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domingo, 2 de noviembre de 2025

5786 VAIERA

 BS"D


VAIERÁ    וַיֵּרָא

Génesis 18:1-22:24  Haftará: Reyes II 4:1-37

 

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*MENSAJE DE SHABAT SHALOM*

*PARASHÁ VAIERÁ*

 

*QUERIDOS AMIGOS*

Esta semana leemos la parashá Vaiera, la segunda sección de la Torá en la que Abraham es el “protagonista principal”.

De Abraham aprendemos una regla fundamental: uno debe actuar con presteza para cumplir una mitzvá. Abraham no solo está siempre al frente, sino que con sus acciones impulsa las buenas nuevas hacia adelante.

Aquellos que actúan con diligencia aceleran la llegada del Redentor y le dicen:

“¡Ven pronto!” — en hebreo “בּוֹא מַהֵר” (bo maher), palabras que son un anagrama de “Abraham” (אַבְרָהָם).

Que la presteza de Abraham infunda nuestra realidad mientras avanzamos hacia la llegada del Mashíaj.

Además de los habituales artículos profundos e inspiradores esta semana buscamos un contenido especial: memorias del rabino Avraham Arieh Trugman, documentando parte de su relación de cincuenta años con el rabino Itzjak Ginsburgh.

¡No te lo pierdas!

Ver todo el mensaje aquí:

https://galeinai.org/2025/11/06/shabat-shalom-vaiera/

 

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*UN PENSAMIENTO DE TORAT HANEFESH*

Quizás este sea uno de los dilemas más profundos en el trabajo intimo de Torat HaNéfesh (la psicología del alma).

Por un lado, todos experimentamos debilidades, culpa, tristeza y falta de fe en nosotros mismos.

Estos sentimientos traen confusión, dificultad y a veces una tristeza que pesa sobre todas las áreas de la vida.

Pero aquí hay una gran delicadeza🌼

A veces, el deseo de fortalecerse nos aleja precisamente de nuestra verdad interior,

y nos fortalecemos no desde la fe, sino desde el orgullo, la separación

y el olvido de la conexión viva con el Creador.

Entonces, ¿qué es lo correcto? ¿Fortalecer la personalidad o someterla?

En la parashá de esta semana, Vaierá, se cuenta sobre nuestro patriarca Abraham,

que estaba sentado a la entrada de su tienda cuando el Santo, bendito sea, se le reveló.

La Torá enfatiza que esto ocurrió en Eloné Mamré. Rabí Elimelej de Lishensk pregunta:

¿por qué se menciona el nombre de Mamré precisamente en un momento de revelación tan elevada?

Él explica que el tzadik que se sienta a la entrada de la tienda vive entre dos mundos —entre la tierra y el cielo☁️— posee una doble conciencia: humildad verdadera y alegría interior💫

El secreto de los tzadikim es la alegría.

La humildad auténtica no destruye, sino que libera.

Nos ayuda a soltar la imagen que intentamos proyectar

y a comenzar simplemente a ser nosotros mismos, desde un lugar verdadero, presente y amoroso.

Cuando la persona deja de luchar contra sí misma y se conecta con su propia verdad,

nace en ella una humildad silenciosa, y de allí brota una alegría profunda y natural.

¡Shabat Shalom U'Mevoraj, querida comunidad!

*RABINO JAIM FRIM y el equipo de Gal Einai en Español*

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*TODAS LAS PUBLICACIONES DE LA SEMANA*

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LA DIMENSIÓN INTERIOR DE LA TORÁ

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CELEBRANDO CINCUENTA AÑOS CON EL RABINO ITZJAK GINSBURGH

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CREENCIA EN LA CREACIÓN

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TANIA QUÉ HACEMOS EN ESTE MUNDO

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5786 EL AÑO DE LA FAMILIA

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¡Y IAACOV SALIÓ A SU CAMINO!

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JUDAÍSMO PARA TODOS VAIERÁ

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MEDICINA Y BENDICIÓN

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EL SECRETO DEL CIEN EN LEJ LEJÁ

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LA COMPASIÓN DE LA MADRE

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MELAVE MALKA VAIERÁ Y RAJEL

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*PARASHÁ VAIERA*

Todo el material de la parashá de la semana

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CELEBRANDO CINCUENTA AÑOS CON EL RABINO ITZJAK GINSBURGH

Por el rabino Avraham Arieh Trugman

 La primera noche de Selijot 5785 (2025) se celebró en casa del Rabino Ginsburgh y terminó alrededor de la 1:30 de la madrugada. Había acordado sentarme a solas con el Rabino después para conmemorar - de hecho, celebrar - cincuenta años de nuestra relación. El Talmud enseña que un estudiante no comprende verdaderamente las enseñanzas de su maestro hasta que ha aprendido con él y de él durante cuarenta años. Hace diez años, al cumplir cuarenta años, también nos sentamos juntos, brindamos con un Lejaim y reflexionamos sobre los muchos momentos memorables de esas décadas de aprendizaje y amistad. Ahora, al cumplir cincuenta años, el Rabino comentó que, si un estudiante tarda cuarenta años en entender plenamente a su maestro, ¡cuánto más profunda debe ser ese entendimiento después de cincuenta años!

Estuvimos sentados durante media hora, hasta las dos de la madrugada. Rápidamente se corrió la voz de que estábamos celebrando cincuenta años de estudio y vínculo. Muy pocos alumnos del rabino Ginsburgh pueden decir lo mismo. Si bien muchos lo conocen desde hace décadas, solo unos pocos lo han acompañado a lo largo de las numerosas etapas, clases y proyectos que se han desarrollado con el tiempo.

Tras habérseme pedido que compartiera algunas reflexiones personales de estos cincuenta años, quisiera relatar algunas de las experiencias que marcaron mi vida a través de mi relación con el rabino Ginsburgh. Comparto estos recuerdos y experiencias desde lo más profundo de mi ser.

PRIMEROS ENCUENTROS

 Asistí por primera vez a una clase con el Rabino Ginsburgh en el mes de Shevat de 5735 (1975). Había llegado a Israel apenas seis semanas antes y me encontraba en pleno proceso de conversión religiosa. En aquel entonces, estudiaba en la Ieshivá de la Diáspora. Ese mismo mes de Shevat conocí a mi futura esposa, Rajel. Fue amor a primera vista. Nos comprometimos dos meses después y nos casamos cuatro meses más tarde. Todo sucedió con una rapidez asombrosa, guiado por la Providencia Divina.

Fue Rajel quien me animó a asistir a una clase con el Rabino Ginsburgh. Ella ya había comenzado a estudiar con él y hablaba a menudo de la profundidad e inspiración de sus enseñanzas. Rajel había formado parte de un pequeño grupo de estudio (jevruta ) - solo dos o tres mujeres - que estudiaba con el Rabino a partir del Perek Shira, centrándose especialmente en encontrar inspiración artística en esos versículos sagrados.

En aquel entonces, el rabino Ginsburgh vivía en la calle (Rejov) Charlap de Jerusalén, en un modesto apartamento en el sótano. Rajel también estudiaba con su esposa, Romy, aprendiendo del Sefer HaMikhlal del Radak. Mientras ojeaba la biblioteca del rabino, se topó con una obra cabalística sobre nombres hebreos. Descubrió que las letras raíz de su propio nombre, Rajel, se pueden leer como Ruaj Kel: «el espíritu de Di-s». Para ella, una baalat teshuvá que acababa de empezar a usar su nombre hebreo, esto representó una poderosa afirmación de su nueva identidad espiritual.

La primera clase a la que asistí tuvo lugar en el complejo ruso de Jerusalén, en una pequeña habitación que el rabino Adin Steinsaltz utilizaba como parte de su centro, llamado Shefa. Solo había cuatro o cinco personas presentes. Recuerdo haber entrado sin saber qué esperar. Cuando el rabino comenzó a impartir la clase, sucedió algo extraordinario.

En los primeros cinco minutos, sentí una abrumadora sensación de iluminación. Ya fuera por la luz de la habitación o por algo más profundo, percibí lo que parecía ser un aura sutil rodeando su cabeza. En aquel entonces, aún era nueva en el estudio de la Torá, pero ese momento me cambió la vida. No recuerdo el contenido exacto de la lección - esto fue antes de que empezara a tomar apuntes detallados -, pero recuerdo haberme dicho para mí con total claridad: «Este es mi maestro». Desde ese instante, supe que mi alma había encontrado a su guía.

Los primeros años en Estados Unidos y la búsqueda de significado

Para dar un poco de contexto: nací en Cleveland, Ohio, en 1949. Curiosamente, aunque no lo sabía entonces, el rabino Ginsburgh también pasó parte de su adolescencia en Cleveland. Mi propia educación judía fue mínima: tuve cierto contacto, pero no mucho. Asistí a escuelas laicas y crecí durante la década de 1960, cuando muchos de mi generación buscábamos un nuevo sentido a la vida. Participé activamente en política, protestando contra la guerra de Vietnam, e incluso estuve brevemente encarcelado por ello. Sin embargo, tras el activismo político, anhelaba algo espiritual.

Tras explorar muchos caminos, reencontré mis raíces judías. Los centros Jabad de Berkeley, California, y Cleveland desempeñaron un papel fundamental en el resurgimiento de mi interés por el judaísmo, en particular por su dimensión mística. Eso fue lo que realmente me cautivó.

A principios de la década de 1970, me uní al movimiento «Regreso a la Tierra» (Back to the Land) y viví en la zona rural de Oregón. Construí mi propia casa y viví durante varios años sin electricidad ni agua corriente, inmerso en la naturaleza. Fue allí, en la quietud del bosque y la inmensidad de la creación, donde comencé a percibir la unidad de toda la existencia. Aquella experiencia me ayudó a comprender el Shemá de una manera profunda y experiencial: que Hashem es verdaderamente Uno.

En 5735 (1974), durante Janucá, llegué a Israel. Tan solo seis semanas después, conocí a Rajel y comenzó nuestra aventura juntos.

Continuando el viaje

 Un año después de aquellas primeras clases en Shefa, Rajel y yo nos convertimos en una de las familias fundadoras de Moshav Mevo Modi'im. En aquel entonces, todos éramos alumnos del rabino Shlomo Carlebach, llenos de idealismo espiritual y con el deseo de vivir en armonía con la naturaleza. La zona era remota - las carreteras 1 y 443 aún no se habían construido - y llevábamos una vida sencilla y rústica.

A pesar de la distancia, mantuve mi contacto con el Rabino Ginsburgh. Aproximadamente un año después, organicé su visita para que impartiera enseñanzas en el Moshav. Iba en coche desde Mevo Modi'im hasta Kfar Jabad - un trayecto de unos 30 o 40 minutos -, lo recogía, lo llevaba al Moshav y luego lo traía de vuelta. Era cerca de Janucá, y aún conservo los apuntes de esas sesiones. Muchas de esas enseñanzas se convirtieron posteriormente en la base de mi libro Cien meditaciones sobre las luces de Janucá. Aquel periodo fue muy especial para mí. Esos viajes me brindaban momentos a solas con el Rabino, oportunidades para recibir guía personal e inspiración. Continuamos así durante varios meses.

Las clases del Rav: Un nuevo mundo de Torá

 


 Durante los años siguientes, asistí a numerosos cursos del rabino Ginsburgh. Hubo un extenso curso sobre Los Cincuenta Portales del Entendimiento en el antiguo Centro Israelí de la calle Strauss, donde impartía las clases utilizando una pizarra y guiándose con pequeñas fichas escritas a mano. Su reputación comenzaba a extenderse y muchos jóvenes empezaron a asistir.

Más tarde, asistí a clases en el Shul Tzemaj Tzedek de la Ciudad Vieja, centradas en el Alef-Bet , enseñanzas que posteriormente plasmó en su primer libro en inglés, Las letras hebreas (The Hebrew Letters) (de lo que hablaremos en breve). Otra serie inolvidable tuvo lugar en lo que hoy es la Ieshivat Netiv Arie, cerca del Kotel. En aquel entonces, era una edificación casi abandonada. Allí, a lo largo de dieciséis clases, el Rabino profundizó en el primer día de la Creación y los significados más profundos del Ma'ase Bereshit, los secretos de la creación. Aquellas sesiones me abrieron las puertas de la Cabalá y el Jasidut de una manera que transformó mi vida y me mostraron cómo cada letra y palabra de la Torá encierra un significado infinito.

El Kolel Meah Shearim

 A principios de la década de 1980, el rabino Ginsburgh se convirtió en el Rosh Kolel de un programa vespertino y nocturno en Rejov Yoel 3, en Meah Shearim. Unos treinta hombres asistían diariamente de 4:00 a 9:00 p. m. En aquel entonces, yo trabajaba en el Moshav y solo podía asistir dos veces por semana. Como no había acceso directo a la Carretera 1 desde el Moshav, mi trayecto era bastante arriesgado. Me deslizaba por un terraplén empinado cerca de la carretera, esperaba bajo el puente a que pasara el taxi del rabino y lo acompañaba hasta Jerusalén. Ya entrada la noche, regresaba por el mismo camino: subía el terraplén en la oscuridad, a menudo esperando largos minutos entre el paso de los autos con la esperanza de encontrar a alguien que me llevara. Aprovechaba ese tiempo para cantar, reflexionar y agradecer a Hashem la oportunidad de estudiar Torá.

El estilo de enseñanza del Rav en el kolel me impresionó profundamente. Tomaba una sugya del Talmud - quizás un amud - y la analizaba en profundidad, avanzando sistemáticamente a través de Rashi, Tosafot, los Rishonim, los Ajaronim, la Halajá, y finalmente revelando su dimensión interior a través del Jasidut y la Cabalá. Ese método - rastrear una idea a lo largo de toda su evolución espiritual - transformó mi forma de aprender.

Cada noche concluía con una hora o más de Jasidut, que variaba según el día, e incluía Likutei Moharan , Mei HaShiloaj y enseñanzas del rabino Hilel de Paritch, entre otros. Para alguien proveniente de la tradición Jabad, la apertura del rabino a las enseñanzas de Breslov e Izhbitz fue refrescante y enriquecedor. Fueron años extraordinarios de aprendizaje y conexión, años que sentaron las bases de todo lo que vino después.

Una experiencia militar

En 1984 (5744), a pesar de tener ya treinta y cinco años, estar casado y ser padre de tres hijos, fui reclutado por el ejército israelí como parte del shlav bet, el sistema de movilización de la reserva secundaria. En aquel entonces, era algo muy serio. Tras un breve periodo de instrucción básica, me vi de repente destinado al Líbano, en plena Guerra del Líbano, una guerra larga y compleja.

Entre los soldados de mi unidad había varios jóvenes jasidim de Jabad. Naturalmente, me emocionó conocerlos y comencé a compartir con ellos algunas de las enseñanzas del Rabino Ginsburgh, deseando transmitirles la profundidad y belleza que había recibido. Para mi sorpresa, respondieron con una fuerte oposición. "¿Qué derecho tiene alguien a enseñar su propia Torá?", preguntaron. "¡En Jabad, solo aprendemos las palabras de los Rebeim!".

Al principio, me sorprendió su reacción, pero entendí que era un reflejo de la época. En aquellos primeros años, Rav Ginsburgh era considerado una figura algo ajena a Jabad: un brillante erudito y místico cuyas clases, alumnos y escritos independientes no encajaban del todo en los esquemas establecidos. Sin embargo, como sabemos, con el tiempo esta percepción cambió drásticamente. Su singular contribución al pensamiento jasídico llegó a ser reconocida y apreciada en todo el mundo.

Comparto este episodio solo para ilustrar, que el camino de la verdadera innovación dentro de la Torá, rara vez es fácil. El Rabino había recibido la berajá del Rebe para publicar sus enseñanzas y, como es sabido, el Rabino incluye esa bendición escrita del Rebe al comienzo de todos sus libros. Pero aquellos primeros años fueron una época de forjar nuevos caminos.

Entre dos profesores

 Durante esos años, tuve la bendición de ser guiado por dos grandes Rebeim: Rav Ginsburgh y Rav Shlomo Carlebach. Cada uno me influyó profundamente a su manera, y juntos moldearon mi perspectiva espiritual.

Cuando estaba con el rabino Ginsburgh, a menudo me preguntaba por el rabino Shlomo - sus enseñanzas, su música y la profunda influencia que tenía en la gente. Del mismo modo, cuando estaba con el rabino Shlomo, me pedía que compartiera lo que aprendía del rabino Ginsburgh. En cierto momento, sentí que era hora de reunirlos. Les propuse celebrar un farbrengen en nuestro Moshav, y ambos aceptaron de inmediato. Aquel encuentro fue el primero de tres farbrengens que organicé con ellos dos. De hecho, el primero todavía está disponible en YouTube.

Fue uno de los momentos más importantes de mi vida - presenciar a estos dos gigantes espirituales sentados juntos, cada uno irradiando su propia luz única, y a la vez armonizando como uno solo. Durante muchos años después, cuando impartía clases de Torá los viernes por la noche en el Moshav, tenía por costumbre compartir una enseñanza del Rabino Shlomo y otra del Rabino Ginsburgh, mostrando cómo, aunque sus estilos y lenguaje parecían diferentes, ambos expresaban las mismas verdades esenciales.

El nacimiento de Las letras hebreas

 En 5747 (1987), algunos años después de las clases del Rabino Ginsburgh sobre el Alef-Bet que tanto me habían inspirado, le propuse una idea. En aquel entonces, solo había publicado un libro en hebreo, Sod Hashem Liyrei'av, y ninguno en inglés. Le sugerí que colaboráramos en un libro sobre las letras hebreas, basándonos en esas enseñanzas anteriores.

Rav Ginsburgh, siguiendo la tradición – derej - del Baal Shem Tov, enseñó que cada letra se manifiesta en tres planos de existencia: Olamot, Neshamot y Elokut : Mundos, Almas y Divinidad. Explicó que todo aspecto de la creación se manifiesta en estos tres niveles. Cada letra posee, además, una forma, un nombre y un número.

