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martes, 24 de diciembre de 2019

El Mes de Tevet


VIDEO CLIPS MEDITATIVOS
TEVET
Una historia para meditar
LO MÁS IMPORTANTE EN LA VIDA
¿Qué es lo más importante para ti en la vida?
Tu carrera, tu casa, tu auto, tu dinero, tu identidad, tu prestigio.
Piensa y luego lee la historia

En cierta ciudad de Austria había una sinagoga donde iban a poner la piedra fundamental del edificio.  Se remató el mérito de colocarla y la compró una persona muy rica del lugar.
De buen corazón y sin pedir nada a cambio, quiso honrar al rabino dándole su lugar.  El rabino, que era un gran sabio y tzadik aunque no sabemos su nombre, aceptó. Después de la ceremonia, llamó a la persona que lo había honrado y le dijo:
-          “Dime con qué bendición quieres que te bendiga, y se cumplirá”.
El hombre le dijo:
-           “hijos, no tengo hijos”.
-          “Un pedido muy difícil me has hecho”, le contestó el rabino, “de todas maneras te puedo asegurar hijos, pero bajo tres condiciones muy duras”: primera condición: perderás toda tu fortuna, segunda condición: vas a morir cuando tu esposa esté embarazada, tercera condición: tu esposa morirá después del parto. ¿Estás dispuesto a tener hijos?
-          Honorable rabino, para tomar una decisión como esta tengo que consultar a mi esposa, no puedo responsabilizarme por su vida.
 Consultó a su esposa, y esta sin pestañar le dijo:
-          “Dile al rabino que estoy dispuesta. Quiero hijos.”
Volvió al rabino con la respuesta firme. El rabino entonces hizo lo que tenía que hacer, le rezó a Hashem y sucedió tal como lo prometió. El hombre perdió toda su fortuna, luego cuando su esposa estaba embarazada se fue de este mundo, y un corto tiempo después del nacimiento alcanzó a dejar a su hijo con una señora muy rica que le prometió criar al niño como si fuera suyo. La mujer, viuda del Rebe de Brisk, se llamaba Eidl, lo tomó como yerno y este tomó su nombre como apellido, y fue nada menos que Rabi Shmuel Eidles, el Maharashá, (Austria 1555-1631).
 Era muy rica y a la pareja no le faltó nada, en su mérito nombró a su famoso libro de explicaciones sobre el Talmud, que por lo tanto lleva el nombre de su suegra. Sobre este hijo dijo el Baal Shem Tov que su tratado del Talmud fue escrito con Ruaj Hakodesh.
Hay tantas personas en el mundo que no saben qué es importante y qué es secundario.
Esta pareja entregó todo lo que tenía, su fortuna, su vida, pero al fin de cuentas ¿quién ganó más?
Si tienes hijos, y un hijo como este que fue un gran sabio que trajo tanta luz a Israel, vale más que todo lo que puedas hacer en la vida.  ¿20, 30 años de vida no darías por traer almas así al mundo? ¿Vale la pena esperar para casarse hasta que termines la carrera? ¿Para quién corres?  ¿Esperar y tomar medidas para evitar tener hijos? ¿Vale la pena pedir por cosas vanas sin saber que todo tiene su precio? ¿Primero está mi libertad, mi deseo, mi carrera?
La familia es la bendición y el fundamento con que Dios nos bendijo desde que creó al hombre y para eso nos creó.  Fue el primer precepto: fructificad y multiplicaos.  
No desperdicies tu vida ni la vida de tu alma gemela que te está esperando. No dejes esperando al alma que espera en el cielo que le des un cuerpo para vivir aquí en la Tierra y hacer una morada para Dios en este mundo.
  
Al final de la parashá “Y salió”, (Génesis 31:23) está escrito: “Y lo persiguió en el camino durante 7 días”. Labán persiguió a Iaacov cuando huyó de su casa con mujeres e hijos y todas sus posesiones. Porque en verdad todo le pertenecía a Iaacov, pero Labán se enojó muchísimo y lo persiguió durante siete días por el camino, así está escrito.
El Maguid da una explicación muy importante, fundamental para entender lo que nos sucede en este mundo. La motivación interior que tenía Labán para perseguir a Iaacov es que como nuestro patriarca es la columna de la Torá, amuda deemtzaita, la columna central del Árbol de la Vida, llamada Iaacov, tenía que lograr rescatar las chispas Divinas de la casa de Labán representadas por sus hijas, los niños y el ganado. Todo esto eran letras que en el futuro iban a revelarse al Pueblo de Israel y escribirse en la Torá para ser entregada por Moshé Rabeinu a los Hijos de Israel.
Todo eso estaba al principio en posesión de Labán el arameo, el ramaí-estafador. Iaacov logró extraer muchas de esas letras a través de trabajar duro durante muchos años, y en el futuro llegarían a ser muchas de las palabras de la Torá. Pero Labán en su inconsciente, en la raíz de su alma sabía que el cometido de Iaacov era rescatar esas letras de la Torá, y ahora sentía que Iaacov se estaba escapando sin avisarle, antes de tiempo porque todavía tenía muchas letras de la Torá que Iaacov no pudo extraer aun, muchas chispas Divinas. Por eso lo persiguió para que siguiera con su tarea y la completara del todo, extraer de Labán todas las letras de la Torá, de esa Torá de Iaacov que todavía permanecían con Labán.
Es una idea fabulosa, y de esta manera explica que así sucede con todo justo. Si el tzadik tiene acosadores y oponentes que lo persiguen, es porque inconscientemente saben que el tzadik tiene que rectificarlos, extraerles lo sagrado que hay en ellos y todavía no lo ha hecho. Por eso lo acosan para que termine la rectificación, sacar de ellos las chispas sagradas de acuerdo a la cualidad que caracteriza a cada justo, Iaacov es la misericordia, la Torá, Abraham el amor, e Itzjak el temor, etc. Cada tzadik tiene que extraer de sus oponentes las chispas de acuerdo a su misión particular, y si no lo hace entonces es como si esa cáscara impura, al acosar al justo le está rogando que lo haga, al perseguirlo y oponérsele de esa manera tan fuerte.
Entonces así comprendemos ante todo por qué hay acosadores y oponentes, y logramos extraerles, con la ayuda del Todopoderoso y tal como ellos lo piden íntimamente, inconscientemente, todas las chispas sagradas atrapadas en ellos.


SALIR DE BARBARIA

Está escrito: “no alejará de Él al alejado”. [Shmuel II 14:14]
Hashem tiene pensamientos, es decir, planifica desde un principio que por más lejos que caiga la persona al final tendrá que regresar, y solo entonces vendrá la redención. El Mashíaj se retrasa por ese que se encuentra en algún lugar lejano y todavía no regresó a su casa, “los perdidos en la tierra de Asiria”. [Ishaiahu 27:13]
Se explica esto en Jasidut con la enseñanza de los sabios [Midrash Raba, al Cantar de Los Cantares] “…uno de vosotros se exilió a Barbaria…”. Es decir que hay solo uno, ese único judío que se encuentra en el sitio más alejado llamado Barbaria, con todo el significado de la palabra “barbarie”. Y ese uno se exilió justo en ese lugar, Barbaria, que también se relaciona con birur, depurar. Debemos sacarlo de allí, y por sacarlo de Barbaria el Mashiaj se demora.
Entonces tenemos que reconocer esto, saber que también en nuestro interior quizás hay una chispa que también se exiló en Barbaria y necesitamos sacarla de allí. Hasta que no la saquemos de Barbaria el Mashiaj no puede venir. Con la ayuda de Hashem  podremos depurar a nuestra Barbaria interior, y dentro del pueblo todo con el  reunión de todos los exilados del pueblo de Israel de cada lugar donde se encuentren, rápidamente en nuestros días.

LA CARIDAD DEL EXILIO

Dicen los sabios que HaKadosh Baruj Hu hizo un acto de caridad-tzedaká con el pueblo de Israel al dispersarnos entre los pueblos. ¿Qué tzedaká hizo con nosotros? En Jasidut, la interpretación interior de tzedaká es darle a alguien una tarea, una finalidad en la vida.
Hashem, que nos envió y nos dispersó intencionalmente entre los pueblos del mundo, le encargó una misión a cada uno del pueblo de Israel. Cada judío tiene la misión y el cometido de rescatar chispas sagradas, encontrar conversos, almas judías dentro de cuerpos gentiles en cada lugar y lugar, es la tzedaká más grande. Pero en esta época esa caridad es a nivel de “dar en secreto calma la ira de Hashem”. [Proverbios 21:14] Y justamente como Hashem también nos da en secreto, no tenemos tan claro que esto es para nuestro bien y que viene de Él, de qué se trata exactamente, quién nos envía a nuestra misión para cumplir nuestra tarea.
Por eso necesitamos un sentido interior profundo para entender que todo lo que nos sucede, aunque a veces suframos, es parte de esa caridad. Hashem te da caridad, te da una tarea, una misión. En el futuro por venir, que sea ya mismo, con la llegada del rey Mashíaj se revelará todo. Veremos claramente cuál es esa misión, y en cierto sentido eso será después haberse cumplido el objetivo, cuando todo será perfecto y bueno y la redención haya llegado al mundo.
Entonces podremos sacar de ese cofre cerrado todo lo que sembramos en este mundo, así es la parábola, todos los diamantes y piedras preciosas que atrajimos de lo Alto con nuestras buenas acciones, pero hasta ahora estuvieron ocultos a nuestra vista porque nos fueron “dados en secreto” y no sabíamos qué había. Hoy en día, que Hashem nos dé en secreto tiene su lado bueno, porque no siempre logramos cumplir fielmente nuestra misión. Y si hoy supiéramos que en verdad Hashem nos está dando todo el tiempo misiones para recompensarnos y el no cumplirlas fielmente causaría el enojo del Creador. Esto se denomina “Y hasta lo hice” [1] refiriéndose a la misión en este mundo inferior, el mundo de la acción, Olam haAsiá. Pero como la dádiva es en secreto entonces no es tan grave, al contrario, eso aplaca Su enojo.
Nosotros no queremos que quede como un regalo en secreto, queremos que esta tzedaká de Di-s se revele y sea retroactiva. Que se descubra que hicimos todo lo que teníamos que hacer, como dice el Rebe de Lubavitch, que ya se completó la tarea de depuración de las chispas sagradas. Tiene que estar claro que todo lo que sucedió fue tzedaká, una misión que nos dio Hashem, bendito Sea. Y si cumplimos con nuestra misión tiene que venir obligatoriamente el Rey Mashíaj, ya mismo.
[1] Ishaiahu 43:7 – “Todo lo hice en Mi honor, lo creé, lo formé y hasta lo hice”]

LA VENTAJA DE LA DISPERSIÓN

Está escrito que el Mashíaj viene para revelar el significado de los taamei Torá, la entonación de los versículos de la Torá. Uno de ellos se llama pazer, פזר. Y este es un taam muy especial, es muy bello, se eleva muy alto en la entonación revelando una raíz muy elevada de determinada realidad.
Pazer significa dispersar, ¿y en qué contexto se lo nombra? Está escrito que el Creador hizo caridad, tzedaká con el pueblo de Israel al dispersarlo entre los pueblos del mundo. Mashíaj revelará el taam, el sabor, el placer, el buen gusto y conocimiento que hay en esta entonación, cuya raíz es muy elevada. Comienza muy bajo y se eleva muy alto.
Pazer también significa dispersión, como la persona dispersa que no se concentra, lo opuesto. También en el exilio estamos dispersos psíquicamente, internamente. ¿Hay algo bueno en esto de estar disperso? Teóricamente no es una buena condición. Sin embargo en Jasidut está escrito que hay un trabajo de depuración y rectificación que se realiza justamente en un estado en que la psiquis no está concentrada, dispersa. Está escrito que incluso los sabios y los intelectuales no pueden entender esto, esta depuración que se realiza en forma automática, y si la persona hubiera estado concentrada y mentalmente asentada, no hubiera podido realizar esta rectificación por sí mismo, solo estando disperso. Y por cierto es una caridad, y no cualquier mente puede entender esa virtud, lo bueno de la dispersión.
Otro significado de pazer en el lenguaje de los sabios del Talmud es “palo”. A veces hay que tomar un palo y pegarle a alguien para que cumpla correctamente la orden. Entonces también en esto encontramos el significado de la entonación pazer, aludiendo a que el Todopoderoso nos dispersa entre los pueblos del mundo para agregarnos conversos, conversos de ley y chispas sagradas.
Entonces todo esto es sumamente importante, dado que el Rey Mashíaj vendrá ya mismo para explicarnos con buen gusto y conocimiento, con el placer más excelso las entonaciones de la Torá, este taam especial de pazer.

LOS 72 NOMBRES Y LAS FALSAS CREENCIAS

Toda la Cabalá y los Nombres sagrados de Hashem, como los 72 Nombres y muchos otros Nombres sagrados, fueron dados para meditar en el poder especial de los mismos y apegarse al Di-s Vivo y Rey del Universo.
Para segulot materiales (objetos o palabras especiales), para atraer alguna bendición de sustento o cualquier otra cosa, para protección, para eso hay que orar a Hashem, extender las manos y abrir el corazón en plegaria. Es posible que uno piense que mientras se medita en cosas de Torá y la plegaria, pero no en un Nombre Sagrado es como apretar un botón y de repente sucede algo, esto es totalmente inválido, es una creencia completamente falsa. El Nombre Sagrado te ayuda a apegarte al Creador.

REVELAR LA CORONA SUPREMA DENTRO DEL EXILIO

Galut, גלות, “exilio”, tiene las mismas letras que gulat, גולת, bola o esfera de mármol, como en golat hakoteret, “cúspide o cénit”, lit. “bola de adorno sobre la columna del Templo”. [Ver Reyes I 7:41], ¿En qué se relacionan?
Está escrito: “Por detrás y por delante me has rodeado” [Tehilim 139:5] Aludiendo a lo más oculto (bajo), exiliado, alejado, y a la raíz más elevada de la Corona Suprema. Dentro del exilio también existe ese lugar excelso, aun antes de agregar una alef a golá-exilio, y transformarlo en redención, gueulá, גאולה.
Dentro del exilio más profundo hay una revelación de lo más excelso. Por eso está escrito que en el futuro vamos a lamentarnos y a añorar los años del exilio, a esa posibilidad que tenemos hoy de brindar la vida durante el exilio.
¿Cuál esa cúspide del servicio a Di-s para el pueblo de Israel? Es ese punto de mesirut nefesh por el cual el judío está dispuesto a dar la vida por Hashem y Su Torá. Y esto se revela especialmente en los tiempos difíciles, cuando “es un momento de sufrimiento para Iaacov pero de él será salvado” [Irmiahu 30:7]
Tenemos una oportunidad de oro para sacar a la luz nuestra parte más esencial, como dice el Rebe, ahora en los últimos momentos del exilio más profundo, y revelar en nuestra alma el lugar más elevado, la gulat hakoteret.

La raíz gramatical חל"צ, jet lamed tzadik, es muy interesante. Cuatro de sus combinaciones tienen significado, y cada una a su vez es una raíz en la Lengua Sagrada.
De חלצ, jalatz, derivan חלוץ, jalutz, pionero o rescate, לחלץ, lejaletz, rescatar. De חצ"ל deriva חציל, jatzil, berenjena. Puedes comer berenjenas para honrar al sagrado Shabat. Pero también está לח"צ, que da lajatz, לחץ, presión; no estés presionado por las berenjenas o porque tengas que estar a la vanguardia. Pero lo más importante es que haya hatzlajá, הצלחה, éxito, de la raíz צל"ח, y así tzalaj, צלח, ser útil. El pionero al final triunfa en la vida.
¿Quién es llamado “hombre exitoso” en la Torá? Iosef el justo especialmente, fue un hombre exitoso. Los sabios denominan a esto bar mazla, que tiene buena suerte en mérito a ese mazal que es la ayuda del Cielo. A través de su mazal desciende hacia él el flujo (nozel) de abundancia y ayuda desde la raíz de su alma, y así triunfa en todo lo que hace. Es decir, el pionero también sabe salir de los problemas, aunque esté un poco presionado se sobrepone a la presión. ¡Come una berenjena y es un hombre de éxito!
Meditemos en la sabiduría de la combinación de las letras, jojmat hatziruf. Las letras jet lamed tzadik, חל"צ, la base de esta raíz, están ordenadas según el alef bet, y en correspondencia con las sefirot intelectuales. La jet a jojmá-sabiduría, la lamed, llamada “la torre elevándose en el aire”, a biná-entendimiento y la tzadik a daat-conocimiento, en el eje central del árbol de la vida.
Significa que la raíz jalatz sigue el orden del alef bet, y también de jaba”d, jojmá, bina y daat (correspondientes a las letras iud hei vav del Nombre Havaiá, de donde provienen todas las letras). Y sabiendo esto, podemos conocer la correspondencia de cada combinación con cada atributo del corazón, a qué emoción pertenece. (Ver la Teoría de la Permutación Cabalística)
Así, jalatz es jesed, la “luz directa” y jalatz lo contrario, “la luz que retorna” de la sefirá de iesod. Y la combinación de jalatz es daat-biná-jojmá, y vav-hei-iud del Nombre Havaiá. Y así surge que concuerda exactamente con Iosef el justo, el hombre exitoso, que recibe su luz de jalatz, jesed de Abraham. Y a pesar que todo este concepto de ser pionero, jalutz, en general corresponde a la sefirá de victoria, netzaj, de acuerdo a la combinación de las letras jalatz corresponde a jesed, bondad, pero su luz que regresa es la sefirá de iesod que corresponde a tzalaj.
Que logremos ser pioneros y exitosos.
COMBINACIONES EXITOSAS: Y Queridos amigos, para entender este video es importante conocer la sabiduría de la combinación de las letras, jojmat hatziruf. Cada raíz de la lengua sagrada tiene tres letras, y por lo tanto se pueden combinar en 6 formas posibles. Estas 3 letras corresponden a las tres sefirot intelectuales jojmá-biná-daat, y las seis combinaciones a los 6 atributos del corazón. Los sabios de Israel conocen el significado de las palabras que existen de acuerdo a la sefirá a que corresponde su raíz. El rabino Ginsburgh nos está revelando esos secretos. Las raíces cuyo significado aún no se conoce serán reveladas por el Mashíaj, que venga pronto en nuestros días, Amen. Esto es algo que sólo existe en la lengua sagrada con que Di-s crea la realidad en todos sus detalles a cada instante de nuevo.



