BS"D
LEJ LEJA לֶךְ־לְךָ
Génesis 12:1-17:27 Haftara: Isaias 40:27 - 41:16
MATERIAL DE ESTUDIO
DE GAL EINAI
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PARASHÁ LEJ LEJA – MAR JESHVAN 5785
ES TIEMPO DE LA CUARTA REVOLUCIÓN
Jeshvan es siempre un momento de
normalidad. Es el único mes en el que no hay absolutamente nada: ni un día
festivo, ni un día de ayuno, ni nada. Es como un martes de la semana; no es el
principio ni el fin, sólo está en medio. Entonces, ¿qué hacemos con Mar
Jeshvan, un mes al que los rabinos de la antigüedad incluso le agregaron el
título de Mar Jeshvan, "amargo"? No hay nada en él. Podríamos
imaginarnos tomando prestado de los muchos días festivos anteriores y
posteriores para agregar algo a este mes vacío. ¿Qué hacemos?
ENTRE NOSOTRAS 🌸
✨LA MARAVILLA DE LA UNIÓN ENTRE LO SERES HUMANOS✨
CALENDARIO HEBREO: el mes de Jeshván
JESHVAN: EL SENTIDO DEL OLFATO
Por el rabino Nir Menussi
El sentido del alma de Jeshván es el olfato - el más
espiritual de los sentidos. Al desarrollar el sentido espiritual del olfato,
uno puede identificar la esencia de las cosas incluso sin experimentarlas
directamente.
Según la Cabalá, el sentido del alma
asociado con el mes de Jeshvan es el sentido del olfato.
Aunque el sentido del olfato es sólo uno
de los doce sentidos del alma (y también uno de los cinco sentidos corporales),
puede considerarse como la encarnación del concepto de "sentidos del
alma" en general. La característica central del sentido del olfato es que
percibe sustancias sutiles e invisibles que flotan en el aire. De manera
similar, el propósito de los sentidos del alma es identificar cualidades
delicadas en la realidad que no son captadas por las facultades ordinarias del
alma. Así como una persona sin sentido del olfato podría percibirlo como un
sentido casi "telepático" (mucho más de lo que la vista y el oído
parecerían a una persona ciega o sorda, que necesariamente son conscientes de
su discapacidad), así también los sentidos del alma no pueden definirse con
precisión, y una persona que no haya experimentado uno de ellos puede encontrar
difícil creer en su existencia.
La conexión del sentido del olfato con el
conjunto de los sentidos del alma se expresa en el hecho de que la palabra “ריח”, reiaj (olfato)
está relacionada con “רוח”, ruaj
(espíritu). El sentido del olfato, el más sutil y delicado de los sentidos, es
también el más “espiritual” de ellos. Así, los sabios dijeron que es el único
sentido del que “el alma obtiene placer” y que no fue manchado por el pecado de
Adán y Eva. De hecho, el profeta nos dice que el Mashíaj, que vendrá al Final
de los Días, juzgará a las personas basándose únicamente en el sentido del
olfato: “Olerá el temor a Dios, y no juzgará por la vista de sus ojos ni
decidirá por lo que oigan sus oídos” (Isaías 11:3).
Quizás por esta razón, al Mashíaj se le llama en otro lugar “el espíritu de
nuestras fosas nasales” (Lamentaciones 4:20).
El hecho de que el sentido del olfato
pertenezca específicamente al mes de Jeshván también refleja su naturaleza
general, ya que la palabra "חשון" (Jeshván) contiene en su interior la palabra "חוּש", jush
(sentido). Además, incluye "חֹשן", joshen (peto), una palabra que representa a las
doce tribus cuyos nombres estaban grabados en las piedras del pectoral que
usaba el Cohen Gadol. Esto también se insinúa en la tribu
correspondiente a Jeshván y al sentido del olfato: la tribu de Menashé, cuyo
nombre está compuesto por las letras de "נשמה", neshamá (alma), que es el alma de la nariz.
Aquellos que no probaron el sabor del pecado
El olfato está conectado con el gusto,
hasta el punto de que a menudo parecen dos "facetas" de un único
sentido. Cada uno tiene su desventaja y ventaja con respecto al otro: el gusto
nos proporciona el sabor de algo de la forma más vivencial, pero para que esto
ocurra, debe introducirse directamente en nuestro cuerpo (lo que supone un
inconveniente importante en el caso de alimentos poco saludables, por no hablar
de venenos). El olfato, en cambio, aunque sólo nos da una impresión sutil del
sabor, nos permite percibirlo sin necesidad de mezclarnos con él e introducirlo
en nosotros mismos. Se podría decir que el olor es como una "copia"
del sabor que se ha desprendido y retirado de él, y el olfato sabe atraparlo en
el aire.
El sentido físico del olfato nos enseña
sobre el sentido del olfato en el alma: es un sentido capaz de percibir la
esencia de las cosas - lugares, culturas, personas, costumbres - sin
experimentarlas realmente. La creencia común es que para conocer algo, uno
debe experimentarlo directamente; hasta entonces, es imposible entender
verdaderamente lo que es. No hay duda de que un estudio frío y académico que no
aborde su tema a un nivel experiencial casi siempre pierde su esencia por
completo. Pero ¿significa esto que hay que experimentarlo todo? El concepto del
sentido del olfato sugiere que existe un reino intermedio entre la distante
contemplación intelectual y la degustación experiencial que implica el contacto
directo: al agudizar los sentidos internos, es posible captar la esencia de
muchas cosas desde la distancia. Por el contrario, se podría decir que, así
como el sentido del gusto embota y opaca la experiencia del olfato, así también
la evasión de demasiadas experiencias agudiza y potencia la capacidad de
percibir su espíritu desde la distancia.
Esta idea está relacionada con la
interpretación que los sabios dieron a un conocido versículo del Cantar de los
Cantares: “Las mandrágoras desprenden un olor” (Cantar de los Cantares 7:14) - estos son los jóvenes de Israel que no han probado el sabor
del pecado”. Este Midrash establece una conexión directa entre el olor y la ausencia
de sabor, afirmando que quien no ha probado el sabor del pecado produce, por
así decirlo, el mejor olor. En términos más generales, se podría decir que esa
persona no sólo produce un buen olor, sino que su sentido del olfato es
refinado en general (por lo tanto, el Mashíaj, que se encuentra en la pináculo
de los justos, es capaz, como se mencionó, de oler las almas de las personas).
La idea de que es posible percibir algo
negativo sin llegar a transgredir, nos permite explicar un principio
fundamental por el cual se condujeron todos los grandes líderes jasídicos: no
dar consejos a un pecador que buscaba rectificar su alma hasta que no
encontraran dentro de sí mismos, aunque fuera en lo más mínimo, algo similar a
ese pecado y lo rectificaran en sí mismos. ¿Cómo pudieron estos grandes tzadikim encontrar
dentro de sí mismos matices de transgresiones que nunca habían cometido? La
respuesta es que no encontraron el sabor de esos pecados dentro de sí mismos,
pero sí encontraron su aroma.
De la contemplación al aroma
Los seis sentidos de los meses de Nisán a
Elul pueden ser vistos como una especie de preparación para los seis sentidos
de los meses de Tishrei a Adar, en paralelo. El mes que se encuentra frente a Jeshván
en el ciclo anual es Iyar, cuyo sentido es el sentido de la contemplación. Este
sentido puede ser visto como el que prepara el camino, de alguna manera, para
el sentido del olfato.
La contemplación y el olfato son, en
realidad, sentidos totalmente opuestos. El olfato, más que cualquier otro
sentido, pasa por alto el pensamiento lógico y consciente y toca las capas
inconscientes del alma. En el plano físico, esto se refleja en el hecho de que
el sentido del olfato activa el subconsciente - las capas más
primarias e instintivas del cerebro, que se encuentran por debajo de las capas
intelectuales superiores (de ahí la intensa repulsión que provoca el olor a
podrido, por ejemplo, y, a la inversa, el gran atractivo de los perfumes). En
el plano espiritual, el «olor» expresa específicamente el poder del supraconsciente
- el nivel más alto del alma, que puede ir más allá del pensamiento intelectual
y percibir el espíritu interior de las ideas.
Se podría decir que el olor que
precede a la contemplación es instintivo y material, mientras que el
olor que sigue a la contemplación es elevado y espiritual. Así
pues, resulta que el sentido de la contemplación afina y clarifica el sentido
del olfato, allanando el camino desde el olor inferior al superior.
Leá y Rajel
El sentido de la contemplación está
vinculado de forma única con la figura de nuestra matriarca Leá, gracias a cuya
excepcional comprensión nació Isajar, la tribu asociada con el sentido de la
contemplación. También existe una conexión sorprendente entre el sentido del
olfato y la hermana menor de Leá, Rajel. Más allá del hecho de que el nombre
"Rajel" hace alusión a "ריח" (olor), el día del fallecimiento de Rajel es el 11 de Jeshván,
el mes asociado con el sentido del olfato.
Identificar a Lea y a Rajel con los
sentidos de la contemplación y del olfato, respectivamente, nos permite releer
la historia de su matrimonio con nuestro patriarca Iaacov. Inicialmente, Iaacov
sólo deseaba a Rajel, a quien amó desde el primer momento en que la vio. Sin
embargo, el padre de Rajel, Labán, lo engañó y le dio a su hermana mayor, Leá,
en matrimonio. Sólo después de descubrir el engaño, cuando ya estaba casado con
Leá, Iaacov pudo casarse también con Rajel. Aunque el intercambio de hermanas
se realizó mediante engaño humano, se nos enseña a verlo - como todo lo demás
en el mundo - como algo dirigido desde Arriba. Iaacov estaba destinado desde el
principio a casarse con Leá y Rajel, y en ese orden.
