*_Es costumbre
contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov al terminar Shabat por la
noche en una comida de Melavé Malká, acompañando a la Reina, el Shabat_*
*_Una segulá para
un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de los niños, para
una vida buena y larga y para salud_*
En un lugar remoto al borde del reino viajaba una caravana
distinguida que llevaba al rey en persona. La caravana avanzó hasta llegar a
una cerca que rodeaba un amplio campo. Los sirvientes del rey, sabiendo que el
tiempo de Su Majestad era valioso, saltaron de la carroza y comenzaron a
derribar la cerca.
El campesino dueño del campo era un hombre sencillo e
ignorante. Había nacido en el pueblo cercano y allí había vivido toda su vida. Jamás había oído hablar del rey, tal era el grado de su ignorancia.
Cuando vio a los hombres destruyendo la cerca de su campo
empezó a gritarles. Los sirvientes ignoraron sus palabras, y él, en un acto
desesperado, comenzó a lanzar piedras una tras otra. Una piedra golpeó a los
caballos, otra al cochero, y la tercera al mismísimo rey.
¡Golpear al rey!¡Un pecado imperdonable!; exclamaron los
sirvientes.
Corrieron hacia el campesino, le ataron las manos con
cadenas y uno de ellos desenvainó su espada, listo para ejecutarlo en el acto
como correspondía a un traidor al rey.
Sin embargo, el rey, que observaba la situación, les pidió
detenerse.
“Seguramente nunca ha oído hablar de mí, ni siquiera sabe lo que significa un
rey”, se dijo a sí mismo. En lugar de ejecutarlo, ordenó a sus sirvientes
llevar al campesino a la capital y enseñarle qué era un rey.
Y así lo hicieron los sirvientes. Al regresar al palacio, le
asignaron al campesino tareas sencillas. Primero lo pusieron a barrer las
calles de la ciudad. Después lo ascendieron a limpiar los patios del palacio, y
poco a poco fue acercándose al rey.
Conforme pasaron los días el campesino comenzó a entender y
reconocer la grandeza del rey. Observaba la admiración de los ciudadanos, la
guardia real, el respeto y hasta el temor de los sirvientes hacia el monarca. Hasta
que un día, sus emociones lo abrumaron. Se acercó a uno de los ministros y
comenzó a llorar y a suplicarle que lo llevara ante el rey, porque deseaba
pedirle perdón por haberle lanzado piedras.
Este relato se atribuye al rabino Israel Baal Shem Tov,
quien concluyó diciendo:
Cuando una persona peca ante el Creador del mundo, Dios lo
acerca a Él y le da entendimiento para que comprenda la magnitud de su falta.
Y mientras más se acerca el pecador al Amo del universo, más crecen en él los
sentimientos de arrepentimiento y remordimiento por haber transgredido Su
voluntad.
(Adaptado de “Recopilación de parábolas, historias y
dichos sabios” de Eliezer Steinman)
LA TEFILÁ DEL REBE RASHAB
Caminos de la Jasidut,
extraído de las charlas y cartas del Rebe Rayatz de Lubavitch, en relación al
20 de Jeshván – el día de su nacimiento:
Cuando era un niño
pequeño, aun estudiando con mi maestro, el rabino Yekutiel, de bendita memoria,
solía correr al Beit Hakneset (sinagoga) para escuchar la tefilá de mi
padre. Sentía un peso en mi corazón: ¿Por qué mi padre no rezaba rápido como el
resto de la congregación, como mi tío? Una vez pregunté por qué era así y mi
tío, el rabino Zalman Aarón (Raza’a), me respondió que mi padre no podía
pronunciar las letras rápidamente… Esto me causó gran tristeza.
Una vez, entré al Beit Hakneset y no había nadie,
solo mi padre, que estaba de pie frente a la pared, rezando. Se dirigía al
Eterno con súplicas y pedía misericordia. Sin embargo, no podía comprender por
qué él suplicaba más que los demás o por qué necesitaba más misericordia que
cualquier otra persona.
De repente, mi padre comenzó a llorar intensamente. Mi
corazón se hundió dentro de mí: mi padre estaba llorando. No había nadie en la
Casa de Dios y mi padre lloraba. Incliné mi oído y escuché que decía: “Shemá
Israel” y lloraba, “Hashem Elokeinu” y lloraba. Se quedó en
silencio, y luego, nuevamente, un gran clamor salió desde lo más profundo de su
corazón: “Hashem Ejad”, con un llanto intenso y una voz estremecedora.
Esa vez no pude contenerme y fui a mi madre llorando. Le
pregunté: “¿Por qué mi padre alarga su tefilá más que todos los demás? Mi tío
el Raza’a dice que mi padre no puede pronunciar las letras rápidamente, pero
¿por qué no puede leer las secciones con rapidez como corresponde? ¡Hoy vi y
escuché que mi padre estaba llorando! ¡Ven conmigo y te mostraré que papá está
llorando!”
“¿Qué puedo hacer?”, me respondió mi madre. “¿Acaso puedo
enviarlo con alguien para que le enseñe…? Ve con la abuela y pregúntale. Tal
vez ella pueda arreglar algo en este asunto.”
Seguí rápidamente el consejo de mi madre. Fui a la abuela y
le hice mi pregunta con la sencillez de un niño. Ella me respondió: “Tu padre
es un gran jasid y un tzadik. Cada palabra y cada expresión que sale de su
boca, primero piensa en el significado de lo que está diciendo”.
Recuerdo que en ese momento sus palabras me tranquilizaron,
y desde entonces cambió mi percepción hacia mi padre. Porque entendí que mi
padre era extraordinario en comparación con los demás. En cada paso veía que mi
padre era un verdadero padre. Mi padre se levantaba por la mañana, se ponía los
tefilín y recitaba el “Shemá” y luego iba a llevarle una taza de té caliente a
su madre. Yo también quise hacer lo mismo, pero me lo impidieron alegando que
podría quemarme con el agua hirviendo.
Fuente: Likutei Diburim (traducido), partes 3-4, pág. 907 y
siguientes.
Presentado por: Instituto “Or HaJasidut”.
❣️Shavua
Tov uMevoraj (buena y bendecida semana)❣️
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LA ELEVACIÓN DEL ALMA DE💎💎
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FE Y RESILIENCIA EN TIEMPOS DE GUERRA
ESTRATEGIAS PARA CULTIVARLAS, IMPACTO EN LA FAMILIA Y LA
COMUNIDAD
Rabi Isajar Dov Rokeaj de Belz nació en 5614 (1854) siendo
su padre, Rabi Iehoshua Rokeaj, el segundo Rebe de la dinastía Belz, y de Rivka
Miriam Rokeaj, bisnieta de Rabi Avraham Yehoshua Heschel de Apta. A los catorce
años, se casó con Batia Ruchama, hija del Rebe Ieshaia Meshulam Zusia Twersky
de Chernobil, hijo de Rabi Aharon de Chernobil. Después de que ella falleciera
a una edad temprana, se casó con Jaia Dvora, hija de su primo, Rabi Avraham
Shmuel de Brzezna. Tras el fallecimiento de su padre, Rabi Iehoshua Rokeaj, el
23 de Shevat de 5654 (1894), fue coronado como Admor y Rabi de la ciudad de
Belz y se convirtió en uno de los más grandes rebes jasídicos de Galicia. Con
el estallido de la Primera Guerra Mundial se instaló temporalmente en la ciudad
de Ratzfert, en Hungría, para luego trasladarse a Munkatch y, una vez
finalizada la guerra, regresó a Galicia. Falleció en la víspera del sagrado
Shabat del 22 de Jeshvan de 5687 (1926) y fue enterrado en la ciudad de Belz.
En cierta ocasión, el santo Rabi Jaim Tzvi
de Siget, autor de 'Atzei Jaim', visitó a su yerno, el santo Rabi
Iejezkel Shraga de Cieszanów, que era sobrino del Rebe Isajar Dov de Belz. Rabi
Iejezkel Shraga de Cieszanów sugirió que viajaran para visitar al Rebe Isajar
Dov, que se encontraba en ese momento en la cercana Holoshitz. Rabi Jaim Tzvi
no tenía realmente el tiempo ni el dinero para gastar en el viaje, pero accedió
a regañadientes a las súplicas de su yerno.
Rabi Isajar Dov estaba muy contento con su
invitado y ordenó que le trajeran algo para beber. Rabi Isajar Dov le ordenó al
rabino de Cieszanów que pusiera azúcar en la taza de té de su suegro, ya que la
ley judía establece que "una persona está obligada a honrar a su
suegro". “Hemos visto que cuando Abraham dio la bienvenida a sus
invitados”, dijo Rebe Isajar Dov, “inmediatamente les dijo: ‘Refrésquense y
luego sigan’, incluso antes de que entraran a su tienda. ¿Es de buena educación
que un anfitrión informe a su invitado que debe irse después de que se haya
refrescado? Además, ¿qué le importaba a Abraham si sus invitados permanecían
bajo su techo un poco más y por qué necesitaba apresurarse para despedirlos?
Debe ser que la sagrada Torá quería enseñarnos una lección de vida”, continuó
el Rebe Isajar Dov. Si llega un invitado que no está interesado en visitarnos y
cuya visita es contra su voluntad, no lo detengas. “Hónralo con comida y bebida
y dile que, si quiere, puede irse… Según tengo entendido”, concluyó Rebe Isajar
Dov, “el Rabi de Siget no tiene tiempo y está apurado”. E inmediatamente se
levantó de su lugar, extendió su mano al Rabi de Siget y lo acompañó hasta la
puerta de la casa. Al salir, el Rabi de Siget estaba muy asombrado por la
manifiesta inspiración Divina que Rebe Isajar Dov le había mostrado y le
resultó difícil calmarse.
