, otros siguieron su ejemplo.
Miriam fue
a ver a su padre y argumentó que su “decreto” (separarse de su madre) era más
severo que el del faraón, ya que el faraón solo había ordenado que los varones
no sobrevivieran, pero Amram había decidido que ni siquiera nacieran niñas.
¿Qué observamos aquí? En primer lugar, que Miriam tenía una percepción de la
importancia y la superioridad de lo femenino. Para Amram, aparentemente, nunca
había pasado por su mente que también había hijas que necesitaban ser
consideradas. Miriam tuvo que recordarle la importancia de las niñas.
En un nivel
más profundo, como explican los escritos jasídicos, el faraón creía que las
hijas tenían un intelecto más débil y, por lo tanto, podrían integrarse
fácilmente en la cultura egipcia. Por eso no solo ordenó la muerte de los
varones, sino que también decretó: “y a todas las niñas dejadlas vivir.”[6]
Miriam le dice a su padre: “Padre, eso es lo que piensa el faraón, pero yo creo
que las hijas tienen una mente muy fuerte. Al contrario, ellas son las que
salvarán a los israelitas.” Esta perspectiva nunca se le había ocurrido a su
padre.
Miriam
entonces presentó dos argumentos más: Faraón es malvado y existe una gran duda
de si las personas obedecerán su mandato, pero tú, mi padre, eres un tzadik
(justo), y lo que un tzadik ordena se cumple; todos dejarán a sus esposas y los
israelitas dejarán de existir. Además, el decreto de Faraón está limitado a
este mundo. Pero si tu decreto impide que nazcan niños, estás impidiendo que
estas almas ingresen tanto a este mundo como al mundo venidero. Amram aceptó
los argumentos de su hija, y el versículo citado describe su re-casamiento con
Yojéved, después del cual Moisés nació.
Aquí,
Miriam demuestra su aguda inteligencia y su habilidad para servir como
consejera. El consejo está asociado con las sefirot de victoria (netzaj)
y reconocimiento (hod), que en el cuerpo se identifican principalmente
con los riñones.[7]
Inmediatamente después de
convencer a su padre de volver a casarse con su madre, Miriam recibió una
profecía de que su próximo hijo sería el redentor. Por lo tanto, ahora es tanto
consejera como profetisa. Según los principios cabalísticos, su profecía está
asociada con la victoria [8]
y su consejo con el
reconocimiento. Ambos episodios solo están insinuados en el texto de la Torá.
El poder de emocionar
La próxima vez que la Torá menciona explícitamente a Miriam
es en nuestra parashá, después del Cántico del Mar, cuando lidera a las mujeres
en el canto. En este sentido, Miriam se asemeja a su hermano Aarón, quien como
Sumo Sacerdote más tarde estará encargado de encender diariamente la Menorá,
cuyas siete lámparas representan las siete raíces de las almas del pueblo
judío. En esta tarea, Aarón es descrito como el “hombre de bondad amorosa,” y
al inspirar las almas de las mujeres, Miriam también es comparada a una mujer
de bondad amorosa. La bondad amorosa (jesed) es lo que hace girar el mundo, lo
que reúne a las personas y transforma una colección de individuos en un grupo
armonioso que puede cantar y hacer música juntos. Por lo tanto, este episodio
de la vida de Miriam lo asociamos con la sefirá de jesed (bondad
amorosa).
El Discurso de Miriam sobre Moisés
Un par de
años después, al final de la parashá BeHaalotja, encontramos a
Miriam iniciando una conversación sobre su hermano Moisés. Aunque tenía buenas
intenciones y nunca atacó a Moisés directamente—de hecho, según la lectura
sencilla del texto, Moisés estaba presente en ese momento y no se sintió
ofendido por sus palabras—, debido a su gran estatura espiritual, Dios la
castigó con lepra.
La conducta
inapropiada de Miriam aquí es resultado de la separación de Moisés de su
esposa, Tziporá. Moisés hizo esto por una buena razón: estaba propenso a
recibir profecía en cualquier momento y, por lo tanto, tenía que estar siempre
listo para ello. Pero, una vez más, como lo hizo cuando era una niña, Miriam no
puede soportar la ruptura del vínculo sagrado entre esposo y esposa. Esta
sensibilidad está relacionada con la sefirá de fundamento (iesod), la
cual corresponde a los órganos procreativos en el cuerpo.
El Pozo de Miriam
Después de la muerte de Miriam[9],
de repente escuchamos que los
israelitas ya no tenían agua para beber. ¿Qué habían hecho hasta entonces? La
yuxtaposición de la muerte de Miriam con la falta de agua revela que mientras
Miriam vivía, el pueblo disfrutaba de abundante agua de un pozo milagroso que
los seguía en el desierto. Este pozo llegó a conocerse como el pozo de Miriam.
El agua de
un pozo se origina dentro de la tierra y luego brota hacia arriba. El agua, por
lo tanto, asciende de abajo hacia arriba. En la Cabalá, este tipo de agua se
conoce como "aguas femeninas" (maim nukvin), ya que la
naturaleza de lo femenino es elevarse de abajo hacia arriba; esto en
contraste con la lluvia que cae de arriba hacia abajo y en la Cabalá se conoce
como "aguas masculinas" (maim dujrinִ). Generalmente, las aguas femeninas se asocian
con la sefirá de maljut (reino) y las aguas masculinas con la sefirá
de tiferet (belleza). Para reforzar la identificación del pozo de Miriam
con maljut, observamos que el reino se describe en el versículo: “Sus
pies descienden hacia la muerte.” Simbólicamente, esto representa el descenso
del reino del Mundo de la Emanación hacia los tres Mundos inferiores; cada
descenso desde su lugar natural se asemeja, en la Cabalá, a la “muerte.” En
nuestro contexto, se reveló que el pozo existía en mérito de Miriam incluso
después de su muerte.
Recordando a Miriam
Antes de
cruzar el Jordán, Moisés recuerda el peligro de la lepra diciendo: “Recuerda lo
que Havaia tu Dios hizo a Miriam en el camino después de salir de Egipto."[10]
Este es uno de los seis
recuerdos tradicionales que se nos pide rememorar todos los días. Los otros
son: recordar el Éxodo de Egipto, la Entrega de la Torá en el Monte Sinaí, la
obligación de aniquilar a Amalek, el pecado del Becerro de Oro y el Shabat. Claramente,
Miriam ocupa una categoría especial, ya que es la única persona individual que
debemos recordar diariamente.
La historia
que debemos recordar respecto a Miriam es el episodio de su lepra, que resultó
de lo que dijo sobre Moisés. En nuestra correspondencia, esto se asocia con la sefirá
de iesod (fundamento). Las seis conmemoraciones corresponden
claramente a las sefirot, desde la bondad amorosa hasta el fundamento, y
serán tratadas por separado en otro momento.
El objetivo de recordar estos eventos es mantenerlos en
nuestra conciencia y, por lo tanto, el origen del acto de recordarlos está
vinculado con la sefirá del conocimiento, que se describe como el alma (la
fuerza viviente detrás) de la sefirá de la belleza. Y así, correspondemos el
recuerdo diario de Miriam con la sefirá de la belleza.
En resumen, el partzuf completo de la vida de Miriam es:
|
Belleza-tiferet תִּפְאֶֶרֶת
Recordar lo que le sucedió a Miriam
reconocimiento-hod הוֹד Los consejos de Miriam. |
victoria-netzaj נֶצַח La profecía de Miriam. |
fundamento-iesod
יְסוֹד
Las palabras de Miriam sobre Moisés
reinado-maljut
מַלְכוּת
El pozo de Miriam.
Los Nombres de Miriam
Hasta ahora
hemos visto dos de los muchos nombres de Miriam: Miriam y Púa. ¿Dónde aparecen
los demás nombres? En el Libro de Crónicas. Los nombres mencionados en Crónicas
desconciertan a aquellos familiarizados con el resto de la Biblia. Los sabios
consideran que estos nombres no son literales, sino que requieren interpretación.[11]
En el
Talmud, después de discutir las identidades de las dos parteras, los sabios
analizan una serie de versículos de Crónicas que asocian con Miriam. El primer
versículo se trata en el contexto de una opinión que sostiene que el “hogar”
otorgado a Púa, es decir, a Miriam, es el linaje real.
Y el que
dice que hogares de la realeza se refiere a David, quien también proviene de
Miriam, como está escrito: ‘Y murió Azubá, y Caleb tomó para sí a Efrat, quien
dio a luz a Hur."[12]
Otro
versículo menciona: “Y Caleb, hijo de Jetzrón, tuvo hijos con Azubá su esposa y
con Yeriót, y estos fueron sus hijos: Yesher, Shovav y Ardón ".[13]
Dos
versículos finales dicen: “Y Ashjur, padre de Tecoa, tuvo dos esposas, Helá y
Naará"[14]
y “Los hijos de Helá fueron
Zeret, Zohar y Etnán".[15]
En total,
encontramos que Miriam está asociada con 8 nombres diferentes en estos
versículos. Veamos su correspondencia con las sefirot:
- Miriam: Este es su nombre “esencial,” y por lo tanto lo ubicamos en la corona (Keter).
- Azubá: Significa “abandonada.” En este caso, se había abandonado a sí misma, logrando un estado de anulación del ego (bitul), considerado la experiencia interna de la sabiduría (Jojmá). Esto también se insinúa al decirse que murió, es decir, anuló su ego.
- Yeriót: Literalmente significa cortinas o tapices y alude a las luces circundantes de Imá (el principio materno), asociado con el entendimiento (Biná), tal como la sucá en Sucot nos cubre y también se conoce como la luz circundante del principio materno.
