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sábado, 6 de julio de 2024

5784 JUKAT

 BS"D

JUKAT - חֻקַּת

 Números 19:1 - 22:1  Haftara: Jueces 11:1-33




Baruj Hashem! el Rav Ginsburgh, ITZJAK FEIVISH BEN BREINA MALCA está evolucionando muy bien, se está recuperando de su transplante de riñón y seguimos rezando, estudiando y poniendo tzedaká por su curación completa y pronto regreso a su casa.

Entra aquí para saber sobre el rav:

https://galeinai.org/apoya-al-rav-ginsburgh/


 Erev Shabat Shalom a todos los amigos,

Baruj Hashem, el estado del rabino sigue mejorando: ayer bajó de la cama al sillón y hoy salió de cuidados intensivos a la sala general. Los médicos están satisfechos y el estado de ánimo es bueno. Por supuesto, todavía hay motivos para seguir rezando, tanto por su bienestar como por el éxito de la aceptación del trasplante.

Una aclaración importante para todos los que preguntan sobre visitas, etc.: Después de un trasplante, se administran medicamentos para debilitar el sistema inmunológico, para que el cuerpo no rechace el injerto, por lo que se debe tener mucho cuidado para evitar infecciones, etc. Por lo tanto, en este momento no hay posibilidad de visitar al rabino (lamentablemente, técnicamente es posible 'colarse' adentro, así que es necesario enfatizar a todos que quien ama al rabino y se preocupa por él debe evitar hacerlo, incluso si no hay un guardia en la entrada...).

Esta situación probablemente continuará incluso después de regresar a casa (aún no está claro hasta cuándo - toma un tiempo significativo, alrededor de un año, para alcanzar el equilibrio, y aun así, se debe seguir teniendo cuidado). El desprecio por esta precaución e intentos de ser ingenioso y eludir las reglas ponen al rabino en un peligro real, Dios no lo quiera. 

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PARASHAT JUKAT TORAT HANEFESH

 

¿Buscas fortalecer tu imagen personal?  Pregúntale a la vaca roja

 

 😩 "No tengo ninguna posibilidad", dijo en la segunda sesión con su terapeuta. En este encuentro mostró su baja autoestima, mostró gran desesperación para que se produzca un cambio en su vida.

 

 💪 A continuación trabajaron en fortalecer la autoimagen.

 Juntos construyeron una imagen positiva de la personalidad, uno que la motivara a la acción y le diera el poder de iniciar y crear.

 Pero entonces, la desesperación y la baja autoestima regresaron y se encontraron de nuevo en el punto de partida.

 Y la verdad es que era de esperar y no sorprende en absoluto.

 

 ¿Por qué?

 Porque incluso una imagen positiva de uno mismo puede resultar problemática si sentimos que estamos obligados a mantenerla.  El listón aumenta su tensión y así aumentan también las expectativas y la intensidad de las crisis cuando éstas no se materializan.

 

 ¿Entonces, qué hicieron?

 Trabajaron en la purificación y limpieza interna, así ella se liberó de la imagen positiva y recordaron que todos los logros y éxitos provienen de Hashem , y que en realidad nosotros debemos dejar el éxito en Sus manos.

 🐄🐄

 

 Hay un fenómeno especialmente similar en las cenizas de la vaca roja: las cenizas mismas purifican lo impuro, pero al mismo tiempo quienes tratan con ella se vuelven impuros.

 El Baal Shem Tov enseña que la impureza en el alma es tristeza y desesperación, y la vaca ejemplifica aquella voluntad de la persona que busca fortalecer su autoimagen: "purifica", nos motiva a actuar, pero puede conducir a una renovada "impureza": tristeza y desesperación.

 Así por un lado, ante la tristeza y la desesperación fortalecemos la imagen positiva, 💪

 Y, por otro lado, después de que nos hayamos animado y nos hayamos puesto de pie, recordaremos que el Creador es la fuente de fortaleza y valor en nuestras vidas

 

 ¡Buena suerte, Shabat Shalom🌸

 

 

RESUMEN DE LA PARASHAT JUKAT: UNA VISIÓN PSICOLÓGICA DE LA VACA ROJA

 

 


https://youtu.be/ZrdpGVyLXbI

 

rabino Eitan Neiman

 

Resumen de la Parashat Jukat.

En este vídeo, exploramos la parashat Jukat a través de una profunda explicación del renombrado Rav Ginsburgh. Descubre las enseñanzas y el significado oculto detrás de esta parashá, y cómo estos conceptos pueden aplicarse a nuestras vidas hoy en día. ¡No te lo pierdas!






PIRKEI AVOT 5:6: 

 LA ZONA CREPUSCULAR

 

Diez cosas fueron creadas al anochecer de la víspera del Shabat. Estas son: la boca de la tierra [que se tragó a Koraj]; la boca del pozo [de Miriam]; la boca del asno [de Balaam]; el arco iris; el maná; el bastón [de Moisés]; el shamir; la escritura, la inscripción y las tablas [de los Diez Mandamientos]. Algunos dicen que también el lugar de sepultura de Moisés y el carnero de nuestro padre Abraham. Y algunos dicen que también los demonios, así como las tenazas originales, porque las tenazas se hacen con tenazas.

(Pirkei Avot 5:6)

 

“Diez cosas fueron creadas en vísperas de Shabat durante el crepúsculo… incluyendo a los demonios”. El crepúsculo es un punto de ‘nada’ entre existencia y existencia, donde la realidad es considerada primordial (hiyuli, el mismo valor numérico que ayin, nada). El crepúsculo en la dimensión del tiempo es como un rincón en la dimensión del espacio. En esta realidad primordial, en la hora del crepúsculo entre el día y la noche, hay está el peligro: demonios y espíritus dañinos amenazan al hombre - tanto espíritus dañinos externos como sombras dentro del alma ( sombra , la palabra hebrea para “demonio”).

Los Sabios dicen que el sexto día, los espíritus de los demonios salieron, y entonces comenzó el sagrado Shabat, y sus cuerpos no fueron creados.[1] Los escritos jasídicos[2] describen esto con una parábola:

El dueño de la casa tenía un barril lleno de vino fino y bueno. Comenzó a verterlo en varios recipientes hasta que llegó al fondo del barril donde se encontraban los posos. Si continuaba vertiendo, los posos se mezclarían y 'empañarían' todo el vino, haciéndolo ya no puro y claro como antes. Por lo tanto, tomó otro recipiente y vertió el vino restante con los posos en él. La parábola: En la creación del mundo, Dios le otorgó abundante bondad. En el sexto día, durante el crepúsculo, llegó al fondo del barril, donde se mezclaban los posos y los espíritus dañinos. Aquí, detuvo su acción, 'cerró el grifo' y descansó de su obra. Cerrar el grifo significa que los demonios no tienen cuerpo, no tienen sustancia. Si tuvieran sustancia, lo echarían todo a perder.

Un demonio es una metáfora para la imaginación (dimaion) o trauma. Muchos demonios provienen de los pecados que una persona ha cometido o de experiencias que han dejado cicatrices en su alma. Cuando uno intenta "lidiar" con estos demonios dándoles sustancia, como el enfoque psicológico de hablar sobre los demonios dentro del alma, e incluso expresar los demonios en el mundo práctico - este es un intento peligroso que puede destruir tanto al mundo como a la persona. Este es un trabajo que sólo los tzadikim son capaces de efectuar. El atributo de la persona intermedia - el atributo de cada persona[3] - es olvidarse de los demonios. Desviar la atención de ellos y seguir adelante.

El crepúsculo debe llenarse de contenido bueno y positivo para evitar que haya espacio para que los demonios puedan entrar. Los antiguos sabios dijeron[4] que durante el crepúsculo es apropiado estudiar Torá. Al hacerlo, conectamos el día y la noche, la luz y la oscuridad, y alejamos las sombras del mal.

 

 

Imagen de  Mirosław y Joanna Bucholc  en  Pixabay

 

 



[1] Bereshit Rabá 7:5. Zohar III, 178a

[2] Biurei Hazohar, el Rebe Medio, 94:4 y siguientes

[3] Tania cap. 14

[4] El Shlah sobre el tratado de Pesajim, la explicación de la letra 4 de la Hagadá (en nombre del Zohar).






La Universidad de la Torá: Psicología Jasídica

 

SANAR EL CORAZÓN ANSIOSO: UN ENFOQUE JASÍDICO SOBRE EL BIENESTAR MENTAL

 

¿Es posible cultivar una "psicología judía" autóctona - un método para la curación mental, de los demás y de nosotros mismos, que se deriva de la visión única del mundo del judaísmo?

El primer paso para intentar descubrir la perspectiva completa de la Torá sobre un tema específico es analizar el versículo que se refiere más abiertamente a este tema. Al considerar las fuentes para una psicoterapia judía, el versículo que destaca con más claridad es uno de Proverbios. Este versículo aborda directamente los problemas mentales y su tratamiento: 

 

Si hay preocupación en el corazón de un hombre, que la derribe, y con una buena palabra que le alegre [1],

Deagá velev ish iashjena vedavar tov iesamjena

דְּאָגָה בְלֶב אִישׁ יַשְׁחֶנָּה וְדָבָר טוֹב יְשַׂמְּחֶנָּה

 

¿Esto es todo? Sí, pero como pronto veremos, es mucho. Como todo en la Torá, este versículo se ajusta a la descripción de "lo poco que vale mucho", y uno debe trabajar para descubrir los abundantes secretos que contiene.

