BS"D
JUKAT - חֻקַּת
Decreto de la Vaca Roja
Números 19:1 - 22:1 Haftara: Jueces 11:1-33
Israel
https://estudiodecabalayjasidut.blogspot.com/2023/06/5783-jukat-koraj_17.html
(DE OTROS AÑOS: https://estudiodecabalayjasidut.blogspot.com/2021/06/39-jukat-5781.html
KORAJ קֹרַח
Números 16:1 - 18:32 Haftará: Samuel I 11:14 - 12:22
Fuera de Israel
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Rabino Jaim Mates Frim
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PARASHÁ DE LA SEMANA
Koraj 5783
GUEMATRIAS BREVES
Las dos
primeras palabras de la parashat Koraj son “Koraj [se] tomó” (וַיִּקַּח קֹרַח). Mirando estas dos palabras
cuidadosamente, notamos que ambas tienen las letras קח.
Las letras que son diferentes son וי y ר. Estas tres letras son ריו,
una combinación bien conocida de letras y valor numérico en Cabalá, 216 o 63,
que es el valor de “poder”, guevurá (גְּבוּרָה).
Toda la parashá se centra en el estatus de los levitas que pertenecen al eje
izquierdo de las sefirot, el eje del poder, guevurot.
El valor
de las letras ריו, 216, también es
igual a 2 veces קח, las dos letras en
común en las dos primeras palabras de la parashá. Por lo tanto, las dos
primeras palabras de la parashá, “Koraj [se] tomó” (וַיִּקַּח
קֹרַח) equivalen a 4 veces קח,
las dos letras en común, o 432.
432 es
también el valor de una conocida kavaná (intención espiritual) para Oneg
Shabat, el placer experimentado en Shabat, “Eden-Río-Jardín”, Eden Nahar
Gan (עֵדֶן נָהָר גַּן), cuyas iniciales
forman la palabra “placer”, oneg (עֹנֶג).
Esta intención se basa en la descripción, “Y del Edén fluye un río que riega el
jardín”, venahar iotzé meeden lehashkot et hagan (וְנָהָר
יֹצֵא מֵעֵדֶן לְהַשְׁקוֹת אֶת הַגָּן)
Este
análisis de las dos primeras palabras de nuestra parashá revela un vínculo
oculto entre Koraj y el Recolector de Madera, que profanó el Shabat y su
experiencia de Oneg. El relato del Recolector de Madera aparece al final de la
parashá anterior, Shelaj. Se alude a este vínculo en el Zohar que escribe:
“Koraj persiguió la disidencia… y Tzlofjad disintió del Shabat recogiendo leña”
(Zohar 3:176b).
El
nombre Koraj literalmente significa alguien que es “calvo”, kereaj (קֵרֵחַ), lo que indica que la rectificación de
Koraj la logran aquellos que son calvos. Hay dos tzadikim famosos que se
describen como calvos: el profeta Elisha y Rabi Akiva (ya que su hijo se
identifica con Rabi Iehoshua ben Korja). De hecho, el relleno de Koraj es, quf
reish jet קוף ריש חית. El valor de las
"letras de relleno", וף יש ית,
es 806, que es la suma de Elisha y Rabí Akiva juntos (אֱלִישָׁע
רַבִּי עֲקִיבָא).
La Vaca Roja y la purificación de Bach y Beethoven.
Lectura de la Torá con el rabino Jaim Frim
Las innovaciones de la Torá aparecen en la ciencia.
El Zohar nos revela que en preparación para la venida del Mashíaj se abrirán las chimeneas de los cielos con milagrosas revelaciones de la sabiduría Divina, y frente a ellas se abrirán muchos manantiales abisales en un impresionante desarrollo de la sabiduría humana. Así, cada vez que recibimos el descubrimiento de una "nueva Torá" para revelar otra dimensión interior en la comprensión de la Torá y servicio a Dios podemos buscar un descubrimiento paralelo del conocimiento humano en la ciencia o la cultura en general.
La revelación Divina es “panim”, el anverso o "rostro", el alma verdadera de la innovación, mientras que el fenómeno correspondiente en el mundo externo es ajor, la "espalda" o el reverso, una proyección externa y desvaída de esa innovación. Sin embargo, el mundo es el "reverso", precisamente porque no necesita concentración y precisión mental-interior, sobresale en la multitud de herramientas sofisticadas en el mundo práctico. Así, por ejemplo, la música de Mozart, Beethoven y Bach es una continuación externa del mundo interior de la música jasídica, pero a pesar de que el contenido interior, el alma de una melodía jasídica simple es inconmensurablemente superior a una pieza clásica completa y compleja: el nigún no compite con la gran, sofisticada y armoniosa belleza de las piezas clásicas.
Si logramos captar y entender la raíz interior de los fenómenos externos no hay necesidad de 'huir' de ellos; por el contrario, puedes conocerlos, darles un alma y al mismo tiempo también obtener de ellos otro punto de vista sobre el contenido interior renovado e incluso utilizar su refinamiento y amplitud de miras en relación con el mundo interior.
SERIE EMUNÁ Parte 2
Ver primera parte en https://galeinai.org/tora-y-ciencia/psicologia/la-curacion-con-la-fe/
TRES ALMAS Y TRES FORMAS DE FE
Las Tres Almas
Está escrito al principio del Tania[1] que una
persona tiene dos almas: un alma divina y un alma animal. Al profundizar en la
literatura jasídica descubrimos un alma adicional que media entre el alma
Divina y el alma animal: el alma intelectual.[2]
Todo judío desde Abraham nuestro patriarca en adelante posee
un alma divina además de las almas intelectual y animal. Por otro lado, un no
judío tiene dos almas, la intelectual y la animal. Dentro de un no judío la
dinámica psicológica se genera entre estas dos almas, creando tensión y
conflicto interno que requiere una resolución. El alma intelectual de un judío
tiene una naturaleza diferente a la de un no judío, además de poseer un intelecto
humano está combinado con un carácter judío único.
Cada una de estas tres almas posee un conjunto completo de facultades.
Según el principio de que “Dios hizo una cosa opuesta a la otra”[3], todo lo
que existe en el alma divina existe también en las almas intelectual y animal.
En correspondencia con estas tres almas hay tres tipos de fe. Cada alma tiene
su propia fe única (su propia Cabeza Incognoscible de la corona[4]), y todas
sus facultades están moldeadas conforme la forma de ese tipo de fe.
La fe absoluta del alma Divina rectifica todas las
facultades del alma transformándolas en facultades Divinas. Abraham mereció su
alma Divina al esclarecer y rectificar su verdadera fe, por lo tanto, adquirió
un nuevo conjunto de facultades del alma a las que nos referimos como el
"alma divina". Abraham se identificó y se hizo uno con su alma Divina
hasta el punto en que se convirtió en un fenómeno "genético"
inherente en él. A continuación, transmite estos "genes" espirituales
a sus descendientes del mismo modo que los genes físicos son heredados por la descendencia.