- Helá y Naará: Aparecen juntas en el mismo versículo y corresponden a bondad amorosa (Jesed) y fuerza (Guevurá), las dos sefirot emocionales principales. Helá (חֶלְאָה) se considera un acrónimo de “enfermo de amor” (חולה אהבה), mientras que el valor de Naará (נערה) es 325, un número asociado en la Cabalá con los juicios severos de la sefirá de fuerza (Guevurá).[16]
- Efrat: Este nombre está claramente relacionado con la sefirá de belleza (Tiferet).
·
Los siguientes tres nombres
aparecen juntos y corresponden a las tres sefirot conductuales,
victoria, agradecimiento y fundamento. La llamaban Tzeret por la belleza
que tenía tan grande que otras mujeres sentían que estaba compitiendo contra
ellas (y ganando); por lo tanto, Tzeret corresponde a victoria. Su nombre Tzohar
significa que su rostro brillaba como lo hace el sol al mediodía, llamado tzahorayim
en hebreo; agradecimiento (hod) también significa esplendor. Los sabios
dicen que su belleza inspiró a los hombres a llevar regalos a sus esposas para
encontrar favor a sus ojos, una clara conexión con fundamento.
·
Finalmente, de acuerdo con
la opinión de que Púa es Miriam, correspondemos este nombre Púa con
reino. Púa significa literalmente arrullar, ya que Miriam lo haría con los
niños recién nacidos. Reinado se asocia directamente con la boca y con el
habla.
Nuestro partzuf completo es así,
Corona-keter
כתר
Miriam
Entendimiento - Biná בִּינָה Jeriot |
Sabiduría - Jojmá חָכְמָה Azuba |
||
|
Belleza-tiferet תִּפְאֶֶרֶת
Efrat
esplendor-hod הוֹד Tzohar |
victoria-netzaj נֶצַח Tzeret |
fundamento-iesod
יְסוֹד
Ethnan
reinado-maljut
מַלְכוּת
Púa
[1]
Éxodo 15:20
[2]
Ibid. 1:15
[3]
Ibíd. 1:21. A propósito, mencionemos que en cada parashá de la Torá hay una o
más frases cuyo valor es 913, el valor de la primera palabra de la Torá,
"En el principio" (בראשית).
Además de ser un fenómeno importante, su importancia radica en el entendimiento
de que todo lo que se relaciona con en el "principio" representa uno
de los propósitos detrás de la creación. En la parashat Shemot hay dos
frases de este tipo, y esta es la primera (וַיַּעַשׂ
לָהֶם בָּתִּים). Aparte de estas casas que representan el
sacerdocio y la realeza, como veremos en breve, también representan las
"Casas de Dios", es decir, el Primer y el Segundo Templo. El Tercer
Templo incluirá el espíritu del Primer y del Segundo Templo y, por lo tanto, es
la iteración final de las "casas" construidas en mérito del temor de
las parteras a Dios. Por lo tanto, el primer propósito de "En el
principio" en nuestra parashá es la construcción del Templo.
[4]
Proverbios 31:30
[5]
Éxodo 2:1
[6]
Ibid. 1:22
[7]
Berajot 61a.
[8]
Además, la experiencia interna de victoria es la confianza. A pesar de las
terribles circunstancias en las que Moisés fue colocado en una cesta en el
Nilo, ella continuó confiando en su profecía y esperó a ver qué sucedería. De
hecho, su confianza condujo a la vindicación y victoria de su profecía, y
Moisés fue salvado por la hija de Faraón.
[9]
Números 20:1-2
[10]
Deuteronomio 24:9
[11]
Vaikrá Rabá 1:3: "Rabí Simón, en nombre de Rabí Yehoshua ben Levi,
y Rabí Ḥama padre de Rabí Hoshaya, en nombre de Rav, dijeron: Crónicas fue dado
solo para exponer".
[12]
1 Crónicas 2:19
[13]
Ibid. v. 18.
[14]
Ibid. 4:5
[15]
Ibid. v. 7.
[16]
Véase Eitz Jaim 18:5
HISTORIAS
JASIDICAS
El Rebe Iosef Itzjak Schneersohn: CONFRONTACIÓN EN LA IESHIVÁ
El Rebe Iosef
Itzchak Schneersohn de Lubavitch (el Rayatz) nació el 12 de Tamuz de 5640
(1880) como hijo de su padre, el Rebe Shalom Dov Ber (el Rashab). A los quince
años, su padre lo nombró secretario para asuntos públicos y, a los diecisiete,
se casó con su esposa, la Rebetzin Nejama Dina, y asumió la dirección de la
Yeshivá Tomjei Temimim, que su padre acababa de fundar. En 5680 (1920), el Rebe
Rashab falleció, poco después del inicio de la Revolución Comunista. El Rebe
Rayatz lo sucedió, trabajando arduamente por el judaísmo en Rusia. Como
resultado, fue arrestado el 15 de Siván de 5687 (1927) por la GPU y condenado a
muerte. Sin embargo, bajo presión internacional, la pena fue conmutada a exilio
en la ciudad de Kostroma y, finalmente, a una liberación total. El 2 de Tevet
de 5700 (1939), fue rescatado de la Varsovia ocupada por los nazis y logró
llegar a Estados Unidos. Poco después, adquirió el famoso edificio de 770
Eastern Parkway, que fue su hogar y la sede mundial de Jabad. El Rebe Iosef Itzjak
Schneersohn falleció en Shabat Parashat Bo, el 10 de Shevat de 5710 (1950).
Exactamente un año después, fue sucedido por su yerno, el Rebe Menajem Mendel
Schneersohn.
El Rebe Iosef
Itzchak Schneersohn de Lubavitch (el Rayatz) nació el 12 de Tamuz de 5640
(1880) como hijo de su padre, el Rebe Shalom Dov Ber (el Rashab). A los quince
años, su padre lo nombró secretario para asuntos públicos y, a los diecisiete,
se casó con su esposa, la Rebetzin Nejama Dina, y asumió la dirección de la
Yeshivá Tomjei Temimim, que su padre acababa de fundar. En 5680 (1920), el Rebe
Rashab falleció, poco después del inicio de la Revolución Comunista. El Rebe
Rayatz lo sucedió, trabajando arduamente por el judaísmo en Rusia. Como
resultado, fue arrestado el 15 de Siván de 5687 (1927) por la GPU y condenado a
muerte. Sin embargo, bajo presión internacional, la pena fue conmutada a exilio
en la ciudad de Kostroma y, finalmente, a una liberación total. El 2 de Tevet
de 5700 (1939), fue rescatado de la Varsovia ocupada por los nazis y logró
llegar a Estados Unidos. Poco después, adquirió el famoso edificio de 770
Eastern Parkway, que fue su hogar y la sede mundial de Jabad. El Rebe Iosef Itzjak
Schneersohn falleció en Shabat Parashat Bo, el 10 de Shevat de 5710 (1950).
Exactamente un año después, fue sucedido por su yerno, el Rebe Menajem Mendel
Schneersohn.
La Confrontación en Lubavitch
En los años 5665-5666 (1905-1906), durante la Revolución Rusa, los rusos
se rebelaron contra el Zar y cometieron numerosos actos de insensatez.
Cualquiera que no estuviera de acuerdo con los rebeldes era condenado a muerte.
En Lubavitch también había un grupo de matones que causaban mucho
sufrimiento a los jasidim del Rebe en la localidad. Estos individuos emboscaban
a los estudiantes de la yeshivá y tendían trampas para convencerlos o forzarlos
a unirse a su pandilla de malhechores. Sus esfuerzos fueron en gran medida
infructuosos y solo lograron atraer a un muchacho a su grupo, llamado Berel
Tchernigover.
En ese momento, el Rebe Rayatz era el director de la Yeshivá Tomjei
Temimim. Llamó a los estudiantes de la yeshivá que eran físicamente fuertes e
inteligentes y les pidió que esperaran a Berel mientras caminaba por la calle
para llevarlo ante él. Los matones emboscaron a Berel y lo llevaron por la
fuerza ante el Rebe Rayatz, encerrándolo en la oficina de la yeshivá.
Cuando los malhechores que habían convencido a Berel de unirse a ellos
se enteraron de que el “gran pez” que habían atrapado había escapado de su
trampa, fueron a ver al Rebe Rayatz para quejarse. Alegaron que el muchacho les
pertenecía y que cómo se atrevía a llevárselo por la fuerza. Mostraron al Rebe
que tenían armas en su poder.
“En cuanto a las armas, no les tengo miedo”, dijo el Rebe. “Y con respecto
a su afirmación de que el muchacho les pertenece, lo tomé bajo mi
responsabilidad de sus padres. Estoy obligado a devolvérselo a su padre, y soy
responsable tanto de su bienestar físico como espiritual. Lo devolveré a sus
padres”. Los matones se marcharon con rostros enojados y vacíos, y al cabo de
unos días, el padre de Berel vino y lo llevó a casa.
Pocos días después, los matones regresaron, esta vez con pistolas, y el
Rebe Rashab y su hijo, el Rayatz, cerraron las puertas y ventanas de la
yeshivá. Los matones dispararon sus pistolas, y gracias a Dios nadie resultó
herido, aunque una o más balas se incrustaron en la pared.
Los estudiantes de la yeshivá tomaron las vigas de hierro que sostenían
sus camas y salieron a enfrentar a los matones. Un gran temor cayó sobre ellos,
y huyeron.
En su libro de memorias, los líderes del grupo de matones escribieron
que entre ellos habían sentenciado a muerte al Rebe Rayatz y a un estudiante de
la yeshivá llamado Shmuel Katsman, quien en ese momento estudiaba en Lubavitch.
Fue Shmuel Katsman quien desempeñó un papel crucial tanto en la captura de
Berel como en ahuyentar a los matones del patio.
____________
El jasid Reb Menajem Mendel Axelrod, que su sangre sea vengada, estaba
comprometido con la hija del jasid Reb Itzjak Rubinstein, que vivía en Moscú.