Aquello sentó las bases de su primera obra publicada, Las Letras Hebreas, que desde entonces se ha reimpreso muchas veces y ahora se considera un clásico. Durante aproximadamente un año, fui a su casa dos veces por semana. Nos sentábamos durante horas analizando cada letra en profundidad: su forma, su significado, su valor numérico. Tomé extensas notas a mano - esto fue antes de que las computadoras fueran comunes - y mi esposa, Rajel, las transcribía en el antiguo programa informático «Einstein» del Moshav. En realidad, era poco más que una máquina de escribir sofisticada, pero cumplía su función. Llevaba las notas al Rabino para que las corrigiera y aclarara, y con el tiempo, el manuscrito fue tomando forma.

Shlijut en Denver

 En 1988 (5748), me ofrecieron el puesto de director juvenil de la Conferencia Nacional de Jóvenes de Sinagoga (NCSY - National Conference of Synagogue Youth) de la Unión Ortodoxa, para establecer una nueva región en Denver, Colorado. Nuestra intención era quedarnos dos o tres años, pero terminamos quedándonos siete, hasta 1995 (5755).

Antes de partir, el libro sobre las letras hebreas se encontraba en su etapa final de edición. El rabino Moshe Vishnevsky se unió al proyecto e hizo un trabajo magnífico refinando el texto. Trabajando junto con Jason Aronson, entonces uno de los editores judíos más importantes de Estados Unidos, logré que el libro se publicara con el título «The Alef-Beit». Aunque la portada y el título eran diferentes, el contenido era idéntico. Posteriormente, produje 23 vídeos cortos sobre cada letra y una explicación introductoria. Estos vídeos han sido vistos a lo largo de los años por millones de personas.

Durante mi estancia en Denver, continué mis esfuerzos por difundir la Torá y el Jasidut, y durante esos años, el rabino Ginsburgh vino a Estados Unidos en una gira de enseñanza. Impartió una importante clase en Denver, en la sinagoga TRI del rabino Mordejai Twersky, sobre la santidad de Eretz Israel.

Jamás olvidaré una conversación que tuvo lugar esa noche. Durante la sesión de preguntas y respuestas, una mujer de Boulder expresó su incomodidad con las declaraciones del rabino sobre Eretz Israel y la singularidad de Am Israel. «Me siento ofendida», dijo. «¿Por qué dividir entre judíos y no judíos? ¿Acaso no estamos todos conectados con Di-s?».

El rabino escuchó pacientemente y luego respondió con dulzura y sabiduría: “Quizás no te des cuenta”, le dijo, “pero la razón por la que te sientes así es davka porque eres judía”. Luego explicó el principio de Hajna'a, Havdala y Hamtaka - sumisión, separación y dulzura - enseñando que, si bien existen distinciones y límites en este mundo, el objetivo final es la Hamtaka: la dulce unidad de toda la creación uniéndose en la luz de Di-s.

Esto ocurrió mucho antes de que se popularizara la expresión «aldea global», pero eso es precisamente lo que describía: un mundo unido, en última instancia, por la conciencia Divina. Más tarde supe que este encuentro la marcó profundamente y que, con el tiempo, se volvió religiosa.

Mientras el Rabino estaba en Denver, también le conseguí una entrevista con el periódico judío local, The Intermountain Jewish News. Para mi sorpresa, el periodista asignado no era judío, pero era muy reflexivo y formuló excelentes preguntas. Cuando le preguntó si los no-judíos podían estudiar la Cabalá, el Rabino hizo una pausa y dijo: «Si les ayuda a ser mejores personas, pueden estudiar sobre la Cabalá». Esto ocurrió a principios de la década de 1990, décadas antes de que el Rabino Ginsburgh comenzara a hablar abiertamente sobre la «Cuarta Revolución» y la expansión universal de la conciencia de la Torá - pero incluso entonces, su inclusividad y compasión eran evidentes.

 

En el verano de 1993, regresamos a Israel. Durante nuestra estancia, se celebró una ceremonia de Hajnasat Sefer Torá en la Ieshivá Od Iosef Jai, cuyo director era el Rabino Ginsburgh. El Rabino Ginsburgh me pidió que gestionara la participación del Rabino Shlomo Carlebach, quien cantaría en el evento. Con mucho gusto accedí, y la reunión congregó a miles de personas. Mientras tocaba, el Rabino Shlomo logró que todos se pusieran de pie, bailando y cantando. El Rabino Ginsburgh, al igual que todos los demás, se emocionó profundamente con la experiencia.

Cuando regresé a Israel en 5755 (1995), trabajé con Gal Einai en Har Nof con Moshe Vishnevsky, centrándonos, entre otras cosas, en la distribución de las cintas de enseñanzas del Rav en inglés. Durante ese año, publicamos decenas de cintas, lo que hizo que su Torá fuera accesible a un público mucho más amplio.

Luego, en 5756 (1996), llegó la impactante noticia del arresto del rabino Ginsburgh por cargos de «incitación». Recuerdo vívidamente la noche de Purim de ese año. Israel se tambaleaba tras una serie de atentados con bomba en autobuses, y la ira pública era intensa. El rabino celebró esa noche de Purim en Tel Aviv y se centró por completo en el Libro de Ester y el significado espiritual de luchar contra Hamán y Amalec - nada incendiario, nada político. Sin embargo, poco después, las autoridades, presas del miedo y la tensión, lo detuvieron en virtud de una antigua ley del Mandato Británico que permitía el encarcelamiento sin cargos formales.

Todos en la oficina se movilizaron para ayudar - escribieron cartas, contactaron a rabinos en Israel y en el extranjero, llamaron a periodistas y organizaron campañas para su liberación. Estuve presente en la Corte Suprema el día de la audiencia sobre su arresto y su detención preventiva. La jueza, una mujer, declaró abiertamente: “He leído todo el material que usted ha presentado durante los interrogatorios. No comparto sus opiniones, pero este es un país democrático. Usted ha expresado opiniones, no ha cometido delitos. Por lo tanto, debe ser puesto en libertad”.

Cuando se anunció la decisión, la gente estalló en una celebración espontánea. Botellas de mashke aparecieron de debajo de los abrigos y se brindaron con Lejaim por doquier. Más tarde, nos reunimos en el estacionamiento subterráneo donde se esperaba la liberación del Rabino. Cuando salió, estallaron cantos y bailes. La alegría era indescriptible. Ese momento, presenciar cómo la luz surgía de la oscuridad, fue para todos nosotros una profunda afirmación de fe.

Despertar la chispa interior

En 1996 (5756), casi al mismo tiempo que se publicaba el libro del rabino Ginsburgh, trabajaba en su segundo libro en inglés, «Despertar la chispa interior: Cinco dinámicas de liderazgo que pueden cambiar el mundo». Aunque no fui el editor final, organicé y preparé gran parte del material que luego sirvió de base para el volumen final, el cual fue revisado posteriormente por un editor profesional. Fue un privilegio formar parte del proceso y contribuir a plasmar las profundas enseñanzas del rabino en un inglés claro y accesible.

Alrededor del año 5760 (2000), comencé a escribir mis propios libros. Desde entonces, gracias a Di-s, he escrito veinticuatro libros, cada uno con una bendición del Rabino Ginsburgh al comienzo. En todos mis libros, he reconocido su influencia, ya que sus enseñanzas recorren como una corriente viva toda mi obra. Me alegra decir que esos libros se leen en todo el mundo.

Mi primer libro se publicó cuando tenía cincuenta años, y desde entonces, casi cada año he publicado uno nuevo. Al ser solo unos años más joven que el Rav, a menudo he sentido que nuestros caminos han seguido evolucionando en paralelo.

Seminario Torat Jesed

 Alrededor del año 5758 (1998), el rabino Ginsburgh fundó un seminario en Jerusalén para jóvenes estadounidenses de habla inglesa. Comenzó siendo un seminario muy pequeño, pero para el tercer año experimentó un gran crecimiento. El plan de estudios se basaba en la Academia de la Torá del rabino y en «La Experiencia Judía», un modelo que el rabino y yo creamos juntos. Ambos modelos hacían hincapié en ofrecer un amplio abanico de conocimientos seculares y sabiduría de la Torá, tal como se impartía en la Academia de la Torá, además de una experiencia integral de las diversas facetas del judaísmo. Desafortunadamente, en 5760 (2000) estalló la Segunda Intifada y todos los padres regresaron con sus hijas a casa, lo que supuso el cierre efectivo del seminario.

“Si no ahora, ¿cuándo?”

Al cumplir sesenta años, tuve una revelación. Siempre me había apasionado la música y había intentado tocar muchos instrumentos a lo largo de los años, pero solo uno me llegó de verdad - el dulcémele o dulcimer, un instrumento poco común de tres o cuatro cuerdas que se toca sobre el regazo. Su sonido se sitúa entre el de una guitarra, una mandolina y, a veces, incluso el de un sitar, dependiendo de cómo se toque.

En ese cumpleaños, me vino a la mente con mucha claridad la enseñanza de Hilel en Pirkei Avot: «Im lo ajshav, eimatai?» - «Si no ahora, ¿cuándo?». Hasta entonces, había compuesto nigunim en privado, solo para mí. Pero ese día supe que era hora de compartirlos.

Con profunda gratitud, debo mencionar al Rabino Shlomo Katz, quien durante mucho tiempo ha estado cercano a las enseñanzas y la música tanto del Rabino Shlomo Carlebach como del Rabino Ginsburgh, y que es el cantante principal en las celebraciones anuales de Iud-Tet Kislev, además de interpretar muchas de las melodías grabadas por el Rabino. El Rabino Shlomo me ayudó enormemente y me ánimo mucho cuando me adentré en el desconocido mundo de la grabación musical.

En tan solo siete años, grabé nueve CD de música, los últimos cuatro con mi hijo Efraim, un consumado músico y compositor por derecho propio.

(Dicho sea de paso, cuando Efraim se casó en Jerusalén, el rabino Ginsburgh impartió una clase en la recepción y juntos lo acompañamos hasta su jupá).

Una de mis experiencias favoritas de esa época era llevarle cada nuevo CD a casa del rabino Ginsburgh. Nos sentábamos juntos, yo le ponía las canciones en un reproductor de CD que llevaba y le describía cómo había surgido cada una: la inspiración, los músicos, la intención detrás de la música. Repasábamos cada tema. Eran momentos muy especiales para mí, llenos de alegría y gratitud.

El flujo continuo del aprendizaje

 A lo largo de los años, asistí regularmente a innumerables clases además de las ya mencionadas. Durante mucho tiempo, mi esposa y yo íbamos cada Motzaei Shabat a la clase del Rabino Ginsburgh en el Beit Knesset Merkazi, en Kfar Jabad, para la lectura semanal de la Torá. Cada Purim, asistía a la ieshivá del Rabino Iosi Ginsburgh en Ramat Aviv, donde el Rabino impartía sus enseñanzas en un ambiente muy alegre.

También hubo una notable serie de un año de duración en Ramat Aviv, en la que exploró lo que él llamaba los «tripletes» del Tania - las frases y expresiones triples utilizadas por el Baal HaTania para describir conceptos clave - y cómo se corresponden con Jojmá, Biná y Da'at . Analizaba cada caso en profundidad, mostrando por qué variaba el orden de estas tres sefirot y qué significados más profundos se encerraban en cada combinación.

Cuando nuestro Moshav celebró su vigésimo quinto aniversario en 5761 (2001), organizamos varios eventos, incluyendo una velada especial en la que el Rabino Ginsburgh vino a hablar y bendecir a la comunidad. Fue un momento muy emotivo, ya que ofreció palabras de inspiración para el Moshav.

Enseñar alrededor del mundo

 Durante los últimos treinta años, he tenido la bendición de impartir enseñanzas en más de cincuenta ciudades alrededor del mundo: Shabatonim, festividades, retiros y eventos festivos. Durante siete años, dirigí las oraciones - davening - y enseñé en el Centro Isabella Freedman en Connecticut durante Rosh Hashaná, donde se reunían cientos de personas cada año. Más recientemente, he estado entre quienes dirigen retiros de Pésaj en el Centro Pearlstone, cerca de Baltimore, con la asistencia de doscientos participantes o más. Mi hija, Jani, es la organizadora de estos maravillosos retiros de Pésaj.

En uno de mis muchos viajes a Toronto, tuve la suerte de estar allí cuando el rabino Moshe Genuth inauguró el Centro Baal Shem Tov, el primero de varios centros similares inspirados en la visión del rabino Ginsburgh. El rabino tenía previsto asistir a la inauguración, pero, trágicamente, justo antes, uno de sus nietos falleció en un accidente de bicicleta, por lo que, comprensiblemente, canceló su viaje. El rabino Genuth había invertido mucho esfuerzo en el proyecto, así que, durante mi estancia, hice todo lo posible por ayudar: impartiendo clases, reuniéndome con gente y brindando apoyo. El rabino Genuth permaneció allí durante un año completo, guiando el crecimiento y la proyección del nuevo centro.

Una voz en inglés

 

 

Durante aproximadamente tres años, el rabino Ginsburgh impartió una clase mensual los domingos por la noche en inglés en Jerusalén, que se transmitía a todo el mundo. Tuve el honor de presentarla esas noches. A menudo, debido al tráfico, el rabino llegaba con unos minutos de retraso, y yo aprovechaba el tiempo para compartir breves enseñanzas suyas o novedades sobre libros y cursos.

Esas sesiones estuvieron entre mis favoritas. La serie exploró personajes bíblicos a través del prisma de las sefirot, revelando el aspecto de cada sefirá tal y como se manifiesta en una amplia gama de personajes bíblicos. La claridad y profundidad de esas enseñanzas fueron impresionantes. Espero sinceramente que Gal Einai las publique algún día en forma de libro.

La influencia de todas estas enseñanzas y de las numerosas series de clases descritas anteriormente impregna profundamente mi obra, en particular mi libro más reciente, Las Sefirot y la Meditación. De todos mis escritos, este libro refleja de forma más directa las enseñanzas del Rav - su entendimiento de la interinclusión de las sefirot, su influencia en todos los aspectos de la realidad, la dinámica de los partzufim y el papel de la hitbonenut, la contemplación, en la interiorización de la Torá.

Recuerdo que, en mis primeros años, el Rabino solía concluir sus largas y complejas clases diciendo: «Ahora, reflexionemos sobre lo que hemos aprendido». Me tomé esas palabras muy en serio. Cada semana, tras tomar apuntes extensos a mano, dedicaba días a meditar sobre las ideas hasta que se convertían en parte de mí. Cabe mencionar también que en mi biblioteca se encuentran prácticamente todos los libros que el Rabino ha escrito en hebreo e inglés, y que los leo y releo constantemente. Son, además, una fuente esencial de investigación para mis propios libros.

Un pequeño kolel, una gran iluminación

 Hace unos seis o siete años, se estableció un kolel de Jabad de medio día, en el que el rabino Ginsburgh acudía cada mañana para impartir una breve enseñanza antes de la oración. Empecé a asistir con regularidad, aunque ello implicaba salir del Moshav muy temprano para evitar el tráfico.

Al principio, la charla del Rav duraba unos quince minutos, pero una vez le comenté que me suponía un gran esfuerzo viajar tan lejos para una sesión tan corta, y le pregunté si podía hablar un poco más. Accedió amablemente, y pronto la lección matutina se extendió a casi cuarenta y cinco minutos. Esas sesiones de estudio se volvieron muy valiosas para mí. A diferencia de las conferencias más largas donde solo hablaba el Rav, estas eran íntimas e interactivas, con diez o quince participantes. Era perfectamente aceptable hacer preguntas o compartir reflexiones. El ambiente era abierto, dinámico y vibrante: un auténtico beit midrash de pnimiut haTorá.

Fuegos, plagas y perseverancia

 Hace seis años, nuestro Moshav sufrió un devastador incendio que destruyó la mayoría de las casas, y aunque la mía se salvó milagrosamente, nos quedamos sin luz ni agua corriente durante meses. Estuvimos desplazados casi siete meses, y justo cuando regresábamos a casa, estalló la pandemia del COVID-19, paralizando todo. Después vino la guerra y los contratiempos de salud del rabino.

A pesar de todo, mi principal contacto con el Rabino ha sido sobre todo por correo electrónico y viendo las clases on lineBaruj Hashem, la disponibilidad de las transmisiones en directo nos ha permitido a muchos mantenernos conectados, incluso a distancia. Últimamente, a medida que el Rabino se ha fortalecido, disfruto asistiendo a las clases en directo siempre que mi trabajo me lo permite.

Recientemente, comencé a escribir artículos en inglés para la revista semanal Wonders de Gal Einai, que se comparte en línea y, cuando es posible, en formato de folleto; además, también para el boletín informativo semanal en línea de Gal Einai. Ambos medios difunden la Torá del Rabino Ginsburgh a un público mundial. Para mí, es un gran privilegio y me llena de satisfacción participar directamente en la difusión de la Torá del Rabino.

Cincuenta años - una conexión del alma

 Y así, al sentarnos juntos una vez más después de Selijot, celebrando cincuenta años de conexión, sentí con una profunda convicción de que esta relación ha sido una de las mayores bendiciones de mi vida. El Rabino no es solo mi maestro, mi Rebe, sino también mi amigo del alma y compañero espiritual. Desde aquella primera clase, cuando percibí un aura alrededor de su cabeza y lo reconocí como mi maestro, he sentido un vínculo de alma que no ha hecho más que profundizarse a lo largo de décadas.

El propio Rav enseñó que la conexión entre maestro y alumno es como una relación de almas gemelas - una dimensión de zivug, una unión espiritual. Ha sido un verdadero privilegio estar conectado con el Rav Ginsburgh: aprender de él, compartir sus enseñanzas por todo el mundo y aportar mi granito de arena como shaliaj de su Torá a través de mis libros, clases y música.

Al finalizar aquella conversación nocturna después de Selijot, sonreímos y nos bendecimos mutuamente: “otros cincuenta años más”.

¡Que así sea!