Mientras tanto, vieron que todavía faltaba
algo de tiempo para la salida del tren de Holoshitz. El Rabi de Cieszanów le
sugirió a su suegro que también visitaran a Rabí Aharon de Belz (quien era el
hijo de Rebe Isajar Dov) y comentaran palabras de la Torá con él. Rabí Aharon
se alegró de ver a sus invitados y le ordenó a su asistente que sirviera
pasteles y té. Rabí Aharon le dijo a su primo que pusiera azúcar en la taza de
té de su suegro, ya que está establecido en la ley judía que "una persona
está obligada a honrar a su suegro"... Rabí Aharon luego dijo las mismas
palabras de Torá que habían escuchado antes de su santo padre. Sin omitir ni
disminuir, sin agregar ni elaborar, repitió palabra por palabra las palabras -
y cuando terminó, se levantó y acompañó a sus invitados a la puerta. Al gran
asombro de Rabi de Siget por la inspiración divina de Rebe Isajar Dov, se sumó
un asombro aún mayor. No dejó de elogiar esa conexión espiritual tejida entre
padre e hijo, hasta el punto de que sacan sus palabras del mismo pozo y con las
mismas palabras.
Además de la penetrante interpretación de Rebe Isajar Dov,
en otra versión de la historia se suman dos interpretaciones más: una es la
respuesta del invitado a las palabras de Rabí Isajar Dov, que trata sobre el
hecho de que el tzadik debe influenciar y fortalecer los
corazones de quienes acuden a él ("y refrésquense") para que la
influencia continúe ("luego continúen"). La segunda es la reacción
del anfitrión, cuando vio que el Rabi de Siget dudaba en degustar los
refrescos.
Rabí Isajar Dov se dio cuenta de que su invitado estaba
ayunando y estaba deliberando si romper o no su ayuno. Por eso le dijo que
incluso Abraham percibió que los ángeles dudaban en comer. Después de todo, su
trabajo se realiza sin comer... Pero Abraham les prometió que "entonces
pasareis”, es decir, que no os volveréis corpóreos a partir de esto y podrás
continuar con vuestro trabajo.
Del hecho de que ambas interpretaciones de Rabí Isajar Dov
tratan sobre los ángeles y su trabajo, es evidente que el tema es cercano a su
corazón. De hecho, Rabí Aharon, que conocía bien a su padre y se inspiró en él,
expresó más de una vez: "¡Nuestro padre es verdaderamente un ángel!"
(Y como escribió Ibn Ezra, es posible que los tres ángeles que vinieron a
Abraham fueran profetas, y es posible que fueran ángeles reales).
De hecho, Jasidut enseña que hay tzadikim especiales,
cuyas almas proceden de la unión de las seis sefirot inferiores y maljut
(reinado), estos tzadikim son más parecidos a los ángeles (como es
la tradición, por ejemplo, sobre Rabi Iejiel Michel de Zlotchov). Aquí, Rabi Isajar
Dov revela un sentido de la presteza de los ángeles y la misión con la que
están imbuidos, ambas características de jojmá y biná
respectivamente:
Se describe a Jojmá como “un relámpago que
ilumina el intelecto”, caracterizado por la velocidad de la luz y la anulación
de todas las demás sensaciones conscientes. Biná, cuya esencia
interna es la alegría, expresa la internalización de este relámpago y la
adhesión a él, mientras se lucha con alegría y motivación para implementarlo en
el mundo. Cuando las almas nacen de estos dos, son como ángeles imbuidos de
Divinidad y presteza para cumplir su misión – tal como los ángeles instaron a
Lot a apresurarse y escapar de Sodoma.
Es interesante ver que las tres interpretaciones de la
historia pueden ser paralelas a otra obra angelical: el secreto del Jashmal en
Ezequiel. Según la interpretación del Baal Shem Tov, la obra de los
ángeles Jashmal consta de dos partes que son tres: jash,
que significa silencio, y mal, que significa cortar, y
también mal que significa habla. Estas tres juntas forman un
proceso completo de sumisión, separación y endulzamiento: La parte jash se
expresa en la sumisión al deseo oculto del invitado de apresurarse y seguir su
camino. Aunque Rebe Isajar Dov estaba muy contento con su invitado, silenció y
anuló su opinión ante la voluntad del apurado tzadik. La separación
es la promesa de que la abundancia física no interferirá con (e incluso
agregará elevación de aguas femeninas a) la espiritualidad de los ángeles, un
rasgo que pertenece a la rectificación del pacto (mal). El endulzamiento
se oculta en la interpretación del Rabi de Siget, según la cual la abundancia
recibida del tzadik permanece incluso después de haberse
despedido de él.
Luego de la explicación sobre los ángeles, cabe señalar que
Abraham y sus características fueron parte del servicio a Dios de Rabi Isajar
Dov:
Una vez, Rabi Aharon le pidió a su cuñado
que dijera algo que había oído de su padre, Rabi Isajar Dov. El cuñado citó un
dicho que lleva su nombre: "Incluso si una persona merece karet (escisión
espiritual), puede rectificarlo recaudando caridad para los judíos". Rabi
Aharon quedó muy impresionado y preguntó: "¿Es así? ¡Dilo otra
vez!"...
El servicio Divino de bondad rectifica a la persona por
medio de seguir los pasos de Abraham, el secreto del mundo de Akudim (Unión):
En este mundo, todas las luces están "unidas en un solo recipiente".
Una persona que realiza actos de bondad también se une con los judíos que
cuida. Esta inclusión dentro del colectivo de Israel "sumerge" al
pecador en la Congregación de Israel, anulando así sus defectos.
Según el Sefer Ietzirá, cada mes del año tiene un
"sentido" especial. Jeshván está asociado con el sentido del olfato.
La fragancia agradable que crea una atmósfera de satisfacción, tranquilidad y
reconciliación es uno de los pilares del hogar.
La primera palabra de la Torá, Bereshit, puede
interpretarse como beit osher (una casa de felicidad). Cuando
entramos en una “casa de felicidad”, sentimos una atmósfera de felicidad, una
especie de “aroma del Jardín del Edén”, incluso antes de escuchar a los
miembros de la familia y observar su comportamiento. Se cuenta que el Baal Shem
Tov envió a sus discípulos a observar a una pareja que estaba sentada cada una
en su rincón, cada una dedicada a sus propias actividades, sin hablarse. Los
discípulos sintieron la paz y la serenidad entre ellos. Era el aire del Jardín
del Edén en su hogar. ¿Cómo llevamos la fragancia del Jardín del Edén a
nuestros hogares?
Oler las virtudes del otro
En realidad, el sentido del olfato ya existe en todas las
parejas: la decisión de casarse, con todas sus consideraciones racionales,
surge en última instancia de un sentido del olfato interior que identifica la
raíz compartida de los dos (los estudios afirman que, inconscientemente, el
sentido del olfato físico también influye en gran medida en la elección de una
pareja). Incluso los momentos de conexión más personal y profunda están guiados
por un sentido del olfato interior, cuando los sentidos de la vista y el oído
se vuelven "innecesarios" e incluso interfieren.
El olfato detecta lo que se esconde bajo la superficie. La
decisión de casarse, más allá de identificar el vínculo en la raíz, se basa
también en el “olor” de las sorpresas compartidas y de los secretos que nos
depara el futuro. A lo largo de la vida, este sentido del olfato se expresa en
el reconocimiento de las modestas virtudes del cónyuge, en una maravillosa
sensibilidad hacia las buenas cualidades ocultas (y, paralelamente, en la
capacidad de no detenerse en los defectos del otro y hacer que emita un olor
desagradable).
Éste es el sentido del olfato mesiánico, del que se dice: “Y
olerá en el temor a Dios”. Mientras que el amor tiende a expandirse y
expresarse externamente, las cualidades de temor, sensibilidad y modestia están
relativamente ocultas y es necesario entrenar el sentido del olfato para
reconocerlas. Uno debe oler cuando su cónyuge ha superado su inclinación al
mal, se ha abstenido de hacer un comentario, ha actuado con sensibilidad y amabilidad,
ha cedido por amor y preocupación por la paz doméstica o se ha abstenido pudorosamente
de destacar un logro. Ésta es la fragancia celestial que debemos disfrutar y
que nos debe llenar de amor.
Endulzar los juicios y crear satisfacción
Más allá del ambiente general, hay momentos de satisfacción
que impregnan el ambiente de un buen aroma:
Una de las funciones del marido es la de “endulzar los
juicios” de su esposa: disipar la amargura de la vida y sus dificultades,
suavizar las críticas y colmar su sensación de carencia. En términos
cabalísticos, endulzar es denominado perfumar. Cuando un hombre logra hacer
feliz a su esposa y transformar un ambiente tenso en uno relajado, la casa se
llena de una fragancia celestial.
De la mujer meritoria se dice que “hace la voluntad de su
marido”. Jasidut explica que la mujer digna es como Sará, que hace-rectifica,
la voluntad de su marido Abraham hasta que Dios le dice: “Todo lo que Sará te
diga, escucha su voz”. Aquí también, cada vez que la mujer logra cumplir los
deseos del hombre, especialmente cuando apunta a sus deseos ocultos, tal vez
ocultos incluso para él mismo (y a veces mientras hace, rectifica y dirige su
voluntad revelada), una fragancia agradable se eleva en la casa.
El sentido del olfato también está relacionado con la
dimensión espiritual del alma: un cónyuge que ama siente vitalidad y alegría en
cada manifestación de entusiasmo y despertar espiritual de su pareja, incluso
cuando hay algo infantil o irreal en ello. Reprimir el espíritu del cónyuge,
menospreciando sus sentimientos o ideas (lo que también tiene un elemento de
violencia), daña el sentido del olfato y enturbia la atmósfera. Por el
contrario, la atmósfera de apoyo que nutre este despertar espiritual llena la
casa con el aroma del Jardín del Edén, para alegría de todos los que entran por
sus puertas.