Este es el significado espiritual de las palabras “Porque en Itzjak será llamada
tu simiente.”[5]
Es importante enfatizar que cuando un individuo adopta una
forma de fe verdadera y clarificada, todas las demás variantes de fe pasan a
ser secundarias. Aun así, es importante darse cuenta de que incluso una forma
secundaria de fe, incluso una que sea supersticiosa y no esté basada en la
verdad, actuará para elaborar un conjunto completo de facultades del alma que
dependen de ella. Cada fe da lugar a un alma completa, por así decirlo, que
finalmente encontrará expresión en una forma particular de hacer. Cada persona,
sea judía o no, tiene una fe específica que se expresa característicamente a
través de sus acciones.
La fe del alma Divina es la creencia en el Dios
único, unificado y singular, y se revela a la persona cuando alcanza el nivel
de soledad existencial[6]. Es cuando
alcanzan esta soledad que la luz de Dios se extiende, desciende e impregna
todas las manifestaciones de su vida. Al principio, la luz es completamente
abstracta, y luego se inviste en todas las vestimentas del alma.
El alma intelectual pone su fe en la razón y el
conocimiento (o la ciencia). Una persona que cree en el intelecto siempre busca
la sabiduría y se esfuerza por aprender más y más. Un individuo así no cree en
su propia vanidad y emociones iniciales, sino en las conclusiones intelectuales
que publica el mundo académico. Naturalmente, se postra ante cualquiera que crea
que tiene más conocimiento o sabiduría y defiende la máxima: "Acepta la
verdad de cualquier persona que la proclame".
En contraste, la fe del alma animal es la creencia
del individuo en sí mismo, siguiendo el verso, “Mi destreza y el poder de mi
mano han cosechado el éxito que he alcanzado.”[7] En el
contexto de la salud mental, cuando una persona pasa por una crisis en la vida,
todo terapeuta y psicólogo se centrará en la necesidad de fortalecer y sanar su
fe - es decir, su fe en sí mismo. El psicólogo del alma animal tendrá como
objetivo reforzar la fe del individuo en sí mismo. Esta es precisamente la fe
del alma animal.
Aquí no hay Cancelaciones
Es importante recalcar que el alma Divina saludable no
cancela ni anula la existencia de las otras dos almas - la intelectual y la
animal - ni su fe. La fe en la sabiduría de la Torá y la aspiración a conocerla
están incluidas en la creencia en Dios, el dador de la Torá, y así
sucesivamente. En cuanto a la fe en el intelecto humano, nuestros sabios
decían: “Creed que hay sabiduría entre las naciones” (aunque, al mismo tiempo,
“no creáis que hay Torá entre las naciones”). Asimismo, la creencia de una
persona en sí misma y en sus capacidades, que lleva a la auto confianza
(cualidad necesaria para la vida y un pilar fundamental de la salud mental,
como se explica en Jasidut[8]), puede ser
positiva, siempre que la persona sea consciente de la fuente de su éxito; que sepa
que todo lo que posee y todo lo que ha logrado proviene de Dios, “porque es Él
quien te da la fuerza necesaria para el éxito”[9].
Así como ciertas cosas se captan mejor usando una
descripción positiva (es decir, describiendo lo que son), otras necesitan ser
descritas por negación (es decir, describiendo lo que no son).[10] La fe pura
puede captarse principalmente a través del enfoque negador, y si uno quiere intuir
un poco lo que es la fe en Dios, debe despojarse de la esencia de otros credos:
la fe en Dios no es de la misma naturaleza que la fe que se traduce en autoconfianza ni es del mismo tipo que la fe en el
conocimiento científico. La autoconfianza pertenece a las facultades
emocionales (bondad a través de reinado). La fe en la razón (o ciencia), por
supuesto, pertenece a las facultades intelectuales (sabiduría, entendimiento y
conocimiento). Por el contrario, la fe en Dios no se basa ni en el intelecto ni
en las emociones, sino que las trasciende. La fe en Dios reside más arriba, en
las facultades supra conscientes que se encuentran en la corona - en el
verdadero Radla, la Cabeza Incognoscible.
Niveles de Fe en el Alma Divina
En general, según la Cabalá y el Jasidut, en un estado
rectificado, dondequiera que haya elementos múltiples, debe haber inter-inclusión,
hitcalelut (הִתְכַּלְּלוּת), entre ellos. Lo que esto significa es
que cada elemento contiene un aspecto de todos los demás elementos. Para
ilustrar, comencemos con los tres aspectos de la fe dentro del alma Divina:
Como se mencionó,[11] la fe del
alma Divina es la fe en el Dios Uno, Singular y Único, por medio de la soledad
existencial ya comentada. Esa es la esencia de la fe del alma Divina.
El aspecto intelectual de la fe en el alma Divina (el alma
intelectual dentro del alma Divina) es la fe en la Torá. El Zohar dice,[12] “La Torá
surgió de la sabiduría”, oraita mejojmá nafkat (אוֹרָיְתָא מֵחָכְמָה נָפְקַת).
La Torá, como la sabiduría, se revela y progresa, como se afirma en numerosas
ocasiones en el Zohar: “Rabí Shimón abrió…”. En cada generación, el sabio de la
generación abre nuevos canales de abundancia, de una nueva Torá. Por supuesto,
uno no puede comparar la sabiduría de la Torá con ninguna otra sabiduría y, de
la misma manera, uno no puede comparar la fe en la sabiduría de la Torá con la
fe en el intelecto humano y sus logros. Por otro lado, el carácter único de la
Torá radica precisamente en el hecho de que a pesar de que su esencia es
divina, también es absorbida por el intelecto humano. Lo que tienen en común la
fe en la Torá y la fe en la razón es que incluso el judío, desde la perspectiva
de su alma Divina, cree en la sabiduría (la sabiduría de la Torá) y la
persigue, tratando de conocerla.
Volviendo a la fe del alma animal dentro de la fe del alma
Divina, podemos asociarla claramente con un nivel elevado del alma animal
descrita como la sagrada "behemot" (בְּהֵמוֹת).
En el Tania,[13]
este nivel de alma animal se describe como “el animal que precede [al Mundo] de
Emanación”. La fe que está por encima del intelecto es llamada behemot
por el rey David cuando dice:
“Soy un ignorante, no
sé; soy [como] un behemot conTigo. Sin embargo, estoy constantemente conTigo;
Me has tomado de mi mano derecha”[14]
(וַאֲנִי
בַעַר וְלֹא אֵדָע בְּהֵמוֹת הָיִיתִי עִמָּךְ. וַאֲ נִי תָמִיד עִמָּךְ אָחַזְתָּ
בְּיַד יְמִינִי)
El rey David describe su fe como si estuviera siguiendo a
Dios como un behemot [bestia], con el poder de una fe sincera que se
encuentra en las almas de los judíos más simples. En contraste con la
conciencia Divina o la sabiduría de la Torá que se encuentra en las personas de
gran estatura, dentro de cada judío (tan inculto como sea) está grabada una fe
sincera e innata en Dios.