 



HISTORIAS JASIDICAS

Rabi Shalom de Kaminka:

PELAR PATATAS NUNCA FUE TAN ELEVADO

Rabi Shalom Rosenfeld, el rabino de Kaminka y padre fundador del Jasidut de Kaminka, fue hijo del filántropo Iaacov Iosef y Yenta, hija de Rabi Iehoshua Tzvi Heschel de Behr. Concluyó todo el Talmud a la edad de 9 años. En su juventud, estudió bajo la tutela de Rabi Tzvi Hirsch Harif y Rabi Shlomo Kluger y más tarde se convirtió en jasid y discípulo del Rebe Naftoli de Ropschitz. Rabi Shalom, que nunca ejerció oficialmente como rebe jasídico, era conocido como un gran y brillante tzadik. Muchas de sus enseñanzas están entrelazadas con ocurrencias que ocultan secretos celestiales. Falleció el 20 de Jeshván, 5612 (1851). Su único hijo, Rabí Iehoshúa, lo sucedió en Kaminka. Sus enseñanzas de Torá e historias sobre él fueron impresas en el libro 'Ohev Shalom'.

Tras el fallecimiento de su Rebe y maestro, Rabí Naftoli de Ropschitz, Rabí Shalom de Kaminka estudió bajo la tutela de Rabí Sar Shalom de Belz. En cierta ocasión, Rabí Sar Shalom le dijo a Rabí Shalom que se preparara bien para estudiar una unificación especial para el momento en que un alma partiera de este mundo. Cuando salió de la habitación de Rabí Sar Shalom después de aprender la unificación, Rabí Shalom se encontró a la famosa y virtuosa esposa de Rabí Sar Shalom, Malka. "¿Alguna vez aprendiste revelaciones tan asombrosas con tu anterior Rebe?", le preguntó. El Rebe Shalom intentó evitar responderle, pero finalmente respondió:

"Una vez estaba sentado en la cocina de Rospschitz con Rabi Jaim de Sanz, pelando patatas para la comida de todos. De repente, el santo Rebe Naftali entró, puso su mano sobre mi hombro y su otra mano sobre el hombro de Rebe Jaim y nos enseñó la unificación para pelar patatas. Esta es la misma unificación que ahora aprendí de Rabí Sar Shalom".

***

¿Qué tiene que ver la salida del alma del cuerpo con pelar patatas? Podemos imaginar que la cantidad de patatas que había que pelar en Ropschitz era suficiente para hacer que el alma de cualquier persona se separara de su cuerpo, pero esa no es la única conexión...

La salida del alma del cuerpo es la separación del alma interna del cuerpo externo. Esto se puede comparar con separar el fruto de su cáscara. Este es el secreto del versículo (del cual se aprende esta unificación): "E irás a tus padres en paz, serás sepultado en buena vejez",[1] que Di-s le dijo a Abraham. "E irás a tus padres en paz" se refiere al fruto del alma, que se separa del cuerpo, mientras que "serás enterrado en buena vejez" se refiere al entierro de la cáscara del cuerpo. El valor numérico de todo este versículo es igual a oneg (123 - placer) por tová (22 - bueno), que también es la última palabra en este versículo.

***

Otra historia sobre los dos amigos, Rabi Shalom de Kaminka y Rabi Jaim de Sanz en la cocina de Ropschitz:

Una vez, Rabí Shalom y Rabí Jaim estaban pelando patatas en la cocina de Rebe Naftali de Ropschitz. El Rebe entró en la cocina de repente y vigorosamente arrojó una patata en la olla llena de agua allí. El agua salpicó por todas partes y Rabí Naftali les dijo: "Y arrojaré sobre ustedes aguas puras y serán purificados".[2] A partir de ese momento, un espíritu de pureza moró en ellos.

***

Desde la destrucción del Templo Sagrado en Jerusalén, nos falta la purificación de las aguas purificadoras (mei jatat, preparado con las cenizas de la vaca roja). Solo en el futuro se cumplirá el versículo que pronunció el Rebe de Ropschitzer. Pero para los verdaderos tzadikim, incluso una tapuaj adamá (patata/papa) puede servir para el propósito de una pará adumá (vaca roja). En hebreo, adumá es afín a adamá) - y puede transformar el trabajo en la cocina en un servicio en el Templo Sagrado con pureza.



[1] Génesis 15:15. וְאַתָּה תָּבוֹא אֶל אֲבֹתֶיךָ בְּשָׁלוֹם תִּקָּבֵר בְּשֵׂיבָה טוֹבָה

[2] Ezequiel 36:25.




¿QUÉ HACEMOS EN ESTE MUNDO?
TANIA - PARTE 5: TRATADO FINAL – ENSAYO 4- clase 5







TEMA CENTRAL DEL KUNTRES 4: Como enseña el Midrash (Bereshit Rabá 3:9), en el comienzo Di-s “creó mundos y los destruyó”. La Cabalá explica que esto se refiere a mundos espirituales, Sefirot Supremas (“emanaciones”) que primero tuvieron un estado de existencia y luego otro. Las sefirot en el primer estado de existencia —llamado “Mundo de Tóhu” (lit.: “Caos”)— sufrieron la “rotura de los recipientes”. Entonces se construyó el “Mundo de Tikún” (lit.: “Orden”).
¿En este mundo nos encontramos, qué hacemos?


PARTE 5 KUNTRES AJARÓN

ENSAYO 4

[Lo siguiente es] para comprender la afirmación de Prí Etz Jaím, que en el presente el refinado [de las chispas de Tóhu] se logra específicamente por medio de la plegaria, pese a que el estudio de la Torá es superior a la plegaria.

La explicación es que a través de [el estudio de] Torá y [el cumplimiento de] mitzvot se atrae luz [Divina] adicional dentro de Atzilut… Esto significa que por medio del estudio de la Torá [se atrae] la [infinita] luz Ein Sof dentro del aspecto interior de los recipientes de [las sefirot de] Atzilut, es decir, se atrae el Intelecto Divino. Y a través de la observancia de mitzvot, [la luz es atraída] dentro del aspecto exterior de los recipientes, que son los niveles de Nétzaj, Hod y Iesod de las Diez Sefirot de  [—los seis atributos emocionales—] de Atzilut. Sólo que [posteriormente] se invisten [con disminuida intensidad] en Beriá, Ietzirá y Asiá, en la Torá y mitzvot físicas en Este Mundo.

[Lo dicho hasta acá es en cuanto al estudio de la Torá y el cumplimiento de mitzvot]. La plegaria, sin embargo, atrae la [infinita] luz Ein Sof dentro de Beriá, Ietzirá y Asiá directamente, y no por medio de la mera investidura. Es la luz tal cual que modifica el estado de los seres creados, de modo que [por ejemplo,] los enfermos se curen y caiga la lluvia del cielo a la tierra de modo que se torne fértil y produzca vegetación, [en respuesta a la plegaria de la “Bendición de los Años”].

No es así con Torá y mitzvot: No se produce modificación alguna en el pergamino [sobre el que se escriben los párrafos bíblicos] de los tefilín en razón de su colocación sobre la cabeza y el brazo. E incluso en el caso de aquellas mitzvot en las que la [mera] confección [del objeto] es su cumplimiento, el cambio [en el objeto] es producido por el hombre, y no a manos del Cielo, como sí sucede con la plegaria —pues ésta atrae el poder vitalizador del [infinito] Ein Sof, bendito sea, quien El solo es todopoderoso—. Por lo tanto, no es posible atraer la [infinita] luz Ein Sof al mundo inferior sin la [previa] “elevación de máin nukvín” precisamente desde abajo, lo que no sucede con el estudio de la Torá, [que tiene su efecto principalmente] en Atzilut, donde [la Torá] está unida al Emanador de todos modos.

La [plegaria que produce la] “elevación de máin nukvín” en la mente y corazón del hombre es un estado de ilimitadas llamas de fuego [que lo vincula con la luz infinita, el Ein Sof] —y es llamado meodéja (“con todas tus fuerzas”)— [con la capacidad] para estimular el estado [Divino] de infinitud. Esto se produce a través de las Guevurot (“los atributos de severidad”) de [el Nombre Divino] Sa”g, que constituye las 288 chispas…. sigue abajo

Puntos de Conversaciones Sagradas

La Hospitalidad (Hajnasat Orjim) en la Lluvia, 5775

Y de esto [se aprende] una maravillosa instrucción en el servicio del hombre a su Creador:

Nuestro padre Abraham se ocupó de difundir la palabra de Dios a las criaturas durante todos sus años, e incluso siendo un hombre de noventa y nueve años, en el tercer día de su circuncisión, se sentó a la entrada de la tienda para ver si quizás pasaba una persona más a quien pudiera dar de comer y beber, y lograr que bendijera a Aquel que habló y el mundo existió (ver Sotah 10a y ss.).

También aquel que ya se ha ocupado mucho en acercar a los hijos de Israel a su Padre Celestial, y ya ha visto buenos frutos de su esfuerzo, y muchos judíos ya se han acercado [a Dios] gracias a él, no debe pensar que quizás puede detenerse en esto por un momento, y “descansar” un poco de su trabajo.

Sino que incluso después de “noventa y nueve años” de tal ocupación, debe continuar y trabajar en esto con fuerza, y buscar quizás si hay un judío más, a quien pueda acercar y conectar con su Padre Celestial.

Como está escrito al comienzo de nuestra parashá: “y él estaba sentado a la entrada de la tienda en el calor del día” (Génesis 18:1), y Rashi explicó que se sentó allí “para ver si había algún transeúnte e invitarlo a su casa”.

(Basado en el Sefer HaSichot 5749, Vol. 1, p. 84 y ss. – de “Likrat Shabbat”)

No como “pan de vergüenza”

Una de las razones por las cuales la construcción del Beit HaMikdash futuro será realizada también por medio de los seres humanos, es que la voluntad del Santo, bendito sea, es que el Templo venidero no sea completamente “náhamá dekisufá” —“pan de vergüenza”, es decir, un regalo gratuito recibido solo como obra de las manos de Dios.

Sino que también se construya de manera que el ser humano participe activamente, pues “la persona prefiere una medida obtenida por su propio esfuerzo antes que nueve medidas dadas por otro”.

Por eso, debe cumplirse también el mandato:

“Y harán para Mí un Santuario” (Éxodo 25:8),

es decir, una acción realizada por manos humanas, mientras que el Mikdash celestial descenderá, se revelará y se integrará dentro del Santuario terrenal.

(De “Hitvaaduiot” 5748 [1988], tomo 2, p. 560 — citado en “Likrat Shabat”)

—–

Korban Todá en la Redención Futura

Cuando los hijos de Israel sean reunidos en la Tierra [de Israel] y al Tercer Beit HaMikdash, ofrecerán (todos, ante todo) un Korban Todá —un sacrificio de agradecimiento— por la salida de todos los hijos de Israel del cautiverio del exilio.

¡Cuánto más y con mayor razón en comparación con la liberación del cautiverio de una persona individual!

Como dice el versículo:

“Cuatro deben ofrecer agradecimiento (todá): quienes descienden al mar… y quien estuvo encarcelado y fue liberado… Den gracias a Hashem por Su bondad y por Sus maravillas con los hijos del hombre” (Tehilim 107).

Y cuánto más y más se aplica esto a la salida de todos los hijos de Israel del cautiverio de las cuatro diásporas, hacia la redención final, después de la cual no habrá más exilio.

(Según Sefer HaSijot, 5751 [1991], pág. 634, tomado de “Likrat Shabat”)

 

CUADRO DE LOS CUATRO NOMBRES DE HAVAIA

Forma de deletreo

ע”במילוי יודין:    יו”ד, ה”י, וי”ו, ה”י.

ס”גמילוי משולב:  יו”ד, ה”י, ואו, ה”י.

מ”המילוי אלפין:  יוד, הא, ואו, הא.

ב”ןמילוי ההין:     יוד, הה, וו, הה

 

Nombre

Valor

Letra principal

Mundo

Aspecto

 ע״ב(72)

72

Iud (י)

Atzilut (Emanación)

Jojmá – Sabiduría suprema

 ס״ג (63)

63

Hei (ה)

Beriyá (Creación)

Biná – Entendimiento

 מ״ה (45)

45

Vav (ו)

Ietzirá (Formación)

Zeir Anpín – Atributos emocionales

 ב״ן (52)

52

Hei final (ה)

Asiá (Acción)

Maljut – Manifestación y reinado

 

Por eso la plegaria es llamada “vida del momento”; pues es maljut descendiendo a Beriá, Ietzirá y Asiá; la Torá, [en cambio, es llamada:] “vida eterna”, lo que [en las sefirot] es , pues los 248 preceptos se dividen en los 10 recipientes de las Diez Sefirot de ….

 

OLAM–MUNDO

 ATZMUT – ESENCIA Y

 OR EIN SOF – LUZ INFINITA   

 ATZILUT– EMANACIÓN

BRIÁ–CREACIÓN

 IETZIRÁ– FORMACIÓN

 ASIÁ – ACCIÓN

SEFIRÁ

 

KETER – CORONA EMUNÁ

 

TAANUG RATZÓN FE-PLACER-VOLUNTAD  

 

JOJMÁ – SABIDURÍA

 

 BINÁ – ENTENDIMIENTO

 

6 MIDOT – ATRIBUTOS

 

MALJUT – REINADO

 

 

HAVAIA

 

 Espina De la iud     IUD – י Hei – ה Vav – ו Hei – ה

NEFESH– ALMA O PSIQUIS SUPRA CONCIENCIA

 

 FE-PLACER-VOLUNTAD

 

 ABA  REVELACIÓN DE LA VOLUNTAD

 

IMA  INTELECTO – PENSAMIENTO

 

Z”A  EMOCIONES Y CONDUCTAS

 

 NUKVA DE Z”A   ACCIÓN

 

 

Ahora bien, en un lugar está escrito que los 248 mandamientos positivos están [arraigados] en los Cinco Jasadím [los Atributos de Bondad de Zá de Atzilut] y las 365 prohibiciones en las Cinco Guevurot [Severidades, de  de Atzilut] y en otra parte está escrito que [las 613 mitzvot] son 613 senderos que derivan de una senda… que es el Lavnunit…, [la “blancura” benevolente de Kéter Supremo].

 

La explicación es que todas las mitzvot [fueron diseñadas] para rectificar los 248 órganos de  [=los atributos emocionales] al atraerse la [infinita] luz Ein Sof dentro del Intelecto [Divino] conforme éste se integra en los Cinco Atributos de Bondad y los Cinco Atributos de Severidad. Y la fuente del Intelecto [Divino] es el Lavnunit [de Kéter], que es el supremo deleite y deseo de hacer descender luz a los 248 órganos de Zá, [pues, respecto de Kéter se considera “abajo”]. La luz atraída se divide en 613 flujos individuales conforme los respectivos niveles de las mitzvot. Por ejemplo: con actos de caridad y benevolencia, se atrae la [infinita] luz Ein Sof dentro del aspecto exterior del recipiente del Atributo de Bondad de , en tanto que al observar [las mitzvot del plano de] las severidades, [se atrae la luz infinita] dentro del aspecto exterior de Severidad [de ], con misericordia…

El camino y paso de la luz emanada es a través del aspecto interior de los recipientes y sus Intelectos —el temor y amor generados intelectualmente o innatos— que [en las sefirot] son el [Divino] Intelecto “menor” o “mayor”.

Por eso fue tan fervorosa la súplica de Moshé de cumplir las mitzvot activas que dependen de la [residencia en] Tierra [Santa]. Pues éstas son el máximo propósito del Hishtalshelut: atraer la [infinita] luz Ein Sof a fin de refinar los recipientes de  de Beriá, Ietzirá y Asiá, donde se encuentran las 288 chispas, [logrado] exclusivamente por medio del estudio de la Torá, y las mitzvot que exigen acción, en Beriá, Ietzirá y Asiá.

PARTE 3

Ahora bien, para cumplir una mitzvá que no puede ser delegada en otro, la persona debe relegar el [propio] estudio de la Torá, incluso [el de un tema tan excelso como] maasé merkavá, y con más razón [debe relegar] la plegaria —que es el estado de intelecto, y de temor y amor generados intelectualmente—. La razón es como se dijera.

Además, de hecho, la virtud de las mitzvot prácticas, así como su estudio, trascienden verdaderamente por mucho la virtud del intelecto, es decir, el temor y amor generados intelectualmente. Pese a que está escrito “y para unirse a El” —o sea, por medio de Sus atributos (midot)—, con todo, [la persona] no se une a la esencia (mahut) de los atributos Supremos sino sólo a su [externa] existencia (metziut), como está escrito: “Yo, [comparado con mi fuente,] soy polvo y ceniza”.

Esto es tanto más cierto todavía respecto de la [infinita] luz Ein Sof, pues ningún pensamiento puede aprehenderlo en Su irradiación o en la propalación de la fuerza vital que emana de El; sólo [puede captar] Su existencia, que El da vida a todo, mas no Su esencia. Esto se aplica incluso a las criaturas supremas, como está escrito [que los ángeles dicen, como alabanza]: “Santo, santo, santo es Di-s de las Huestes”. Sólo los “efectos” emanados pueden concebir su “causa” —conforme el orden expuesto en Etz Jaím respecto de la investidura de los semblantes (partzufím)— pero no los seres creados, siquiera las almas de Atzilut, como está escrito respecto de Moshé: “Verás Mi parte posterior [pero no Mi Semblante]”.

Pero en cuanto a la ejecución de mitzvot, éstas [conectan al judío con la esencia porque] son la obra de Di-s.

[Porque] en el proceso de la cadena de descenso (hishtalshelut) desde los recipientes de Atzilut a Beriá, Ietzirá y Asiá, de la mismísima naturaleza y esencia de su externalidad —como, por ejemplo, [dentro de] el etrog y sus [otras tres] “especies” [acompañantes]— el Santo, bendito sea, invistió algo de la naturaleza y esencia misma de los atributos [interiores] de Bondad de Zá, es decir, de su nivel exterior, como, se sabe, [sucede] en todas las mitzvot que requieren acción.

