El Hogar Judío y la
Familia
Del Libro "El Vino que Alegra"
Sobre la Parashá Jaiéi Sará
Luego del casamiento el hombre descubre a “esta” que no conoció
hasta ahora, porque “…de Dios vino esta”. Repentinamente aparece frente suyo una
personalidad que estaba fuera de sus expectativas previas, y si lo que descubre
no encuentra “gracia a sus ojos”, (a tal punto que la mujer le parece una
“filistea” ( plishtit ) que invade y se inmiscuye como una intrusa (
poleshet , de la misma raíz) en su dominio en contra de su voluntad)
tiene que recibir a la novia tal como es. En este caso el hombre sorprendido
siente inconscientemente que lo estafaron.
Efectivamente, cuando el hombre está inmerso en esta sensación,
tiene que pensar “que de Dios es esto. Así como Shimshón se casó con ella porque
Dios “…está buscando un pretexto [para ir contra los filisteos]”, debe
comprender que su mujer es la ‘enmienda' que Hashem le envía en contra de su
voluntad. Las carencias de la mujer que molestan al marido vienen “contra él” [
kenegdó ], para “luchar contra él” y refinarlo, hasta que logre
deshacerse de las “cáscaras intrusas” [ klipot haplishtim ] que tiene
dentro suyo. Como sabemos de nuestro maestro el Baal Shem Tov, toda imperfección
que uno ve en el prójimo refleja un defecto que él mismo tiene en su interior.
Esta meditación le revela al hombre la presencia de Hashem en
los aspectos sentimentales o cualidades de su alma. Siente que “Hashem puso esto
en su corazón”, y que la transformación de sus sentimientos de amor en odio
(como los cambios que sucedieron en Shimshón a lo largo de ese matrimonio) están
controlados por el Creador. Entonces comprende que él mismo se encuentra en un
estado femenino (“porque de Hashem es esta”), que está influenciado y recibe sus
sentimientos de Hashem” (“porque un pretexto está buscando”).
Instituto Gal Einai de Israel
Instituto Gal Einai de Israel
Centro de difusión de Cabalá y Jasidut de Rav Itzjak Ginsburgh Shlita
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