De hecho, el Baal Shem Tov enseñó que, así como uno debe
creer en Dios, que Él está presente aquí, en todas partes y en todo momento,
uno debe creer en cada judío en cada situación en la que se encuentre. La fe en
cada judío es diferente de lo que se conoce como “fe en los justos”, emunat
tzadikim (אֱמוּנַת צַדִּיקִים). Este tipo de fe pertenece a la confianza
depositada en los Tzadikim que tienen almas elevadas y se les conoce
como "la simiente de los hombres".[15] La fe en
cada judío pertenece a cada uno de los judíos, incluso a aquellos con almas más
bajas, la gente común, conocida como "la simiente de las bestias".[16] A un judío
no sólo se le exige que ame a todos los que forman parte del pueblo judío, sino
también que tenga fe en ellos, que crea en la dimensión oculta en cada individuo.
La fe, en general, es lo que capta la dimensión oculta que
es invisible a los ojos; el corolario es, por supuesto, que cuando algo es
visible, no hay necesidad de fe. La fe en sí misma es un secreto, y un secreto
es intrínsecamente incierto. Aun así, la fe nos brinda un sentido interno de
certeza en su existencia y veracidad. Creer en el secreto del prójimo significa
en realidad creer en la parte de Dios que reside en ellos. Es obvio que hay que
creer en el pueblo judío en su conjunto, en el poder de la comunidad, en la
Congregación de Israel. La novedosa propuesta del Baal Shem Tov es la fe
otorgada a cada individuo del pueblo judío, en cada situación en la que se
encuentre. Esto se enlaza fuertemente con la innovación del Baal Shem Tov con
respecto a la Divina Providencia personal (en contraste con anteriores
concepciones de la Providencia de Dios, que limitaba su alcance al mundo en su
conjunto).
Pero es importante enfatizar que la fe en cada miembro
individual del pueblo judío se basa precisamente en el así llamado nivel de behemot
de fe dentro del alma Divina. En efecto, la fe simple del alma Divina en mí
resuena con la misma fe simple que se encuentra dentro del alma Divina de cada
judío. Es esta resonancia la que produce la melodía del “amor a Israel” que une
a todos los judíos. Incluso las personas elevadas reconocen la melodía formada
por la unión de dos almas judías a través de la virtud de la fe simple y se
esfuerzan por conectarse con ella y contribuir a ella.
Así, uno de los fundamentos centrales del Jasidut es la
creencia tripartita del alma Divina en Dios, en la Torá y en cada judío. Este
pilar de la vida jasídica se repite en las palabras citadas con frecuencia del
Zohar: “Tres nudos están entrelazados: Israel, la Torá y el Santo Bendito Es”.[17] Otra cita
muy conocida del Zohar reitera este principio: “Israel, la Torá y el Santo
Bendito Es son todos uno”.[18] Ambas
citas se refieren a la inter-inclusión de las marcas de fe del alma intelectual
y animal dentro del alma Divina: la fe del alma Divina en Dios, la fe del alma
intelectual en la Torá, y la fe del alma animal en cada judío, en cualquier
estado en que se encuentre.
Niveles de Fe en el Alma Intelectual
¿Cuáles son las tres formas de fe inter-incluidas que se
encuentran en el alma intelectual?
Una suposición obvia es que cada facultad o atributo que
existe conscientemente en el alma debe originarse en la parte supra-consciente
del alma. Por ejemplo, la inteligencia aparece en la mente como un relámpago
que emana de un cielo oscuro y golpea el suelo (el cielo oscuro representa la
super-conciencia y el suelo nuestra conciencia).
La mayoría de los físicos de hoy entienden que para que
exista el Universo, debe haber algo de conciencia. Lo que queda por investigar
es si esta conciencia es la del individuo que observa un fenómeno específico,
si es la conciencia colectiva de la humanidad como un todo, o si es una
conciencia totalmente abstracta. Cuanto más reconozcamos que la conciencia en
cuestión es en realidad la conciencia del Creador, más claro tendremos que los
objetos existen incluso antes de que una conciencia particular llegue a
saberlo. O como dice la Torá: “En el principio, Dios creó los cielos y la
tierra”, revela que las leyes de la naturaleza tienen una existencia
independiente, seamos o no conscientes de ellas.
Todo científico quiere descubrir más y más conocimiento. Sin
embargo, más allá de todo el conocimiento que se puede descubrir, existe sin
duda un tesoro infinito de conocimiento que aún se puede descubrir. Llamemos a
este tesoro la “inconsciencia de la consciencia general del Universo”. Quien
reconoce este manantial infinito de conocimiento se ha sintonizado con la
inteligencia del Universo. Creer en la inteligencia del Universo está muy cerca
de creer en Dios, una correlación que queda plasmada en la famosa equivalencia
numérica (guematria) de la palabra hebrea para “la naturaleza”, hateva
(הַטֶּבַע)
y el Nombre de Dios, Elokim (אֱ-לֹהִים).
Esta creencia es definitivamente compartida tanto por judíos
como por no judíos. Incluso el Faraón, el rey de Egipto, creía en Elokim
(nuevamente, equivalente a “la naturaleza”), pero no creía en el Nombre
esencial de Dios, Havaiá, como dice: “No reconozco a Havaiá”.[19] El Faraón
no reconoció a Havaiá porque este conocimiento es exclusivo del pueblo
judío que dice dos veces al día: "Escucha, oh Israel, Havaiá es
nuestro Dios, Havaiá es uno".[20] Aun así,
la creencia en la inteligencia del Universo constituye la inter-inclusión del
alma Divina dentro de la fe del alma Intelectual.
Sin embargo, hay quienes, aunque no creen en esta
inteligencia Universal pero sí creen en la veracidad de nuestro conocimiento actual,
el conocimiento recopilado hoy por científicos, médicos, etc. Un individuo así
no necesariamente niega que el Universo sea inteligente y que el conocimiento
que podemos recopilar sea ilimitado, pero todo lo que está más allá de lo que
sabemos actualmente se considera irrelevante. Tal es el aspecto esencial de la
fe intelectual ejercida por el alma intelectual.
Por último, están aquellos que creen en las suposiciones y
convenciones de la cultura en la que viven. El individuo con este aspecto de fe
intelectual, construye su vida en base a la fe en la moral existente dictada
por la cultura. Lo principal para él en la vida es ser un servidor de la
sociedad y la cultura. Invierte toda su fe en vivir de acuerdo con sus
semejantes y ser aceptado por la sociedad. Él cree que esta moralidad es la
verdad y que no hay nada superior a ella. La fe de esta naturaleza constituye
la inter-inclusión del alma animal en la fe del alma intelectual.
Niveles de Fe en el Alma Animal
Así como hemos visto los tres aspectos de la fe del alma
Divina y la fe del alma intelectual que representa su inter-inclusión con cada
una de las otras almas, podemos identificar tres aspectos distintos de la fe en
el alma animal.
La ley judía distingue entre los animales domésticos más
toscos, como el buey, y los más delicados, como las cabras y las ovejas.