La ceremonia de compromiso tuvo lugar en Moscú alrededor del año 5662 (1902).
El Rebe Rayatz también se encontraba en Moscú en ese momento, y asistió a la
ceremonia de compromiso.
Al día siguiente del compromiso, el santo
Rebe le dijo: "Mendel, esta es tu primera vez en Moscú, ven y te mostraré
la ciudad." Cuando llegaron a una gran tienda de entonces en Moscú llamada
“Muir et Mirales,” el Rebe le dijo: “Aquí puedes encontrar cualquier cosa en el
mundo, vamos a entrar y a ver.” Mientras paseaban por la tienda departamental,
llegaron a la sección donde se exhibían navajas de bolsillo. El Rebe le mostró
al vendedor su navaja de bolsillo y dijo que quería comprar otra igual. El
vendedor le mostró varias navajas diferentes, pero ninguna era exactamente
igual a la navaja del Rebe.
[Extraído de los escritos del rabino
Yehuda Chitrik]
Orgullo interior de propiedad
¿Por qué
hemos combinado un relato simple y cotidiano sobre una salida de compras con la
historia de valentía contra los matones?
La respuesta se vuelve clara cuando contemplamos un poco
esta historia: el Rebe Rayatz encuentra especial interés en mostrarle al joven
novio que, incluso en la gran tienda, no hay cuchillo como el suyo. El orgullo
que uno siente al poseer un objeto particular es una señal de que el individuo
tiene un sentido interno de afinidad con ese objeto. Curiosamente, en el caso
del Rebe Rayatz, su afinidad interna estaba relacionada con los cuchillos, ya
fueran de bolsillo o de otra índole. El mundo de las armas no le era ajeno. No
temía a las pistolas de los jóvenes matones, y más adelante en su vida, mantuvo
la compostura frente a las pistolas de los investigadores de la policía secreta
comunista. Dado el grave peligro que enfrentó mientras seguía en la Rusia comunista
(tanto de parte de las autoridades como de los antisemitas), incluso se dice
que a veces portaba una pistola. Sin embargo, esta historia demuestra que había
algo más allá de su forma de lidiar con los matones o las armas.
Adornos
El tema de
las armas se trata en muchos contextos halájicos y legales en el Talmud. Desde
la impureza que las armas transmiten hasta la visión futura de Isaías cuando
esas mismas armas serán “convertidas en arados y en hoces.”[1]
Una de estas discusiones
aparece en el tratado de Shabat y aborda la cuestión de si las armas que porta
un soldado pueden ser llevadas durante el Shabat o no. Rabí Eliezer opina que está
permitido. Su razón, muy interesante, es que se consideran como adornos para el
soldado y, por lo tanto, no son una carga que no pueda transportarse.
Sin embargo, los otros sabios de su tiempo rechazaron su
punto de vista. Argumentan que debido a que eventualmente, en la era mesiánica,
las armas serán "vencidas... en rejas de arado, etc.", aunque un arma
pueda ser necesaria, no debe ser elogiada y, por lo tanto, no puede
considerarse como un adorno. Pero
Rabí Eliezer sostiene que, dado que aún necesitamos usar armas en nuestros
tiempos, eso es suficiente razón para considerarlas algo con lo que uno puede
adornarse. ¿Qué podemos aprender de este debate?
Deseos
Comencemos con la única aparición de la palabra
"cuchillo" (סַכִּין) en toda la Biblia:
""Pon un cuchillo en
tu garganta si eres una persona de espíritu"[2]
(וְשַׂמְתָּ שַׂכִּין בְּלֹעֶךָ אִם בַּעַל נֶפֶשׁ אָתָּה). Según los comentaristas, “una
persona de espíritu” aquí se refiere a alguien glotón, es decir, una “persona
de apetito,” ya que la palabra hebrea para “espíritu” (también traducida como
“alma” o “psique”) proviene de la raíz que significa “desear.”[3]
Por lo tanto, este versículo alude a la necesidad de contener el apetito.
Proverbios lo compara con cortar, por así decir, la cavidad oral que
continuamente anhela más y más comida. Sin embargo, el significado literal no
se pierde, y el versículo también puede referirse a una persona con un deseo
abrumador de intelectualismo. De cualquier manera, este versículo sigue el
dictado central de Jabad: que precisamente en aquello que deseas excesivamente
es donde debes ejercer control, recurriendo a la capacidad innata de la mente
para gobernar los deseos del corazón. Armados, por así decir, con este
versículo, ¿qué podemos decir sobre el significado interno del debate en cuanto
a ver un arma como un adorno?
Sumisión o Transformación, Guerra o Paz
Al igual que la vida misma, nuestro Servicio Divino se
divide en dos modalidades. A
veces la vida es un tiempo de guerra, y otras veces es un tiempo de paz (hasta
que finalmente, con la llegada del Mashíaj y la Redención verdadera y completa,
habrá paz eterna). El estado de guerra en el servicio Divino es la batalla que
libramos contra nuestra inclinación al mal. Este estado se conoce como itkafia
- el servicio de la sumisión. El
Tikunei Zohar lo describe como "el otro lado está
sometido" (אִתְכַּפְיָא סִטְרָא אַחְרָא).
El estado de paz en el
servicio Divino se refiere a cuando la inclinación al mal ha sido transformada
en una influencia positiva. El Tikunei Zohar describe este estado como ithapja,
y lo define como “la oscuridad se transforma en luz”" (אִתְהַפְכָא חֲשׁוֹכָא לִנְהוֹרָא).
En el
debate entre Rabí Eliezer y los sabios, el enfoque de estos últimos está en el
esperado fin de los días, cuando experimentaremos la transformación completa de
todo lo malo en bondad. Pero Rabí Eliezer, y de manera similar, el Rebe Rayatz,
aunque también anhelan la Redención, aprecian la belleza y la virtud que se
encuentran al enfrentar resueltamente y combatir el mal que sigue destruyendo
el mundo de Dios, ya sea este mal nuestra propia inclinación interna o enemigos
externos. Sostienen que es precisamente porque la santidad no teme luchar para
salir victoriosa que la gloria de Dios se eleva a los ojos de muchos.
[1]
Isaías 2:4
[2]
Proverbios 23:2
[3]
Véase por ejemplo Génesis 23:8
TU BISHVAT
EL HOMBRE, EL ÁRBOL INVERTIDO
Tu BiShvat, Tu BiShvat, el Año Nuevo de los Árboles, parece ser solo una celebración
de la naturaleza: un día que marca la renovación de los árboles y sus frutos.
Sin embargo, está escrito: “Porque el hombre es como el árbol del campo”.[1]
Si esto es así, Tu BiShvat también es una celebración de la renovación
humana, o más precisamente, de la renovación del árbol que llevamos dentro, de
ese aspecto de la humanidad que es “como un árbol”.
¿De qué
manera puede una persona compararse con un árbol? ¿Es realmente posible
equiparar nuestro propio crecimiento con el de un árbol?
Dos dimensiones del crecimiento
A primera
vista, el reino animal parece mucho más cercano a nosotros que el reino
vegetal. Sin embargo, en un aspecto crucial, las plantas son más similares a
los humanos que a los animales: mientras que los animales viven horizontalmente
(caminando en cuatro patas, arrastrándose o nadando), tanto las plantas como
los humanos se alzan verticalmente, hacia arriba.
Nuestra
postura erguida no es un detalle trivial de nuestra existencia; desempeña un
papel profundo en la configuración de nuestra conciencia y percepción de
nosotros mismos. Vivimos según “escalas de éxito”, “niveles de crecimiento” y
“jerarquías de competencia”. Distinguimos entre culturas “bajas”, “medias” y
“altas”. Tememos “caer” por la escalera social y aspiramos a “ascender” en
estatus, logros o autorrealización. Incluso nuestro lenguaje y metáforas están
impregnados de referencias a nuestra postura: “alcanzar nuevas alturas”,
“elevar nuestra perspectiva” o “escalar hasta la cima”. Todas estas expresiones
reflejan la profunda orientación vertical con la que percibimos el mundo.
Estas cualidades, por supuesto, no existen en las plantas.
Pero su forma erguida, el hecho de que se esfuercen incansablemente hacia
arriba, sirve como un reflejo terrenal y botánico de estas aspiraciones
humanas. El árbol del campo, con su paciencia y perseverancia a medida que
crece hacia arriba y extiende sus ramas hacia afuera, ilustra el impulso humano
para el crecimiento constante.
La manera
sencilla y directa de comparar a los seres humanos con los árboles es
imaginarnos “creciendo” hacia arriba desde el suelo. Al igual que los árboles,
recibimos nuestro sustento físico de la tierra y, como ellos, ascendemos hacia
los elevados reinos del pensamiento y la espiritualidad. Sin embargo, esta
imagen puede y debe complementarse con una segunda dimensión paralela de
crecimiento: visualizar a una persona como un árbol invertido, cuyas raíces
están en los cielos y cuyas ramas descienden hacia la tierra.
Al comparar
a la humanidad con los árboles, es esta última imagen la que debería ocupar un
lugar central en nuestra mente. Después de todo, somos más que simples árboles.
No somos solo árboles, sino seres humanos definidos por el alma que poseemos y
la conciencia de nuestras mentes. Mientras que la primera comparación resalta
nuestro crecimiento físico, la segunda ilustra nuestro crecimiento espiritual.
Extraemos inspiración de una fuente superior y damos frutos aquí en la tierra.
Esta inversión de la metáfora del árbol nos permite, por lo tanto, comparar a
los humanos con los árboles y, al mismo tiempo, preservar la distinción
esencial entre ambos.