La primera palabra en el verso también es su clave: "preocupación”, deagá (דְּאָָגָה). Si tratamos de traducir esta palabra al lenguaje psicológico de nuestro tiempo, veremos que el mejor equivalente sería ansiedad. Las preocupaciones y ansiedades negativas pueden verse no solo como un problema mental específico, sino como una raíz común de muchos, si no todos, los problemas mentales. Una desviación de la salud mental comienza cuando nuestra tranquilidad se ve perturbada de manera desproporcionada por una determinada situación. Cada dificultad produce olas en nuestra alma, pero si estas olas nos asustan, si desafían nuestra propia existencia, entonces tenemos un problema mental.

Por lo tanto, la palabra "preocupación" en nuestro versículo puede verse como una especie de nombre en clave para todo el espectro de la angustia mental, y el versículo puede verse como la forma de tratarlos.

Tres interpretaciones

Si "preocupación" expresa angustia mental, entonces la palabra que hemos traducido como "que la derribe" (יַשְׁחֶנָּה) nos dice cómo curarla. Pero, ¿qué significa esto de "derribarlo"? Resulta que esta es una palabra muy única y misteriosa, con no menos de tres diferentes interpretaciones - una peshat (significado literal y directo) y dos adicionales en forma de drush (interpretación homilética):[2]

Bájalo. La interpretación peshat de "que la derribe" (יַשְׁחֶנָּה) es que algo debe bajarse, de la misma manera que bajarías la llama de tu estufa. Derribar algo es hacerlo pequeño y doblarlo. Esta interpretación dice que cuando una persona siente ansiedad, de alguna manera debe bajar su intensidad y esforzarse por hacerla más pequeña.

Desvíalo. La primera interpretación drush de esta misteriosa palabra pronunciada iashjena intercambia el sonido "sh" (Shin derecha, שׁ ) con un sonido "s" (Shin izquierda, שׂ, que también se puede escribir con una samej), convirtiéndolo en la palabra iasijená (יַסִּיחֶנָּה), que significa "desviarlo de tu mente" o "distraer tu mente de ello". De acuerdo con esto, la forma de lidiar con las ansiedades es simplemente dejarlas a un lado y dedicarse a otras cosas en su lugar.

Discútalo. Finalmente, la segunda interpretación drush, que es la tercera en general, también utiliza una Shin izquierda, pero esta vez interpreta que la palabra deriva de la raíz que significa "conversar" (שיח), y así la palabra se convierte en iesijená (יְשִׂיחֶָנָּה). Según esta interpretación, la palabra significa "discutirlo con los demás": la persona que experimenta ansiedad debe hablar de ello con los demás y de esta manera encontrar la curación para su alma.

Entonces, tenemos un versículo de la Biblia que habla sobre la curación mental de las ansiedades, y tres interpretaciones diferentes del mismo, cada una de las cuales se presta a una modalidad terapéutica diferente. Según la primera, se debe reducir la ansiedad, según la segunda, se debe desviar y mantener fuera de la mente, y según la tercera, se debe hablar de ello. Parece que los dos primeros métodos intentan eliminar el problema de alguna manera y son realizados internamente por la persona, mientras que el tercer método busca procesar el problema y se desarrolla con otra persona.

Las interpretaciones como etapas

Pero hay otra manera de entender las tres interpretaciones diferentes que tenemos ante nosotros y, por lo tanto, cada una de ellas por separado. De acuerdo con la dimensión interior de la Torá, todas las disputas deben verse a través del prisma de "estas y estas son palabras del Dios Viviente", es decir, ver todas las partes como complementarias entre sí. De acuerdo con este principio, podemos ver las tres interpretaciones de la palabra "que la derribe" (יַשְׁחֶנָּה) no como tres métodos terapéuticos diferentes, sino como tres componentes de un método terapéutico.

¿De qué manera deberíamos combinar las diferentes interpretaciones? Aquí el primer psicólogo en la Torá - es decir, Iosef, el "maestro de los sueños"[3] - viene en nuestra ayuda. Parte del éxito de Iosef en resolver los sueños de los egipcios fue su comprensión de que debía entenderlos en el contexto del tiempo. Iosef interpretaba los números en los sueños de los egipcios como etapas o periodos en procesos de desarrollo: las tres ramas de vid y las cestas en los sueños de los ministros simbolizaban tres días, y las siete vacas y gavillas en los sueños del faraón permanecieron durante siete años. Al añadir la dimensión del tiempo, Iosef tuvo éxito donde los magos de Egipto fracasaron. Inspirados por él, podemos ver las tres interpretaciones de la palabra "que lo derribe" (יַשְׁחֶנָּה) como etapas de un viaje, integrándolas en un único proceso terapéutico que consta de tres pasos.

La siguiente pregunta es, por supuesto, ¿en qué orden deberíamos organizar las interpretaciones? Esta vez debemos recurrir a una figura muy posterior a Iosef (pero mucho más cercana a nosotros): el Baal Shem Tov, fundador del Jasidut. Como hemos explicado,[4] el Baal Shem Tov esbozó tres etapas fundamentales que caracterizan todo proceso espiritual completo y las llamó sumisión, separación y endulzamiento: la sumisión implica bajar el ego y reconocer que todo lo que nos sucede proviene de Dios; la separación es un proceso de clarificación y purificación interior durante el cual nos deshacemos de los rasgos negativos y nos identificamos con la positividad; y el endulzamiento es la autorrealización y la autoexpresión adecuadas, que ahora provienen de un lugar refinado.

Aplicando el proceso de tres etapas del Baal Shem Tov a nuestras nuevas etapas de terapia, en el mismo orden en que las presentamos, obtenemos que:

·       Bajarlo (יַשְׁחֶנָּה) es la primera etapa de la sumisión

·       Desviarlo o Mantenerlo fuera de la mente (יַסִּיחֶנָּה) es la segunda etapa de la separación.

·       Hablarlo (יְשִׂיחֶָנָּה) es la tercera etapa del endulzamiento

Veamos ahora el proceso completo tal como se describe a través de esta correspondencia entre las etapas de la terapia y el modelo de tres etapas del Baal Shem Tov.

Sumisión: Situar el problema en el contexto de la fe

¿Qué significa sumisión en el contexto de nuestro problema mental (iashjena en el sentido de descender o bajar)? Al contrario de lo que pueda parecer, no significa necesariamente suprimir el problema (aunque ciertamente es una opción mientras funcione). La mejor manera de describir esta etapa es situar nuestra ansiedad en el contexto de la fe, que naturalmente le da dimensiones más pequeñas y menos aterradoras.

Cuando nos enfrentamos a un problema mental, estamos inmersos en él, y en nosotros mismos, de tal manera que nos obliga a teñir toda nuestra visión de la realidad de colores turbios. En este estado, es imposible abordar directamente un análisis profundo del problema y sus causas. Si intentamos hacerlo, necesariamente nos encontraremos esclavizados a la imagen distorsionada de la realidad creada por el propio problema. Nuestra ansiedad dictará las herramientas analíticas, las conclusiones y el horizonte de posibilidades hacia el que podemos avanzar, una receta segura para seguir descendiendo hacia lo que nos preocupa en primer lugar.

Por lo tanto, el primer paso es calmar nuestra ansiedad y, en la medida de lo posible, cambiar nuestra perspectiva sobre ella para poder mirarla de manera más objetiva, o desde el exterior. Hay varios contextos en los que la ansiedad se puede ubicar de manera que se restablezca cierta cordura en el sistema, pero el contexto más amplio y profundo, que proporciona el horizonte de desarrollo más elevado, es el contexto de la fe. Desde la perspectiva de la fe, el mundo, la vida y nuestra ansiedad se experimentan como procedentes de una fuente divina cuya aspiración es beneficiarnos, aunque el camino que debamos seguir sea a veces tortuoso y difícil. Tanto si las dificultades son un don purificador como si, Dios no lo quiera, son un castigo, en última instancia son algo positivo - una oportunidad para alcanzar un estado de desarrollo superior.

Este es el significado de la conexión entre iashjena y sumisión: para fortalecer nuestra fe solo necesitamos someter nuestro ego - salir del excesivo sentido del yo que amplifica nuestra ansiedad, y dirigir nuestra mirada hacia arriba y hacia adelante a lo que está más allá de nuestro ser.

Separación: de la preocupación a la historia

La segunda interpretación (iasijena, desviación) se refiere a la etapa de separación. La separación consiste tanto en distanciarse de lo negativo como en identificarse con lo positivo. De la misma manera, desviar la atención es una acción de alejar los pensamientos negativos y sumergirnos en pensamientos positivos (lo que ayudará a alejar aún más los negativos). En resumen, es un proceso de formación de pensamientos positivos y constructivos, que gradualmente reemplazan los pensamientos ansiosos.