El partzufde esta semana se dedicará a tomar una
palabra importante de la parashá y
observar varias palabras o frases con las que comparte la misma guematria y luego establecer la
correspondencia con las sefirot.
El lado serio de la guematria
La gematría es el
estudio de la dimensión cuantitativa de la Torá. La mayoría de las personas
están familiarizadas con la guematria porque
han escuchado una que se les quedó grabada en la mente. Tal vez fue que el
valor de "Mashíaj" (מָשִׁיחַ)
y el valor de "serpiente", najash (נָחָשׁ)
- la serpiente del Jardín del Edén – es el mismo, 358. Es posible que los haya
puesto a pensar. ¿Qué pueden tener en común estas dos cosas? El Mashíaj
representa la rectificación de la realidad, mientras que la serpiente fue la
que engañó a Adán y Eva para que comieran del Árbol del Conocimiento y nos
metió en el lío en el que estamos, en primer lugar.
O tal vez fue una guematria
famosade la Alta Edad Media, que el Nombre de Dios, Elokim (אֱ־להִֹים )
y "la naturaleza", hateva (הַטֶּבַע)
también tienen un valor idéntico, 86. Otra de estas identidades cuantitativas
entre palabras que inicialmente parecen no coincidir y que llama nuestra
atención y nos empuja a descubrir la conexión.
Pero la mayoría de las veces, la guematria es vista como una especie de "truco de
salón" judío. Las personas que buscan entretener intentarán conectar los
nombres de la novia y el novio entre sí, o con la parashá, o con cualquier otra cosa que parezca funcionar. Este es
un momento especialmente oportuno para crear equivalencias utilizando el "juego
de manos" conocido como el kolel,
la costumbre aparentemente indiscriminada de los rabinos de agregar 1 a cada
lado de una igualdad para que funcione. Aunque existe una fuente seria que
proporciona una base legítima para esta acción (e incluso consideraciones
matemáticas que la hacen plausible), la forma en que se hace al azar degrada la
seriedad de la guematria.
Hay otro fallo en juego. Mucha gente ha escuchado y tal vez
ha estado de acuerdo con la apreciación de que la guematria carece de sentido, porque cada número tiene un número
infinito de posibilidades de palabras o frases que tengan su valor. Y así,
"se puede mostrar que todo es igual a todo lo demás". Pero esto
evidentemente no es cierto. En realidad, hay un número muy pequeño de palabras
o frases que equivale su valor a un número dado, y aún menos si quieres que la
palabra sea una que se pueda encontrar en, digamos, el Pentateuco, el Tanaj o
la Mishná.
Para contrarrestar esta tendencia a desestimar el valor de
la guematria , uno de los primeros
comentarios medievales sobre la Torá[1] señala que la frase:
"Porque no es una cosa vana para ustedes"[2],ki lo dabar rak hu mikem
(כִּי לאֹ דָבָר רֵק הוּא מִכֶּם)
- sobre la cual los sabios dicen: "Si está vacía, es por ti que está vacía,
porque no has meditado en ella,"[3] lo que significa que son tus carencias
los que te llevan a pensar que una enseñanza particular de la Torá está vacía
de significado, tiene el mismo valor que "guimatriot"[plural
de guematria] (גִּימַטְרִיאוֹת).
Al igual que cualquier parte del estudio de la Torá, la guematria es tan buena y reveladora
como el temor al cielo que caracteriza a la persona que la usa. Para evaluar
verdaderamente la importancia de un cierto hallazgo matemático en la Torá, uno
debe ser un verdadero erudito y conocer la vasta literatura que trata sobre la guematria desde la época de los sabios
en adelante.
Dicho todo esto, hay un aire lúdico en la guematria y en otras formas de interacción
con letras. Para descubrirlo y disfrutarlo, hay que tener cierta idiosincrasia
en la forma de pensar.
Construcción de un partzuf basado en un número
Una de las palabras más centrales en nuestra parashá es Jebrón, el nombre de la
ciudad en la que Abraham y Sará vivieron durante muchos años de sus vidas en la
Tierra de Canaán. Esta no es la primera vez que Jebrón es mencionada en la
Torá. La primera vez fue en el versículo: "Avram trasladó su tienda y vino
a morar en la llanura de Mamre, que está en Jebrón; y construyó allí un altar a
Havaia".[4]
Históricamente, sin embargo, Jebrón fue el primer lugar en
la futura Tierra de Israel donde Abraham compró una parcela de tierra y la
ciudad donde Abraham enterró a su esposa, Sará.
"Sará murió en
Kiriat Arba - Jebrón - en la tierra de Canaán..."[5]
Cuando construimos un
partzuf en torno a una determinada
palabra o concepto, nos interesa ver cómo se pueden organizar otras palabras o
frases que tienen un valor numérico idéntico en función de las sefirot.
En nuestro caso, el valor de "Jebrón" (חֶבְרוֹן)
es 266, por lo que todas las palabras y frases - la mayoría de ellas tomadas de
la Biblia, pero algunas de otras fuentes rabínicas, compartirán esta misma guematria, o valor numérico. Por lo
tanto, aparte de denominar a esto el partzuf
de Jebrón - la palabra de la que partimos - también podríamos llamar a esto
el partzuf de 266.[6]
Corona (keter): Abrazarte y aferrarse a Ti
Nuestra primera frase está tomada del Hoshanot, el poema litúrgico que se recita mientras se da vueltas
con las Cuatro Especies en Sucot. La frase traducida describe a la
nación de Israel como, "Abrazándote y aferrándose a Ti", javuká
udevuká baj (חֲבוּקָהוּדְבוּקָהבָּךְ). La primera palabra,
"abrazar" (חֲבוּקָה) comienza con las mismas dos letras que "Jebrón" (חֶבְרוֹן) - jet y beit (חב). Muchas fuentes, las
fuentes cabalísticas citan el versículo del profeta Jabaquq (cuyo nombre
también comienza con jet y beit, חֲבַקּוּק), "Y allí se oculta Su poder"[7] (וְשָׁם חֶבְיוֹן עֻזֹּה) como la referencia bíblica más clara y la
descripción de la corona, particularmente del aspecto interno del partzuf superiorde la corona, Atik.[8] La
descripción de "abrazar y aferrarse a Ti" también se refiere al
aspecto más elevado del alma, el singular, iejidá (יְחִידָה), que en su nivel más alto está oculto y escondido, incluso
para el propio individuo.
Cuando Maimónides se refiere a este aspecto de Dios, lo
describe como "existencia absoluta [o, necesaria]”, mejuiav hametziut
(מְחֻיַּב הַמְּצִיאוּת), en otras palabras,
solo la existencia de Dios es absolutamente independiente de cualquier otra
cosa. "Necesario" (o, "absoluto" en este contexto) en
hebreo mejuiav (מחויב) también deriva de
estas dos letras, jet y beit. Con respecto a Jebrón, las dos
primeras letras, jet y beit, también aluden a "afecto"
(חִבָּה), que es su rasgo especial, gracias al
cual hace que todas las almas sean afectuosas entre sí. Antes de partir, Rabí
Shimon bar Iojai reveló el ingrediente secreto que lo unía a sus discípulos y a
ellos entre sí:
"Para nosotros,
todo depende del afecto"[9]
Anan bajavivuta milta
אֲנָן בַּחֲבִיבוּתָא תַּלְיָָיא מִלְּתָא
Esto contrastaba con
la generación de su maestro, Rabí Akiva, que actuó con fuerza y fervor y lideró
la rebelión contra Roma.[10]
Además, las iniciales de "abrazar" (חֲבוּקָה) y "aferrarse" (דְבוּקָה)
deletrean "uno" (חד), sugiriendo una vez
más la forma en que la corona es singular y una.
Sabiduría (jojmá): El modesto
Una sola palabra que equivale a 266 es "el
modesto" (צְנוּעִים). La conexión con la
sabiduría se encuentra explícitamente en el versículo: "Los modestos
poseen sabiduría"[11] (וְאֶת צְנוּעִים חָכְמָה).
Dado que los modestos aquí están en plural, se refiere al
fundamento de la sabiduría, que se describe como extendido, y así se une al
fundamento del entendimiento al penetrar en él y descender juntos hasta el emocional
partzuf deZe'er Anpin.
Entendimiento (biná): El Verso Central del Rebe
Najman
El Rebe Najman de Breslov escribe que una de las tareas más
profundas que podemos emprender en la vida es ver a un compañero judío de
manera positiva. Pero según el Rebe Najman, esto no solo significa juzgarlo con
indulgencia y con buenos ojos, sino que significa buscar algo positivo en
ellos. Una vez que encuentres ese punto, cualidad o acción positiva, debes
contemplarlo continuamente hasta que eleve al individuo. Él aprende esto del
versículo:
"Pronto, ya no
habrá un individuo malvado, porque contemplarás su lugar, y [su maldad]
desaparecerá"[12]
La guematria de
las primeras tres palabras de este versículo, "Pronto, ya no habrá", od
meat veein (עוֹד מְעַט וְאֵין),
es 266, el valor de Jebrón. Dado que el versículo habla de contemplación - "debes
contemplar [su lugar]", vehitbonanta (וְהִתְבּוֹנַנְתָּ)
- corresponde claramente a la sefirá de
entendimiento, biná, que en hebreo proviene de la misma raíz que "contemplación-meditación".
Conocimiento (da'at): Jebrón
La elección de incluir "Jebrón" (חֶבְרוֹן) en nuestro partzuf puede parecer sorprendente. Lo que aprendemos de esto es
que a veces, cuando construimos un partzuf,
lo estamos construyendo enteramente en torno al punto central, por así decirlo,
de conocimiento.