El hombre, en cambio, aun si posee un alma de Atzilut, no obstante, dado que ésta está investida en un cuerpo, no puede detectar mediante su alma, y aprehender [con su intelecto], la naturaleza y esencia de los atributos interiores de Bondad de  de Atzilut (pues, en términos generales, Atzilut  representa en los Cuatro Mundos AtzilutBeriá, Ietzirá y Asiá el estado de Jaiá, y [Jaiá] denota la trascendencia abarcadora y no se inviste dentro de recipiente alguno) sino sólo su existencia, por medio del temor y amor generados intelectualmente. Y lo que está escrito “Verás Mi parte posterior” [—y la mirada penetra hasta la esencia de una cuestión—], es sólo a modo de profecía (que implica despojarse de la fisicalidad, como se explica en Raaiá Mehemná, Parshat Mishpatím). La razón de ello: Ningún ser creado es capaz de captar lo que fuere de la esencia de la Divinidad, que es el Creador. Y sin captación, no hay genuina investidura, percepción o unión.

Sin embargo, el etrog —a modo de ejemplo—, su vitalidad es atraída y desciende de la esencia misma de la externalidad de los recipientes de nukvá de  de Atzilut, que es verdaderamente un estado de Divinidad —como se declara en Etz Jaím, que todos los frutos están [arraigados] en Atzilut—. Pues los treinta recipientes de Atzilut descendieron a Beriá, Ietzirá y Asiá [para volverse la Divinidad de aquellos Mundos] (y son las Diez Aserciones con las cuales se creó el mundo mediante la investidura en nukvá de Asiá, esencia en esencia). Pues los recipientes de Atzilut se volvieron el alma de Asiá, la que es realmente Divinidad pues en Atzilut “El y Sus recipientes son uno” — el Emanador [=la luz infinita] y la emanación [=los recipientes de Atzilut]. Y por medio de la investidura de la esencia del alma [de los recipientes de Atzilut] en la esencia de los recipientes de nukvá [o sea, maljut] de Asiá, cobró existencia el etrog. Resulta, entonces, que al sostener el etrog y menearlo como lo requiere la ley, realmente está sosteniendo la fuerza vital investida en él de nukvá de Atzilut, y [maljut] está unida [a su vez] con la [infinita] luz Ein Sof, el Emanador de Atzilut, bendito sea.

No es así en el caso de la intención de la persona [al cumplir la mitzvá de etrog]. Incluso quien está familiarizado con los significados místicos involucrados, no capta ni sostiene la esencia [de maljut de Atzilut, la fuente del etrog], sino sólo su mera existencia.

Sin embargo, al estudiar las leyes del etrog [a diferencia de cuando se tienen las intenciones espirituales de esta mitzvá,] capta y sostiene realmente el etrog y su mitzvá apropiadamente, con el habla y el pensamiento. Con más razón es así con quien estudia la dimensión esotérica [de la mitzvá de etrog conforme las enseñanzas de la Cabalá y el jasidismo].

[Esto,] sin embargo, sólo [se refiere] a [quien estudia] los misterios [cabalísticos] de la mitzvá [misma, y no a los de los niveles espirituales del Orden de Hishtalshelut], pues eso no es inferior al estudio de sus leyes —de hecho, todo lo contrario…—, pese a que no capta la esencia [de la intención espiritual de la mitzvá según se aplica a los semblantes de Atzilut].

En cambio, no [se aplica] al [estudio del] orden de Hishtalshelut: Incluso si [la persona] comprende el aspecto existencial [—la exterioridad de las sefirot y los niveles espirituales involucrados—], [este estudio] no es intrínsecamente superior al estudio de [las leyes de] las mitzvot, con el que se sostiene y capta su esencia y es considerado [en casos específicos] equivalente al cumplimiento concreto, como está escrito: “Esta es la ley [del holocausto y la ofrenda cerealera…]”.

Sin embargo, [pese a su inferioridad respecto del estudio de las leyes de las mitzvot,] el conocimiento de la existencia del Hishtalshelut también es una mitzvá excelsa y enaltecida. Es más, prepondera sobre todas [las mitzvot y el estudio de las leyes de la Torá] —como está escrito: “Comprende este día […que Di-s es el Señor]”, y “Conoce al Señor de tu padre…”— pues conduce a [lograr] un “corazón completo”, que es lo esencial [de todos los mandamientos]. Y “comprender la existencia” implica despojar [este tema] de cualquier fisicalidad…

Sin embargo, esta mitzvá es sólo una de las 613, y el hombre debe cumplir todas las 613, pues ellas descienden de la esencia del aspecto exterior de los recipientes de Atzilut. Por eso se deben estudiar profusamente todas las 613 mitzvot, y cumplirlas concretamente con el pensamiento, la palabra y la acción —que son [paralelos de] Beriá, Ietzirá y Asiá [respectivamente]—, para depurar cualquier cosa que requiera refinado (birur) allí [en esos Mundos].

Es más: Lo cierto es que las refinaciones en Beriá, Ietzirá y Asiá de las 288 [chispas de Tóhu] —por medio de la Torá y las mitzvot con el pensamiento, la palabra y la acción [al estudiarla y cumplirlas]— son superiores, en su fuente, al NéfeshRúajNeshamá del hombre [que ama y teme a Di-s]. Pues éstas [refinaciones] derivan del Nombre Divino Sa”g del aspecto interno de Adám Kadmón, en tanto que el NéfeshRúajNeshamá que ya ha sido enmendado por medio del Nombre Divino Ma”h — [Ma”h] emana de la “frente” [de Adám Kadmón], un mero reflejo [de él, pero no su esencia]. De ahí que esté escrito: “…antes de que rigiera un rey [sobre los Hijos de Israel]”. Y ésta es la razón de que el hombre sea sustentado por alimentos [provenienes] de los reinos mineral, vegetal y animal, y los purifica con el Ma”h que hay en él, y vive por aquellos: porque aquellos derivan de Sa”g.

Otra [supremacía] más — como está escrito: “Mi Rostro (paním [vinculado a pnimiut, “Mi dimensión interior”]) no será visto”. Esto significa que el aspecto interior de un grado verdaderamente más alto no puede descender [de manera revelada], sino sólo [puede hacerlo] el aspecto exterior y la parte posterior, que son sombras de la Sabiduría Suprema.

Otra [supremacía] más: Pues verbalizar cualquier frase de la Sabiduría Suprema no procrea, mientras que la gota que desciende del recipiente de la Sabiduría Suprema tiene el poder de procrear y dar origen a la existencia de algo [nuevo] a partir de la nada, y también lleva incorporado [en su interior] un flujo de la Sabiduría Suprema. La razón: Porque con la gota fluye la esencia y naturaleza de la Sabiduría Suprema. No sucede lo mismo con el pensamiento y el habla [del intelecto que se verbaliza o medita], ni siquiera con la concepción intelectual en cualquier campo de la sabiduría; esta sabiduría es un mero reflejo que se propala de la esencia del intelecto del alma, y este reflejo es [a su vez] una mera vestimenta para la esencia misma del intelecto, y el intelecto, a su vez, es apenas un reflejo y vestimenta para la esencia del alma. Dentro de la gota, en cambio, se propala también algo de la misma esencia y ser del alma investida en el cerebro, y por eso da a luz progenie similar, tal cual, al alma misma.

Esta es la diferencia entre el servicio Divino de los ángeles —que nacen de un beso espiritual [y por lo tanto su servicio es análogamente espiritual]— y el de las almas —que emanan de los “recipientes”—. Sin embargo, los recipientes de Atzilut se volvieron el alma de Beriá, Ietzirá y Asiá [y de esta alma emanan dos formas de flujo]. Por lo tanto, el amor y temor intelectuales son comparables a los ángeles que emanan del beso espiritual, [un aspecto meramente espiritual] del reflejo del aspecto exterior de JaBaD en Beriá, Ietzirá y Asiá. La razón [de que sea así] es que la dimensión más interior de JaBaD y la esencia y ser de la luz residente (or pnimí) no puede revelarse salvo a través del resplandor de los recipientes que descienden abajo, como [lo hace] la gota seminal del hombre [emanando] del cerebro, y como está escrito: “Mi Rostro [=Mi dimensión más interior] no será visto”.

Además de todo lo antedicho, aun en el caso de un alma de Atzilut —aunque deriva de los recipientes de Atzilut—, e igualmente en el de NéfeshRúaj que deriva de los recipientes de IetziráAsiá, su amor [quizás deba decir: “temor y amor”] intelectuales [que son un modo de elevación,] estimulan también en los recipientes de IetziráAsiá un estado de elevación por el estímulo iniciado desde abajo. Sin embargo, éste es solamente un estado de partida, Di-s libre.

Pero el flujo desde lo alto hacia abajo sólo se logra por medio de las mitzvot prácticas, las que atraen luz dentro de los recipientes, y específicamente dentro del aspecto exterior de los recipientes, de modo que el aspecto exterior del nivel superior desciende y el aspecto interior del nivel inferior se eleva. Esta es la intención del antes mencionado Zohar de Parshat Pekudéi, que “hay un orden [de elevación y un orden de atracción]”.

Ambos, elevación y atracción, son necesarios para el [servicio espiritual del hombre en aras del] propósito Divino, mediante la elevación de máin nukvín del Nombre Divino Sa”g lograda [por el refinado de las chispas] con la acción y el habla. Este es el máximo propósito de la progresión descendente (el Hishtalshelut) de los Mundos: Que la luz suprema se revele abajo — y no que el nivel inferior se eleve, pues ésta [elevación] no es más que momentánea, [hasta volver a descender posteriormente]. E incluso así, [cuando ésta es necesaria, no involucra el ascenso de la luz —pues sería un movimiento de partida— sino] específicamente una elevación de los recipientes hacia las luces supremas. Esta es la cualidad de Shabat y Iom Kipur, pero no la elevación y partida de las luces, Di-s libre, como está escrito en Prí Etz Jaím.

Néfesh, Rúaj y Neshamá del hombre, en comparación con su cuerpo físico en Este Mundo, son considerados como luces en comparación con recipientes. Así también lo son el temor y amor intelectuales respecto de las mitzvot de acción. Por eso ofreció Moshé [515] plegarias, equivalentes en número a [la palabra hebrea] Vaetjanán [pidiendo ser privilegiado con ingresar a la Tierra Santa]: Precisamente para que pudiera cumplir las mitzvot prácticas. Lo mismo es aplicable a la verbalización física de sus leyes.

Pero comprendamos cómo un etrog, que deriva de las 288 chispas que todavía no han sido purificadas, y así también el rollo de pergamino de los tefilín [sobre el que se escriben los párrafos de la Torá], pueden atraer luz dentro de los recipientes de Zu”n de Atzilut, que ya han sido purificados y rectificados a través del [purificador] Nombre Ma”h, de modo que están en un estado de Divinidad.

La analogía para esto es el proceso de siembra y plantado. La semilla [plantada] estimula el poder de crecimiento existente en el suelo, que es la palabra Divina: “Haga brotar la tierra… árboles frutales…” por medio de la elevación de máin nukvín a su fuente. De esta manera, el pergamino [de los tefilín] y el etrog [de las “Cuatro Especies”] estimulan hasta el más excelso de los niveles, que es el Nombre Sa”g que precede [y trasciende] a la rotura de los recipientes, y que es la esencia y ser de las luces de [el pensamiento primordial, llamado] Adám Kadmón, y no apenas un reflejo, como lo es el Nombre Ma”h que emana de la “frente” [de Adám Kadmón].

Análogamente, el estudio y cuidadoso examen de sus leyes estimula el nivel de jojmábinádáat de las Diez Sefirot de los recipientes de Zu”n, y así escalando hasta las máximas alturas, incluyendo jojmábinádáat de Sa”g de la dimensión más interior de Adám Kadmón que emana por vía de los “ojos” [de Adám Kadmón].

Todo lo precedente concierne a los mandamientos positivos, mas no, aparentemente, al estudio de los detalles de las leyes prohibitivas de los preceptos negativos, particularmente aquellas que no ocurren en la práctica en absoluto —por ejemplo las detalladas leyes de pigul y similares [que no tienen aplicación práctica en el presente]—.

Es que además hay otra característica común [al estudio de todas las leyes de los mandamientos positivos y negativos, incluyendo las que no tienen aplicación práctica]. Pues todo el temor y amor intelectualmente generados de los ángeles son creados como “algo a partir de la nada”, y son los [niveles creados de] Néfesh y Rúaj de los Mundos de Beriá, Ietzirá y Asiá [y no el nivel Divino de Neshamá]. Sin embargo, los pormenores de las leyes [de las diversas mitzvot] son flujos de la Sabiduría Suprema del Emanador, bendito sea, investidos en lo material [de lo que trata esa ley]. Esta investidura no es como la investidura de la Sabiduría Suprema en el temor y amor generados intelectualmente, pues allí la vestimenta [en que se inviste] la oculta y oscurece por completo, tal como la tierra material oculta la Sabiduría Suprema investida en ella, como está escrito [respecto de todos los seres creados]: “A todos Tú hiciste con Sabiduría”. Esta [Sabiduría Suprema] es la externalidad de la externalidad de los recipientes de maljut de Atzilut que se encuentran en Asiá, absolutamente oculta en el RúajNéfesh de Asiá. Así también en Beriá, está completamente oculta en el RúajNéfesh [de Beriá] que se crean con el ocultamiento y encubrimiento del Creador de lo creado.

Pero no sucede así con las leyes, en las cuales brilla manifiestamente un resplandor de Sabiduría. La vestimenta de Asiá es apenas de paso, al igual que en las Festividades, cuando jésed de Atzilut —totalmente investido en jésed de Beriá— vitaliza este mundo físico pasando a través de jésed de Ietzirá y de Asiá; también [este paso es] llamado “investidura”, pues de otro modo no afectaría la fisicalidad de Este Mundo.

Ahora bien, aunque la fisicalidad de Este Mundo [analizada en la ley] sin duda oculta por completo incluso el jésed de Asiá, la ley misma, no obstante, no es concretamente física; es la Voluntad Divina, que fluye de la Sabiduría Suprema, para indulgencia o severidad. Sólo que ésta [Voluntad] desciende y brilla de forma manifiesta en el plano de lo físico, tal como agua que desciende de un lugar alto…* El objeto físico mismo del que habla la ley, en verdad sí oscurece totalmente, como por ejemplo la ley de “quien intercambia una vaca por un asno” o aquellas respecto de carne que es pigul, o no lo es y es kasher. Sólo la decisión legal misma, con su racionalidad manifiesta, es de maljut de Beriá y Ietzirá* del estado de Neshamá, que es la Divinidad que vitaliza y trae a la existencia al NéfeshRúaj de Beriá, Ietzirá y Asiá [que están en la categoría de seres creados], y que son el temor y amor de los ángeles y las almas y su JaBaD [o sea, la meditación en la grandeza de Di-s que lleva al amor y al temor — todo esto es creado y vitalizado en la forma de] algo a partir de la nada [como lo son todos los seres creados]. Por consiguiente, ésta extingue su sed* antes de descender a Este Mundo como aguas que bajan… Incluso luego de descender a Asiá, trasciende por mucho al JaBaD de Asiá, aun del estado de Neshamá, que es Divinidad.

La razón [de esta trascendencia] es que el JaBaD de Asiá del estado de Neshamá es la fuente de vitalidad del JaBaD de NéfeshRúaj y su progenie, y su llamado a ser como algo a partir de la nada con su descendencia, hasta el último estado de Asiá, a saber, la tierra y todas sus huestes.

Pero en cuanto al JaBaD de las leyes y sus razonamientos que están en maljut de Beriá y Ietzirá, [éste no es fuente de seres creados. Más bien,] la función de la jojmá [en su interior] es la rectificación de los semblantes de Atzilut, de los que dependen todos los razonamientos de los mandamientos —los [de los] positivos [dependen] de los cinco atributos de Bondad [de  de Atzilut] y [los de] las prohibiciones de los cinco atributos de Severidad [de  de Atzilut]—. Por consiguiente, incluso cuando [los razonamientos] descendieron [de su origen esencial en el semblante de Atzilut] para investirse en seres creados [y volverse la razón de sus leyes], están en maljut de Beriá y Ietzirá del estado [Divino] específico de Neshamá, que es de los recipientes de Atzilut, y no del grado de Rúaj y Néfesh.

Ahora bien, a pesar de que JaBaD de BeriáIetzirá del estado de Neshamá trasciende enormemente a maljut de BeriáIetzirá del estado de Neshamá, y con todo [JaBaD de Beriá y Ietzirá] es la fuente del JaBaD de BeriáIetzirá del estado de NéfeshRúaj, a saber, los ángeles, [en tanto se dijo que maljut, un nivel inferior, no puede serlo] — esto no es una pregunta en absoluto. Pues, en verdad, los ángeles y las almas [creados de JaBaD de Beriá y Ietzirá] lo son sólo de una gota emanada del JaBaD de la Neshamá al atributo de iesod de Zá, entregado luego a nukvá [=maljut], y de allí salieron [las almas y los ángeles] a modo de “nacimiento” [=resultó una nueva entidad]. Pues aun de proponerse que son creados del resplandor de los recipientes de nukvá de Atzilut, no obstante, ellos mismos son los que descienden [a Beriá, Ietzirá y Asiá] y se vuelven Neshamá [para ellos]. Pero la esencia del JaBaD de Neshamá se expande en las “seis direcciones” de Zu”n, y allí son [las leyes de la Torá:] los Seis Ordenes de la Mishná y la Guemará.

En cuanto a la declaración de Etz Jaím (y en Sháar HaIjudím), que a través de la intención (kavaná) se forma una vestimenta Neshamá, y a través de la Torá se forma una vestimenta [de la siguiente manera:] para el Rúaj del Rúaj de Ietzirá, a través [del estudio] de Mishná [la que deriva de Ietzirá], y para el Rúaj de la Neshamá de Beriá, a través [del] de Guemará [la que deriva de Beriá] — esto puede comprenderse como refiriéndose sólo a la Torá [estudiada] por el hombre en Este Mundo, cuando [su Torá] se remonta a lo Alto [y entonces se vuelve vestimenta de Rúaj, dado que deriva del hombre creado]. Pero el Talmud mismo que fue entregado en Sinaí, [o sea, la Torá tal como fue entregada desde lo Alto,] está en el nivel de Neshamá, [que es un grado de Divinidad] y por eso refina el Rúaj; y así es también con Mishná de Ietzirá: [tal como fue entregada desde lo Alto en Sinaí, también es del grado de Neshamá].

