BS"D
VAIETZÉ
וַיֵּצֵא
Génesis 28:10 - 32:3 Haftará: Hosea 11:7 - 12:14
Contribuye con Gal Einai
GUILUI ELOKUT
Unión de la Torá y la Ciencia en los tiempos del Mashiaj en forma práctica
y revelada.
El profesor Cedar
explica que el ADN es igual en todas las células, pero no todo el genoma se
expresa en cada una.
El material genético
de cada célula se compone del lenguaje de 4 letras o nucleótidos A T G C que
son leídos y transcriptos en los aminoácidos de las proteínas.
Su trabajo fue acerca de cómo los genes se expresan o no en
cada tejido para cada tarea. Y eso es a través de la modulación del lenguaje
por medio de la metilación. El metilo es CH4, carbono y 4 hidrógenos. La
expresión de los genes es leer el código de 4 letras del ADN y con eso
construir las proteínas, o sea traducirlo al lenguajes de los 22 aminoácidos.
El carbono tiene número atómico 6 y el hidrógeno 1, en total
10.
De tal manera que el lenguaje de las 4 letras del ADN se
expresa por medio de la modulación del metilo 10, y se transcribe al lenguaje
de las 22 letras o 22 aminoácidos de las proteínas.
Como explica la Cabalá que Dios crea todo con Su palabra, a
partir de su luz infinita que rodea los mundos representada por Su Nombre de 4
letras que se traducen a las 22 letras de la lengua sagrada que surgen de la
combinación de las 10 sefirot para formar la naturaleza
הטבע, de guematria Elokim, la luz
infinita que llena los mundos. Cada letra tiene el poder o luz de las
sefirot que la componen, según el árbol de la vida.
HISTORIAS JASÍDICAS
EL MITLER REBE ¿Dios existe?
Rebe Dov Ber Schneori, el Mitler Rebe fue el segundo Rebe
de la dinastía Jabad. Fue hijo y sucesor del Alter Rebe de Jabad, Rabi Schneor
Zalman de Liadi. El Mitler Rebe nació después del fallecimiento de Maguid de
Mezritch y recibió su nombre. Es conocido por la extensión y profundidad de sus
discursos jasídicos, tanto que su yerno, el tercer Rebe, el Tzemaj Tzedek dijo
que “Si le cortaran el dedo a mi suegro, la sangre no saldría a borbotones,
sino más bien, enseñanzas jasídicas”. Al igual que su padre, el Mitler Rebe
también fue encarcelado debido a las acusaciones de los opositores al Jasidut.
Su día de redención de la prisión es el diez de Kislev. El día anterior a esto,
el nueve de Kislev es su cumpleaños y día de su fallecimiento. Nacer y fallecer
en la misma fecha es el cumplimiento del verso, "Yo llenaré el número de
tus días".[1]
El Mitler Rebe fue el líder de Jabad durante 15 años. Murió mientras escribía
un discurso jasídico y está enterrado en Nizhyn, Ucrania.
Antes del fallecer el Mitler Rebe enfermó. Los médicos no
podían averiguar qué estaba causando su enfermedad. En última instancia, el
médico de mayor rango proclamó que la enfermedad del Rebe era su deseo por algo
que no existe en el mundo.
[Un
evento similar tuvo lugar cuando el Mitler Rebe estaba en prisión un año antes.
A diferencia de cómo los rusos trataron a su padre el Alter Rebe cuando fue
encarcelado, trataron al Mitler Rebe decentemente. Cuando el Rebe enfermó
trajeron médicos para que lo examinaran en su celda de la prisión. Los médicos
no pudieron encontrar el origen de su enfermedad. Finalmente, uno de los
médicos dijo que el Rebe sufría de una enfermedad espiritual - como hoy, cuando
los médicos no pueden encontrar una razón física para una enfermedad, dicen que
es emocional o psicológica. Los rusos no querían liberar al Rebe, pero se
sentían obligados a tratarlo. Se les dijo que el Rebe estaba enfermo porque no
podía enseñar Jasidut y que, si le permitían enseñar, se curaría. Todas las
mañanas a partir de entonces, permitieron que un quórum de diez jasidim
ingresara a la celda del Rebe. El Rebe les enseñó Jasidut, se hizo más fuerte y
se curó.]
El Rebe escuchó al médico decir que él anhela algo que no
existe en la realidad y le preguntó: “¿Puedes pensar en algo que no existe en
la realidad? ¿Existe tal cosa?
"¿Si, por qué no?" respondió el médico.
“Por favor, piensa en algo ahora que no existe en la
realidad. Vea si puede hacerlo”, dijo el Rebe.
El médico cerró los ojos, pensó un poco y dijo: “Pensé en
algo. Pensé en esta mesa dando vueltas en círculos. No existe tal cosa."
"¿Existe tal cosa como una mesa en la
realidad?" respondió el Rebe. "La hay. ¿Existe una rueda? Sí. Todo lo
que has hecho es tomar la rueda existente y ponerle una mesa y eso es lo que se
te ocurrió. Es una combinación de cosas que existen, no algo que no existe”.
Parece que los médicos de aquellos días habían desarrollado
la imaginación. Pero incluso si esa imagen estuvo cerca de diagnosticar el
origen de la enfermedad del Rebe, el médico no podía imaginar el objeto del
deseo del tzadik. Para los jasidim estaba bastante claro: el Rebe
anhela la Divinidad. ¿Qué podemos aprender de la conversación del Mitler Rebe
con el médico?
Existe una brecha infinita entre el Creador y Sus
creaciones. Parecería que esta brecha es insalvable. Incluso Moisés, de quien
está escrito: “Él ve la imagen de Dios”,[2] solo podía
ver la parte trasera figurada de Dios - que representa la manera en que Dios
gobierna el mundo; pero ni Moisés ni ningún otro profeta pudo ver a Dios mismo.
Además, el Alter Rebe explica que la expresión “la imagen de Dios” no significa
que haya una imagen real de Dios que se pueda ver, incluso desde atrás. Más
bien, el versículo quiere decir que Moisés mereció ver la realidad desde la
perspectiva divina. Vio el mundo como Dios lo ve. Es imposible ver a Dios
mismo, como está escrito explícitamente, “porque no has visto ninguna figura”[3].
Basados en el hecho de que no podemos “ver” a Dios,
podríamos aventurarnos a concluir que no hay contacto entre nosotros y Él. A
todos los efectos prácticos, uno podría pensar que, desde nuestra perspectiva,
Dios ni siquiera tiene que existir. Esto es lo que el Mitler Rebe - y el
Jasidut en su conjunto - vienen a negar enérgicamente. Incluso podemos pensar y
contemplar la esencia de Dios. Si es así, ¡entonces Él ciertamente existe!
En
hebreo, hay un juego de palabras. Intercambiamos la imagen (תְּמוּנָה) - pronunciado temuná - de Dios, la
cual “no vimos” con fe (אֱמוּנָה) - pronunciado emuná
- en Dios, con la cual estamos provistos. A través de la fe, con la que está
dotada toda alma, podemos ver claramente que Dios existe. Hay una historia
famosa sobre el Mitler Rebe quien dijo: “Cuando me siento detrás de una puerta
cerrada con llave y estudio Likutei Torá (una compilación de ensayos
escritos por su padre, el Alter Rebe), ejemplifico el dicho “Le conozco, yo soy
Él.”