Jebrón (חֶבְרוֹן) significa conectar;
es el lugar donde se unen los cuatro elementos. Esta es una de las razones por
las que (según el Zohar) se llama Kiriat Arba, que significa la Ciudad de los
Cuatro. La cualidad interior y la experiencia del conocimiento es la de unidad,
ijud (יִחוּד). El conocimiento es
la sefirá que unifica nuestro
intelecto con nuestros atributos emotivos y las facultades conductuales, así
como la tierra de Jebrón une los elementos. En este sentido, el conocimiento es
como el alma, o la conciencia de todo el individuo.
Otra perspectiva sobre la inclusión de "Jebrón" en
el partzuf de Jebrón es que su valor
es, por supuesto, 266, y podemos (como sugiere el título de este artículo)
referirnos al partzuf queestamos construyendo como el "Partzuf de 266", y por supuesto Jebrón" (חֶבְרוֹן) es una de las palabras simples cuyo valor
es 266.
Bondad (jesed): Confianza en Dios
Otra frase que equivale a 266 es:
"el que confía
en Dios está rodeado de amor...bondad"[13]
Haboteaj baHavaia
Jesed isovevenu
הַבּוֹטֵחַ בַּי־הוה חֶסֶד יְסוֹבְבֶנּוּ
Obviamente, esta
frase está conectada con la sefirá de
bondad, pero expliquemos por qué. Tendemos a poner nuestra confianza en
aquellos que tienen en mente lo mejor para nosotros - aquellos que nos aman y
se preocupan por nosotros. Sobre esta relación entre la confianza y el amor, el
rey David dice: "El que confía en Dios está rodeado de bondad". Lo
que el versículo está diciendo es que hay un bucle infinito que se encuentra en
nuestra relación con Dios. Ponemos nuestra confianza en Él porque Él se preocupa
por nosotros y porque ponemos nuestra confianza en Él, Él nos ama aún más, lo
que hace que confiemos aún más en Él y así sucesivamente.
El entorno alude a "razones", sibot (סִּבּוֹת), es decir, tipos de signos. Una persona
necesita ser super-sensitiva para ver las señales que Dios le envía
constantemente, mostrando que Su Providencia nos ve a todos en todo momento.
Poder (guevurá): Contracción
"Contracción", tzimtzum (צִמְצוּם) significa que todo en Jebrón requiere una
contracción. Esta es la esencia del poder. La rectificación de la
"contracción" es el ayuno - es decir, la contracción en una manera
positiva. Hay muchos niveles de ayuno y cada persona debe encontrar el tipo
correcto de contracción para sí misma. Por ejemplo, incluso si una persona
planea comer algunas semillas y se salta todas las demás, eso también se
considera una "contracción" y cuenta como que ha "ayunado"
hasta cierto punto.
Belleza (tiferet): Reunir al pueblo
La belleza es la unión de muchas facetas o colores para
crear una sola imagen. La frase de la Torá que nos corresponde con la belleza
describe una situación en la que muchas facetas y personajes se unieron, aunque
con un propósito negativo. El versículo dice:
"Cuando el
pueblo vio que Moisés tardaba en venir bajando de la montaña, el pueblo se
reunió contra Aarón..."[14]
Vaiare haam ki voshesh
Moshe laredet min hahar vaikahel haam al Aharon
El valor de "el
pueblo reunido" (וַיִקָּּהֵל הָעָם)
es 266. Aunque esta frase aparece en el contexto del pecado del Becerro de Oro,
se rectifica poco después, durante la construcción del Tabernáculo - la
rectificación por el pecado del Becerro de Oro - cuando "Moisés reunió a
toda la congregación de Israel"[15] (וַיַּקְהֵל
מֹשֶׁה אֶת כָּל עֲדַת בְּנֵי יִשְׂרָאֵל). Dicho de otra manera, el Becerro de Oro
fue el resultado de que Moisés no estaba allí para guiarlos, por lo que la
rectificación para esto sucede cuando Moisés reúne al pueblo. Además, cuando
pecaron, fueron llamados "el pueblo" (הָָעָם)
y cuando Moisés los reúne, se les describe como "toda la congregación de
Israel (כָּל עֲדַת בְּנֵי יִשְׂרָאֵל).
Exploremos más a fondo la rectificación. Los valores de las
letras de "Jebrón" (חֶבְרוֹן)
en numeración reducida son 8, 2, 2, 6 y 5. Sorprendentemente, estos son los
números de letras en las palabras que componen la frase:
Podemos explicar esto aún más observando que el valor
reducido de "Jebrón" es 23, lo que alude al nombre original de Eva, antes
de pecar, que era "Jaia" (חַיָּה). Jebrón devuelve a Eva a su nombre
original, Jaia. También alude a una
palabra que significa "alegría", jedva (חֶדְוָה), la palabra utilizada por el Zohar para designar el estado óptimo del
corazón judío:
"El llanto está
encajado en el corazón desde este lado, y la alegría está encajada en el
corazón desde ese lado[16],
Bejia tekia belibai
misitra vejedvá tekia belibaei misitra da
un tema analizado y explicado en detalle en muchos escritos
jasídicos.[17] En
resumen, la alegría es el contrapeso al llanto del corazón por los pecados
cometidos en el pasado y/o nuestra distancia de la bondad de Dios que es el
resultado de esos pecados.
Victoria (netzaj): Dios es más Elevado en lo Alto
Otra frase clave que equivale a 266 aparece en el versículo:
"Aunque Havaiá es Elevado, Él mira a los
humildes; aunque al altivo, Él conoce desde lejos" [Tehilim 138:6]
La guematría
de las palabras "Havaiá es elevado"
(רָם י־הוה) es igual a 266. La
conexión con la sefirá de victoria se
basa en los Diez "Extremos", amakim (עֳמָקִים)
que aparecen en el Sefer Ietzirá. Las
descritas como "la profundidad de lo alto y la profundidad de lo
bajo", omek rum veomek tajat (עֹמֶק רוּם
וְעֹמֶק תַּחַת) corresponden a victoria y a reconocimiento, respectivamente.
Por lo tanto, a pesar de que Dios es el extremo de la altura, tan alejado como
está de la realidad, aun así, Él percibe y conoce toda ella, particularmente
aquellos que son humildes (שָָׁפָל).
Reconocimiento: Abstenerse
Correspondiente a la sefirá
de reconocimiento (hod),
encontramos una palabra simple cuyo valor es 266, "abstenerse", sur
(סוּר) como en el versículo,
"Abstente del
mal y haz el bien"[18]
Sur merá vaasé tov
סוּר מֵרָע וַעֲשֵֵֹה טוֹב
Abstenerse del mal
requiere un compromiso firme de seguir el camino de Dios y no desviarse a la
izquierda o a la derecha. Esta es la esencia de ser sincero, la cualidad interior
y la experiencia de reconocimiento.
Fundamento (iesod): Un Tzadik nunca llega tarde
Otra frase que equivale a 266 se encuentra en una de las
descripciones seminales del Mashíaj y la Redención,
"vendrá, no
tardará"[19]
Bó iabó lo ieajer
באֹ יָבֹא לֹא יְאַחֵר
En el contexto de las relaciones matrimoniales, esta frase
se refiere a la sefirá de fundamento.
Una de las cualidades características de fundamento es que todo lo que procede
a pasar por ella lo hace en el momento exacto requerido, tema que hemos
explorado en otro lugar. Una persona que está relacionada con fundamento tiende
a demorarse, pero aquí, aunque parezca que llega tarde, en realidad no llegará
tarde.
Reinado (maljut): ¿Quién soy yo?
עני ואביון אני. El rey David, el
alma arquetípica de reinado-maljut, se describe a sí mismo en los Salmos
como:
cuyo valor es 266. reinado es descrita como "no tiene
nada propio", y es la fuente del sentimiento de ego - la fuente del "Yo"
- que el rey David en particular trató de rectificar a través de su humildad
ante Dios. Como comienza el versículo de donde se origina esta frase: "Una
oración de David: Inclina tu oído, oh Dios, respóndeme, porque soy pobre y empobrecido".
El sentimiento de humildad reflejado en este versículo se manifiesta como un
sentimiento de que "no tengo nada propio", no puedo atribuirme el
mérito de todos mis logros, porque deben atribuirse al Todopoderoso,
"porque Él es quien te da la destreza para tener éxito".[21]
Imaginemos ahora el partzuf
completo:
Corona-keterכתר
חֲבוּקָה וּדְבוּקָה בָּךְ
Entendimiento - Bináבִּינָה
עוֹד מְעַט וְאֵין
Sabiduría - Jojmáחָכְמָה
צְנוּעִים
Conocimiento - Daatדַַּעַת
חֶבְרוֹן
Poder-Guevuráגְּבוּרָה
צִמְצוּם
bondad-jésed חֶֶסֶד
הַבּוֹטֵחַ בַּי־הוה חֶסֶד יְסוֹבְבֶנּוּ
Belleza-tiferet תִּפְאֶֶרֶת
וַיִקָּּהֵל הָעָם
reconocimiento-hodהוֹד
סוּר
victoria-netzaj נֶצַח
רָם י־הוה
fundamento-iesodיְסוֹד
באֹ יָבֹא לֹא יְאַחֵר
reinado-maljutמַלְכוּת
עָנִי וְאֶבְיוֹן אָנִי
Más 266
Aunque hay un número limitado de palabras y frases cuyo
valor es 266, ésta no fue una lista completa. Mencionemos algunos más y digamos
rápidamente unas palabras sobre dónde encajaría cada uno de ellos en nuestro partzuf:
Segundo relleno de Alef:
El relleno de la letra alef es alef-lamed-pei (אלף). El segundo relleno es alef-lamed-pei lamed-mem-dalet pei-alef
(אלף למד פא), cuyo valor es 266.