Aun de sugerirse que incluso lo que fue entregado [desde lo Alto] en Sinaí está en el nivel de Rúaj de BeriáIetzirá, es sabido que cada ángel que es un emisario de lo Alto, en ese momento es llamado literalmente con el Nombre de Di-s, Quien entonces mora en su interior. Sin embargo, cuando no es un mensajero, tiene algún otro nombre de acuerdo a su forma de servicio [a Di-s]. Y entonces proclama: “Santo, santo, santo es Di-s…”, lo que significa que el Nombre de Di-s es [kadosh,] separado de él. Exactamente así sucede con la investidura del Talmud en el estado de Rúaj de Beriá y de la Mishná en el de Rúaj de Ietzirá, [pese a que Rúaj es una entidad creada]: Son mensajeros de Di-s, es decir, recipientes de nukvá [=maljut] de Atzilut — los [recipientes] externos en Talmud, y los intermedios en Mishná.

Pues la Mishná y el Talmud que están en ellos [es decir, dentro del Rúaj de Beriá y Ietzirá] emanan de iesod de Aba [=jojmá], el que recibe influencia de Jojmá Stimáa de Arij Anpín [=jojmá de Kéter], en la que está investida la [infinita] luz Ein Sof. Resulta, entonces, que la luz infinita —a saber, el Nombre de Di-s—, mora en el Rúaj de Beriá, Ietzirá y Asiá, en las Escrituras, la Mishná y el Talmud.

Y cuando la persona [los] estudia, atrae la [infinita] luz Ein Sof a Este Mundo para que se incorpore y anule en la luz Divina, pues esto es todo el hombre.

Este fue el servicio espiritual de Rabí Shimón bar Iojái y de todos los tanaím y amoraím que estudiaban el aspecto revelado [de la Torá]: Atraer la luz Divina [a este mundo], y producir los refinamientos de kelipat noga, a lo largo de todo el tiempo de exilio, un período de dominio del Arbol del Bien y el Mal, como declara el versículo: “El tiempo en el que el hombre [de mal] rige sobre el hombre [de santidad]”. Pues éste es el máximo propósito del Hishtalshelut [que trae a la existencia a los mundos]: Que Quien está en lo Alto descienda [y se encuentre de manera manifiesta en el mundo] y tenga para Sí una morada entre las [creaciones] más inferiores, a fin de elevarlas, de modo que sean “uno en uno”.

El servicio espiritual de los ángeles con temor y amor intelectual, en cambio, no atrae Divinidad [dentro del mundo] en absoluto; más bien, es sólo un modo de partida [pues su estado es el de añoranza y anulación a la Divinidad].

Con esto podemos comprender el que se creen ángeles a partir de la nada por medio del estudio de la Torá, aun sin la intención apropiada, instancia en la que [semejante estudio] está únicamente en un estado de Rúaj, que no es Divinidad en absoluto. Es que, no obstante, [aun cuando la Torá es estudiada sin la intención apropiada] el Nombre de Di-s ciertamente mora [en ella].

Esto bastará para quien entiende.

 




 

 

JASIDUT

 

CREENCIA EN LA CREACIÓN Y LOS CAMBIOS DE LIDERAZGO

 

Hace nueve años, cuando la Ieshivá Jomesh luchaba por sobrevivir día a día, HaRav Ginsburgh dio una clase sobre Likutei Moharan en preparación para Rosh HaShana. Trajimos parte de esa clase en nuestro número anterior de Wonders. Esta semana, nos enfocamos en otra parte que vincula nuestra fe en la Creación con el llamado a cambiar nuestra situación en Tierra Santa y acercar la Redención.

El siguiente es un extracto de la clase tal como apareció en la edición de Rosh Hashaná de Niflaot de este año.

 

 Una de las piedras angulares de la fe judía es que Di-s creó el mundo con Diez Dichos como se describe en Génesis. El Rebe Najman de Breslov habla sobre la fe en la Creación en una de sus tres enseñanzas[1] dedicada a Rosh Hashaná y basada en el versículo: "Toca el shofar en el [primer día del] mes" (תִּקְעוּ בַּחֹדֶשׁ שׁוֹפָר). Allí enfatiza que la cúspide de la fe es creer en la Creación debido a la profecía.

Sabemos que los antiguos griegos rechazaron que Di-s hubiera creado el universo físico. Situaron a Di-s (como el Primer Motor, el "alma" del mundo, por así decirlo) y al universo físico en el mismo nivel, afirmando que el universo físico es tan primordial como Di-s.[2] Es bien sabido que Maimónides escribe que, lógicamente, no es posible demostrar que el mundo fue creado o que es primordial. Por lo tanto, Maimónides concluye que, dado que no hay pruebas en ningún sentido, acepta nuestra fe profética en la Creación. Maimónides también cree que Di-s creó la realidad solo por profecía, no por alguna prueba lógica.

Es sorprendente que el Rebe Najman (y aparentemente también Maimónides) coloque la fe en la Creación como el nivel más alto de fe. Las enseñanzas de Jabad afirman que no se necesita fe para creer en la Creación, ya que es claramente verificable. Aun así, según el Rebe Najman, la fe en la Creación es algo muy grande. Pregunta: ¿Dónde se obtiene esta fe? Y su respuesta es: desde un tzadik. De hecho, para un tzadik, la Creación del mundo es palpable.

Esto ejemplifica cómo lo que se considera el dominio del tzadik en otras ramas de Jasidut, en Jabad se considera responsabilidad de cada jasid. Cada uno de nosotros debe esforzarse por alcanzar un estado en el que la Creación del mundo sea palpable para nosotros. En Jabad esto se describe como una experiencia en la que la realidad se crea constantemente de nuevo en cada momento.[3] Por supuesto, si esta experiencia se toma en serio, entonces una persona también debe sentir que ella misma está siendo recreada en cada momento de nuevo.

Según el Rebe Najman, la importancia de creer en la Creación radica en que aquel que haya adquirido esta fe plenamente también merecerá ver la renovación del mundo en el futuro, cuando Di-s cree un mundo nuevo, un mundo milagroso, completamente por encima de las limitaciones de nuestra realidad natural actual. Ya no será un mundo que siga las leyes naturales; será un mundo en el que todas las profecías sobrenaturales sobre el futuro se cumplirán, todas las señales y maravillas se harán realidad, literalmente; "El lobo morará con el cordero", literalmente. Uno merece ver la renovación del mundo de esta manera en el mérito de tener fe en su Creación. Esta es una enseñanza muy clara del Rebe Najman.

Esto ciertamente tiene relevancia para nosotros hoy. Nosotros también estamos esperando la renovación de nuestra propia realidad hoy, así que también estamos esperando la renovación del mundo. Hay que seguir esperando el cambio. No seas un tonto que cae en la desesperación. Seguimos esperando que se produzcan cambios fundamentales y decisivos en nuestra tierra santa, especialmente en lo que respecta al liderazgo, y estamos llamados a actuar para lograr este cambio. Nos referimos a esta responsabilidad de actuar para cambiar las cosas con la pregunta: "¿Quién tiene la llave de la redención?" Algunos dirían que está completamente en manos de Di-s, pero nosotros sostenemos que la responsabilidad es completamente nuestra.

Uno debe meditar sobre esto antes de orar cada mañana. Cuando te pones tus tefilín, ¿en qué debes pensar en los pocos segundos antes de rezar? De acuerdo con esta enseñanza del Rebe Najman, lo más importante en lo que hay que pensar es en la Creación y la futura renovación de la realidad. Uno debe imaginar esto en el ojo de la mente: cómo se recrea la realidad en cada momento y cómo se renovará. Cuanto más fuerte sea tu imagen y fe en la recreación de la realidad por parte de Di-s en cada momento, más poder tendrás para actuar y, en última instancia, experimentar la renovación de la realidad, en particular, el estado de nuestra existencia aquí, en la Tierra de Israel.



[1] Likutei Moharan 2:5. Véase también el número 167 de Wonders, "La necesidad de la espiritualidad".

[2] El Baal Shem Tov relató una vez que su alma esperó más de mil años para descender a este mundo porque el aire estaba cargado con la herejía de los antiguos griegos con respecto a la Creación.

[3] Como se describe en detalle en la segunda parte del Tania (que el Alter Rebe estaba contemplando hacerla la primera parte), Sha'ar Haijud VeHaEmuna. El quid de la cuestión es que la realidad no tiene una existencia independiente del Creador. Por lo tanto, sin que el Creador lo traiga constantemente a la existencia, no puede persistir de un momento para otro. Esto generalmente suele respaldarse por el versículo: "Por siempre, Di-s, tus palabras permanecen en los cielos" (Salmo 119:89) que el Baal Shem Tov explicó que significa que el mandato de Di-s, "Que haya un firmamento" (Génesis 1:6) debe estar constantemente presente en los cielos, de lo contrario no persistirían tal y como están





 

 

JASIDUT

HOGAR Y FAMILIA

 

EL AÑO DE LA FAMILIA

Como se analizó por primera vez en nuestra edición de Rosh HaShaná 5786, la frase principal que describe el año actual, תשפ''ו, es "Que este sea un año para ser fructífero y multiplicarse" (תְּהֵא שְׁנַת פְּרוּ וּרְבוּ), tehé shnat prú urvú. Justo antes de Rosh HaShaná, el Rabino Ginsburgh publicó un tweet detallado analizando esta cita de la Torá y profundizando en su significado.

La familia es una manifestación de la divinidad y de la Presencia Divina en lo mundano. Al comenzar una familia y tener hijos, no solo estamos creando un vínculo duradero con nuestra pareja, sino que también estamos trayendo paz y amor al mundo, tanto a nuestras vidas y hogares personales e individuales como a los demás con quienes nos encontramos. Tener una familia es fundamental para el amor fraterno entre los seres humanos, que es el gran principio de la Torá, según Rabi Akiva. También es el vehículo a través del cual podemos rectificar nuestro ego, aprendiendo a controlar nuestro sentido del yo y transformándolo en una fuente de creatividad y cariño.

Este texto apareció originalmente como una publicación en la cuenta de Twitter en hebreo de HaRav Ginsburgh (@RavGinsburgh) y posteriormente fue editado y publicado en la edición de Rosh HaShaná 5786 de Nifla’ot.

 

Casarse y tener hijos es la primera mitzvá en la Torá. Como relata la Torá: “Di-s los bendijo [a Adán y Eva] y les dijo: 'Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y gobernadla; dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra.'”[1] Como veremos, la bendición y el mandamiento de casarse y tener descendencia se encuentran en el corazón mismo del propósito de toda la Creación. Cuando cumplimos este mandamiento o ayudamos a otros, ya sea facilitando que encuentren su pareja o apoyándolos mientras tienen más hijos, estamos aumentando la Presencia de Di-s en el mundo. Dado que esta es la frase especial aludida claramente en el número de este año, consideramos apropiado designar este año, 5786, como el año de la familia.

LA FAMILIA MANIFIESTA EL NOMBRE ESENCIAL DE DI-S

Aunque podríamos pensar que Adán y Eva fueron los primeros y únicos en ser bendecidos y ordenados con esta frase, las palabras “fructificad y multiplicaos” aparecen cuatro veces en la Torá. La primera vez, Di-s se lo dice a los peces en el quinto día de la creación[2]. La segunda vez, Él se dirige a Adán y Eva en el sexto día. La tercera y cuarta vez se dirigen a Noé y sus descendientes cuando salen del arca: “Di-s bendijo a Noé y a sus hijos y les dijo, ‘Fructificad y multiplicaos y llenad la tierra’[3] y “Sé fructífero y multiplícate, abunden en la tierra y multiplícate en ella.”

El valor de las palabras "sed fructíferos y multiplicaos" (פְּרוּ וּרְבוּ) es 500. Cuatro veces estas palabras son igual, por lo tanto, a 2000, aludiendo al secreto de la letra beit más grande con la que comienza la Torá. Las cuatro veces, así como la beit mayor[4], son indicativos de la estructura básica de la familia humana: un padre, una madre, un hijo y una hija, que corresponden a las cuatro letras del Tetragrámaton, el Nombre esencial de Di-s, Havaia[5]. Como testifica la Torá, sin este mandamiento - ser fructíferos y multiplicarse esforzándose por tener una familia convencional que consista en un padre, una madre y dos hijos - el Nombre de Di-s se fragmenta: “La Mano está sobre el trono de Kah [י-ה], Havaia estará en guerra con Amalek de generación en generación.”[6] Uno de los significados centrales de este versículo es que Amalek siembra la duda en los corazones del pueblo judío, impidiéndoles transmitir la palabra de Di-s de generación en generación, fragmentando así las dos primeras letras del Nombre esencial de Di-s - la iud y la hei [Kah], que representan al padre y a la madre - de las dos letras finales - vav y hei - que representan a los hijos.[7]

EL ÁRBOL GENEALÓGICO

Existe una opinión entre los comentarios que sostiene que el poder del padre es ser fructífero, y el poder de la madre es multiplicar. Esto explica por qué la principal responsabilidad del mandamiento, que es ser fructífero, recae sobre el hombre.[8] Así, “sé fructífero” corresponde a la sefirá de sabiduría, el principio padre, mientras que “y multiplícate” corresponde a la sefirá de entendimiento, el principio de madre.

Sin embargo, existe otra opción. Antes de revisar y explicar esta segunda opción, debemos recordar que una de las formas más comunes de representar una familia es mediante la metáfora del árbol. Es tan común que todos estamos familiarizados con el concepto de “árbol familiar”. Las ramas del árbol suelen indicar una conexión entre individuos, ya sea por matrimonio o por nacimiento, y los frutos son los propios individuos. La traducción al español “sed fructíferos y multiplicaos” ya capta la parte del fruto de la metáfora del árbol familiar. Sin embargo, es menos conocido que la palabra para “multiplicaos”, revú (רְבוּ) es en realidad la palabra aramea para “belleza” (tiferet).[9] Sin embargo, curiosamente, la primera palabra que generalmente se traduce como “sed fructíferos”, prú (פְּרוּ) en realidad está relacionada tanto con los frutos como con las ramas, como en la frase, “y extendió ramas pequeñas”, vateshalaj porot (וַתְּשַׁלַּח פֹּארוֹת)[10].

Siguiendo estas observaciones, la segunda opción es corresponder “ser fructífero” con la sefirá de conocimiento (da’at), ya que el Zohar afirma que “quien carece de conocimiento [es decir, da’at o conciencia] no puede dar fruto [es decir, tener descendencia viable]”[11] y “multiplicarse” con la sefirá de belleza (tiferet). Entonces, la relación entre ellas es como la de Moisés y Iaacov: “Moisés en el interior [la sefirá de conocimiento actuando como el alma a] Iaacov en el exterior [la sefirá de belleza actuando como el cuerpo].”[12] De hecho, la palabra hebrea para “belleza”, tiferet (תִּפְאֶרֶת) es cognada con la palabra para “rama”, peer (פְּאֵר). La relación entre dar fruto y multiplicarse es como la de múltiples ramas de un árbol que cargan sus muchos frutos.

Siguiendo esta segunda correspondencia, podemos entender por qué el primer mandamiento de la Torá es ser fructíferos y multiplicarse. El objetivo de la Torá es aumentar nuestra “conciencia”, específicamente por supuesto la conciencia de Di-s.[13] El conocimiento se convierte en el alma de la belleza, así como en “Y Adán conoció a Eva, su esposa, ella concibió y dio a luz” y luego “ella dio a luz nuevamente”.

FAMILIA, AMOR Y PAZ

Quizás más que nada, el año de la familia sugiere el amor entre esposo y esposa cuando se une con la Presencia Divina en su intimidad privada. Es entonces cuando sus almas arden de amor el uno por el otro, lo que, al ser espontáneamente despertado, trae la Presencia Divina y su efecto de paz a todo el hogar.

Encontramos esto bellamente sugerido en que, “Sé fructífero y multiplícate” (פְּרוּ וּרְבוּ) también equivale al doble del valor de “vela”, ner (נֵר).

Una vela simboliza el alma, y las dos velas representan las almas del esposo y la esposa. Al unirse, tanto el esposo como la esposa deben esforzarse por reavivar y aumentar la llama de su amor mutuo. La llama del amor del alma debe encenderse de la manera descrita por los sabios como, “hasta que la llama se eleve por sí misma.”[14] Las letras de la palabra que significa “por sí misma”, meeleiah (מֵאֵלֶיהָ) permutan para formar Elokim (אֱ-לֹהִים), indicando que este amor, cuando surge de manera espontánea y natural, es divino y es señal de que la Presencia Divina habita entre ellos. Este tipo de amor incluye y envuelve los primeros tres niveles del alma conocidos como nefesh, ru’aj y neshamá. De hecho, la palabra para llama, shalhevet (שַלְהֶבֶת) tiene el mismo valor que la frase que describe nuestro amor por Di-s, “con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”[15], bejol levaveja uvejol nafsheja uvejol meodeja (בְּכָל לְבָבְךָ וּבְכָל נַפְשְׁךָ וּבְכָל מְאֹדֶךָ); cada uno de estos aspectos del amor corresponde a uno de los tres niveles inferiores del alma. La llama también representa el valor de las tres “luces” halladas dentro de una vela[16] y conocidas como “jashmal[17], “fuego-esh” y “resplandor-nogá” (חַשְׁמַל אֵשׁ נֹגַהּ). La luz que irradian las velas y llena el hogar es la luz de la “paz en el hogar”, shalom bait (שָׁלוֹם בַּיִת) creada por la vela. Este esplendor (conocido en hebreo como Zohar - זֹהַר) corresponde a los dos niveles más altos del alma.[18]

En la práctica, este mayor esplendor[19] brilla a través de la casa cuando la esposa enciende (al menos) dos velas de Shabat.