Desviar la atención de las preocupaciones significa reescribir la narrativa de la preocupación de una manera constructiva. Significa reordenar los contenidos de lo que nos causa preocupación de una manera optimista que muestre su conveniencia. Desviar la atención es como permutar las letras de la palabra "preocupación", deagá (דְּאָגָה) para que se convierta en una "historia", agadá (אַגָּדָה) - una nueva y constructiva historia de vida. 

La psicología moderna, a partir de Freud y más aún de Jung, reconoció que la estructura de nuestro inconsciente está enraizada en historias y mitologías de las que estamos imbuidos. Este principio también funciona en la dirección opuesta: las historias refinadas y rectificadas pueden crear un estado mental saludable. Para una persona judía, los materiales para las historias mentales positivas se extraen de la tradición de las historias judías - comenzando con las historias de la Torá, a través de las historias de los sabios rabínicos, y terminando con las historias de Tzadikim - personas justas como las historias del Baal Shem Tov - que observan las diversas encrucijadas de la vida a través de los ojos de la fe.

En un nivel más profundo, el propósito principal de la nueva historia es construir dentro del alma una preocupación positiva - una preocupación enfocada y constructiva por clarificar el propósito de nuestra vida y alcanzarlo. Esta preocupación no es ansiosa o estresante como las preocupaciones negativas, pero se esfuerza con concentración y desvelo hacia su objetivo. Con respecto a esta forma positiva de preocupación, los sabios dijeron que "los secretos de la Torá solo se transmiten a uno cuyo corazón está preocupado en su interior"[5] (אֵין מוֹסְרִים סִתְרֵי תוֹרָה אֶלָּא לְמִי שֶׁלִּבּוֹ דּוֹאֵג בְּקִרְבּוֹ). El alma saludable no solo está tranquila, sino que también está preocupada - preocupada por el hecho de que fue enviada a este mundo para el cumplimiento de una misión específica, y sin embargo, han pasado tantos años de vida y cada uno de nosotros está individualmente lejos de cumplir esta misión. De este modo, el alma saludable reflexiona constantemente sobre su misión y propósito en la vida y sobre cómo lograr su consecución. Cuando estamos enfocados en esta experiencia, no hay lugar en nuestra alma para hundirnos en ansiedades innecesarias que nos distraen del propósito principal de la vida.

Endulzamiento: Terapia

Las elecciones y cambios en la perspectiva interior en los que nos afanamos en las dos primeras etapas nos permiten comenzar a trabajar con un terapeuta externo de una manera fructífera (iesijena, hablar con otros). Si hubiéramos intentado hacer esto desde el principio, la terapia habría quedado atrapada en el campo gravitacional destructivo de la propia ansiedad, sin ninguna posibilidad real de escapar de ella. La decisión interna de mirar al problema con los ojos de la fe (sumisión), junto con el comienzo del trabajo en la elección de una mentalidad positiva y la autocorrección (separación), nos permite acercarnos a la herida abierta de la ansiedad en si y comenzar a resolverla.

Esta etapa se asemeja a los tratamientos psicológicos con los que estamos familiarizados en nuestro tiempo, pero al venir después de las dos primeras etapas de sumisión y separación, se le da un contexto y una forma completamente diferentes. La conversación sobre la ansiedad, su análisis, la identificación de sus causas y la búsqueda de formas de solucionarla en nuestras vidas no conducen a la autoexploración y a una inmersión más profunda en nuestros problemas (como suele suceder en los tratamientos con los que estamos familiarizados). En cambio, la conversación se convierte en una experiencia mucho más positiva y liberadora, que nos permite eliminar los malos componentes que se han acumulado en el sistema y tomar buenas decisiones sobre su futura corrección.

Observaremos que, aunque la interpretación de "hablar de ello con otros" no es el peshat, se conecta completamente con la segunda parte del verso, "y una buena palabra le hará alegre": la "buena palabra" es el buen hablar - tanto el que sale de nosotros como el que nos devuelve el eco del terapeuta, trayendo sanación y alegría. Esta etapa se llama endulzamiento porque dulcifica la dificultad y el esfuerzo que implican las dos primeras etapas, en las que nos obligamos a salir de nosotros mismos y de la preocupación adictiva hacia las profundidades de nuestra alma. Además, la etapa de endulzamiento alivia la amargura que la misma ansiedad creó en el alma: en ella, descubrimos por qué estábamos destinados a enfrentar nuestra ansiedad, en primer lugar, y cómo - no solo a pesar de nuestra ansiedad, sino también gracias a ella - nos recuperamos y nos volvimos más íntegros y maduros.

No hace falta decir que no siempre todo el mundo es capaz de completar las dos primeras etapas por su cuenta. A menudo, una persona llega a un asesor completamente atrapada en su problema y es incapaz de liberarse de él y adoptar una perspectiva más elevada sobre el mismo. En tales casos, el consejero debe ayudar al paciente, con delicadeza y consideración, pero también de forma consciente e intencionada, en las dos primeras fases. Él o ella debe dejar que el paciente derrame su corazón libremente, por supuesto, y escuchar atentamente los detalles de su problema tal y como lo experimenta. Pero a partir de cierto punto, debe tratar de dirigir las cosas de manera que lleve al paciente a completar las dos primeras etapas del proceso, sin las cuales la tercera etapa no tendrá verdadero éxito. El terapeuta tiene la tarea de elevar gradualmente al aconsejado a una perspectiva superior que contemple su situación a través de los ojos de la fe (sumisión) y dirigirle hacia preocupaciones positivas que desviarán su atención de su ansiedad (separación). Solo entonces los dos, en una conversación conjunta, pueden discutir todos los detalles del problema que preocupa al paciente de una manera que avance en su solución.

El terapeuta también necesita terapia

Un principio fundamental en el pensamiento jasídico es que una persona puede ayudar a alguien a rectificar su defecto sólo después de haber identificado cómo existe al menos una versión sutil de ese defecto dentro de su propia alma y sólo una vez que haya corregido la versión sutil de ese defecto en sí mismo. No hay falta que no esté presente en nuestra alma, aunque sea de una manera muy sutil, y el que proporciona la curación mental debe rectificar este aspecto en sí mismo antes de que pueda rectificarlo en otro. Por lo tanto, la consejería mental jasídica es un proceso en el que el terapeuta también se somete a terapia. El autotratamiento al que se somete el terapeuta no solo le permite ayudar al paciente desde un lugar más profundo y genuino, sino que es posible gracias al encuentro con el paciente. El paciente era convocado a un consejero particular con Providencia Divina, no sólo para ser sanado por él, sino también para reflejarle sus propios defectos ocultos.

Este principio fue aplicado estrictamente por todos los grandes maestros jasídicos, y muchas historias describen las formas en que pasaron por la autorreflexión para identificarse con los jasidim que vinieron a consultarlos. Por ejemplo, se cuenta que el segundo Rebe de Jabad, Rabí Dov Ber Schneersohn, también conocido como el Mitler Rebe, durante sus sesiones privadas con sus seguidores, estaba completamente empapado en sudor.

Cuando se le preguntó la razón de esto, explicó que en cada sesión tenía que quitarse sus propias vestimentas mentales y ponerse las vestimentas mentales de la persona que tenía enfrente, y este proceso le agotaba hasta el punto de sudar. Otra anécdota que se cuenta sobre él es que un día, en medio de una serie de reuniones privadas, de repente anunció que ya no recibía visitas y luego se encerró en su habitación durante muchas horas de oración y llanto. Unos días después, cuando le preguntaron la razón de esto, explicó que la persona que había estado con él le confesó un pecado tan grave, que el pensamiento de que también existía dentro de él, incluso de una manera sutil, lo impactó tanto que tuvo que detener las reuniones y hacer un recuento hasta que lo encontró dentro de sí mismo y se arrepintió de ello.

La identificación del terapeuta con el paciente significa que él mismo debe pasar por un proceso de sumisión, separación y endulzamiento antes de poder aconsejar. En el terapeuta, estas tres etapas adoptan la siguiente forma:

Sumisión: El terapeuta debe escuchar al paciente con un oído puro mientras aquieta dentro de sí mismo las voces internas que saltan a su conciencia y quieren dar respuestas prefabricadas al paciente.

Separación: Después de esto, el terapeuta debe examinar las diferentes respuestas posibles que surgen en su interior y distinguir entre las que realmente conciernen al paciente y las que son irrelevantes, pero tienen alguna pertinencia para el terapeuta.

Endulzamiento: Finalmente, el terapeuta debe identificar la fuente negativa de ansiedad reflejada en su interior y aplicar las soluciones que sean pertinentes para él o ella, en la medida de sus posibilidades.

Solo después de hacer todo esto, el terapeuta está en condiciones de dirigirse a su paciente y comenzar a aconsejarle sobre cómo tratar de resolver su problema.

 

 


[1] Proverbios 12:25

[2] Talmud de Babilonia Iomá 75a; Sotá 42; Sanhedrin 100b. Véase el Haiom Iom para el 25 de Sivan.