Árboles y el Hombre: Una Anatomía Comparativa
Las partes
de un árbol pueden categorizarse de varias maneras. El enfoque cabalístico
divide el árbol en cuatro componentes principales: raíces, tronco, ramas y
frutos. Las raíces están ocultas bajo la tierra, desde donde extraen
nutrientes esenciales; el tronco forma el cuerpo principal del árbol y
sustenta su crecimiento hacia arriba; las ramas se extienden hacia los
lados y producen hojas (que complementan la nutrición del árbol mediante la
fotosíntesis); y, finalmente, muchos árboles producen frutos comestibles
que aportan nutrición a otras formas de vida.
Al trazar
una comparación entre estas partes del árbol y las partes de un ser humano, se
recurre a un modelo intermedio. En la Cabalá, el marco fundamental para las
estructuras con cuatro elementos es el Tetragrámaton, el inefable Nombre de
Cuatro Letras de Dios (י-הוה),
conocido como HaShem o Havaia. El Tetragrámaton como modelo es
particularmente apropiado aquí: dado que la humanidad es descrita como creada a
imagen de Dios, resulta adecuado describir la anatomía humana en
correspondencia con las letras de Su Nombre.
Al utilizar
el Tetragrámaton como modelo, este se escribe de arriba hacia abajo y se divide
en dos mitades. Las dos primeras letras, iud y hei (י-ה), un nombre sagrado de Dios por sí mismo, representan el
aspecto superior y oculto del modelo, mientras que las dos últimas letras, vav
y hei (ו-ה), representan su aspecto
mundano y revelado. Esta división refleja el versículo: “Las cosas ocultas
pertenecen a Havaia, nuestro Dios, pero las cosas reveladas nos
pertenecen a nosotros y a nuestros hijos” ".[2]
Al combinar este marco con las
partes del árbol invertido mencionadas anteriormente, emerge la siguiente
estructura:
Letra de Havaia |
Parte del árbol |
Iud - י |
Raíces |
Hei - ה |
Tronco |
Vav - ו |
Ramas |
Hei - ה |
Frutos |
Examinemos ahora cómo cada parte del árbol corresponde a una
etapa en el crecimiento espiritual de una persona.
Raíces
El primer y más elevado nivel del crecimiento espiritual de
una persona es la raíz de su alma. Así como el árbol extrae su fuerza vital de
la tierra, así también una persona extrae vitalidad e inspiración de la fuente
espiritual de su alma. Además, así como las raíces del árbol están ocultas a la
vista, así también la raíz del alma es invisible e intangible, existiendo más
allá del reino de la percepción - no debajo de la
tierra, sino metafóricamente plantada sobre los cielos, en el "suelo"
de la Divinidad, por así decirlo.
En el Tetragrámaton, la letra que corresponde a las raíces
es iud (י), la única letra del
alfabeto hebreo cuya forma es similar a una punta, y la única que aparece como
suspendida en el aire. Estos rasgos reflejan el hecho de que, en el nivel de la
raíz del alma, la individualidad de una persona no es más que una pequeña
semilla sin desarrollar - un núcleo que contiene todas sus habilidades y rasgos
en forma potencial.
Tronco
Cuando la raíz del alma brota, crece y se espesa, se
convierte en el tronco. En nuestra metáfora, el tronco representa una
personalidad bien desarrollada. Se nutre de la raíz, pero la expande en
círculos cada vez más amplios - como un nuevo anillo que se agrega al tronco
del árbol cada año. Esta expansión, en última instancia, transforma la raíz de
un mero comienzo puntual a una existencia voluminosa completamente formada.
En el Tetragrámaton, el tronco corresponde la primera hei
(ה). Juntas, el par de letras iud-hei
representan, respectivamente, la "mente" y el "corazón" de
todo el modelo o, en terminología cabalística, las sefirot de la sabiduría
(jojmá) y la comprensión (biná). La raíz del árbol corresponde a la
"mente", lo que significa que, en esta etapa, el alma es todavía una
idea abstracta, una visión de una persona que aún no se ha realizado. El
tronco, como el "corazón", introduce la vida y la emoción en la
visión inicial del alma, desarrollándola hasta convertirse en un ser complejo y
completo.
Ramas
Las dos
primeras etapas, principalmente la raíz, pero también el tronco, reflejan la
maduración interna de una persona en su mundo privado y oculto. El punto en el
que el individuo comienza a manifestarse realmente hacia el exterior es cuando
comienza a extender sus ramas, por así decirlo, alcanzando desde su reino
interno y conectándose con el mundo exterior.
Ramificarse
se expresa a través de viajar a diferentes lugares, experimentar diversos
aspectos de la vida y formar relaciones con los demás. El objetivo de
extenderse es principalmente absorber nuevas experiencias y aprender de ellas.
Del mismo modo, las hojas del árbol, como se mencionó, sintetizan la luz en
energía a través de la fotosíntesis, un proceso que refleja cómo un ser humano
recibe la abundancia del mundo material y la internaliza en su personalidad.
Esta etapa corresponde a la letra vav (ו) cuya forma alargada simboliza la dirección lineal de las ramas
en expansión y el mayor
descenso del alma en el mundo material.
Frutos
La etapa
final en el crecimiento del alma y su descenso hacia la realidad es la
producción de frutos para compartir con el mundo. Estos frutos se manifiestan
principalmente en forma de mitzvot (mandamientos) y buenas acciones, que
nutren y enriquecen a la sociedad y al entorno. Este es el propósito más
elevado del alma: descender al plano material y nutrirlo a través de los frutos
metafóricos que produce.
Este
elemento del árbol en el ser humano está representado por la segunda hei
(ה)
del Tetragrámaton, la misma letra que anteriormente simbolizaba el tronco y una
personalidad completamente desarrollada. En efecto, los frutos de una persona
son como cápsulas concentradas de su personalidad, a través de las cuales
esparce su semilla espiritual única e inspira a otros. A diferencia del par iud
y la hei superior, que forman por sí mismos un Nombre santo completo, la
conexión entre la vav y la hei inferior es más suelta, reflejando
la capacidad de separar los frutos y compartirlos con los demás.
En resumen,
- Letra: י (iud)
- Parte del árbol: Raíces
- Crecimiento espiritual: La esencia del punto del alma
- Letra: ה (hei)
- Parte del árbol: Tronco
- Crecimiento espiritual: Expansión hacia una
personalidad completa
- Letra: ו (vav)
- Parte del árbol: Ramas
- Crecimiento espiritual: Autorrealización a través del
compromiso con el mundo
- Letra: ה (hei)
- Parte del árbol: Frutos
- Crecimiento espiritual: Mitzvot y buenas acciones
compartidas con otros
Tu BiShvat – Reconectando
con la Raíz
Debido a la
separación entre los niveles ocultos del alma (las raíces y el tronco) y los
niveles revelados (las ramas y los frutos), con frecuencia sucumbimos a la
tendencia negativa de cortar la conexión entre ellos. Extendemos nuestras ramas
hacia el mundo, experimentamos diversos encuentros y actividades, y producimos
numerosos frutos en forma de palabras que pronunciamos, acciones que
realizamos, obras de arte que creamos y más. Sin embargo, con frecuencia - quizás
en la mayoría de los casos—estas expresiones carecen de la vitalidad única y
profunda de las raíces y el tronco de nuestra alma. Al hacerlo, cortamos
nuestras propias ramas y frutos de nuestro tronco y raíces.
Desde la
perspectiva humana, el propósito interno y profundo de Tu BiShvat es
replantarnos en nuestro suelo espiritual, infundiendo la esencia oculta de
nuestro ser en nuestra vida revelada. Esto se refleja maravillosamente en la
misma fecha de Tu BiShvat: el día 15 del undécimo mes (contando desde
Nisán, el primer mes según la Torá). Curiosamente, el número del día, 15,
equivale al valor numérico del par de letras iud y hei
(י־ה),
mientras que el número del mes, 11, ¡corresponde a vav y hei
(וה)!
Así, Tu BiShvat es la única fecha del año cuyo significado literalmente
es iud-hei dentro de vav-hei.
Esta idea
simboliza la infusión de los reinos ocultos en los revelados. En Tu
BiShvat, se nos llama a restaurar nuestra dignidad para ser comparados con
el árbol del campo, cuyos frutos externos derivan directamente de sus raíces
más profundas.
[1]
Deuteronomio 20:19
[2]
Deuteronomio 29:28
MÁS DE RABI SUSHA
Rabí Zusha de Anipoli solía vagar por caminos, ciudades y pueblos.
En una ocasión, al entrar en un cierto pueblo, vio a muchas personas vestidas de manera festiva, reunidas alrededor y esperando que comenzara una boda.
Parecía que había un retraso.
Se le explicó que la madre de la novia había perdido el dinero de la dote y no podía permitirse pagar por la boda, lo cual causó la demora.
Rabí Zusha caminó entre la multitud hasta encontrar a la madre de la novia. Se acercó a ella y le dijo:
“Escuché que perdiste la dote de tu hija. ¿Podrías, por favor, decirme en qué billetes estaba el dinero para que yo pueda ayudar a buscarlo?”
La madre de la novia le proporcionó los detalles.
Rabí Zusha le dijo:
“Creo que he encontrado tu dinero.
Permíteme ir a la posada donde estoy alojado y traértelo”.
Regresó después de media hora y dijo: “He encontrado tu dinero”. Todos se emocionaron y rápidamente se difundió la noticia de que la boda se celebraría según lo planeado.
Sin embargo, para gran sorpresa, Rabí Zusha anunció:
“Quiero llevarme un 30% de comisión, honorarios, de la dote”.
Todos comenzaron a gritarle:
“¡Estás loco! ¡Honorarios! ¡Ese dinero es para la boda! ¿Cómo te atreves?”
“Lo siento, pero creo que merezco honorarios y los quiero ahora”, respondió.