Fe, emuná
(אֱמוּנָה), también comparte una raíz común con
“arte”, omanut (אָמָּנוּת). Cuando usamos
nuestra mente artística para “dibujar”, por así decirlo, una imagen de la
contemplación jasídica de lo Divino, podemos incluso transformar algo que para
nosotros es la nada absoluta en algo que es casi tangible.
UNIVERSIDAD DE LA TORÁ
PSICOLOGÍA DE LA TORÁ - TORAT HANEFESH
Parashat Toldot - Vaietzé
TU LADO LUMINOSO Y TU LADO OSCURO
con el rabino Jaim Frim
Nos hubiera gustado tanto servir a Dios con fuerza, con
ansias, con alegría. Nos gustaría tanto ser mejores personas, y judíos más
fieles a nuestra misión. ¿Qué es lo que realmente nos molesta?
La respuesta habitual es "el ietzer hará”, el instinto
del mal”. A veces lo llamamos "el satán" o "el ángel de la
muerte". Los “iodei Jen”, aquellos que conocen la Sabiduría Secreta, “la
Cabalá, lo llamarán "sitra
ájra" (= el otro lado), y los estudiosos del Tania responderán: el nefesh
habehamit, "el alma animal". En nuestra parashá esta es la lucha
entre Iaacov y Eisav que tiene lugar incluso desde el vientre de su madre.
Y en general, es difícil para nosotros etiquetar algo como
completamente malo; después de todo, a nuestros ojos no hay un instinto malo,
solo hay un instinto que es malo para mí, que me perjudica...
Necesitamos una "historia" nueva. Nuevos
apelativos y denominaciones que nos sirvan en el servicio de Dios y en nuestro
crecimiento espiritual. Deben ser tales que nos "enciendan" y nos hagan
querer movilizar todos los poderes del alma para luchar por el bien.
Nuestra propuesta es ver a los dos bandos en lucha como dos
aspectos opuestos de un todo. Uno es el lado iluminado que vuelve su mirada
hacia Dios. El otro es el lado oscuro, el que mira hacia atrás.
Lectura de la Torá Vaietzé Iaacov, 5783
Salir del confort para buscar el destino, Mente y cuerpo
Dos Destinos, la batalla entre el
lado iluminado y el lado oscuro
Rajel y Leá representan dos perspectivas diferentes. Iaacov
necesitaba ambos para construir su casa
En la parashat Vaietzé leemos el relato de los matrimonios
de Iaacov y el nacimiento de once de sus doce hijos, las doce tribus de Israel.
De hecho, Benjamin, el nacimiento duodécimo hijo de Iaacov es también aludido
en la parashá en palabras de Rajel con la que da sentido a nombre de Iosef,
“Dios añadirá [Iosef] mi otro hijo.”[1].
En contraste con Abraham y los hogares de Itzjak, que aún
incluían a Ismael y Esaú, los elementos extraños que deben ser disipados, la
familia de Iaacov es un consumado “hogar judío” del que el pueblo judío ha
evolucionado hasta el día de hoy. El concepto de una “casa” es aplicable sólo a
Iaacov, a partir de su referencia al Monte del Templo como una “casa de
Dios”[2] y siguiendo hasta la próxima parashá, donde dice, “y me edificará una
casa.”[3] Del mismo modo, el profeta se refiere a todo el pueblo judío en la “Casa
de Iaacov.”[4] Iaacov tiene una relación única con su hogar y su hogar
Cada detalle que se menciona en la parashá sobre el
desarrollo de la casa de Iaacov tiene una gran importancia, en esta ocasión se
refieren a la diferencia entre sus dos esposas, Rajel y Lea.
continúa aquÍ:
https://galeinai.org/estudios/parasha/bereshit/vaietze/las-dos-esposas-de-iaacov-lea-y-rajel/
EL SONIDO SIMPLE QUE SURGE DEL CORAZÓN
Estudio de Jasidut:
Epístola Sagrada – Igueret haKodesh
Carta 5 clase 3
Las letras existen en planos de "materia" y
"forma", también denominados [su aspecto] "interior" y su
aspecto "exterior". Si bien su fuente es la etapa primordial del
intelecto y la voluntad del alma, ésta no es sino la "forma" de la
diferenciación en la pronunciación de las veintidós letras. La
"materia" y el "cuerpo" de su formación —o sea, el aspecto
de su "externalidad"—, sin embargo, es el aliento que surge del
corazón.
De este aliento se forma un sonido simple que surge de la
garganta, y que luego se divide en las veintidós formas de enunciación y
expresión de las veintidós letras a través de los cinco conocidos órganos del
habla: alef, jet, hei y áin (אחה״ע)
[que resultan] de la garganta; guimel, iud, jaf y kuf (גיכ״ק) [que resultan] del paladar, y así
sucesivamente; en tanto que el aliento mismo, [que tiene su propio sonido
independiente de la letra que está siendo articulada,] es pronunciado por la
letra hei, "la letra liviana..." que es la fuente de la
"materia" y el "cuerpo" de las letras antes de su división
en veintidós.
A eso se debe que nuestros Sabios dijeran que "este
mundo fue creado con la hei", [el aspecto exterior, el "cuerpo",
de las letras Supremas, cuya fuente es la hei del Nombre Divino].
HISTORIAS JASÍDICAS
El Maharshá: Un Consejo para vivos y muertos…nunca
sabes
El Maharshá, Rabi Shmuel Eliezer Halevi Idels, fue uno de
los grandes comentaristas del Talmud. Nació en Cracovia, Polonia en 5315 (1555)
siendo su padre, Rabi Iehuda Halevi y su madre, Gitel, quien era descendiente
directa del Maharal de Praga. Se casó con la hija de Rabi Moshe Lipschitz, el Rebe
de Brisk. Fue apoyado por su suegra, Idel, quien también financió su ieshivá
durante dos décadas. El Maharshá la consideraba su segunda madre, por lo que se
le conoce como Idels (como en Idel's). Idel falleció en 5368 (1607) y el Maharshá
se convirtió en el Rabi de Jelm y luego sirvió en Lublin, Tiktin y Ostro
(Ucrania). También participó en el Consejo de las Cuatro Tierras en su reunión
anual en Jarosław. El Maharshá fue famoso por sus muchos actos de bondad. En su
puerta se fijó un letrero que decía: "Mi casa está abierta a los
invitados". Escribió sus comentarios sobre el Talmud, Jidushei Halajot
(Legal) y Jidushei Agadot (Homilético) y en un paso inusual los combinó en un
solo libro para enfatizar la igual importancia de estas dos áreas diferentes de
la Torá. Hubo tzadikim testificaron que su libro fue escrito con ruaj hakodesh
(inspiración Divina). El Maharshá es uno de los primeros eruditos del ámbito
revelado de la Torá en citar la opinión de los cabalistas.
El Maharshá falleció el 5 de Kislev de 5392 (1631) y fue
sepultado en Ostro.