SOLDADOS DE VANGUARDIA
En mérito del soldado Elor Azariá, para larga vida.


Está escrito: “Cuando clame por Mí, Yo le responderé; con él estoy en la aflicción, Yo lo liberaré y lo honraré”. Es el final del capítulo 91 de Tehilim, parte de los últimos tres versículos del capítulo. Allí hay siete verbos que terminan con las letras hei vav, ה"ו, que suman 11, y 7 veces hei vav es עז, oz, “fortaleza”, este año 5777 “Que sea un año de Fortaleza.”
¿Cómo comienzan estos 3 versículos? [Tehilim 91:14-16]
14: “Por cuanto él Me desea, Yo lo liberaré; Yo lo fortaleceré por cuanto él conoce Mi Nombre.
15: “Cuando clame por Mí, Yo le responderé, con él estoy en la aflicción, Yo lo rescataré y lo honraré.”
16: “De larga vida lo colmaré y le mostraré Mi salvación.”
Los siete verbos corresponden a los atributos emocionales, relacionándolos desde jesed hasta maljut, donde netzaj en el medio es: “con él estoy en la aflicción, Yo lo rescataré…”
Por qué mérito Di-s nos rescata (mejaletz) y nos saca de la aflicción. Porque nosotros somos sus soldados de vanguardia (jalutzim) de Hashem. Como está escrito: “Recluten (hejaltzu) de entre ustedes hombres para el ejército” [Números 31:3] Somos soldados fieles, y no simplemente soldados sino aquellos que van al frente.
En un discurso jasídico muy básico que comienza con “Recluten” del Rebe HaRaShaB, Shalom Dovber de Lubavitch, explica que esto depende del atributo de amor al judío. La entrega de su vida del soldado de vanguardia al pueblo de Israel, mientras siente la unión con todo el pueblo de Israel.
Entonces, por el mérito de ser vanguardia, se cumple en nosotros: “con él estoy en la aflicción, Yo lo rescataré…” Nos saca y logramos la victoria, didan notzaj. Y junto con nosotros también todas las chispas sagradas, todo lo que todavía espera ser rescatado, para que venga la redención al pueblo de Israel y al mundo entero.
ISRAEL: LA PRIMERA COSECHA

Meditaremos en el secreto del exilio y la redención. En el Tana”j, (Torá, Profetas y Escritos) la parábola del exilio es sembrar en la tierra: “Y lo sembraré para Mí en la tierra.” [Oshea 2:25] y la redención es brotar, tzimijá. El Mashíaj es llamado tzemaj, “brote”, el brote del justo. “Tzemaj es su nombre y desde sus profundidades brotará.” [Zejariá 6:12]
¿Qué se siembra en el exilio y como resultado brota? Por supuesto se siembran el cumplimiento de los preceptos y las buenas acciones. Pero en esencia sembramos un potencial, la fuerza de la revelación de la Divinidad. Cada precepto que realizamos atesora dentro Divinidad. “Que nos santificaste con tus preceptos y nos ordenaste” significa que hay una determinada dimensión del Creador dentro de cada precepto que realizamos.
Hoy no lo vemos, pero en la redención se abrirá el cofre y repentinamente se revelará la gran luz que creamos en el transcurso de los años de exilio, y en realidad todo este mundo es exilio. El pueblo de Israel es llamado la cosecha, el brote que es la cosecha del Todopoderoso.
“Sagrado es Israel para Havaia, la primicia de su cosecha” [Irmiahu 2:3]
Al principio de la creación está escrito:
“Estas son las generaciones del Cielo y la Tierra y como fueron creados”. [Génesis 2:4], cuyas iniciales son תבואה, tvuá, “cosecha”.
Di-s creó el mundo para sembrar y cosechar, y la cosecha somos nosotros, que realizamos las mitzvot, los preceptos con los que nos santificó, “Sagrado es Israel para Hashem, la primicia de su cosecha”.
Otra combinación de las letras de cosecha, tvuá, es ואהבת, veahavta, “y amarás”: Y amarás a Havaia tu Di-s, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.” [Devarim 6:5]

SUFRIMIENTO Y RECOMPENSA

“De acuerdo al esfuerzo así es la recompensa” [Etica de los Padres 5:21]
El exilio y el esfuerzo y el sufrimiento que pasamos en este mundo son para recibir la recompensa de la revelación de la Gran Luz de Di-s que se revelará con la llegada del Mashíaj. La principal revelación de luz es la Torá, como dijeron los sabios: “Una nueva Torá saldrá de Mí”.
También la Torá que recibimos en el monte Sinaí fue en mérito del sufrimiento de los 210 años que estuvimos exiliados en Egipto. Pero ahora estamos en un exilio muy largo, donde “No vimos nuestras señales (de redención)”, [Tehilim 74:9] no sabemos cuándo es el final porque no se nos revela. Pero proporcional es la recompensa, la Torá Nueva, “La nueva Gran Luz iluminará sobre Tzión”, incomparablemente más luminosa que la que había hasta ahora.
También está escrito respecto al redentor mismo, Moshé Rabeinu: “Él es el primer redentor y él es el último redentor”. [Shemot, Midrash Rabá 82:4] Es la nueva y última edición de Moshé, el Rey Mashíaj, que tiene una potencia incomparablemente mayor, con una luz tremenda que se revela a los ojos de todo el mundo. Incluso mayor que la primera revelación de Moshé Rabeinu cuando nos sacó del exilio de Egipto y nos dio la Torá.
Esto es lo que estamos esperando, la Gran Luz, la recompensa de acuerdo al esfuerzo y al sufrimiento.

LA LUZ Y LA FUERZA EN LA ESENCIA DEL ALMA


 Cuanto más aumenta la oscuridad en la misma medida hay que fortalecer la fe y pasar la prueba, atravesar la oscuridad, “[Porque] Su ira dura sólo un momento, vivimos por Su Voluntad” [Tehilim 30:6]. Dentro de un instante todo se transformará y se revelará una luz muy grande.
Está escrito en Jasidut que hay dos conceptos relacionados entre sí, Or haEtzem, “la Luz de la Esencia”, (la expresión del alma que ilumina el mundo) y Coaj haEtzem, “la Fuerza de la Esencia” (la luz potencial del alma). En letras de Cabalá la Luz de la Esencia es el Nombre de Di-s M”á, mem hei, en guematria 45 (la luz para rectificar la realidad), y la Fuerza de la Esencia es el Nombre de Di-s Sa”g, samej guimel, en guematria 63 (la potencia que da origen a esa luz.)
Justamente en mérito del sufrimiento, de la dureza del exilio y toda clases de crisis que suceden en la vida del hombre en este mundo, “todas tus olas y hondas pasaron sobre mi” [Tehilim 42:8] dice el Rey David, así dice Ioná en el vientre del pez, por la oscuridad y el sufrimiento al final la luz de la esencia del alma, y la potencia o la fuerza de la esencia del alma, el Nombre M”a y el Nombre Sa”g, en el interior del alma se unen y este fenómeno de la conexión de la luz de la esencia y la fuerza de la esencia es en sí misma la llegada del Mashíaj.

OJALÁ HUBIESES SIDO MI HERMANO

Al final de El Cantar de los Cantares [8:1], la novia se dirige al novio y le dice: “Oh, si fueras como un hermano para mí, [mamando de los pechos de mi madre]”, ojala hubieras sido mi hermano.
En los libros de Cabalá está escrito que esta palabra “como un hermano”, כאח, caf alef jet, tiene un secreto en sus letras. Son las iniciales de כח אור חיות, coaj or jaiut, “fuerza, luz, vitalidad”. Cuando queremos unificar en nuestra psiquis la “fuerza”, la potencia, la capacidad de superar una prueba, con la “luz”, la revelación de la Divinidad, lo bueno en nuestra alma ¿cómo podemos hacerlo? Por medio de la “vitalidad”, cuando la persona vive con fe.
El ruego la novia “ojala hubieras sido como mi hermano”, es la manifestación en este mundo del Creador redimiéndome, como mi Mashíaj. La llegada del Mashíaj es “así como el deleite del novio sobre la novia [deléitate sobre mí, Mi Creador”, Ishaiahu 62:5]
El Mashíaj que hay dentro de cada uno de nosotros es “como un hermano para mí”, mi fuerza que se conecta con mi luz por medio de la vitalidad en mi servicio a Hashem Bendito Sea.

YO TE AMO A TI


Todos conocemos el dicho de Rabí Akiva que “y amarás a tu prójimo como a ti mismo”, este es un gran principio de la Torá.
Está escrito “y amarás a tu prójimo como a ti mismo, Yo soy Havaiá” [Vaikrá 19.18] En la Torá hay muchos preceptos que después de enunciados está escrito “Yo soy Havaiá”, Yo soy Di-s. ¿Por qué Di-s lo subraya después del precepto, y en especial en este precepto que es el gran principio de la toda la Torá?
Está escrito que “Yo” es la Shejiná, la Presencia Divina. Hillel el anciano, el más humilde de todos los hombres, dijo “si Yo [estoy] aquí, todo [está] aquí”. [Tratado Sucá 53a] Lo dijo durante el festejo de Simjat Beit HaShoeva. Es decir, si la Presencia Divina –llamada Yo- está aquí, todo está aquí. ¿Qué es “todo”? El Todopoderoso, porque en todo lo que existe hizo una la unificación del Todopoderoso y su Presencia Divina.
La principal unificación del Todopoderoso y su Presencia Divina, que en esencia es Yo soy Havaiá, donde “Yo” es la Shejiná y Havaiá es el Todopoderoso, es que la Shejiná en verdad se inviste dentro de mi “yo”, salvo que mi “yo” se anula al verdadero Yo, que es el Yo de Hashem.
Entonces también el precepto principal más grande y fundamental de todos es que yo te amo a ti, de verdad. Por lo tanto “a ti” es la revelación del Todopoderoso en ti; y “yo”, ese “yo” que te ama a ti es mi “yo”, la Presencia Divina.
Por eso está escrito “y amarás a tu prójimo como a ti mismo, Yo soy Havaia”.

DOLORES DEL PARTO DEL MASHÍAJ

La época del exilio, inmediatamente antes de la llegada del Mashíaj en particular, se llama jevlei Mashíaj, dolores de parto. Nace el Mashíaj, una revelación nueva que nace dentro de la realidad.
Antes de toda revelación y de todo nacimiento hay dolores de parto, pueden ser también contracciones de parto [tzririm] y molestias, limitaciones [tzar] y sufrimiento [tzaar]. Pero también está escrito “´parcelas [javalim, lit. cuerdas para medir] han caído sobre mí en lugares placenteros” [Tehilim 16:6], hay dolores [lit. cordón] placenteros. “Porque parte de Havaiá es Su pueblo, Iaacov es la cuerda [jevel] de su herencia”. [Números 32:9] Hay un cordón umbilical que conecta al bebé con el útero su madre hasta su ombligo.
También javal, “lástima”, como en Sanhedrin 111a “Lástima por aquellos que ya no están y ya no hay como ellos”. En los días de la redención vamos a añorar de verdad los dolores de parto del Mashíaj. Y nos lamentaremos recordando esa entrega incondicional y el poderoso anhelo de la redención que tuvimos, y Di-s no quiera que ya no tengamos más. Porque la esencia del judío, la esencia del Mashíaj se revela con los dolores de parto y en cierta medida más la esencia incluso que el mismo Mashíaj que aparecerá de repente.
Quiera Di-s ayudarnos a lograr ambas cosas juntas, porque nosotros como Pueblo de Israel existimos como conciliación de las paradojas. Que ameritemos el nacimiento y también todas las “porciones que cayeron sobre mí en lugares placenteros”, toda la belleza y el placer de entregar la vida por los dolores de parto del Mashíaj.

LA PREPARACIÓN PARA EL PARTO: BRIT MILÁ


¿Cuánto suma en guematria la expresión “dolores de parto”, חבלי לידה? Jeblei, “dolores de” suma 50. Leidá, “parto” suma 49, uno menos. Es decir que leidá más el colel, (agregando 1) es igual que jeblei. ¿Pero cuánto suma todo junto “dolores del parto”? 99
¿Qué ocurrió cuando Abraham Avinu tenía 99 años? Hashem le ordenó circuncidarse, que fue la preparación previa para que pueda dar a luz cimiente verdadera, cimiente sagrada, que es en esencia de Itzjak Avinu. ¿Cuándo nació Itzjak? Un año más tarde, cuanto Abraham tenía 100 años.
El nacimiento en sí mismo, el nacimiento de la redención está en el nivel de 100. 100 es la compleción de 10 veces 10, iud veces iud, יוד פעמים יוד, cuyas iniciales son iud pei iud, es יפי, iofi, “belleza”.
Pero los dolores de parto, su preparación previa, es el secreto del brit milá que es 99, guematria “dolores del parto”.

EL NACIMIENTO QUE ESTAMOS ESPERANDO

Sobre los dolores de parto y el nacimiento mismo está dicho: [Irmiahu 30:7] “Es un momento de sufrimiento para Iaacov y de él será redimido”. El momento de sufrimiento son los dolores de parto, “pero de él”, a partir de esa situación de sufrimiento, será redimido, porque la redención es el nacimiento mismo.
Todo se relaciona justamente con Iaacov Avinu, el elegido de los patriarcas, “Es un momento de sufrimiento para Iaacov y de él será redimido”, en el nacimiento. ¿Por qué justamente Iaacov? Iaacov atravesó el paso de Iabok. Paso [maabar, מעבר] es como preñez, ibur, עיבור, embarazo. ¿Qué es Iabok, יבק? En Cabalá son las iniciales de “unión, bendición, santidad”, ijud brajá kedushá.
La cama de Iaacov es perfecta, y todo depende de la santidad de la unión marital del judío, del hombre judío y la mujer judía. La unión es bendición y santidad, y la unión sagrada produce “cimiente sagrada bendijo Dios”. La principal cimiente sagrada que bendice Dios es en esencia el nacimiento que estamos esperando, el nacimiento del Rey Mashíaj.
DEL MIEDO A LA ALEGRÍA


Está escrito: [Bereshit 31:42] “Pajad Itzjak”, “El miedo de Itzjak (יצחק)”. El miedo del exilio pasa a ser una enorme risa, tzjok, צחוק en la época de la redención. El miedo de la mujer próxima a parir con sus dolores de parto, sus contracciones, en un instante se transforma en una gran risa al abrazar al bebé que nació para buena suerte.
Así se tiene que meditar y vivenciar, que un instante antes de la redención hay miedo, pero luego de un instante pasa a ser una gran carcajada y un agradecimiento con infinita alegría al Todopoderoso, por haberme dado, por habernos dado este niño, porque ese niño es el Mashíaj.
NUESTRO PADRE ERES TÚ

 “El miedo de Itzjak”, [Bereshit 31:42] “Pajad Itzjak”, es un apelativo del Todopoderoso en la vivencia de Itzjak Avinu. Si el miedo es por los dolores de parto y Itzjak porque nació hijo, “¡nos nació un hijo!” ¿Quién es este hijo? Es el mismo Itzjak, porque su nombre Itzjak es por “una risa, tzjok, ha hecho Elokim de mí, quien lo oiga se reirá de mí”. [Bereshit 21:6]
Justamente sobre Itzjak está escrito que en el futuro por venir se dirá sobre él “Porque Tú eres nuestro padre”, [Tratado de Shabat 89b] nuestro padre eres tú, más que Abraham y que Iaacov. A pesar de que Iaacov era preferido de los patriarcas. Pero el padre, la alegría, la risa es nuestro padre, es de Itzjak Avinu. En realidad él es el niño, es decir que ese niño que nació, esa risa que nació es en esencia el padre.
¿Cuál es la alusión? Al calcular la guematria de “Miedo de Itzjak”, vemos que suma 300, la letra shin, ש. ¿Qué otra expresión de la Torá suma 300, shin? Ben Abraham, hijo de Abraham. “Y esta es la descendencia de Itzjak hijo de Abraham, Abraham engendró a Itzjak”. [Bereshit 25:19] Por un lado es el hijo de nuestro patriarca Itzjak, el hijo del amor, el fruto del tremendo amor del Santo Bendito Sea por la congregación de Israel. Ese mismo hijo de Abraham es el Miedo de Itzjak, ese Itzjak es en realidad “Nuestro Padre eres Tú”.