Como puedes imaginar, esto causó un gran alboroto. Toda la familia comenzó a golpearlo, le arrebataron el dinero de las manos y lo expulsaron del pueblo como si fuera un delincuente.
Meses después, el rabino del pueblo visitó al maestro de Rabí Zusha, el Maguid de Mezritch, quien continuaba el camino del Baal Shem Tov, y le relató lo sucedido:
“No entiendo.
Él es tu discípulo.
Esperaba que actuara con integridad.
¿Cómo pudo comportarse de manera tan egoísta?”
El Maguid de Mezritch llamó a Rabí Zusha y le dijo:
“Quiero que nos cuentes la verdadera historia de lo que ocurrió en el pueblo”.
Rabí Zusha se mostró reacio a contar lo sucedido.
Después de varias peticiones y negativas, el Maguid le dijo:
“Como tu Rebe, te ordeno que me cuentes la historia”.
Entonces Rabí Zusha explicó:
“Vagué de pueblo en pueblo para reunir dinero para la boda de mi hija.
Me llevó aproximadamente dos meses, pero finalmente conseguí suficiente dinero.
Cuando llegué a ese pueblo y escuché la triste historia de la dote perdida, decidí que, como la boda de mi hija era dentro de algunas semanas,
y esa boda iba a tener lugar en ese momento, lo correcto era tomar el dinero que había reunido y dárselo a esa familia.
Eso fue lo que hice.
Sin embargo, quería asegurarme de que nadie supiera lo que había hecho, así que le pregunté a la madre qué billetes específicos tenía, para que ella pensara que el dinero era el suyo.
Regresé a la posada donde estaba alojado, tomé la dote de mi hija y me dirigí al cambista para cambiar el dinero por los billetes que la madre había descrito.
En el camino, mi ego comenzó a hablarme:
“Zusha, ¿quién más en el mundo haría lo que estás haciendo ahora?
¿Quién más en el mundo tomaría el dinero que le llevó meses reunir para la boda de su hija y se lo daría a un extraño?
¿Quién más en el mundo es tan considerado y generoso como tú?”
Con cada paso que daba,
mi ego se hacía más fuerte y ruidoso.
Comprendí que si permitía que mi ego creciera, mis acciones serían casi insignificantes.
Sí, fue un gran sacrificio personal, pero mi ego estaba a punto de apoderarse por completo.
Sabía que tenía que encontrar la manera de hacer esta acción importante y, al mismo tiempo, destruir mi ego, para que no creciera con esta acción; así fue como se me ocurrió la idea de los honorarios, para poder realizar el acto de dar y, al mismo tiempo, reducir mi ego”.
*❣️ Shavua Tov Umevoraj ❣️*
HILULA DEL BABA SALI
Esta noche, en la víspera del 4 de Shevat, se conmemora la hilula de Rabí Israel Abujatzira, el sagrado Baba Sali.
El Baba Sali hakadosh estaba profundamente conectado con el Baal Shem Tov y con su camino.
Con motivo de su día de hilula, se cuenta una historia sobre él, según la narración de los emisarios de Jabad del Rebe de Lubavitch en la ciudad de Netivot: el rabino Shlomo Jaim Vizman y su esposa la rabanit Simjá.
Cuando la hija del Baba Sali, rabanit Esther (de bendita memoria), alcanzó la edad de casarse, se buscó un novio adecuado para ella.
Se presentaron varias propuestas para la ilustre novia.
Entre quienes proponían estaba el rabino Shlomo Jaim Vizman, quien sugirió a Rabí Yashir David Edrei, alumno de la yeshivá Tomjei Temimim en Kfar Jabad.
En la casa del tzadik debatían sobre a cuál de las propuestas aceptar.
El Baba Sali llamó al rabino Shlomo Jaim y le preguntó:
“¿El joven propuesto estudia en una yeshivá que sigue el camino del Baal Shem Tov hakadosh?”
Al entender que sí dio su aprobación para el matrimonio.
Rabí Yashir David Edrei y su esposa, la tzadeket Ester (de bendita memoria), establecieron una casa de Jabad y fundaron instituciones educativas en la ciudad de Netivot, logrando levantar una generación de justos y bendecidos.
DOS DIMENSIONES DEL CRECIMIENTO
✨
ESTUDIO DE JUDAÍSMO PARA TODOS ✨
PARASHÁ BESHALAJ
– “Y ENVIÓ”
AÑO NUEVO DE LOS ÁRBOLES
Tu BiShvat, el Año Nuevo de los Árboles,
parece ser solo una celebración de la naturaleza: un día que marca la
renovación de los árboles y sus frutos. Sin embargo, está escrito: "Porque
el hombre es como el árbol del campo." Si es así, Tu BiShvat
también es una celebración de la renovación humana, o más precisamente, de la
renovación del árbol dentro de nosotros, esa parte de nuestra humanidad que es
"como un árbol."
¿De qué manera puede compararse una
persona con un árbol? ¿Es realmente posible equiparar nuestro propio
crecimiento con el de un árbol?
RESUMEN DE LA PARASHÁ
La parashá
Beshalaj narra los acontecimientos inmediatamente después de la salida de los
israelitas de Egipto. Al principio, Dios los guía a través del desierto con una
columna de nube durante el día y una columna de fuego por la noche. Luego, el
faraón se arrepiente de haberlos dejado ir y los persigue con su ejército hasta
el Mar de los Juncos.
Dios divide el
mar para que los israelitas crucen en seco, y cuando los egipcios intentan
seguirlos, las aguas se cierran y los destruyen. En gratitud, Moisés y los
israelitas cantan el famoso “Cántico del Mar.” Miriam, la hermana de Moisés,
dirige a las mujeres en un canto de alabanza con tamboriles y danzas.
Después del
cruce, los israelitas enfrentan varios desafíos en el desierto: sufren por
falta de agua y comida, pero Dios les provee agua dulce y maná del cielo.
Aunque algunos dudan y prueban la paciencia divina, Dios sigue cuidando de
ellos. También deben enfrentarse a los amalekitas, quienes atacan a los más
débiles. Con la ayuda de Dios, los israelitas logran vencerlos.
En resumen,
Beshalaj relata milagrosas manifestaciones de la protección y provisión divina,
así como las primeras pruebas de fe y la consolidación de los israelitas como
un pueblo que depende de Dios en su camino hacia la libertad y la Tierra
Prometida.
14:7
Puntos de las charlas sagradas
Nuestros sabios
enseñan que el “naJash” (serpiente) representa la inclinación al mal. Se
destaca un detalle en la expresión del versículo “Te ganarás el pan con el
sudor de tu frente” (Génesis 3:19): el esfuerzo para el sustento debe limitarse
a las acciones físicas, mientras que la mente debe permanecer constantemente
inmersa en el estudio de la Torá. La idea de “romper su cabeza” implica someter
la mente del instinto negativo, para que la nuestra se dedique plenamente a la
santidad y a la Torá.
(Basado en Likutei Sijot, vol. 16, p. 160)
La “profesión” de la oración
Sobre el
versículo en la parashá Vaiegash que dice: “Tomaron el arte de sus ancestros”
(Génesis 14:7, y explicado por Rashi), encontramos que los Sabios utilizan la
palabra “omanut” (profesión, arte) para describir la oración. A primera
vista, parece curioso llamar a la oración una “profesión”, ya que este término
implica algo que se realiza de forma constante, mientras que la oración es
generalmente entendida como una súplica que uno eleva solo en momentos de
necesidad.
Sin embargo, una
explicación más profunda revela que el término “tefilá” (oración) se refiere,
en esencia, a una súplica al Creador para que satisfaga las necesidades del
individuo. En este sentido, la oración parecería ser principalmente para el
beneficio de la persona, permitiéndole recibir lo que necesita tanto material
como espiritualmente.
No obstante, el Rambám
(Maimónides) enseña en su introducción a las leyes de la oración que la mitzvá
de orar no se limita a pedir necesidades personales, sino que constituye
“servir al Eterno diariamente a través de la oración”. El propósito principal
de la oración no es solo satisfacer nuestras necesidades, sino acercarnos y
unirnos al Creador a través de este servicio diario.
Por esta razón,
los Sabios describen la súplica al Eterno como una “profesión” (omanut),
destacando que la oración no es solo un medio para resolver problemas
personales, sino que es una parte central del servicio a Dios. La oración es el
continuo compromiso espiritual del pueblo de Israel, no solo en tiempos de
dificultad, sino como una expresión constante de su relación con el Creador.
(Basado en
Likutei Sijot, vol. 11, p. 52 y ss.)
Puntos de charlas jasídicas sobre la redención y el
Mashíaj
Ventajas visibles de inmediato
A Ben Koziba
(Bar Kojba) se le reconocieron todas las virtudes, excepto aquella que se dice
del Rey Mashíaj: “Holerá y juzgará” (es decir, juzgará según el aroma). Por
ello, cuando lo probaron y descubrieron que carecía de esta cualidad, dejaron
de creer en él. Sin embargo, al Rey Mashíaj no será necesario probarlo, ya que
sus virtudes se reconocerán de inmediato.
(“Torat Menajem – Hitvaaduiot”, vol. 3, p. 30. Extraído de “Lekrat Shabat”)
La bendición de la Torá repetida y renovada
Cada día
recitamos la “Bendición de la Torá” una vez. Sin embargo, cuando un judío sube
a la Torá, realiza una bendición adicional, debido a la singularidad de leer
directamente del rollo de la Torá. Así será también en la redención completa:
cada vez que oigamos del Mashíaj nuevas e impresionantes revelaciones de la
Torá, bendeciremos nuevamente debido a la altura única de ese aprendizaje.