[3] Génesis 37:19

[4] Véase Wonders, número 109, "The Soul Electric", págs. 3 y sig., o https://galeinai.org/2024/07/05/el-alma-electrica-desvelando-los-significados-psico-espirituales-de-una-palabra-biblica/

 [5] Jaguigá 13a






Parashá Jukat

 

 

PARASHAT JUKAT

 ALIÁ POR ALIÁ

 

 

 

 

PRIMERA LECTURA:

EL ROCÍO DE LA RESURRECCIÓN

 

הַנֹּגֵעַ  בְּמֵת  לְכָל־נֶפֶשׁ  אָדָם  וְטָמֵא  שִׁבְעַת  יָמִים׃  הוּא  יִתְחַטָּא־בוֹ  בַּיּוֹם  הַשְּׁלִישִׁי  וּבַיּוֹם  הַשְּׁבִיעִי  יִטְהָר

 (חקת יט, יא-יב)


“Cualquiera que toque el cadáver de un ser humano quedará contaminado durante siete días. Al tercer y séptimo día, se purificará [siendo rociado] con ellas [las cenizas de la vaca roja]...” (Números 19:11-12)

 

 

Parashat Jukat se sitúa entre la vida y la muerte. El comienzo de la parashá trata de la vaca roja, que purifica de la impureza de la muerte. Un cadáver se considera la fuente suprema de la impureza, pero uno puede ser purificado de esta impureza por las cenizas de la vaca roja mezcladas con aguas vivas y rociadas sobre el contaminado. Posteriormente,[1] la parashá hace una transición brusca de un evento a otro: primero, Miriam la profetisa muere, y el pozo desaparece, solo para regresar después de que Moisés golpea la roca. Sin embargo, pronto queda claro que, debido a este acto, tanto Moisés como Aarón morirán en el desierto: "No conduciréis a esta asamblea a la Tierra que les he dado”[2], y más adelante leemos acerca de la muerte del cohen Aarón.

Sin embargo, no son solo Miriam y Aarón quienes mueren en esta parashá. Muere toda una generación. Toda la generación del desierto, sobre la cual recayó el decreto a raíz del pecado de los espías, termina de cumplir su castigo y muere en el desierto. Por lo tanto, Rashi explica sobre el versículo: "Y los israelitas, toda la congregación, llegaron al desierto de Zin" - "toda la congregación, la congregación completa, puesto que los destinados a morir en el desierto ya habían muerto, y estos fueron designados para la vida". Por lo tanto, la parashá salta rápidamente más de treinta y ocho años de deambular por el desierto (¡de los cuales no se cuenta nada!) y llega a la nueva generación que está destinada a entrar en la Tierra. De hecho, más adelante en la parashá, los israelitas entran en el lado oriental del Jordán, concluyendo el gran viaje desde el Éxodo desde Egipto a las puertas de la Tierra Prometida, "en las llanuras de Moab, junto al Jordán, cerca de Jericó".[3]

El secreto de la resurrección

Aparentemente, la muerte es un hecho que no se puede cambiar, solo ignorar o minimizar su impacto en los vivos. Por lo tanto, uno podría pensar que en la parashat Jukat dejamos atrás a los muertos, enterrados en el vasto desierto, y continuamos hacia la Tierra de Israel, que es conocida como la "Tierra de los Vivos". Pero la verdad es que aquí hay un secreto más profundo, el secreto de la Resurrección de los Muertos. Los propios muertos regresan, y la muerte misma se transforma en vida.

La Resurrección de los Muertos está conectada con el secreto de la vaca roja, que purifica al individuo de la impureza de la muerte. Por lo tanto, la apertura de la parashá proporciona el remedio para la muerte que aparece más tarde. Los sabios dicen que la lógica detrás de la vaca roja no fue revelada ni siquiera al rey Salomón, el más sabio de todos los hombres: "Dije que llegaría a ser sabio, pero esto está lejos de mí", sino que fue revelada solo a Moisés. Por lo tanto, Moisés es portador del secreto de la Resurrección de los Muertos. Esto se destaca en el hecho de que los sabios derivaron una insinuación a la Resurrección de los Muertos desde la Torá en el verso "Entonces Moisés cantará" [4] - "no dice 'cantó' sino 'cantará', hay desde aquí una alusión a la Resurrección de los Muertos de la Torá".

De hecho, en nuestra parashá, ya hay un destello de la Resurrección de los Muertos con Moisés: Dios dio tres regalos a Israel en el desierto: el maná por el mérito de Moisés, el pozo por el mérito de Miriam, y las nubes de gloria por el mérito de Aarón. Después de la muerte de Miriam, el pozo desapareció, pero luego regresó gracias a los méritos de Moisés y Aarón. Después de la muerte de Aarón, las nubes de gloria desaparecieron, pero luego regresaron gracias al mérito de Moisés. Esto significa, en un sentido interno, que después de su muerte, las almas de Aarón y Miriam aparecieron dentro del alma de Moisés. Esto se conoce en la Cabalá conocida como Ibur Neshama - una impregnación de un alma. Esta es una especie de Resurrección de los Muertos, ya que se hace evidente que las almas de los tzadikim difuntos están presentes con nosotros, continuando su viaje dentro del líder. Tras esta etapa inicial, ascendemos a creer en la Resurrección literal de los Muertos, cuando las almas volverán a vivir en cuerpos reales.

El rocío y el maná

La descripción central y más importante del rocío en la Torá se encuentra en el relato del descenso diario del maná desde los cielos: una capa de rocío descendía,[5] y sobre ella reposaba el maná, y sobre el maná, había otra capa de rocío.[6] Como recordamos, el maná vino por mérito de Moisés, por lo que es apropiado decir que el rocío de arriba y de abajo insinúa a Aarón y Miriam. El rocío de abajo se asemeja al manantial que vino de la tierra por mérito de Miriam (sobre el cual se canta el Cántico del Pozo en nuestra parashá [7]), y el rocío de arriba se asemeja a las nubes de gloria que fueron por mérito de Aarón. Por lo tanto, este envasado especial de rocío-maná-rocío es el secreto de la unificación de las almas de los tres grandes hermanos dentro del alma de Moisés.

El rocío de la Torá

Para comprender el secreto de la resurrección, consideremos una hermosa alusión. Nuestra parashá es la trigésimo novena en la Torá, que es la guematria de "rocío", tal (טַל). El concepto de rocío está directamente asociado con la Resurrección de los Muertos, ya que está escrito: "Tus muertos vivirán, mis cadáveres resucitarán; despierta y canta, tú que habitas en el polvo, porque tu rocío es como el rocío de la luz, y la tierra alumbrará los espíritus"[8] – "Porque el rocío de la resurrección que traeré sobre vosotros será como el rocío que desciende sobre las plantas, haciéndolas crecer, así también los muertos vivirán por el rocío de la resurrección." [9] En las palabras del Midrash, en el futuro, Dios "hará descender el rocío de la resurrección y revivirá a los muertos".

La misma palabra para "rocío" en hebreo alude a la resurrección de los muertos. ¿Cómo es eso? La palabra para "maldición", lat (לָט) en arameo - el idioma hermano del hebreo - se escribe con las mismas dos letras que "rocío" (טַל) pero en orden inverso. Una maldición representa la muerte, y el rocío transforma la maldición en vida y bendición. Nada es tan bendito como el rocío. Además, observamos que el viaje de los israelitas desde el Monte Sinaí hacia la Tierra de Israel comenzó en el segundo año después del Éxodo de Egipto, en el mes de Iyar, hasta que se emitió el decreto por el pecado de los espías en el mes de Av. Así, la generación del desierto vagó por el desierto durante treinta y nueve años, de nuevo el valor de "rocío" (טַל).

Pero, ¿qué es este "rocío de resurrección"? Los sabios lo interpretan como refiriéndose al "rocío de la Torá", afirmando que "quien se ocupa en el rocío de la Torá, el rocío de la Torá lo vivifica".[10] La Torá en sí misma es el regalo más grande que nos dio Moisés. La persona que trajo la Torá a la tierra tiene el secreto de la Resurrección de los Muertos a través de la Torá. De hecho, los sabios dicen que este rocío de la Torá ya actuó una vez como el rocío de la resurrección cuando, en la Entrega de la Torá en el Monte Sinaí, las almas de Israel partieron debido a la abrumadora revelación Divina, y Dios las revivió con ese mismo rocío.[11]

¿Y por qué el secreto de la resurrección está específicamente oculto dentro de Moisés? Porque Moisés enseña la unicidad de Dios, "Havaiá nuestro Dios, Havaiá es Uno".[12] Cuando sentimos la unidad de Dios, todo se llena de vida, "En la luz del rostro del Rey está la vida".[13] Cuando nos distanciamos de ella, hay lugar para la separación que prevalece en el mundo material y trae la muerte. En los textos cabalísticos, hay una alusión bien conocida: el valor de "Havaiá es Uno" (י-הוה אֶחָד) es 39, el mismo que la guematria de "rocío" (טַל) - el mismo rocío de la Torá que revive a los muertos - gotas del rocío de la unidad de Dios que nos tocan y nos despiertan a la vida.