El famoso Jatam Sofer, Rabi Moshe Schreiber, relató
la siguiente historia sobre el Maharshá:
En
los días del Maharshá hubo un judío famoso que era conocido por ser un pecador.
Este hombre murió y uno de los discípulos del Maharshá le avergonzó
públicamente antes de su entierro. Esa noche, el fallecido se acercó al
discípulo en un sueño y le dijo: “Te convoco a un juicio de Torá ante la Corte
Celestial porque haberme avergonzado”. El joven despertó muy perturbado y le
contó su sueño a su padre. Su padre lo tranquilizó diciéndole que “los sueños
carecen de sentido”[1] y cosas por el estilo, y el
joven se calmó.
El
sueño, sin embargo, se repitió durante tres noches y el joven quedó
aterrorizado y enfermó. La familia decidió acudir al Maharshá y pedirle
consejo. Cuando llegaron al Maharshá le indicó al joven que se quedara a pasar
la noche en su casa, e instruyó a su propia familia que cuando el joven se
despertara aterrorizado lo llamaran. Y así sucedió. En medio de la noche el joven
se despertó aterrorizado y la familia inmediatamente llamó al Maharshá para que
viniera.
El
Maharshá se acercó a la cama del joven y comenzó a hablar con el muerto:
"¿Qué quieres de esta persona?"
“¡Me
avergonzó!” respondió el muerto. El Maharshá le dijo: "¡¿Pero seguramente
mereces ser avergonzado?!" El muerto respondió: “No lo merezco y no era
una persona completamente mala. Una vez vi a un estudioso de la Torá caer a un
río y casi se ahogó, y entonces me puse en peligro y le salvé la vida. Desde
entonces, nos hicimos amigos íntimos. Hicimos entre nosotros una sociedad al
estilo Isajar Zebulun[2] entre
nosotros. Lo apoyé ampliamente durante toda mi vida, y cuando llegué al final
de mi vida y llegué al Cielo me recibieron con gran honor, como si hubiera sido
un gran estudioso de la Torá. No mencionaron mis pecados, porque cualquiera que
salva un alma es como si hubiera salvado al mundo entero. Además, tengo una
gran parte de la Torá aprendida por el erudito y por lo tanto yo mismo soy
considerado un erudito de la Torá. Entonces, estoy citando al joven a la corte
para ser acusado de avergonzar a un erudito de la Torá…”.
El
Maharshá no escatimó palabras en su respuesta al hombre muerto: “La verdad es
que a pesar de todo lo que has dicho llevas una gran carga de pecados, pero es
imposible procesarte porque tus buenas obras crearon una sólida barrera entre
tú y el ángel acusador y todos los demás fiscales. Pero debes saber que tus
transgresiones no fueron borradas, solo estás protegido de ellos por tu buena
acción. Para eludir tu protección, el ángel acusador quiere atraparte
convenciéndote de que persigas a este joven hasta que muera y luego te acusará
medida por medida. Si bien es cierto que salvaste a un erudito de la Torá ahora
deseas matar a un erudito de la Torá. Si lo haces, se eliminará la barrera que
te protege y serás responsable de todos tus pecados. Por lo tanto, te aconsejo
que no des este paso insensato y te aniquiles a ti mismo. Perdónalo y todo
estará bien para ti también”.
El
muerto aceptó el consejo del Maharshá y el joven recuperó la buena salud.
A veces, es tentador difamar a alguien que parece estar en
un nivel inferior al nuestro. Pero en nuestra historia vemos que lo que se ve a
simple vista no es necesariamente la historia completa y creerlo puede llevar a
grandes errores. En la historia la gente cree que el judío fallecido fue una
persona malvada durante su vida y, por lo tanto, era merecedor de la vergüenza.
Pero luego resultó que en su vida tenía grandes méritos, incluso haber puesto
en peligro su vida para salvar la de un erudito de la Torá. Al mismo tiempo,
esta misma persona, aunque mereció morar en el Jardín del Edén no comprende
realmente su situación. Fuera del muro que se ha esforzado en construir, los
acusadores están al acecho de cualquier mínimo paso en falso. Incluso le
transmiten continuamente pensamientos de amargura y venganza, sobre los cuales
esperan que actúe, perdiendo así su protección ante un enjuiciamiento
adicional.
Nuestra historia destaca la opinión de los sabios de que
Dios solo “carga con el pecado” y lo aleja del pecador, pero no lo borra por
completo.[3] Por lo
tanto, aprendemos que sorprendentemente el pecador en la otra vida sigue
encontrándose ante los mismos desafíos que afrontó durante su vida. Incluso
allí, los giros y vueltas de la vida guiados por la Divinidad continúan
probándolo, y no es fácil merecer la entrada completa e incondicional al Jardín
del Edén. Nuestra imagen del Jardín del Edén es que es un estado en el que los
pecados del pasado ya no acechan. Pero para el alma que aún no ha entrado
realmente en el Jardín del Edén, la balanza Divina sigue inclinándose hacia
arriba y abajo, sin un final evidente a la vista.
Una persona de la estatura del Maharshá podía percibir esto.
El Baal Shem Tov dijo sobre el Maharshá que "si la gente supiera de la
grandeza del Maharshá, lamerían el polvo de su tumba". En su sabiduría el
Maharshá logró calmar al fallecido y convencerlo de abandonar su insensato
plan, que podría haberlo catapultado a las profundidades.
La lección
de esta historia en una palabra es: “humildad”, shiflut (שִׁפְלוּת). Si el joven hubiera sido
consciente de los límites de sus propias apreciaciones, y en particular con
respecto a un compañero judío, no habría avergonzado ni siquiera a una persona
conocida como pecadora. Si el fallecido hubiera sido consciente de que su
recompensa celestial era un absoluto regalo de Dios, no habría hecho nada que
pudiera inclinar la balanza Divina en su contra.
En este mundo, e incluso en el siguiente, nunca se sabe...
Imagen de autor deconocido – Sarei HaMeá, por Rabi
Y.L. HaCohen Maimon, Mosad HaRav Kook, Jerusalem, Israel. (1950), Public Domain,
EL CALENDARIO HEBREO
EL MES DE KISLEV: Dulces sueños
“…Cuando Dios traiga
de vuelta a los exiliados de Tzión,
seremos como si
hubiéramos soñado.”[1]
¿Qué significa “seremos como soñadores”? Hay al menos tres
explicaciones para esta frase:
La primera explicación lógica es que cuando se produzca la
redención (el Regreso a Tzión simboliza la redención completa, en la que el
mundo entero se perfecciona a la luz de Dios) nos costará creerles a nuestros
ojos y sentiremos que estaremos soñando, lo que veremos será cierto, pero será
tan incomprensible que parecerá un sueño.
Jasidut ofrece una segunda explicación más sorprendente:
cuando se produzca el Regreso a Tzión comprenderemos que hasta entonces hubiéramos
estado soñando. ¡Ahora mismo estoy durmiendo! Solo cuando llegue la redención
nos despertaremos y veremos la realidad como realmente es. Esto no significa
que la realidad presente sea una ilusión, sino que la vemos a través de una
pantalla de una conciencia borrosa. Este es el mal sueño del que debemos
despertar.