Entonces, primero, consideremos a aquellas personas con un alma animal más
refinada, que se asemejan a los animales más delicados. Estos individuos creerán
en su capacidad para acceder a poderes superiores, guías espirituales y
mentores extraterrestres, etc.; tienen una fuerte creencia en la existencia de
lo sobrenatural. Aunque estos poderes aparentemente trascienden el intelecto de
esta persona, él o ella los considerará parte de sí mismos. Lo consideran como
la dimensión superintelectual de su personalidad. Tales individuos creen que
tienen una conexión superintelectual de la extraen inspiración, y según la cual
viven sus vidas. Esta es la corona de la fe del alma animal, o la inter-inclusión
del alma Divina dentro de la fe del alma animal.
Un segundo tipo de individuo pone su fe en su propia
sabiduría y en su capacidad para triunfar gracias a su virtud. Él cree que con
su sabiduría puede lograr todo lo que quiere en la vida. Cuando una persona
cree en su propio intelecto, no procede del alma intelectual sino del alma
animal; identifica su intelecto consigo mismo y cree en sí mismo. No se anula
ante nadie que sea más sabio que él. Este es puro ego procedente del alma
animal, pero el objeto de la fe del ego es su propio intelecto.
Por último, hay una persona cuya fe está en su cuerpo. Esto
no se refiere solo a su cuerpo físico y su fuerza o habilidades físicas (aunque
existen tales individuos; piense en una estrella del fútbol tipo quarterback),
sino también a su carácter y fortalezas emocionales. Esta es la fe esencial del
alma animal, descrita en la Torá como fe en, “mi fuerza y el poder de mi mano”.[21]
En conclusión, incluso en el alma animal, hay una
integración de los tres aspectos de la fe - fe en los poderes supra-conscientes
propios, fe en el intelecto propio y fe en el cuerpo y las emociones propias.
Resumamos todo lo que hemos visto en un gráfico:
|
Aspecto divino |
Aspecto intelectual |
Aspecto animal |
del alma divina |
Fe absoluta en Dios como Uno,
Singular y Único |
Fe en la Torá |
Fe en lo que está por encima del
intelecto y la razón. Fe en un judío |
del alma intelectual |
Fe en una fuente de conocimiento
incognoscible, universal e infinita |
Fe en el conocimiento actual |
La fe en la cultura humana |
de alma animal |
Fe en lo espiritual y
sobrenatural |
Fe en las propias capacidades
intelectuales |
Fe en los rasgos emocionales y
el carácter propio |
[1] Caps. 1
y 2
[2] Likutei
Torá Vaikra 43c y sig.
[3] Eclesiastés
7:14.
[4] Véase
la primera parte de esta serie
[5] Génesis
21:12. Véase Nedarim 31a, “‘En Itzjak [parte de Itzjak] y no todo ‘Itzjak”,
porque solo Iaacov y sus descendientes llevan el nombre de Abraham.
[6] Consulte
la primera parte de esta serie para obtener más información sobre la soledad
existencial.
[7] Deuteronomio
8:18
[8]Veáse Klalei
Hajinuj VeHaHadrajá de Rabi Iosef Itzjak Schneersohn, Addendum al Sefer
HaSijot 5703, cap. 10.
[9] Deuteronomio
8:17
[10] El
conocimiento por negación cuando se relaciona con lo Divino se llama teología
apofática. Maimónides y la literatura Zohárica utilizan este tipo de
descripción, cuando dicen que “Dios es sabio, pero no con la sabiduría de la
que somos conscientes”.
[11] En la
parte 1 de esta serie.
[12] Zohar 2:85a.
[13] Cáp. 46
[14] Salmos
73:22-23
[15] Jeremias
31:26
[16] Ibid
[17] Veáse Zohar
3:73a
[18] Zohar 1:24a,
2:60a; Tania cáp. 3.
[19] Éxodo
5:2
[20] Deuteronomio
6:4
[21] Deuteronomio
8:17
Pirkei Avot 5:17:
LA CONTROVERSIA
PERMANENTE
Cualquier disputa que sea en
aras del Cielo está destinada a perdurar; una que no es en aras del Cielo no
está destinado a perdurar. ¿Cuál disputa es en aras del Cielo? La disputa entre
Hilel y Shamai. ¿Qué disputa no es en aras del Cielo? La disputa de Koraj y todos
sus compañeros.
De nuestra mishná, parece que la disputa es positiva,
como explica Rabeinu Iona: “La intención es que la disputa exista para siempre,
hoy disputarán sobre una cosa y mañana sobre otra… y además, la duración de los
días y los años de vida. les añadirán.” Rabeinu Iona se refiere a una disputa “en
aras del Cielo”. Por otro lado, una disputa que no es por causa del Cielo no
durará, porque cuando surja la primera disputa, los dos lados se separarán y la
conexión entre ellos terminará. Además, según una de las versiones,[1] nuestra mishná
está conectada con la mishná anterior, "un amor que no depende
de algo nunca cesa".[2] Según esto,
parece que una disputa en aras del cielo es paralela al amor que nunca cesa.
Pero, ¿cómo entonces, puede existir esta disputa para siempre? ¡En una disputa,
una de las partes está equivocada!
Si las
partes en una disputa están debatiendo “en aras del Cielo”, su disputa es para
revelar el Nombre de Dios, que es más elevado que ambos lados de la disputa.
Por lo tanto, ambos lados de la disputa en aras del Cielo tienen una base
verdadera. Esto es cierto, por ejemplo, con respecto a la disputa existencial
entre lo material y lo espiritual: así como Dios no es material, Dios no lo permita,
tampoco es 'espiritual' (porque cualquier definición como esta es limitante).
Por lo tanto, Él está por encima de la disputa, lo que hace posible que ambas
partes mantengan sus posiciones.
Esto es
cierto para cualquier disputa en aras del Cielo: “Estas y aquellas son palabras
del Dios Viviente”[3].
Para Dios, puede haber muchas respuestas y todas pueden ser verdad. Al expresar
sus diferentes opiniones, las partes en la disputa revelan los diferentes
'aspectos' de Dios, por así decirlo, hasta que "Por esto y por aquello
será alabado Dios"[4]. Por lo
tanto, su disputa puede perdurar, porque cuanto más discrepan, más se revela y
se alaba a Dios.
El
problema comienza cuando un lado (al menos) no intenta reflejar la palabra de
Dios como es Arriba. Desde esta posición, la persona se desconecta de Dios.
Este tipo de disputa no perdurará. El camino del mundo es que una disputa que
no es en aras del Cielo destruirá a todas las partes que participan en ella.
Esta es la razón por la que el ejemplo en nuestra mishná de una disputa
que no es en aras del Cielo es la disputa de “Koraj y su compañía” y no
“Koraj y Moisés”. Moisés no era parte de la disputa en absoluto. En cambio, Koraj
creó cierta imagen de Moisés, que discutió. Como dijo el Rebe Najman de Breslev
sobre aquellos que se le opusieron: “No tienen ninguna disputa conmigo en
absoluto. Cuestionan a la persona que han evocado en su imaginación. Y ciertamente
es digno de oponerse a ese tipo de persona (la proyección imaginaria que le
crearon los adversarios).”[5]
[1] Midrash Shmuel.