Esto correspondería a sabiduría debido a la conocida y frecuentemente citada
frase: "Te enseñaré sabiduría"[22], vaalefja jojmá (וַאֲאַלֶּפְךָ חָכְמָה), donde la palabra "Te enseñaré"
se deriva de la letra alef, que literalmente significa enseñar o instruir,
en hebreo. Debido a que la permutación del nombre de la alef, פֶֶּלֶא, pele,
significa maravilla y generalmente se refiere a la corona, podríamos estar
tentados a colocar el segundo relleno de la alef en la corona, sin
embargo, solo alef (אלף) se refiere a los
pelos de la barba de "la sabiduría oculta" de la corona, que
descienden para convertirse en la sabiduría del Mundo de Emanación.
Honor de Havaia:
Un cálculo más complejo que usamos en guematria
es tomar el equivalente de un "producto punto*" entre dos
palabras con el mismo número de letras. Aplicando este cálculo a las dos
palabras "honor de Havaia", kevod Havaia (כְּבוֹד י־הוה) - una expresión que aparece muchas veces
en la Biblia - obtenemos 200 más 10 más 26 más 20, lo que suma 266.
Curiosamente, el valor normativo (es decir, la guematria
"regular") de estas dos palabras es 58, que es el valor de la palabra
que significa "gracia", jen (חֵן).
Pero observe que esta palabra es simplemente la primera y la última letra de
"Jebrón" (חֶבְרוֹן). Esto nos lleva a otra observación
interesante, que la palabra "Jebrón" también es igual a "la
gracia de Itzjak" (חֵן יִצְחָק),
ya que las letras inicial y final son "gracia" y el valor de las
letras del medio, 208, es el mismo que "Itzjak" (יִצְחָק).
¿Dónde deberíamos ubicar este cálculo más complejo del
"honor de Havaia"? Los
ángeles preguntan:
"¿Dónde está el
lugar de su honor?"
Aie mekom kvodó
אַיֵֵּה מְקוֹם כְּבוֹדוֹ
El valor de "honor"(כָּבוֹד) es 32 y, por lo tanto, generalmente se
asocia con los 32 Senderos de Sabiduría, lo que sugeriría que esto también
corresponde a la sefirá de sabiduría.
Pero en la Cábala primitiva hay una distinción entre dos aspectos del honor: el
honor de emanado y el honor de lo creado (כָּבוֹד נֶאֱצַל
כָּבוֹד נִבְרָא). Estos dos aspectos del honor corresponden a la sabiduría
suprema, jojmá ilaá (חָכְמָה עִלָָּאָה),
o simplemente sabiduría, y la sabiduría inferior, jojmá tatáa (חָכְמָה תַּתָּאָה), que en realidad se refiere a reinado (maljut). Por lo tanto, correspondemos
"el honor de Havaia" con la sefirá de reino dentro de sabiduría.
El Perímetro de la
Silla, hekef kisé (הֵֶקֵּף כִּסֵּא): En la Cábala primitiva (pre-Ramak y
Arizal), estas seis letras, organizadas como mnemotécnia, son las que cuando se
"llenan" recursivamente conducen cíclicamente a la letra alef. Por ejemplo, si llenamos la letra alef (א),
obtenemos alef-lamed-pei (אלף). Pero el relleno de pei (ף) es pei-alef (פא).
Continuar tomando el llenado de la letra final – alef - demuestra que estamos en un ciclo interminable con la letra alef siendo el llenado "final"
de alef. Dado que la mnemotecnia de
estas seis letras es el "perímetro de la silla" (הֶקֵּף כִּסֵּא), que equivale a 266 y alude al Mundo del
Trono, olam hakisé (עוֹלָם הַכִּסֵּא),
que es el Mundo de la Creación, correspondemos esto a la sefirá de entendimiento.
"Así dice [Dios]": Todos los profetas, excepto
Moisés, están asociados con la expresión "Así dice Dios", Kó Amar(כֹּה אָמַר) cuyo valor es 266.
La profecía se asocia con eras en las que hay una unificación completa entre Ze'er Anpin y Nukva, siendo esta última el equivalente de reinado. Cuando esto
ocurra una vez más, la profecía regresará al pueblo judío. Claramente, esta
frase corresponde a la sefirá de reinado
Otras dos palabras notables cuyo valor es 266 son
"muéstrame"[23], hareni
(הַרְאֵנִי) y "está
bien", beseder (בְּסֵדֶר). La primera fue pronunciada por Moisés
después del Pecado del Becerro de Oro como una petición para que Dios revelara
Su compasión, y como resultado se le dieron a Moisés los Trece Atributos de la Misericordia
Divina. La segunda no es una palabra bíblica. Literalmente significa "en
orden", pero se usa coloquialmente para designar que todo está en orden, o
que todo está bien, ok.
(de las clases dadas en Jebrón en el mes de Iyar 5754)
* Para calcular el producto punto de כְּבוֹד(Kavod,
"gloria") y י-הוה(el nombre Havaia), sigamos estos pasos:
Los valores de las letras hebreas según la guematria
estándar:
1.כבוד
(Kavod):
·כ =
20
·ב = 2
·ו = 6
·ד = 4
·Total de valores: [20, 2,
6, 4]
2.י-הוה
(Havaia, el Tetragrámaton):
·י =
10
·ה = 5
·ו = 6
·ה = 5
·Total de valores: [10, 5,
6, 5]
Producto punto:
Multiplicamos los valores correspondientes de cada letra y
sumamos los resultados:
(20⋅10)┴(2⋅5)┴(6⋅6)┴(4⋅5)
20⋅10=200
2⋅5=10
6⋅6=36
4⋅5=20
Ahora sumamos:
200┴10┴36┴20=266
Resultado:
El producto punto de כבודy י-הוהes 266.
[1]Pa'aneajRaza escrito por Rabí
Itzjak, hijo de Rabí Iehudá HaLeví, autor del Kuzari.
[2]
Deuteronomio 32:47.
[3]
Talmud de Jerusalén, Ketubot 8:11.
[4]
Génesis 13:18.
[5]
Ibíd. 23:2.
[6]
Esto también proporciona una base de por qué el mismo "Jebrón"
también aparece en el partzuf; véase
la entrada para el Conocimiento (da'at),
más abajo.
[7]
Habacuc 3:4.
[8]
Obsérvese que esta palabra que significa "está oculto", jevión (חֶבְיוֹן), también comienza con las letras jet y beit.
[9]Zohar 3:128a.
[10]
Hay un
dicho muy conocido de los sabios, "Todos los séptimos son queridos", col
hasevivin javivin (כָּלַ הַשְּׂבִיִעִין
חֲבִיבִין), un dicho con el que el
Rebe de Lubavitch comienza su ensayo seminal, Bati LeGani. Una de las más hermosas alusiones matemáticas a este
principio se puede encontrar en los 15 adjetivos que recitamos inmediatamente
después del Shemá, proclamando que
todo lo que hemos dicho en el Shemá es
verdadero, "y cierto, y correcto, y duradero, y justo, y fiel, y amado, y querido..."
(וְיַַצִיב וְנָכוֹן וְקַיָם
וְיָָשָׁר וְנֶאֱמָן וְאָהוּב וְחָבִיב). El séptimo adjetivo es "querido", es decir, ¡el
séptimo es querido!
Por cierto, debido a que cada uno comienza con
la letra vav (ו), estos adjetivos se conocen como 15 vavin. La forma de
la letra vav es una simple línea
recta. Dado que el valor de "querido" (חָבִיב) es 22, también insinúa la proporción de 22 a 7, que es la
mejor aproximación usando números de dos dígitos para pi, la relación
entre el diámetro de un círculo - aludido por la letra vav, como se señaló - y su circunferencia. Para obtener más
información sobre pi en la Torá, consulte nuestro sitio web ESTRUCTURAS
MATEMÁTICAS-LA HISTORIA DE π PARTE 2 - Gal Einai en Español.
Dios crea toda la realidad en cada momento
nuevamente, y también supervisa lo que sucede en ella. La profundidad de esta
supervisión es una misericordia profunda, incondicional, que incluye una
relación personal: Dios tiene compasión de mí, como un padre por su hijo único,
un padre que ve ante sus ojos a su hijo único y nada más. Isaías 26:4 dice:
"Confíen en Hashem para siempre, porque Hashem es la roca (que resguarda)
del universo."
Os ruego, amigos que son amados por su Hacedor y odiados por
su Inclinación al Mal: ¡No hagáis el mal! Que nadie haga de sí mismo un rashá
(malvado) ante Di-s durante [aquella] una hora que El ha escogido de todo el
día para que [la gente] pueda congregarse y pararse ante El en esta hora. Pues
éste es un tiempo auspicioso ante El para que El Se revele, y para venir al
"santuario en miniatura" a visitar a la Shejiná de Su Gloria
"que mora con ellos, [con el pueblo judío,] en medio de su impureza"
y ser accesible a aquellos que Lo buscan, Le suplican y Lo anhelan.
LA
CUARTA REVOLUCIÓN
ALMAS MEZCLADAS
En las
primeras generaciones del pueblo de Israel existían divisiones claras: una
división general entre los sabios de la Torá (javerim) y la gente
del pueblo (am ha’aretz), divisiones específicas entre las
tribus, y más adelante, divisiones según roles definidos o niveles espirituales
(descritos con precisión en la Cabalá). Sin embargo, a medida que pasaron las
generaciones, surgió una mezcla: una mezcla entre las tribus, entre los
diferentes estamentos y funciones, e incluso entre las almas y sus niveles. En
un nivel profundo, explica el jasidismo, esta mezcla ocurre incluso dentro de
cada alma en sí misma: una misma persona puede ser, en momentos de lucidez
espiritual (gadlut mojin), poseedor de un alma elevada, y en
momentos de limitación espiritual (katnut mojin), poseedor de un
alma más baja, haciendo difícil clasificar o definir.