Si trasladamos la historia al ámbito de
los sentidos del alma, surge la siguiente idea: el amor de Iaacov por Rajel y
no por Leá significa que anhelaba alcanzar el sentido del olfato y no valoraba
en absoluto el sentido de la contemplación. El hecho de que, no obstante, se
viera obligado a casarse primero con Leá significa que se vio obligado a
dominar el sentido de la contemplación antes de que se le concediera el sentido
del olfato. La historia de Iaacov es una alegoría del camino correcto para
adquirir el verdadero sentido del olfato: primero la contemplación intelectual
y sólo después (y a costa de un esfuerzo adicional) la adquisición del sentido
del olfato.
Imagen de Jenny Johansson en Pixabay
VIDA DE ABRAHAM AVINU EN PARASHÁ NOAJ Y LEJ LEJÁ
El Midrash
relata varios episodios fascinantes sobre la niñez de Abraham Avinu, destacando
su valentía y su búsqueda de la verdad en un mundo lleno de idolatría. Aquí
algunos de los relatos más conocidos:
1.
Descubrimiento del Único Dios
Según el
Midrash, Abraham comenzó a reflexionar sobre el mundo y la creación desde muy
pequeño. Al ver el sol y la luna, pensó que ellos podrían ser los gobernantes
del universo, pero al ver cómo el sol se ocultaba y la luna tomaba su lugar,
comprendió que ambos estaban limitados y no eran dioses. Continuó buscando
hasta llegar a la conclusión de que existía un único Creador que controlaba
todo lo que existe.
2. El Incidente con los Ídolos de Teraj
Uno de los relatos más conocidos describe
cómo Abraham desafió las creencias de su padre Teraj, quien era un vendedor de
ídolos. Un día, mientras estaba a cargo de la tienda de su padre, Abraham
rompió todos los ídolos excepto uno y colocó un martillo en las manos del ídolo
más grande. Cuando su padre le preguntó qué había sucedido, Abraham explicó que
el ídolo más grande había destruido a los demás. Teraj respondió que esto no
era posible, ya que los ídolos no tenían vida ni poder alguno. Abraham entonces
aprovechó la oportunidad para señalarle que era absurdo adorar a ídolos
inertes, iniciando así una gran disputa entre ellos.
3. El Horno de Nimrod
Otro midrash cuenta cómo el rey Nimrod,
enfurecido por la negativa de Abraham de adorar ídolos, lo arrojó a un horno de
fuego como castigo. Sin embargo, Abraham salió ileso gracias a la protección de
Dios. Este milagro consolidó aún más su fe y su misión de difundir el
monoteísmo.
4. El Desafío de la Sociedad Idolátrica
Abraham creció en una sociedad profundamente
pagana, y desde joven comenzó a predicar la existencia de un solo Dios. Según
el Midrash, sufrió muchas persecuciones y dificultades por sus creencias, pero
continuó enseñando y convenciendo a otros sobre la importancia de reconocer al
Dios Único. Su dedicación y valentía lo convirtieron en el primer gran
patriarca y un ejemplo de fe para las generaciones futuras.
Estos
relatos del Midrash resaltan la fortaleza y sabiduría de Abraham desde su
juventud, mostrando cómo su búsqueda espiritual y su compromiso con la verdad
lo guiaron hacia su papel como el primer patriarca del pueblo de Israel.
JASIDUT DE LA NIÑEZ DE ABRAHAM
En el
Jasidut Jabad, los Midrashim sobre la niñez de Abraham Avinu son analizados en
profundidad para revelar enseñanzas espirituales y psicológicas sobre la
relación entre el individuo y Dios, el propósito de la vida y el proceso de
búsqueda de la verdad.
1. El Descubrimiento del Único Dios
El Jasidut Jabad ve en este episodio una
metáfora para el proceso interno de cada persona en la búsqueda de la verdad y
la Divinidad. Desde una edad temprana, Abraham desafía la superficialidad del
mundo físico y las creencias populares, buscando comprender la fuente última de
todo lo creado. Según Jabad, esto simboliza el viaje del alma humana que anhela
conectarse con algo más allá de lo aparente y limitado, revelando que toda
persona puede llegar a descubrir la verdad de la existencia de Dios mediante la
contemplación y la reflexión.
El Rebe de Lubavitch enseña que este tipo de
meditación es un componente esencial de la práctica diaria: la hitbonenut, la
reflexión profunda, permite al individuo conectar su mente con la presencia
divina en el mundo, tal como hizo Abraham al observar la naturaleza y concluir
que existe un Creador.
2. El Incidente con los Ídolos de Teraj
Jabad explica este incidente no solo como
una crítica a la idolatría literal, sino también a la "idolatría
moderna", es decir, la dependencia de cosas materiales y deseos mundanos
que muchas veces reemplazan la verdadera espiritualidad. Al destruir los
ídolos, Abraham simboliza el proceso de quebrar los "ídolos
internos", esos aspectos dentro de nosotros que impiden nuestra conexión
con Dios y que nos desvían de nuestra misión en la vida.
Según el Jasidut, cada persona tiene
"ídolos" que deben ser destruidos: el ego, el materialismo, y las
distracciones que nos alejan de nuestra esencia espiritual. Este acto de
Abraham representa la valentía que cada persona necesita para desafiar las
creencias limitantes y los condicionamientos sociales que obstaculizan su
crecimiento espiritual.
3. El Horno de Nimrod: El Poder de la Mesirut
Nefesh
El Jasidut Jabad interpreta la historia del
horno como un ejemplo de mesirut nefesh (auto-sacrificio) en su máxima
expresión. Abraham estaba dispuesto a arriesgar su vida por su fe, demostrando
una devoción absoluta a Dios. En la tradición jasídica, la mesirut nefesh no
significa necesariamente morir por la fe, sino vivir con un compromiso tan
intenso y firme que uno estaría dispuesto a enfrentar cualquier desafío por su
conexión con Dios.
Este episodio inspira a los jasidim a
comprometerse en su servicio a Dios con un sentido de entrega y firmeza,
independientemente de las dificultades. El Jasidut Jabad alienta a las personas
a fortalecer su compromiso de manera que estén dispuestas a "superar el
horno de fuego" de las pruebas y desafíos de la vida, manteniendo su
conexión con Dios a pesar de las presiones externas.
4. La Enseñanza y Difusión de la Fe: El Modelo
de Abraham como "Mashpia"
El Jasidut también destaca a Abraham como el
primer mashpia (mentor espiritual), alguien que no solo alcanzó la verdad para
sí mismo, sino que la compartió con otros. Jabad enfatiza la importancia de
enseñar y compartir la fe con quienes nos rodean, siguiendo el ejemplo de
Abraham. Él no se contentó con su propia conexión con Dios; buscó inspirar a
otros, abrir sus corazones y mentes hacia la verdad.
El Rebe de Lubavitch enseñó que cada judío
es un "discípulo de Abraham" y, por lo tanto, tiene la
responsabilidad de iluminar a los demás, ayudándoles a encontrar la
espiritualidad y la verdad en sus vidas. Esto significa convertirse en una
fuente de luz y bondad, promoviendo la justicia y la conexión con Dios en cada
oportunidad.
5. El Modelo de Transformación del Mundo: No
Rechazar, Sino Redimir
Finalmente, el Jasidut Jabad enseña que
Abraham no abandonó su entorno a pesar de su idolatría. En cambio, permaneció y
buscó transformar su sociedad. Esto representa la enseñanza jasídica de que la
misión del judío es elevar el mundo, no rechazarlo. Según Jabad, cada individuo
debe esforzarse por refinar su entorno, encontrando y revelando la santidad
dentro del mundo material.
Estos
comentarios del Jasidut Jabad sobre la niñez de Abraham destacan su rol como un
pionero espiritual y un modelo a seguir en la búsqueda de la verdad, el
sacrificio por ideales, y el compromiso con la misión de difundir la Divinidad
en el mundo, elementos esenciales en la filosofía jasídica.
MIDRASH
SOBRE LEJ LEJÁ
Bereshit Rabá 39:9: "Y dijo el Santo, bendito sea, a Abraham: 'Vete de tu
tierra...' ¿Por qué lo probó? Para hacerle querido y para hacerle conocido en
el mundo."
El Midrash
sobre "Lej Lejá" explora profundamente el llamado de Dios a Abraham
para que dejara su hogar y comenzara un viaje hacia una tierra desconocida.
Este mandato, aparentemente simple, es rico en significados y simbolismos, y
los Midrashim desarrollan varios aspectos que revelan la grandeza de Abraham y
el propósito de su misión. A continuación, algunos de los puntos destacados:
1. La Prueba de Fe
El Midrash explica que "Lej Lejá"
fue una gran prueba de fe para Abraham. Al decirle "Vete de tu tierra, de
tu patria y de la casa de tu padre," Dios le pedía que dejara atrás todas
sus raíces y seguridades. Según el Midrash, Dios quería que Abraham se
desconectara de su pasado y de las influencias familiares y culturales que
podían interferir con su misión.
Este viaje no solo fue físico, sino también
espiritual. Al abandonar todo lo que conocía, Abraham demostraba su disposición
para seguir la voluntad divina sin condiciones, confiando plenamente en Dios.
Esta prueba fue el comienzo de una serie de desafíos que Abraham enfrentaría
para demostrar su lealtad y devoción a Dios.
1. La
Prueba de Fe y el Viaje
- Midrash
Bereshit Rabá 39:9: Explica el significado del mandato "Lej
Lejá" y cómo Dios le pidió a Abraham dejar todo atrás. También
discute la prueba de fe de Abraham al responder al llamado de Dios sin
saber adónde iba.
- Bereshit
Rabá 39:1: Habla sobre la valentía de Abraham al seguir a Dios a una
tierra desconocida y cómo esto estableció un ejemplo de fe total.
JASIDUT
1. La
Prueba de "Lej Lejá": Salir de las Zonas de Confort
El Jasidut
Jabad enseña que el mandato "Lej Lejá" – “Vete de tu tierra, de tu
patria y de la casa de tu padre” – simboliza un desafío espiritual continuo en
la vida de cada persona. No se refiere solamente al acto físico de dejar un
lugar, sino a la necesidad de abandonar las zonas de confort, las limitaciones
propias y los condicionamientos externos que impiden la conexión auténtica con
Dios.