“PREÑEZ, ALUMBRAMIENTO
Y OTRO ALUMBRAMIENTO”


De acuerdo con la Cabalá cada mes tiene un sentido o facultad. El sentido del mes de Tevet es caas, la cólera. ¿Qué clase de sentido es la cólera? Por un lado está escrito: [Tratado de Berajot 5a] “La persona siempre tiene que enojarse con el buen instinto contra el mal instinto”. Lo bueno en mi tiene que encolerizarse con lo malo en mi para anularlo y neutralizar el mal en mí.
Uno de los sinónimos en la lengua sagrada de cólera, caas, es evrá, עברה. Está escrito que este concepto se relaciona con ibur, עיבור, “preñez”, como “mujer preñada”. ¿Por ella qué se enoja? En cierto sentido la cólera significa un estado de inmadurez, katnut mojin. Pero tiene su lado bueno porque nos protege del ingreso o la aparición de factores perjudiciales. Cuando alguien se cuida muy bien a sí mismo, como la mujer que cuida a su embrión que tiene en el vientre y va a dar a luz, tiene una cólera positiva que en verdad la rodea y la proteje.
El bebé recién nacido se llama olal, “עולל”, “De la boca de los recién nacidos y lactantes Tú has fundamentado fortaleza”. [Salmos 8:3] ¿Qué insinúa la palabra עולל, olal? Son las iniciales de עיבור לידה ועוד לידה, ibur leidá veod leidá, “preñez, nacimiento y otro nacimiento”. Primero está la preñez, en Cabalá “katnut mojín”, un estado de “niñez” o inmadurez en la psiquis que es la ira positiva, la cólera que me protege a mí y al bebé. Luego hay que nacer, en Cabalá “ieniká”, el estado de alimentación o “lactancia” después del embarazo. Y luego hay que nacer una segunda vez, en Cabalá “gadlut mojín”, el estado adulto o de madurez en la psiquis después de la lactancia.
Así, tenemos que ser como un recién nacido, porque ese bebé contiene en potencia todas las etapas del proceso que se revelarán en el futuro, desde la preñez hasta el primer alumbramiento, que ya es Mashíaj ben Iosef, hasta llegar al segundo alumbramiento que llega a ser Mashíaj ben David.

PODER TOLERAR

Entre dos extremos hay un intermediario que los conecta. También es así con la Or Ein Sof, la Luz Infinita. Hay una Or Ein Sof hasovev col almin, la luz infinita que abarca a todos los mundos, y hay una Or Ein Sof hamemalé col almin, la Luz Infinita que llena todos los mundos.
¿Qué hay entre ellas? Hay un concepto en Cabalá: Or Ein Sof hasovel col almin, Luz Infinita que “soporta” todos los mundos. “Soporta”, sovel es también la unión de ambas palabras: sovev y memalé, rodea y llena.
La Luz Ein Sof que rodea los mundos está antes de la primera contracción, llamada el Gran Círculo, la Luz Infinita simple que rodea y permea todo. Por su lado, Or Ein Sof hamemalé, la luz infinita que llena los mundos está después de la contracción inicial. Es la extensión de la kav, (la línea de luz o segunda contracción), como está dicho “y entonces penetrará Tu luz como el amanecer” [Ishaiahu 58:8], la línea de luz, la línea de la esperanza, el cordel y la línea de la esperanza dentro de la realidad. Pero en el medio hay algo llamado “sod nekudat hareshimu”, el secreto del punto de la reminiscencia, que soporta (sovel) a todos los mundos.
También en la psiquis tiene que haber sovev col halmin, la Luz Infinita simple y desnuda, y memale col almin, que es la luz que se relaciona con cada detalle de la realidad para ayudar a cada uno, inclusive a sí mismo. Y también sovel col almin, Hay un poder en el alma que simplemente soporta la realidad, hasta que finalmente llegue a rectificarse.
Está escrito que sevel, סבל, es las iniciales de sof behemá leshjitá, “el final del animal (casher) es el sacrificio (ritual), como dicen los sabios. ¿Cuál es la conexión? Esta alusión es  muy “simpática”, el final del animal es el sacrificio. El animal es el alma animal del ser humano, y el sacrificio es elevar todas las chispas sagradas, esas chispas de luz dentro del alma animal. Hay que elevarlas a lo sagrado. ¿Cómo elevamos, cómo sacrificamos al animal y así son atraídas? Está escrito que shajat significa meshijá, atracción. Entonces atraemos, elevamos a las chispas a lo sagrado por medio de que la persona soporta, o sea tolera la situación en que se encuentra con fe simple en el Todopoderoso, Quien es la Esencia de la bondad. Y falta muy poco hasta que llegue el momento en que todo se transforme en bien, como el “miedo de Itzjak”, cuando todo será un tzjok, una gran risa.


EL MES DE TEVET

De acuerdo con el Sefer Ietzirá, cada mes del año judío tiene una letra del alfabeto hebreo, un signo del zodíaco, una de las doce tribus de Israel, un sentido, y un órgano controlador del cuerpo que le corresponde.
Tevet es el décimo de los doce meses del calendario judío
El mes de tevet inicia el «período» (tekufá) del invierno, cuyos tres meses – tevet, shevat, adar – corresponden a las tres tribus del campamento de Dan – Dan, Asher, Naftalí – que estaban situados al norte del campamento).
Tevet comienza con los últimos días de Jánuca, cuyo momento culminante es en el día octavo, Zot Jánuca. Su décimo día, el día décimo del décimo mes («el décimo será sagrado para Di-s»), es un día de ayuno en conmemoración del sitio de Jerusalem, el principio de la destrucción del Templo.
Los cuatro días en que conmemoramos la destrucción del Templo son, según el año en que ocurrió, el 17 de tamuz (el 4to mes), el 9 de av (el 5to mes), el 3 de tishrei (el 7mo mes) y el 10 de tevet (el 10mo mes). Dicen los profetas de estos cuatro días (según su mes respectivo): «el ayuno del cuarto, y el ayuno del quinto, y el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo serán (en el futuro) para la casa de Judá para regocijo y alegría y festividad».
La suma de los cuatro números 4,5,7 y 10 es 26, el valor del inefable Nombre de misericordia de Di-s, Havaiá. (Los días de las cuatro fechas mencionadas 17, 9, 3 y 10 suman 26 y 13, siendo 13 el valor de la palabra ejad («uno»). Por lo tanto 26 y 13 = 39 es el valor numérico de Havaiá ejad [«Havaiá es uno»]. 26 [el valor de los meses] más 13 [el valor de los días] = 65 = Adnut).
Estos cuatro números poseen un orden progresivo numérico, con diferencias de 1, 2 y 3. Si continuamos la progresión, los siguientes tres números son 14, 19, 25 que suman 58 – jen («gracia»). Junto con 26 – Havaiá – los primeros siete números de la progresión («todos los séptimos son queridos») equivalen a Janoj (cuyo nombre proviene de la palabra «educación» e «iniciación», es un acrónimo de «La gracia de Havaiá»), la séptima generación («querida») desde Adam.

Todos los días de ayuno, cuando son observados apropiadamente, traen aquí abajo la gracia desde su fuente de misericordia, el Nombre de Di-s Havaiá. El epítome de este proceso (según el orden del año, de acuerdo con las palabras del profeta) es el diez de tevet (en el secreto de «el final [el último día de ayuno del año] está incluido en el principio [de los eventos que llevaron a la destrucción]»). Por la Gracia Divina, el tercer y eterno Templo es construido, primero en el corazón de Israel, para luego manifestarse físicamente en la tierra.

Letra: ain

Esta letra significa «ojo». El mes de tevet es el mes de la rectificación y nulificación del «mal ojo». La palabra tevet misma viene de tov, «bueno», en referencia a «el buen ojo» (la fuente del poder de bendecir, como está dicho: «el buen ojo bendecirá»). Esta rectificación comienza con la contemplación de las luminarias de Jánuca (especialmente cuando están completas en el octavo día).
Todo proceso destructivo comienza con el «mal ojo» del odio, el odio de lo profano hacia lo sagrado (el secreto del diez, el número sagrado como ya se mencionó). Del odio proviene la ira, el fuego de la destrucción. La letra intermedia de kaas, «odio», es la ain. El negativo kaas debe ser primero rectificado a su correspondiente positivo, como será explicado aquí.

Mazal: «guedi» (Capricornio – cabrito)
Nuestros sabios nos enseñan que a los diez (una alusión al décimo mes y al nivel de diez en general) un niño «salta como un cabrito» (Midrash Kohelet). La naturaleza juguetona de saltar arriba y abajo «como un cabrito» refleja una etapa importante del proceso de crecimiento. El mes de tevet, de la tribu de Dan, se relaciona con el proceso de crecimiento, desde un estado de inmadurez a la madurez.
La inmadurez está caracterizada por el «mal ojo», mientras que la madurez lo está por el «buen ojo». Guedi = 17 = tov, «bueno». Debemos jugar y saltar arriba y abajo como un cabrito, para rectificar y endulzar la ira latente en nuestra alma animal.
Tribu: Dan

Esta tribu representa el estado inicial de inmadurez en el alma que «madura» durante el mes de tevet. Dan significa «juzgar». Inicialmente juzga la realidad y a los demás en forma crítica, con severo juicio (el «mal ojo»). Esta es la naturaleza de alguien que es inmaduro espiritualmente. Dan es comparado con una serpiente, que muerde con el veneno de la ira. El «mal ojo» es el ojo de la serpiente. La rectificación de Dan es ocuparse en la batalla de la ira sagrada contra la ira del mal. Nuestros sabios nos enseñan que sólo alguien de la raíz espiritual de Dan puede saltar espontáneamente y matar a la serpiente malvada – «uno similar a él, lo mató».
Najash («serpiente») = 358 = Mashiaj. El poder sagrado de Dan refleja la chispa de Mashiaj. Enseña el Zohar que el comandante en jefe del ejército de Mashiaj vendrá de la tribu de Dan.
Sentido: ira (kaas o roguez)
El sentido de la ira sagrada (la rectificación del mes de tevet) es la habilidad del alma de elevar nuestra buena inclinación de enojarse sobre la mala inclinación. Esto nos enseñan nuestros sabios en el comentario del versículo de Salmos: «Enójate y no peques».
La ira positiva expresa el profundo cuidado y preocupación del alma para que la realidad se vuelva buena. Si bien en este enojo hay un cierto componente de inmadurez (dado que la madurez absoluta, la del Creador de la realidad, sólo ve [con el ojo de tevet] todo como bueno), no obstante de esto está dicho: «porque Israel es [se comporta como] un muchacho, y [por eso] Yo [Di-s] lo amo».
Estudiamos en jasidut que uno debe dirigir su ojo izquierdo («malo») hacia si mismo (con la furia sagrada de su bien innato contra su maldad innata), para rebajar y subyugar su ego, mientras que simultáneamente dirigir su ojo derecho («bueno») hacia la realidad exterior (para que con ese poder ayude a perfeccionar la realidad misma).
Organo Controlador: el hígado (kaved)
Enseñan nuestros sabios que «el hígado es ira». La función del hígado es purificar la sangre con la que está saturado. En cabalá, el hígado corresponde a la serpiente primordial, cuya rectificación es personificada por Dan. (Los tres «regidores» del cuerpo y el alma son el cerebro, el corazón y el hígado, que corresponden a Adam, Javá y la serpiente, respectivamente).
La serpiente, en cabalá, representa el estado inicial de inmadurez del alma, caracterizado por un atributo de ira no rectificado. El veneno de la serpiente es caliente (ver el mes de Jeshvan), como el fuego de la ira. Cuando se convierte al bien, el fuego (y la sangre del hígado) sirve para calentar el frío mes de tevet.
Kaved = 26 = Havaiá. Esto refleja el secreto mencionado antes, que la suma de los cuatro meses en los que se «ayuna» por la destrucción del Templo (por el veneno de la serpiente primordial), que terminan en tevet, equivalen juntos a 26. Al ayunar por la destrucción rectificamos nuestro hígado – sazonamos nuestra ira – y así «dulcificamos» la ira de Di-s (con Israel, la causa de la destrucción) y despierta la misericordia de Havaiá para reconstruir el Templo.




VOLVIENDO A LOS DIEZ AÑOS
Ben eser kofetz kegdí - A los diez años salta como un cabrito
Las Siete Etapas de la vida del Hombre
Los invitamos a meditar sobre dos de las características del mes de Tevet, la primera es su signo zodiacal, gdi, el cabrito, y el segundo su número de orden dentro de los meses del año.
Si observamos el Tanaj (1) vemos que los meses se cuentan comenzando por nisan , de acuerdo a esto Tevet es el décimo mes. Por cierto, los sabios vieron un paralelismo entre el número diez y la figura del cabrito.
Luego de meditar sobre el verso de Kohelet (2): hevel havalim, amar Kohelet, hevel havalim hacol hevel , “Vanidad de Vanidades, dice Kohelet , vanidad de vanidades, todo es vanidad”, que revela exactamente 7 vanidades, los sabios propusieron un modelo de siete etapas del ciclo de vida del hombre.
Al año de vida, explicaron, el hombre se parece al rey a quien todos abrazan y besan; a los dos y tres años, se parece a un puerco que se revuelca en el barro; a los diez años salta como un cabrito; a los veinte años se parece a un corcel brioso, que se acicala y busca una mujer; luego de casarse se parece a un burro que trabaja duro; cuando nacen los hijos se asemeja a un perro que sale a la calle a lamer pan.
Hasta aquí seis etapas en las cuales todos los hombres se asemejan. Pero la séptima etapa es diferente y depende del camino que siguió la persona durante su vida: si fue de los amei haaratzot , “los pueblos de las naciones”, que pierden el tiempo en futilidades, se parece al mono, lo aleinu , Hashem nos proteja; pero si consagró su vida al estudio y el perfeccionamiento de sus cualidades entonces vuelve a ser, como cuando tenía un año, un rey.
Aparentemente la época de “la edad de diez años salta como un cabrito” no es más importante que las demás, pero en verdad ocupa un lugar por demás central en todo el proceso de maduración en general.
Es en esencia la época de más “vanidad” y futilidad, la edad de transición en que el niño ya posee su entendimiento y comprensión, pero aun no tiene preocupaciones y es libre de corretear como un bebé.
Así debemos ver el curso de la vida como “ hevel ”, como un conjunto de juegos en un parque donde vamos saltando de uno a otro. ¿Pero cómo se logra este estado ideal? La respuesta nos la brinda justamente este mes: estando conectados con la edad de diez años y viviendo la experiencia de “saltar como un cabrito”. Esto está insinuado incluso en la guematria de las palabras: (como un cabrito) kegdí suma 37, exactamente igual que hevel .
Pensar que “todo es vanidad” suena un poco como una expresión de desesperación o desilusión, pero para quien opta por la vida es una experiencia positiva y necesaria que justamente triunfa sobre la desesperanza. A medida que nos volvemos adultos adquirimos una tendencia a caer en la amargura y el cinismo, de ver la realidad como una pesada serie de barreras que no se pueden atravesar y perder la capacidad de jugar con ella.
Cuando nos encontramos en esa situación, recordar que la vida es también un poco de vanidad frena esta caída y nos permite rescatar al niño que tenemos en el alma, que cuida la frescura y la capacidad de renovación que todavía conservamos allí.
El invernal y lluvioso Tevet nos invita a regresar a los diez años y saltar como un gdí en los charcos, insuflar en nuestros huesos secos un poco del aliento (el significado literal de hevel ) infantil de nuestra niñez y darles vida nuevamente.