A primera
vista, esta mezcla parece negativa. Cuando hay definiciones claras, cada uno
puede cumplir con su rol particular y cuidarse de los peligros específicos que
lo amenazan. En cambio, cuando hay mezcla, los roles no están definidos, y cada
individuo debe cuidarse de todos los peligros espirituales: tanto por el
bienestar de su entorno, debido a la mezcla que lo rodea, como por las amenazas
que lo afectan personalmente, debido a la confusión interna en su propia alma.
Sin
embargo, esta mezcla también tiene aspectos positivos. Las divisiones generaban
polarización, desgarraban al pueblo y producían fenómenos de arrogancia y alienación,
por un lado, y de desesperación y pérdida de rumbo por otro. El jasidismo vino
a sanar estas fracturas en el pueblo, a reconectar a los sabios de la Torá con
los judíos simples, de manera que cada uno pueda reconocer y aprender de las
virtudes del otro, uniendo a todos en un servicio igualitario a Dios, en el
cual “el rico no será distinguido del pobre”.
Además, así
como la mezcla obliga a las almas elevadas a cuidarse de los peligros que
enfrentan las almas más bajas, fomentando la responsabilidad mutua, también
permite revelar en las almas más bajas los niveles de las almas más elevadas.
Cuando los jasidim y su Rebe se conectan a través del camino jasídico,
la profunda mirada del Rebe logra descubrir en sus jasidim cualidades
propias de almas elevadas, demostrando que, en la raíz más alta, todos los
judíos pertenecen a los niveles más sublimes. Así, el *Rebe* puede convertir a
sus jasidim en emisarios capaces de enfrentar grandes desafíos y cumplir
misiones trascendentales, tal como él mismo.
En un nivel
más profundo, la mezcla entre las almas refleja la mezcla en la realidad del
mundo. El mundo avanza hacia una interdisciplinariedad, una unidad y una
conexión entre diferentes áreas, donde el punto culminante mesiánico será la
unión de lo sagrado y lo profano, la sabiduría de la Torá y la sabiduría
científica. Este es un diluvio sagrado que mezcla y confunde entre todos los
ámbitos, conectando lo que desciende de las “compuertas de los cielos” con lo
que asciende de “los manantiales del gran abismo”.
Este cambio
en la realidad del mundo (en el jefetz) exige una adaptación en
las almas (el gavra): la visión de unidad demanda que las almas
también se vuelvan interdisciplinarias, conectando el mundo profano con el
mundo sagrado, corrigiendo lo profano y generando renovación y elevación en lo
sagrado. La mezcla en la realidad del mundo, que provocó que muchas almas
fueran expulsadas del ámbito sagrado y se extraviaran en campos ajenos,
finalmente dio lugar al surgimiento de nuevas almas: las almas de los baalei
teshuvá, en quienes la Divina Providencia generó una mezcla de sagrado
y profano, permitiéndoles materializar plenamente la visión de la unidad y
transmitirla a todos los tipos de almas del mundo. Esto incluye tanto a las
almas de Israel en sus diversas expresiones - cuyo rol es iluminar a todas las
naciones del mundo con la luz de la verdad y la unidad– como a las almas de las
demás naciones, que deben recibir esta luz del pueblo de Israel.
Sobre la eternidad y el
cambio en la Torá, en Israel y en Di-s
Resumen
del desarrollo de la lección
La celebración de Simjat Beit Hashoevá
este año también fue una alegría de la Torá: el lanzamiento del libro La
Cuarta Revolución, tan esperado por mucho tiempo. Este libro describe las
cuatro revoluciones en el estudio de la Torá:
1.La
revolución de la escritura de la Torá Oral.
2.La
revolución del estudio de la Torá remunerado.
3.La
revolución del estudio de la Torá para mujeres.
4.La
cúspide, la cuarta revolución: el estudio de la Torá para las naciones del
mundo.
La lección dedicada a este tema abordó el
punto más sensible: ¿cuál es la fuerza que permite una revolución en la Torá y,
en esencia, ¿cómo es posible hablar de cambio y revolución en una Torá que es
inmutable?
·Capítulo 1: Explica que para las tareas de nuestra
generación – la lucha contra los enemigos de Israel y la aproximación al mundo
entero – se requiere en el alma una cualidad de fortaleza que impulse
revoluciones, una audacia sagrada acompañada de humildad.
·
·Capítulo 2: Aborda los dos aspectos de la Torá: la
verdad inmutable y la fortaleza del cambio, que representan el objeto (jéftza)
y el sujeto (gavrà), la mente y el corazón de la Torá.
·
·Capítulo 3: Revela de manera asombrosa cómo estos
dos aspectos también existen en el pueblo de Israel y en Di-s mismo, mostrando
que "todo es uno" (donde las dos caras de Dios mismo son Israel y la
Torá).
·
·Capítulo 4 (un "bonus" añadido después de
la lección): Explora la cuestión de "el oro adquiere la plata",
ilustrando cómo la fuerza del cambio basada en la capacidad de reconocer un
error y cambiar de opinión, aparece en Rabí Iehudá Hanasí, quien lideró la
primera revolución.
Antes de la lección hubo un panel
fascinante con estudiantes del rabino que hablaron sobre la cuarta revolución,
y las palabras del rabino incluyeron referencias a las ideas expresadas en ese
panel. Se recomienda a todos ver o escuchar la lección.
1. FORTALEZA REVOLUCIONARIA
Las dos tareas de nuestra generación:
Moadim Lesimjá a todos, que este año traiga
muchas buenas noticias. Observé de lejos el panel que tuvo lugar aquí y, al
final, se habló de las dos misiones importantes que tenemos hoy. No las
mencionaré en orden de prioridad, sino según su relevancia actual:
1. La primera misión es que debemos vencer a nuestros
enemigos, asegurando que tengamos "Didan Notzaj" (la victoria
es nuestra).
2. La segunda misión, que es el tema de esta noche,
se refiere al aspecto complementario: abrir las puertas y difundir los
manantiales hacia afuera, hasta un nivel en que no haya ningún límite o
frontera[1].
Esta tarea también implica romper las barreras absolutas que han existido hasta
ahora entre la Torá del pueblo de Israel, el pueblo elegido y la humanidad en
general. Todo esto para que pronto podamos alcanzar el propósito profético[2]:
"Porque
entonces devolveré a los pueblos un lenguaje claro, para que todos invoquen el
nombre de Hashem y lo sirvan como unidos."
El vínculo entre estas dos tareas, vencer a los enemigos y acercar al
mundo entero, se puede expresar en el principio de "Apartarse del
mal y hacer el bien".[3]
En términos simples esto significa que el orden es primero "apartarse
del mal" y luego "hacer el bien": primero venceremos
a los enemigos y después nos ocuparemos de hacer el bien a todo el mundo.
Cumpliremos con la continuación del versículo: "Busca la paz y
persíguela"[4],
lo que incluye la idea de perseguir “en otro lugar”, es decir, ir lo más
lejos posible para difundir la paz y el bien.
Sin embargo, como escuchamos anteriormente del rabino Iosi,
editor del libro, según el camino del Baal Shem Tov debemos cumplir "apartarse
del mal" a través de "hacer el bien"[5].
Explicamos que aquí hay dos formas de depuración, como se explica en
Jasidut[6],
“Apartarse del mal" como preparación para "hacer el
bien" es como separar los desechos de los alimentos; primero
eliminamos a todos los enemigos y luego nos ocupamos de quienes queden.
"Apartarse del mal" mediante "hacer
el bien" es como separar el alimento bueno de los desechos,
invirtiendo en lo 'bueno' de manera que cause el rechazo y la
eliminación de los enemigos. De hecho, el enfoque de "apartarse del
mal" a través de "hacer el bien", que implica
seleccionar el alimento de entre los desechos está permitido en Shabat.
Mientras que el trabajo de "separar" (בורר,
borer), que está prohibido en Shabat, consiste en tomar los desechos y
extraerlos del bien.
De todos modos, como escuchamos anteriormente de todos los
oradores, hoy en día debe haber una clarificación dentro de las naciones, quién
se acerca a Hashem a través de su conexión con el pueblo de Israel y la
aceptación de la Torá de Israel y quién es enemigo del pueblo de Israel (y por
lo tanto, enemigo de Hashem[7]),
cuyo destino es ser rechazado.
El motor de las revoluciones, el atributo de la fortaleza
El tema de esta noche es la pregunta: ¿Qué fuerza en el
alma impulsa todas nuestras revoluciones?
De hecho, desde la primera revolución de nuestro sagrado
maestro, Rabí, Rabi Iehuda Hanasí, quien innovó al permitir y ordenar que se
escriba la Torá Shebeal Pe (la Torá oral) para que la Torá no sea olvidada
en el pueblo de Israel, todas las revoluciones son impulsadas por la
interpretación del versículo:
"Es tiempo de
actuar en aras de Hashem, derogaron Tu Torá"[8]
עת לעשות להוי' הפרו
תורתך
Para que la Torá no se olvide en Israel es necesario violar
la prohibición de escribir la Torá Shebeal Pe (la Torá Oral)[9].
Luego vino la segunda revolución, según la cual un sabio o
rabino puede – incluso está permitido y es una mitzvá para él – recibir sustento
de la comunidad. Gracias a esta revolución, hoy en día, ya desde hace muchas
generaciones, especialmente desde el Beit Yosef (el autor del Shulján
Aruj), tenemos gran cantidad de kolelim (institutos de estudio de
Torá), así como organizaciones rabínicas en cada ciudad.
La tercera revolución, que todavía es muy actual, es la educación
de las niñas, el estudio de la Torá para las mujeres. El Rebe dijo
explícitamente[10] que esto
es un signo de la redención, el ascenso de maljut, la parte femenina, hanukva
(הנוקבא).