La tercera explicación es la más interesante. ¡Dice que
tanto la primera como la segunda explicación son verdaderas! Nuestra realidad
actual es una especie de mal sueño, y la redención será una especie de buen
sueño. Lo que tenemos que hacer es cambiar los sueños. Nuestra tarea no es
simplemente despertar sino dar vuelta a nuestro sueño, transformar nuestras
pesadillas en una vida revitalizada y llena de grandes sueños de rectificar el
mundo.
Soñar despierto
Entrar en el sentido del alma del mes de Kislev: el
sentido del sueño.
Aunque dormimos cerca de un tercio de nuestras vidas el
sueño sigue siendo un fenómeno muy extraño. El sueño es el vaciamiento de la
conciencia, abandonar el control de nuestra voluntad en cuerpo y alma y una
inmersión profunda en un mar de inconsciencia. Más concretamente, el sueño nos
sumerge en una conciencia diferente que vislumbramos a través de nuestros
sueños. Es una conciencia ilógica, no deseada.
Aquí funciona una interesante doble ecuación: por un lado,
nuestra autoconciencia es la encarnación de nuestra humanidad. Es la imagen de
Dios que está en nosotros. Por otro lado, parece que sin su habitual
desintegración por medio del sueño no seríamos en absoluto personas. Abandonar
nuestro aferramiento a lo familiar y lo conocido es una parte inherente de
nuestra capacidad de retener nuestra comprensión y conocimiento.
El primer sueño mencionado en la Torá es el sueño que Dios
trajo sobre Adam para poder quitarle la costilla y formar a Javá. El encuentro
entre Adam y Javá fue el primer encuentro interpersonal, el primer encuentro
del “yo” con el “otro”. De esto podemos concluir que el sueño es un paso
crítico en estos encuentros. Para conocer realmente a la otra persona tenemos
que poner nuestro yo a dormir, por así decirlo, y liberar lo que creemos saber
sobre nosotros mismos y sobre todo lo demás. Sin este paso no podemos estar
verdaderamente abiertos a otra persona.
Este es el objetivo del sueño: la capacidad de dejar ir lo
familiar y abrirnos a una perspectiva diferente. El propósito del sueño no es
simplemente la capacidad de quedarse dormido, lo cual no es un logro importante
para la mayoría, pero es la salud mental. Es la capacidad de canalizar un poco
de sueño y relajación específicamente en los momentos que estamos despiertos,
saber soñar sin dormir, y con esa inspiración, atreverse a pensar y hacer cosas
nuevas. Esta es la razón por la que el sentido del sueño es un requisito para
alcanzar un estado de “éramos como soñadores”, en el que somos capaces de
precipitar cambios de gran alcance en nuestro mundo.
Kislev y el sueño
La conexión entre el sentido del sueño y el mes de Kislev se
presenta en varias dimensiones. Primero, Kislev es el mes con las noches más
largas del año. Segundo, de los diez sueños descritos en la Torá, nueve de
ellos aparecen en las porciones de la Torá que leemos en Kislev. (Los sueños de
Iosef, el Faraón y sus ministros en las porciones de la Torá de Vaieitze,
Vaieshev y Miketz). Por último, el triunfo de los macabeos sobre
los griegos, que celebramos en Janucá en el mes de Kislev, es el triunfo por
excelencia de los “soñadores” que enfrentan un reto sin esperanza. No hay mes
del año más repleto de sueño y sueños que Kislev.
La tribu de Benjamín que está asociada con Kislev también
está conectada con el sentido del sueño. Los descendientes de Benjamín fueron
famosos como francotiradores con sus arcos y flechas. El arco es el signo
astrológico del mes de Kislev. Disparar la flecha - que consiste en tirar del
arco hacia atrás y luego soltarlo - es un ejemplo perfecto de la energía
creativa de liberación que viene después de la tensión, la principal
característica del sentido del sueño.
Sonambulismo
Se puede considerar que los sentidos de los primeros seis
meses del año (Nisan a Elul) allanan el camino para los sentidos de la segunda
mitad del año (Tishrei a Adar), respectivamente. El mes que corresponde a
Kislev en la primera mitad del año es Sivan, cuyo sentido es caminar. Caminar y
dormir son exactamente opuestos. La motivación detrás de caminar es
acostumbrarse al movimiento, al progreso y al ascenso constantes. La motivación
detrás de dormir es detenerse y dejarse llevar e imbuir movimiento con
descanso.
Podemos ver fácilmente cómo el sentido de caminar allana el
camino para el sentido del sueño. Liberar la conciencia (permitiéndole fluir, o
no pensar o simplemente "ser", u otros métodos) fuera de un marco
dirigido a un objetivo solo puede conducir al deterioro y la pasividad. El
método judío es comenzar con Lej-Lejá (ve por ti), una vida de
responsabilidad, progreso cargado de esfuerzo, aspiración constante por
mejorar, e infundirle el componente de liberación. Si se logra de esta manera,
el componente de liberación se transforma de una energía que debilita el
caminar, a una energía que empodera y energiza. El sentido del sueño permite
saltar a nuevos caminos, lugares donde el caminar mesurado conscientemente, no
puede llegar por sí solo.
Los sabios dicen: “Los malvados son llamados muertos incluso
cuando están vivos y los justos son llamados vivos incluso cuando han muerto[2]”. Podemos
parafrasear esto y decir: “Los malvados, incluso cuando caminan, están dormidos,
y los rectos, incluso cuando duermen están caminando.” Una persona que comienza
descansando experimentará sueño y somnolencia incluso cuando actúe. Por el
contrario, una persona que se ha enseñado a sí misma a mantenerse en movimiento
seguirá progresando incluso cuando descanse.
La escalera de los sueños
La distinción entre el sueño que precede o sigue al caminar
puede ayudarnos a comprender la diferencia entre los diferentes niveles de
sueño y dormir. Esto puede responder a una pregunta común: ¿Cuáles de nuestros
sueños no tienen sentido y cuáles contienen un mensaje espiritual?
Los sabios diferencian entre varios tipos de sueño, a los
que llamaron “sueño de la noche” (habitual), “sueño de profecía”, “sueño de adormecimiento”
y “sueño de locura”.[3] El sueño de
adormecimiento no tiene sueños. Los otros tres tipos pueden compararse con
varias fuentes de sueños, de la siguiente manera:
1.
El sueño de la necedad:
El nivel más bajo. Sobre este nivel está escrito “Los sueños hablan de un sinsentido”[4].
2.
El sueño de la noche:
Un nivel intermedio. “El fruto marchito de la profecía es un sueño[5]” está
escrito sobre este nivel, así como “Un sueño es una sexagésima parte de la
profecía[6]”. En este
nivel, los sueños tienen cierta impresión de profecía.
3.
El sueño de la profecía:
El nivel más alto. “Yo le hablaré en sueños[7]” está
escrito sobre este nivel.
¿Cómo podemos diferenciar entre estos tres tipos de sueños?:
¿los sueños de necedad, los sueños que tienen una sexagésima parte de profecía
y los sueños que son profecía real? Nuestro punto de partida es la comprensión
de que la mayoría de nuestros sueños no tienen sentido. (Después de todo,
generalmente estamos ocupados con la falta de sentido de este mundo); solamente
de vez en cuando, tendremos un sueño con algún contenido significativo (e
incluso entonces, solo una pequeña parte del sueño tendrá sentido, y para
entenderlo, necesitamos filtrar muchas tonterías); los sueños de profecía están
fuera de nuestro ámbito y están reservados para personas muy especiales (que
merezcamos seguir sus pasos).