[2] Pirkei Avot 5:16.
[3] Eruvin 13b; Guitin 6b.
[4] Sotá 40a.
[5] Sijot
HaRa”N 182.
Torá y
Ciencia: Psicología
Pirkei
Avot
LA DIGNIDAD HUMANA
רַבִּי אֶלְעָזָר הַקַּפָּר אוֹמֵר, הַקִּנְאָה וְהַתַּאֲוָה
וְהַכָּבוֹד מוֹצִיאִין אֶת הָאָדָם מִן הָעוֹלָם.
“Rabí
Eleazar Hakapar dijo, la envidia, la lujuria y el afán de honores sacan a la persona de este mundo.”
(Pirkei Avot, Capítulo 4 Mishná 21)
La envidia,
la lujuria y el honor son las raíces de los pecados. La envidia pertenece principalmente a la
dimensión conductual, 'mutvá'
en el alma, correspondiente a
las sefirot de eternidad-esplendor-fundamento. La lujuria pertenece a la dimensión 'emocional', “murgash”, bondad-poder-belleza. El honor pertenece al ámbito de los atributos
intelectuales, del alma, “muscal”, sabiduría-entendimiento-conocimiento.
Hajnaá-Havdalá-Hamtaká
En la
psicología Jasídica que nos enseña el Baal Shem Tov Baal Shem Tov, se explica
que todo proceso evolutivo de refinamiento personal consta de 3 etapas.
La envidia,
la lujuria y el honor
son el "lado opuesto" del orden de la rectificación fundamental de "sumisión, separación
y dulcificación",
con un orden inverso al que
figura en nuestra mishná:
El atributo
de hajnaá, sumisión es no tener envidia en absoluto, por cuanto que 'no merezco nada' y tengo que sentirme “rico por ser
feliz con mi porción” que Dios me ha dado como regalo.
En havdalá
nos separamos de
todos los malos deseos (procedentes del alma animal) y nos enfocamos en que "los deseos de los justos son sólo buenos".
La
dulcificación corresponde a la rectificación de la búsqueda de honores. El orgulloso persigue su honor propio e ilusorio (y entonces “el honor huye de él”), pero realmente "cada
hombre necesita disminuir su propio honor y aumentar el honor de Dios", reconociendo que "la corona y el
honor son del que Vive por
Siempre" (el honor en
pertenece esencialmente
a Dios y para el
hombre hay una
extensión de ese honor).
Disminuir
del honor sí mismo es entregar el honor a Dios
(para devolver la extensión
a la Esencia), y así el
'honor del hombre' se
endulza al ser parte del honor de Dios, porque "todo lo que Dios Todopoderoso a creado en su mundo no fue
creado sino para Su
honor”, y en esto cumple “Dale de lo Suyo
[el honor que es suyo] porque tú y lo tuyo es suyo”
(y así “el hombre huye
del honor y el honor lo persigue”) Disminuir su propio
honor" es la sumisión en la dulcificación, y "aumentar el honor del cielo" es la dulcificación misma.
Después del orden
de sumisión-separación-dulcificación viene otra sumisión, como un nivel superior proveniente justamente
de la dulcificación primera, un grado más elevado de entrega de uno mismo. En nuestro caso, cuanto más haya un honor verdadero más se somete
la persona cuando otorga el
honor a Dios. Además, después de la rectificación de la envidia, la lujuria y el honor, viene otra
etapa de envidia buena y refinada: como "los celos de los escribas aumentan la sabiduría", porque cada uno trata de emular a
los que más saben, y un
“espíritu de celo" sagrado
(espíritu de pureza) como los celos de Pinjás y Eliahu en aras del cielo
Los Tres Pecados Capitales
La envidia,
la lujuria y el honor pertenecen a las tres ofensas más graves: los celos son
la raíz de shfijut
damim, el derramamiento de sangre; la lujuria es la raíz de guilui araiot, el adulterio, por supuesto; el honor es la raíz de la avodá zará,
la idolatría (que toma el honor del "Rey Honorable").
Incluso en esto, la corrección está en el proceso de sometimiento-separación-dulcificación: la tendencia al
derramamiento de sangre debe ser completamente dominada, extremar la precaución
de no dañar a nadie en absoluto (como el que avergüenza a su amigo en público que es un derramamiento de sangre). En el caso de la inclinación al adulterio
se debe hacer una separación,
entre los malos deseos
prohibidos y entre el
amor entre un hombre y su esposa, "Encontró una esposa, encontró el bien",
"El deseo de los justos
es sólo bueno". El impulso de la idolatría (el honor) ya lo
anularon los sabios al comienzo del período del Segundo Templo, es decir, lo
convirtieron completamente en el servicio a Dios (y por lo tanto ya no hay un 'instinto'
que nos lleve impulse a alejarnos de Dios tras una idolatría) la dulcificación.
LECTURA TORÁ ROSH JODESH TAMUZ 5783
El Mashíaj en un Burro de Mil Colores - El Mesías en la Materia
Es tu decisión qué hacer con
ellas.
Mes de Tamuz
COMBINACIÓN DEL NOMBRE HAVAIA DEL MES DE TAMUZ
Rosh Jodesh Tamuz son dos días, comienza el 30 de Siván.
El nombre se relaciona con la palabra נמס, namés, “derretir”, disuelto por el calor y la sequedad y el fuego. El mes del calor, para lo sagrado y para la idolatría:
(Iejezkel 8:14) “Y me llevó a la
entrada del portal de la Casa de Havaiá, que está hacia el norte; y allí las
mujeres se sientan llorando a Tamuz”.
וַיָּבֵא אֹתִי אֶל פֶּתַח שַׁעַר בֵּית יְהוָ’ה אֲשֶׁר
אֶל הַצָּפוֹנָה, וְהִנֵּה שָׁם הַנָּשִׁים ישְׁבוֹת מְבַכּוֹת אֶת הַתַּמּוּז“
Tamuz era el ídolo de la
fertilidad y el crecimiento de la vegetación en Babilonia y Asiria, y el mes
del verano y lo superficial. Su rectificación: el calor por el servicio a
Hashem repara la idolatría del mes de Tamuz, un mes carente de toda festividad,
y en el futuro vendrá Hashem y hará una gran fiesta en este mes, la festividad
de la anulación del Becerro de oro y el Árbol del conocimiento del Bien y el
Mal y la Serpiente primigenia, y el duelo del 17 de Tamuz se transformará en un
día de alegría y fiesta, de bien y luz.
La combinación del Nombre de
Havaiá que ilumina en el mes de Tamuz, para meditar en la plegaria de Musaf
de shajarit de rosh Jodesh Tamuz es:
ה-ו-ה-“י, que surge de las letras finales de las
palabras ze eineni shavé li, de Meguilat Ester 5:13:
“Pero todo esto no tiene valor
para mí, todo el tiempo que veo a Mordejai el judío, sentado en el portal del
rey”.
