BS"D
SHEMOT שְׁמוֹת
Éxodo 1:1-6:1 Haftará: Isaias 27:6 - 28:13; Isaias 29:22-23
Contribuye con Gal Einai
UN MUNDO PEQUEÑO PARA CONTENER TU LUZ Y VITALIDAD
Estudio de Jasidut:
Epístola Sagrada – Igueret haKodesh
Carta 5 clase 4
Este mundo inferior, sin embargo, con la fuerza vital que se encuentra dentro de él, es demasiado pequeño para contener y soportar la luz y fuerza vital que emana de la "forma" y "lo interior" de las letras; [es demasiado pequeño] para que irradie y fluya en él sin ninguna vestimenta u ocultamiento como irradia y fluye a las almas y los ángeles. En cambio, la radiación y flujo viene y fluye a este mundo de la "materia", el "cuerpo", la "exterioridad" de las letras. Esto se denomina "aliento", [tal como el "cuerpo", el aspecto exterior de las letras del habla del hombre, deriva del aliento físico,] y se divide en los siete "alientos" de [el segundo versículo de] Eclesiastés, sobre los que el mundo se alza. Esta es "la expresión que surge de la boca de Di-s" que está investida en este mundo y todas sus huestes para animarlos; y en esta [expresión] está investida la "forma" de las letras del habla y el pensamiento [que emanan] de Sus santos atributos, y Su voluntad y sabiduría, etc., que están totalmente unidos al bendito Ein Sof. (Y esto es lo que el AríZal declaró, que los aspectos exteriores de los recipientes de [la sefirá de] maljut de [el Mundo de] Atzilut, a los que se alude con la hei [inferior] del Divino Nombre de Cuatro Letras, descendieron y se convirtieron en alma para el Mundo de Asiá). Así se enuncia asimismo en Tikuním, que la iud está en [el Mundo de] Atzilut..., [la hei superior en el Mundo de Beriá, la vav en el de Ietzirá,] y la hei inferior anida en [el Mundo de] Asiá.
UNIVERSIDAD DE LA TORÁ
PSICOLOGÍA DE LA TORÁ -
TORAT HANEFESH
LA LLAVE PARA EMERGER
DESDE UNA CONCIENCIA CONTRAÍDA
Mi cabeza no funciona, mi corazón está bloqueado, no puedo orar y no tengo fuerzas para nada. Me siento amenazado, todo me irrita, y todas las afirmaciones elevadas y hermosas me resultan lejanas y no tienen nada que ver conmigo en este momento. No tengo paciencia para ideales, todo lo que quiero es acurrucarme debajo de mi manta, sobrevivir este día y no ver a nadie. En resumen, estoy con una conciencia contraída.
A veces, caemos en un estado de una conciencia
contraída sin una razón aparente, a veces es la situación externa la que crea
tensión y presión. De una forma u otra cuando una persona está experimentando
una conciencia contraída está cautiva de sus inclinaciones naturales. Solo se
preocupa por sí mismo y se enfada con cualquier persona o cosa que crea que le
está haciendo daño. (A menudo ve a todo el que le rodea como una amenaza e
intenta distanciarse de él).
Uno de los fundamentos de las enseñanzas del Baal Shem
Tov es que debemos, y es posible, servir a Dios en cada situación y condición,
tanto en un estado de conciencia contraída como expandida. Como escribió el rey
Shlomó en Eclesiastés: “Estás en un buen día, sigue en lo bueno, en un mal día,
mira, Dios ha hecho uno opuesto a lo otro”.[1]
Dios está en todas partes, no solo en un lugar físico
sino también en un estado emocional. Esta creencia nos permite soportar la
situación, enfrentarla y servir a Dios mientras estamos en medio de ella.
Además, Dios vela por todo con Su Divina Providencia. No sólo Dios está conmigo
cuando me encuentro en mi estado de conciencia contraída, sino que es Él Quien
me puso allí y espera que actúe de una determinada manera. Él me da la fuerza
para superar la prueba y para servirLe aquí mientras la estoy afrontando. En
última instancia, Él también me liberará de la crisis y habré ganado algo
precioso.
Cuando damos otro paso adelante con este concepto
revelamos una clave muy importante para gestionar la conciencia contraída:
necesito fortalecer mi fe y confiar en que el Creador, mi Padre compasivo,
pronto me sacará de este lugar restringido y me llevará a un lugar de amplitud.