Una cosa es segura: nuestros sueños son un producto directo de
lo que pensamos y hacemos cuando estamos despiertos. Cuanto más purifiquemos
nuestros pensamientos y acciones durante el día, más puros y clarificados serán
nuestros sueños por la noche.
¡Buenas noches y dulces sueños jasídicos para todos!
Imagen de sashasan pixabay.com
¡Mama! el poder está en ti! ☑️
¿Qué es valorarme?
¿Cuánto realmente me valoro?
Miriam Govezensky – Coach egresada del Centro ¨Sana tu Vida¨(Louise
Hay - EE. UU.)
Educadora de párvulos , Shadjanit y Psicomorfologa
Por qué Itzjak Amaba a Eisav y la Inteligencia
Intuitiva de Rivka la madre
Extracto Escuela de Padres 5783
Lectura de la Parashá "Y Salió", Vaietzé
y
la Rectificación de la Cultura Occidental
por la Mujer como Madre
Génesis Capítulo 28
10 Iaakov salió de Beer Sheva y se dirigió hacia Jarán.
11 Llegó a un lugar conocido y pasó allí la noche porque el
sol ya se había puesto. Tomando algunas piedras, las puso a la altura de su
cabeza y se acostó a dormir allí.
12 Tuvo una visión en un sueño. Una escalera se levantaba
sobre el suelo, y su parte superior se extendía hacia el cielo. Los ángeles de
Dios subían y bajaban por ella.
13 Súbitamente vio a Dios de pie encima de él. Dijo [Dios]:
“Yo soy Dios, Señor de Avraham tu padre, y Señor de Itzjak. Te daré a ti y a
tus descendientes la tierra sobre la cual estás acostado.
14 Tus descendientes serán como el polvo de la tierra. Te
extenderás hacia el oeste, hacia el este, hacia el norte y hacia el sur. Todas
las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y tus
descendientes.
15 Yo estoy contigo. Yo te protegeré dondequiera que vayas y
te traeré de vuelta a este suelo. No me apartaré de ti hasta haber cumplido
plenamente esta promesa para ti”.
16 Iaakov despertó de su sueño. “Verdaderamente Dios está en
este lugar –dijo–, mas yo no lo sabía”.
17 Sintió temor. “¡Cuán inspirador de sobrecogimiento es
este lugar! –exclamó–. Debe ser el templo de Dios. ¡Es la puerta del cielo!”.
Iaacob escoge a sus elegidos: El Pueblo de Israel
En nuestra parashá Iaacob es descrito como un pastor
profesional. Durante 14 años, atiende los rebaños de su suegro Labán como pago
por sus dos esposas, Rajel y Lea, y durante 6 más, cuida de esos rebaños por un
salario y comienza a construir su propia riqueza. El color de base de la lana
en las ovejas y aparentemente en la mayoría de las cabras es un blanco sólido
(algunas cabras están coloreadas en negro o marrón).
El pago de Iaacob llegó en forma de una pequeña cantidad de
animales tomados de los rebaños de Labán, animales que tenían un conjunto de
patrones relativamente raros de motas, manchas, anillos en los tobillos o
bandas estampadas en su lana. La selección de ciertas tonalidades de entre la
norma del blanco impoluto se compara en los escritos cabalísticos
con el trabajo de depuración o selección, avodat habirurim, (עבודת הבירורים), que tiene como objetivo perfeccionar el olam
hatikún, el mundo de la rectificación – nuestra realidad – con partes de lo
que se conoce como “la Blancura Suprema” (לובן העליון,
Luben Elión), la realidad que precedió a la nuestra en el olam haTohu,
el Mundo del Caos.
El pago
en especie iba a ser con animales con determinadas marcas, que eran menos
probables que surgieran, en un trato desigual establecido por Labán. Iaacob,
con su conocimiento de la genética espiritual, cambió la ley de las
probabilidades a su favor y un número inusual de animales dio a luz crías con
las marcas estipuladas para el pago de Iaacob. Aunque Iaacob participó en este
proceso de depuración o selección en los rebaños de Labán, la Cabalá explica
que esto sirvió como una forma simbólica de seleccionar las almas que vendrían
para convertirse en su prodigio, el pueblo judío.
sigue aquí:
https://galeinai.org/universidad-de-la-tora/matematicas/vaietze-el-sueno-cosmico-de-iaacob/
42 PROTECCIÓN DE LA VIDA HUMANA Y ANIMAL – CASTRACIÓN
Y una historia judicial
Estudio De Las Leyes De Acuerdo A La Ley De La Torá, según el
Shulján Aruj Admur Hazakén
3 Tal como la persona tiene el deber de cuidar su cuerpo, de modo de no destruirlo, deteriorarlo o dañarlo —como fuera dicho (Deuteronomio 4:9): “Cuídate, y preserva mucho tu vida”—, del mismo modo debe ser cuidadoso con sus bienes, de modo de no destruirlos, deteriorarlos o dañarlos.
Quienquiera rompe [adrede] un recipiente, desgarra una prenda, arruina alimentos y bebidas [en buen estado] o los torna detestables, destruye dinero o malogra cualquier otra cosa que era apta para el provecho de los seres humanos, transgrede un Precepto Negativo, pues fue dicho (Deuteronomio 20:19): “No destruyas sus árboles…”. {¿Cuándo se dijo esto? Cuando se lo hace de manera destructiva; pero está permitido arruinar [una cosa] con el objeto de producir mejoras, si no es posible lograrlo salvo de este modo
[SAH, Shmirat Guf veNéfesh 15]}.
3 Kislev 5783
Historias Para la
salida de Shabat
Es costumbre
contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov todos los Motzaei Shabat,
la salida del Shabat por la noche en una comida de Melavé Malká,
acompañar a la novia (el Shabat).
Una segulá
para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de ellos, para
una vida buena y larga y para salud.
*🍷🕯🌿
Shavua Tov🌿🕯🍷*
LA SALVACIÓN DEL BAAL SHEM TOV
Una vez el Baal Shem Tov lloró y luego se alegró. Sus
discípulos preguntaron sobre el significado de esto, El Baal Shem Tov
respondió:
"Me senté y medité en que yo y Eliahu el profeta
estudiamos con Ajiá el Shiloní, Cuando dicen el nombre del profeta Eliahu,
después de eso dicen 'Su recuerdo sea para bien', y después que mencionan mi nombre en la noche al
terminar el sagrado Shabat contarán una historia...". Por eso lloré y
rogué ante Dios bendito sea que si un israelita cuenta una historia mía
espiritualmente, tendrá salvación espiritual... y si cuenta una historia
material, tendrá salvación en lo material... Y oí una voz que salió del cielo y
decía:
El que cree en Israel hijo de Sará, cuya obra toda fue en
favor de Israel en general y en particular, y habla de él al principio de la
semana, tendrá una buena semana. Al comienzo de un mes, tendrá un buen mes. Y a
principios de año, tendrá un buen año.