(“Torat Menajem
– Hitvaaduiot 5750”, vol. 3, p. 289. Extraído de “Lekrat Shabat”)
“Para el pequeño y el grande”
Respecto a las
revelaciones del tiempo futuro se dice: “Ya no enseñará más un hombre a su
prójimo… porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande”
(Jeremías 31:33). Es decir, en el futuro todos estudiarán Torá de forma
igualitaria, tanto el pequeño como el grande. La preparación para este nivel de
estudio igualitario es el estudio del Rambam, quien escribió su obra “Iad
Hajazaká” (Mishné Torá) para “el pequeño y el grande” por igual.
(Basado en
“Hadranim al HaRambam”, p. 156 y nota 137. Extraído de “Lekrat Shabat”)
“Montados sobre los hombros de gigantes”
Es bien conocido
el ejemplo que aparece en libros de ética judía: el enano que se para sobre los
hombros del gigante puede ver más lejos que el gigante mismo, a pesar de ser un
“enano”.
De manera
similar, las primeras generaciones de nuestro pueblo son como “gigantes”; eran
tan espiritualmente elevados que se decía de ellos: “Los primeros eran como
ángeles”. En contraste, nuestra generación es como un “enano” en comparación.
Sin embargo, dado que nuestro trabajo espiritual viene después del de las
generaciones anteriores, es precisamente gracias a nuestra labor que podemos
alcanzar la redención futura.
(Discurso de Ajarón Shel Pésaj 5742)
Los tefilín de Rabeinu Tam y la redención
El Zóhar
menciona que los tefilín de Rabeinu Tam están vinculados con la llegada del
Mashíaj. Dado que esto es así, y dado que ya se ha extendido la costumbre de
colocarlos, es apropiado y recomendable que todos comiencen a utilizarlos.
(Discurso de
Purim 5736. Extraído de “Lekrat Shabat”)
Juzgar por el aroma
En relación con
la cualidad del Mashíaj de “oler y juzgar” (es decir, juzgar según el aroma),
se explica que el aroma afecta directamente a la esencia del alma. Por esta
razón, cuando alguien pierde el conocimiento, el aroma puede reanimarlo al
despertar la vitalidad desde la profundidad del alma.
De manera similar, el juicio del Rey Mashíaj será tal que reconocerá la bondad
esencial de una persona, viendo los aspectos negativos no como inherentes a su
esencia, sino como algo externo.
(Ajarón
Shel Pésaj 5711. Extraído de “Lekrat Shabat”)
¿Qué preguntas se dirigirán a Moshé Rabenu y cómo decidirá el Sanedrín?
La Guemará (Nidá 70b) menciona que en los días del Mashíaj se consultará a
Moshé Rabenu y a Aarón sobre ciertas dudas. Estas preguntas se refieren a
tradiciones recibidas, es decir, halajot transmitidas desde el Sinaí y
preservadas a través de la tradición oral. En esos casos, se aclarará con Moshé
Rabenu si esa halajá fue recibida directamente del Sinaí o de otro modo.
Sin embargo, cuando se trate de temas que se deducen a través de los métodos de
interpretación halájica, que dependen de la opinión mayoritaria del Gran
Sanedrín, la decisión no será determinada por Moshé y Aarón (que son solo dos),
sino que requerirá el fallo de la mayoría del Sanedrín de 71 miembros.
(6 de Marjeshván, 5752. Extraído de “Lekrat Shabat”)
MAAMAR BATI LEGANI 5710
Atención a la
serie de yahrzeits de grandes tzadikim (de bendita memoria) que nos acompañarán
esta semana:
·
El 2 de Shevat, el Rabí
Zusha de Anipoli;
·
El 4 de Shevat, el Rabí
Moshe-Leib de Sassov (y en nuestra generación, también el Rabí Israel
Abuhatzeira, el Baba Sali)
·
El 5 de Shevat, el Sefat
Emet;
·
Y el 7 de Shevat, el Rabí
David de Lelov.
(Además, a lo
largo de este mes, conmemoraremos a figuras como el Rashash, el Rabí Mordejai
de Lechovitz, el primer Rebe de Alexander, el Rabí Iejezkel de Kozmir, el Rebe
de Kotzk y otros.)
En Jabad,
particularmente en la última generación, el mes de Shevat se asocia con la
conexión al tzadik, ya que el 10 de Shevat marca el yahrzeit del Rebe anterior,
el Rabí Yosef Yitzchak Schneersohn (el Rebe Rayatz), y el inicio del liderazgo
de su sucesor.
No solo
recordamos a tzadikim, sino también a grandes tzadikót: ¡cuatro! rabaniot de
Jabad fallecieron en el mes de Shevat:
- La Rabani Rabka (10 de Shevat)
- La Rabani Shterna-Sara (13 de Shevat)
- La Rabani Jaya-Mushka (22 de Shevat)
- Y la Rabani Menuja-Rachel (24 de Shevat).
¿Qué
significa conectar con un tzadik, por qué es importante y cómo se logra
correctamente?
BATI LEGANI 5725 –
El décimo día de
Shevat es el aniversario del fallecimiento de la abuela del Rebe, el Rebe
Rayatz, la madre del padre del Rebe Rashab, esposa de su abuelo el Rebe
Maharash (quien falleció en el año 5674). En esa misma fecha, también falleció
el propio Rebe Rayatz en el año 5710, y después del evento se supo que había
entregado un maamar (discurso jasídico) para su publicación, destinado
precisamente para el día de su fallecimiento.
En este maamar,
se cita un versículo que dice: “Vine a Mi Jardín” (Shir HaShirim). Este
versículo, dice el discurso, no solo menciona un jardín, sino “mi jardín”,
indicando el lugar donde Dios experimenta deleite y placer desde los tiempos de
la Creación. Originalmente, la Presencia Divina (Shejiná) residía
principalmente en los mundos inferiores. Sin embargo, el primer pecado cometido
en los inicios de la creación hizo que la Presencia Divina ascendiera desde la
tierra hacia el primer cielo. Con los sucesivos pecados, como los de Caín,
Enosh y las generaciones posteriores, la Shejiná continuó ascendiendo de un
cielo al siguiente, hasta llegar al séptimo cielo.
Por otro lado,
los actos de grandes tzadikim (justos) durante generaciones lograron que la
Shejiná regresara desde el séptimo cielo hacia la tierra. La revelación plena
de la Divinidad en la tierra se completó finalmente a través de la obra de
Moisés en la entrega de la Torá, y así la Presencia Divina volvió a estar
presente entre los seres humanos en este mundo inferior.
El pasaje
también hace referencia a la idea de que la residencia divina no se limita al
Tabernáculo o al Templo físico. Cuando la Torá dice: “Y habitaré entre ellos,”
utiliza el plural “entre ellos” en lugar de “entre él,” indicando que la
intención es que la Divinidad resida dentro de cada individuo del pueblo de
Israel. De este modo, cada persona puede convertirse en una morada para la
Presencia Divina, contribuyendo a la manifestación de la Divinidad en el mundo.
Cuando la
Divinidad regresa para residir plenamente en este mundo inferior, el lugar más
bajo, volvemos al estado original previo al pecado del Árbol del Conocimiento.
El Midrash citado al inicio subraya que la residencia de la Divinidad al
comienzo de la creación era similar a lo que experimentamos con la construcción
del Mishkán (Tabernáculo) y el Beit Hamikdash (Templo), devolviendo la
presencia divina al nivel inferior como era antes de aquel pecado primordial.
El propósito
final de esta residencia divina no es para los mundos superiores; más bien,
toda la secuencia descendente de la Divinidad a través de las diferentes etapas
de creación tiene como objetivo final el mundo físico y material. Este mundo,
en su estado más bajo, es donde se encuentra el mayor ocultamiento de la luz
divina, pero precisamente aquí es donde se revela el mayor propósito. Según el
Tania (capítulo 36), la verdadera meta no es un “arriba” o un “abajo” en
términos físicos, porque para Dios no existe tal diferenciación. Antes de la
creación, Dios era todo lo que existía, llenando todo espacio posible. Con la
creación del mundo, la “diferencia” no está en Dios mismo, sino en los
receptores de Su luz: las criaturas y los mundos inferiores que perciben Su
presencia a través de “vestimentas” que ocultan y limitan Su luz.
En última
instancia, el objetivo de la creación es que este mundo físico y material, el
nivel más bajo, se convierta en una morada para la Divinidad. Este propósito es
lo que genera mayor placer divino, porque implica la transformación de
oscuridad en luz y el sometimiento de las fuerzas negativas. El Zohar señala
que esta transformación, cuando la inclinación al mal (la “otra parte”) se
somete y convierte en un canal para el bien, eleva el honor de Dios en todos
los mundos.
Así, la mayor
revelación de luz divina ocurre en este mundo, más incluso que en los mundos
superiores. La Cabalá y el Jasidut explican que la luz divina se manifiesta en
dos formas principales: como “luz que rodea todos los mundos” y como “luz que
llena todos los mundos.” La primera es la manifestación infinita que brilla por
igual sobre toda la creación sin adaptarse específicamente a ninguna criatura.
La segunda es la luz que, aunque igualmente divina, se limita y adapta a las
características de cada mundo y ser, llenándolos interiormente. Este proceso de
revelación y adaptación crea las distintas jerarquías de mundos y seres,
permitiendo que cada uno reciba la luz divina de acuerdo a su nivel.
El concepto
central es la diferencia entre cómo la luz divina (el “Or Elokí”) se revela en
los diversos mundos y la forma en que es percibida. Mientras que en los mundos
superiores la luz divina se manifiesta con gran intensidad y claridad, en los
mundos inferiores la luz se reduce, está más oculta y velada. Esta diferencia
no reside en la luz misma, ya que el Creador es igualmente presente en todos
los lugares, sino en la capacidad de cada mundo y nivel de revelar y percibir
esa luz.