De hecho, esta revolución está vinculada al núcleo mismo
del Jasidut desde el Baal Shem Tov. Como se describen los principios de la
educación de las mujeres en el sefer hazijronot (libro de memorias) del Rebe
anterior[11].
Él describe que entre las hijas de los jasidim había verdaderas eruditas
que incluso dictaban halajá frente a grandes rabinos.
Esta es la inspiración para esta revolución, además del Jafetz
Jaim, quien dictaminó que ya había llegado el momento en que era
obligatorio enseñar a las mujeres, aprobando así el cambio. También el Rebe
de Gur de entonces, autor del Imrei Emet y también el Rebe
anterior de Jabad, el Admur HaRaiatz (Rebe Iosef Itzjak Schneersohn)
– todos, de manera unánime, dijeron que ahora debemos comprometernos con esta
misión que lleva al hombre y a la mujer a un estado de "igualdad en su
altura", en términos de la Cabalá. Nuevamente, como ya hemos dicho,
esto es un signo de la redención.
Todo el orden de la historia del mundo es en un orden de
ascenso[12].
Hay un descenso de las generaciones, pero al mismo tiempo, también hay un
ascenso de las generaciones[13].
El ascenso de las generaciones es la elevación de maljut, y cuando maljut
asciende también asciende cada vez más toda la realidad - todas las sefirot,
todos las estructuras de las sefirot, los partzufim, hasta el infinito.
Por supuesto, también la cuarta revolución – la difusión de
la Torá a todo el mundo, que causará la elevación de toda la humanidad - es
parte del ascenso de las generaciones. Y cuando todo ascienda lo suficiente,
aparecerá la 'luz nueva sobre el monte Sión'[14]
del Rey Mashíaj.
Pero además del versículo 'Es tiempo de actuar en aras
Hashem, porque se ha violado Tu Torá', que se explica detalladamente en el
libro y cómo está profundamente relacionado con todas las revoluciones, ¿cuál
es la principal fuerza psíquica (nafshí) que impulsa estas
revoluciones?" ¿Cuál es la característica principal de la Torá misma que
nos exige avanzar, renovarnos, elevarnos y cambiarnos? Está escrito[15]:
“Hashem
dará fuerza a Su pueblo, el Señor bendecirá a Su pueblo con paz”
Para llegar a la paz, primero se necesita fortaleza. Para
provocar una revolución, avanzar y cambiar, se necesita el atributo de la fortaleza
en el alma.
En nuestro contexto agregamos que la palabra 'Oz',עז (fuerza) alude a dos versículos que se
explican mutuamente: la 'ע' de Oz alude
al versículo fundamental aquí, 'Es tiempo de actuar en aras de Hashem, porque
se ha violado Tu Torá' (Salmo
119:126), y la 'ז' alude al versículo
al final de la profecía de Malají[16]:
'Recuerden
la Torá de Moshé, Mi siervo' (con la zain
grande)
זכרו תורת משה עבדי(ב-ז רבתי).
El motivo aquí de "Es tiempo de actuar en aras de
Hashem, porque se ha violado Tu Torá" es que la Torá no se olvide de
Israel, "Recuerden la Torá de Moisés, Mi siervo".
La Fortaleza y la Humildad
Decimos en la oración "האדרת
והאמונה, haaderet vehaemuna", hubo tzadikim que lo decían
todos los días[17]: העז והענוה
לחי עולמים, "La fortaleza y la humildad
para la vida eterna". La fortaleza va junto con la humildad. Es una
especie paradoja: una persona con fortaleza de santidad es fuerte y firme,
características que no asociarían precisamente con la humildad. Pero según esta
oración parece que la verdadera fortaleza sagrada viene acompañada de humildad.
Hay fortaleza de la impureza (klipá) y hay fortaleza
de santidad (kedushá), y la humildad es lo que las diferencia. La
primera ley en el Tur (y en la última edición del Shulján Aruj
del Admur Hazaken) es la enseñanza de Yehuda ben Tema: 'Sé fuerte como un león'[18],
"No debes avergonzarte por los que se burlan"[19],
uno debe ser fuerte. Incluso está escrito que Israel es "el más fuerte de
las naciones[20]",
no hay fortaleza como la fortaleza judía. Cuando la fortaleza está depurada va
junto con la humildad.
¿Dónde vemos de manera más clara la conexión entre fortaleza
y humildad? Como veremos más adelante se necesita mucha fortaleza para admitir
un error, o incluso simplemente admitir públicamente que estoy cambiando de
opinión, que ahora se requiere un cambio, esta es, de manera clara, una fortaleza
que solo proviene de la humildad.
Abraham Avinu, el primer judío tenía una gran humildad - él
dice 'Y yo soy polvo y ceniza'[21],
el primer ejemplo de humildad en la Torá, pero junto con su humildad tiene fortaleza.
Primero rompe los ídolos de su padre,[22]
luego es 'Abram el hebreo'[23],
'todo el mundo estaba de un lado, y él estaba del otro lado'[24],
se encuentra en el lado opuesto a todos pero sale de su propio pasado, rompe
los límites y las barreras, y proclama la Divinidad en el mundo. ¿De qué poder
del alma proviene esto? Se puede decir que todo proviene del amor, debido a su
amor por todas las criaturas comparte con todos. Pero, de todas maneras, ¿de
dónde obtiene la fuerza para actuar de esta así? Es la fortaleza de santidad[25].
Abraham nuestro patriarca es un excelente ejemplo de 'la fortaleza y la
humildad', demostrando que, en la santidad, la fortaleza y la humildad van de
la mano. El humilde atribuye todo al mérito del Altísimo, recordando que 'pues
Él es quien te da la fuerza para triunfar'[26].
Es el reconocimiento de que cuando hago algo con fortaleza y valentía, todo
proviene de Él, bendito Es.
Acercamiento desde la fortaleza
Ahora mencionaremos un importante indicio: cuando la Torá
menciona simplemente 'festividad, jag, חג' sin
especificar, se refiere a la festividad de Sucot. Si está escrito simplemente
'festividad' sin añadir algo como 'la festividad de Pesaj' o 'la festividad de
Shavuot', la intención es la festividad de Sucot, el 'tiempo de nuestra
alegría' sobre la cual está escrito 'y te alegrarás en tu festividad[27]'.
En Cabalá, la palabra 'jag' (fiesta) חג, una palabra simple
de dos letras, a menudo es un acrónimo de 'Jesed-Guevurá'חסד-גבורה(Bondad-Poder).
"חסד
דרועא ימינא, גבורה דרועא שמאלא",
Jesed de la
mano derecha, Guevurá de la mano izquierda[28]
En Guevurá también hay un significado de 'la
izquierda rechaza'[29],
mientras que en Jesed hay un significado de acercar y abrazar, 'Su mano
derecha me abrazará'[30].
Está escrito [31] que
los Días Temibles son "Su izquierda bajo mi cabeza",
mientras que la festividad de Sucot es "Su mano derecha me abraza".
En principio, cuando hablamos de acercar a todos, este es un
mensaje de 'su mano derecha me abrazará' (un símbolo de cercanía y amor), pero
cuando hablamos de separación, parece más una manifestación de severidad (Guevurá).
Sin embargo, ahora diremos un mensaje un poco al revés: Como escuchamos en el debate,
la cuarta revolución nos exige salir al mundo después de persecuciones durante
miles de años, después de la Shoá, que Dios tenga misericordia del resto
sobreviviente de Su pueblo elegido, de Sus hijos. Si decimos que ahora debemos
romper las barreras, 'que se difundan tus manantiales hacia afuera[32]',
¿de dónde viene la fuerza para hacerlo? ¡Solo de la fortaleza y audacia, azut,
עזות! Se necesita mucha fortaleza, guevurá,
para hacer esto. Por más que sea un mensaje de acercamiento, de abrazo, de
bondad, la bondad por sí sola –incluso la bondad de nuestro patriarca Abraham–
no logrará nada, también se necesita fortaleza. A veces se necesita fortaleza
para amar y acercar[33].
En realidad, el motor de todas las revoluciones de las que
hablamos, que escribimos en el nuevo libro, es la fortaleza de decir que las
decisiones halágicas de la Torá cambian de un extremo al otro, de un opuesto al
otro opuesto. ¿Por qué? Porque ha llegado el momento. ¿Quién determina esto?
¿Quién lee el mapa verdadero? Los grandes sabios de Israel en cada generación: Rabi
leyó la primera revolución; el Beit Yosef leyó la segunda revolución; los
justos que mencionamos antes, junto con una mujer que debe ser recordada, Sara
Schneirer שרה שנירר, bajo la autoridad
del Rabí de Gur, leyeron correctamente el mapa y, con mucha audacia, llevaron a
cabo la revolución. Sobre esta revolución de la Torá está escrito: 'Hashem dará
fortaleza a Su pueblo'. [Tehilim 29:11]
[1] Expresión
habitual en las sijot del Rebe de Lubavitch
[2]Tsefania
3:9 (צפניה ג, ט)
[3]Tehilim
34:15 (תהלים לד, טו)
[4]Ierushalmi Pea 1:1; Bamidvar Rabá
19:27 y Tanjumá Jukat 22
[5]Beit
Aharon, Lekutim Kamo, 1. Y veáse también la santidad del Iom Tov, Parashat
Metzora, y “convertir la oscuridad en luz”, capítulo 7
[6] Véase el
continuación de Taarovot (Taaruvot) parte 2, sección A, desde la página
48 en adelante. Allí, página 60 en adelante. Y en Kuntres Ajaron en Da'at
Jojmá (y veáse también Sh'fat Emet, Shmini 1898, respecto a los
conversos)
[7] Véase,
por ejemplo: Zacarías 2:12; Bamidbar Rabá 22:2; Rashi sobre Bamidbar
10:35. Y en otros lugares
[8] Tehilim
119:126
[9]Guitin
60b. Véase introducción del Rambám al Mishné Torá
[11]En el
contexto de las enseñanzas del Rebe de Lubavitch, פצ"גtiene un significado profundo y espiritual, ya que se
refiere a "פנימיות צורת גאולה" (Pnimiyut Tzurat Geulah),
que puede traducirse como "La esencia interna de la forma de la
redención".