Mañana ya no estaré aquí, pero mientras estoy aquí hoy en este lugar puedo darLe
a Dios un placer único que no podré darLe cuando ya no esté aquí.
Dios obtiene un placer especial justamente de los clamores
del corazón desde dentro de la oscuridad, de un pequeño esfuerzo realizado en
medio de una dificultad aplastante, de la devoción y la buena voluntad cuando
la mente y el corazón están bloqueados y contraídos. Mañana, con la ayuda de
Dios, no estaré aquí, pero mientras estoy aquí me propongo dar Dios el mayor
placer posible con mi conciencia contraída.
Este pensamiento es mucho más que palabras de fortalecimiento
para ayudarnos a sobrellevar la situación o animarnos a mantener la cabeza fuera
del agua, ambas cosas importantes por sí mismas. Este pensamiento es la fuente
de la capacidad para emerger desde lo profundo de nuestro espacio contraído. En
un estado de conciencia contraída la persona se encierra en sí misma y se apoya
en consideraciones egoístas. Está motivada por factores que no son en aras
de Dios. Pensar en el placer especial que puede proporcionar a Dios, específicamente
desde su lugar contraído, le saca de sus pensamientos egoístas. En lugar de
pensar en sí mismo, en sus dificultades actuales y en la futilidad de sus
acciones, se acuerda de Dios y de su aspiración a darLe placer. Su conciencia
ha comenzado a transformarse en un estado de “en aras de Dios”.
Este es el significado profundo de “De dentro de no hacer
en aras del Cielo, se llega a hacer en aras del Cielo”.[2] "מתוך שלא לשמה בא לשמה", “mitoj
shelo lishmá, ba lishmá”. El punto interior de "no en aras del
Cielo", el propósito por el cual Dios nos trajo a este estado de
conciencia contraída es específicamente el servicio de "en aras del
Cielo", complacer a Dios. Cuando recordamos la oportunidad única que
tenemos de complacer a Dios en nuestro estado contraído, nuestra conciencia se
transforma y comenzamos a acceder a una conciencia expandida.
El Baal Shem Tov dice que a veces Dios pone a grandes personas en estados restringidos para que puedan identificarse con aquellos que están en un lugar más bajo y contraído y ayudarlos a emerger de allí (volver a Dios o incluso convertirse). Incluso cuando nos encontramos en un lugar contraído debemos permanecer en un estado de influenciar, con fe en que justamente esta caída nos permite preocuparnos por los demás. Y la preocupación por los demás es la clave para emerger desde la conciencia contraída a una nueva luz de expansión.
Parashá Shemot
EL REDENTOR ANÓNIMO
Los nombres decaen en el duro exilio
hasta que como una semilla en la tierra brota la redención
El
nombre de esta porción de la Torá, Shemot (שְׁמוֹת)
significa "Nombres". Sin embargo, aparte de la lista inicial de Iaacov
y sus hijos que bajaron a Egipto no se mencionan otros nombres propios hasta el
final de la parashá. Faraón es el nombre genérico de todos los reyes
egipcios, sin embargo, en esta porción incluso a él se le llama generalmente
"Rey de Egipto".
Los
sabios nos enseñan que los nombres de las parteras, Shifrá y Puá, son sus
seudónimos profesionales y no sus verdaderos nombres como afirma Rashi,[1]
Shifrá (שִׁפְרָה) es Iojeved, [llamada así] porque ella
mejoraba (מְשַׁפֶּרֶת, meshaperet) al recién nacido, y Puá (פּוּעָה, Puá) es Miriam, porque ella llamaba la
atención (פּוֹעָה, puá) del recién
nacido, y le hablaba y murmuraba como hacen las mujeres para calmar a un bebé
que llora.
Cuando
nace el niño destinado a ser el redentor de Israel no se revelan los nombres de
los miembros de su familia. El versículo dice de forma anónima: "Un hombre
de la casa de Levi tomó a una hija de Levi". El nombre Moshé tampoco se
menciona explícitamente. Cuando sus padres ya no pueden esconderlo su madre
[sin nombre] lo coloca en una canasta y su hermana [sin nombre] se queda junto
al río para ver qué le sucede. La hija del Faraón [sin nombre] lo saca del agua
“Y ella lo llamó Moshé”. Por fin alguien tiene un nombre en esta historia
anónima.