“וְכָל זֶה אֵינֶנּוּ
שׁוֶֹה לִי בְּכָל עֵת אֲשֶׁר אֲנִי רֹאֶה אֶת מָרְדֳּכַי הַיְּהוּדִי יוֹשֵׁב
בְּשַׁעַר הַמֶּלֶךְ“
Dicho por Hamán, es un verso que
muestra la rectificación de la envidia y la codicia, y también de las
características del mes en que las letras femeninas (letras finales de
palabras) que anteceden a las letras masculinas, aludiendo a que los
recipientes, keilim, anteceden a las luces, orot.
FECHAS DESTACADAS EN TAMUZ
2 Tamuz – Iorzeit del Rebe Najman
de Horodonka
3 Tamuz – Iorzeit del Lubavitcher
Rebe
9 Tamuz – Iorzeit Del Shefa Jaim,
Rabi Iekutiel Iehuda de Sanz-Kloisenberg (5754/1994)
12 Tamuz – nacimiento del 6th Lubavitcher
Rebe, Rabi Iosef Itzjak (5640/1880)
13 Tamuz – Liberación del
Lubavitcher Rebe anterior
15 Tamuz – Iorzeit del Or Hajaim,
Rabi Jaim ben Atar (5503/1743)
17 Tamuz – Ayuno y comienzo de las
Tres Semanas
22 Tamuz – Iorzeit del Rebe Shlomo
de Carlin
23 Tamuz – Iorzeit of Rabi Moshé Cordovero, el Ramak
ENCUENTRA TU MAZAL
Jodesh tov.
Encuentra tu mazal, encuentra tu sefirá, aquello para lo que has
venido y te pertenece, por lo que darías la vida y trabajarías gratis.
Aquello por lo que no tienes temor de mostrarle a todo el mundo y que es
tu bandera, tu estandarte.
Aquello que puedes compartir con los demás y trabajar junto con los
demás sin temor a perderlo.
Aquél o aquella de quien no deseas nada y le darías todo, incluso tu
vida para que viva. Y quizás es tu opuesto por fuera, pero encajan
perfectamente.
Aquello de lo que te enorgulleces y sientes pertenencia, y con humildad
sabes que lo recibiste y no lo has hecho. No es tu mérito, pero es tuyo.
Ese es tu mazal, tu destino y de allí proviene tu felicidad y tu
riqueza material y espiritual.
Jodesh Tov
https://galeinai.org/calendario-hebreo/el-mes-de-tamuz/
Jasidut
con Gal Einai
PARASHÁ KORAJ Y 3 TAMUZ EL
REBE 5783
con el
Rabino Jaim Frim
Todos los comentarios de Torá intentan explicar qué es
exactamente lo que tomó Koraj. Los comentarios basados en la gramática explican que el verbo לקח, lakaj,
“tomó”, de la raíz ויקח, vaikaj, “y tomó”, también significa morir, como en el verso, כי לקח אותו
אלהים, “Ki lakaj otó Elokim / Porque lo tomó Di-s”. [Bereshit/Génesis
5:24] En base a esto podemos explicar que Koraj se suicidó, tenía pensamientos
suicidas y conscientemente o subconscientemente estaba buscando la muerte, y
por cierto la encontró.
Los cabalistas dicen que el alma-raíz de Koraj está en
el alma de Caín, a diferencia de Moshé que está conectada principalmente a
Hevel. El conflicto que instigó Koraj con Moshé es básicamente una “repetición”
de lo acontecido con Caín, quien estaba celoso de Hevel. [קין, Cain del
concepto קנאה, kiná, “envidia”] Esta vez, sin embargo, el guion es diferente:
el suelo no abrió la boca para cubrir la sangre de Hevel, en cambio se tragó a
Koraj-Cain.
Caín también tenía una propensión a la depresión, como
vemos en las palabras de Di-s hacia él: “¿Por qué te enojas, y por qué ha
decaído tu semblante?” La depresión comienza cuando uno se siente insatisfecho
con lo que tiene y está celoso de lo que otra persona tiene. Esta falta de
alegría interna lo lleva a la depresión y a pensamientos suicidas.
A diferencia de Koraj, “Moshé se alegrará con la
porción que se le dio”, como los versículos con los que abre el Zohar la
parashá Koraj: “Más deseable que el oro y el oro fino y más dulce que la miel y
los panales”. [Tehilim/Salmos 19:11] “Cuán excelsas son las palabras de la
Torá, cuán queridas son, deseables en lo Alto, deseables para todos”. Koraj es
un hombre extremadamente rico, tiene oro y oro fino. También sabe hablar: su
lengua gotea con miel y panales.
58. LA DIGNIDAD HUMANA, EL MÉDICO, EL ENFERMO Y LA CURACIÓN
https://youtu.be/xEP45ndU5kg?list=TLPQMTgwNjIwMjMIgqzzkdyOug
Capítulo 192: Los Enfermos, los Médicos y las
Curaciones
1 [En el Talmud, Shabat 32a, encontramos lo siguiente:]
Dijo Rav Itzjak, el hijo de Rav Iehudá: La persona siempre debe solicitar la misericordia [Divina] para no enfermar, pues de enfermarse le dicen: Presenta [tu] mérito, y serás absuelto.
Dijo Mar Ukvá: ¿De qué versículo [se infiere esto]? [De Deuteronomio 22:8:] “Cuando caiga el que cae de él”. [Aunque “de él” alude al techo de la vivienda, Mar Ukvá lo interpreta como una alusión al hombre mismo:] de él mismo se deben aportar las pruebas; es decir, dado que cae [enfermo], deben hallarse méritos en él mismo y en sus actos.
EL AMOR A LA TIERRA DE ISRAEL
El Mashíaj llegará cuando rectifiquemos todo lo que sucedió en el pasado, incluyendo las historias más tristes, como el Pecado de los Espías.
HAZ TUS CÁLCULOS
Dios nos dio la Torá completa con los cálculos matemáticos de cada letra. Quiso que nosotros hagamos esos cálculos, porque son literalmente parte de la Torá.
LA TORÁ ES LUZ
La Torá es luz. Los preceptos proveen los recipientes necesarios para que la luz brille en este mundo. Recipientes fuertes contienen una luz brillante.
DESDE EL CORAZÓN DE DIOS
Cuando sentimos que Dios nos da todo desde Su corazón, entonces va a entrar en nuestros corazones y producirá el efecto deseado. Esta es la máxima intención de Dios.
¿QUIÉN CURÓ AL PACIENTE?
El 18 de Sivan fue el Iorzait del Saba Kadisha de Radoshitz, de bendita memoria
Encendamos una vela, leamos un capítulo de los Salmos y estudiemos Torá para su alma y hablará cosas buenas en el Cielo especialmente a su descendencia📚📖🕯️🪔
Esta es una historia maravillosa de cómo una persona enferma fue sanada por su oración.
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Hilula del abuelo Sagrado de Radoshitz
Buscaron explicaciones para explicar el milagro y ni por un momento no se les ocurrió que Di-s simplemente escuchó sus oraciones y sanó al paciente, porque sólo Él es el Sanador de toda carne. En lugar de creer en Di-s creían que su salvación era gracias al gran médico y al poder del Ángel Rafael.