Según
Jabad, esta prueba representa la salida de los hábitos y perspectivas que el
"yo" ha creado debido a influencias externas (el ego, la sociedad y
la cultura). El Rebe de Lubavitch explica que cada judío tiene un "Lej
Lejá" personal, un llamado para trascender sus limitaciones y descubrir su
verdadero propósito espiritual.
2. El Significado de "Lej Lejá": Ir
Hacia Ti Mismo
Zohar I,
78b: Ofrece una
interpretación mística del término "Lej Lejá," explicando cómo
representa un llamado a descubrir la esencia interior y alcanzar un nivel más
profundo de autoconciencia espiritual. Explica que "Lej Lejá" significa
"ve hacia ti mismo," interpretando el mandato como un viaje
espiritual hacia el autoconocimiento y la conexión con la esencia de la
persona.
Tania,
Likutei Amarim, Capítulo 4: Aunque no es un Midrash clásico, el Tania explora el concepto de Lej
Lejá en términos de un viaje hacia la verdadera esencia del alma.
Bereshit
Rabá 39:2:
Desarrolla la idea de que el mandato de "Lej Lejá" fue un desafío
espiritual para desconectarse de la influencia de su entorno y conectarse con
su propósito divino.
El Midrash
interpreta la frase "Lej Lejá" no solo como "Vete," sino
también como "Ve hacia ti mismo," sugiriendo que este viaje era una
exploración interna. Dios estaba instando a Abraham a descubrir su verdadera
esencia y potencial espiritual. Al emprender este camino, Abraham no solo iba
hacia una nueva tierra física, sino también hacia un nuevo nivel de
autocomprensión y desarrollo espiritual.
Según el
Midrash, este mandato es una lección para todos: a veces, para descubrir
nuestro verdadero propósito, debemos alejarnos de nuestras zonas de confort y
de las influencias externas para conectarnos con nuestro ser interno y escuchar
nuestro llamado divino.
JASIDUT
"Lej
Lejá" Como "Ve Hacia Ti Mismo"
Jabad
interpreta "Lej Lejá" también como "Ve hacia ti mismo," es
decir, a tu verdadera esencia. El llamado divino a Abraham no solo fue un viaje
físico, sino una travesía hacia el descubrimiento de su propósito divino. En el
Jasidut, este llamado representa la idea de que cada alma tiene una misión
única que Dios le asigna, y para cumplirla, uno debe conocerse a sí mismo
profundamente y conectarse con su verdadero ser, el alma.
Este
concepto, enseñado por el Rebe de Lubavitch, inspira a cada persona a emprender
un proceso de introspección, a ir "hacia adentro" para descubrir la
chispa divina y el propósito único que tiene en este mundo
3. La Promesa de Bendiciones
Bereshit Rabá 39:11: Detalla las bendiciones que Dios le prometió a Abraham,
incluyendo la bendición de ser una gran nación y que su nombre sería
engrandecido.
Midrash
Tanjuma, Lej Lejá 3:
Detalla las bendiciones que Dios le prometió a Abraham, interpretándolas como
bendiciones espirituales y materiales que se extenderían a sus descendientes y
a toda la humanidad.
Bereshit
Rabá 39:11: Explica
el significado de la promesa "serás una bendición" y cómo Abraham
sería una fuente de bendiciones para todos.
Dios le
promete a Abraham grandes bendiciones si acepta el llamado: "Te haré una
gran nación, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás una bendición."
El Midrash señala que estas bendiciones no solo son materiales, sino también
espirituales. La grandeza de Abraham sería reconocida no solo en su vida, sino
también a través de sus descendientes, quienes llevarían el mensaje de la fe en
un Dios único al mundo.
El Midrash
también explica que la promesa "serás una bendición" significa que
Abraham se convertiría en una fuente de bendición para toda la humanidad. Este
es el comienzo de su rol como "padre de muchas naciones" y un símbolo
de bondad y justicia en el mundo.
La
Promesa de Bendiciones: El Poder de la Entrega y el Sacrificio
En los
Midrashim, Dios promete bendiciones a Abraham si acepta el desafío de "Lej
Lejá": "Te haré una gran nación... y serás una bendición." Según
el Jasidut, esta promesa representa el principio de mesirut nefesh
(auto-sacrificio), donde la entrega absoluta a Dios trae consigo bendiciones y
éxito.
El Rebe de
Lubavitch explica que, al igual que Abraham, cuando una persona abandona sus
apegos mundanos y confía plenamente en Dios, recibe bendiciones y ayuda divina
en su vida. Esta entrega no es un sacrificio de negación, sino una conexión
auténtica y profunda que permite que las bendiciones espirituales se
manifiesten también en el plano físico.
4. El
Desafío de Difundir la Fe en Tierra Extraña
El
Desafío de Difundir la Fe
Bereshit
Rabá 39:14: Relata
cómo Abraham y Sara difundían la creencia en un Dios único, enseñando a los
hombres y mujeres sobre la existencia de Dios, convirtiendo así a muchas
personas a la fe en el Creador.
Midrash
Bereshit Rabá 39:14:
Relata cómo Abraham y Sara hicieron proselitismo en la tierra de Canaán,
enseñando a las personas sobre la existencia de un Dios único y la verdad del
monoteísmo.
Talmud
Bavli, Sotá 10b:
Menciona la dedicación de Abraham y Sara a enseñar y difundir la fe en Dios a
los habitantes de la tierra.
Uno de los
Midrashim relata cómo, al llegar a la tierra de Canaán, Abraham no solo se
instaló, sino que comenzó a predicar sobre la existencia de un Dios único. Esto
no fue tarea fácil, ya que la tierra estaba dominada por el paganismo y la
idolatría. Sin embargo, Abraham, junto con su esposa Sara, dedicó sus esfuerzos
a difundir la fe en Dios, enseñando a las personas sobre la bondad y la
justicia divinas.
Este acto
de valentía y perseverancia fue un testimonio de su compromiso con su misión.
Abraham no buscaba asentarse y vivir tranquilamente; él entendía que su
propósito era más profundo: transformar el entorno, influir en los demás y
traer una mayor consciencia de Dios al mundo.
Abraham es
conocido por difundir el monoteísmo, enseñando a otros sobre la existencia de
un solo Dios. El Jasidut Jabad enfatiza que este aspecto es esencial en el
servicio divino: no basta con alcanzar un nivel espiritual personal; uno debe
compartirlo e inspirar a otros.
En Jabad,
esto se conoce como el rol de mashpia (inspirador o mentor). Según el
Rebe, cada judío es un discípulo de Abraham y debe esforzarse por ser una
fuente de luz para su entorno, enseñando con el ejemplo y compartiendo la
sabiduría de la Torá y las enseñanzas de Hashem con aquellos a su alrededor.
5. La
Fuerza del Viaje en Medio de los Desafíos
Bereshit
Rabá 40:3: Describe
la reacción de Abraham frente a la hambruna en la tierra de Canaán, resaltando
su fortaleza y su fe en Dios a pesar de los desafíos inesperados.
Midrash Bereshit
Rabá 40:1: Describe cómo, inmediatamente después de
llegar a Canaán, Abraham enfrentó una hambruna, y sin embargo, no cuestionó a
Dios, mostrando su fortaleza espiritual y su confianza.
Talmud Bavli,
Sanhedrin 111a: Discute la reacción de Abraham a las
dificultades en la tierra prometida y cómo esto mostró su devoción y fe
inquebrantables.
Otro Midrash resalta que apenas Abraham llegó
a Canaán, encontró hambre en la tierra, lo cual podría haber sido desalentador.
Sin embargo, él no dudó ni cuestionó a Dios, sino que continuó su viaje hacia
Egipto con fe. Este episodio resalta la fortaleza de Abraham para soportar
pruebas y dificultades sin perder su fe ni su dirección.
Según el
Midrash, esta es una lección para todos: en el camino de la vida, incluso
cuando seguimos un llamado divino, podemos encontrar desafíos. La grandeza de
Abraham fue su capacidad para mantener su confianza en Dios, incluso cuando las
circunstancias eran difíciles o parecían contradecir las promesas divinas.
La
Prueba del Hambre en Canaán: Fe Ante las Dificultades
En los
Midrashim, se relata que Abraham enfrentó hambre en la tierra prometida y debió
ir a Egipto. El Jasidut Jabad interpreta esta prueba como un ejemplo de cómo
mantener la fe en momentos de desafío. Abraham no cuestionó a Dios ni se
desanimó por la aparente contradicción entre la promesa divina y la realidad difícil;
siguió adelante con fe.
Esta
enseñanza subraya que, incluso cuando una persona enfrenta dificultades que
parecen contradecir su misión espiritual o las promesas divinas, debe confiar
en que cada prueba tiene un propósito y que Dios está siempre presente, guiando
el proceso. Esta fe en medio de la dificultad fortalece la conexión con Dios y
permite que el individuo crezca espiritualmente.
6. El Simbolismo de Abraham como Precursor
Espiritual
Midrash
Tanjuma, Lej Lejá 3:
Compara el viaje de Abraham con el futuro exilio y redención del pueblo de
Israel, indicando que su camino fue una preparación y un precedente para la
historia de sus descendientes.
Pirkei deRabí
Eliezer, Capítulo 26: Relata cómo el viaje de
Abraham es un modelo para todos los futuros viajes espirituales, representando
la búsqueda continua de crecimiento y conexión con lo divino.
Zohar I, 77a: Profundiza en cómo el llamado a "Lej Lejá" simboliza un
viaje espiritual que no se limita a Abraham, sino que sirve como un paradigma eterno
para todos los judíos.
Estos mekorot
ofrecen una visión rica y profunda sobre la historia de "Lej Lejá,"
proporcionando una base para entender los mensajes subyacentes del viaje de
Abraham y su relevancia espiritual a lo largo de las generaciones.