¿Mono o Rey?
Otra alusión de la importancia que tiene esta edad en el ciclo de la vida yace en el significado cabalístico del número 10. Explica la Cabalah que El Todopoderoso sostiene el mundo por medio de 10 “fuerzas” llamadas sefirot . Entre ellas, la décima y última se llama maljut o “reinado” y expresa la fuerza de materializar en los hechos las ideas espirituales.
Entonces, de alguna manera los 10 años (y el décimo mes Tevet) están asociados a la energía de maljut. Esto demuestra un nexo latente entre esta edad y las etapas de apertura y cierre del ciclo de la vida, donde en ambos se menciona al rey. De alguna manera misteriosa, el cierre del círculo entre la ancianidad correcta y la lactancia está relacionado con la edad de diez años. ¿Pero de qué manera?
Por cierto, es razonable decir que la encrucijada de caminos conducentes a los dos tipos de ancianidad que nos relata el Midrash , está ubicada en los días de nuestros diez años. En esa edad de transición se resuelve la cuestión de si las vivencias de la infancia se han de olvidar y desaparecerán o si continuarán latiendo en el espíritu de la persona. Perder esa experiencia conduce a una senectud negativa, conservarla es una garantía de una ancianidad positiva y provechosa.
En efecto, la profunda diferencia que existe entre un “ am haaretz ” y un “ talmid jajam ”, entre un ignorante y un estudioso (literalmente un “discípulo del sabio”) no es producto de la posición social o económica de la persona sino de su propia decisión.
Un am haaretz es quien en un momento dado de su vida decide que no tiene más nada que aprender, que ya es un niño grande que lo sabe todo; como resultado de esto, se va encerrando en su punto de vista hasta que se vuelve una caricatura del hombre, un “mono”, que repite lo que ya sabía de antes.
El talmid jajam , por el contrario, es alguien que siempre siente que tiene algo más que aprender, que tomando en cuenta todo lo que no sabe, todavía es un niño. Un alumno eterno como este es digno de envejecer de manera tal que no olvida y merece el honor de un rey. En sus brincos infantiles huye del cavod , del honor y la gloria, pero justamente por ello este lo persigue.
Cada uno de nosotros necesita de vez en cuando detenerse y preguntarse a si mismo, si prefiere llegar a la ancianidad como un mono o como un rey. Si palpita aun en su interior la urgencia del niño curioso y saltarín, que se entusiasma por aprender cosas nuevas o no. Sólo depende de nosotros.


El Regreso del Rey
Lo que dijimos hasta ahora en cuanto al individuo, puede aplicarse también a nivel general respecto del pueblo. Así como el hombre adulto que olvida su niñez envejece rápidamente, también el pueblo que olvida los sueños de su infancia corre el riesgo de perder el rumbo.
Y he aquí que uno de los sueños especialmente apasionantes de la infancia de nuestro pueblo es el establecimiento de un reino, con rey y palacio y todo, pero al estilo judío.
Por supuesto, este sueño hoy parece completamente ajeno a la realidad. Porque para un niño de diez años es legítimo jugar a los reyes y súbditos, pero en etapas más avanzadas esto parece ser algo rayano en lo infradotado. De la misma manera, en épocas antiguas era comprensible y aceptable la ambición de establecer un reino, pero desear esto en una era moderna y sobria como la nuestra ya pasa a ser algo primitivo.
Dejar de lado la idea del reinado proviene por supuesto de la aprehensión por las tiranías que vimos en los regímenes totalitarios y las cortes corruptas contra los que se levantó la revolución francesa.
Pero el ideal del rey judío es completamente diferente de este modelo y recuerda la diferencia entre los dos ancianos que vimos antes: el despotismo nace dentro de quien ostenta el poder absoluto; quien no tiene ninguna autoridad por encima de si se siente como un niño y se asemeja al anciano am haaretz cuyo destino es volverse inflexible y desarraigarse de su pueblo.
Pero el rey judío, en cambio, es un soberano sometido permanentemente a las leyes del Soberano Supremo, “el Rey de los reyes de reyes”, HaMelej maljei hamelajim , y por lo tanto la supremacía sobre sus súbditos se suaviza al estar junto a ellos como compañero en su servicio a Hashem. Esto se asemeja al anciano talmid jajam , en el que perdura la experiencia del niño, garantizando que su autoridad no se “subirá a su cabeza” y que continuará oyendo y aprendiendo de los demás.
Incluso desde el punto de vista lingüístico el rey, melej en hebreo, es aquel que nimlaj , “que busca consejo”, y no se apresura a decidir todo por si mismo.
Al retornar en Tevet a los días de nuestra niñez, también podemos divertirnos este año con el sueño del soberano que no es un jefe de gobierno ( rosh memshalah ) que gobierna con la mano elevada, sino que es el melej-nimlaj , el rey que se aconseja y se transforma en parte del pueblo e insufla en él el aliento de la juventud.
Rabino Itzjak Ginsburgh
Nota 2. Se refiere a los 24 libros de la Torá, conocidos en castellano como la Biblia, compuesto por 5 Libros de Moshé, los Profetas y las Crónicas.





IOSEF VIVE AÚN
En la porción de la Torá Vaigash que se lee durante el mes de tevet, Iosef se revela a sus hermanos:
"Yo soy Iosef, ¿mi padre está vivo aún? (Génesis 45:3).
Iosef, el hermano que se pensaba asimilado entre los gentiles durante un periodo de 22 años desde la edad de 17 años, se revela ahora inesperadamente ante sus hermanos como un judío orgulloso, leal a las tradiciones de su padre, el patriarca Iacob.
Iosef simboliza la chispa que vive en el corazón de cada judío, incluso aquella que aparenta haberse asimilado a una cultura extraña y opuesta a las tradiciones de Israel. Aunque "duermo" en el exilio, "mi corazón está despierto" (El Cantar de los Cantares 5:2), esta es la chispa de Iosef. Pero "toda persona tiene su día", llegará el tiempo en que la chispa de Iosef será revelada a todos para ver que: "Yo soy Iosef, ¿mi padre está vivo aún?"
Nuestra madre Rajel llamó a su primogénito Iosef, porque "Di-s añadirá (iosef en hebreo) para mi otro hijo" (Génesis 30:24). En los escritos jasídicos está explicado que la cualidad especial corporizada por Iosef es la habilidad de influenciar favorablemente a un judío, que se ha asociado con aquellos que están fuera del rebaño (y por lo tanto parece ser "otro"), para volver a ser un "hijo" de su Padre en los Cielos. Iosef es capaz de hacer esto de momento que su chispa ha ardido desde siempre en el corazón del que está distante y aparenta ser "otro".
Por Providencia Divina, Iosef fue enviado a Egipto antes que sus hermanos para preparar el camino, o sea implantar en la tierra de Egipto el poder de supervivencia judío, que iba a volverse de suma importancia después del exilio en Egipto. El alma de Iosef está escondida en los recovecos de las almas de sus hermanos, los hijos de Israel, en el exilio, y los despierta a salir allí dándoles la clave para la redención: "por seguro Di-s los recordará" (Génesis 50:25).
Se afirma en el Zohar que la revelación de Iosef a sus hermanos alude a la revelación de Di-s al pueblo judío en el Monte Sinaí: "Yo soy el Señor tu Di-s que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud" (Exodo 20:2). El despertar para salir de Egipto, que es el secreto de la revelación de Iosef a sus hermanos, es realmente la manifestación de la esencia de Di-s en el pueblo judío. Cuando hay un despertar desde abajo (el deseo inicial del pueblo de ser redimido), es evocado desde Arriba un deseo complementario (desde Di-s para enviar a su pueblo). Estos dos son esencialmente uno y lo mismo: "Yo soy el Señor Tu Di-s".
"Cantaré Alabanzas a Mi Di-s Mientras Yo Exista"
Cuando los hermanos regresaron a Canaan trajeron buenas noticias: "Iosef aún vive". A su vez, Iacov declaró: "Es grandioso, Iosef mi hijo está vivo aún" (Génesis 45:28). Significativamente, en cada una de las tres fervorosas declaraciones - “Yo soy Iosef, ¿está mi padre vivo aún?", "Iosef está vivo aún" y "Es grandioso, Iosef mi hijo está vivo aún", resalta la palabra "aún", en hebreo od.
Sobre el versículo de Salmos "(146:2): Alabaré a Di-s mientras viva, cantaré alabanzas a mi Di-s mientras aún viva" (en hebreo: beodi), explica en el Tania el primer rebe de Jabad, rabi Shneur Zalman de Liadi: "Cuando se afirma 'Alabaré a Di-s [Havaiá] mientras viva, cantaré alabanzas a mi Di-s [Elokim] mientras aún viva', se está indicando que la vida se trae aquí abajo desde el nombre de Di-s Havaiá y "od" ['viva aún'] es el cuerpo - de secundaria importancia - que deriva del Nombre de Di-s Elokim". Así vemos que od ("aún") se refiere al cuerpo del judío que está subordinado su alma.
El alma Divina del judío es "verdaderamente parte de Di-s en el alto (Tania, Cap. 2). Por lo tanto no es sorprendente que el alma tenga existencia eterna. Sin embargo en cuanto al cuerpo del judío, aprendemos inesperadamente que en cualquier situación vive y prospera, incluso cuando desciende a Egipto "lo desnudo de la tierra". Y esto es porque en su cuerpo hay una chispa esencial (además del alma pura que se encuentra en su interior) que le da vida y lo sostiene: esta no es otra que la chispa de Iosef, el secreto de "Di-s [Elokim] seguramente los recordará" (y en el secreto de: "…no soy yo, Di-s [Elokim] le dará una respuesta favorable al faraón" - [Génesis 41:16] - "Cantaré alabanzas a mi Di-s [Elokim] mientras aún yo exista (beodí, en mi cuerpo)".
El Poder de Generación
La primera expresión de entusiasmo "¿Está mi padre vivo aún?", cuando Iosef se hace conocer a sus hermanos, se refiere al cuerpo de Iacob, el último patriarca. A continuación, el entusiasmo se refiere al cuerpo de su hijo Iosef, quien también fue capaz de sobrevivir y prosperar: "Iosef vive aún", "Es grandioso, Iosef, mi hijo, está vivo aún".
De acuerdo con la cabalá, nuestro patriarca Iacob se compara a la sefirá de tiferet, "belleza". En el esquema integral del Hombre Supremo, esta sefirá está asociada con "el cuerpo", el torso de la figura Suprema (como también está discutido en la sección del Zohar "Introducción de Eliahu").
Iosef "el Tzadik", fundamento del mundo", se compara a la sefirá de iesod "fundamento", la "señal del pacto sagrado", el sitio de la circuncisión (en las palabras de la introducción de Eliahu: "El final del cuerpo"). Encontramos así que tanto Iaacov como Iosef aluden al mismo cuerpo - la "parte principal del cuerpo" y "el final del cuerpo" (de acuerdo con el secreto de "el cuerpo y el sitio del pacto son considerados uno").
Acerca del versículo "estas son las generaciones de Iaacov, Iosef" (Génesis 37:2), los escritos jasídicos explican que todas las generaciones de Iaacov nacieron via el poder de Iosef, incluyendo aquellos que nacieron antes que él y también las generaciones que nacieron desde entonces y hasta el final del tiempo.
Eod viviente de Iosef se refiere al "miembro viviente" en el que está investido el poder de generación (que es el poder del Uno Infinito), en forma tanto material como espiritual, como explica el Baal Shem Tov. Esto refleja la vitalidad esencial de los cuerpos judíos: que cada forma es capaz de generar infinitas formas.
El versículo que cierra la parasha vaigash es: " E Israel habitó en la tierra de Egipto en la sección de Goyen, y tomaron posesión de ella y crecieron y se multiplicaron sobremanera" (Génesis 47:27). El poder de ser fructífero y multiplicarse (en forma extraordinaria, más allá de toda medida y limitación) es el poder especial de Iosef, cuyo nombre viene de la palabra hebrea "adición" (tosefet, como en el dicho "el incremento de Di-s [tosefet] excede en gran medida la esencia") - "Di-s me proveerá con un hijo adicional". En las palabras del primer Rebe de Jabad: "Cada judío debe hacer otro judío".
Dicen nuestros sabios que el mes de tevet es "el mes donde un cuerpo disfruta de otro". En este mes, un od recibe placer de otro od: "Está mi padre vivo aún" de "Iosef vive aún", el padre ("cuerpo, torso") del hijo ("el final del cuerpo"), y el hijo del padre. Esto es facultar para la generación de una numerosa progenie judía - la Morada para Di-s - hasta que "todas las almas en el cuerpo serán completadas" en cuyo momento aparecerá el redentor.
El aniversario del fallecimiento del primer Rebe de Jabad, Rabi Shneur Zalman de Liadi, conocido como el Alter Rebe, autor del Tania y del Shuljan Aruj, es celebrado el 24 de tevet. El solía decir que en el mundo por venir "el alma será nutrida por el cuerpo". Habrá una inversión de la naturaleza: lo esencial (el alma) se tornará circunstancial mientras que lo que era circunstancial (el cuerpo) se volverá esencial. Este es el verdadero secreto de "Iosef aún vive": el od de Iosef (que está en cada judío) vivirá eternamente, mientras que el alma (el aspecto de "Alabaré a Di-s mientras viva") recibirá su principal vitalidad del cuerpo que vivirá por siempre.




EL SIGNIFICADO DEL AYUNO DEL DIEZ DE TEVET
Propagando la Paz y la Verdad a Todos los Pueblos
Por Rabbi Israel Ariel
Basado en las enseñanzas del Rabino Itzjak Ginsburgh, Shlita


Este año el ayuno del 10 de Tevet comienza al amanecer del miércoles 6 de Enero y finaliza al anochecer. (Consulte los horarios exactos correspondientes al área en que se encuentre.
Así dice el Todopoderoso: “Los ayunos del cuarto, quinto, séptimo y décimo mes se convertirán en épocas de felicidad y regocijo y en festividades alegres para Iehudah. Entonces, amarás la paz y la verdad. (Zejariah 8:19)
Estos versos del profeta predicen que las mismas fechas que rememoran la caída y destrucción del Templo Sagrado de Ierushalaim, están destinadas a transformarse en días de alegría y felicidad con el proceso de su reconstrucción.

El Templo y las Naciones del Mundo
Para poder relacionar estos dos procesos, la destrucción pasada y la futura reconstrucción, necesitamos verlos en el contexto general del objetivo del Pueblo Judío de guiar a la humanidad al amor por la verdad y la paz, acompañando a su vez a los pueblos de todas las naciones a lograr una relación sincera y permanente con el Creador.
En el lenguaje del profeta, es nuestro deber ser “una luz para los pueblos” (Ishaiah 49:6).
Fue con este propósito que el Beit Hamikdash, el Templo, fue construido en Ierushalaim, erigiéndose como el lugar del encuentro entre el pacto que nos conecta con Hashem y nuestra conexión con las naciones del mundo.
Cuando consagró el Templo, el rey Shlomoh oró ante Hashem que sirva no sólo como soporte de nuestra unión con el Todopoderoso, sino también, según sus palabras, para que:
…El extranjero que no pertenezca a Tu pueblo Israel, pero ha venido de una tierra lejana en aras Tu Nombre –porque los hombres oirán acerca de Tu gran Nombre y Tu poderosa mano y Tu brazo extendido- cuando venga y rece hacia este Templo, entonces Te oirá desde los cielos, Tu morada, y harás lo que el extranjero Te pida; entonces todos los pueblos de la tierra conocerán Tu Nombre y Te temerán, como lo hizo Tu pueblo Israel, y sabrán que esta casa que he construido abriga Tu Nombre. (I Reyes 8:41-3)
Entonces, el proceso de destrucción del Templo que en efecto tomó muchos años, tuvo distintas consecuencias. No sólo llevó a la trágica pérdida de nuestra capacidad de cimentar nuestra relación con el Creador, sino que también entorpeció y posiblemente dejó fatalmente anquilosada nuestra capacidad de influenciar a otras naciones con nuestras ideas únicas y nuestro compromiso con la verdad y la paz, tal como está revelado en la Torah.
En este artículo queremos explorar el significado del la conmemoración del diez de Tevet a la luz de nuestro rol de emisarios de Hashem para todas las naciones del mundo.

El ayuno del décimo
En el verso de Zejariah que hemos citado antes, el ayuno del “décimo mes” se refiere al del 10 de Tevet, el décimo mes del año judío, que rememora el comienzo del sitio de los babilonios sobre Ierushalaim hace 2430 años. Este sitio fue la primera etapa de la guerra que finalizó con la destrucción del Primer Templo.
Desde entonces, el pueblo judío ha ayunado en este día (ver también II Reyes 25:1 y Iejezkel 24:1-14).
De esto surge un interrogante simple: ¿Por qué los profetas y luego los sabios establecieron un ayuno este día? ¿Acaso porque denota un paso previo en el camino hacia la destrucción? Después de todo, el Templo fue el corazón del reino judío antiguo y este corazón no fue destruido hasta Tishah beAv (el 9 de Av), unos 20 meses después. ¿Por qué la conmemoración de Tishah beAb no es suficiente?
Para poder contestar a estas preguntas debemos asumir que efectivamente, el 10 de Tevet (y también el 17 de Tamuz, día en que el enemigo pudo perforar los muros fortificados de Ierushalaim) marca un evento en si mismo, que esta relacionado y al mismo tiempo es independiente de la destrucción final del Templo.
Para utilizar una metáfora, podemos decir que el Templo destruido veinte meses más tarde fue como un ave asesinada luego de cortarle las alas. Aunque el Templo estaba en pie luego del 10 de Tevet y el servicio sagrado continuaba, ya no servía de instrumento para lograr uno de sus objetivos más importantes para el que fue construido, como veremos a continuación. En ese día le fue cercenada el ala izquierda, con el establecimiento del sitio de Ierushalaim y el ala derecha el 17 de Tamuz, cuando el enemigo perforó las fortificaciones y entró en la ciudad sagrada.
En Cabalá, el ala izquierda simboliza el temor a Hashem, y en nuestro caso, la posibilidad del Templo de servir como un centro conglomerante del pacto universal del hombre con su Creador (que está basado en el temor respetuoso). Por su parte, el ala derecha simboliza el amor al Creador y en forma similar el rol del Templo como foco del pacto del pueblo judío con Hashem como Su pueblo elegido y amado (unión que está comparada con la del novio y la novia, retratada en el Cantar de los Cantares).