FAMILIA Y AMOR FRATERNAL

En la sección anterior, vimos que hay cuatro niveles de luz en la llama del amor entre esposo y esposa que irradian hacia afuera para llenar el hogar de paz y serenidad. Como veremos ahora, los fuertes valores familiares también afectan la manera en que interactuamos con otros fuera de nuestro hogar. En otras palabras, la fortaleza de la familia tiene un impacto directo en cómo podemos actuar con amor hacia nuestros semejantes - la mitzvá de “ama a tu prójimo como a ti mismo”.[20] Esto se insinúa en la suma de los valores de los cuatro niveles de luz - “jashmal, fuego, resplandor, esplendor” (חַשְׁמַל אֵשׁ נֹגַהּ זֹהַר) - 949, que también es el valor de “ama a tu prójimo como a ti mismo”, Ve’ahavtá le-re’ajá kamója (וְאָהַבְתָּ לְרֵעֲךָ כָּמוֹךָ).

¡Asombrosamente, este también es el valor de "el amor de un hombre por una mujer", ahavta guever leisha (אַהַבְתָּ גֶּבֶר לְאִשָּׁה) así como, por supuesto, de "el amor de una mujer por un hombre", ahavta isha leguever (אַהַבְתָּ אִשָּׁה לְגֶבֶר)!

LA FAMILIA Y LA RECTIFICACIÓN DEL YO

La conexión entre la fortaleza de la familia y el amor hacia los demás fuera del hogar nos lleva a otro efecto que la familia tiene, esta vez sobre cada uno de nosotros como individuos, y específicamente, sobre el bienestar de nuestro sentido del yo - nuestro ego. Las famosas palabras, “Ama a tu prójimo como a ti mismo” son seguidas por la frase característica, “Yo soy Havaia [Di-s]”[21] (אֲנִי הוי). El significado literal de esta rúbrica es que Di-s mismo garantiza la recompensa para quien cumpla este mandamiento. El significado más profundo es que al cumplir este mandamiento, uno merece asemejarse a la propia esencia de Di-s.[22]

Lo primero que debemos observar es que las letras de “Yo”, ani (אֲנִי), el pronombre hebreo que designa el “yo”, cuando se multiplican entre sí en orden - es decir, alef (א) por nun (נ) por iud (י) – es igual a 500, el valor de “sed fructíferos y multiplicaos” (פְּרוּ וּרְבוּ). Esto revela una conexión recíproca entre el amor y el cuidado por los demás y la fortaleza de la propia familia. Ahora, si hacemos lo mismo con el Nombre esencial de Di-s, Havaia (la segunda palabra en la frase) - iud (י) por hei (ה) por vav (ו) por hei (ה) - el producto es 1500, que es 3 veces “sed fructíferos y multiplicaos” (פְּרוּ וּרְבוּ). Así, las dos palabras juntas es igual a 2000, una vez más, el valor de la gran beit, la primera letra de la Torá, como se explicó anteriormente.

La rectificación del yo, del ego, requiere la anulación de uno mismo (junto con la humildad, un tema que discutimos extensamente en otra parte). La famosa alusión a esto es que cuando se permutan las letras de “Yo” (אֲנִי), se deletrea la palabra para “no-ser” o “nada”, ain (אַיִן). La forma en que aprendemos a templar y controlar nuestro ego es mediante la autoanulación ante Di-s, dedicándonos a Su voluntad tal como se revela en los mandamientos de la Torá. Este principio tiene una alusión textual muy poderosa: la primera vez que aparece esta palabra - “no ser” (אַיִן) - en la Torá, es la palabra número 500 en la Torá. Incluso el contexto apunta a la necesaria tarea de anularse a uno mismo, ya que la frase es, “Y no había hombre…”[23], veadam ain (וְאָדָם אַיִן).

La conexión directa entre construir una familia mediante ser fructífero y multiplicarse y el yo nos trae de regreso a nuestra primera observación: que la frase «sed fructíferos y multiplicaos» se dijo dos veces a Noé y a su descendencia, dos veces. La primera vez que aparece la palabra «yo» (אֲנִי) en la Torá[24] es cuando Di-s se dirige a Noé y a su descendencia para hacer con ellos el pacto del arco iris, asegurando que nunca habrá otro diluvio, “Di-s dijo:

'Esta es la señal del pacto que Yo estoy entregando entre Mí y ustedes'”[25]

Vaiomer Elokim zot ot habrit asher Ani noten beini uveinejem

(וַיֹּאמֶר אֱ-לֹהִים זֹאת אוֹת הַבְּרִית אֲשֶׁר אֲנִי נֹתֵן בֵּינִי וּבֵינֵיכֶם).

 El pacto del arcoíris está específicamente relacionado con la rectificación de la sefirá de fundamento (iesod) y los órganos procreativos. Por supuesto, una vez más, multiplicando las letras de “Yo” resulta 500, el valor de “sed fecundos y multiplicaos”. ¡Asombrosamente, la palabra después de “Yo” es “estoy entregando”, noten (נֹתֵן), cuyo valor ¡también es 500!

El contexto de este primer “Yo” en la Torá sugiere que, para unirse verdaderamente y gestar una familia, el esposo y la esposa deben entregar ambos su “Yo”, su ser, el uno al otro, así como Di-s dio la señal de Su pacto a Noé y a su descendencia, revelando así que nunca más traería un diluvio para destruir el mundo. Como se explicó anteriormente, para entregar el propio “Yo”, cada uno debe estar dispuesto a anularlo por el bien mayor del otro y de su unión para crear una familia.

 

 



[1] Génesis 1:28.

[2] “Di-s los bendijo diciendo: ‘Sed fructíferos y multiplicaos, llenad las aguas de los mares, y que las aves se multipliquen en la tierra’” (Ibid. v. 22).

[3] Íbid. 9:1 y v. 7.

[4] La beit grande se ve como si indicara 2 elevado a la segunda potencia, o 4, lo que significa que, de los dos primeros humanos, Adán y Eva, surgió una familia de cuatro.

[5] Zohar 1:27b y en otros lugares.

[6] Éxodo 17:16. Los sabios afirman que Amalek es instrumental, desempeña un papel, en romper el pacto de la procreación, causando así una mancha en la conducta sexual de la persona e impidiendo que el individuo cumpla el mandamiento de ser fructífero y multiplicarse de manera pura y santa.

[7] Véase Derej Mitzvoteja, Isur Ajilat Gid HaNashe.

[8] Even HaEzer 1:14.

[9] Onkelos traduce la palabra “belleza” (תִּפְאֶרֶת) en Deuteronomio 26:19 como רבו.

[10] Ezequiel 17:6

[11] Ver Zohar 2:103a

[12] Citado a menudo. Véase Tikunei Zohar 13 (29a).

[13] Vea Likutei Levi Itzjak sobre Tania 25b.

[14] Rashi sobre Éxodo 27:20.

[15] Deuteronomio 6:5.

[16] Zohar 1:51a.

[17] Esta es quizás la palabra más misteriosa de todo el Tanaj, apareciendo exclusivamente en los capítulos primero y octavo de Ezequiel. Generalmente se traduce como “electrum” y es la base del concepto moderno y la fuerza de la electricidad.

[18] La conexión entre el jashmal (electrum), el fuego y el resplandor y el esplendor que que los rodea también es matemático. Si formamos una serie cuadrática a partir de los valores de las tres primeras palabras - resplandor (58 - נֹגַהּ), fuego (301 - אֵשׁ) y jashmal (378 - חַשְׁמַל) - y extendemos la serie, encontramos que los únicos otros dos números positivos son 289 y 34. El valor promedio de estos cinco números positivos en la serie es 212, el valor de “esplendor”, Zohar (זֹהַר). Por lo tanto, matemáticamente, el esplendor, en cierto sentido, corresponde a los otros dos números positivos en la serie.

[19] En la Cábala (Zohar 3:124b; véase también Tania Igueret 26), esta esplendor superior se conoce como , el esplendor de la madre suprema.

[20] Levítico 19:18.

[21] Íbid.

[22] Vea Haiom Iom para el 28 de Nisán.

[23] Génesis 2:5.

[24] Sin ninguna letra delante.

[25] Génesis 9:12.

LECTURA DE LA TORÁ PARASHÁ VAIERÁ 5785 _1

BONDAD ILIMITADA Y LÍMITE A LA MALDAD

Jabad Rejovot, Israel

Rabino Jaim Frim

 




https://youtu.be/3DSg7RzwQeU

 

MATERIAL DE ESTUDIO

El Zohar describe así los eventos del Fin de los Días:

 

Grandes guerras: “Y en el futuro, los Hijos de Ismael despertarán grandes guerras en el mundo, y los Hijos de Edom se reunirán contra ellos”.

Batallas en tres frentes: El Zohar menciona que lucharán entre sí “una en el mar, una en la tierra, y una cerca de Jerusalén”.

El resultado de la guerra: El Zohar dice: “Y estos gobernarán sobre aquellos” (y aquellos sobre estos). Es decir, habrá una guerra difícil entre ellos en la que ningún bando logrará una victoria clara, o el control pasará de un lado a otro.

El punto importante: Al final de esta descripción, el Zohar añade: “Y la Tierra Santa no será entregada a los Hijos de Edom”.

La idea de que “Ismael vence a Esaú” es una interpretación común de este pasaje. La intención es que en esta gran guerra entre Occidente (Edom/Esaú) y Oriente (Ismael), que ocurrirá alrededor de Jerusalén y la Tierra de Israel, los Hijos de Edom (Occidente) no lograrán subyugar a los Hijos de Ismael. Ismael “vencerá” en el sentido de que resistirá e impedirá que Edom controle la Tierra Santa.

 

Otras fuentes (como Pirkei DeRabbi Eliezer) y comentaristas posteriores ampliaron sobre esto, y conectaron la caída final de Ismael (después de esta guerra) directamente con el surgimiento del Mesías hijo de David.

 

En resumen: La fuente principal para esto se encuentra en el Zohar (Parte II, Parashat Va’erá, folio 32a), que describe una gran guerra entre Ismael y Edom (Esaú) en el Fin de los Días, en la cual la Tierra Santa no caerá en manos de Edom.




*JUDAÍSMO PARA TODOS*

*📖 CABALÁ Y JASIDUT*

 

 

🕯Y AVRAM ASCENDIÓ DE EGIPTO, ÉL Y SU ESPOSA

*VIDEO Y MATERIAL DE ESTUDIO*

https://galeinai.org/2025/11/02/judaismo-para-todos-vaiera/

Con el Rabino Jaim Frim

 

*TEMAS DE ESTE DOMINGO* 

*- DÍA DE LA MADRE*

*-MÚSICA DE LA CLASE*

*- ZOHAR DEL FINAL DE LOS TIEMPOS*

*-EL SECRETO DEL CIEN EN “LEJ LEJÁ”*

*-SIJOT KODESH*

*-MEDICINA Y BENDICIÓN*

*-RESUMEN DE LA PARASHÁ VAIERÁ (GÉNESIS 18:1–22:24)*

*-PADRE DE UNA MULTITUD DE NACIONES*

*BENDICIÓN DE LA NOVIA*

 

 


https://youtu.be/m0btFtWMQ6M

 

“Y se le apareció Hashem” — esta es la revelación divina que llega al tzadik después de su entrega total a Hashem. “Mientras él estaba sentado a la entrada de la tienda” — el tzadik no se queda dentro, sino que se sienta a la entrada, mirando hacia afuera, buscando cómo acercar a otros. “En el calor del día” — incluso cuando el “sol” brilla con fuerza, es decir, cuando hay revelaciones divinas elevadísimas, Abraham no se aparta del mundo, sino que sigue ocupándose en los hombres.

El propósito principal de la Providencia Divina con la hambruna y el descenso de Avram a Egipto, la "desnudez de la tierra" (Ervat Ha'aretz), era para que ascendiera de allí con una gran riqueza: el poder de la procreación, el poder de "él y su esposa".

Para esto fue la prueba de que Sará fuera llevada a la casa del Faraón (que es Pe Erva - la "boca de la inmoralidad"). Y también el decir algo que sonaba a mentira, "ella es mi hermana", todo con el fin de "extraer lo precioso de lo vil", la rectificación de la gota de simiente (tipat keri) que procrearía.

 

LA COMPASIÓN DE LA MADRE

https://galeinai.org/2025/11/02/la-compasion-de-la-madre/

Razi nos contará sobre el Día de la Madre judío y qué hacer cuando no me he portado como debía.

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MÚSICA DE LA CLASE:

NIGÚN HITVAADUT – MÚSICA PARA UNA REUNIÓN JASÍDICA

Melodía compuesta por el rabino Itzjak Ginsburgh para su Casamiento, el 25 de Tishrei 5730

https://pnimi.org.il/%D7%94%D7%99%D7%9B%D7%9C-%D7%94%D7%A0%D7%92%D7%99%D7%A0%D7%94/%d7%a0%d7%92%d7%95%d7%9f-%d7%9e%d7%a1-1/

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ZOHAR DEL FINAL DE LOS TIEMPOS

Un pasaje conocido en el Zohar, Parashat Vaerá, folio 32a.

En este pasaje (y en fuentes paralelas) se describe una gran guerra en el Fin de los Días entre los Hijos de Ismael (que representan a los imperios musulmanes/árabes) y los Hijos de Edom(identificados generalmente con Roma, el Cristianismo y la civilización occidental).

¿Qué se dice en el Zohar?

El Zohar describe así los eventos del Fin de los Días:

1.    Grandes guerras: "Y en el futuro, los Hijos de Ismael despertarán grandes guerras en el mundo, y los Hijos de Edom se reunirán contra ellos".

2.    Batallas en tres frentes: El Zohar menciona que lucharán entre sí "una en el mar, una en la tierra, y una cerca de Jerusalén".

3.    El resultado de la guerra: El Zohar dice: "Y estos gobernarán sobre aquellos" (y aquellos sobre estos). Es decir, habrá una guerra difícil entre ellos en la que ningún bando logrará una victoria clara, o el control pasará de un lado a otro.

4.    El punto importante: Al final de esta descripción, el Zohar añade: "Y la Tierra Santa no será entregada a los Hijos de Edom".

La idea de que "Ismael vence a Esaú" es una interpretación común de este pasaje. La intención es que en esta gran guerra entre Occidente (Edom/Esaú) y Oriente (Ismael), que ocurrirá alrededor de Jerusalén y la Tierra de Israel, los Hijos de Edom (Occidente) no lograrán subyugar a los Hijos de Ismael. Ismael "vencerá" en el sentido de que resistirá e impedirá que Edom controle la Tierra Santa.

Otras fuentes (como Pirkei DeRabbi Eliezer) y comentaristas posteriores ampliaron sobre esto, y conectaron la caída final de Ismael (después de esta guerra) directamente con el surgimiento del Mesías hijo de David.

En resumen: La fuente principal para esto se encuentra en el Zohar (Parte II, Parashat Va'erá, folio 32a), que describe una gran guerra entre Ismael y Edom (Esaú) en el Fin de los Días, en la cual la Tierra Santa no caerá en manos de Edom.

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EL SECRETO DEL CIEN EN "LEJ LEJÁ"

"Lej Lejá" (לֶךְ לְךָ) tiene un valor numérico (GUematria) de 100, y sobre esto hay dos interpretaciones escritas:

Según una interpretación [6], el 100 aquí alude a Abraham: a la edad de cien años merecerás engendrar un hijo-continuador, y con ello perpetuarte. Nuestro patriarca Itzjak (Isaac) nació de Abraham y Sarah de forma milagrosa, cuando Abraham tenía 100 años (ק) y Sarah 90 (צ). Según la conocida alusión [7], estas son la 'Tzadi' (צ) y la 'Kuf' (ק) del nombre Itzjak (יצחק). La 'Yud' (י) de Itzjak alude a las diez pruebas por las que pasó Abraham Avinu, y su 'Jet' (ח) alude a que Itzjak fue el primero en ser circuncidado a los ocho días.

https://galeinai.org/2025/11/02/el-secreto-del-cien-en-lej-leja/

 

SIJOT KODESH

📖 Domingo – 11 de Marjeshván

“Y se le apareció Hashem en Elonei Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de la tienda, en el calor del día.”
(Bereshit 18:1)

🕊️ Comentario de Rashi

“Y se le apareció Hashem para visitarlo” – es decir, para visitar a los enfermos, pues Abraham estaba en el tercer día después de su circuncisión, y el Santo, bendito sea, vino a preguntarle por su bienestar.

Rashí añade:

“En el calor del día” – Hashem hizo salir el sol de su envoltura (para que no molestaran los caminantes, de modo que Abraham no se esforzara en recibirlos).
Pero cuando vio que Abraham estaba triste porque no tenía huéspedes, envió a los ángeles hacia él con forma de hombres.

💡Puntos de Jasidut

El Rebe explica:

Abraham Avinu se ocupaba principalmente en difundir la fe en Hashem entre las personas. Él acercaba a muchos de los hijos de Israel a su Padre celestial, y también a las naciones del mundo enseñaba el conocimiento de Dios.

Por eso, aun después de la circuncisión, cuando alcanzó un nivel altísimo de santidad, no se encerró en su grandeza espiritual, sino que continuó recibiendo huéspedes —personas de toda condición— para acercarlas a la fe en el Creador.

🌤️ El sentido jasídico del versículo

“Y se le apareció Hashem” — esta es la revelación divina que llega al tzadik después de su entrega total a Hashem. “Mientras él estaba sentado a la entrada de la tienda” — el tzadik no se queda dentro, sino que se sienta a la entrada, mirando hacia afuera, buscando cómo acercar a otros.
“En el calor del día” — incluso cuando el “sol” brilla con fuerza, es decir, cuando hay revelaciones divinas elevadísimas, Abraham no se aparta del mundo, sino que sigue ocupándose en los hombres.