 

 

 

 

QUINTA LECTURA:

 LA UNIÓN DE LA TORÁ ESCRITA Y LA TORÁ ORAL

  

וַיַּעַשׂ  מֹשֶׁה  נְחַשׁ  נְחֹשֶׁת

 (חקת כא, ט)

 

Moisés hizo una serpiente de cobre...” (Números 21:9)

En el Monte Sinaí, recibimos dos Torá. la Torá Escrita y la Torá Oral. La Torá Escrita es la revelación Divina desde los cielos, la manifestación de la palabra de Dios y Su soberanía revelada sobre nosotros hasta el punto de que incluso las naciones del mundo la reconocen. En contraste, la Torá Oral se eleva desde abajo; se renueva y se revela a través del estudio de los sabios y los tzadikim del pueblo judío. 

Los sabios afirman: "No hay nada tan honorable como la Torá"[14] (אֵין כָּבוֹד אֶלָּא תּוֹרָה). Esto se aplica tanto a la Torá escrita como a la oral. La Torá Escrita, la Torá de los cielos, revela el honor de los cielos, la revelación de la soberanía de Dios. Al mismo tiempo, la Torá Oral revela el honor de los sabios de la Torá, hasta el punto de que ellos dos son comparados con reyes soberanos, como se refleja en la declaración: "¿Quiénes son los reyes? Los Rabis".[15]

Por supuesto, a pesar de referirse a la Torá Escrita y a la Torá Oral, en verdad la Torá es una. Debemos tener cuidado de no dividir o separar la Torá en dos, Dios no lo quiera. Más bien, la unión de ambos aspectos de la Torá - lo escrito y lo oral - puede compararse con la unión de un novio y su novia. Esta es la unión a la que se refieren los cabalistas como la unión del Santo Bendito, que representa la Torá Escrita, y Su Divina Presencia, la Shejiná, que representa la Torá Oral. 

En Jasidut, se explica que el verso "Sobre todo honor habrá un dosel (de boda)"[16] (עַל כָּל כָּבוֹד חֻפָּה) es un símbolo del honor del novio y el honor de la novia. El honor del novio es su amor por su novia, y el honor de la novia es su amor por su novio. Llevando la imagen a la relación análoga entre la Torá Escrita y la Oral, la Torá Escrita revela la gloria de Dios, pero como el novio figurado, la intención de Dios es aumentar el honor del pueblo judío, Su novia y particularmente el honor de los sabios de la Torá – el primero de ellos Moisés. Al mismo tiempo, la Torá Oral, de hecho, revela la gloria del pueblo judío, pero como la novia figurativa, el pueblo judío y sus eruditos, aquellos que estudian e innovan la Torá Oral, tienen como objetivo aumentar el honor del Cielo y dedicar todo al Santo Bendito.

La Serpiente de Bronce

Un ejemplo de esta relación entre la Torá Escrita y Oral y entre Dios y Moisés se puede encontrar en la historia de la serpiente de bronce relatada en nuestra lectura. La Torá relata que "el pueblo habló contra Dios y Moisés..."[17] En respuesta, "Dios envió contra el pueblo serpientes venenosas": "serpientes" a causa de sus palabras contra Dios y "venenosas" por su habla contra Moisés - el erudito de la Torá cuyo siseo se asemeja al silbido de una serpiente venenosa.[18] Cuando Israel se arrepintió y dijo: "Hemos pecado, porque hemos hablado contra Dios y contra ti",[19] Moisés oró por ellos, y Dios le instruyó cómo convertir la misma fuente de enfermedad y muerte en una fuente de salud y vida. El versículo dice que Dios le dijo a Moisés: "Hazte una [serpiente] venenosa".[20] Dios no mencionó la palabra serpiente, que como dijimos se refiere al castigo de hablar en contra de Dios, lo que significa que Dios tuvo cuidado de proteger el honor de Moisés, quien dijimos que fue alcanzado en el veneno de las serpientes. Por su parte, Moisés hizo una serpiente de cobre, un juego de palabras con la palabra "serpiente", que en hebreo es afín con la palabra para "cobre". Por lo tanto, aunque Dios no había mencionado una "serpiente", el castigo por hablar en contra de Él, Moisés tuvo cuidado de proteger el honor de Dios, el honor del Cielo. 

Podemos profundizar un poco más y descubrir que la relación entre la Torá Escrita y la Oral es aún más profunda. Se explica que Dios le dijo a Moisés: "Hazte una serpiente venenosa", pero el texto de la Torá acortó Sus palabras y omitió la palabra "serpiente". Esto fue, se explica, en respuesta al espíritu del pueblo, que se puso de mal humor en su viaje; medida por medida, así también, por así decirlo, la paciencia de Dios se acortó, sin embargo, Él deseaba minimizar la desgracia de los israelitas y ocultó la ofensa contra Él al omitir la palabra "serpiente". Por lo tanto, lo que Dios realmente le dijo a Moisés se revela solo a través de la tradición oral. Podemos referirnos a este fenómeno especial como "el aspecto oral de la Torá escrita", con el honor de Dios - la palabra "serpiente" – se ocultó en aras de proteger el honor de Israel.

Y una vez más, por su parte, la deducción de Moshé de la palabra faltante, "serpiente" - que la serpiente colocada en el poste esté hecha de cobre - está escrita explícitamente en el texto de la Torá Escrita. Por lo tanto, las palabras "Moisés hizo una serpiente de cobre"[21] designan "el aspecto escrito dentro de la Torá Oral", ya que esta deducción particular hecha por Moisés, fue escrita en el texto de la Torá. La deducción de Moisés tiene la intención de insistir en el honor del Cielo, porque tiene como objetivo revelar que "ningún mal desciende de Arriba" y que dentro del mal aparente (las serpientes que atacan al pueblo) ya se encuentra el remedio oculto de Dios. Hacer la serpiente de cobre demuestra que Dios provee preventivamente una cura para todas las enfermedades y que Él sana lo amargo con lo amargo - Él sana la mordedura de la serpiente con la visión de la serpiente de cobre. Para ello, Moisés debe adivinar cómo se revela la curación en la misma serpiente de bronce. 

 

(traducido desde www.pnimi.org.il; basado en una clase dada el 3 de Tamuz de 5780)

 



[1] Números 20:1

[2] Ibid. v. 12.

[3] Ibid. 22:1

[4] Éxodo 15:1

[5] Números 11:9

[6] Éxodo 16:14

[7] Números 21:17.20

[8] Isaías 26:19

[9] Metzudat David sobre Ibid.

[10] Ialkut Shimoni Devarim 824 (basado en Ketubot 111b). Tikunei Zohar, Introducción (12a) y tikun 19 (38b)

[11] Shabat 88b

[12] Deuteronomio 6:4

[13] Proverbios 16:15

[14] Shemot Rabá 38:5

[15] Guitin 62a

[16] Isaías 4:5

[17] Números 21:5

[18] Avot 2:10

[19] Números 21:7

[20] Ibid. v.8

[21] Ibid. v. 9











Rebe Iekutiel Iehuda Halberstam de Sanz-Klausenberg:  

EL RABI QUE COMPRÓ ENTRADAS PARA EL CINE

 

 

Rabí Iekutiel Iehuda Halberstam, autor del Shefa Jaim y del "Divrei Iatzi" nació en Rudnik (Rudnik y Sanem, Polonia) siendo su padre Rabi Tzvi Hirsch Halberstam, el principal daian (juez de ley judía) en la ciudad en 5665 (1905). A la edad de 14 años quedó huérfano de padre y fue ordenado rabino. A la edad de 18 años se casó con su pariente, Pessel Teitelbaum, y tuvieron once hijos juntos. A la edad de 25 años (5690/1930) fue nombrado Rabi de la congregación jasídica en la ciudad y Rosh Ieshivá en Klausenberg (Rumania).

Después de que los nazis invadieron Hungría, Rabi Iekutiel Iehuda estuvo en un campo en Nadabania. Más tarde, fue enviado con toda su familia a Auschwitz. Sobrevivió a la caravana de la muerte, pero su esposa y nueve de sus hijos fueron asesinados. Sus hijos restantes murieron de tifus poco después. A lo largo de ese tiempo, Rabí Iekutiel Iehudá no renunció a sus obligaciones de cumplir con las mitzvot con hidur (embellecimiento adicional), incluso con gran peligro para sí mismo. Era cuidadoso con la comida kosher e incluso se aseguraba de tener una nueva fruta para Rosh Hashaná.

En el campo de desplazados después del Holocausto, Rabi Iekutiel estableció instituciones educativas y comedores de beneficencia, se ocupó de los huérfanos y llevó a cabo muchas ceremonias matrimoniales.