Entonces me llené de alegría porque, aunque ya esté en el
mundo de la verdad, los hijos de Israel tendrán salvación por mí y por eso
lloré y me alegré después.
para Refuá Shlemá
para Lili Rivka bat Lea y Jana Miriam bat Lili Rivka
que tenga curación
completa y larga y buena vida
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Un mal sueño
P: Tuve un mal sueño sobre algo terrible que le sucedía a
mi bebé. Estoy aterrada. Por favor ayuda
R: Como dicen nuestros Sabios, "Jalomot shav iedabairu",
los sueños no hablan de nada. Para endulzar la impresión negativa que queda de
este sueño, haga caridad y diga el capítulo de los Salmos que corresponde a la
edad del bebé. (Agregue uno a su edad). Cuando una persona se siente angustiada
debido a un sueño, esto es una expiación por sus pecados. Nuestros sabios nos
enseñan que el rey David tenía un mal sueño todas las noches. ¡Lo más
importante es que desarrolle su confianza en Dios de que todo será verdaderamente
bueno!
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JASIDUT
Las bendiciones del Shelijut
Extracto
de una clase dada el 28 de Jeshvan 5768
De un soldado a un sheliaj
Es
costumbre bendecir a un niño para que sea un soldado en el ejército de Hashem,
un jaial (חַיָּל),
que es un acrónimo de jasid (חָסִיד), una persona temerosa de Dios, iré
shamaim (יְרֵא שָׁמַיִם), y un estudiante diligente. de la Torá, lamdán
(לַמְדָן).
Esta bendición se originó en generaciones anteriores, quizás en la época del
Rebe Rashab. Si bien el Rebe de Lubavitch siempre mencionó estos tres rasgos en
el mismo orden, el Frierdiker Rebe personalizó individualmente el orden para
cada niño (aparentemente basado en la raíz del alma del niño, etc.)
No hace
falta pensar mucho para ver que las letras de la palabra jaial (חַיָּל) son casi idénticas a las de sheliaj
(שָׁלִיחַ) -
un emisario. De hecho, cuando seguimos el acrónimo anterior, vemos que en
realidad le falta una letra, porque el término “persona temerosa de Dios” (יְרֵא שָׁמַיִם) se compone de dos palabras, con solo la
letra iud representada. El acrónimo completo incluye también la letra shin,
transformándola de jaial en sheliaj; el acrónimo completo es, por
lo tanto, חישל, las
mismas letras que Sheliaj (שָׁלִיחַ). Ordenar los tres rasgos según su
aparición en la palabra sheliaj resulta: un estudiante diligente de la
Torá (לַמְדָן), una
persona temerosa de Dios (יְרֵא שָׁמַיִם) y un jasid (חָסִיד).
La
conclusión de este primer pensamiento es que todo judío que asume la
responsabilidad de ser un sheliaj (y el alma de cada judío es un
emisario, un sheliaj, de Dios) debe ser un estudiante diligente de la
Torá, un lamdan. Al sheliaj se le confían todas las campañas del
Rebe y cualquier asunto concerniente a los judíos y al yidishkeit en su
lugar de shelijut. Sin embargo, la campaña principal de todas las shelijut
es difundir el yidishkeit en el desierto espiritual y acercar a los
judíos a su Padre en el cielo (y, finalmente, acercar a los no judíos a Hashem,
el Dios de Israel). Para difundir la Torá - la directiva principal del shelijut
- el sheliaj debe ser ante todo un lamdan, un estudiante
diligente de la Torá. Un sheliaj debe ser alguien que aprende Torá para
poder enseñar a otros. Él o ella debe estar imbuido del mensaje de la Torá y
ser capaz de transmitirlo de la manera adecuada.
Es
natural que un sheliaj se centre en las enseñanzas de la Torá del Rebe,
quien lo envió en su shelijut. Aprendemos esto del primer sheliaj
de la Torá, el sirviente de Abraham, Eliezer, apodado Damesek (דַּמֶּשֶׂק), que significa “el que extrae y derrama
la Torá de su amo”.[1]
Aquí hay una hermosa alusión, ya que “extrae y da de beber” (דּוֹלֶה וּמַשְׁקֶה) tiene el mismo valor que “Abraham
Abraham” (אַבְרָהָם אַבְרָהָם), enfatizando la conexión especial de
Eliezer con Abraham porque difunde la enseñanza de su maestro.
En
segundo lugar, a su diligencia en la Torá, el sheliaj debe ser una
persona temerosa de Dios, ya que su trabajo por lo general implica salir de los
confines protegidos del Beit Midrash para cumplir su misión en lugares que no
son tan puros. El temor de Dios protege al sheliaj en estos lugares, lo
que le permite concentrarse en el propósito de su shelijut: actos de
bondad y acercar a las personas.
Finalmente,
el sheliaj debe ser un jasid. Ser un jasid significa tener
amor por cada judío. Un sheliaj aborda su shelijut con un
poderoso compromiso de temor a Dios, pero gracias a este, su núcleo interior,
puede irradiar amor a todos los que lo rodean, atendiendo sus necesidades
físicas y espirituales y acercándolos a su Padre en cielo.
Las seis permutaciones de Shelijut
Uno de
los temas interesantes en la dimensión interna de la Torá es el de las
permutaciones de raíces de 3 letras. Sheliaj y shelijut provienen
de la raíz de 3 letras שלח.
Dado que una raíz tiene 3 letras, se pueden permutar de 6 maneras diferentes,
que luego se pueden corresponder con las seis facultades emotivas del corazón,
las sefirot desde la bondad (jesed) hasta fundamento (iesod).
Sin entrar en ramificaciones, las seis permutaciones de שלח corresponden a las sefirot emotivas
de la siguiente manera:
Poder (guevurá) לשח |
Bondad (jesed) חלש |
Belleza
(tiferet) שחל |
|
Reconocimiento
(hod) לחש |
Victoria
(netzaj) חשל |
Fundamento
(iesod) שלח |
Vemos
que la raíz de 3 letras de shelijut -שלח - corresponde a fundamento, el énfasis en rectificar
el poder de nuestro pacto. Por lo tanto, ser un sheliaj es descubrir el
“tzadik, el fundamento del mundo” dentro de cada judío. Aceptar un shelijut
conecta al sheliaj con el tzadik de la generación y lo empodera
para revelar la chispa del tzadik dentro de cada judío.
La raíz
de 3 letras שלח puede entenderse como “una cadena viviente” (שלשלת חיה). ¿Cómo es esto? El propósito del shelijut
es que un sheliaj convierta a otros en shlujim también, hasta que
todos tengan el mérito de revelar su chispa del tzadik interior.
Mientras quede un solo judío que no se haya sumado a esta cadena viviente de shelijut,
debemos hacer un esfuerzo para llegar a él y acercarlo. Pero finalmente, esta
cadena viviente conecta a todo nuestro pueblo y podemos avanzar hacia la meta
todo-inclusiva del pueblo judío: convertirnos en una luz para las naciones,
como dijo el profeta: “Porque entonces cambiaré a todo el pueblo a [ usar] un
lenguaje claro, para que todos invoquen a Dios y le sirvan juntos en unidad”.[2]
Aunque
el shelijut proviene de la permutación de estas tres letras que
corresponden a fundamento (iesod), ganaremos mucho al considerar la
conexión que el shelijut tiene con todas las otras permutaciones de שלח. Revisemos ahora cada una de estas
permutaciones mientras explicamos su conexión con la sefirá a la que
corresponde.