[12] Sobre
las cuatro revoluciones mismas como un orden interno de ascenso, consulta en el
segundo volumen de la clase – impreso más adelante
[13] Véase Pri
Tzadik (del rabino Tzadok de Lublin), en el capítulo de Ve'Atjanan,
sección 21, y en el capítulo de Ki Tavo, sección 16 (en nombre
del Rebe de Preshischa), Jasdei David HaNe'emanim, volumen 5,
página 105. Y en otros lugares.
[14] Finalización
de la bendición 'Iotzer Or' según el rito Ashkenazí (y ver su
explicación en Da'at Jojmá – aunque no está en el rito de Arizal
– en Likutei Torá Cantar de los Cantares 9:2, al final de Likutei
Beurim de la introducción de 'Derej Jaim', y otros)
[15]Tehilim
29:11
[16] Malají
3:22
[17] Véase
acerca de Rabí Meshulam Iguer – que su memoria sea una bendición (Perlov) 18 de
Tishrei. Y también vean Peat HaJaim (sección de los zmirot,
capítulo 4); Maté Efraim sección 619 y 515. Y más...
[18] Avot 5:20
[19]Shuljan
Aruj, Oraj Jaim, siman 1:1(versión del Ramá)
[20]Beitzá 25b
[21]Bereshit 18:27
[22]Bereshit Rabá 38:13
[23]Bereshit 14:13
[24]Bereshit Rabá 42:8
[25]Y una alusión: amor -
valentía (אהבה-עזות) - dos cualidades de
Abraham - elevan a maljutמלכות
(reinado) que asciende 'Abraham, Abraham' "אברהםאברהם" (Génesis 22:11), es decir, que Abraham
es el intermediario aquí.
[26] Deuteronomio
8:18
[27] Deuteronomio
16:14
[28] Introducción
al Tikunei Zohar ("Pataj Eliahu")
La parashá comienza con las palabras "ויהיו חיי שרה" ("Y fueron los años de la vida
de Sará"). Los comentaristas preguntan: ¿Por qué el nombre de la parashá,
"Jaiei Sará" (la vida de Sará), se centra en su vida, cuando en
realidad comienza relatando su fallecimiento? Desde una perspectiva jasídica,
esto nos enseña una lección profunda sobre la verdadera esencia de la vida.
La vida de un tzadik (una persona justa), como la de nuestra
matriarca Sará, no termina con su fallecimiento físico. Al contrario, sus
logros espirituales, su influencia, su bondad y su dedicación a la misión
divina permanecen vivos en este mundo. La Torá recalca que "חיי שרה" son eternos, porque los frutos de su vida —la fe, la
educación de su hijo Itzjak, y su impacto en su entorno— continúan incluso
después de su partida.
El Ba'al Shem Tov enseña que la vida verdadera de una
persona se mide por su conexión con la divinidad y cómo esa conexión se
manifiesta en su legado espiritual. La "vida" de Sará está presente
en la continuidad de las generaciones que siguen sus caminos de fe y justicia.
En términos prácticos, la enseñanza para nosotros es clara:
el impacto de nuestras acciones justas trasciende el tiempo. Cada mitzvá
(precepto) que cumplimos, cada acto de bondad que realizamos, deja una huella
eterna en el mundo. Así, nuestras vidas también pueden ser "Jaiei
Sará" —vidas llenas de propósito y eternidad.
LECTURA DE LA TORÁ JAIEI SARÁ - LA VIDA DE SARÁ 5785_1
La parashá Jaiei Sará (Génesis 23:1–25:18) contiene
varios temas y eventos significativos relacionados con la vida y el legado de
los patriarcas y matriarcas. A continuación, los puntos principales:
1. Muerte de Sará y
compra de la cueva de Majpelá (Génesis 23:1-20)
- Muerte de Sará:
Sará fallece a los 127 años en Hebrón (Kiriat Arba).
- Compra de la
cueva: Abraham adquiere la cueva de Majpelá como lugar de sepultura para Sará.
Negocia con Efrón el hitita y paga 400 siclos de plata. Este evento establece
un vínculo legal y duradero con la Tierra de Israel.
*Una Historia
Jasídica para Despedir al Shabat*
🍷🕯🌿
*Comparte esta hermosa historia* 🌿🕯🍷
*_Es costumbre contar
una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov al terminar Shabat por la noche en
una comida de Melavé Malká, acompañando a la Reina, el Shabat_*
*_Una segulá para un
buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de los niños, para una
vida buena y larga y para salud_*
MARAVILLAS BAJO LA LLUVIA
En la casa de estudio de Rabi Baruj de Mezhibuzh, nieto del
Baal Shem Tov, había un jasid sabio y temeroso de Dios. Este jasid deseaba
aprender de Rabi Baruj las enseñanzas de la Torá y el servicio a Dios según los
caminos de la Jasidut heredados de su abuelo, el Baal Shem Tov. Este jasid
acompañaba a su maestro en todos sus viajes.
En una ocasión, regresando a Mezhibuzh después de un viaje,
el jasid reflexionó:
” He presenciado personalmente las obras maravillosas de mi
rabino. Si esto es así, ¿qué tan superior pudo haber sido el poder del Baal
Shem Tov en comparación con el de su nieto, mi maestro?”
Cuando se acercaban a la ciudad, el jasid necesitó
detenerse. Se bajó del carruaje y entró al bosque. Mientras él estaba lejos,
Rabi Baruj le indicó al cochero que continuara sin esperar al jasid.
Cuando el jasid salió del bosque vio que se había quedado
solo y comenzó a caminar hacia la ciudad bajo una fuerte lluvia. Llegó empapado
hasta los huesos a las afueras de la ciudad y vio una casa solitaria. Buscando
refugio, entró y encontró a un anciano judío estudiando el Talmud.
El anciano le dio la bienvenida y tras un breve intercambio
el jasid le mencionó que era seguidor de Rabi Baruj. El anciano, sin embargo,
comentó que no lo conocía, pero sí conocía al Baal Shem Tov y comenzó a
relatarle una experiencia única:
“Cuando el Baal Shem Tov llegó a Mezhibuzh su fama se
extendió rápidamente, pero yo, absorto en mis estudios, no me interesé en
conocerlo. Una noche cálida después de Shabat mientras caminaba para despejarme
terminé cerca de la casa del Baal Shem Tov. Decidí entrar. Lo vi rodeado de
mujeres que le contaban sus dificultades y él escuchaba pacientemente. Pensé:
‘¿Cómo puede un hombre tan grande ocuparse de estas trivialidades cuando
debería estar inmerso en estudio y plegarias?’
Decidí seguir caminando hasta la casa de estudio del Baal
Shem Tov y allí vi a un hombre rezando el Tikun Jatzot, el estudio
después de la medianoche, con una devoción tan profunda que quise saber quién
era. Miré su rostro y para mi asombro era el Baal Shem Tov. Corrí de vuelta a
su casa y lo encontré nuevamente hablando con las mujeres. Regresé al estudio y
allí seguía rezando. Este ir y venir me mostró la grandeza del Baal Shem Tov:
estar en dos lugares al mismo tiempo. Desde ese momento comprendí por qué era
llamado el ‘Baal Shem Tov’.”
El anciano continuó con otra historia personal:
“Tiempo después comencé a sufrir una visión perturbadora al
rezar el versículo ‘Shemá Israel’. Cada vez que lo pronunciaba veía un
crucifijo frente a mí. Esto me llenó de tristeza y angustia. Intenté con
plegarias, ayunos y penitencias, pero nada funcionaba. Finalmente, acudí al
Baal Shem Tov quien me aconsejó ayunar durante una semana entera, de Shabat a
Shabat. Seguí sus instrucciones y al concluir el ayuno durante la comida de
Shabat la visión desapareció y nunca volvió. Así comprendí aún más la grandeza
de este tzadik.”
Al terminar su relato el jasid comprendió por qué su rabino
lo había dejado en el bosque: para enseñarle la grandeza del Baal Shem Tov.
¡No es casualidad!
Caminos de la Jasidut según los discursos y escritos del Rebe Rayatz de
Lubavitch:
En una ocasión, durante la lectura de la Torá en Simjat
Torá en la corte de Rabí Yosef Itzjak Schneersohn (el Rebe Rayatz),
sucedió que al abrir el primer rollo para leer “Vezot Haberajá”, se
descubrió que habían tomado el rollo de Bereshit. Por lo tanto,
tuvieron que desenrollar el rollo desde el principio hasta el final para llegar
a la lectura correcta.
Durante la comida festiva del día, el Rebe comentó sobre el
incidente:
“Es conocida la enseñanza del Baal Shem Tov respecto a la providencia divina
particular (Hashgajá Pratit). Si el Baal Shem Tov hubiese estado presente en
ese momento, habría estado lleno de alegría, pues así estaba decretado desde
tiempos inmemoriales: que fulano y fulano utilizaran su fuerza para desenrollar
un rollo de la Torá.”
El pensamiento de que esto fue simplemente una casualidad es
la manifestación de la klipá (fuerza negativa) de Amalek.
Fuente: Sefer Hasijot 5704, pág. 42
Presentado por el Instituto “Or HaJasidut”.
*❣️Shavua
Tov uMevoraj (buena y bendecida semana)❣️*