🔥 Aplicación espiritual

Cada judío hereda el camino de Abraham Avinu. También nosotros debemos, después de cumplir nuestras propias mitzvot y alcanzar momentos de revelación interior, mirar hacia el “afuera”: acercar a otros al estudio, a la Torá, a la mitzvá, a la luz de Hashem.

El verdadero amor a Dios se expresa en el amor a las personas.

📘 Fuente: Likutei Sijot, Vol. XV, Parashat Vaierá, Sijá de Domingo 11 de Marjeshván. Basado en las enseñanzas del Rebe de Lubavitch,
editado por Machón Kehot (Brooklyn – Kfar Jabad).

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RESUMEN DE LA PARASHÁ VAIERÁ (GÉNESIS 18:1–22:24)

 Vaierá — La revelación divina al corazón humano

1️ La visita de los tres ángeles

Hashem se revela a Abraham tres días después de su circuncisión.
Abraham, a pesar de su dolor, se levanta para recibir a tres visitantes (ángeles en forma humana) y los atiende con gran hospitalidad.
Cada uno tiene una misión:

  • Uno anuncia el nacimiento de Itzjak a Sara.
  • Otro viene a destruir Sodoma y Amorá.
  • El tercero a sanar a Abraham.

Sara escucha la promesa de que tendrá un hijo y ríe, por lo que Hashem la reprende suavemente.

“Y se le reveló Hashem…” – El alma que merece ver

La palabra Vaierá (וַיֵּרָא – “Y se le reveló”) alude a una revelación interior. Hashem se revela a Abraham después de la circuncisión, es decir, después de quitar el “velo” que cubre el corazón.
El Jasidut explica que cada persona tiene “orlot halev” —capas que impiden la percepción de la Divinidad— y que cuando uno las elimina mediante humildad y pureza, Hashem se revela dentro de su conciencia.
👉 En cada uno de nosotros hay un “Abraham” interior: el despertar del amor esencial a Dios.

Hospitalidad: recibir lo Divino en el otro

Los tres ángeles representan las tres fuerzas del alma —Amor, Temor y Compasión— que Abraham activa al recibirlos. El Baal Shem Tov enseña que cuando uno recibe a un ser humano con bondad, está recibiendo en realidad una chispa divina. Por eso Abraham ve “a tres hombres” y sin embargo “a Hashem”: cuando uno sirve al prójimo, Hashem se revela a través del servicio.

2️ Abraham intercede por Sodoma

Hashem le revela a Abraham Su intención de destruir Sodoma por su maldad.
Abraham ruega por la ciudad, preguntando si Hashem destruiría el lugar incluso si hubiera 50, 45, 40, 30, 20 o 10 justos. Hashem responde que si hubiera 10 justos, no la destruiría. Pero no los hay.

El rezo por Sodoma – amor que no juzga

Abraham ruega incluso por los malvados de Sodoma.
El Rebe explica que esto revela el secreto de Ahavat Israel: amar incluso a quien no parece digno. El verdadero amor espiritual no depende de las acciones del otro, sino de reconocer en él la chispa de Divinidad oculta.
👉 Interceder por el otro es “mirarlo con los ojos de Dios”, viendo su raíz más allá de sus caídas.

3️ La destrucción de Sodoma

Los ángeles llegan a Sodoma y Lot los recibe en su casa, protegiéndolos de la violencia del pueblo. Le ordenan huir con su familia. La esposa de Lot desobedece la advertencia de no mirar atrás y se convierte en una columna de sal. Lot y sus hijas escapan a una cueva. Creyendo que la humanidad fue destruida, las hijas embriagan a su padre y tienen de él descendencia, de donde nacen Moav y Amón.

Lot, sobrino de Abraham, representa la chispa que cae del nivel de santidad hacia la confusión del mundo material. Aun así, Hashem lo salva por el mérito de Abraham. El Jasidut enseña que esto refleja la función del tzadik: rescatar las chispas perdidas (nitzotzot) de lugares bajos.
Incluso el acto de las hijas de Lot —aparentemente negativo— contiene una intención redentora oculta, pues de allí nacerá Rut, la futura madre de la realeza davídica.

4️ Abraham en Guerar

Abraham viaja a Guerar. Como antes en Egipto, dice que Sara es su hermana.
El rey Avimélej la toma, pero Hashem le aparece en sueños y lo detiene.
Avimélej devuelve a Sara con disculpas y regalos. Hashem cura su casa, que había sido castigada con infertilidad.

5️ El nacimiento de Itzjak

Sara finalmente da a luz a Itzjak, cumpliéndose la promesa divina.
Abraham lo circuncida a los ocho días. Sara ve que Ishmael, hijo de Hagar, influye mal a Itzjak, y pide a Abraham que lo expulse. A Abraham le duele, pero Hashem le dice:

“Escucha a Sara, porque en Itzjak te será llamada descendencia.”
Hagar e Ishmael vagan en el desierto hasta que Hashem les abre los ojos y les da agua.

“Itzjak” significa “reirá”, y su nacimiento simboliza la alegría que surge cuando lo infinito se revela en lo finito. Sara ríe no por duda, sino por asombro sagrado: cuando el alma percibe que algo supera toda lógica,  stalla en risa divina (tzchok shel kedushá). Por eso el Jasidut enseña que Itzjak es el alma del mundo venidero, donde todo será alegría y revelación.

6️ El pacto con Avimélej

Abraham hace un pacto de paz con Avimélej en Be’er Sheva, donde planta un tamarisco y proclama el nombre de Hashem, Dios del universo.

La expulsión de Ishmael – purificación interna

Ishmael representa las emociones desbordadas, la energía del corazón sin disciplina. Sara (que simboliza el alma divina) exige apartarlo de Itzjak (el alma refinada). El Rebe explica que esto no es rechazo, sino rectificación: cada uno debe aprender a canalizar sus fuerzas emocionales —no destruirlas, sino redimirlas— hasta que también Ishmael (“Dios  escuchará”) se convierta en oración.

7️ La prueba del sacrificio de Itzjak – Akeidat Itzjak

Hashem pone a prueba a Abraham:

“Toma a tu hijo, tu único, a Itzjak… y ofrécelo en sacrificio.” Abraham obedece sin dudar. Cuando levanta el cuchillo, un ángel lo detiene, y en su lugar ofrece un carnero. Hashem promete bendecirlo y multiplicar su descendencia “como las estrellas del cielo y la arena del mar”.

La Akeidá – entrega total del alma

La prueba suprema de Abraham no es sólo sacrificar a su hijo, sino anular su propia comprensión espiritual. En la Akeidá, Abraham entrega no sólo su amor, sino su razón. El Alter Rebe enseña que la esencia del judío es la emuná lemáalá mehadáat —una fe por encima de la razón—, que es la raíz de todo mesirut néfesh (entrega del alma). Por eso la Akeidá quedó grabada en el alma de todo Israel: cada judío tiene dentro una chispa de Abraham que dice “Hineni” – Aquí estoy.

8️ Epílogo

La parashá concluye con el anuncio del nacimiento de Rivká, hija de Betuel, futura esposa de Itzjak.

 Enseñanza central

“Vaierá” muestra cómo Abraham alcanza su máxima grandeza:

  • en su hospitalidad,
  • en su fe inquebrantable,
  • en su defensa de la justicia,
  • y sobre todo, en su entrega total a la voluntad divina.

La lección jasídica: ver a Hashem en el mundo

“Vaierá elav Hashem” no fue una visión única de Abraham, sino un modelo para cada judío: Cada día, en cada encuentro, Hashem se revela en lo cotidiano —en la casa, en el prójimo, en las pruebas. El Baal Shem Tov decía:

“Todo lo que el hombre ve o escucha es una enseñanza para su servicio divino.”

Así, Vaierá nos enseña a ver lo divino en lo simple, a reconocer que el Creador se manifiesta en cada aspecto de nuestra vida.

🌅 Mensaje final

La parashá comienza con revelación (Vaierá) y termina con sacrificio (Akeidá): la visión lleva al acto. Cuando uno logra ver a Hashem en su corazón, está dispuesto a entregarse completamente a Su voluntad.
Esa unión de visión y entrega es el camino de Abraham, y la herencia eterna de sus hijos.

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Y AVRAM ASCENDIÓ A EGIPTO

 

"Y Avram ascendió de Egipto, él y su esposa"

El propósito principal de la Providencia Divina con la hambruna y el descenso de Avram a Egipto, la "desnudez de la tierra" (Ervat Ha'aretz), era para que ascendiera de allí con una gran riqueza: el poder de la procreación, el poder de "él y su esposa".

Para esto fue la prueba de que Sarah fuera llevada a la casa del Faraón (que es Peh Erva - una "boca de inmoralidad"). Y también el decir algo que sonaba a mentira, "ella es mi hermana", todo con el fin de "extraer lo precioso de lo vil", la rectificación de la gota de simiente (tipat keri) que procrearía.

Hasta el descenso de Avram y Sarai a Egipto, sus "gotas" (de procreación) eran frías (no procreaban), y precisamente en Egipto, siendo la "desnudez de la tierra", la tierra de los hijos de Jam, las gotas se volvieron calientes, procreadoras. Y este es el comienzo de la rectificación de su esterilidad, mediante el desarraigo de su frialdad y su transformación en calidez.

Avram entendió bien que toda la prueba de la hambruna, etc., era con el propósito de su fertilidad y la de su esposa, y por eso actuó como lo hizo.

"Para que me vaya bien gracias a ti y mi alma viva por tu causa" = (en gematria) Sarah, Sarah, Sarah - todo por Sarah (su nombre futuro, verdadero) para que merezca ser "la madre de los hijos, feliz" (¡Sarah-Em [שרה-אם, Sarah-Madre] = 546, que es Y-H-V-H [26] veces Ehyéh [21], la unificación de Abba y Imma [Padre y Madre] Superiores, Avraham y Sarah, como es sabido. ¡Y [546] también equivale a "HaBanim Semejá Haleluyah" [הבנים שמחה הללויה]!), y para quien entiende [es suficiente].

Y he aquí, la palabra "y su esposa" (ואשתו) no aparece con las otras matriarcas, solo aquí, una vez, con Sarah.

"Y su esposa" (ואשתו) = Sarah Itzjak (שרה יצחק), el hijo que le nacerá a Sarah, su expresión interna y esencial ("Dios me ha hecho reír [Itzjak], todo el que oiga se reirá por mí").

Y he aquí, ¡una maravilla! La traducción (aramea) de "y su esposa" es "ve'ateteh" (ואתתה) = Sarah Rivka (שרה רבקה) (¡la esposa de Itzjak)!

Sobre el versículo "Y Abraham era anciano, entrado en días, y Y-H-V-H había bendecido a Abraham en todo (Bakol)" enseñaron nuestros Sabios: "Abraham tenía una hija, y su nombre era Bakol". Y algunos explican que esa "hija" era Rivka (Rebeca), nuestra matriarca, y así como encontramos con Yaakov Avinu que la nuera es llamada "hija".

Y que el nombre de Rivka, 'hija de Abraham', es "Bakol", se explica como Rashi sobre "Y Y-H-V-H había bendecido a Abraham en todo (Bakol)" - Bakol (בכל) en gematria es Ben (בן, hijo) [ambas suman 52] (que necesitaba casar con una mujer - Rivka).

Bakol, Ben (52), es también el valor promedio de las cuatro letras de Itzjak (יצחק) [208 / 4 = 52] - Itzjak equivale a Bakol Bakol Bakol Bakol (mientras que él mismo dice "de todo" [mikol], y su hijo Yaakov dice "todo" [kol], de donde aprendemos que el Santo, Bendito sea, les dio a probar a los Patriarcas en este mundo una muestra del Mundo Venidero).

Y además es sabido que Yaakov (יעקב) ben (בן) Rivka (רבקה) = Israel (ישראל) [ambas suman 541], el nombre excelso del pueblo de Dios, comenzando por nuestros santos Patriarcas, que cada uno es llamado con el nombre Israel, como explican nuestros Sabios.

Y he aquí, solo hay otra vez en el Tanaj "él y su esposa" (hu ve'ishto) - en el primer versículo del Rollo de Rut, es decir, Elimelej y Naomi.

El "él y su esposa" de Avram-Sarai se dice en su ascenso de Egipto para regresar a la Tierra de Israel, mientras que el "él y su esposa" de Elimelej-Naomi se dice en su descenso de la Tierra de Israel para morar en los campos de Moab.

¡Y en efecto, lo que Avram temía "me matarán a mí y a ti te dejarán con vida" se cumplió en Elimelej y Naomi!

Elimelej, Majlón y Kilyón murieron en los campos de Moab sin descendencia.

De todo lo anterior aprendemos que la tierra de Egipto es sumamente propicia para el cumplimiento de la mitzvá de "creced y multiplicaos" (la mitzvá especial de que este sea un año de "creced y multiplicaos"), y como está explícito en la Torá, que precisamente en la tierra de Egipto "Y los hijos de Israel fueron fructíferos y pulularon, y se multiplicaron y se fortalecieron muchísimo, y la tierra se llenó de ellos" (el mismo lenguaje usado para Adán, "fructificad y multiplicaos y llenad la tierra").

Y de nuevo, la tierra de Egipto es Ervat Ha'aretz (la desnudez/inmoralidad de la tierra), el lugar de la procreación (el secreto de Yesod Ima [el Fundamento de la Madre], como se explica en el Arizal).

Y he aquí, Ervat (ערות) = 676 = 26 al cuadrado (¡26 es el Nombre Y-H-V-H, bendito sea!). (Todo cuadrado es el secreto de la unión y la reproducción...). ¡El Nombre Y-H-V-H es una expresión de hit'havut (llegar a ser), es decir, de nueva procreación, la renovación de lo antiguo (el nacimiento de almas antiguas que regresan a nacer en el secreto de la reencarnación) y la novedad en la esencia (el nacimiento de almas nuevas, que aún no habían estado en el mundo).

¡Egipto (Mitzraim), Ervat Ha'aretz (ערות הארץ) = Ervat Ervat (ערות ערות), el doble cuadrado del Nombre Y-H-V-H!

La primera "desnudez" (ervat) en la Torá - "todo sigue a la apertura" - es "Y Jam, el padre de Canaán, vio la desnudez de su padre". Jam es también el padre de Mitzraim (Egipto) y la tierra de Egipto se llama por su nombre, como se dijo.

Y otra alusión para terminar:

Es sabido que ISRAE'L (ישרא"ל) es el acrónimo de Avraham, Itzjak, Yaakov, Sarah, Rivka, Rajel, Leah (tres Patriarcas y cuatro Matriarcas).

Avraham Itzjak Yaakov Sarah Rivka Rajel Leah = 1724. Y en jazarat hagilgul (retorno del ciclo/gematria) ... = 725 = "él y su esposa" (הוא ואשתו)!

Y también, cuando la Alef (א) de ve'ishto se cuenta como 1000 (Elef), ¡entonces "él y su esposa" (הוא ואשתו) = 1724 = Avraham Itzjak Yaakov Sarah Rivka Rajel Leah!

 

La Compasión de una Madre


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Razi nos contará sobre el Día de la Madre judío y qué hacer cuando no me he portado como debía.

Escrito por Shilo Ofen

¡Hola, niños!

La noche del próximo sábado será el día 11 del mes de Mar-Jeshván, en el que conmemoramos el día del fallecimiento de nuestra matriarca Rajel (Raquel). Rajel tuvo el mérito de ser la única de las cuatro matriarcas cuyo día de Hilulá (aniversario de fallecimiento) se recuerda cada año e incluso se imprime en todos los calendarios. Rajel es también la única entre ellas que no está enterrada en la Cueva de Majpelá, junto a nuestro patriarca Yaakov. Ella falleció y fue enterrada en el camino, en Beit Lejem (Belén).

Y ya que mencionamos la palabra 'Madre' (Em)... El 11 de Mar-Jeshván es el día cuarenta y uno desde Rosh Hashaná (treinta días del mes de Tishrei más once de Mar-Jeshván), ¡y por lo tanto es apropiado llamar a este día el 'Día de la Madre' (en hebreo, Em, אֵם, tiene el valor numérico de 41)!

Esta bonita alusión expresa la personalidad de Rajel, la madre judía, que es toda entrega y sacrificio (mesirut nefesh) por sus hijos. Durante muchos años de esterilidad, ella espera con anhelo tener hijos, y cuando nace su segundo hijo, Binyamin, ella entrega literalmente su alma y fallece de este mundo durante el parto. Incluso después de su muerte, ella no descansa. La entrega de la madre judía se revela en su capacidad especial de despertar el atributo de la compasión (midat harajamim). Cuando los Hijos de Israel salen al largo exilio, ella llora amargamente "por sus hijos, porque ya no están", y no se detiene hasta escuchar la promesa de la boca de Dios, bendito sea: "Y los hijos volverán a sus fronteras". Por cierto, Rajel (רָחֵל) en Gematria (valor numérico) suma lo mismo que Dima-Dima (דִּמְעָה-דִּמְעָה, lágrima-lágrima), una clara alusión a sus cálidas lágrimas.

¿Cómo se despierta el atributo de la compasión?

A la calle

Rajamim (un nombre que significa "compasión") tuvo una infancia difícil. Quedó huérfano de madre a una edad temprana, y su padre no logró llenar su vacío, y ni siquiera su propio lugar. La razón era simple: era adicto a los juegos de azar. En lugar de trabajar para mantener a su familia, pasaba su tiempo en esa dudosa ocupación, de modo que, en lugar de traer dinero para el sustento de sus hijos huérfanos, estaba ocupado malgastándolo. Ni hablar de prestar atención a su desempeño escolar. Y así, naturalmente, Rajamim "resbaló" hacia afuera, a una pandilla de chicos de la calle, a quienes encontró como compañía y con quienes dio sus primeros pasos en el mundo del crimen.

En poco tiempo, Rajamim se vio envuelto en un asunto criminal y se encontró tras las rejas. ¿Y qué pasó allí? Quizás lo adivinaron. Allí, en la cárcel, conoció a los criminales "pesados", con mucha experiencia, que le enseñaron métodos sofisticados para sus fechorías. Cuando terminó su período de encarcelamiento, nuestro amigo se encontró nuevamente en la escena del crimen, pero esta vez a niveles más graves. Cuando fue atrapado por segunda vez, fue enviado a prisión por un período más prolongado.