En 5706 (1946) emigró a los Estados Unidos con el fin de establecer instituciones para los sobrevivientes del Holocausto. Se casó con su segunda esposa, Nejamá, y tuvieron siete hijos. En 5715 (1955) visitó la Tierra de Israel por primera vez y colocó la primera piedra de Kiriat Sanz, un barrio en la ciudad de Netania. Estableció el Jasidut de Sanz-Klausenberg, instituciones educativas y una gran ieshivá, que él dirigió. También estableció un programa intensivo de aprendizaje del Talmud. Durante el Holocausto, Rabi Iekutiel juró que, si Dios lo salvaba, siempre intentaría salvar vidas judías. Para cumplir ese voto, estableció el hospital y centro médico Laniado en Netania.

El 19 de Kislev 5720 (1960), Rabí Iekutiel hizo aliá a la Tierra de Israel y se estableció en Netanía. En 5723 (1963) abrió una ieshivá para niños de ascendencia sefardí y en 5746 inició el establecimiento del "Consejo para la Defensa Legal de los Valores Judíos". Cuando se le preguntó por qué adoptó medidas prácticas para la comunidad en la Tierra de Israel, en contraste con la perspectiva del Rebe Satmar (el tío de su primera esposa), respondió: "Nosotros, los temerosos de Dios, criticamos y perseguimos al estado laico, mientras que los judíos seculares actúan y generan realidades. También solía pensar que este era el enfoque adecuado, y maldecía a los herejes con gran fervor, anticipando que mis maldiciones se cumplirían. Pero eso no sucedió. Al contrario, vi que se hacían cada vez más fuertes. Entonces, me dije a mí mismo, que tal vez sea mejor si intercambiamos los papeles. ¡Edificaré la Tierra de Israel en santidad y los seculares pueden maldecirme!" En 5732 (1972) Rabi Iekutiel regresó a los Estados Unidos, donde falleció el 9 de Tamuz de 5754 (1996). Fue enterrado en Netania.

 

Después de la guerra, en un automóvil proporcionado por el cuartel general estadounidense, el Rebe salió a recorrer y rebuscar en las aldeas circundantes con el lema: "¡Busco a mis hermanos!" En estos lugares, unos pocos judíos habían sobrevivido aquí y allá, habiéndose escondido durante los días de ira en áticos o búnkeres. Debido a su largo aislamiento del mundo exterior, creían, como las hijas de Lot en la cueva, que el pueblo judío había sido, Dios no lo quiera, exterminado como pretendía el malvado Hitler, que su nombre sea borrado. Algunos pensaban que eran los únicos judíos que quedaban, sin esperanza de continuar como judíos.

Cada día, el santo Rebe viajaba a una ciudad diferente. Entraba en el centro de la aldea o ciudad y trataba de entablar conversación con las personas que encontraba en su camino. Como alguien que parecía ser simplemente curioso e indagador sobre esto y aquello, la conversación eventualmente se centraría en el tema de los judíos. A veces, se revelaba, a través de un desliz involuntario de la lengua, que un sobreviviente se estaba quedando en cierta casa. El Rebe, de bendita memoria, seguía incansablemente cada pista, con la esperanza de localizar a un judío olvidado que aún permanecía oculto. Una vez que los encontraba, hablaba a sus corazones y los persuadía para que se unieran a él, prometiendo llevarlos a un lugar con muchos compañeros judíos.

Muchos de estos supervivientes lo siguieron a Feldafing sin ningún verdadero interés. Aparentemente estaban cómodos en el lugar donde residían. Después de todo, los ocupantes estadounidenses proporcionaron comida y apoyo a los supervivientes dondequiera que se encontraran, incluso a aquellos que vivían entre los no judíos por su propia voluntad, sin exigir a nadie que fuera a trabajar, ganarse la vida o algo por el estilo. Sin embargo, el Rebe, que poseía notables poderes de persuasión, les convenció de que regresaran con sus hermanos.

La gente todavía estaba aturdida y traumatizada por los horrores que habían soportado. Algunos declararon abiertamente que después de la gran catástrofe que había ocurrido, no tenían ningún deseo de volver a vivir como judíos. Sin embargo, el Rebe, en su sabiduría, supo cómo responderles, asegurándoles que no tenía ninguna intención de exigirles tal cosa. Su única intención era mejorar su bienestar físico, para que ya no estuvieran a merced de los no judíos. Él preguntaba: "¿No es mejor estar entre hermanos, que son de vuestra propia carne y sangre?" 

Se tiene constancia de un caso particular en el que el Rebe persuadió a un joven judío para que se uniera a su campamento: el joven argumentó que el Rebe seguramente no le permitiría ir al cine y, por lo tanto, no deseaba seguirle. Sin embargo, el Rebe le prometió que cuando la vida volviera a la normalidad y se abriera un cine para los refugiados, le daría dinero para comprar entradas para los pases. El Rebe incluso mantuvo esta promesa por un corto tiempo, hasta que el joven emergió de su aturdimiento espiritual y volvió a ser un judío ejemplar.[1]

 

Inspirados en esta historia, traeremos una explicación especial del Rebe de Sanz, que comienza con una historia en sí: 

 

El Rebe Jaim de Sanz, el fundador de la dinastía, tenía un hijo joven y sabio llamado Leibush. Una vez, en Shabat, cuando se leyó la porción de la Torá de Lej Lejá, el Rebe le dijo a su hijo de seis años que diera una enseñanza de Torá frente a todos los jasidim. Leibush no dudó, e inmediatamente comenzó a analizar el primer versículo de la porción de la Torá: "Lej Lejá", él dijo, significa "ve para ti mismo". ¿Por qué? Cada judío es una parte literal de lo Divino Arriba, y como dijo el Baal Shem Tov, "aquel que capta una parte de la esencia, la capta toda".  Por lo tanto, así como no hay lugar desprovisto de Él, así también es con un judío: él está en todo y todo está en él. Dondequiera que vayas, descubres que siempre has estado allí, solo por el hecho de ser judío.

Después de presentar la interpretación de Leibush, el Rebe continuó explicando el resto del versículo, "y serás una bendición". De este versículo, los sabios aprenden que "contigo concluimos [nuestra bendición]" - con Abraham, nuestro patriarca, termina la primera bendición de la Oración Silenciosa: "Bendito seas Tú, Dios, Escudo de Abraham". 

El Shefa Jaim explica esto - que concluimos la primera bendición con Abraham, a la luz de la diferencia entre Abraham y sus descendientes. Mientras que Itzjak y Iaacov fueron santos desde el vientre materno, Abraham nació de Teraj, un adorador de ídolos. Ya sea que reconociera a su Creador a la edad de tres o cuarenta años, según todos los indicios, no nació en una casa de santidad como la que él mismo estableció. Por lo tanto, Abraham es prototipo de un baal teshuvá (una persona que ha regresado a la observancia de la Torá). La conclusión de la bendición en la Oración Silenciosa con Abraham nos enseña que al final de todas las generaciones, en la generación cuando venga el Mashíaj, los líderes de la generación serán ba'alei teshuvá como Abraham. Se puede decir que este es el secreto de la revelación de la corona de la circuncisión, completando la transformación que el propio Abraham efectuó en su viaje hacia sí mismo.

 

La Cabalá explica que la revelación de la corona expone una luz espiritual especial: esta es la misma luz que brilló desde Moisés, de quien los sabios dicen que "nació circuncidado" y en su nacimiento, "la casa se llenó de luz". Cuando un judío revela que el mundo entero está lleno de Luz Divina, también descubre la corona en su alma, sintiéndose como en casa en todas las partes del mundo. Un judío que reconoce a Dios en el mundo y en sí mismo, revela la soberanía de Dios en el mundo y también su propia soberanía - la chispa del Mashíaj en su alma. Así, a través del poder de los ba'alei teshuvá, es revelada la soberanía del Mashíaj.



[1] Desde Lapid Ha'eish




LECTURA DE LA TORÁ ROSH JODESH TAMUZ 5784:

El mes caliente del pecado y su rectificación

 

Rabino Jaim Frim

 

para curación y recuperación completa de

Rav Itzjak Feivish ben Breina Malca

 

 


https://youtu.be/CNZ0TUpDt-o

 

 

COMBINACIÓN DEL NOMBRE HAVAIA DEL MES DE TAMUZ

Rosh Jodesh Tamuz, dos días, 30 de Siván y 1 de Tamuz, este año Shabat y Domingo 6 y 7 de julio 2024

El nombre se relaciona con la palabra נמס, namés, “derretir”, disuelto por el calor y la sequedad y el fuego. El mes del calor, para lo sagrado y para la idolatría:

(Iejezkel 8:14) “Y me llevó a la entrada del portal de la Casa de Havaiá, que está hacia el norte; y allí las mujeres se sientan llorando a Tamuz”.

Tamuz era el ídolo de la fertilidad y el crecimiento de la vegetación en Babilonia y Asiria, y el mes del verano y lo superficial. Su rectificación: el calor por el servicio a Hashem repara la idolatría del mes de Tamuz, un mes carente de toda festividad, y en el futuro vendrá Hashem y hará una gran fiesta en este mes, la festividad de la anulación del Becerro de oro y el Árbol del conocimiento del Bien y el Mal y la Serpiente primigenia, y el duelo del 17 de Tamuz se transformará en un día de alegría y fiesta, de bien y luz.