El abuelo Sagrado Rabi Issajar Dov Ber de Radoshitz (falleció el 18 de Sivan 5603-1843) en sus primeros años fue un tzadik oculto.
Era muy pobre y desnutrido. Como era un seguidor de los tzadikim de esa generación, recorría los caminos y caminaba a pie durante días e incluso semanas para poder estar a la sombra de los justos de la generación.
En una ocasión rabi Dov Ber caminaba hacia su maestro y rabino "El Vidente" de Lublin. Estaba débil por el largo viaje y cuando vio que pasaba un carro con judíos les pidió que lo llevaran.
En el carro yacía un miembro de su familia que estaba gravemente enfermo. Le dijeron que el médico local ya había perdido la esperanza de curarlo y lo envió a un reconocido profesor en la gran ciudad de Lublin, esperando que allí tuvieran éxito.
El Rebe se acercó al paciente y tomó su mano "¿Te duele aquí?", le preguntó y el paciente negó con la cabeza. En efecto, antes su mano también le dolía como el resto de su cuerpo, pero tan pronto como el justo tocó su mano ya le dejó de doler.
El rabino se movió para tocar su otra mano: "¿Te duele aquí?", preguntó, y el paciente respondió negativamente, ambas manos ya no le dolían.
Los familiares del paciente estaban muy enojados y comenzaron a gritarle al Rebe que se mantuviera alejado: "¡Es muy peligroso, los médicos dicen que no hay que tocarlo!"
Pero el Rebe de Radoshitz no escuchó sus llamados y le tocó la cabeza y los hombros hasta que el paciente se curó por completo. El hombre se sentó en su cama y pidió comer y beber... ya recuperado tenía hambre y sed.
Los miembros de la familia no sabían que rabi Dov Ber era un alma especial. Hacía unos instantes la persona estaba gravemente enferma y ahora estaba sana.
El viaje al médico ya se había vuelto innecesario, por lo que detuvieron el carro y empezaron a hablar del interesante caso, qué hizo realmente que el paciente mejorara así de repente.
Después de mucha deliberación encontraron la explicación... Se sabe que todo médico va acompañado de un ángel que ayuda a sanar a los enfermos, y el médico de más antigüedad va acompañado del mismo ángel Rafael. Entonces, explicaron, íbamos camino al médico más experto y resulta que el ángel Rafael también llega a las personas que solo van camino al médico.
De cualquier manera, a ninguno de ellos les pasó por la cabeza que el hombre desconocido que se subió al carro y tocó al paciente era el responsable del gran milagro que se produjo allí.
Más tarde, el mismo rabino de Radoshitz relató el incidente y dijo que las personas estaban buscando explicaciones para explicar el milagro y en ningún momento se les ocurrió que Di-s simplemente escuchó sus oraciones y sanó al paciente, porque solo Él sana toda carne. En vez de creer en Di-s adjudicaron su salvación al médico especialista y el poder acompañante del Ángel Rafael.
TÓPICOS EN EL PENSAMIENTO MÍSTICO JUDÍO
EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA CABALÁ
PARTE 1 - La “Tradición recibida”
La palabra hebrea קבלה, Cabalá se ha convertido en el término estándar utilizado para referirse a la amplia gama de pensamientos y prácticas místicas reveladas y transmitidas como parte de nuestra tradición judía. El uso popular de este término, como veremos, se remonta aproximadamente a 800 años.
Antes de eso las enseñanzas místicas del judaísmo eran conocidas con otros nombres. Por ejemplo, en el Talmud, encontramos:
- o Sitrei Torá, "Misterios de la Torá"
- o Ta'amei Torá, "Razones de la Torá"
- o Maase Bereshit, "Obra de la Creación"
- o Maase Merkavá, "Obra de la Carroza"
En fuentes post-talmúdicas, encontramos la tradición esotérica referida como:
- o Jojmá Penimit, "Sabiduría interior"
- o Jojmat Ha'Emet, "Sabiduría de la Verdad"
- o Jojmá Nistará, "Sabiduría de lo Oculto"
- o Sod, "secreto"
Entonces, ¿a qué podemos atribuir la persistente popularidad de la Cabalá, una palabra que suena bastante monótona al lado de estas expresiones más sugerentes?
Generalmente el término Cabalá se traduce como "Tradición Recibida". En este sentido la Cabalá transmite la continuidad de una tradición que se ha transmitido de generación en generación.
Sin duda la transmisión del conocimiento místico es fundamental para el significado de la palabra Cabalá, pero existen muchas otras connotaciones asociadas con su raíz hebrea k-b-l (pronunciado: kabel; deletreado: kuf-beit-lamed), además de las más comunes "receptividad/aceptación". De hecho, la raíz hebrea de Cabalá ק-ב-ל, k-b-l, aparece en la Biblia quince veces con varios significados: (además de como aparece la raíz en las secciones arameas de la Biblia).
En cada una de las tres partes de la Biblia: la Torá (los Cinco Libros de Moisés), los Profetas y los Escritos - la raíz kbl posee un significado independiente:
o En la Torá (2 apariciones), significa "correspondencia",
o en los Profetas (2 apariciones) significa "oposición",
o y en los Escritos (11 apariciones), significa "receptividad/aceptación".
Como el significado de "oposición" está íntimamente relacionado con el de "correspondencia" (ambos implican entidades situadas cara a cara, una frente o "contra" la otra), las consideraremos como una sola y entonces veremos cómo las dos connotaciones básicas de la raíz k-b-l - "correspondencia" y "receptividad/aceptación" - transmiten la esencia y el propósito de la tradición cabalística.
Del libro “Qué tiene que saber de Cabalá”
Del rabino Itzjak Ginsburgh
PARTE 2 - Cabalá como "Correspondencia"
Aunque la raíz hebrea k-b-l (pronunciada: kabel; deletreada: kuf-beit-lamed) aparece quince veces en la Biblia, su aparición en los Cinco Libros de Moisés se limita a dos versículos en Éxodo. Ambos versículos se refieren al tapiz que colgaba sobre el Tabernáculo portátil, conocido como "Tienda de Reunión", en el cual, en el Sagrado de los Sagrados, se albergaba el Arca de la Alianza.
Este tapiz constaba de dos paneles largos, cada uno con cincuenta lazos a lo largo de su borde. Los paneles se unían acoplando los lazos con broches dorados. La Torá describe estos bucles como makbilot, "correspondientes o paralelos", entre sí, introduciendo así la primera aparición de la raíz k-b-l.
El primer versículo, en el que Dios instruye a Moisés con respecto a los detalles del techo de pieles del santuario del desierto, dice:
Cincuenta lazadas harás en la primera cortina, y cincuenta lazadas harás en la orilla de la cortina que está en el segundo ensamblaje; las lazadas se corresponderán [es decir, serán paralelas, makbilot, de la raíz k-b-l] entre sí [lit. (como) una mujer hacia su hermana].