Estas
fuentes se encuentran principalmente en Bereshit Rabá, que es un midrash
antiguo sobre el libro de Bereshit (Génesis), así como en el Zohar, un
texto fundamental de la mística judía que proporciona interpretaciones
profundas y esotéricas de los textos bíblicos. Estas referencias ayudan a
entender los aspectos espirituales y las lecciones derivadas del mandato de
"Lej Lejá" en la vida de Abraham Avinu.
Finalmente,
el Midrash interpreta el viaje de Abraham como un modelo para el viaje
espiritual de todo el pueblo judío. Así como Abraham dejó su hogar y fue hacia
una tierra desconocida, los judíos también deben estar preparados para salir de
sus zonas de confort en su misión espiritual. Este "Lej Lejá" se
convierte en un llamado eterno a cada judío para que avance y crezca, para
descubrir su propósito divino y trabajar por su conexión con Dios.
En resumen,
los Midrashim sobre "Lej Lejá" destacan la valentía, la fe, y la
dedicación de Abraham a su misión divina, presentándolo como un modelo de emuná
(fe) y bitajón (confianza). A través de su obediencia y compromiso, Abraham se
convirtió en el arquetipo de alguien que sigue el llamado divino sin reservas,
influenciando al mundo a través de su fe y valores.
JASIDUT
Finalmente,
Jabad ve en "Lej Lejá" un modelo de crecimiento espiritual continuo.
El Rebe de Lubavitch enseña que, incluso cuando uno ha alcanzado un cierto
nivel espiritual, siempre debe esforzarse por ir más allá. "Lej Lejá"
implica que el viaje nunca termina; siempre hay nuevos niveles de
autoconocimiento y conexión con Dios a los que aspirar.
Según el
Jasidut, el propósito de la vida es progresar constantemente, superando las
limitaciones de ayer y avanzando hacia un nivel espiritual más profundo. Esto
no solo es relevante en el contexto de Abraham, sino que también es aplicable a
cada persona en su servicio a Dios.
Conclusión
En el
Jasidut Jabad, los Midrashim de "Lej Lejá" se convierten en un mapa
espiritual para el crecimiento, la entrega y la misión de vida. Este mandato
divino es entendido no solo como un evento histórico, sino como un llamado
eterno que cada persona puede aplicar en su propia vida. Desde salir de las
limitaciones personales, pasando por la autoexploración y el sacrificio, hasta
la misión de inspirar a otros, el camino de "Lej Lejá" es un modelo
integral de cómo vivir una vida de propósito y conexión profunda con Dios.
RABINO
GINSBURGH
El Rabino
Yitzchak Ginsburgh, líder de la comunidad Gal Einai y reconocido cabalista,
presenta enseñanzas profundas sobre "Lej Lejá" basadas en el Jasidut
y la Kabalá. En sus interpretaciones, el Rabino Ginsburgh analiza los aspectos
espirituales y psicológicos del mandato "Lej Lejá" (Génesis 12:1),
enfatizando el viaje interior que debe hacer cada persona para cumplir su
propósito divino y lograr una conexión auténtica con Dios. Sus enseñanzas se
fundamentan en textos tradicionales, como el Zohar, el Tania, y los comentarios
jasídicos del Baal Shem Tov y del Rebe de Lubavitch.
1.
"Lej Lejá": Ir Hacia Tu Esencia
El Rabino
Ginsburgh explica que "Lej Lejá" no solo significa "Vete"
sino "Ve hacia ti mismo". Dios le pide a Abraham que deje atrás su
tierra, su patria y la casa de su padre, representando tres niveles de
condicionamientos y limitaciones. Según el Jasidut, cada uno de estos términos
alude a un aspecto específico del ego y la identidad que limita nuestra
conexión con el alma divina.
"Tu
tierra"
representa los deseos naturales y las inclinaciones físicas.
"Tu
patria"
simboliza el entorno cultural y social que moldea las creencias y actitudes de
una persona.
"La
casa de tu padre" alude a la influencia más íntima y arraigada, los paradigmas familiares
que moldean la identidad.
Estas
influencias pueden ser positivas, pero, según el Rabino Ginsburgh, para
descubrir el propósito único del alma, uno debe trascenderlas y reconectarse
con la esencia de su identidad, la chispa divina en su interior. Este proceso,
como el viaje de Abraham, es desafiante, pero es esencial para lograr una
relación profunda con Dios. El Tania, de Rabí Shneur Zalman de Liadí (cap. 2),
resalta este concepto, explicando que cada judío tiene una "parte de Dios
en lo alto", y el propósito de la vida es revelar esta esencia en el
mundo.
2. La
Dimensión Cabalística del "Lej Lejá"
En el Zohar
(Lej Lejá 78a), se menciona que "Lej Lejá" es un viaje hacia los
niveles más elevados de la conciencia, hacia el "yo" esencial de la
persona. Ginsburgh profundiza en esta idea, explicando que el "Lej
Lejá" es un proceso de auto-descubrimiento espiritual que trasciende el
ego. Para lograrlo, se requiere de la práctica de la hitbonenut
(meditación contemplativa) para explorar la verdadera naturaleza del alma y
conectarse con la Divinidad en todas las áreas de la vida.
Según
Ginsburgh, este viaje también implica el desarrollo de las sefirot (atributos
divinos) en el ser humano, especialmente las cualidades de Jojmá
(sabiduría), Biná (entendimiento) y Daat (conocimiento), que
permiten percibir y experimentar la presencia de Dios. El Rabino enseña que, al
igual que Abraham, cada persona tiene la capacidad de conectarse con la
conciencia divina y de elevar su realidad física a través de este proceso.
3. La
Promesa Divina y el Propósito Universal
Dios
promete a Abraham bendiciones y grandeza si sigue el mandato de "Lej
Lejá" (Génesis 12:2-3). Según el Rabino Ginsburgh, esto simboliza la idea
de que el sacrificio personal y la entrega absoluta a la voluntad divina
permiten acceder a niveles de bendición y éxito que trascienden las
limitaciones terrenales. El Baal Shem Tov enseña que, al entregar completamente
su voluntad a Dios, la persona se convierte en un "vehículo" para la
Divinidad, y su vida se transforma en una expresión de la voluntad divina en el
mundo.
Además,
Ginsburgh interpreta que "serás una bendición" significa que, al
igual que Abraham, cada persona tiene el potencial de ser una fuente de luz
para los demás, elevando a aquellos que están a su alrededor. En su comentario
a este versículo, el Rebe de Lubavitch explica que la misión de Abraham es
también la misión de cada judío: ser una fuente de bendición y transmitir el
mensaje de la unicidad de Dios a toda la humanidad.
4. La
Dimensión Interior del Exilio y Redención
El Rabino
Ginsburgh señala que "Lej Lejá" es el comienzo de la misión
espiritual de Abraham, que incluye el exilio en Egipto y la eventual redención
de sus descendientes. Según Ginsburgh, este ciclo de exilio y redención no es
solo histórico, sino también un proceso personal. Cada persona experimenta
"exilios" internos, estados de desconexión espiritual o crisis de
identidad, que tienen como propósito llevarla hacia una redención más elevada.
Así,
"Lej Lejá" se convierte en un modelo de crecimiento espiritual
constante. El viaje de Abraham es también el viaje de cada judío y cada ser
humano, quien a través de su servicio y entrega, puede alcanzar niveles de
redención personal y colectiva.
En resumen,
la interpretación del Rabino Ginsburgh sobre "Lej Lejá" es una
enseñanza integral que combina la psicología espiritual y la mística judía,
mostrando que el viaje de Abraham representa el viaje eterno del alma hacia su
verdadera esencia y propósito divino.
QUÉ
ES EL MIDRASH RABÁ?
El Midrash
Rabá es una colección de comentarios y enseñanzas rabínicas sobre los cinco
libros de la Torá (Pentateuco) y los cinco rollos (Meguilot) de Ketuvim
(Escrituras), que incluye Ester, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés y Cantar de
los Cantares. La palabra "Rabá" significa "grande" o
"extenso," indicando que se trata de una recopilación de Midrashim
considerable en profundidad y amplitud.
Características
Principales del Midrash Rabá
Explicación
y Expansión de la Torá
El Midrash
Rabá interpreta y amplía los relatos y las enseñanzas de la Torá,
proporcionando contexto histórico, lecciones éticas y enseñanzas espirituales.
A menudo incluye historias y metáforas que ilustran el significado de un
versículo o revelan dimensiones ocultas de la narrativa.
Formatos
Alegóricos y Narrativos
Utiliza
formas literarias variadas, incluyendo alegorías, parábolas y narrativas, para
comunicar ideas complejas en formas accesibles y cautivadoras. Los relatos
pueden parecer cuentos, pero su propósito es transmitir profundos mensajes
teológicos y morales.
Textos
que Expresan la Tradición Oral
El Midrash
Rabá forma parte de la tradición oral judía, una expansión de la Torá escrita,
cuyo propósito es explicar, detallar y llenar los vacíos de la narrativa de la
Torá. Estas interpretaciones y enseñanzas fueron transmitidas oralmente durante
generaciones hasta que fueron recopiladas y escritas.
Interpretación
Multinivel
Los
comentarios en el Midrash Rabá operan en varios niveles de interpretación: el peshat
(sentido literal), remez (alusión), drash (exégesis) y sod
(secreto o misticismo). Estos niveles ayudan a entender la Torá no solo desde
el punto de vista literal, sino también espiritual y místico.
Estructura del
Midrash Rabá
- Bereshit
Rabá (Génesis
Rabá): Exégesis sobre el libro de Bereshit (Génesis).
- Shemot
Rabá (Éxodo
Rabá): Comentarios sobre el libro de Shemot (Éxodo).
- Vayikrá
Rabá (Levítico
Rabá): Interpretaciones sobre el libro de Vayikrá (Levítico).