Los días de ayuno de Tevet
Siguiendo con el desarrollo de esta idea, debemos notar que el 10 de Tevet es en realidad uno de los tres días de ayuno consecutivos del mes. Tradicionalmente, sólo las personas intensamente devotas ayunan los otros dos, el octavo y el noveno del mes.
El día 8 del mes se estableció un ayuno en respuesta de la finalización de la traducción de la Torah al griego, que no llevó a ser una luz entre las naciones sino a la asimilación).
En generaciones posteriores, el ayuno del noveno día de Tevet fue identificado como el iortzait (el aniversario del fallecimiento en idish) de Ezra y Nejemiah, los dos líderes del retorno judío a la Tierra y del renacer espiritual que siguió a los 70 años de exilio babilónico y el logro de la reconstrucción del Templo Sagrado de Ierushalaim. Sin embargo, algunos son de la opinión que esta fecha fue establecida como un aniversario del nacimiento de Jesús, varios siglos más tarde.
De acuerdo con la tradición (ver El Libro de Nuestra Herencia), el primer día de Tevet fue también originalmente (previo a la victoria de los Macabeos) un día de ayuno, conmemorando la deportación del rey Iehoiajín y toda la elite de Ierushalaim por los babilonios, aproximadamente 9 años antes del sitio de la ciudad que culminó con la destrucción del Templo (ver II Reyes 24:8). Eventualmente, este ayuno fue reemplazado por la celebración de Janucah.
Para apreciar verdaderamente el significado de todos estos hechos, podemos conjeturar que “el ayuno del 10 de Tevet”, es la culminación e incluye a todos los demás días de ayuno que caen en los primeros diez días del mes y que en el futuro con la llegada del Mashíaj, se transformarán en grandes festividades de alegría. Si nuestra conjetura es correcta, entonces podemos preguntar: ¿Cuál será la naturaleza de estas festividades?
La futura fiesta del décimo mes
Hay dos pasajes en el Talmud que a primera vista parecen no estar relacionados, pero verlos juntos nos pueden dar una idea de cómo contestar estas preguntas.
Las Calendas: El primero es un pasaje del tratado de Avodah Zarah (8a). La Mishnah establece que las festividades de los adoradores de ídolos son tres: Calandes, Saturnura y Cartesem. El Talmud lo desarrolla luego y explica que Calandes (aparentemente es una versión anterior de las Calendas romanas) se celebra durante 8 días antes del solsticio de invierno.
El motivo para la celebración de estas calendas es traído por nuestros sabios. Relatan que Adam, el primer ser humano vio que desde el día en que pecó y comió del árbol del conocimiento del bien y del mal, las horas del día se iban acortando. Tenía miedo de que así sea cómo Hashem lo castigaba con la muerte, tal como le había advertido. El mundo se hacía más oscuro y como retornando al caos primordial (descrito en Génesis 1:2).
Como muestra de arrepentimiento, Adam ayunó y rezó durante 8 días. Una vez que el solsticio de invierno pasó Adam vio que los días se hacían más largos, concluyendo que este era el estado de cosas normal en la naturaleza, por lo que celebró durante 8 días. El año siguiente celebró alegremente los 8 días antes del invierno y también los 8 posteriores. El idólatra que vino a continuación de Adam mantuvo el recuerdo de este festival pero lo transformó en una celebración pagana.
El solsticio de invierno ocurre el 21 y el 22 de Diciembre, que en el calendario judío es alrededor del 1 de Tevet, entre la segunda parte de Kislev y la primera de Tevet (este año será el 13 de Tevet).
Janucah : Un segundo pasaje (Shabat 21b), acaso más familiar que el anterior, relata que las academias de Hillel y Shamai discrepan en el orden de encendido de las luminarias de Janucah. De acuerdo con el primero, el primer día se debe encender una vela y luego cada día ir agregando una, hasta llegar a 8. Pero de acuerdo con Shamai, el primer día se deben encender 8 luces e ir disminuyendo una cada día hasta el último día.
La Halajah adoptó la opinión de Rabí Hillel, pero de todas maneras es bien sabido que en el futuro, en los tiempos del Mashíaj se seguirá la opinión de Shamai (ver Mikdash Melej en el Zohar I, 17b).
Los maestros jasídicos explican con respecto a las diferencias de opinión entre esas dos academias, que procediendo en el futuro de acuerdo con la opinión de Shamai no se contradice la visión de Hillel, ya que este acepta que en el futuro será como Shamai. ¿Cómo podemos entender esto respecto al encendido de las luminarias de Janucah? ¿Cómo podremos incrementar y disminuir simultáneamente el número de velas cada noche? Ya que mientras que en los mundos superiores dos afirmaciones contradictorias pueden existir simultáneamente, en nuestro plano físico no.
Entonces debemos proponer otra conjetura: Encenderemos una vela el primer día agregando otra cada noche (en los días en que la luz del sol disminuye, característico de nuestro estado presente de exilio, cuando la ley está de acuerdo con la escuela de Hillel) hasta llegar a las 8 luminarias, y luego disminuiremos nuevamente una vela cada día (cuando la luz el sol se incrementa, de acuerdo con el estado futuro característico de la redención, cuando la ley está de acuerdo con la escuela de Shamai) que se encenderá el 10 de Tevet. Por lo tanto, se encenderán velas en todos los días del principio de Tevet.
Como Kislev puede tener 29 o 30 días, en algunos años (como el actual 5768) hay 15 días entre el 25 de Kislev (el primer día de Janucah) y el 10 de Tevet, pero en otros hay 16. Así encenderemos 8 velas en Janucah y 7 hasta el 10 de Tevet. Veamos algunas consecuencias matemáticas de lo que acabamos de ver. Durante los 8 días de Janucah encendemos 36 velas:
1 más 2 más 3 más 4 más 5 más 6 más 7 más 8 = 36
llamado también el “triángulo de 8”. Si Kislev tiene 29 días, entonces encenderemos otro “triángulo de 7” los siguientes siete días, o sea 28 velas:
7 más 6 más 5 más 4 más 3 más 2 más 1 = 28
En total encenderemos 64 luminarias que es 8 al cuadrado:
1 más 2 más 3 más 4 más 5 más 6 más 7 más 8 más 7 más 6 más 5 más 4 más 3 más 2 más 1 = 64
Al hacer esto, hemos expandido el triángulo de 8 de Janucah a un cuadrado de 8. En Cabalah, los números cuadrados, como el 64, representan una inter inclusión perfecta (hitkalelut en hebreo). Entonces, al agregar 7 días más, hemos creado un estado perfecto de interinclusión, la característica esencial de una realidad rectificada. En los años en que Kislev tiene 30 días, encenderemos 36 velas adicionales, dándonos un total de 72, formando la figura de una “diamante” de 8:
1 más 2 más 3 más 4 más 5 más 6 más 7 más 8 más 8 más 7 más 6 más 5 más 4 más 3 más 2 más 1 = 72
Lo que vimos que se produjo de estos dos pasajes del Talmud es entonces una trama que conecta Janucah con el 10 de Tevet como una extensa festividad que será posible en la futura festividad de Tevet.

Ocho días de luz para las naciones
Volvamos nuevamente al 10 de Tevet. Como se presenta en nuestros días esta fecha representa la pérdida de nuestra capacidad, como Pueblo Judío, de hacer brillar la luz de la Torah y su verdadero mensaje de paz hacia las naciones del mundo. Este día sirve como recordación colectiva de cuando perdimos la posibilidad de influenciar y esclarecer a otras naciones acerca del Creador y su pacto con Él.
En otras palabras, desde 10 de Tevet hasta el 9 de Av del año en que el Templo fue destruido, ya no pudo servir como un punto focal del pacto universal entre el odopoderoso y la humanidad, porque las naciones estaban ahora poniendo sitio a Ierushalaim y estaban decididos a destruirla. Ya no podía ser el símbolo universal de paz y verdad para el mundo entero.
Desde entonces, quedó sólo como foco del pacto especial entre el Pueblo Judío y Hashem, pero dejó de servir como fuente de inspiración y sabiduría para guiar la relación entre los judíos y los pueblos del mundo. Cuando Ierushalaim quedó aislada ya no podíamos competir por el corazón de la humanidad, por la dirección que el mundo habría de tomar. Quedamos solos con nuestros asuntos personales y ya no pudimos ver la imagen global del tikún olam, la rectificación del mundo entero.
Por eso cuando ayunamos hoy el 10 de Tevet también estamos lamentando la raducción de la Torah al griego, un hecho que no sólo no probó ser un conducto para llevar el mensaje de la Torah al mundo exterior, sino que de hecho se transformó en un escollo, porque la Torah se vio de ahí en adelante como otra fuente de sabiduría espiritual entre miríadas de otras, dando lugar a la asimilación, el helenismo.
La vida de Jesús probó ser un escollo más grande aun que el anterior, por cuanto que sus seguidores urdieron el intento más desastroso de la historia judía de llegar a las naciones del mundo, socavando así la visión de la Torah de que seamos una luz entre las naciones del mundo. La substitución de la verdadera salvación por otra falsa, llevó a muchos judíos a abandonar sus raíces y adoptar una falsa religión.
El exilio de la elite del reino de Iehudah, de aquellos individuos profanos y versados en la retórica popular del momento ocurrido el primero de Tevet, también cayó sinceramente dentro de la categoría de eventos que llevaron a la pérdida de nuestro mensaje universal y su total distorsión en manos de otros.
Entonces, podemos suponer que la celebración que comienza el octavo día de Janucah y continua durante los siguiente siete u ocho días, celebrará el despertar judío en aras de la tarea del tikún olam, una propuesta renovada para el corazón de la humanidad. Así como los días se prolongan y hay más luz natural del sol, la continua disminución de las velas que se encienden hasta ese día 8 simbolizará la necesidad cada vez más pequeña de luz artificial proveniente de la mano del hombre, indicando que brilla cada vez más fuerte la luz natural divina de Hashem. El propio Creador se vuelve nuestra luz. Durante los 8 días de Janukah conmemoramos la victoria tanto militar como cultural de la Torah sobre el paganismo, de la misma manera durante los 8 de la festividad de Tevet nos regocijaremos con la renovada influencia del mensaje de la Torah y con los frutos del pacto con el Todopoderoso que serán disfrutados por toda la humanidad. Celebraremos nuestro renovado compromiso de guiar al mundo, de actuar como una luz entre las naciones a través de la paz y la verdad.

Desde el mensaje para las naciones hasta el Templo
¿Cómo ocurrirá el proceso de la reconstrucción del Templo?
Puede ser que primero se construya el Templo y después sus alas se extenderán para por un lado reavivar nuestra identidad nacional (el ala derecha que fue cercenada, como dijimos, el 17 de Tamuz) y por otro nuestro alcance universal (el ala izquierda que fue cortada el 10 de Tevet).
Pero también puede ser (y esto es más probable) que nuestro renovado interés en rectificar el mundo y en influenciar a la humanidad con el mensaje universal que se encuentra en la Torah reavive nuestro interés por el Templo y nos impulse a esforzarnos por construirlo pronto en nuestra época.
Como sea, este análisis puede ayudarnos a enfocar nuestros pensamientos y sentimientos en este ayuno especial del 10 de Tevet. Ayunamos y nos lamentamos por la pérdida de nuestro rol de guías espirituales y físicos de la humanidad y rezamos y nos comprometemos nuevamente a reencontrar la fuerza necesaria para volver a exponer el profundo mensaje que la Torah tiene para toda la humanidad.








TOP SECRET
CABALÁ Y JASIDUT: VINO Y ACEITE
Los Secretos de la Torá tienen una conexión con el vino y el aceite. El vino alude a los “secretos de la Torá”, razín en arameo, y el aceite a los “secretos de los secretos de la Torá”, razín de razín . ¿Cuál es la diferencia entre los dos?

Los secretos de la Torá se refieren a las enseñanzas del Arizal, Rabi Itzjak Luria, el santo cabalista que vivió en Safed hace más de 400 años. Su Cabalá describe los secretos que tuvieron lugar luego que Dios contrajo Su luz infinita (el tzimtzum ). El secreto de los secretos de la Torá se refiere a las enseñanzas del Baal Shem Tov y sus estudiantes, cuyas enseñanzas jasídicas llegan hasta más allá de la contracción y se dirige a los niveles de la realidad que existieron antes de ella, es decir, la luz infinita de Dios tal como se revelaba antes de la contracción.

Aunque esta explicación de la diferencia entre el vino y el aceite de la Torá, entre Cabalá y Jasidut, es técnicamente correcta, no es muy reveladora para aquellos que no tienen el conocimiento profundo de la Cabalá que se necesita para apreciarlo. Entonces vayamos a Jánuca para que consigamos una explicación más instructiva.

Secreto y Alto Secreto

La gente tiene dos tipos de secretos. Primero están los secretos personales, que pueden ser eventos o acciones que la persona oculta por vergüenza y que serán confesados sólo antes de partir de este mundo. O pueden ser las acciones buenas e importantes que uno ha realizado en la vida, o los dulces sentimientos que tiene en su corazón, como el amor y el temor que poseemos, de los cuales dice la Torá que deben ser “ocultos para Havaiá nuestro Dios”. 1 A veces los secretos personales se refieren a eventos que ocurrieron en la niñez, que nosotros conocemos, pero están aquellos que son de tiempo en que estuvimos en el vientre materno; estos están ocultos incluso de nuestra conciencia, y cuánto más todavía aquellos de encarnaciones previas. Acerca de estos tipos de secretos personales dicen los sabios que “cuando entre el vino, salen los secretos” 2 Los secretos personales pueden revelarse si tomamos suficiente vino, por eso están conectados con el vino. El vino alude a partzuf ima , el principio madre en Cabalá. “La mente de la Madre, o sea con la misericordia de la madre, que se ocupa y cría al niño, y conserva todos los secretos del niño.

Pero hay también un nivel de secreto mucho superior, el secreto de los secretos, que son llamados “alto secreto”. Son como los secretos militares, que deben ser guardados con todas nuestras fuerzas porque involucran asuntos de vida o muerte. Cuando una persona sabe un secreto militar, debe llegar al auto sacrificio para guardarlo. Pero, así como los secretos personales están ligados al vino o sea de consumo personal, los secretos militares tienen que ver con el aceite, que es una fuente de energía, una parte de la infraestructura de la sociedad, y así como todos los recursos energéticos se mantiene a nivel público, proveyendo combustible para todos.

El Alto Secreto de las Velas de Jánuca

Jánuca es la festividad de la luz y el aceite, y era la favorita del Baal Shem Tov. Durante Jánuca, las velas de aceite de nuestra menorá revelan el alto secreto militar, el secreto de los secretos de cómo los Hasmoneos, que eran pocos y débiles, lograron la victoria sobre una enorme cantidad de poderosos griegos y sus partidarios helenizados. El secreto de la victoria está por supuesto en el espíritu y la repercusión en nuestra época. Las treinta y seis luminarias que encendemos en Jánuca se asocian con las historias de los treinta y seis tzadikim, los justos por cuyo mérito el mundo existe. Uno podría pensar que las historias acerca de los tzadikim son secretos personales, que revelan la forma en que cada uno de ellos ejercita sus atributos de amor y temor para servir a Dios. Sin embargo, en realidad las llamas intentan revelar los secretos militares del tzadik, sus tácticas para ganar la guerra contra el exilio y traer la redención final.

Algunos tzadikim tienen también secretos personales, historias que nos cuentan cómo llevaron a cabo su rectificación personal, que se relaciona al alma tal como existe después de la contracción, un secreto personal revela la raíz del alma en el Hombre Primordial ( Adam Kadmón ). Pero los tzadikim discípulos del Baal Shem Tov, no dedicaron sus vidas a su rectificación personal, sino a realizar acciones en aras de todo el pueblo judío, acciones que lleven al tikún olam (la rectificación del mundo) bajo dominio del Todopoderoso.

Uno de los secretos militares que llegan hasta nosotros por los maestros jasídicos es que debemos desear entregar toda nuestra parte en el Mundo por Venir para hacer un acto de bondad a incluso un solo judío. La devoción de los actos de benevolencia a este nivel es un alto secreto militar utilizado por Tzivot Hashem, los ejércitos de Dios, que deben entregarse unos a otros como los soldados en el campo de batalla.