A lo largo del
proceso de la creación, se produce una transición desde lo oculto a lo
revelado, y desde lo superior a lo inferior. Los mundos más altos como Atzilut
(Emanación) están más cerca del Creador y experimentan menos ocultación,
mientras que los mundos más bajos, como Beriá (Creación), Yetzirá (Formación) y
Asiá (Acción), presentan un alejamiento gradual de la luz divina evidente, lo
que lleva a una realidad más limitada y definida.
El mundo de
Atzilut se describe no como una creación nueva de algo que no existía
previamente, sino como una “revelación de lo oculto”. Esto lo diferencia de los
mundos de Beriá, Yetzirá y Asiá, que se consideran un “algo” (yesh) creado a
partir de la “nada” (ayin). En Atzilut, aunque hay una estructura de diez
sefirot (atributos divinos), estas están tan íntimamente ligadas a lo Divino
que se consideran parte de la realidad misma de la Divinidad. Por otro lado, en
los mundos inferiores, la luz divina se adapta y se limita a las
características de cada nivel, lo que da lugar a la diversidad y las
restricciones que definen cada mundo y criatura.
Esta cadena de
ocultaciones y revelaciones no implica que el Creador esté más presente o menos
presente en algún lugar. Más bien, se trata de un proceso destinado a que los
seres creados puedan experimentar y reconocer la luz divina de acuerdo con su
nivel y capacidad. En última instancia, el propósito es que incluso el mundo
más bajo, el físico y material, sea capaz de revelar la Divinidad de una manera
única, cumpliendo así el objetivo final de la creación.
En resumen, esta
carta del Rebe de Lubavitch proporciona una guía detallada para el 10 de
Shevat, el aniversario (iahrtzeit) del fallecimiento de su suegro, el Rebe
anterior, el Rabí Yosef Yitzchak Schneersohn.
El Rebe describe
los siguientes puntos principales:
1. Aliot en Shabat: En el Shabat anterior al iahrtzeit, se
debe intentar que todos los presentes reciban aliot (subidas) a la Torá. Si no
hay suficientes aliot en una sola sala, se puede leer la Torá en habitaciones
separadas, pero no se debe aumentar la cantidad de aliot. La aliá de maftir
(final) debe ser dada, preferiblemente, a la persona más respetada del grupo,
elegida por mayoría o por sorteo.
2. Dirigir los servicios de oración: Durante el iahrtzeit,
se debe designar a diferentes individuos para dirigir las tres oraciones
diarias—Maariv (por la noche), Shajarit (por la mañana) y Minjá (por la
tarde)—de modo que más personas puedan participar.
3. Encender velas: Se debe encender una vela que arda
durante las 24 horas completas del iahrtzeit. Si es posible, se prefiere una
vela de cera. Además, se deben encender cinco velas durante los momentos de
oración.
4. Estudio de Torá y recitación del Kadish: Después de las
oraciones de la mañana, la persona que dirigió el servicio debe estudiar
secciones específicas de la Mishná y luego decir una breve frase de conclusión
seguida del Kadish del Rabino. También se deben leer en voz baja algunas líneas
del Tania.
5. Revisar el Maamar (discurso jasídico): En la noche del
iahrtzeit (después de Maariv) y nuevamente después de las oraciones de la
mañana, los participantes deben repasar una parte del maamar del Rebe anterior,
“Basi LeGani”, publicado justo antes de su fallecimiento. Esto puede hacerse de
memoria o leyendo el texto. Todo el discurso debe completarse después de Minjá.
6. Tzedaká (caridad): Por la mañana antes de las oraciones y
nuevamente antes de Minjá, todos deben dar caridad específicamente para causas
relacionadas con el Rebe anterior, tanto por ellos mismos como por cada miembro
de su familia.
7. Recitar un Pidión Nefesh (oración por el alma): Después
de las oraciones de la mañana y de repasar el maamar, cada persona debe
escribir y leer un “Pidión Nefesh”, imaginándose de pie ante el Rebe anterior.
Luego se debe colocar el mensaje entre las páginas de un maamar u otros
escritos del Rebe anterior y, si es posible, enviarlo el mismo día para que se
lea en su lugar de descanso.
8. Estudio de Mishná y realización de farbrenguens: A lo
largo del día, estudiar la Mishná correspondiente a las letras del nombre del
Rebe. Realizar reuniones jasídicas (farbrenguens) y dedicar tiempo para hablar
con los miembros de la familia sobre la vida y las enseñanzas del Rebe
anterior.
9. Alcance comunitario: Se alienta a las personas
capacitadas a visitar sinagogas locales y casas de estudio para compartir
enseñanzas y dichos del Rebe anterior, destacando su amor por cada judío y sus
iniciativas, como el Tehilim diario (Salmos), Jumash con comentarios de Rashi
y, donde corresponda, el estudio del Tania.
10. Involucrar
a la juventud: Visitar reuniones de jóvenes judíos y, cuando sea posible,
incluso jóvenes que aún no son observantes. Explicarles cuánto se preocupaba el
Rebe anterior por ellos, lo que esperaba de ellos, y su esperanza y confianza
de que finalmente cumplirían con su papel de fortalecer el judaísmo y difundir
la Torá.
La carta
concluye con una plegaria por la pronta llegada de la redención y la
resurrección de los justos, para que el Rebe anterior pueda nuevamente guiar a
sus seguidores en persona.
LECTURA DE LA TORÁ BESHALAJ - Y ENVIÓ 5785_1
SE CUMPLIERON LAS PROMESAS DE IOSEF Y DE SUS HERMANOS
¿Qué significa conectar con un tzadik,
por qué es importante y cómo se logra correctamente?
RESUMEN
La parashá Beshalaj narra los
acontecimientos inmediatamente después de la salida de los israelitas de
Egipto. Al principio, Dios los guía a través del desierto con una columna de
nube durante el día y una columna de fuego por la noche. Luego, el faraón se
arrepiente de haberlos dejado ir y los persigue con su ejército hasta el Mar de
los Juncos.
Shemot 13:17-22
17.
Y cuando Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los condujo por el camino de la
tierra de los filisteos, aunque estaba cerca, pues dijo Dios: “No sea que el
pueblo se arrepienta al ver la guerra y se regrese a Egipto.”
18.
Sino que Dios hizo que el pueblo rodeara por el camino del desierto, hacia el
Mar de los Juncos. Y los hijos de Israel subieron armados de la tierra de
Egipto.
19.
Y tomó Moshé los huesos de Iosef consigo, porque él había hecho jurar
solemnemente a los hijos de Israel, diciendo: “Dios ciertamente los recordará,
y entonces llevarán mis huesos con ustedes.”
20.
Partieron de Sucot y acamparon en Etam, al borde del desierto.
21.
Y el Eterno iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos
por el camino, y de noche en una columna de fuego para iluminarlos, para que
anduvieran día y noche.
22.
No se apartó la columna de nube durante el día ni la columna de fuego durante
la noche, delante del pueblo.
Estos
versículos describen el comienzo del viaje de los hijos de Israel tras la
salida de Egipto. Dios los guía hacia el desierto en lugar de llevarlos por el
camino más directo, con el propósito de fortalecerlos y evitar que se
arrepientan al enfrentar conflictos. Se menciona también cómo Moshé cumple el
juramento de trasladar los huesos de Iosef, y cómo la presencia divina se
manifiesta en columnas de nube y fuego para guiarlos en su travesía.
¿Por qué Moshé llevó el
arca de Yosef?
En
la parashá Vayejí, está escrito: “Sus hijos lo llevaron a la tierra de Canaán y
lo enterraron allí” (Génesis 50:13), y Rashí explica: “La tribu de Leví no
debía cargarlo, porque más adelante cargarían el Arca”. Sin embargo, en la
parashá Beshalaj (Éxodo 13:19), dice que “Moshé tomó consigo los huesos de
Yosef”, lo cual plantea una pregunta: ¿cómo es que Moshé, siendo un levita,
llevó el arca de Yosef si Leví estaba reservado para llevar el Arca Sagrada?
Los
comentaristas señalan que la tribu de Leví estaba exenta de la esclavitud en
Egipto debido a su futura misión de cargar el Arca del Pacto. Por esta razón,
los levitas no participaron en el trabajo forzado, como explican varias fuentes
tradicionales.
El
vínculo entre la ausencia de esclavitud y la responsabilidad de cargar el Arca
no es accidental. La esclavitud en Egipto comenzó solo después de la muerte de
Yaacov. Según Rashí, “cuando Yaacov falleció, los ojos y corazones de los
israelitas comenzaron a sufrir bajo la esclavitud.” Por lo tanto, la conexión
entre no cargar el ataúd de Yaacov y la exención de la esclavitud se vuelve
clara: los levitas no participaron en esa tarea porque estaban destinados a
llevar el Arca del Pacto en el futuro.
Sin
embargo, cuando se trata del arca de Yosef, la situación es diferente. Llevar
los huesos de Yosef no simbolizaba esclavitud, sino la esperanza de redención,
ya que Yosef les dijo: “Dios ciertamente los recordará y ustedes llevarán mis
huesos de aquí” (Éxodo 13:19). Este acto no representaba servidumbre, sino la
promesa de la liberación. Por esta razón, Moshé, como líder de la tribu de Leví
y redentor de Israel, fue el más adecuado para llevar el arca de Yosef.
Basado
en Likutei Sijot, Volumen 20, p. 237.
Rebe Zusha de Anapoli: ¿CÓMO LO SABE?
El Rebe Zusha, cuyo nombre completo era Meshulam Zusya de
Anipoli, era hijo de Rabi Eliezer Lipa, y Mirel, su madre, y era el mayor de
sus hermanos. Se acercó a su maestro, el Maguid de Mezritch, durante los años
de exilio que emprendió con su hermano Rabí Elimelej de Lizhensk, y se
convirtió en uno de sus discípulos más destacados. También disfrutó de una
relación muy cercana y personal con el Rebe Shneur Zalman de Liadi, el Alter
Rebe de Jabad, a pesar de una diferencia de edad de unos 40 años entre ellos.