El Midrash
nos enseña que el Pueblo Judío mereció la redención de la esclavitud egipcia
porque,
No
cambiaron sus nombres. “Reubén” y “Shimón” descendieron a Egipto y “Reubén” y
“Shimón” ascendieron. No llamaron a Reubén “Rufus” y no llamaron a Shimón
“Luliani”, ni a Iosef “Listim” ni a Benjamín, “Alexander”.[2]
Parashat
Shemot
describe el trabajo duro y la miseria que sufrió el pueblo judío a manos de los
egipcios. Quizás el pueblo judío en Egipto ocultó su identidad por temor a ser
castigado por los esclavistas. De igual manera Miriam se quedó “lejos” para
cuidar a su hermanito en el río. Además de vivir con constante temor, estar exiliados
en un ambiente hostil y sufrir la esclavitud en condiciones infrahumanas
erosionan la personalidad de una persona. En nuestra generación también los desalmados
que perpetraron las atrocidades del Holocausto deshumanizaron a sus víctimas
despojándolas de su identidad.
Lo que hay en un nombre
Para
comprender más profundamente el significado de la no identidad debemos percatarnos
del valor de tener un nombre.
Cuando
los padres dan un nombre a su hijo, así nos enseñan los sabios, los inspira una
chispa de profecía. Sin saberlo, la elección de un nombre define la vocación y
el destino de su hijo en el mundo. Los sabios a menudo interpretan los nombres
de los personajes bíblicas según sus actos, como se mencionó anteriormente en
el Midrash con respecto a Shifrá y Puá. Nosotros también llegar a
comprender en cierta medida nuestra propia misión en la vida al meditar en
nuestro nombre judío y en los personajes bíblicos y talmúdicos que lo llevaron
antes que nosotros.
Mientras
el pueblo judío se tambaleaba bajo la pesada carga del exilio perdió de vista
su identidad. La angustia de la esclavitud oscureció la memoria de su destino
nacional, pero sin embargo nunca rechazaron sus nombres hebreos. Una semilla se
descompone en la tierra y cuando parece que no hay esperanza de supervivencia,
se abre camino hacia el cielo un nuevo brote verde de vida. Y fue así que
cuando el espíritu del Pueblo Judío había sido casi borrado brotó el redentor
de la tierra egipcia. “He aquí un hombre cuyo nombre es Tzemaj [צֶמַח] y de debajo de él brotará [יִצְמַח]”. El nombre del Mashiaj es Tzemaj (צֶמַח), que significa “planta”. El nombre del
redentor brota de un desierto árido desprovisto de todo nombre. Mashíaj (מָשִיחַ) es una permutación de las palabras “un
nombre vivo” (שֵׁם חַי, shem jai);
cuando el pueblo judío despierta de su letargo en el exilio también cobran vida
los nombres judíos.
El Jasidut
nos enseña que la “descomposición” experimentada en el exilio es la anulación
del ego. La total anulación permite que florezca una definición nueva y
refinada de la individualidad. Los nombres de los Hijos de Israel cuando
ascendieron desde Egipto eran los mismos nombres con los que descendieron, pero
sin embargo después de someterse al proceso de refinamiento en el horno de
hierro egipcio se les infundió una nueva vitalidad.
Almas sin nombre
Un
nombre es tan inherente a la personalidad de un individuo que es imposible
concebir a alguien sin un nombre. Pero en la esencia del alma hay un punto que
no tiene nombre. En este punto no hay un destino predestinado, “[el Pueblo de]
Israel no tiene mazal [destino]”[3]. Allí,
el alma es una “parte integral de Dios arriba”[4] no
identificable. En general somos incapaces de experimentar este punto de
Divinidad desnuda en nuestras almas, porque sale a la luz en momentos de gran
autosacrificio cuando estamos preparados para entregar no solo nuestra
identidad sino también nuestra propia existencia por una causa que está más
allá de nuestra comprensión. En ese momento cuando anulamos nuestras
identidades nuestro nombre se recrea con una definición nueva y refinada.