En concordancia con la distinción de la que hablamos entre el vino y el aceite, los secretos personales pertenecen a la rectificación individual, que provienen desde antes de la contracción, los secretos militares que se refieren a la redención de todo el pueblo judío. La revelación de estos secretos militares enseñados por nuestro maestro el Baal Shem Tov y explicados por los maestros jasídicos es como el rey que dilapida sus tesoros más apreciados en la época de guerra para forzar la victoria. 3

Los Secretos Militares en los Sueños del Faraón

Nuestra parashá de la semana Miketz se lee siempre en Jánuca, y los secretos militares también juegan en ella un rol muy importante. Todos los consejeros del Faraón interpretaron sus sueños como una revelación de un secreto personal (siete hijas, etc.) Sólo Iosef el tzadik pudo interpretarlos como una revelación de un secreto militar, una interpretación que afectó a todo Egipto, no sólo al Faraón personalmente. Existe una pregunta bien conocida acerca de la aparente jutzpá (irreverencia) de Iosef al ofrecerle al Faraón su consejo adicional de cómo prepararse para la inminente hambruna. 4 De acuerdo a nuestra presente discusión, la razón de esto es que revelar el secreto miliar encerrado en el sueño del Faraón, requirió de Iosef asumir un rol de liderazgo. Conocer los secretos militares eleva al individuo privado a la raíz de su alma antes de la contracción, requiriendo de él la toma de responsabilidad y actuar. Más aun, aunque de acuerdo a las leyes de Egipto, un esclavo estaba vedado de poder político, una vez que Iosef hubo revelado el secreto militar y se volvió indispensable para los planes de emergencia de Egipto, esta restricción fue cancelada.

El Olvido del Ministro del Vino

Ahora podemos entender más profundamente por qué Iosef tenía que ser olvidado por el ministro de la bebida del Faraón. Este personaje era el responsable del vino del Faraón, que ahora sabemos que representa los secretos personales. Si Iosef hubiera sido traído al Faraón gracias a él, hubiera estado limitado a revelar sólo secretos personales, específicamente sus propios secretos personales como un hombre secuestrado de la tierra de los hebreos, un hombre inocente puesto en prisión. Pero no hubiera sido capaz de revelar su origen superior antes de la contracción, el hombre destinado a salvar a Egipto, el mayor secreto militar del Faraón. Por cierto, cuando eventualmente Iosef viene ante el Faraón para interpretar su sueño, no se mencionan sus propios secretos personales, son olvidados completamente y en cambio Iosef se transforma en la voz para las palabras de Dios.

Finalmente, el valor del “secreto militar” ( sod tzvaí ) tiene el mismo valor numérico que las tremendamente importantes tres primeras palabras de los Diez Mandamientos, “Yo soy Havaiá tu Dios” 5 ( Anoji Hashem Elokeja ). Es también igual a las palabras “Abre mis ojos” 6 ( Gal Einai ), con las que comienza nuestra plegaria a Dios “Abre mis ojos para que pueda ver las maravillas de Tu Torá”.

Que tengamos el mérito de revelar el alto secreto, los secretos militares de la Torá que nos indique cómo influenciar a todos nuestros hermanos y hermanas para retornar a Dios como una preparación para la redención completa y final.
(de la clase brindada en la primera vela de Jánuca, 5769, por el Rabino Itzjak Ginsburgh)
1Deuteronomio 29:28
2Eruvin 65a
3Ver Bati Legani, c. 11
4Ver Likutei Sijot 15, pág. 399
5Éxodo 20:2
6Salmos 119:18


EL CUERPO DISFRUTA DEL CUERPO

Un extracto del shiur impartido el 7 de Tevet, 5771 (lunes 13 de diciembre, 2010)

Luces y recipientes: mezclarse vs adherirse

Para utilizar el modelo de las luces y los recipientes, la palabra hablada de Dios es la luz investida en el recipiente, que es el cuerpo físico del pan. La luz dentro del pan es idéntica a las chispas sagradas contenidas en los alimentos. Pero sin el cuerpo del pan, sin su dimensión física, la luz no puede ser transferida a nosotros. Por lo tanto la dimensión física del pan es necesaria para alimentarnos, (en sentido figurado) de la luz, según nos enseña el Maguid de Mezritch. En este sentido, la dimensión física es clave para alcanzar la dimensión espiritual.
Este es un principio muy importante. En lugar de mirar la dimensión física de nuestra realidad como que oculta la existencia de la dimensión espiritual, el jasidut nos enseña a ver la dimensión física como el puente hacia lo espiritual. Cada faceta física contiene chispas sagradas que no las oculta de nosotros, sino que las guarda, las almacena, para que podamos llegar a ellas. Este cambio de perspectiva se relaciona específicamente con el mes de Tevet, del que dicen los sabios [en el mes de Tevet,] “El cuerpo disfruta del cuerpo” (הַגּוּף נֶהֱנֶה מֵהַגּוּף, ha guf neehné mehaguf).
El mes de Tevet se trata acerca de ver el valor intrínseco de lo físico, similar a este ejemplo donde vemos que el cuerpo actúa como el recipiente que puede contener lo espiritual, haciéndolo así accesible al alma.
De la misma manera, las enseñanzas del Arizal explican que mientras las luces, es decir las cosas espirituales, se pueden mezclar, las luces no puede adherirse una a la otra. No puede haber adhesión (דְּבֵקוּת, dvecut) de las luces. La adhesión es un estado que sólo los recipientes pueden alcanzar. Es la dimensión física la que puede adherirse, así como el pan se adhiere a la palabra hablada de Dios que habita en él (y se adhiere al cuerpo que lo consume), o como el cuerpo que puede adherirse a Dios.
Una de las mayores paradojas inherentes al Todopoderoso es que Dios en sí mismo no es ni físico ni espiritual, más bien es ambos al mismo tiempo. No obstante justamente el cuerpo físico sí puede adherirse a la raíz del ser limitado, raíz que se encuentra en la esencia infinita de Dios (a veces llamada la verdadera esencia del ser, en contraposición a la esencia de la anulación absoluta), tal y como el pan físico se adhiere al recipiente espiritual de la palabra pronunciada por Dios, como se explica más arriba). De hecho, se dice en el jasidismo que cuando el Mashíaj llegue ¡el cuerpo sustentará al alma!

El cuerpo y el alma de la Torá

La Torá es comparada con el pan de Dios, y como el pan, la Torá también tiene una dimensión espiritual y una dimensión física. La dimensión espiritual de la Torá es llamada figurativamente alma de la Torá (נִשְׁמָתָא דְּאוֹרַיְיתָא, níshmeta deoraita) y la dimensión física de la Torá se llama su cuerpo (גוּפָא דְּאוֹרַיְיתָא, gufa deoraita). Vemos que al igual que todos los objetos en la dimensión física de la Torá pueden adherirse el uno al otro, pueden conectarse, de la misma manera los recipientes se pueden amalgamar entre sí.
Los objetos de la dimensión física de la Torá son los criterios o fundamentos sobre un tema u otro en la Torá. La mayoría de las veces los sabios mantuvieron opiniones dispares y están en disputa entre sí acerca de cómo analizar un tema en particular. Sin embargo, los objetos de la dimensión física se adhieren, se conectan para formar un todo único, y como el Talmud afirma, “Éstas y aquellas son palabras del Dios viviente” (אֵלּוּ וְאֵלוּ דִּבְרֵי אֱ- לֹהִים חַיִּים, Elu veelu divrei Elokim jaim).
Así como el Nombre de Dios, elegido para esta expresión es Elokim, un Nombre que denota pluralidad (a pesar de que la esencia de Dios es, por supuesto, Una, Única y Singular), del mismo modo, las diversas opiniones dispares y posiciones académicas que componen el cuerpo de la ley de la Torá son al final una unidad. No sólo las posiciones opuestas asumidas por los sabios no conducen a la polarización de la Torá, sino que todas las opiniones conforman un todo único y actúan para unir a los sabios en el amor.
La dimensión espiritual de la Torá, el alma de la Torá, es similar a la luz. Desde la perspectiva de la luz no hay cuerpos separados. Desde la perspectiva de Dios todos los cuerpos son como la nada –ninguno de ellos ocupa algún espacio en absoluto. Así, desde la perspectiva de la dimensión espiritual de la Torá no hay conflictos reales y todo está sereno y armonioso. En el Tania, el Alter Rebe, fundador de Jabad, cita el Zohar que indica que en el alma de la Torá realmente no hay conflictos o diferencias de opinión.
Así como las luces no pueden adherirse, los cuerpos no pueden mezclarse. Por definición los cuerpos luchan. Dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio, por lo que las diferentes opiniones –cuerpos de pensamiento– de los sabios las ponen en disputa entre sí. Pero en lugar de provocar polarización y distanciamiento entre los mismos sabios, los unen más, les hace adherirse entre sí, aumentando el amor y el vínculo entre ellos. Los sabios aprenden esto del versículo: “Por lo tanto, se hará constar en el libro de las guerras de Dios, Vahev en Sufa...” (Números 21:14). El significado literal del versículo, según Rashi, es que Dios hizo como Él lo deseó en Sufa, es decir, en el mar de Suf, el Mar Rojo, cuando ahogó a los egipcios y salvó al pueblo judío.
Pero los sabios aprenden que si las guerras, es decir, la diferencia entre cuerpos -diferentes opiniones– es efectivamente la guerra de Dios, significa que la disputa es únicamente en aras del cielo (y no por algún motivo ulterior, como el honor, o la envidia), entonces va a terminar [Sufa] con un estado de “Vahev” (וָהֵב), una palabra que no sólo se parece a la palabra “amor” (אַהֲבָה, ahavá), sino que realmente tiene la misma guematria, 13. Por lo tanto, se trata de una nueva explicación para el dicho relacionado con el mes de Tevet “El cuerpo disfruta del cuerpo”. Cuando las diferentes opiniones sobre una cuestión de la Torá derivan del amor a la Torá, entonces los cuerpos, las opiniones, ganan amor y respeto mutuo y se adhieren entre sí para formar un todo unificado.

Maimónides y el Alter Rebe

Hay una serie de grandes sabios, cuya fecha de fallecimiento, su iortzait, es en el mes de Tevet. Dos de ellos son Maimónides, también conocido como “el gran águila”, y el Alter Rebe, también conocido como “la gran luminaria”. Aparte de que ambos fallecieron en el mes de Tevet (Maimónides, el 20 y el Alter Rebe el 24), veamos ahora cómo estos grandes sabios tienen una afinidad particular con el dicho de que en Tevet, “El cuerpo disfruta del cuerpo”.
Maimónides y el Alter Rebe tienen en común que ambos escribieron un gran trabajo que pertenece al sector del cuerpo de la Torá, es decir, un trabajo legal, halájico. Y Ambos escribieron un trabajo seminal que dentro del sector del alma de la Torá. Maimónides, conocido por las iniciales hebreas de su nombre, “Rambam”, es más ampliamente reconocido por su trabajo perteneciente al cuerpo de la Torá, la Mishné Torá, mientras que su trabajo del alma de la Torá, “La Guía de los Perplejos”, aunque de gran prestigio, no es considerado como la médula de cualquier pensamiento o alma judía.
El Alter Rebe es lo opuesto. Él también era un legalista, dedicándose a la dimensión física de la Torá y a producir un Shulján Aruj actualizado. Pero la principal de todas sus obras es su trabajo del alma de la Torá, el Tania. En el caso del Alter Rebe se puede decir que el cuerpo de su escritura (el Shulján Aruj) es parte e integrante del alma de su escritura (el Tania). Se dice que cuando uno estudia el Shulján Aruj del Alter Rebe, en realidad está estudiando jasidut.
Con el Rambam la relación entre el cuerpo y el alma es al revés. Se podría decir que “La Guía para El Perplejo” (la obra del alma de la Torá del Rambam) es un extenso comentario y la expansión de los primeros cuatro capítulos de la Mishnéh Torá (su obra del cuerpo de la Torá). Por cierto, en los tiempos modernos nos encontramos con que el Rogachover, uno de los grandes genios del siglo XX, vio los principios filosóficos de “La Guía para el Perplejo” como que proporciona las bases racionales para toda la metodología del Rambam de la toma de decisiones legales en el Mishnéh Torá.
En cualquier caso, ya que en el mes de Tevet el cuerpo disfruta del cuerpo, podemos decir que en este mes el cuerpo del Rambam –su Mishnéh Torá– goza del cuerpo del Alter Rebe –su Shulján Aruj, y viceversa. Así que este es un mes especialmente propicio para el estudio en conjunto de estas dos grandes obras. Efectivamente hemos visto muchas veces en el pasado como una gran cantidad del razonamiento del Alter Rebe en su Shulján Aruj se remonta a la metodología del Rambam en la Mishnéh Torá. Y sabemos de la relación especial que el Rebe de Lubavitch tenía por el estudio del Rambam, a pesar de que a menudo no nos guiamos según la opinión del Rambam. Sin embargo, el Rambam es el único de los grandes juristas que abarca todas las mitzvot y las leyes de la Torá en su obra legal, incluso hasta las leyes de los reyes y sus guerras y las leyes del Mashíaj.
Ahora vamos a hacer un poco de guematria que demuestra cómo estos dos cuerpos disfrutan uno del otro. El valor numérico de "Mishnéh Torá" 1006 (מִשְׁנֶה תּוֹרָה) junto con “Shulján Aruj” 684 שֻׁלְחָן עָרוּךְ)) es 1690, el producto de Havaiáh 26 (י–הוה) por Adni 65 (א–דני). El producto del Nombre esencial de Dios (Havaiáh) con el Nombre Adni, que simboliza Su soberanía (reinado) representa la gran unificación de la unificación superior y de la unificación inferior.
Muchos estudiosos llaman al cuerpo del Rambam por un nombre diferente, Haiad Hajazakáh (הַיָד הַחֲזָקָה), “La mano fuerte”. Si sumamos este nombre cuyo valor numérico es 144 a Shulján Aruj del Alter Rebe 684, la suma es 828, ó 4 veces “luz” 207 (אוֹר, or), ¡¡lo que implica que el valor promedio de cada una de las 4 palabras en esta hermosa unión entre los cuerpos del Rambam y del Alter Rebe es “luz”!!
828 es también el valor de Tzafnat Paaneaj, el nombre dado por el faraón a Iosef, que significa “el que descifra lo oculto”, elegido por el Rogachover (cuyo nombre propio fue Iosef) para sus propios libros. Hemos mencionado al Rogachover anteriormente como uno de los comentaristas modernos más importantes de la obra del Rambam.


Tevet 5773
EL SENTIDO DE LA IRA REFINADO
Es difícil pensar en un rasgo peor que la cólera. No en vano dijeron los sabios “No trates de calmar a  tu amigo cuando está enojado": cuando nos enojamos, cuando "la sangre sube a la cabeza”, la cara se pone bordó y sentimos que estamos a punto de explotar, perdemos el control de nosotros mismos. Perder el control es perder lo que nos hace seres humanos, nuestra imagen Divina dentro de nosotros. Por eso uno de los objetivos principales de la labor espiritual en todos los sitios es trascender la ira.

Sorprende, entonces, que uno de los 12 sentidos de la psiquis sea justamente la ira. Tener sentido de la ira es saber cómo, cuándo y por qué corresponde enojarse. Sucede que de acuerdo al judaísmo la ira no es algo malo en principio y así como todo otro rasgo de nuestra personalidad, no hace falta suprimirla completamente, sino regularla y dirigirla. La mayor parte de los enojos son superficiales y negativos, pero hay algunos que provienen de la preocupación y el cariño, y en verdad lo negativo es evitarlos. El libro del Zohar dice sabiamente: "Hay ira y hay ira... hay una ira llamada ‘bendita’ y hay una ira llamada ‘maldita’”.

La cuestión es, por supuesto, cómo distinguirlas.

Enójate y no peques

En pocas palabras, la ira negativa deriva de un exceso de nuestra conciencia del "yo", el ego. El orgullo nos hace imaginar que nos corresponde todo tipo de cosas, y cuando la gente no nos da lo que queremos nos enojamos con ellos. Esta es una ira para escaparnos de nuestra propia rectificación y para arrojar sobre los demás todas nuestras falencias inconscientes.
El primer paso en la corrección de la ira negativa es redirigir nuestra mirada crítica desde afuera hacia adentro, hacia nosotros mismos. Dicen los Salmos: "enójate y no peques." ¿Cómo puede la ira salvarnos del pecado? Explicaron los sabios: "La persona siempre tiene que encolerizar su instinto del bien sobre el instinto del mal”: tenemos que dirigir nuestra cólera hacia nuestro instinto del mal, hacia nuestros deseos e instintos egoístas. Cuanto más estemos ocupados en rectificarnos a nosotros mismos, nuestra mirada al prójimo será más indulgente. Sólo entonces podremos volver a dirigir una ira rectificada sobre las cosas malas del mundo.
La diferencia entre la ira anterior a la rectificación propia y la que viene después, es que entonces el enojo está purificado de nuestros ‘intereses’ personales, y se dedica sólo a corregir la iniquidad. Esta ira es ahora un “enojo justificado”.