El Alter Rebe se refirió al Rebe Zusha como el "Ministro de la Torá"
y solicitó su aprobación para el Tania. Exteriormente, el Rebe Zusha hizo todo
lo posible por parecer un hombre sencillo. Falleció en Anipoli el segundo día
de Shevat, 5560 (1800). En su lápida está escrito: "Aquí yace el santo...
siervo de Di-s con amor, que con alegría se enfrentó al sufrimiento, y sacó a
muchos del pecado".
Una vez, un hombre soñó que su padre, que
había fallecido varios años antes, se le acercaba, le agarraba por la fuerza y
trataba de persuadirle para que se convirtiera en apóstata y se convirtiera al
cristianismo. Si no escuchaba, amenazó su padre, sería castigado. Cuando el
hombre despertó, estaba muy asustado, pero lo atribuyó a alguna impureza
fortuita, animándose a sí mismo recordando el dicho de los sabios de que
"los sueños no marcan la diferencia a la hora de determinar la
conducta".[1]
En la segunda noche, volvió a ver a su padre
seduciéndole con palabras y persuasiones para que accediera a lo mismo; su
padre era implacable y no le dejaría ir hasta que prometiera hacerlo. Se
despertó de nuevo muy alarmado y no quiso decírselo a nadie. Estaba fuera de sí
y no sabía qué hacer, porque estaba avergonzado de relatar semejante sueño
sobre su padre. Una vez más, se animó a sí mismo en su corazón: es imposible
que el sueño sea cierto. ¡¿Cómo pudo un judío fallecido venir a persuadir a su
hijo para que hiciera algo tan terrible?! Era más probable que un judío
fallecido se acercara a alguien que había dejado el redil y tratara de
persuadirlo de que volviera a su santa fe. ¡Pero ciertamente no esto! De modo
que apartó el asunto de sus pensamientos por completo.
Hasta que llegó la tercera noche y su
difunto padre se acercó a él y le suplicó de todas las maneras posibles que
negara su fe y se convirtiera, Di-s no lo quiera, y le amenazó con castigos si
no cumplía con su voluntad.
Al ver que este no era un asunto trivial,
decidió viajar inmediatamente al santo Rebe Zusha de Anipoli. Le contó todo lo
que había sucedido de principio a fin. El Rebe Zusha le instruyó que cavara
alrededor de la tumba de su difunto padre hasta los lados del ataúd y realizara
una búsqueda exhaustiva, para ver si entre los terrones de tierra se escondía
algún pedazo de material o símbolo idólatra. Si encontraba algo así, el Rebe
Zusha le dijo que lo retirara y lo destruyera de inmediato, y entonces su difunto
padre encontraría la paz. El hombre hizo lo que el santo Rebe le dijo y, en
efecto, encontró un fragmento de un símbolo idólatra y lo destruyó. A partir de
entonces, el padre fallecido ya no acudió a su hijo con súplicas para que se
convirtiera.
La historia de los maravillosos consejos del
Rebe Zusha se difundieron por todas partes y finalmente llegó al famoso Ga'on
de Vilna. Esto fue durante la época de la extrema oposición de estos últimos al
Jasidut, a los jasidim y a sus justos líderes.
¿Crees que el consejo de Zusha fue
maravilloso o milagroso? preguntó retóricamente el Gaón. "Este asunto
exacto se discute explícitamente en el Talmud de Jerusalén. El Rebe Zusha no
estaba inspirado espiritualmente en absoluto. No hay ningún acto maravilloso
aquí".
A continuación, el Ga'on precedió a mostrar
la cita del Talmud de Jerusalén a la que se refería. Luego concluyó con las
siguientes palabras: "Pero hay un punto que sigue siendo maravilloso para
mí. ¿Cómo pudo Zusha haber sabido de este pasaje en el Talmud de Jerusalén?"
Estas palabras fueron dichas con cierta ironía, porque en ese tiempo se decía
de los jasidim y de sus rabinos que no estudiaban las leyes y
discusiones en el Talmud. Esto fue especialmente afirmado con respecto al santo
Rebe Zusha, quien hizo un esfuerzo consciente para ocultar su erudición, sus obras
y su piedad, todo con la mayor modestia. La gente pensaba que él no era un
erudito de la Torá e incluso su posición como daian, como juez, había
sido prácticamente olvidada. Por lo tanto, el Ga'on quedó asombrado por esta
historia.
Cuando el Rebe Zusha se enteró de la
respuesta del Ga'on de Vilna, dijo: "Él tiene toda la razón. Yo no sabía
nada de las palabras del Talmud de Jerusalén. Pero la misma fuente de la que el
Talmud de Jerusalén obtuvo este asunto también me fue revelada y pude responder
a la pregunta del hombre.
(de
Shivjei Tzadikim de R. Mendel Citron)
***
Cuando el Alter Rebe de Jabad estudiaba en
Mezritch, el santo Maguid, el Rebe Dov Ber le dijo una vez que había una
condena del pueblo judío en los mundos superiores porque en la escritura de las
letras en los rollos de la Torá, tefilín y mezuzot, no había
acuerdo entre las autoridades halájicas y los cabalistas. El Maguid instruyó al
Alter Rebe a estudiar cuidadosamente las palabras de las autoridades halájicas
y de los cabalistas, y a encontrar una manera de escribir las letras que
estuvieran de acuerdo con ambas reglas.
El Alter Rebe asumió esta sagrada tarea y,
después de algún tiempo, dibujó las formas de las letras de manera adecuada.
Cuando llevó la escritura a su santo maestro, le agradó, y le agradeció por su
trabajo, diciendo que en ese momento se anunció en la corte celestial que así
debía ser la forma de las letras.
Al día siguiente, el Alter Rebe abandonó
Mezritch, despidiéndose primero del Maguid, quien lo bendijo con un viaje
seguro. Su ruta lo llevó a través de Anipoli, donde llegó de noche cuando toda
la gente del pueblo estaba durmiendo. El Alter Rebe encontró una casa solitaria
con la luz de las velas iluminándola y buscó alojamiento allí. Esta casa
perteneció a Rabí David el escriba. Al entrar, el Alter Rebe encontró a Rabí
David sentado y escribiendo un rollo de la Torá. Se acercó silenciosamente a
Rabí David. Para su gran sorpresa, vio que estaba escribiendo las letras
exactamente como había innovado y mostrado al Maguid el día anterior, después
de mucho trabajo y esfuerzo. El Alter Rebe estaba asombrado, porque Rabí David
no había estado en Mezritch cuando presentó el escrito al Maguid. "¿Dónde
aprendiste este método de escribir las letras?", preguntó el Alter Rebe.
"No sé nada", respondió Rabí
David, "excepto que el santo Rebe Zusha [el Rebe Zusha vivió en Anipoli]
me dijo hoy que fue anunciado en la corte celestial que las letras debían
escribirse de esta manera; que esta era la forma que concuerda con las normas
tanto de las autoridades halájicas como de los cabalistas".
(de Rabí Shlomo Iosef Zevin, Sipurei
Jasidim)
Antes de la muerte del Maguid, escribió una carta a su hijo,
en la que describe la esencia de sus santos discípulos y le instruye a buscar
su ayuda después de su muerte. En la carta, describe que "la sabiduría, el
entendimiento y el conocimiento [del Rebe Shneur Zalman, el Alter Rebe] son
infinitos, y su primera visión es como una profecía menor". Sobre el Rebe
Zusha, escribió que "ha ascendido incluso más alto que este camino".
¿Cuál era entonces el camino del Rebe Zusha que había ascendido incluso más alto
que el del Alter Rebe?
Al ascender por
encima de la sabiduría y los otros poderes intelectuales, el Rebe Zusha se
aferra a la corona suprema misma. Las más altas revelaciones fluyen hacia él
desde la corona suprema, y el fuego que inflamó su alma se nutre de ella. Se
cuenta que en el momento en que su maestro, el Maguid, comenzaba a pronunciar
palabras de Torá, se llenaba tanto de una excitación incontrolable que
perturbaría a sus santos compañeros, y ellos tendrían que empujarle fuera de la
sala de estudio. Y maravilla de maravillas: cuando más tarde regresó a la sala
de estudio, pudo repetir todo lo que el Maguid le había enseñado como si él
mismo hubiera estado presente allí. El nivel al que el Rebe Zusha había
ascendido es descrito en la doctrina jasídica como el "El Faraón de
santidad" (פרעה דקדושה) - porque expresa una exposición (פריעה) - una revelación externa - de todas las
luces celestiales.
Es importante observar
(y este hecho se refleja de alguna manera en la segunda historia de arriba), que,
aunque el Rebe Zusha era un hombre de ardientes "revelaciones" y uno
de los discípulos más ancianos del Maguid, había una fuerte amistad entre él y
el Alter Rebe, el hombre de intelecto y orden, uno de los discípulos más
jóvenes del Maguid. El Alter Rebe a menudo instaba a sus justos compañeros a
"reducir el grado de revelación y aumentar los recipientes". Lo que
significa que la Divinidad que revelaron debería estar contenida dentro de
muchas cubiertas y recipientes que pudieran hacer que la revelación fuera
tolerable y no alterar el orden natural de la realidad. Esto se había
convertido en una necesidad crucial después de la muerte del Maguid, cuando
Jasidut comenzó a echar raíces en el mundo judío y había una necesidad de
mantener su estabilidad. Aun así, los recipientes rectificados del Alter Rebe
fueron diseñados para ser capaces de contener y transmitir todas las caóticas
revelaciones de la Divinidad del Rebe Zusha. La gran amistad entre los dos
amigos demuestra que esto es posible.
[1] Sanhedrin 30a
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