- Bamidbar
Rabá (Números
Rabá): Exégesis sobre el libro de Bamidbar (Números).
- Devarim
Rabá
(Deuteronomio Rabá): Comentarios sobre el libro de Devarim (Deuteronomio).
Además,
incluye interpretaciones sobre los cinco rollos, como Ester Rabá y Rut
Rabá.
Ejemplos
de Temas en el Midrash Rabá
Relatos
sobre los Patriarcas:
Explica episodios de Abraham, Isaac y Jacob con relatos que resaltan sus
virtudes, desafíos y pruebas de fe, como el llamado de "Lej Lejá."
Interpretaciones
Éticas: Enseñanzas
morales y éticas derivadas de la conducta de figuras bíblicas, mostrando cómo
sus decisiones y actos tienen repercusiones universales.
Metáforas
y Parabolas: El
Midrash Rabá emplea parábolas y comparaciones para explicar conceptos
complejos, mostrando cómo ciertos principios aplican a situaciones de la vida
cotidiana.
Importancia
del Midrash Rabá en el Judaísmo
El Midrash
Rabá es fundamental en la literatura rabínica y es ampliamente estudiado en el
judaísmo porque ofrece una visión profunda y enriquecedora de los textos
sagrados. Además de ser una obra de interpretación bíblica, también es una guía
de ética, espiritualidad y filosofía. Ha influido en otros textos, como el
Talmud, y en movimientos posteriores, como el Jasidismo y la Cabalá, al ofrecer
un marco para interpretar la Torá de una manera profunda y reflexiva.
En resumen,
el Midrash Rabá es una obra esencial que complementa y expande la Torá escrita,
ofreciendo interpretaciones que profundizan en la comprensión de los textos
bíblicos y transmiten enseñanzas valiosas sobre la fe y la vida judía.
MIDRASH
TANJUMA
El Midrash
Tanjuma es una colección de interpretaciones y enseñanzas rabínicas sobre la
Torá, y es una de las obras midráshicas más importantes en la literatura judía.
Lleva el nombre de Rabí Tanjuma bar Abba, uno de los sabios de la época del
Talmud, quien es citado frecuentemente en el Midrash y que, según la tradición,
tuvo una gran influencia en su contenido.
Características
Principales del Midrash Tanjuma
1.
Estructura y Organización
El Midrash
Tanjuma está organizado según las parashot (porciones semanales) de la Torá y
ofrece comentarios sobre pasajes específicos de cada sección. Cada parashá
contiene varios comentarios, llamados petijot (aperturas), que suelen comenzar
con un versículo de la Torá o de los Profetas y luego desarrollan enseñanzas o
explicaciones basadas en ese pasaje.
2. Enfoque
en Enseñanzas Morales y Éticas
El Midrash
Tanjuma destaca por su enfoque en la moralidad, la ética y la devoción a Dios.
Utiliza historias, parábolas y anécdotas para comunicar lecciones profundas
sobre la conducta correcta, la justicia, la bondad, y la fe.
3. Métodos
Alegóricos y Exegéticos
Similar a
otros Midrashim, el Midrash Tanjuma emplea interpretaciones alegóricas y
simbolismos para extraer significados profundos de los textos de la Torá. A
menudo, los relatos parecen estar compuestos para enseñar no solo el sentido
literal, sino también valores y principios abstractos.
4. Uso de
Parábolas (Mashal)
El Tanjuma
utiliza muchas parábolas (mashalim) para ilustrar sus enseñanzas. Estos
mashalim a menudo comparan eventos o personajes bíblicos con situaciones de la
vida cotidiana para hacer más comprensibles y accesibles las lecciones
espirituales y éticas.
5. Fuente
de Inspiración Espiritual y Devocional
Al igual
que otros Midrashim, el Tanjuma no solo busca proporcionar una comprensión
literal del texto bíblico, sino también inspiración para la vida espiritual y
devocional del lector. Las interpretaciones suelen hacer hincapié en la
relación personal con Dios, el papel de la fe, y el crecimiento moral.
Importancia
del Midrash Tanjuma en la Literatura Judía
El Midrash
Tanjuma es altamente valorado por su capacidad para traducir los conceptos
abstractos de la Torá en enseñanzas prácticas y aplicables. Es una fuente de
inspiración que ha influido tanto en la halajá (ley judía) como en la agadá
(narrativas y enseñanzas éticas). A lo largo de los siglos, el Tanjuma ha sido
ampliamente estudiado y citado, y sus enseñanzas se encuentran en numerosos
textos de la literatura judía.
Ejemplos
de Temas en el Midrash Tanjuma
1. Las
Pruebas de los Patriarcas: Examina las pruebas y desafíos enfrentados por
figuras bíblicas como Abraham, Isaac, y Jacob, y cómo sus experiencias sirven
como ejemplos de fe y perseverancia.
2. La
Bondad y la Justicia: Desarrolla enseñanzas éticas sobre el trato correcto
hacia los demás, el valor de la justicia, y la importancia de ser bondadoso y
compasivo.
3. La
Divina Providencia: Explica cómo Dios supervisa el mundo y cuida de cada ser,
enfatizando la confianza en la Providencia Divina y en el plan divino.
Origen
y Autoría SEFER HABAHIR
El Sefer
HaBahir (ספר הבהיר), también conocido como
"El Libro de la Claridad" o "El Libro Brillante," es uno de
los textos cabalísticos más antiguos y fundamentales. Es una obra mística judía
que ofrece enseñanzas profundas sobre los secretos de la creación, la
estructura de las sefirot (atributos divinos), el alma, y la relación entre
Dios y el universo. Aunque su autoría y fecha exacta de composición son
inciertas, se considera que el Sefer HaBahir tiene sus raíces en la época de
los Tanaim (sabios de la época de la Mishná), y su primera aparición
documentada fue en el sur de Francia en el siglo XII.
El Sefer
HaBahir es atribuido tradicionalmente al sabio Rabí Nejunia ben HaKaná, quien
vivió en el siglo I y fue contemporáneo de Rabí Akiva y Rabí Ishmael. Sin
embargo, muchos estudiosos modernos creen que el texto fue compilado y editado
en la Provenza (Francia) en el siglo XII, influido por tradiciones místicas y
esotéricas que se transmitieron durante siglos en forma oral.
El nombre
"Bahir" significa "brillante" o "claro," tomado
de un versículo en el libro de Job (37:21): "ועתה לא ראו אור בהיר הוא בשחקים" ("Y ahora no ven
la luz, que es brillante en los cielos"). Este nombre sugiere que el libro
ilumina conceptos profundos y misteriosos, haciendo que el conocimiento oculto
sea más claro y accesible para quienes buscan entender la divinidad.
Contenido y Temas Principales
El Sefer
HaBahir trata una variedad de temas místicos, siendo algunos de sus puntos
clave los siguientes:
1. Las
Sefirot: Uno de los primeros textos en introducir el concepto de las sefirot
como emanaciones o atributos de Dios. Describe cómo estas sefirot actúan como
intermediarios entre Dios y el mundo, y cómo forman la estructura espiritual
del universo. Aunque no presenta un sistema de sefirot tan desarrollado como el
que se encuentra en el Zohar, el Sefer HaBahir sentó las bases para el sistema
cabalístico que se desarrolló más tarde.
2. El Árbol
de la Vida: La metáfora del árbol es usada para describir la relación entre
Dios y la creación. El "árbol" representa el flujo de energía divina
desde las sefirot superiores hacia las inferiores, y de ahí hacia el mundo
físico. Esta imagen del "Árbol de la Vida" sería posteriormente
fundamental en la Cabalá.
3. El Alma
y su Conexión con Dios: El Sefer HaBahir explora la naturaleza del alma humana
y su relación con la divinidad. Describe cómo el alma proviene de una fuente
divina y tiene el potencial de unirse con Dios a través del estudio, la oración
y el cumplimiento de los mandamientos.
4.
Interpretaciones Esotéricas de la Torá: El Sefer HaBahir emplea una lectura
mística de las letras y palabras de la Torá. A menudo, analiza el valor
numérico (guematria) y el significado oculto de las letras hebreas para
descubrir secretos divinos. Este enfoque es característico de la literatura
cabalística y se basa en la idea de que cada letra de la Torá tiene un
significado profundo y un poder espiritual.
5. La Luz
Primordial: La "luz" es un tema central en el Bahir. La obra describe
la luz primordial (אור
הגנוז)
creada en el primer día de la creación, que es diferente de la luz natural y
representa una manifestación de la presencia divina en el mundo. Esta luz es
oculta, reservada para los justos en el futuro, pero puede ser vislumbrada a
través del estudio místico.
6. Dualidad
y Polaridad: El Sefer HaBahir explora conceptos de polaridad y equilibrio en la
creación, tales como masculino y femenino, derecha e izquierda, y cómo estas
fuerzas opuestas se armonizan en la divinidad. Este concepto influiría en el
desarrollo posterior de la Cabalá Luriánica.
Influencia y Legado
El Sefer
HaBahir es considerado una de las obras fundacionales de la Cabalá, ya que
introdujo muchas de las ideas y símbolos que serían desarrollados en el Zohar y
en las enseñanzas cabalísticas posteriores. Su estilo es enigmático y
simbólico, utilizando relatos breves, parábolas y frases poéticas que requieren
interpretación profunda. Esta estructura llevó a que muchos cabalistas
dedicaran grandes esfuerzos a desentrañar sus significados y enseñanzas.
Entre sus
comentaristas y estudiosos más conocidos se encuentran Rabí Moshe Cordovero, el
Arizal (Rabí Isaac Luria) y, más tarde, cabalistas del movimiento jasídico. La
obra ha sido estudiada y venerada tanto por los cabalistas sefardíes como
asquenazíes, y su influencia es visible en muchas de las ideas que dominan la
Cabalá clásica y la Cabalá contemporánea.