El segundo versículo, que describe la ejecución de Moisés de este detalle, dice:
Cincuenta lazadas harás en una cortina, y cincuenta lazadas harás en el borde de la cortina que está en el segundo ensamblaje, correspondiendo las lazadas [de la raíz k-b-l] una a una
Así vemos que el significado original de la raíz k-b-l en la Torá implica correspondencia y complemento.
En la medida en que la primera aparición de cualquier raíz en la Torá represente su origen conceptual (o en términos cabalísticos, su "corona"), comprender este uso de la raíz y su contexto nos ayudará a apreciar otras connotaciones de la palabra Cabalá y arrojará luz sobre por qué ha llegado a denominar la tradición mística judía.
El Tabernáculo, que fue construido para ser una "Tienda de Reunión" entre Dios y el pueblo de Israel, incorporó muchos motivos simétricos y elementos correspondientes. El ejemplo más significativo de correspondencia fue el de los dos querubines de oro esculpidos encima del Arca de la Alianza que se encontraba en el santuario interior del Tabernáculo, el Sagrado de Sagrados. Al dictar su diseño y disposición, Dios le dice a Moisés:
… y sus rostros, uno hacia el otro [lit., (como) un hombre hacia su hermano]
(Aunque la raíz k-b-l no aparece aquí en el texto hebreo, sí aparece en la versión aramea del Targum).
Mientras que la expresión "[como] un hombre hacia su hermano" aparentemente implica que los jerubim - querubines eran varones (ya que el singular de jerubim, jerub, es un sustantivo masculino, gramaticalmente, la expresión debe leerse en tiempo masculino), las fuentes rabínicas los representan como hombre y mujer, símbolos de la relación esponsal entre Dios e Israel. La Tienda del Encuentro en sí misma representa un dosel nupcial, un lugar donde Dios podría estar en comunicación con Su amado pueblo. Esta unión, como relata el Libro del Éxodo, tomó la forma de mensajes que emanaban "de entre los querubines sobre el Arca del Testimonio".
La correspondencia entre Dios e Israel manifestada en el corazón del Tabernáculo sirvió para promover la transmisión de la fuerza vital Divina a través de la creación. Esto se debe a que Dios e Israel son los prototipos de cada "transmisor" (mashpia) y "receptor" (mekabel). Cuando los canales de comunicación entre ellos estaban abiertos y activos, toda la creación se beneficiaba.
Al aparecer como masculino y femenino, los jerubim aluden a la identificación cabalística de transmisor y receptor como las fuerzas masculina y femenina que operan dentro de la realidad. Por lo tanto, cada hombre y mujer tiene el poder de emular la simetría de los querubines y, a través de su correspondencia, afectar la medida en que la fuerza de vida Divina encuentra su camino hacia el mundo.
Así encontramos que el Tabernáculo estaba dotado de una correspondencia "interior" -expresada por los querubines en el Sagrado de Sagrados - y una "exterior", reflejada en las "lazadas correspondientes" que conectaban los dos paneles de su voladizo. En la medida en que la Cabalá identifica la realidad interna como inherentemente "masculina" y la realidad externa como "femenina", no sorprende que los querubines se describan en términos masculinos, "[como] un hombre hacia su hermano", mientras que las lazadas se describen en términos femeninos. términos, "[como] una mujer hacia su hermana" (nuevamente, esta es una necesidad gramatical, ya que la palabra para "lazada" en hebreo es femenina).
Sorprendentemente, el valor numérico combinado de "un hombre hacia su hermano" y "una mujer hacia su hermana" (1118) es idéntico al de la declaración por excelencia del judaísmo: "Escucha, oh Israel, Dios es nuestro Dios, Dios es Uno." Al establecer correspondencias uno a uno tanto en el modo masculino como en el femenino, uno llega a experimentar la unidad subyacente que prevalece en toda la realidad: "Dios es uno". Este es el objetivo final de la Cabalá.
Como disciplina que ilustra las múltiples correspondencias entre los niveles de la realidad y señala la unidad esencial de la creación y la raíz Divina de la que deriva, la Cabalá merece su nombre.
SEIS COSAS QUE ACLARAR
Hay seis cosas que uno debe aclarar: ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde estoy yendo? ¿Quién me puso aquí? ¿Para qué?
Las seis letras de la primera palabra de la Torá “En el principio” (בראשית, Bereshit), se dividen en dos palabras de tres letras cada una, “Creó seis” (ברא, bará, “creó”, שית, shit, “seis” en arameo). La raíz “crear” en hebreo (ברא, bará) significa también “aclarar”.
Entonces, la primera palabra de la Torá, su primera instrucción al hombre (Torá significa instrucción, cada uno de sus palabras es una instrucción para nosotros), puede ser leída como “Clarifica seis” (esta primera palabra de seis letras puede ser leída como “clarificó” en tiempo pasado o simplemente “clarifica”, en imperativo). Este es “En el principio” de nuestro servicio Divino. Lo primero que debemos hacer, para servir de la mejor manera a nuestro Creador y ser productivos en la vida es aclarar los seis interrogantes fundamentales que formulamos aquí arriba.
El proceso completo de clarificación toma toda una vida, pero las ideas centrales, las respuestas concretas a las seis preguntas pueden ser respondidas en pocas palabras:
¿Quién soy? Si eres judío, la respuesta es “yo soy un judío”. Judío es quien pertenece al pueblo elegido por Dios para traer la luz al mundo. Si no eres judío, la respuesta es “Soy un ser humano inteligente”. Todos los seres humanos son creados y se les da la inteligencia necesaria para hacer su parte en la rectificación de la realidad. Al definir la función del judío y del no judío en el orden del mundo ya comenzamos a tratar la última pregunta ¿por qué? Es evidente que la respuesta dada aquí es genérica. Lo que toma toda una vida es contestar el interrogante individual para cada individuo (y lo mismo es con respecto a los siguientes interrogantes).
¿Dónde estoy? En el más bajo de los mundos creados, el mundo llamado “alma de shikra”, “el mundo de la mentira”, un mundo ciego a la realidad Divina lleno de pecado y corrupción, alejado de Dios.
¿De dónde vengo? De la nada (la nada primordial anterior a la creación)
¿A dónde estoy yendo? A todo (el Mundo por Venir)
¿Quién me puso aquí? El Creador, el Dios uno y único.
¿Para qué? Para que conozca y me una a Dios cumpliendo Su voluntad en este el más bajo de los mundos. Para que cree una morada para Él aquí abajo. ¿Pero por qué Él necesita que lo conozca y por qué necesita una morada aquí abajo? Sólo Dios lo sabe.
El estudiante astuto de Cabalá notará que cada uno de estas seis preguntas y respuestas nos habla acerca de una de las sefirot supremas en particular: ¿Quién soy?: fundamento (יסוד, iesod). ¿Dónde estoy?: reinado (מלכות, maljut). ¿De dónde vengo?: sabiduría (חכמה, jojmá). ¿A dónde estoy yendo?: entendimiento (בינה, biná). ¿Quién me puso aquí?: corona (כתר, keter). ¿Para qué?: conocimiento (דעת, daat).
“Dale al sabio y será más sabio”
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