La ira y la vista

Como se ha explicado en artículos anteriores, cada uno de los seis primeros sentidos es una preparación psíquica para cada uno de los seis sentidos últimos, el que se encuentra “enfrente” en el ciclo anual de los meses. El mes que se encuentra frente a Tevet es Tamuz, el sentido de la vista. ¿De qué manera se puede hablar del sentido de la vista como una preparación del camino hacia el sentido de la ira?

La cuestión del sentido de la vista es desarrollar una visión profunda, salir de la observación de lo que está en la superficie y dirigirnos hacia los estratos internos de la realidad. Y por cierto, una de las cosas más importantes que nos proporciona la visión interior es el poder de elevarnos por sobre la ira. Quien profundiza su visión puede colocar en un contexto más amplio el evento que desencadena el enojo, calmarse y sopesar con la cabeza fría la respuesta correcta que va a elegir.

Pero elevarse por encima de la ira exterior es sólo el primer paso. El Jasidismo explica que, aunque siempre tenemos que buscar el bien oculto en las cosas malas que ocurren, a nosotros o a los demás, no debemos dejar de orar y procurar "el bien visible y manifiesto", simplemente la eliminación del mal y el triunfo del bien. La observación en busca de defectos y anormalidades revelados no es completa si no conduce en última instancia una exigencia de ver cómo rectificarlos, visionar con los ojos físicos cómo hacer que haya justicia efectiva en este mundo. Este reclamo es el sentido de la ira rectificada, de la cual se dijo “mis ojos están turbios por la ira”, no está dispuesto a ver la injusticia por tanto tiempo.

Está explicado en jasidut que el motivo interior de esto es que tenemos dos ojos, que además de la visión estereoscópica, nos permite dirigir el ojo de la bondad hacia afuera y el ojo de la autocrítica hacia adentro. Y así, se puede ver a esos dos ojos como la expresión de dos tipos de ira positiva que surgen gracias a la visión interior: el ojo que mira hacia adentro engendra la ira por lo que depende de nosotros (como el dicho de los sabios mencionado, “La persona siempre tiene que encolerizar su instinto del bien sobre el instinto del mal”). Y el ojo dirigido al exterior genera ese disgusto por lo que no podemos reparar, y la súplica a Hashem por su ayuda, como la plegaria de Janá, la madre del profeta Shmuel, de quien se dijo: “por tanta plática y cólera hablé”.

Los sentidos de Dan

La tribu que corresponde al mes de tevet y al sentido de la ira es Dan, muy apropiado a su nombre, que significa ley y juicio. Se cuenta sobre esta tribu que era “la inferior de las tribus”, al contrario de la tribu de Iehudá, “la más grande de las tribus”, a pesar de que tenía mucha población. En otras palabras, la tribu de Dan era la capa más populosa, “Tu pueblo Israel” que se encontraba en la base de la pirámide social. Por esta razón fue también "el campamento de Dan recogía de todos los campamentos”, ellos iban al final de la caravana, recogiendo las cosas que los demás iban perdiendo, y por eso eran los primeros en hacer frente a los enemigos que atacaban por la retaguardia.

La correspondencia de la tribu de Dan con el sentido de la ira significa que esta clase de gente, las personas que están en el terreno y la acción, no son necesariamente las más intelectuales, la llamada “mayoría silenciosa”, tiende a tener un alto grado de sentido común y a estar alertas ante situaciones en las que se debe aplicar la ira positiva. Su conexión directa con el lado áspero de la vida y su la lealtad natural hacia sus allegados y sus aliados, les permite captar aquellas situaciones delictivas e injustas que no se las puede dejar pasar callado. Esto contrasta, por ejemplo, con la gente como Iehudá -la élite intelectual, que con talento para hablar (es decir, la cultura y la comunicación), que por tomar en cuenta tantas "consideraciones", tienden a veces perder esa tipo de honestidad simple y natural.

El atributo de la ira justificada se reconoce y es famosa en los descendientes de Dan, como el valiente Shimshón, que fue rápido para tomar represalias contra los filisteos siempre que molestaban al pueblo de Israel. Además, también aparece en el Midrash en el único hijo de Dan, cuyo nombre era Jushim, "sentidos" y era sordo. El Midrash relata que cuando los hijos de Israel desde Egipto llegaron a la Cueva de los Patriarcas para enterrar a Iaacov, apareció de repente el anciano Eisav y argumentó que la parcela de la tumba que quedaba, junto a Lea, le pertenecía según la ley. Se generó entonces una discusión legal entre los hijos de Israel y los hijos de Eisav, acerca de la naturaleza exacta de la venta de la primogenitura a Iaacov, que concluyó al enviar un mensajero de vuelta a Egipto para encontrar el documento original de la venta. Jushim hijo de Dan, que no escuchó nada de la discusión legal, preguntó cuál era el motivo de la demora, y cuando le explicaron inmediatamente gritó “¿hasta cuándo se va a seguir denigrando al abuelo?” Levantó la espada y degolló a Eisav.

La sordera de Jushim a los detalles del procedimiento judicial le permitió ver por encima de ella, e identificar el punto principal: que Eisav se estaba burlando de los hijos de Israel, los trataba de confundir y cada minuto que pasaba sin darle la contestación que le correspondía era un desprecio hacia nuestro pueblo. Por desgracia, la fuerza de este mensaje se conserva hasta hoy, y sería muy bueno que todos lo tomemos en cuenta.

La ira y la delicadeza (adinut)

La tarea de la rectificación de las cualidades se basa principalmente en hacerlas más refinadas, el desarrollo de sentidos más finos y sensibles. Pero al ocuparnos de esto, debemos tener cuidado del exceso de refinamiento, una situación en que por tanta delicadeza nos encontramos paralizados ante los crímenes y las distorsiones evidentes, incapaces de responder frente a ellos con la dureza apropiada. Al contrario, el exceso de gentileza lleva a una especie sentidos groseros y toscos. Una refinación completa, entonces, es la refinación consciente de sus limitaciones, capaz, en los momentos de necesidad, de ponerse a un lado y dar lugar a la ira justificada.
Esta relación entre la delicadeza y la firmeza se resume en el Midrash de los sabios de bendita memoria que relata acerca de uno de los valientes de David, de nombre “Adino Haetzni”. Interpretan los sabios que los nombres de los héroes de David eran en esencia calificativos de las heroicidades del rey David mismo, y que es llamado “Adino Haetzni” porque “cuando se sentaba a ocuparse de la Torá se hacía delicado (adin) como un gusano, y en el momento que salía a la guerra se endurecía como un árbol”. En David, su asertividad, su firmeza no se oponía a su delicadeza sino lo contrario, la complementaba.

David es un descendiente de Iehudá, la tribu de la nobleza, y este Midrash cuenta cómo se incorporó la cualidad de la tribu de Dan su opuesto. Pero como Iehudá tiene que aprender de Dan, también Dan tiene que aprender de Iehudá. Efectivamente, una de sus principales aspiraciones del fundador del Jasidismo, el Baal Shem Tov, era unir a los judíos simples con los sabios, y mostrarles que cada uno tiene algo que aprender del otro.

La lección que Dan tiene que aprender de Iehudá no es cómo agregar ira a la delicadeza, sino cómo moderar la ira. La ira moderada. Ira moderada no explota hacia afuera sin control, sino que se genera a partir de una comprensión lúcida. Es una cólera focalizada que viene a servir a un objetivo, no a desahogar nuestra irritación, y proviene de una personalidad tranquila y relajada, incluso divertida. Este es el significado jasídico del verso de Eclesiastes: “tov caas misjok”, “buena es la ira que la risa”: “la ira buena, explica el Jasidut, proviene de la risa, de la diversión íntima imbuida de fe de que también las cosas que más nos enfurecen son en última instancia de Dios, “El que mora en los Cielos ríe”. Fueron creados como un desafío para nosotros, para enfrentarnos a ellos con un espíritu noble y tranquilo.

*Ver los doce sentidos del alma.




Tevet - טבת

EL BUEN OJO      עין טובה
Según la Cabalá, cada mes en el calendario hebreo fue creado por una letra [אות , ot] del alef bet. En el ciclo actual aprendemos acerca del mes a través de la letra que le corresponde, y descubrimos maravillas [nifla-ot].

¿Cómo podemos cambiar la perspectiva que tenemos del prójimo, abrir de nuevo los ojos y verlo con una luz positiva? Esta tarea es adecuada para Tevet, ya que de acuerdo a la Cabalá este mes se creó con la letra ain ע , y una simple conexión entre el nombre de la letra y del mes crea el concepto de buen ojoain tová.

En el Tratado de Avot, dedicado a rectificación de las cualidades, está dicho que el “buen ojo” es la cualidad que se destacó en Abraham, versus el "mal ojo", que es cualidad Bilaam el malvado. Y tenemos que ser "de los discípulos de Abraham Avinu" que llegan a ser "comemos en este mundo [buena vida y feliz] y alcanzamos el mundo por venir [la recompensa por las buenas acciones]". [El Tratado de los Padres, 5:19 y explicación de Rashi: “Un buen ojo, es aquel que no tiene envidia por su compañero y es preciado para él el honor de su compañero como el suyo propio”, y ver también la explicación del Rambam allí]

Simplemente, "buen ojo" significa ver al otro de forma positiva, frente a la característica del mal ojo que ve y resalta el medio vaso vacío y perverso, la especialidad del malvado Bilam. Pero la cuestión es ¿Cómo logramos adoptar esta visión del buen ojo?

¿Cómo ve el ojo?

Para ello, meditaremos en nuestra letra especial, ain
עין , y comencemos por el hecho de que la palabra עין , tiene tres significados principales en la lengua sagrada:

a. Ain: Órgano de la visión,

b. Ke’ein: La apariencia de algo y sus matices, como en los versos “la apariencia de la tierra”, [ain haaretz, Éxodo 10:5 y Rashi], “y su apariencia era como el “ojo de cristal” [einó keain habedola, lit. “perla”. Números 11:7, respecto al “man”].

c) Maaian: “manantial”, como en "Yo estoy sobre el ojo de agua". [Génesis 24:13]
Estos significados están relacionados entre sí, ya que nuestro ojo ve la apariencia de las cosas, y hay un sorprendente parecido entre el ojo (del que fluyen constantemente gotas-lágrimas) y el manantial de aguas vivas.

El ojo es un órgano maravilloso, y el proceso visual hasta el procesamiento final de la percepción visual en el cerebro es más maravilloso todavía. Acostumbrados a pensar que la visión es completamente objetiva, “veo las cosas tal como son”, pero cuando nos familiarizamos con el sistema visual nos damos cuenta de que la vista no es simplemente un reflejo de la realidad exterior, sino (y sobre todo) la forma en que percibimos.

Y si es así con la visión física, cuánto más con la visión espiritual: ¿Cómo veo al otro y lo juzgo? Depende de mi perspectiva. La apariencia de la cosa (su aspecto y su color) depende de cómo lo ve mi ojo (y luego llegaremos también al manantial, maaian.). Pero todavía hay que entender ¿cómo se puede determinar y ajustar el punto de vista?


Ojo de la Humildad

Ahora vamos a pasar a la forma de la letra ain. Primero veamos lo que sobresale al ojo, que la letra ain
¡עין tiene dos ojos! Simplemente, a primera vista la letra semeja tener dos ojos que te miran desde su cabeza. Más específicamente, la Cabalá explica que la letra ain se escribe como una nun נ , alargada que sobre la que está inserta una vavו , (de nuevo, están invitados bienvenido a usar su imaginación).

Ahora añadimos las letras ain 
ע , nun נ y vav ו , y obtenemos la palabra ענו , anav, “humilde”, "Y el varón Moshé era muy humilde, más de todos los hombres en la tierra”. [Números 12:3]
En nuestro contexto, la humildad es la cualidad básica en la psiquis que dirige la buena mirada. Dado Moshé Rabeinu era la persona "más humilde de todos los hombres”, no busca valorarse como alguien superior a la otra persona, por eso mira a todos con buen ojo, positiva y favorablemente. Es fácil ver con buenos ojos a las "buenas personas", pero ¿qué pasa con las personas que realmente hacen cosas malas? Moshé podía ver en cada persona un punto de bondad, e incluso algo especial que no tiene Moshé! Incluso si de hecho las acciones son pésimas, ¿quién sabe qué pudiera pasar si yo estuviera exactamente en la misma situación? Y nunca se puede estar exactamente en la misma condición del otro. "No juzgues a tu amigo hasta colocarte en su lugar", [Avot 2:4] y puesto que nunca llegarás a estar en su lugar nunca lo consideres culplable, sino "¿El juzga a cada persona favorablemente”? [Avot 1:6]
Así también Abraham Avinu, fue el primero en la Torá que se destacó por la cualidad de la humildad, "y yo soy polvo y ceniza", [Génesis 18:27] por lo que mira con muy buen ojo a todo el mundo.
Cuando nos adaptamos a mirar con ojo favorable a todos, descubrimos que todo judío tiene un manantial de aguas vivas. Incluso si el manantial está obstruido y tapado con duras piedras, una visión amorosa y positiva puede descubrirlo y sacar el agua de vida afuera. La fuente de agua para el pueblo de Israel después del Éxodo de Egipto, durante los cuarenta años de vagar por el desierto, fue el pozo milagroso, llamado Beer Miriam, "El Pozo de Miriam". Miriam la profetiza con sus buenos ojos vio el agua dulce que hay en cada judío (incluso si por fuera parecen aguas amargas, maim marim), y así el pozo sube y desborda, 
עלי באר עֱנוּ לה . “Fue entonces que Israel cantó este cántico: Levántate, oh pozo, responde a [este cántico]." [Números 21:17. La palabra עֱנוּ enú, “responde”, en este verso suma en escritura completa como la palabra עָנָו , anav, “humilde”, que se le dijo a Moshé, y estas son las únicas veces que aparece esta combinación de letras en la Torá.]

Ver setenta matices

Llegamos al valor numérico de la letra ain, 70. El número 70 se encuentra en la Torá en diferentes contextos famosos: Los hijos de Noaj se dividieron en setenta naciones que hablan los setenta lenguas-idiomas, con setenta almas descienden Iaacov y sus hijos a Egipto, Moshé reúne setenta ancianos para liderar al pueblo de Israel, y de aquí también los setenta y un ancianos-jueces constantes del Sanedrín (La Corte Suprema de Justicia). En palabras de los sabios, está la famosa frase "setenta caras tiene la Torá", y también mencionemos que hay setenta Nombres de Dios.

¿Qué hay en común en todos estos? Todos se ocupan de un abanico de diferentes matices que expresar una cosa, setenta puntos o miradas de lo mismo. Un aspecto fascinante de la letra ain es la relación entre ella y la letra alef, no sólo por la pronunciación parecida que tienen ambas (y sabemos que en muchos no idiomas letra ain no tiene un equivalente, y muchos de nosotros no podemos pronunciarla correctamente), sino también porque hay muchas parejas de palabras conde al alef expresa el aspecto interior de la letra ain (por ejemplo 
אור עור , luz-piel, la “piel humana cubre la luz del alma” [y sobre el verso “Y le hizo Hashem Elokim a Adam y a su mujer un vestido de piel” está dicho en el Midrash que Rabi Meir escribió: “un vestido de luz”, Bereshit Rabá 20:12]). También es así en relación a los setenta números, todos expresan lo mismo por dentro, la ain (70) rodea a la alef (1).

En nuestro contexto, podemos mirar a todo judío de setenta formas multicolores, setenta puntos-miradas que se captan en el ojo del espectador (donde la palabra “formas-rostros”, 
פנים , panim, equivalente en guematria ojos, עינים , einaim). Así como el pueblo de Israel comenzó su camino como pueblo con setenta almas (como leemos en la Torá durante el mes de Tevet), en cada judío se reflejan setenta caras diferentes. El secreto del buen ojo es saber elegir la cara con la que el otro se ve mejor y más bello, dirigir nuestra mirada a captar ese rostro hermoso.

Saber enojarse

Después de toda hermosa charla sobre el amor y el buen ojo, hay algo en Tevet que supuestamente nos puede echar a perder la diversión. Según la Cabalá, ¡el sentido de la psiquis especial del mes de Tevet es el sentimiento de la ira! ¿Cómo se asienta el sentido de la ira con la cualidad fundamental del buen ojo que estamos esforzándonos en adquirir como estudiantes de Abraham Avinu?