Ejemplo de Enseñanza en el Sefer HaBahir
Una de las
enseñanzas más conocidas del Bahir es su descripción de la primera sefirá,
Kéter (Corona), que es la fuente de toda creación. El Bahir describe a Kéter
como una fuente de luz infinita que no tiene forma ni límite, pero de la cual
emanan las demás sefirot. Esto representa la idea de que toda la creación surge
de una fuente divina incognoscible, y que la estructura del universo refleja
esta unidad divina.
Conclusión
El Sefer
HaBahir es una obra mística esencial que sentó las bases para el pensamiento
cabalístico. Su estudio y comprensión requieren una inmersión en la filosofía
mística judía, ya que presenta temas profundos y complejos sobre la creación,
la naturaleza de Dios, y la conexión del alma con lo divino. Aunque enigmático,
el Bahir sigue siendo una fuente de inspiración para aquellos que buscan
entender los secretos de la creación y la sabiduría oculta en la Torá.
VENTANAS DE LOS CIELOS, FUENTES DE LAS PROFUNDIDADES:
Unificando Torá y Ciencia
La ciencia
moderna es, sin duda, uno de los mayores logros de la humanidad. En poco más de
trescientos años, la humanidad ha descubierto una intrincada red oculta de
leyes matemáticas que rigen los fenómenos naturales y ha logrado maravillas en
los ámbitos del transporte, la industria, la medicina y la comunicación que han
transformado tanto el medio ambiente como a nosotros casi hasta el punto de ser
irreconocibles.
Sin
embargo, en las últimas décadas, las nubes del éxito científico han comenzado a
disiparse y están apareciendo grietas en la fachada de su grandeza. La visión
que reinaba en Occidente a finales del siglo XIX - que la racionalidad y el
progreso tecnológico resolverían los problemas humanos y traerían iluminación,
prosperidad y felicidad – se hizo añicos contra las abruptas rocas del siglo
XX. Nos referimos no sólo a los horrores de las dos guerras mundiales que vio
este siglo, sino también al vacío materialismo que marca sus años más apacibles.
Precisamente porque la abundancia material y la prosperidad eran el
cumplimiento de la promesa de la ciencia, ponen de relieve con crudeza cómo el
progreso científico no logró resolver los misterios y dilemas fundamentales de
la existencia.
Se han
hecho intentos de redimir los activos perdidos de las culturas precientíficas,
en particular el movimiento de la "Nueva Era - New Age" y sus variantes.
Sin embargo, más allá de revivir un sentimiento de asombro hacia la creación y
una diversidad de prácticas espirituales (muchas de ellas cuestionables),
también carece de la capacidad de complementar verdaderamente a la ciencia. Una
cosmovisión tan impresionante como la de la ciencia requiere un repositorio más
completo de sabiduría, que pueda integrar tanto la ciencia como la metafísica,
así como proporcionar una caja de herramientas éticas para resolver los dilemas
morales que la ciencia y, más aún, la tecnología plantea, cuestiones que ella
misma no puede dirimir.
La
tradición judía contiene una visión del mundo que reconoce tanto el ámbito
material como los niveles espirituales y divinos de la existencia, y además
ofrece tanto un sistema metafísico estructurado (Cabalá) como un sistema ético
complejo (Halajá). Sin embargo, ¿qué tan lejos está el judaísmo
tradicional de abrazar plenamente la ciencia? Los ultraortodoxos, los
tradicionalistas más devotos, han optado en gran medida por rechazar el mundo
de la investigación científica, eligiendo en cambio reforzar el énfasis en el
estudio de la Torá.
No es
sorprendente que la mayor parte del mundo judío no se identifique con este planteamiento.
Gran parte de él, ha perdido la fe en el sendero de la Torá, enarbolando en su
lugar el estandarte de la ilustración y la ciencia. Parece que el judaísmo será
incapaz de contribuir a la ciencia hasta que reconozca que no sólo la ciencia
lo necesita, sino que él necesita a la ciencia.
Un torrente de sabiduría
Todo esto
nos lleva a un pasaje intrigante en el Zohar, que aborda la tenue relación
entre fe y razón o Torá y ciencia. Se encuentra en medio de una lectura
cabalística de la historia del diluvio. Con respecto al versículo: "En el
año seiscientos de la vida de Noé... todos los manantiales del gran abismo
estallaron y las ventanas de los cielos se abrieron",[1] afirma el
Zohar[2]:
Y en el año
seiscientos del sexto [milenio], las puertas de la sabiduría arriba y los
manantiales de la sabiduría abajo se abrirán, y el mundo se preparará para
entrar en el séptimo [milenio], tal como una persona se prepara el viernes para
entrar en Shabat cuando el sol se pone.
Aquí, el
Zohar predice una especie de diluvio futuro que inundará el mundo, no un
desastre natural destructivo, sino una revolución espiritual positiva, un
diluvio de sabiduría. El año especificado aquí es el año del calendario hebreo
de 5600 (1840 del calendario civil), poco después del punto medio del sexto
milenio, cuando el séptimo milenio comienza a asomarse.
Según la
tradición, la historia del mundo es como una "semana" de siete mil
años. Los primeros seis milenios son similares a los seis días de la semana, y
el séptimo milenio se asemeja al Shabat. Con base en esta analogía, el año 5600
marca la "última hora de la mañana" del "viernes", el
momento en que comienzan los preparativos para el Shabat. Así como uno
acostumbra sumergirse en una mikve el
viernes, así también la sabiduría inundará la Creación en el sexto milenio
sirviendo como una inmersión espiritual, purificando a la humanidad y
preparándola para la era del Shabat.
Esta visión
se hace eco del versículo: "La tierra se llenará del conocimiento de Dios
como las aguas cubren el mar", [3] que
también utiliza la representación de un diluvio en el contexto de la conciencia
Divina. La representación negativa de un diluvio mortal que no deja tierra seca
se convierte así en una visión positiva en la que todas las áreas de la vida
están llenas de reconocimiento hacia el Creador y de la conexión con Él.
Obsérvese
que el denominador común de los dos diluvios es su estructura bidireccional:
así como en el diluvio original, el agua fluyó de las "ventanas del
cielo" y de las "fuentes del abismo", así también se espera que
las aguas del diluvio de sabiduría fluyan de las "puertas de la sabiduría
de arriba" y de los "manantiales de la sabiduría de abajo". La
idea de dos fuentes distintas y separadas de flujo de salida es bastante
comprensible en el caso de un diluvio literal, pero ¿qué significa cuando se
aplica a la abundancia espiritual?
La imagen
de las aguas superiores e inferiores separadas por el firmamento es fundamental
en los escritos cabalísticos y se utiliza para describir dos tipos de flujos o
efusiones. Las aguas superiores representan la abundancia divina que desciende
desde arriba, y las aguas inferiores representan la abundancia humana y
terrenal que surge desde abajo. En nuestro caso, donde las dos fuentes de agua
se refieren a dos fuentes de sabiduría, los comentaristas explican que
simbolizan, respectivamente, la Torá que desciende del cielo y la sabiduría
humana que se eleva como desde el suelo de la realidad. En cierto momento de la
historia, las profecías afirman, la Torá y la sabiduría humana saldrán a la
superficie y luego se fusionarán en una sabiduría unida y todo-abarcadora.
Dos revoluciones
El año
mencionado por el Zohar es 1840. Este período surgió más tarde como un momento
en el que dos procesos paralelos alcanzaron su punto álgido. En la cultura
occidental, fue la era del ascenso de la ciencia moderna. Tras eclosionar en la
revolución científica del siglo XVII y madurar a lo largo del siglo
XVIII, la nueva ciencia finalmente irrumpió en el mundo en todo su esplendor e
impulsó la revolución industrial del siglo XIX. Pronto transformó
por completo nuestra visión del mundo y nuestro modo de vida.
Al mismo
tiempo, en las ciudades judías alejadas del centro de la escena de la historia,
fue el período de la difusión del Jasidut, el movimiento que comenzó a revelar
la sabiduría oculta de la Torá a muchos. Aunque el Jasidut no movió montañas,
ni construyó torres, como las revoluciones científica e industrial, no fue
menos revolucionario. Al igual que ellos, ofrecía nuevas herramientas de
pensamiento y creatividad capaces de desarrollar nuestras capacidades
intelectuales y espirituales, al igual que la ciencia desarrolló nuestra mente
práctica y nuestros cuerpos.
Si la
revolución científica fue la apertura de las fuentes del abismo, Jasidut fue la
apertura de las ventanas de los cielos.[4]
Cualquiera
que sea nuestra actitud hacia las profecías, no podemos negar que la visión
presentada en el Zohar es revolucionaria y desafiante. En una breve
declaración, desafió una de las suposiciones más profundamente arraigadas de la
conciencia moderna, sostenida por la mayoría de creyentes y no creyentes por
igual: que la religión y la ciencia son inherentemente contradictorias y no
pueden ni deben coexistir. Muchas devotas figuras religiosas adoptan una
actitud hostil o desdeñosa hacia los descubrimientos científicos, y muchos
científicos muestran una actitud similar de distanciamiento y arrogancia hacia
la religión, en particular la Torá. Incluso aquellos que participan en ambos
mundos generalmente se esfuerzan solo por conciliar algunas contradicciones
entre ellos - una postura que solo refuerza la noción de que son entidades
fundamentalmente opuestas que necesitan ser compartimentadas.
La visión que
nos ofrece el Zohar es de una relación diferente entre la religión y la
ciencia, o más precisamente, entre la Torá y la ciencia. Sugiere que, aunque la
Torá y la ciencia son de naturaleza opuesta, y aparentemente fluyen desde
direcciones opuestas, ambas expresan por
igual la sabiduría unificada del Único Creador. Además, sólo a través de su
fusión puede uno conocer al Creador completamente. Por esta razón, están
destinados a conectar con mayor intensidad que la mera conciliación de contradicciones;
su propósito es fundirse en una sola sabiduría.
Restauración de la Torá
Primordial
La metáfora
de las aguas superiores e inferiores tiene implicaciones de gran calado.