Bondad: debilitando nuestro carácter innato
Siguiendo
el orden de los atributos del corazón, el primer atributo es bondad (jesed)
y sus permutaciones correspondientes son חלש, que literalmente significa debilidad. A
primera vista, la debilidad no parecería ser un rasgo muy positivo para el Shelijut.
Además, ¿cómo se relaciona con la bondad?
Se
explica en los escritos jasídicos (particularmente por el Rebe Rashab que
dedica muchos ensayos al tema) que lo más importante que hace el alma Divina
cuando sus poderes emotivos están envueltos dentro de los del alma animal es
rectificar los rasgos de carácter del alma animal (que se originan en el Mundo
del Caos). El método principal para esto es por medio de las facultades
intelectuales que actúen para debilitar el estado innato de los rasgos no
rectificados. En otras palabras, la primera señal de un judío rectificado es
que su naturaleza innata se ha debilitado.
El
primer rasgo que necesita ser debilitado de esta manera es el primer rasgo en
general, la bondad innata (jesed). La bondad es el rasgo especial de
Abraham. El Rebe Rashab explica que su debilitamiento es evidente cuando la
persona se vuelve paciente y capaz de interconectarse e inter-incluirse con los
demás. Una persona cuyo carácter es “tan duro como un cedro” no puede tolerar a
las personas que tienen opiniones opuestas a las suyas, y ciertamente no puede
conectarse con ellos y cooperar. Pero el individuo que ha debilitado sus rasgos
de carácter innatos es "suave como una vara" y puede tolerar a los
demás y cooperar con ellos.
Con
respecto al shelijut, los rasgos innatos debilitados son evidentes en el
carácter rectificado del sheliaj. Un sheliaj ha sido enviado a
trabajar con personas cuyas opiniones son opuestas a las suyas y muchas veces
siguen siendo así, incluso después de años de trabajar juntos. Un sheliaj
cuyo carácter es afilado y punzante (schpitzy) solo puede aguijonear a
los demás. Pero para ser capaz no sólo de tolerar a los demás, sino también de
encontrar puntos en común con ellos y esforzarse por crear un estado de inter-inclusión
(hitkalelut) que pueda revelar cómo las opiniones del otro tienen un
lugar en mi mente y mis opiniones tienen un lugar en la suya, esto requiere que
el sheliaj debilite sus rasgos de carácter innatos.
La raíz
de 3 letras חלש
también significa conquistar o controlar, como en el verso, “conquistador de
todas las naciones”[3]
(חוֹלֵשׁ עַל גּוֹיִם). En arameo, este verbo también significa
“mucho”.[4]
En el shelijut,
ciertamente hay un aspecto de “conquistar”. El sheliaj busca alcanzar un
dominio espiritual sobre el lugar de su shelijut, para poder traer un
mensaje. También hay un componente de tener suerte en el shelijut, que
se manifiesta en un enfoque en la Divina Providencia personal (hashgajá
pratit). Durante el curso de la misión, surgen muchos interrogantes, como
en qué personas enfocarse, qué libro estudiar con alguien, qué tipo de ayuda
física necesita otra persona. Podría ser tan prosaico como: qué pescado debería
servir. Por lo general, a los jasidim no les gustan las loterías, pero
cuando se trata de fortalecer su dominio sobre la realidad - al reconocer el
dominio del Todopoderoso - el sheliaj debe sintonizarse con la Divina
Providencia y volverse sensible a estas cuestiones del destino y la suerte.
Fuerza: aprender a inclinarse
La
permutación de 3 letras, לשח, no
es la fuente de ninguna raíz en el idioma hebreo. Sin embargo, lo que podemos
hacer es observar estas tres letras como si significaran "agacharse"
u "orar", como en la mishná, "Noventa es la edad para una
estatura arqueada"[5] (בֶּן תִּשְׁעִים לָשׁוּחַ) o en el versículo, “Itzjak salió a orar
al campo”[6] (וַיֵּצֵא יִצְחָק לָשׂוּחַ
בַּשָּׂדֶה).
Inclinarse sugiere que en nuestro trabajo debemos tener la capacidad de
someternos y realizar itkafia (auto-coerción). Esta habilidad es
indicativa de nuestro poder, como dicen los sabios, “¿Quién es poderoso? El que
puede controlar su inclinación.”
El principal
servicio de itkafia en el shelijut es controlar el uso de nuestro
tiempo. Todos nuestros momentos deben estar dedicados al shelijut, así
como Moshé Rabeinu, el primer sheliaj de Dios, estaba absolutamente
comprometido con su misión. Como dicen los sabios, corrió de la montaña al
pueblo y del pueblo hacia la montaña, asegurándose constantemente de que todo
su tiempo estuviera dedicado a su misión. No le quedaba tiempo para sus propias
necesidades.[7]
Por supuesto, esto exige que la shlujá también se dedique al shelijut,
así como a los demás miembros de la familia. Cabe destacar que el Rebe enfatizó
que, junto con su compromiso con su shelijut, los slujim no deberían
pasar por alto las necesidades de sus familias, pero que en la práctica, dado
que él no estaba presente, no podía brindar un consejo exacto sobre cómo
priorizar las exigencias de su tiempo Sugirió que un sheliaj consulte
con tres amigos locales que entendieran las cuestiones en escena.
Inclinarse
como un nonagenario alude a la necesidad de levantar cargas pesadas. Un sheliaj
se inclina para llevar la carga y la responsabilidad de elevar a aquellos que
están conectados con él y a través de él al yidishkeit, todo con la
fuerza requerida.
Claramente,
el trabajo de salir al campo para orar está relacionado con poder, ya que esta
es una descripción de Itzjak, quien es el alma arquetípica del poder.
Belleza: ser conducido por la misericordia
Esta
permutación de tres letras es uno de los nombres del león en hebreo. Se
corresponde con la sefirá de belleza (tiferet). Para el sheliaj
que ya ha debilitado su carácter innato atenuando así su sefirá de
poder, la sefirá o poder del alma que continúa portando la fuerza del
poder es belleza. La belleza se relaciona con el corazón en el cuerpo y la
fuerza del corazón se expresa cuando puede despertar sentimientos de
misericordia y compasión por los demás. La bondad es una demanda para proveer a
los demás, pero esta demanda está motivada por la misericordia del sheliaj
por el pueblo judío, especialmente por aquellos que no tienen conciencia de su
tradición, que carecen de “conciencia” de su pasado. Es por estos individuos
que debemos tener la mayor compasión.
Victoria: trabajar con los débiles
La raíz
de 3 letras חשל
aparece en la Torá en el contexto de una discapacidad o debilidad. De hecho,
esto encaja con victoria (netzaj) siendo una rama de bondad (jesed)
que también vimos que está relacionada con la debilidad. Podemos citar el
famoso verso, “él derribó a todos los agotados en tu retaguardia”[8] (וַיְזַנֵּב בְּךָ כָּל
הַנֶּחֱשָׁלִים אַחַרֶיךָ).