Ezra y Rajamim

La rueda giró y volvió a girar. Rajamim entraba y salía por las puertas de la prisión una y otra vez, hasta que un buen día conoció a Ezra. Ezra era uno de los visitantes habituales de la prisión, pero no como uno de los reclusos. Ezra llegaba cada día en una misión de su Rabino, con el objetivo de animar a esos judíos, despertarlos al arrepentimiento (teshuvá) y darles la oportunidad de volver al buen camino y enmendarse. Se sentaba durante largas horas con cada prisionero y encontraba el camino hacia su corazón.

El encuentro entre Ezra y Rajamim fue un éxito y ambos conectaron. Ezra percibió la personalidad de Rajamim, aquella cubierta por un pasado dudoso, y se encariñó con él. "¿Qué culpa tiene él?", pensaba Ezra para sí mismo, "Yo podría haber sido exactamente como él. Crecí a solo cinco calles de distancia, pero yo tuve el mérito de tener padres cálidos, que me apoyaron y me amaron, y él no". Ezra realmente se llenó de sentimientos de compasión (rajamim) hacia él.

Los encuentros entre ambos continuaron durante varias semanas, hasta que a Ezra se le reveló un hecho que lo dejó conmocionado. Mientras hablaba con Rajamim, Ezra descubrió que el bisabuelo de Rajamim era, nada menos, que un Tzadik (justo) muy famoso de la generación anterior.

Entre la Realidad y la Esencia

En ese momento, los sentimientos de compasión de Ezra cambiaron por completo. Hasta ese día, le dolía la diferencia entre ellos. Le dolía el hecho de que Rajamim hubiera terminado en la calle a una edad muy temprana, sin tener la culpa, en lugar de crecer en un hogar normal como una persona común, como había sido su propia vida. Pero este nuevo dato intensificó la brecha. Resulta que Rajamim es "hijo de santos", no solo se suponía que fuera una persona común. ¡Él debería haber sido un ejemplo para otros, un rabino importante en Israel, como otros miembros de su familia! Una caída así es realmente "desde el techo más alto al pozo más profundo" (me'igrá ramá le'beirá amiktá).

Usemos palabras de la dimensión interior de la Torá (Pnimiyut HaTorá): el estilo de vida y el círculo criminal en el que se encontraba Rajamim reflejan la realidad (metziut) en la que vivía. Al fin y al cabo, ahí es donde estaba. En contraste, el lugar donde debería haber estado, el lugar al que realmente pertenece, y donde estaría si hubiera crecido en otra realidad, refleja su esencia (mahut), lo que él es de verdad.

Cuando Ezra notó la gran brecha entre la realidad en la que se encontraba Rajamim y su propia vida normal, se llenó de compasión. Pero cuando se le reveló el linaje de Rajamim, se le aclaró cuál era su verdadera esencia. Ahora, la brecha entre la realidad y la esencia se hizo muchísimo más grande, y junto con ella, también creció su compasión hacia él.

¿Y qué hay de nosotros?

El llanto de nuestra matriarca Rajel nos enseña a despertar compasión por nosotros mismos. Cuando descubro que no me he portado como debía, me entristezco. Al fin y al cabo, intento ser un buen niño. Pero si pienso en el lugar de donde vine, en el alma Divina que habita dentro de mí, "literalmente una parte de Dios de lo Alto", ¡la compasión hacia ella crecerá incomparablemente! ¡Ella ha caído de un lugar verdaderamente elevado!

¡Que tengamos el mérito de despertar una gran compasión desde la Fuente de la Compasión!

¡Shabat Shalom U'Mevoraj!

¡Razi!

 



 

MELAVE MALKA VAIERÁ Y RAJEL


*SHAVÚA TOV* 

*_Es costumbre contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov al terminar Shabat por la noche en una comida de Melavé Malká, acompañando a la Reina, el Shabat_*

*_Una segulá para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de los niños, para una vida buena y larga y para salud_*

*📍ZOOM:* https://us06web.zoom.us/j/5839538733

*📍YouTube:* 👉www.youtube.com/galeinaienespañol

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Esta noche, víspera del 11 de Jeshvan, es la Hilulá (aniversario del fallecimiento) de Rajel Imenu (Nuestra Matriarca Rajel). Con motivo de este día, traemos un relato sobre el Baal Shem Tov y la redención de cautivos.

Cuenta el Midrash que cuando el Pueblo de Israel salió al exilio, los Patriarcas y las Matriarcas vinieron ante el Trono de Gloria para rezar por la redención del pueblo de Israel. También Rajel Imenu vino ante el Trono de Gloria y abogó por sus hijos, como está dicho: “Una voz se oye en Ramá, lamento, llanto amargo. Rajel llora por sus hijos, se niega a ser consolada por sus hijos, porque ya no están”. Y está escrito: “Así dijo Dios: Reprime tu voz del llanto y tus ojos de las lágrimas, porque hay recompensa para tu obra… Y hay esperanza para tu porvenir, dice Dios, y los hijos volverán a su frontera” (Jeremías 31:14-16) (Midrash Eijá Rabá, P’tijta 24).

Que sea la voluntad de Dios que merezcamos que las palabras de consuelo dichas a nuestra matriarca Rajel se cumplan plenamente en la redención verdadera y completa, pronto y en nuestros días.

MÁS SOBRE RAJEL IMEINU:

TAMBIÉN:

Rebe Menajem Najum de Chernobil:

UNA HISTORIA PARA EL NACIMIENTO

Rabi Menajem Najum de Chernóbil nació en 5490 (1730), siendo hijo de Rabi Tzvi. Según una tradición aceptada en Jabad, Rabi Najum era nieto de Rabi Adam Baal Shem. Es conocido por su libro «Meor Einaim» (Luz de los Ojos), uno de los textos fundamentales del movimiento jasídico, y como fundador de la dinastía jasídica de Chernóbil. Fue uno de los discípulos más antiguos del Maguid de Mezeritch y también tuvo el privilegio de estar en presencia del Baal Shem Tov.

Rabi Najum sirvió como maguid (predicador), viajando entre pueblos para inspirar a la gente con sermones sobre ética y Jasidut. Tras el fallecimiento del Maguid de Mezritch, jasidim y hombres de acción se reunieron a su alrededor, y comenzó a ejercer como admor (líder jasídico). Después de un tiempo de peregrinación, su corte finalmente se estableció en Chernóbil, en Volinia (actualmente Ucrania). Muchos de los tzadikim de su generación lo visitaban como jasidim. Rabi Najum falleció el 11 de Jeshván de 5558 (1797) y fue sepultado en Chernóbil.

Rabi Najum Menajem de Chernóbil era famoso, entre otras cosas, por su capacidad para interceder por mujeres que sufrían partos difíciles. En cierta ocasión, algunas personas acudieron a él suplicándole que intercediera con urgencia por una mujer que estaba de parto. El tzadik les dijo que acudieran rápidamente a su nieto político, Rabi Shalom Shachna de Prohobitch (esposo de su nieta Java’leh) – quien se encargaría del asunto.

Reb Shalom era entonces muy joven, de unos 15 o 16 años, mientras que Rabi Najum era un anciano tzadik; sin embargo, envió a la familia con su joven nieto político para que se hiciera cargo del caso. Se trataba de una situación de vida o muerte, así que la familia acudió rápidamente a Rabi Shalom-Shajna y le dijo que el Rebe los enviaba: una mujer tenía dificultades en el parto y era necesario actuar de inmediato.

—¿Qué quieren de mí? No sé qué hacer – les dijo Rabi Shalom. La gente regresó desesperada con Rabi Najum, quien se puso muy serio y dijo con severidad: – Vuelvan con él y díganle que yo dije que debe ayudarla, y que solo él puede ayudar a esta mujer.

—Realmente no sé qué hacer – dijo Rabi Shalom cuando la familia regresó con él -. Pero si el tzadik los envió conmigo, entonces les contaré una historia, y quizás a través del poder de la historia, la salvación llegue a esta mujer.

La historia de la pareja de Estambul

En aquellos tiempos, cuando una mujer judía necesitaba salir en Estambul, sobre todo la noche de su inmersión ritual, no salía sola, sino en grupo, por temor a los musulmanes. Una vez, por algún motivo, una mujer salió sola a la calle, y, efectivamente, un árabe la secuestró y la llevó a su casa. Este árabe tenía algo importante que hacer, así que, mientras tanto, la encerró a la fuerza en su ático, con la intención de hacer lo que tenía que hacer y luego regresar con ella.

Esta mujer era recién casada. Lloraba desconsoladamente por dos razones: primero, para que el árabe no la deshonrara; segundo, lloraba por su joven esposo, que probablemente la abandonaría. Entre lágrimas, vio un balcón en el ático que daba a la calle, a varios pisos de altura. Pensó: «Si me quedo aquí, el árabe seguramente me deshonrará. Saltaré del balcón y pasará una de dos cosas: o moriré, o Di-s obrará un milagro y me salvará». Buscó un poco en la habitación y encontró una gruesa capa, se la puso y saltó del balcón. Di-s obró un milagro por ella – quizás de alguna manera por medios naturales, con la ayuda de la gruesa capa – y salió ilesa. Se levantó de inmediato y corrió a casa. Al llegar, no le contó nada a su esposo, aparentemente aún traumatizada por lo sucedido. Pero él sospechó de inmediato que algo había pasado y estaba temeroso de acercarse a ella.

Estambul es una ciudad portuaria con pequeñas embarcaciones. Allí, quien tuviera un problema o se sintiera angustiado, alquilaba una barca y salía a navegar. Así, aliviaba su preocupación. Nada es más relajante que navegar en el mar. Esto fue lo que hizo el joven esposo (el narrador, Rabi Shalom, también era un joven esposo. Curiosamente, una persona sin escrúpulos había intentado difundir rumores maliciosos sobre su esposa, la virtuosa Java’le).

El marido alquiló la barca y zarpó. En medio del mar, vio otra barca que se acercaba, con un árabe a bordo. Era evidente que, si había dos personas solas, cada una en su propia barca, probablemente ambos llevaban algo que les preocupaba. – ¿Qué te inquieta? – preguntó el joven marido al árabe -. Cuéntame, y luego te cuento.

El árabe le contó toda la historia: que el día anterior había secuestrado a una mujer judía, que había escapado y que no lamentaba demasiado su pérdida, pero que junto con ella había desaparecido la capa en la que había escondido toda su riqueza, mucho oro y diamantes. Una gran pérdida… El joven esposo comprendió lo sucedido, puso una excusa y se apresuró a volver a casa. La noche anterior, cuando su esposa llegó, había puesto la capa debajo de la estufa y el esposo se había dado cuenta. Inmediatamente rasgó la prenda y encontró el tesoro, y ambos se alegraron enormemente. La alegría de esta joven pareja judía fue inmensa, y de esa alegría nació un hijo justo.

Cuando Rabi Shalom de Prohobitch terminó de contar la historia, dijo: «Ahora la mujer que estaba de parto ha dado a luz, ¡mazal tov!». Y luego prometió que cuando esta historia se contara en el caso de una mujer con dificultades en el parto – daría a luz en un buen momento y sin complicaciones.

Rabi Menajem Najum falleció el 11 de Jeshván, el día en que Rajel Imeinu murió durante el parto. Rajel simboliza a la mujer que sufre dolores de parto y, en la Cábala, se la identifica con la Shejiná, que sufre en los dolores del parto del Mesías. De hecho, uno de los temas que más conmovía a Rabi Najum era la difícil situación de una mujer que luchaba durante el parto. Realizó numerosas salvaciones en estos casos e incluso interrumpía su oración silenciosa para contar el dinero del rescate, consciente de su poder para salvar a la mujer de la muerte mediante ello.

Aquí, el Rebe de Chernóbil confió este difícil caso a su nieto político. Aunque para el joven resultó un reto encontrar la salvación en su interior, Rabi Najum no se rindió y nos regaló una hermosa historia con una profunda fuerza espiritual. ¿Qué relación existe entre la mujer de Estambul y la mujer que da a luz en Ucrania?

En el relato de Rabi Shalom Shajna, se enfatiza el autosacrificio de la mujer por su pudor. La mujer que da a luz también se expone conscientemente a una situación de peligro, y aunque generalmente todo termina bien, no siempre es así. Rajel Imeinu da testimonio de ello.

Sin embargo, el autosacrificio de Rajel Imeinu allanó el camino para todas las mujeres judías y anuló la necesidad de la muerte durante el parto. Así como el autosacrificio de la mujer de Estambul venció al árabe impuro, así Amalek caerá en manos de los hijos de Rajel. También en nuestra generación, el autosacrificio proporciona la fuerza para vencer al enemigo y para el nacimiento del Mashíaj con un buen mazal.

 

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🎻 *Y AQUÍ LA HISTORIA:*

En la época del Baal Shem Tov, vivía un judío pobre que residía como inquilino en una aldea. No tenía dinero para pagarle el alquiler de su vivienda al señor (terrateniente) de la aldea. El señor tenía la autoridad de castigar e incluso ejecutar a quien quisiera. Como el pobre judío no le pagó al señor de la aldea el alquiler, el cruel terrateniente tomó al judío, a su esposa y a sus pequeños hijos como rehenes y los puso en prisión con un poco de pan y agua. Al no encontrarse nadie que pagara un rescate por sus vidas, el señor ordenó atar con cuerdas a los judíos, llevarlos a la gran ciudad donde había otros judíos, y anunciar que si nadie los redimía por la suma de 300 rublos, su destino sería la muerte.

Los cautivos lloraban y suplicaban a sus hermanos que los rescataran, ya que sin su ayuda, el señor sin duda los ejecutaría. Esta elevada suma no estaba al alcance ni siquiera de los hombres ricos de la ciudad. La noticia sobre los judíos llegó también a oídos de un joven. Toda su vida había ahorrado moneda a moneda y tenía en su poder 150 rublos. La pena por la familia le rompió el corazón y decidió dar todo su dinero para la redención de los cautivos. Pero como solo tenía 150 rublos, recordó que conocía a una joven huérfana que trabajaba como sirvienta y que también tenía en su poder 150 rublos. El joven se apresuró a buscarla y le habló al corazón para que participara con él en esta gran mitzvá (precepto) de redención de cautivos. La joven aceptó y también entregó todo su dinero, y así salvaron a la familia que pasó de la muerte a la vida, y de la esclavitud a la libertad.

Al quedarse ambos sin dinero, el muchacho le propuso a la joven que lo acompañara a visitar a su tío rico; quizás él se apiadaría de ellos y se ocuparía de sus necesidades. La joven aceptó acompañarlo y emprendieron el camino.

El acto de bondad del joven y la muchacha creó un gran revuelo en el Cielo. Y se decidió que, como recompensa, merecerían casarse el uno con el otro. Esta misión fue entregada desde el Cielo a manos del Baal Shem Tov. Al recibir la misión, el Baal Shem Tov tomó ropas de boda para el joven y la muchacha y salió a cumplir su encargo.

Al atardecer, el Baal Shem Tov llegó a una posada. El posadero se emocionó ante el mérito de hospedar al Baal Shem Tov que había llegado y le pidió que pasara la noche en su casa. El Baal Shem Tov aceptó alojarse en su casa, pero le pidió que preparara un banquete de bodas, diciendo: “Esta noche celebraremos una boda en tu casa”. El judío hizo como le dijo el Baal Shem Tov. Mientras se organizaban, el muchacho y la muchacha llegaron a esa misma posada y, como estaban acostumbrados a ser sirvientes, ayudaron al dueño de la casa a preparar lo necesario para el banquete.

Al anochecer, el Baal Shem Tov le preguntó al posadero si habían llegado otros huéspedes. El posadero le dijo que no habían llegado huéspedes regulares, pero que sí habían llegado un muchacho y una muchacha sirvientes. El Baal Shem Tov ordenó que los hicieran entrar a su habitación, y cuando entraron, el Baal Shem Tov les trajo ropas elegantes y les dijo: “¡Mazal Tov! Esta noche ustedes se casan”. El muchacho y la muchacha se emocionaron mucho.

A la boda llegaron 7 personas distinguidas, que no eran otros que los Siete Ushpizin (los invitados celestiales Abraham, Itzjak, Iaacov, Moshé, Aharón, Iosef, David). Y junto con el Baal Shem Tov, el posadero y el novio, completaron el minián (quorum de diez hombres). La jupá (palio nupcial) se llevó a cabo y el muchacho consagró a la muchacha según la ley de Moshé e Israel.

Durante el banquete, uno de los invitados dijo en voz alta: “Yo le doy de regalo al novio el establo y los bueyes del señor de la aldea”. El segundo dijo: “Yo les doy el joyero de la anciana señora con todos los diamantes que hay en él”. Y entonces el Baal Shem Tov dijo: “Yo les doy al novio y a la novia la posada del señor como regalo completo”.

Terminó la boda y la pareja estaba desconcertada: ¿¡qué significaban esos regalos que les habían dado?! Mientras ellos celebraban, en la casa del señor de la aldea reinaba el caos: su hijo especial de diez años había desaparecido. Todos los habitantes de la aldea lo buscaron, pero fue en vano.

Al día siguiente de la boda, el novio le pidió al posadero una carreta y un caballo para visitar a su tío rico. El posadero aceptó y la nueva pareja emprendió su camino. En el camino, oyeron de repente una voz de llanto y un gemido. Por un momento se asustaron, pero al acercarse, vieron que era el hijo del señor de la aldea. Lo cuidaron y se lo devolvieron a su padre.

Hubo una gran alegría en la casa del señor. El niño les dijo a su padre y a su madre: “Si no fuera por estos judíos, no estaría vivo. Denles regalos para que recuerden toda su vida que me salvaron”. La señora le dio el establo de los bueyes y su joyero. El señor les dio la posada. Así se cumplieron plenamente las bendiciones del Baal Shem Tov y de los Ushpizin.

(Fuente: Kikar HaShabat)

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