Cuando
el Faraón decretó que todos los recién nacidos varones debían ser arrojados al
Nilo el pueblo judío estuvo al borde de perder toda esperanza. El padre de Moshé,
Amram, se divorció de su esposa Iojeved para evitar perder más hijos por la
crueldad del Faraón. Debido a que Amram era un líder todo el pueblo hizo lo
mismo y se divorció de sus esposas. Entonces su hija Miriam (מִרְיָם) que nació en la amargura (מְרִירוּת,
merirut) del exilio se dio cuenta de que la separación de sus padres fue
un acto de desesperación: "¡El decreto del faraón es solo para los recién
nacidos varones, pero tu decreto afecta tanto a niños como a niñas!"[5]
reprendió a su padre. Posteriormente Amram se volvió a casar con Iojeved y de
su reunión nació Moshé. El autosacrificio en la diseminación del Pueblo Judío
en este momento de terrible peligro se hace evidente por la ausencia de sus
nombres en la Torá.
Una vez
que nació Moshé la raíz Divina del alma judía colectiva comenzó a brillar, como
la luz que apareció después de la oscuridad de la creación: “Ella [Iojeved] vio
que [Moshé] era bueno”, el redentor había llegado para iluminar las tinieblas
del exilio.
El Faraón
decretó: “Todo niño varón será arrojado al agua”, pero confiada en la compasión
de Dios Iojeved colocó a Moshé en una canasta en el Nilo: “Coloca tu carga
sobre Dios y Él te proveerá”.[6]
Al entregar nuestras almas a la compasión de Dios merecemos la redención.[7]
Todo esto ocurre mientras Moshé permanece sin nombre, antes de que su alma
descienda desde ese punto anónimo aferrado a lo Divino.
Cuando
la princesa egipcia sacó a Moshé del agua lo sacó de su estado de inexistencia,
y fue entonces que ella le dio su nombre a Moshé. Cuando lo leemos a la inversa
Moshé (מֹשֶׁה) es “el Nombre” (הַשֵׁם).
Al igual que la noche de insomnio de Ajashverosh en el Rollo de Ester, este fue
el momento en que hubo un giro de 180 grados en el Cielo, y el Pueblo Judío
brotó de la cultura egipcia que amenazaba con destruirlo. En la práctica en ese
momento nada cambió, permanecieron esclavizados en Egipto sin señales de
redención inminente durante otros ochenta años(!). No obstante, justo en ese
preciso instante estaba dando comienzo la era de la redención.
El
exilio egipcio comenzó con una dinastía de faraones sin nombre que oprimieron
al pueblo judío en un intento de eliminar toda señal de sus nombres e
identidades. Una opinión de los sabios afirma que la redención final estará
marcada por una dinastía de reyes mesiánicos justos quienes todos son llamados "David".
Será Mashíaj
quien revele el punto oculto de autosacrificio en el alma de todo judío, de
donde emergerá revitalizado con un nombre nuevo-antiguo: “David Melej Israel
jai vekaiam”, “¡David el rey de Israel vive y existe!”[8]
[1] Rashi,
Éxodo 1:15; otras opiniones se ofrecen en Sotá 11b
[2] Shir
Hashirim Rabá 4:25.
[3] Maor
Einaim, Likutim, oración que comienza “Cuando Abraham quiso” (כשרצה אברהם).
[4] Tania
cap. 2, de acuerdo a Iob 31:2.
[5] Sotá
12a
[6]
Salmos 55:23.
[7] El
valor numérico de “abandonar al alma” (כְּלוֹת הַנֶפֶש) es 891 (11 veces 92), el mismo valor
numérico de la familiar frase “El Éxodo de Egipto” (יְצִיאַת
מִצְרָים, ietziat Mitzraim).
[8] Rosh Hashaná 25a
PREGUNTAS AL RABINO
¿Mashíaj vendrás de los vivos o los muertos?
Pregunta: ¿Debemos identificar al Mashíaj con una persona
específica? Si es así, ¿tiene que ser alguien de esta generación o puede ser
del pasado?
Respuesta: En el Talmud está escrito que si el Mashíaj es desde los vivos es así y así, y si es desde los muertos es así y así. El ejemplo dado de alguien de entre los muertos es Daniel y el ejemplo de alguien de entre los vivos es Rebi (Rabi Iehuda Hanasi). Los sabios dejaron abierta esta pregunta. Si tratamos de encontrar un Mashíaj que viva ahora en esta generación tendremos que trabajar duro.