Según el
relato del Génesis, en el primer día de la creación toda el agua era una sola
entidad unificada. Fue solo en el segundo que el Creador los separó en aguas
superiores e inferiores con el firmamento. Dado que el agua representa la
sabiduría, esto significa que la Torá y la sabiduría humana no deben verse como
formas completamente separadas de sabiduría, sino más bien como una sola sabiduría que se dividió en dos.
Además, las aguas anhelan reunirse unas con otras: la sabiduría de la Torá (las
aguas superiores) está destinada a reunirse con la sabiduría mundana y humana
(las aguas inferiores).
¿Qué es
esta sabiduría primordial? El Talmud describe la Torá como "sabiduría
caída desde lo alto"[5], novelet
jojmá shel mala (נוֹבֶֶלֶת חָכְמָה שֶֶל
מַעְלָה), como la fruta más pequeña que cuelga de
un árbol mucho más grande, la mayor parte de la cual está oculta a la
vista.
Esta
suprema sabiduría primordial (representada por las partes más altas del gran
árbol) también se conoce como "Torá", pero en un sentido más amplio
de la palabra. Es una especie de meta-Torá, de la cual se dice en los Midrashim
que precedió al mundo,[6] que sirvió
como el plan arquitectónico por el cual el Santo Bendito Es creó el mundo,[7] y que en el
futuro será revelada como la "nueva Torá”[8] o
la "Torá del Mashíaj", con la cual toda la Torá conocida palidece en
comparación.[9]
Esta Torá
abarca todas las verdades - incluidas las ocultas dentro de los reinos mundanos
y científicos fuera de la Torá. Un estudio adecuado de la naturaleza, que
destila sus verdades divinas y eternas desde las aguas turbias de los miedos,
fantasías y prejuicios mundanos, se revela así como nada menos que el estudio
de la sabiduría de Dios: cada expansión del conocimiento es un hilo adicional
de comprensión que nuestro intelecto logra extraer del tapiz infinito y oculto
de la Torá superior, e integrarse en la conciencia humana.
Por lo
tanto, la unificación de la Torá y la ciencia está destinada a producir un
evento verdaderamente maravilloso: la revelación, tanto desde el cielo como desde
la tierra, de la Torá primordial de la cual se originaron todas las
innumerables sabidurías del mundo, divinas (Torá) y mundanas (ciencia).
La visión
de unir la Torá y la ciencia se refleja en un conocido versículo de Daniel:
וְהַמַּשְׂכִּלִים יַזְהִרוּ
כְּזֹהַר הָרָקִיעַ
VehaMaskilim Iazhiru KeZohar HaRakia
"Y los que son sabios resplandecerán como el resplandor [Zohar] del firmamento."[10]
El
firmamento es, por supuesto, la línea invisible que une las aguas superiores e
inferiores, la cual, según el versículo, debería inspirar el establecimiento de
una nueva iluminación.
Sin
embargo, la luz de esta iluminación no debe ser de la fría luz del intelecto,
sino del zohar supra-intelectual, un
resplandor que abarca e integra la ciencia racional con la revelación profética
- los dos faros que Dios envió para permitirnos conocerLe.
[1] Génesis 7:11
[2] Zohar 1:117a
[3] Isaías 11:9
[4] Existe un paralelismo similar entre los individuos que encarnan
las raíces de estas dos revoluciones: el santo Arí, Rabi Itzjak Luria, y
Copérnico, también fueron contemporáneos en el siglo XVI.
[5] Bereshit Rabá 17:5
[6] Pesajim 54a
[7] Bereshit Rabá 1:1
[8] Zohar 2:161a
[9] Kohelet Rabá 11:7
[10] Daniel 12:3
JASIDUT
Partzuf: LA MITZVÁ
DE ASENTARSE EN LA TIERRA DE ISRAEL EN NUESTRO TIEMPO
Letra
de Havaia |
Opinión
sobre la colonización de la tierra en nuestro tiempo |
Esencia |
|
Iud |
Una obligación de la Torá (mitzvá de'oraita) |
Deber absoluto Jová (חוָֹבָה) |
י
|
Hei |
Una obligación rabínica (mitzvá de rabanan) |
una obligación Mitzvá (מִצְוָָה) |
ה |
Vav |
No hay obligación por temor al
fracaso |
Transgresión Averá (עֲבֵרָה) |
ו |
Hei |
No hay obligación por los peligros del
viaje |
Peligro Sacaná (סַכָָּנָה) |
ה |
El Rambán y el Rambám
La aliá a la Tierra de Israel es la mitzvá
evidente que encontramos en la parashá de esta semana, Lej Lejá.
Con respecto a la aplicabilidad de esta mitzvá
en nuestros tiempos, hay varias opiniones. Existe la opinión de Najmánides, el Rambán,
que sostiene que incluso en este tiempo - durante el exilio - hay un
mandamiento positivo de hacer aliá a
la Tierra, conquistarla y establecerla. Esto se deriva de varios versículos
explícitos de la Torá.
La opinión más difícil de comprender
completamente es la de Rambam. Por un lado, trae todas las virtudes y
alabanzas que los sabios afirman con respecto a aquellos que viven en la Tierra
de Israel, incluyendo todas las halajot que
se derivan de ellos. Por otro lado, no escribe que es un mandamiento positivo
de la Torá. Por esta razón, la mayoría de las autoridades halájicas posteriores
(los Ajaronim) creen que, según Rambam,
en nuestro tiempo, vivir en la Tierra de Israel es un mandamiento rabínico -
uno elevado y exaltado, pero no obstante rabínico.
Sabemos cuánto el Jasidut aprecia y
defiende el principio de que "las palabras de los escribas [los rabinos]
son más entrañables que las palabras de la Torá", y por lo tanto, hasta
cierto punto, uno debe ser aún más cuidadoso con una mitzvá rabínica que con una mitzvá
de la Torá. Entre las autoridades posteriores, la que principalmente
discute este tema, y en quien se basan la mayoría de los poskim posteriores, es el autor de Pe'at HaShulján, Rabí Israel de Shklov, el prominente discípulo
prominente del Gaón de Vilna (el Gra). Él escribe que, según el Rambam,
esta mitzvá es de origen rabínico.
Hay otra forma de explicar esto, que se desarrollará brevemente más adelante.
En cualquier caso, este es el
entendimiento directo: Rambán sostiene que morar en la Tierra de Israel
es una mitzvá de la Torá incluso en
nuestro tiempo. Por supuesto, esta mitzvá
se aplica al individuo - esa es la "trampa", por así decirlo. No
es una mitzvá comunitaria. Si se
tratara de una mitzvá comunitaria, es
decir, que todos deben hacer aliá, se
consideraría un "ascenso por la fuerza", Aliá baJomá (עֲלִיָּה בַּחוֹמָה), lo cual está
prohibido por uno de los conocidos Tres Juramentos, lo que complica toda la
cuestión.
Rambam
no menciona el tema de los Tres Juramentos en su Mishné Torá, incluyendo el juramento de no hacer aliá o
ascender por la fuerza. No lo menciona en sus obras halájicas, pero en su
Epístola al Yemen, lo menciona enérgicamente y afirma que un ascenso por la
fuerza del pueblo judío a la Tierra representa un gran peligro para el
pueblo.
En mi humilde opinión, esto podría
explicar por qué no incluye el asentamiento en la Tierra de Israel como una mitzvá
de la Torá en el Mishné Torá, y
también por qué no menciona el juramento en sus escritos legales. Hay algo en
el juramento: "Os hago jurar, oh hijas de Jerusalén" que anula la mitzvá, por así decirlo, porque ¿cómo
podría haber una mitzvá que no se
aplique a todos juntos? Lógicamente, una mitzvá
debería aplicarse y obligar a todos, pero aquí, no se aplica a todos - solo
a aquellos que, de una manera especial, desean (la esencia y el significado de
la Tierra de Israel, eretz אֶֶרֶץ, es desear, ratzon רָצוֹן) a aquellos que
verdaderamente "rezan a través de su tierra".[1]
El autor de Pe'at HaShulján trae todas las autoridades anteriores (como el Tashbetz, Rashbash y otros) que están de acuerdo con el punto de vista del Rambán
y declara: "esta es la opinión principal". En otras palabras, el
único en nuestra generación que dictamina que en la práctica la halajá sigue al Rambán es el Pe'at HaShulján. También parece que el Minjat Jinuj, que vino después de él y
es uno de sus seguidores, así como muchas autoridades posteriores, siguen su
punto de vista, aceptando la opinión del Rambán como principal - que la mitzvá de establecerse en la Tierra de
Israel es un mandamiento positivo de la Torá, incluso en nuestro tiempo.
Una vez más, Rambam no lo menciona como
un mandamiento positivo, aunque sí trae en sus escritos halájicos todas las
virtudes y alabanzas de vivir en la Tierra de Israel, todo lo que los sabios
dijeron al final del tratado Ketubot
en la discusión sobre el Mishná que dice: "Todos son traídos a la Tierra
de Israel"[2], (הַכֹּל מַעֲלִין לְאֶֶרֶץ יִשְׂרָאֵל).
Dos opiniones más en los Tosafot
Hay un breve y algo extraño Tosafot al final de Ketubot,[3] que parece
socavar todo, pero al hacerlo, completa la estructura de nuestro partzuf/modelo que corresponde a cuatro
opiniones sobre la mitzvá de establecerse en la Tierra de Israel con las
cuatro letras del Nombre esencial de Dios, Havaia,
que pronto veremos. Este es un Tosafot pequeño pero muy significativo. Cita
a uno de los grandes Ba'alei HaTosafot,
Rabeinu Jaim HaKohen,[4] quien
argumenta que no hay mitzvá de
habitar en la Tierra de Israel en nuestro tiempo - ni de la Torá ni de la ley
rabínica. ¿Por qué? Debido a que hay muchas mitzvot
de la tierra que no se pueden cumplir correctamente, y debido al riesgo
casi seguro de que una persona falle en cumplir con estas mitzvot, la mitzvá de establecerse
en la tierra se anula en nuestro tiempo:
Él dice que ascendamos [a la Tierra de Israel], etc.: No se practica en nuestros tiempos, ya que hay peligro en los
caminos. Y Rabeinu Jaim dice que hoy en día, no es un mandamiento vivir en la
Tierra de Israel, ya que hay varios mandamientos que dependen de la tierra - y
varios castigos - con los que no somos capaces de tener cuidado y de ser
conscientes.