 

LECTURA DE LA TORÁ JUKAT 5784_2:

El decreto de la vaca que limpia la impureza de la muerte

 

Un decreto sin explicación, el impuro es purificado y el purificador se impurifica ¿Por qué el rey Shlomó, el más sabios de los hombres no lo pudo entender?

 

 


https://youtu.be/M4UkNPELAt0

 

 

126

LA UNIÓN DE DOS JUDÍOS Y CON EL ALMA DE MOSHÉ

¿CÓMO SE PUEDEN UNIR DOS JUDÍOS?

 

 

RABINO ITZJAK GINSBURGH


 

https://youtube.com/shorts/otR41chOzsw

Dos judíos pueden unirse de verdad, como está escrito en el capítulo 32 de Tania, solo si se revela Moshé Rabeinu que hay dentro de cada uno y uno, es justamente en el Olam HaAsiá, este mundo de la acción, "Hasta lo hice", Es decir, en los tiempos en que no vemos a Moshé Rabeinu.

Pero hay un pequeño Moshé rabeinu, tal como hay un pequeño Baal Shem Tov. Está la visión famosa de Rabi Elimelej de Lizhensk en su libro Noam Elimelej, donde el Baal Shem Tov se divide en 600.000 chispas. Hay un pequeño Besh”t dentro del corazón de cada uno. Así hay un pequeño Moshé Rabeinu dentro del corazón de cada uno.

Y nuestra capacidad de la unión del pueblo de Israel, la que traerá la Redención, se concreta justamente cuando el Moshé Rabeinu se revela en nosotros. Entonces estamos unidos en lo Alto. En cierta medida el alma se libera de la limitación del cuerpo, la disgregación del cuerpo, entonces podemos unirnos verdaderamente, ser como uno con el otro.

 

 

TU PUEDES INFLUIR EN EL MUNDO

 

Estudio de Jasidut:

Epístola Sagrada – Igueret haKodesh

Carta 20 clase 2

 

 


https://youtu.be/n6we9VMr08E

 

El Igueret HaKodesh 20 del Tania enseña que la voluntad de Hashem es una con Su esencia y se revela más claramente en la Torá y las mitzvot. Al estudiar la Torá y observar las mitzvot, los judíos pueden conectar con la Voluntad Suprema de Hashem y atraer bendiciones divinas a sus vidas. Este proceso de alineación con la voluntad divina no solo eleva al individuo, sino que también contribuye a la elevación espiritual y la purificación del mundo entero.

Esta carta es un recordatorio poderoso de la unidad esencial entre Hashem y Su voluntad, y de la importancia crucial de la Torá y las mitzvot en la vida judía.

 






🍷 SHAVUA TOV y JODESH TAMUZ TOV🍷

🕯🌿BUENA SEMANA DE BENDICIÓN Y ALEGRÍA🌿🕯

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Una Historia Jasídica para Despedir al Shabat

🍷🕯🌿 Comparte 🌿🕯🍷 

Es costumbre contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov al terminar Shabat por la noche en una comida de Melavé Malká, acompañando a la Reina, el Shabat 

Una segulá para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de los niños, para una vida buena y larga y para salud

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💎💎 PARA CURACIÓN COMPLETA DE💎💎

ITZJAK FEIVISH BEN BREINA MALKA 

 

Erev Shabat Shalom a todos los amigos,

Baruj Hashem, el estado del rabino sigue mejorando: ayer bajó de la cama al sillón y hoy salió de cuidados intensivos a la sala general. Los médicos están satisfechos y el estado de ánimo es bueno. Por supuesto, todavía hay motivos para seguir rezando, tanto por su bienestar como por el éxito de la aceptación del trasplante.

Una aclaración importante para todos los que preguntan sobre visitas, etc.: Después de un trasplante, se administran medicamentos para debilitar el sistema inmunológico, para que el cuerpo no rechace el injerto, por lo que se debe tener mucho cuidado para evitar infecciones, etc. Por lo tanto, en este momento no hay posibilidad de visitar al rabino (lamentablemente, técnicamente es posible 'colarse' adentro, así que es necesario enfatizar a todos que quien ama al rabino y se preocupa por él debe evitar hacerlo, incluso si no hay un guardia en la entrada...).

Esta situación probablemente continuará incluso después de regresar a casa (aún no está claro hasta cuándo - toma un tiempo significativo, alrededor de un año, para alcanzar el equilibrio, y aun así, se debe seguir teniendo cuidado). El desprecio por esta precaución e intentos de ser ingenioso y eludir las reglas ponen al rabino en un peligro real, Dios no lo quiera. 

 

VISITA AL BAAL SHEM TOV

Un judío estudioso y erudito llamado Rabí Yaakov vivió muchos años en Mezhibuzh y nunca había visitado al santo Baal Shem Tov, que residía en su ciudad. Desde el cielo dispusieron que Rabí Yaakov tuviera la oportunidad de conocer al santo Baal Shem Tov.

Fue cuando su hija creció y alcanzó la edad de casarse, pero él no tenía dinero para una dote digna. Su esposa, a diferencia de él, creía en la grandeza del Baal Shem Tov. Con el corazón amargado, la mujer se dirigió a su esposo y le dijo:

"Mira, judíos de todos los rincones del mundo vienen a recibir bendiciones del Baal Shem Tov, y tú vives a pocas casas de él y te niegas a visitarlo. Ahora que estamos en apuros, ¿por qué no vas a él y pides su bendición?"

Esta vez, sus palabras cayeron en oídos receptivos; Rabí Yaakov no demoró y se dirigió a la residencia del tzadik, contándole que su hija había alcanzado la edad de casarse y sus bolsillos estaban vacíos.

El Baal Shem Tov le dijo:

"Si deseas la salvación, debes viajar de ciudad en ciudad y preguntar en cada lugar si han oído hablar de mí. El día que llegues a un lugar donde no hayan oído hablar de mí, sabrás que tu salvación está cerca."

Rabí Yaakov no se demoró y partió de inmediato en el largo camino; entendía perfectamente que para encontrar una ciudad donde no hubieran oído hablar del Baal Shem Tov, tendría que alejarse mucho de Mezhbizh.

Sin embargo, no imaginaba cuánto tendría que viajar...

Visitó ciudades y pueblos remotos, algunos con apenas judíos, pero en cada lugar le respondían los lugareños, con la fe ardiente en sus ojos: "¿El santo Baal Shem Tov? ¡Por supuesto que hemos oído hablar de él! ¡Es un hombre santo de Dios!"

Rabí Yaakov entendió que debía cruzar el mar...

Después de un largo viaje, llegó a un asentamiento remoto. Cuando entró en la sinagoga local, era la víspera del Shabat.

"¿Ha llegado aquí la fama del Rabí Israel Baal Shem Tov?" preguntó a uno de los primeros judíos que encontró. Este le respondió negativamente y Rabí Yaakov se maravilló: ¿había tenido éxito?

Cuando el shamash de la sinagoga lo vio, lo recibió con honor:

"Escucha, judío", le dijo, "esta noche, cuando todos los feligreses se reúnan, venderemos el mérito de la mitzvá de acoger al huésped para ti"...

La expresión en el rostro de Rabí Yaakov le hizo entender al shamash que no comprendía bien sus palabras, por lo que le explicó:

"En nuestro lugar, es costumbre que cada huésped que llega a la ciudad, se vende el mérito de acogerlo al mejor postor, vendiendo cada comida del Shabat por separado. Después del Shabat, se le da al huésped todo el dinero recaudado."

Rabí Yaakov estaba lleno de emoción:

"¡Qué judíos tan maravillosos! ¡Cumplen la mitzvá de acoger a los huéspedes con tal esplendor!"

Después de la oración de la noche del viernes el shamash se puso de pie y comenzó la "venta de la acogida del huésped". Los ricos del lugar comenzaron a competir entre sí, cada uno tratando de ganar la mitzvá.

Al final, un hombre rico compró la mitzvá, y, maravillosamente, la cantidad de dinero donada fue suficiente para cubrir generosamente los gastos de la boda de su hija.

Rabí Yaakov no sabía cómo contener su asombro; ¡ni una sola palabra del Baal Shem Tov se quedó sin cumplirse!

En la noche del Shabat, cuando cenaba en la casa de su generoso anfitrión, Rabí Yaakov notó que una nube de tristeza cubría su rostro. Se sorprendió por esto, pero no dijo nada.

Después del Shabat, no pudo contenerse más y se dirigió a él con preocupación:

"Mi querido anfitrión, la tristeza en tu rostro no ha pasado desapercibida. Es evidente que estás en apuros. Cuéntame, ¿qué te preocupa? Tal vez pueda ayudarte de alguna manera".

El anfitrión suspiró profundamente con un suspiro desgarrador:

"No te equivocas, estoy en una gran angustia. Mi querido hijo lleva varios años casado y no ha tenido hijos. En estos días, mi hijo planea dar un get (documento de divorcio) a su esposa, y esta es la razón de mi gran tristeza."