LIBRO DE SHEMOT – ÉXODO – שמות
PARASHÁ SHEMOT – NOMBRES
LAS PARTERAS SHIFRA Y PUÁ, y EL MESÍAS
Rabino Itzjak Ginsburgh
El nombre de esta parashá que también es el nombre del
segundo libro de la Torá es Shemot, שמות, que significa “nombres”. En español es llamado Éxodo porque la
principal historia al comienzo del libro es el éxodo del exilio de Egipto. ¿Por
qué su nombre [que es muy
significativo] es
NOMBRES? “Veeile Shemot”, “y estos son los nombres”. Al aferrarnos
fuertemente a nuestros nombres judíos, y al vivir conforme al significado
interior, el significado espiritual de nuestros nombres judíos, ameritamos ser
redimidos del exilio egipcio, que representa las limitaciones y confinamientos
de la vida. El poder de ser redimidos está en los nombres.
El primer par de nuevos nombres que aparece en esta
parashá son los de las parteras del pueblo judío, que ayudaban a dar a luz con mesirut
nefesh, autosacrificio a todos los niños de Israel en el exilio. Sus
nombres son שפרה y פועה, Shifra y Puá. Si meditamos en estos dos nombres y también
calculamos su guematria, Shifra es 585 y Puá es 161, y si los sumamos obtenemos
exactamente la palabra שמות, shemot,
nombres, 746. La manifestación más
esencial del poder del nombre es dar a luz nuevas almas que aunque en este
momento están en un estado de exilio, pero fueron redimidos inmediatamente del
exilio. Ese es el poder de los nombres de las dos parteras Shifra y Puá.
¿Cuál es la diferencia entre los dos nombres? ¿Cuánto hay que agregar a ese nombre 161, que es el de la hija, para llegar al de la madre, 585? Hay que agregarle a la hija para alcanzar a su madre 424. ¿Qué significa este número? משיח בן דוד = 424, Mashíaj ben David, Mesías el Hijo de David.
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PREPARACIÓN PARA SHABAT
Y EL CASO DE LOS LENTES ROTOS:
Estudio De Las Leyes De Acuerdo A La Ley De La Torá
Según el Shulján Aruj Admur Hazakén
14 Tevet 5783
Historias Para la salida de Shabat
Es costumbre
contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov todos los Motzaei Shabat,
la salida del Shabat por la noche en una comida de Melavé Malká,
acompañar a la novia (el Shabat).
Una segulá
para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de ellos, para
una vida buena y larga y para salud.
*🍷🕯🌿
Shavua
Tov 🌿🕯🍷
LOS AÑOS BUENOS
Los últimos 17 años de Iaacov en Egipto fueron los mejores
de su vida. Bueno en hebreo es tov, טוב, 17. Durante esos años alcanzó el propósito
supremo del servicio a Dios, que reconoce e integra en su ser “Dios es
bueno para todos y Su compasión está sobre todas sus criaturas”.
NADA ESTÁ PERDIDO
“Cuando la persona pierde la esperanza y piensa que es un
“caso perdido”, el buen consejo es que se case y traiga hijos al mundo.”
Cómo Dios inspira al arrepentimiento. Una historia para despedir al Shabat 🎻🎼
La historia me la contó el tío de mi padre (que no observa
la Torá ni las mitzvot) al mediodía de este Shabat:
Mi tío gestiona proyectos inmobiliarios en Ucrania, hasta la
guerra viajaba regularmente a Ucrania por negocios y tenía un apartamento en
Kiev. Enfrente del apartamento donde vivía una señora muy mayor de más de 90
años, que ya le resultaba difícil caminar de un lugar a otro y caminaba con
muletas. Su nombre era María y usaba regularmente un collar con una cruz.
De vez en cuando la mujer le preguntaba si le podía comprar
comida en la tienda de comestibles y otras cosas que necesitaba. Una vez,
cuando regresaba del trabajo por la noche, mientras todavía estaba sacando
cosas de la cajuela del auto la mujer corrió hacia él llorando y le dijo:
"Ven a mi casa, necesito mostrarte algo." Entró a la casa y ella le
mostró una caja de madera que estaba sobre la mesa. Ella no podía hablar por el
llanto y se hablaba con medias palabras. Abrió la caja lentamente y sacó un
talit. Mi tío se sorprendió, le dijo: "Es un talit". Ella lo miró y
siguió llorando incapaz de sacar las palabras de su boca.