No se trata de que cualquiera haga tal
afirmación, sino que, dado que esta opinión es tan peculiar, todo el mundo -
como mencionamos anteriormente, como el autor de Pe'at HaShulján - hace diversos esfuerzos por explicarla como un
error textual y que en el Mordejai, por ejemplo, hay una versión diferente de
su opinión, que aclara que fue Rabeinu Jaim HaKohen quien mencionó el tema de
los peligros del viaje, y que el argumento
sobre la falta de una mitzvá debido a las complicaciones con las mitzvot
dependientes de la tierra es incorrecto. Pe'at HaShulján aconseja además que, si alguien desea cumplir con
las mitzvot dependientes de la tierra, debe comprar una parcela de tierra en
la Tierra de Israel y cumplir con los mandamientos vinculados a la tierra. En cualquier caso, es muy difícil aceptar la
opinión de Rabeinu Jaim HaKohen.
En ese mismo Tosafot, antes de presentar la opinión de Rabeinu Jaim HaKohen, se
ofrece otra explicación - a saber, que la mitzvá
de ascender a la Tierra de Israel no es aplicable en nuestro tiempo, no
porque no haya mitzvá, sino debido a
los peligros del viaje. Todas las halajot
concernientes a un esposo que obliga a su esposa o una esposa que obliga a
su esposo a ascender a la Tierra de Israel - "ya sean hombres o
mujeres" - no se aplican ahora debido al peligro que implica viajar a la
Tierra. El principio en juego aquí es "el peligro es más severo que una
prohibición", sacanta jamirá meisurá (סַכַּנְתָּא
חֲמִירָא מֵאִסּוּרָא). Por lo tanto, la
obligación de hacer aliá se suspende
de acuerdo con esta opinión debido a la naturaleza peligrosa del viaje, más que
a la inaplicabilidad de la mitzvá.
Así que, esencialmente, tenemos cuatro
opiniones con respecto a la mitzvá de
establecerse en la Tierra de Israel en nuestro tiempo. Las cuatro opiniones
corresponden a las cuatro letras del Nombre esencial de Dios, Havaia, de
una manera sencilla:
•
Que
establecerse en la Tierra de Israel es una mitzvá
de la Torá, un de'oraita,
corresponde a la letra iud (י) y a la sefirá de sabiduría. Esto es sostenido
por el Rambán y refleja la sabiduría que proviene directamente del
mandato Divino - la Torá Escrita, como en el versículo: "Escucha, hijo
mío, a la disciplina de tu padre",[5] que
representa el mandato inmutable y esencial de la Torá.
•
El hecho
de que sea una mitzvá rabínica sin ningún debilitamiento de la obligación corresponde a la
segunda letra, hei (ה), y a la sefirá de entendimiento. Se puede ver
una fuerte obligación en la norma que obliga a alguien a hacer aliá, "ya sean hombres o
mujeres", que se encuentra en el Rambam. Ser rabínico (tal vez
debido al tema de los Tres Juramentos mencionado anteriormente) está conectado
con la Torá Oral, la "Torá de tu madre", que refleja el profundo
razonamiento y entendimiento dentro del marco halájico empleado por los
rabinos.
•
Cancelar
la mitzvá debido a la preocupación por el fracaso en el cumplimiento de otras mitzvot corresponde a la letra vav
(ו) y las seis sefirot desde bondad hasta fundamento,
que constituyen el núcleo de Zeir Anpin
(el pequeño semblante). Esta es la clara opinión de Rabeinu Jaim HaKohen en Tosafot - la idea de que la mitzvá de establecerse en la Tierra de
Israel está anulada porque probablemente uno fracasaría en otras mitzvot vinculadas a la Tierra. Este
acto de sopesar los pros y los contras en función del éxito y el fracaso es
típico de las consideraciones hechas en el ámbito de Ze'er Anpin.
•
Finalmente,
suspender la mitzvá por completo
debido al peligro corresponde a la segunda hei
(ה) en Havaia, y a la sefirá de reinado. La idea de que uno no puede obligar a otro a
hacer aliá a la Tierra de Israel
debido a los peligros del viaje refleja la sefirá
de reinado sobre la cual está dicho: "Sus pies descienden hasta la
muerte"[6] , raglei
irdot mave (רַגְלֶיה יְרְדוֹת מָוֶֶת). Reinado es práctico y consciente de los peligros del mundo
físico donde "viven en ellos"[7], vaji
bahem (וָחַי בֶָּהֶם)
tiene prioridad, lo que significa que una consideración importante en la
realización de cada mitzvá es su seguridad física.
Juntas, las cuatro opiniones con respecto
a la mitzvá de establecerse en la Tierra de Israel forman un
entendimiento holístico, que se puede resumir como un partzuf, de la siguiente manera:
Una obligación de la Torá (mitzvá de'oraita) |
Deber absoluto jová (חוָֹבָה) |
Una obligación rabínica (mitzvá de rabanan) |
una obligación mitzvá (מִצְוָהָ) |
Sin obligación por la preocupación
por el fracaso |
Transgresión averá (עֲבֵָרָה) |
Sin obligación debido a los
peligros del viaje |
Peligro sacaná (סַכָָּנָה) |
Tan pronto como reconocemos la estructura
completa - el partzuf completo - todo
tiene su lugar y existe un estado de paz entre las diferentes opiniones. El aparente
conflicto entre las opiniones se transforma en un sistema coherente, y todo es armonioso.
La tensión que causó Rabeinu Jaim HaKohen se resuelve una vez que vemos su
visión como parte de un panorama más amplio, contribuyendo a la integridad del partzuf. De hecho, resulta que
necesitamos su opinión sobre el peligro para completar el partzuf. Obsérvese que ambas opiniones traídas en el Tosafot
encuentran su lugar en este modelo y contribuyen al equilibrio general,
aportando claridad y armonía a los diferentes puntos de vista.
Peligros espirituales en nuestros tiempos
De hecho, algunos pueden argumentar que
hoy en día ya no hay peligros físicos en el viaje a la Tierra de Israel, pero
tal vez todavía hay un tipo general de peligro.
Necesitamos preguntarnos si las opiniones
de Rabeinu Jaim HaKohen y la preocupación por el peligro presentada en el Tosafot siguen siendo relevantes hoy en
día, aunque en una forma diferente. Si alguien quiere descartar el argumento de
Rabeinu Jaim HaKohen diciendo que hoy en día uno puede venir a la Tierra de
Israel y cumplir fácilmente las mitzvot,
debemos considerar que, en su tiempo, esto puede no haber sido tan simple. En
aquel entonces, cumplir con todas las mitzvot dependientes de la tierra
podría haber sido mucho más difícil, pero hoy, con un mayor acceso al estudio y
la orientación de la Torá, es factible e incluso se ve como un gran mérito.
También se podría argumentar que no hay
más peligro físico en el viaje a la Tierra de Israel. Entonces, ¿cuál podría
ser exactamente el contraargumento? Para responder a esta pregunta, veamos un
ejemplo de hace unas décadas.
Rabi Israel Abuhatzera, conocido como Baba
Sali (que recibió su nombre del Baal
Shem Tov) hizo aliá desde Marruecos
en la década de 1960. Después de pasar algún tiempo en la Tierra de Israel, le
escribió al Rebe de Lubavitch que planeaba regresar a Marruecos y que
recomendaba que todos los judíos marroquíes hicieran lo mismo. ¿Por qué Baba
Sali quería regresar al extranjero? De hecho, parece que, si no fuera por el
Rebe de Lubavitch, quien insistió en que se quedara en la Tierra de Israel
debido a su responsabilidad con su comunidad. ¿Acaso no amaba a la Tierra de
Israel?
Fue debido a lo que vio que estaba
sucediendo en el país, el espíritu del lugar, que la gente se quitaba las kipot y los tzitzit, y se cortaba los rizos laterales (peiot). No es necesario extenderse sobre este penoso asunto. Esta
es la razón que él mismo da y por la que dijo que es mejor ser un judío
temeroso de Dios en Marruecos que vivir en la Tierra de Israel por el peligro
espiritual presente aquí.
La conclusión es que los dos niveles
inferiores de nuestro partzuf - la
transgresión y el peligro - siguen siendo relevantes. Estos dos niveles
corresponden a la "lo revelado es [responsabilidad de] nosotros y nuestros
hijos"[8] y,
por lo tanto, cambian de generación en generación, tomando una forma diferente.
No hay que negar su existencia. Pero al final, el Rebe de Lubavitch obligó a
Baba Sali a quedarse. Le escribió a Baba Sali: "Tú eres un rey, y tu
pueblo está aquí, el rey no abandona a su pueblo, y el capitán no abandona el
barco". Al final, Baba Sali aceptó la decisión del Rebe y se quedó.
[1] Véase 1 Reyes 8:48
[2] Mishná Ketubot 13:11
[3] Ketubot 110b s.v., Hu omer la'alot.
[4] Es citado con frecuencia en Tosafot. Su nombre, Rabeinu Jaim
HaCohen (רַבֵּינוּ חַיִּים הַכֹּהֵן), tiene el mismo valor numérico que
"estéril", tohu (תֹּהוּ), como en el versículo
(Isaías 45:18) "Él no la creó [la Tierra] para que fuera estéril; Él la
formó para ser habitada".
[5] Proverbios 1:8
[6] Proverbios 5:5
[7] Levítico 18:5
[8] Deuteronomio 29:28