Al escuchar esto, Rabí Yaakov le dijo al hombre rico:

"Escucha, debo contarte lo que me trajo a tu ciudad", y le relató toda la serie de eventos que lo llevaron allí, y cómo presenció la santidad del Baal Shem Tov. Cuando terminó, le aconsejó a su anfitrión:

"Escúchame, espera con la entrega del get, el divorcio halájico. Cuando regrese a mi ciudad, iré al Baal Shem Tov y le contaré sobre tu problema. No tengo duda de que tu salvación no tardará en llegar".

Cuando Rabí Yaakov regresó de su viaje y contó al Baal Shem Tov la historia del hombre rico, el Baal Shem Tov respondió:

"Para que el hijo de tu anfitrión tenga un hijo, debo ir yo mismo a esa ciudad".

El Baal Shem Tov viajó a esa ciudad más allá del mar, se reunió con el hombre rico y su hijo, y en el tiempo debido, el hombre rico tuvo el mérito de ver hijos para su hijo.

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PARASHÁ BALAK Y EL MES DE TAMUZ 5784 

DESDE LAS ALTURAS LOS VEO 

 


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Pirkei Avot 4:3:  UNIDAD DE TIEMPO Y ESPACIO 

También decía: No despreciéis a nadie, ni despreciéis nada. Porque no hay hombre que no tenga su hora, ni cosa que no tenga su lugar.  (Pirkei Avot 4:3) 

Cada persona tiene una hora especial, un tiempo único, y todo tiene un lugar. El tiempo y el espacio son las dos dimensiones de la realidad (conocidas en términos científicos como 'espacio-tiempo'), y su relación es como la de lo masculino y lo femenino: el tiempo es considerado masculino (la persona), y el espacio es considerado femenino (el objeto), como una casa ("Su casa, que es su esposa" [ Ioma 2a]). En la dimensión interior: el tiempo corresponde a zeir anpin (el 'rostro pequeño', el perfil masculino, los seis extremos corresponden a los seis días de la creación, la dimensión del tiempo). El espacio corresponde a la sefirá de maljut (el perfil femenino). El tiempo se extiende en el vacío del espacio (como la línea de luz infinita que se extiende hacia el vacío limitado; la línea es el secreto del tiempo). Así, el tiempo y el espacio representan la unión de las letras iud-hei con vav-hei en el Nombre de Dios Havaiá.

El alma de la Torá

Aquí hay dos pares de conceptos: persona-hora y objeto-lugar. La dimensión de tiempo está más asociada con la persona; las almas viven en la dimensión de tiempo (una persona consciente experimenta el paso del tiempo), y por lo tanto, las almas de Israel santifican los tiempos, siendo la raíz y fuente del tiempo. La dimensión de espacio está asociada al "objeto", las entidades físicas en el mundo.

En la dimensión interior, “objeto” alude a la Torá (como está dicho: “y hablarás de ellos” [Deuteronomio 6:7]). Al conectarnos con la Torá y contemplar que la fuerza vital en cada objeto proviene de las letras de la Torá, la palabra de Dios que la constituye y la anima (“Para siempre, Havaiá, Tu palabra permanece en los cielos” [Salmos 119:89]), uno cumple naturalmente el aforismo “no descartes nada” (Pirkei Avot 4:3). Porque en cada objeto del mundo hay fuerza vital Divina.

A nuestros ojos, el mundo parece disperso y fragmentado, tanto en las dimensiones de tiempo como de espacio. Sin embargo, el propósito último es revelar la unidad Divina, como se expresa en el Shemá: “Escucha, Israel, Havaiá es nuestro Dios, Havaiá es Uno” (Deuteronomio 6:4). La frase “Havaiá es Uno” implica la unidad de Dios a través de todo el tiempo - pasado, presente y futuro simultáneamente (“fue, es y será como uno”). Esto refleja la unidad en la dimensión de tiempo. Además, “Uno” , ejad (אחד) significa unidad a través de todas las dimensiones espaciales - a través de los siete cielos y la tierra (representados por la letra ח, que es igual numéricamente a 8, de אחד ) y los cuatro puntos cardinales (representados por la letra ד, que es igual numéricamente a 4, de אחד ) , lo que indica unidad en la dimensión de espacio.

La unidad en la dimensión del tiempo se relaciona principalmente con las almas, como lo sugiere el dicho “Havaia es nuestro Dios” que precede a “Havaia es Uno”.

La unidad en la dimensión de espacio se logra a través de la Torá, que es inherentemente una, especialmente porque será revelada plenamente en la “nueva Torá” del justo Mesías en el futuro cercano.

La unidad de almas y tiempo (persona-hora) es paralela a la unidad de Torá y espacio (objeto-lugar). Esto se debe a que las 600.000 almas de Israel corresponden a las 600.000 letras de la Torá. Al conectar y vincular las almas de Israel con la Torá y sus mandamientos, se revela la unidad interior del mundo, tanto en el tiempo como en el espacio, lo que lleva a que todo se anule ante la unidad Divina, "Havaiá es Uno".

 UNIVERSIDAD DE LA TORÁ:

ZOHAR HARAKÍA

EL RESPLANDOR DEL FIRMAMENTO 

LA CIENCIA MODERNA REVELA LA LUZ 'HASOVÉV KOL ALMÍN' 

 

¿Cuál es la relación entre la ciencia moderna y el poder del arrepentimiento?

Para muchos judíos creyentes, la ciencia moderna es considerada una de las influencias más perjudiciales para la fe en Dios y el cumplimiento de los mandamientos, y con bastante razón. La revolución científica, que desafió convenciones milenarias, también socavó la fe religiosa, conduciendo a una secularización generalizada en el mundo occidental, que no dejó intactas a grandes partes del pueblo judío. Curiosamente, en los principios fundamentales de la revolución científica, que sustentan la ciencia moderna, se pueden encontrar importantes y elevados fundamentos de fe. El método básico de la ciencia abre la puerta a una revelación divina elevada y sublime. ¿A qué nos referimos?

En los escritos jasídicos se explica muchas veces sobre dos niveles de luz divina: la luz que llena todos los mundos (or hamemalé kol almín) y la luz que rodea todos los mundos (or hasovév kol almín). La luz "hamemalé" se divide en muchos grados y detalles, y llena, vivifica, crea y sostiene cada criatura de acuerdo con su carácter particular, de acuerdo con el nivel y tipo de divinidad que puede contener y revelar. Esta luz puede ser consciente y sentida por la criatura que se sustenta de ella, por lo que está adaptada al nivel y al recipiente de cada criatura.

En contraste, la luz "hasovév" no es revelada ni percibida; rodea y "envuelve" las cosas desde arriba, más allá de su capacidad de comprensión y experiencia. El "hasovév" es una luz general en la que todos los detalles de la realidad están incluidos por igual, y así les otorga lugar y existencia sin que ellos sean conscientes de ello.

Y he aquí, en el Jasidut se explica que la luz "hasovév" se revela específicamente en este mundo físico. En los mundos superiores, con los ángeles y las almas en el paraíso, brilla únicamente la luz "hamemalé", por lo que cada uno se encuentra en su lugar adecuado y preciso, sin posibilidad de cambio o movimiento. Solo en este mundo hay posibilidad de ascenso (o descenso, Dios no lo quiera): una persona en este mundo puede hacer teshuvá (arrepentimiento) y transformarse de malvado a justo, puede añadir y elevarse en Torá y mitzvot, y cambiar su nivel espiritual. La fuerza para ello proviene de la luz "hasovév", que afloja los límites de la luz “hamemalé" y permite cruzarlos. 


Ciencia aristotélica y ciencia moderna - Hamemalé y Hasovév

En el mundo científico, la capacidad de "hacer teshuvá" y cambiar se manifiesta en las revoluciones científicas: el descubrimiento de fenómenos y teorías nuevas que refutan las percepciones anteriores y revelan el mundo bajo una nueva luz. Esta es una característica distintiva y esencial de la ciencia moderna, y se ajusta a la idea del cambio y el arrepentimiento en el servicio a Dios del ser humano. No es casualidad que esta característica de la ciencia moderna derive de otro principio fundamental suyo: la tendencia a "dejar que la realidad hable" y no aprisionarla de antemano en el marco de las ideas y percepciones humanas. Se puede ver en la apertura a la realidad misma, tal como es, una apertura a la luz "hasovév kol almín" que aparece a través de la naturaleza que nos rodea.

Esta observación puede "endulzar" y revelar la chispa sagrada en la inclinación de la ciencia moderna a difuminar las jerarquías y abogar por una igualdad general e inclusiva. En su raíz, esta igualdad proviene del nivel del "hasovév", donde efectivamente existe igualdad entre todas las criaturas del universo.

Si continuamos con esta línea de pensamiento, se puede decir que la ciencia aristotélica, que se ocupaba de distinguir la esencia y la calidad de cada cosa y no de investigar la realidad tal como es, se ajusta a la luz "hamemalé kol almín", en la que existen muchos grados según el carácter y la esencia de cada criatura. El objetivo final es la unificación del "hasovév" y el "hamemalé", y en nuestro caso: la unificación e integración del pensamiento esencialista con el pensamiento científico conocido.

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