Se acercó a la caja y vio que debajo del talit había
un cuadro. Toma la foto y ve personas con peot, un padre judío con peot
y barba y niños con peot y tzitzit. Ella señala a una niña
pequeña que estaba en la foto, y él se dio cuenta de que ella era esa niña. La
abrazó y comenzó a llorar con ella. Intentó sacar una palabra de su boca y
apenas dijo: "A..a..a..a..a..a... Soy judía... y mi nombre es
Miriam". Los dos lloraron juntos y entonces mi tío le dijo: "Voy a
llamar al rabino ahora para que venga aquí a ayudarte". Cuando ella
escuchó esto, le dijo: "¡No! ¡Que el rabino no venga aquí, ahora todos
sabrán que yo soy judía…!”
Ella comenzó a contarle que cuando tenía 13 años comenzó el terrible holocausto y los alemanes la sacaron a ella y a toda su familia del pueblo en un convoy hacia el punto de recolección, su padre caminaba detrás de ella y no dejaba de decirle: "¡Huye, Huye!" Durante la marcha cuando pasaron por un bosque, de repente comenzó a correr rápido hacia la espesura del bosque y logró escapar de los nazis. Se unió a los partisanos que estaban en el bosque, pero incluso cuando estaba con ellos no les reveló que era judía, porque ellos eran comunistas y también odiaban a los judíos. Así, incluso después de que terminó la guerra y ella volvió a la vida no le reveló a nadie que era judía. Se integró junto con los gentiles ucranianos y vivió como ellos como una cristiana, Hashem se apiade.
Después de que terminó la historia mi tío le preguntó:
"¿Pero por qué anduviste con la cruz todo el tiempo?" La mujer
respondió que todavía tenía miedo de los vecinos y de los gentiles que la
rodeaban. Mi tío llamó al rabino de Kiev, el rabino Asman, le contó la historia
y le preguntó "¿qué hacer?" El rabino le respondió: "Incluso
ahora ella todavía no es judía, no la trates como si fuera judía" (para no
revelar su verdadera identidad y protegerla) y en la práctica constantemente el
rabino se aseguró de enviarle a casa comida kosher y velas de Shabat para que
pudiera comportarse como una judía en su casa.
Mi tío estaba muy conmovido por toda la historia y mientras
tanto continuó con sus negocios como de costumbre, de ida y vuelta a Israel y
de regreso a Ucrania. Un día, unos dos años después de esta historia, regresó a
Ucrania nuevamente y vio afuera de la casa de la mujer a muchas mujeres
gentiles alrededor de la casa. Él les preguntó: "¿Qué pasó?" Las
mujeres le respondieron que María (Miriam), la mujer que vivía aquí murió esta
noche (mi tío dice que fue muy poco antes de llegar a su departamento en Kiev).
Rápidamente llamó al rabino y se aseguraron de que la 'Jevra
Kedisha', la Sociedad Sagrada, vinieran rápidamente para arreglar lo que
se necesitaba para que ella pudiera ser enterrada en la tumba judía. Cuando
llegó la 'Jevra Kedisha' y arregló lo que se necesitaba algunos
de los vecinos gentiles le dijeron a mi tío: "Sentimos que había algo
judío en ella, que era judía". Cuando mi tío llamó al rabino Asman, el
rabino le dijo: "Ahora ella es judía, y también será enterrada como
judía.”
Cuando mi tío terminó de contarme la historia me dijo: "¿Qué te parece?, ¿quién puede planear todos estos planes? ¿Y también que yo esté en contacto cercano con ella y ella haya tenido el coraje de revelarme que es judía?". Y después que yo aterrice en Kiev la misma noche en que ella falleció y proporcionarle una tumba judía: ¡Es solo Dios!
🍷🎼
Después de escuchar esta historia me emocioné mucho. Mi tío
no es observador de la Torá ni de las mitzvot, pero la emoción y lo que
eso provocó en él es algo especial. Incluso mientras lo contaba estaba muy
emocionado.
¡Realmente es “una historia del Baal Shem Tov! Cómo Dios
maneja la Providencia Individual para que esa mujer regrese a su judaísmo y
quién sabe lo que esto ha provocado y seguirá provocando en mi amado tío con la
ayuda de Dios.
---
Que esta historia
sea la curación completa del tío Richard Itzjak ben Avraham
---
La historia fue enviada en el grupo de historias 'Beohalei Tsadikim – Historias”, de Gal Einai, por Iehoshúa Jai Simji.
Que tengas una buena
y bendecida semana❣️
Rabino Jaim Frim
❤️❤️
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para Refuá Shlemá
para Lili Rivka bat Lea y Jana Miriam bat Lili Rivka
que tenga curación completa y larga y buena vida
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