Hay ira y hay ira. "En tres cosas se conoce a la persona, por su copa (cosó), su bolsillo (kisó) y su ira (caasó)" [Iruvin 65:2], qué hay allí debajo la cubierta (kisui), qué se encubrir (mecusé) dentro del bolsillo (kis), qué hay dentro del vaso (cos), y qué ojo (ain) hay bajo de la cubierta (kisui) que crea la palabra ira, (caas). La ira que proviene del mal ojo (como la ira de Bilaam) es una ira negativa y venenosa, destruye el mundo, una ira que proviene del orgullo que hierve por todo aquello que no me conviene y no se doblega debajo de mí, "todo el que se enoja es como un idólatra." [Rambam, Halajot Deot 2:3, Zohar tomo III, 179a]

Pero el quien acostumbra manejarse con la cualidad del buen ojo, cuyo interior está lleno de humildad como Abraham y Moshé, sabe también estar enojado e irritarse de forma correcta. El enojo correcto comienza con enojándose consigo mismo, para ser exactos, con los aspectos malos de uno, "En la persona siempre se tiene que enojar el buen instinto sobre el mal instinto, como está dicho ‘que se enojen y no pequen’. [Salmos 4:5]." [Berajot 5a]

El hombre fue creado con dos ojos (en forma de ain
ע ), uno para mirar a los demás favorablemente, y el otro para mirarme a mí mismo con ojo crítico (para rectificar, y no con una tendencia a la desesperación, Dios no lo quiera). Entonces, cuando veo algo no bueno en los demás, automáticamente tengo que enojarme primero con mi ietzer hará que me molesta para ver lo bueno en los otros, y luego lo juzgo favorablemente, y puedo separar entre él y sus acciones y su mal instinto. Así se puede llegar a la ira rectificada, enojarse con el mal mismo y hacerle la guerra a muerte.

Está también el falso "buen ojo", que esparce sólo flores y un amor meloso. Tal ojo no distingue entre el bien y el mal y lo sagrado de lo impuro, por lo que justifica toda la injusticia y la maldad y finalmente conduce a la destrucción.

Pero un buen ojo verdadero sabe destacar el bien y resaltarlo, enojarse con la maldad y luchar contra ella hasta la victoria del bien sobre el mal, el alma humana y en el mundo.





EL DÉCIMO DESCENSO HACIA EL DIEZ DE TEVET

El año judío comienza solemnemente con el sonido del shofar de Rosh Hashaná (el Año Nuevo), y continúa alcanzando nuevos clímax con Iom Kipur (el Día del Perdón), Sucot (La Festividad de los Tabernáculos) y Simjat Torá (el Regocijo de la Torá). A pesar de un cierto descenso de la energía durante el mes de Jeshvan, que no tiene festividades, el aroma de las festividades sigue acompañándonos hasta que llegamos al tercer mes del año, Kislev. Kislev es iluminado por las velas de Janucá, que brillan durante del final del mes incluyendo el inicio del mes de Tevet. Las velas de Janucá simbolizan el final de la luz que brilla en las festividades con las que comenzó el año. Entonces llega el mes de Tevet y el ayuno del Diez de Tevet, el primero de los ayunos que conmemoran la destrucción del Templo.1
El Diez de Tevet marca el comienzo del asedio a Jerusalén, entonces empezamos a darnos cuenta de que hay fechas en el calendario judío que no son ocasiones tan felices...
El descenso más hondo
Podríamos decir que el Diez de Tevet es el descenso más hondo. En Rosh Hashaná todo es prístino y claro, incipiente y puro, como si nos encontráramos en la cima de la montaña respirando profundamente el aire fresco que viene de las alturas. Entonces, nuestras oraciones están en el más alto nivel posible, al orar a Dios: "Reina sobre el mundo entero con Tu gloria".2 Pero es difícil mantenerse en la cima de esta montaña espiritual, y después de las fiestas, naturalmente, comienzan a descender. Las grandes luces desaparecen poco a poco, los sentimientos de santidad y elevación espiritual se desgastan y parece que perdemos la energía espiritual que adquirimos a principios de año.
La finalización de este proceso es simbolizado por el número diez, que siempre representa un punto final. Esto se ve simplemente con nuestros diez dedos, o en el sistema decimal en el que el número diez es el número final. De hecho, el Diez de Tevet es el décimo desde dos direcciones: es el décimo día del décimo mes (cuando contamos los meses de Nisan). Algunos años, como en este año 5774, el Diez de Tevet cae en verdad el día 100 del año y 100 es 10 al cuadrado (102). Por lo tanto, hemos descendido los diez niveles y llegamos al piso. Parece oportuno entonces, que el Diez de Tevet represente todo el proceso de destrucción, ya que fue en este día que Nabucodonosor, el rey de Babilonia, comenzó el asedio a Jerusalén -el principio del fin del primer templo.
Jasidut nos enseña que cada fenómeno en el plano nacional también se refleja en el plano personal. Por ello, el Diez de Tevet debe explicarse no sólo con referencia a la destrucción de Jerusalén y el Templo en su contexto literal, sino también a los acontecimientos que se producen en nuestra psiquis. Y una vez que hayamos construido el templo en nuestras almas, el templo físico en el monte Moriá también será reconstruido. Lo mismo es cierto desde la perspectiva opuesta: una vez que el Templo es reconstruido, la luz de la Presencia Divina ilumina en nuestros corazones, como lo indica el verso: "Y harás para Mí un templo y Yo habitaré dentro de ellos" -"dentro de ellos" en plural, lo que significa que Dios morará dentro del pueblo judío.3 Cada uno de nosotros tiene una Jerusalén interior en su corazón, un punto interior de perfecto temor del Cielo.4 Este punto de Jerusalén dentro de nuestro corazón se despierta en Rosh Hashaná, pero desaparece poco a poco hasta que las luces se apagan finalmente el Diez de Tevet.
Paralelo a esto en escala nacional, la reconstrucción de Jerusalén y del Templo son el punto culminante de la conexión entre el pueblo judío y el Todopoderoso. Sin embargo, vemos que inmediatamente después de la dedicación del primer Templo por el rey Salomón, se inició un proceso de declinación espiritual que terminó con el asedio y la destrucción del Templo. En los últimos años, también se ha convertido en un costumbre mencionar el terrible Holocausto, que no podemos imaginar una noche más oscura que su negra sombra.
Cuando el Descenso se vuelve Positivo
Así ¿cuál es el propósito de este descenso? ¿Por qué ayunamos en el Diez de Tevet? ¿Es para regodearnos con la tristeza y la depresión, sólo para derramar lágrimas por haber llegado a un punto tan bajo? ¡No, en absoluto! Un día de ayuno es un día que nos despierta para rectificar la situación desde abajo, como escribe Maimónides5:

“Hay ciertos días en que todo el pueblo judío ayuna debido a las tribulaciones que han tenido lugar en ellos. [Esto es] para despertar los corazones y abrir los caminos hacia el arrepentimiento y esto debe recordarnos nuestras malas acciones y las de nuestros antepasados​​, que no fueron mejores que nuestros propios actos, tanto es así que ellos trajeron sobre ellos y sobre nosotros estas dificultades. Porque, al recordar estas cosas, vamos a volver a hacer el bien...

Puesto que cada ayuno es "Para despertar los corazones y abrir los caminos hacia el arrepentimiento", tomemos nota del tipo de despertar que es especialmente adecuado al ayuno del Diez de Tevet. Ya hemos visto que el ayuno del décimo mes es una fase de descenso y podemos aprender de esto que debemos encontrar el camino particular al arrepentimiento al cual tenemos acceso en ese día. La clave está en transformar el propio descenso en algo bueno. ¿Cómo se puede lograr esto?
Entremezclado con todo estado emocional de despertar hay algo superficial y no del todo auténtico. Cuando nuestro corazón late con entusiasmo y palpitan fuertes sentimientos dentro de nosotros, siempre existe un sentido del yo, el ego, que siente estas emociones y con frecuencia no son cien por ciento auténticas. Estas emociones suelen incluir un tanto o más de imaginación, o un intento de reproducir algo que no es realmente nuestro. Pueden también estar acompañados por una auto-excitación, hasta cierto punto, que produce una experiencia artificial de éxtasis espiritual. Dentro de semejante atmósfera de ensueño tan edificante, uno se siente flotar en algún lugar por encima del suelo y por encima de nuestro propio carácter. Muchas de las luces que alcanzamos en este estado no se convierten en una adquisición personal propia. Para hacerlas nuestras, tenemos que descender con ellas al nivel más bajo posible, para renunciar a nuestro éxtasis espiritual, dejar a un lado nuestra imaginación y permanecer un poco "secos". Cuando llegamos a lograr hacer esto, alcanzamos el nivel más profundo de nuestro ser interior que es el “mí” esencial sin ningún tipo de adornos. Un proceso de descenso como este es la verdadera curación del alma de una persona, una especie de "dieta psicológica", que se deshace de todas las grasas en exceso y revela nuestros huesos y nuestra esencia fuertes y sanos.
Así, después de los primeros cien días de benevolencia del año, debemos completar nuestra dieta psicológica ayunando el Diez de Tevet. En lugar de una caída negativa, debemos descender a un nivel positivo en el que logremos bajar todas las grandes luces que hemos experimentado previamente al nivel del suelo de nuestras almas. En el Diez de Tevet debemos volver a Dios de una manera en que no se esperan grandes luces. Sólo tenemos que descender a la realidad mundana y al nivel esencial del alma y simplemente empezar a servir a Dios desde ese nivel.
A nivel nacional, después de su destrucción, Jerusalén fue reconstruida y el Templo inaugurado, con una magnífica belleza incomparable. Pero retrospectivamente, se hizo evidente que algunas de las grandes luces no fueron completamente integradas por la esencia interior de la nación. Por esta razón, fue necesario pasar por un proceso de depuración más profundo, tal como advirtieron todos los profetas. Ellos fueron enviados para hacer retornar al pueblo judío al Todopoderoso y nos advirtieron que el Templo no tiene que ser asociado a un certificado de seguridad de que esta completo en sí mismo y que no requiere ningún otro servicio. En este contexto, el mensaje del Diez de Tevet es trabajar en el proceso positivo de traer las grandes luces espirituales al mundo y verlas en la realidad mundana. De hecho, los sabios describen la morada de la Presencia Divina en el Templo como un descenso positivo: "Cuando Dios creó el mundo deseó tener para Él una morada en los mundos inferiores."6 Las transgresiones expulsan a la Presencia Divina de la tierra al cielo, mientras que las buenas acciones de los justos reconstruyen el Mishkán (Tabernáculo) y el Templo y logran traer a la Presencia Divina hacia abajo a los reinos inferiores.
El exilio de la Divina Presencia del Templo se describe como las diez travesías que realizó la Presencia Divina desde que se elevó del lugar Sagrado de los Sagrados en el Templo, hasta llegar a su morada en los cielos.7 La redención es un descenso renovado de la Presencia Divina a la realidad inferior, literalmente, como se le llama "Una morada en los mundos inferiores."

Un Ayuno Fácil
El profeta Zacarías anunció que todos los días de ayuno que conmemoran la destrucción del Templo se convertirá en alegría y felicidad, "El ayuno del cuarto mes [el 17 de Tamuz] y el ayuno del quinto mes [el 9 de Av] y el ayuno del séptimo mes [Tzom Guedalia, 3 de Tishrei] y el ayuno del décimo mes [10 de Tevet] será para la Casa de Iehudá para gozo y felicidad y tiempos festivos".8 Aun cuando ayunamos y lloramos, ya podemos sentir la gozo futuro que se esconde en estos días. De hecho, en estos días estaban destinados a estar alegres desde el principio, "El final en la acción está primero en el pensamiento."
En la práctica, el Diez de Tevet es el ayuno más fácil, ya que cae durante los días más cortos de invierno. Esto es especialmente cierto este año (5774) que cae en viernes, cuando estamos ocupados en los preparativos del Shabat y apenas sentir el ayuno en absoluto. Esto indica la sencillez con la que podemos transformar este ayuno y endulzarlo, uniendo el viernes al Shabat, que es "el sabor del Mundo Venidero”. Al percibir la destrucción en su punto inicial, podemos transformar el descenso negativo en un descenso positivo, trayendo la Presencia Divina a este mundo inferior.
Reinado en el Reinado
De acuerdo a la sabiduría cabalística, podemos percibir fácilmente el descenso antes mencionado como un concepto positivo. En Cabalá, la creación del mundo se describe como un largo, complejo e intrincado proceso evolutivo de descenso desde la espiritual Luz Divina Infinita hasta las profundidades de la realidad mundana en el mundo tal como lo conocemos.
El sistema básico que transcurre en este proceso es el entramado de las diez sefirot, de las cuales la décima y más baja es la sefirá de reinado. Dentro de la sefirá de reinado existe una inter inclusión de las diez sefirot, por lo que todas las sefirot de hecho finalizan en “reinado de reinado", que es el décimo del décimo, exactamente igual que el Diez de Tevet, el décimo día del décimo mes.
Sin embargo, aunque el sistema de las sefirot desciende a la sefirá de reinado, la más baja de todas, el descenso no es un declive negativo y de deterioro. Por el contrario, se esfuerza por cumplir el deseo de Dios para alcanzar el punto más bajo hacia el que está dirigida. Toda la evolución de los mundos espirituales pretende alcanzar el punto más bajo, para revelar el reino de Dios dentro de nuestra realidad mundana superficial que parece totalmente ajena a la espiritualidad. El objetivo final es dar a conocer el reino de Dios en todos los niveles del mundo y en la conciencia de todas las creaciones. Entonces "Dios será Rey sobre todo el mundo. En ese día Dios será Uno y Su Nombre será Uno".9 La extensión de su reinado en todas sus creaciones es un descenso positivo. Por otra parte, la raíz "descender" (ירד ) también se refiere a "el gobierno y reinado" (como lo encontramos en varios versículos de la Torá).10
El reino de Dios no es sólo una idea abstracta o meramente una cuestión de reconocer la soberanía de Dios en nuestros corazones. El reino de Dios se presenta con un atuendo muy concreto, en la forma del reino de Israel. Cuando el pueblo judío se une en la Tierra de Israel bajo una autoridad rectificada que sigue a la Torá, se convierte en el reino de Israel, que sirve de trono para el reino de Dios en el mundo. Esta idea se hace evidente en el versículo que se refiere al rey Salomón: "Y se sentó Salomón en el trono de Dios como rey".11
El plan correcto para construir el reino de Israel
aparece como un proceso de tres etapas:12

1. La rectificación de liderazgo al punto de Coronar un rey de Israel. Debe ser un rey justo que se preocupe por su pueblo, descendiente del rey David, cuyo éxito demuestra que él es el Mashíaj.
2. La victoria sobre todos los enemigos: esta etapa de la guerra va a culminar con la victoria sobre Amalec, el enemigo arquetípico del pueblo judío, que será esencialmente eliminando internacional todo el mal del mundo.
3. La construcción del Templo, llegando a una edad de oro cuando la Presencia Divina se encuentre dentro del pueblo judío, y a través de ellos llegue a todo el mundo.

Las tres fechas que conmemoran la destrucción
 van en paralelo a las tres etapas de este proceso:

1. El Diez de Tevet, con el comienzo del asedio sobre Jerusalén vio la nulidad del reino judío en Israel.
2. El diecisiete de Tamuz, se produjo una brecha en la muralla que rodeaba a Jerusalén y la guerra se extendió a todos los rincones.
3. El remanente de la capacidad militar se desmoronó el Nueve de Av, cuando el propio Templo fue destruido.

También en este caso, nuestra tarea es transformar
 los días de ayuno en alegría y felicidad, por lo tanto:

1. El Diez de Tevet, el día de la décima sefirá, un día en que se anuló el reinado judío, es nuestra tarea restablecer el reino de Israel, mediante la unión del pueblo en torno a un liderazgo rectificado que sigua la Torá. Esto rectifica el descenso, empezando desde abajo, desde el nivel primero y fundamental de rectificar la dirección del Estado.
2. El diecisiete de Tamuz nos enfrentamos al aspecto militar de las cosas, cuando se hace evidente que el Mashíaj triunfará, sin una sola batalla y sin disparar ni una bala (como Rabi Najman de Breslev enseña).
3. El Nueve de Av estamos ocupados con la reconstrucción del Templo, que es el sello divino que resulta de nuestro propio trabajo: "Con fuego lo has quemado y con fuego lo reconstruirás en el futuro".13

Adaptado y traducido del artículo titulado " El ayuno del Décimo Mes”, del libro, Maaián Ganim מעין גנים tomo Bereshit (בראשית ).
NOTAS

1 El Ayuno de Guedalia (el 3 de Tishrei) precede al Diez de Tevet en el calendario, pero cronológicamente hablando, el Ayuno de Guedalia era el ayuno que culminó la destrucción.
2 Plegarias de Rosh Hashaná.
3 Éxodo 25:8. Reishit Jojmá, Shaar Haahavá, cap. 6.
4 Las letras principales de las palabras, "el temor completo a los Cielos" (יִראַת שָׁמַיִם שְׁלֵמָה ) son las siglas de "Jerusalén" (יְרֻשַׁלַם ).
5 Hiljot Taanit 5:1.
6 Tanjuma, Naso 16.
7 Rosh Hashaná 31a.
8 Zacarías 8:19.
9 Zacarías 14:9.
10 Por ejemplo, Génesis 1:28; Números 24:19.
11 Crónicas I 29:23.
12 Maimónides, Hiljot Melajim (Leyes de Reyes).
13 A partir de la adición a la oración de pie (amidá) en el Nueve de Av.

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