Lo que
esto significa para el sheliaj es que no puede darse el lujo de trabajar
solo con los dotados, solo con aquellas personas a las que les resulta fácil
entender la Torá y el Yidishkeit. Más bien, el propósito del shelijut es
llegar especialmente a aquellos que son más débiles, que se quedan rezagados
luchando.
Otra
forma de aplicar esta permutación es darse cuenta de que incluso alguien que no
es el más inteligente o el más brillante no debe desesperarse por convertirse
en un sheliaj. Muchos shlujim fueron, en el pasado, los niños más
débiles de sus escuelas. La victoria significa superar y, de hecho, conquistar
cada obstáculo u oposición.
El mayor
sheliaj (a quien esperamos), el Mashíaj, se esfuerza constantemente por
ayudar a los rezagados. Como se dice en Haiom Iom: a pesar de que
aprende Torá con los patriarcas y con Moshe Rabeinu, el Mashíaj se comprometerá
con la gente común (tal como lo hizo nuestro maestro, el Baal Shem Tov en su
vida). Es específicamente al trabajar con los judíos simples que aprendemos que
“el Eterno de Israel no engañará ni cambiará de opinión, porque no es un ser
humano para que cambie de opinión”[9] (וְגַם נֵצַח יִשְׂרָאֵל לֹא יְשַׁקֵּר וְלֹא יִנָּחֵם כִּי לֹא
אָדָם הוּא לְהִנָּחֵם).
Reconocimiento: Aprendiendo a susurrar
En la sefirá
de reconocimiento (hod), la raíz de 3 letras, לחש, está relacionada con el habla,
específicamente con hablar en voz baja y susurrar. Reconocimiento está asociado
con la confesión y con el agradecimiento, siendo conscientes de todo lo que
recibimos gratuitamente de Dios para agradecerLe constantemente. El
reconocimiento es también la sefirá a través de la cual expresamos
nuestro amor por los demás, aunque naturalmente hablemos de estos asuntos con
un susurro.
En
términos de shelijut, el susurro de reconocimiento se puede aplicar como
sheliaj teniendo cuidado de nunca levantar la voz y hablar en voz baja,
como dicen los sabios, "las palabras de los sabios son escuchadas, cuando
se hablan en voz baja".[10] Cuando
las palabras se pronuncian suavemente, pero son palabras que emanan del
corazón, entran en el corazón del otro y cumplen su propósito.
En la
Biblia encontramos dos tipos de susurros. Como se mencionó anteriormente,
existe el susurro de voz suave que otros pueden escuchar, pero también existe
el susurro que no se puede escuchar en absoluto. El primero se conoce como un
“susurrador experto”[11] (נְבוֹן לָחַשׁ) y el segundo es una “oración susurrada”[12] (צָקוּן לַחַשׁ). El susurrador experto es una denominación
para un erudito de la más alta estatura posible y, por lo tanto, esta frase
alude a la sabiduría de la Torá. La segunda frase, "una oración
susurrada", por supuesto, alude a la oración y a nuestra silenciosa Amidá.
Lo que esto nos dice es que, a pesar de la necesidad de hablar en voz baja
desde una mente serena, cada expresión debe incluir también su opuesto: la
emoción y la efusión del alma que son la esencia de la oración.
El Shelijut
requiere tanto el susurro de la Torá como el susurro de la oración. Los
comentarios afirman que “el susurrador de la Torá” (נְבוֹן לָחַשׁ) se refiere al individuo que estudia la
dimensión secreta de la Torá, el Funcionamiento de la Creación y el
Funcionamiento de la Carroza. Por lo tanto, el sheliaj diligente debe
enfocarse en difundir la dimensión más oculta de la Torá, especialmente los
secretos de su dimensión oculta, que como sabemos se refiere específicamente al
Jasidut. Jasidut tiene la cualidad especial de poder hacer que las personas que
lo estudian hagan teshuvá y con su corazón despierto, regresen a Dios.
Al mismo
tiempo, la “oración susurrada” (צָקוּן לַחַשׁ)
instruye al sheliaj a estar en un estado de expresión de su alma, y a
través de esta expresión sincera, hacer que todos aquellos que están conectados
con él hagan lo mismo ante Dios.
Fundamento: Luchando contra la superficialidad
Uno de
los significados de la raíz de tres letras שלח es un arma que parece una espada o una
lanza.[13] En el
Libro de la Formación, la sefirá de fundamento corresponde a la
transmutación entre paz y guerra (תְּמוּרַת שָׁלוֹם
מִלְחָמָה).
Así como el tzadik, el alma de fundamento, es una figura de paz, parte de sus
esfuerzos están dedicados a pelear las guerras de Dios y ganarlas. Por mucho
que el tzadik anhele la paz, no rehúye tomar las armas cuando es
necesario.
El sheliaj
también necesita poseer una שלח, una
lanza para poder pelear cuando sea absolutamente necesario. Por supuesto, la
batalla más fundamental es la interna, entre el individuo y su inclinación. La
espada o lanza en este caso debe tener dos puntas: una para luchar contra sus
sentimientos de orgullo y la segunda punta, para luchar contra las ansias
mundanas.
De esta
misma raíz también derivan las palabras para “mesa” (שֻׁלְחָן) y para un escondite (שֶׁלָּח).[14] La
capacidad de despellejar a un animal y quitarle la piel es una de las prácticas
más importantes necesarias para el shelijut. Un sheliaj debe
saber cómo llegar al punto esencial convirtiéndose en un experto en eliminar la
fachada externa y la autoimagen de las personas para revelar su ser más
interno.
Esto es
algo similar al acto de la circuncisión. Permite que se revele la corona del
judío, ya que todos los judíos son descendientes de reyes e incluso los propios
reyes. Quitar la piel áspera transforma la cubierta externa del individuo de
ser la "piel de la serpiente" en "vestiduras de luz". Todo
este delicado proceso ocurre alrededor de la mesa del sheliaj, donde
reúne a las personas relacionadas y vinculadas con él, las alimenta y, en
última instancia, las eleva, tal como uno eleva los alimentos al comerlos.
Imagen: Michael Kauffmann, Wikipedia
[1] Rashi a
Genesis 15:2
[2] Tzefaniá
3:9
[3] Isaías
14:12
[4] Como
en Números 26:55. Del mismo modo, en hebreo mishnaico, véase Shabat 148b
en la mishná: "Uno puede echar suertes [entre los sacerdotes] para
las comidas santificadas
en una festividad..." (וּמְטִילִין חֲלָשִׁין עַל
הַקֳּדָשִׁים בְּיוֹם טוֹב).
[6] Génesis
24:63
[7] Rashi
sobre Éxodo 19:14 basado en Mejilta sobre este versículo
[8] Deuteronomio
25:18
[9] 1
Samuel 15:29
[10] Eclesiastés
9:17
[11] Isaías
3:3
[12] Ibid.
26:16
[13] Vea
2 Crónicas 32:5
[14] Vea
Mishná Shabat 4:2 y Tosefta Shabat 9:1